Caso clínico: aplicación de técnicas cognitivo-conductuales en un caso de hipocondría.

29 enero 2023

AUTORES

  1. Paula Guerrero Fuertes. Graduada en Enfermería. Servicio Aragonés de Salud. Centro de Salud San José Centro. España.
  2. María Mora Fernández. Graduada en Enfermería. Servicio Aragonés de Salud. Hospital Universitario Miguel Servet. España.
  3. María Pilar Collados Pérez-Hiraldo. Graduada en Enfermería. Servicio Aragonés de Salud. Unidad de Cuidados Intensivos. Hospital Lozano Blesa de Zaragoza. España.
  4. Elena Alastrué Núñez. Graduada en Enfermería. Servicio Aragonés de Salud. Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza. España.
  5. Ander Esteban Lezcano. Graduado en Enfermería. Servicio Aragonés de Salud. Centro de Salud Rebolería. España.
  6. María García Tovar. Diplomada en Enfermería. Unidad de Urgencias. Hospital Clínico Universitario de Zaragoza. España.

 

RESUMEN

La hipocondría es el miedo excesivo de padecer o contraer una enfermedad. A pesar de ser un trastorno con mal pronóstico por el rechazo de los pacientes a acudir a unidades de salud mental, la terapia cognitivo-conductual es el único tratamiento no farmacológico eficaz en la mejoría de los síntomas del paciente hipocondríaco. En este caso clínico, se presentan las diferentes técnicas cognitivo-conductuales aplicadas como tratamiento ambulatorio en un Centro de Salud a una paciente con antecedentes de convicción firme de padecer una enfermedad no detectada, así como los resultados obtenidos al finalizar la terapia.

 

PALABRAS CLAVE

Hipocondría, cáncer, ansiedad, terapia cognitivo-conductual.

 

ABSTRACT

Hypochondria is the excessive fear of suffering or contracting a disease. Despite being a disorder with a poor prognosis due to the rejection of patients to go to mental health units, cognitive-behavioural therapy is the only non-pharmacological treatment effective in improving the symptoms of the hypochondriac patient. In this clinical case, the different cognitive techniques are presented as ambulatory treatment in a Health Centre to a patient with a history of firm conviction of suffering from an undetected disease as well as the results obtained at the end of therapy.

 

KEY WORDS

Hypochondria, cancer, anxiety, cognitive-behavioural therapy.

 

INTRODUCCIÓN

La hipocondría es definida en el DSM-IV como “preocupación por el miedo a tener, o la convicción de padecer, una enfermedad grave a partir de la interpretación personal de síntomas somáticos”. El paciente conserva un estado de preocupación y rumiación por una interpretación distorsionada de signos y síntomas que padece, llevando a cabo comportamientos de aseguración, comprobación y evitación de la enfermedad1,2.

Algunos autores señalan como rasgo central de la hipocondría la tendencia a la amplificación somatosensorial, lo que significa que en múltiples ocasiones estos pacientes tienen un umbral más bajo con respecto a la sensación somática, de tal forma que cambios ligeros en la actividad fisiológica (aumento de la tensión muscular, por ejemplo) pueden conducir a un malestar físico3.

A día de hoy, la hipocondría sigue siendo considerada por muchos profesionales como un trastorno de difícil abordaje terapéutico, resistente al cambio y con mal pronóstico. Esto es debido a que la mayoría de las personas que lo padecen se muestran reacios a recibir un tratamiento en las unidades de salud mental, ya que consideran que su problema es exclusivamente físico4.

Si bien es cierto que según diversos estudios el tratamiento con psicofármacos mejora notablemente la hipocondría, la terapia cognitivo-conductual es la única intervención no farmacológica que cuenta con estudios que avalan su eficacia. En cuanto a las técnicas que mayor mejoría clínica han demostrado, se encuentran aquellas encaminadas a disminuir la ansiedad amortiguando la activación autonómica (técnicas de relajación y respiración), el entrenamiento en manejo de situaciones desagradables (manejo del estrés, solución de problemas) así como aquellas encaminadas a extinguir respuestas de ansiedad condicionadas a circunstancias específicas (técnicas de exposición y prevención de respuesta), por lo que se podría concluir que el éxito tratamiento no farmacológico de la hipocondría debe combinar diversas terapias cognitivo-conductuales3.

Las aportaciones de autores como Barsky han supuesto un gran avance en el estudio de este trastorno gracias al desarrollo de modelos explicativos de inspiración cognitivo-conductual. Junto con otros autores, explican que los pacientes hipocondríacos debido a su preocupación por enfermar, desarrollan un estado de hipervigilancia ante cualquier síntoma de estar enfermo, llevando a cabo un error cognitivo (a pesar de la información y reaseguración repetida de profesionales de la salud) empleando conductas de seguridad (comportamientos evitativos) que impiden que la persona reciba información que niegue sus distorsiones4.

Con frecuencia, las conductas hipocondríacas se asocia con malestar emocional, afectación de la calidad de vida del paciente así como interferencias en su vida diaria. Por ello, resulta de vital importancia investigar este tipo de trastorno por la repercusión que tiene sobre el sujeto que lo padece así como por el alto gasto sanitario que frecuentemente conlleva por el uso reiterado de los servicios de salud por parte de este tipo de pacientes3,4.

 

DESARROLLO DEL CASO CLÍNICO

DATOS GENERALES Y ENTREVISTA:

Mujer de 42 años, casada, convive en el domicilio familiar con su marido y sus dos hijos. Trabaja de administrativa en horario de mañanas de lunes a viernes.

Desde su adolescencia, comienza a experimentar sentimientos de miedo a padecer enfermedades potencialmente mortales sin diagnosticar, más específicamente de tipo oncológico.

En las épocas de crisis, expresa que cualquier dolor diferente que nota en su cuerpo lo relaciona con cáncer, realizando conductas auto-exploratorias en la zona para identificar posibles bultos que coincidan con un tumor maligno. Además, también realiza búsquedas exhaustivas en Internet sobre el cáncer correspondiente a la localización de su molestia y junto al resto de síntomas que aparecen, comienza a somatizar la mayoría de ellos.

En este periodo de tiempo, llega a acudir varias veces a Urgencias, donde se le realizan diferentes tipos de pruebas diagnósticas, siendo derivada a distintos especialistas.

Finalmente, todos ellos concluyen en que no hay patología orgánica, diagnosticándole “Trastorno Hipocondríaco”, siendo derivada al psiquiatra. Desconfía de este diagnóstico ya que manifiesta: ‘’si no tengo nada, ¿por qué me duele?’’, pero dice no querer volver a acudir a la consulta por miedo a que realmente le diagnostiquen alguna patología.

En varias ocasiones, manifiesta que ‘’la situación le supera’’ alcanzando crisis de angustia, incluso en una ocasión requirió varios meses de tratamiento farmacológico antidepresivo (Escitalopram) el cual abandonó al desaparecer la sintomatología hipocondríaca. No toma medicación actual, salvo 1 comprimido de Lorazepam a demanda cuando tiene dificultad de conciliar el sueño por aumento del nerviosismo y preocupación a lo largo del día. Comenta haber acudido a sesiones de psicoterapia, las cuales dice ‘’no me hacen nada’’. No quiere volver a tomar ningún tratamiento antidepresivo porque tiene miedo de que le produzca adicción.

Actualmente, comenta notar un ‘’peso’’ en la vejiga, acompañado de un aumento en el número de micciones, el cual ya notó el año pasado y le realizaron análisis de sangre y orina descartando algún tipo de patología. Ahora vuelve a experimentar sensaciones negativas acerca de si esos síntomas podrían ser compatibles con un tumor urogenital o como califica ella ‘’algo malo’’ acompañado de un pensamiento de muerte cercana.

Comenta realizar unas 10 palpaciones diarias de la zona hipogástrica en busca de alguna zona abultada o un aumento en la consistencia y tamaño de su vejiga, ayudándose de un espejo donde también se explora la zona genital por si pudiera tratarse de algún tumor uterino.

 

NECESIDADES BÁSICAS DE VIRGINIA HENDERSON

Necesidad 1: Oxigenación. La paciente refiere momentos de sensación de ahogo con dificultad respiratoria, intensificado en episodios de llanto que experimenta habitualmente. Fumadora de medio paquete de tabaco / día.

Necesidad 2: Nutrición e hidratación. Ausencia total de apetito y disminución de la ingesta con pérdida de peso, lo que provoca una mayor preocupación en su pensamiento de padecer cáncer. Peso actual: 65 kg. Talla: 1,58 m.

Necesidad 3: Eliminación. Experimenta episodios diarreicos diarios, micción frecuente no dolorosa y en ocasiones vómitos.

Necesidad 4: Movilización. Inquietud y tics de movimientos de la dentadura. A veces episodios de vértigo. Sedentaria.

Necesidad 5: Sueño-reposo. Dificultad para el inicio y mantenimiento del sueño tratado con Lorazepam a demanda.

Necesidad 6: Vestirse. Adecuación del vestido al contexto y situación. Aspecto limpio.

Necesidad 7: Termorregulación. Sensación subjetiva de hipertermia, que le lleva a tomarse la temperatura con frecuencia.

Necesidad 8: Higiene. Aspecto adecuado, piel limpia e hidratada. Ducha diaria.

Necesidad 9: Seguridad. No ideas autolíticas. Insegura. Incapaz de controlar las situaciones de crisis. Estado anímico triste, irritable, ansioso y angustiado. Ideas de incurabilidad manifestando ‘’me he acostumbrado a ser así y no se me va a pasar nunca’’.

Necesidad 10: Comunicación. Expresiones de angustia, miedo e intranquilidad desproporcionadas. No tiene dificultad para expresar sus sentimientos, lo hace con facilidad con un lenguaje coherente. Conciencia de enfermedad. Cuenta con apoyo familiar y social, todos ellos conocedores de su trastorno. Se relaciona adecuadamente con su entorno. Actitud negativa.

Necesidad 11: Profesar su religión y creencias. Manifiesta no profesar ninguna religión.

Necesidad 12: Trabajar-realizarse. Vive en familia. Trabaja de administrativa. Dificultad para realizar actividades laborales manifestado por ‘’no tengo ganas de hacer nada’’ acompañado de una dificultad de concentración.

Necesidad 13. Actividades lúdicas. No presenta ningún tipo de hobbies. Ocupa su tiempo libre con el teléfono móvil, viendo la televisión y quedando con amigos los fines de semana. Está apuntada al gimnasio, pero no acude con frecuencia porque ‘’le da pereza’’ y además teme que el ejercicio le provoque más sensaciones físicas.

Necesidad 14. Adquirir conocimientos. No alteración de la memoria. Buena capacidad para adquirir nuevos conocimientos. Deseo obsesivo de buscar información en Internet acerca de síntomas cancerígenos y pronóstico de procesos neoplásicos. Le interesa todo lo relacionado con la medicina.

 

ESCALAS DE VALORACIÓN5

Para evaluar el perfil de conducta de enfermedad, se entrega a la paciente el Cuestionario de Conducta de Enfermedad-I.B.Q (Illness Behavior Questionnaire) (Pilowsky, 1977) traducido al español por R. Ballester. Este instrumento de valoración, consta de 62 ítems de respuesta dicotómica (si-no) anotando 1 punto por cada “SI”. Se puede dividir en 7 escalas de primer orden (Anexo 1):

  1. Hipocondría general (HG): ítems 9, 20, 21, 24, 29, 30, 32, 37 y 38. Puntuación alta indica preocupación fóbica por el estado de salud propio. Está relacionado con un alto nivel de ansiedad o activación.
  2. Convicción de enfermedad (CE): ítems 2, 3, 7, 10, 35 y 41. Puntuación alta indica afirmación de existencia de problema físico, junto con preocupación sintomática y desconfianza de la información proporcionada por el médico.
  3. Percepción psicológica vs somática de la enfermedad (PP): ítems 11, 16, 44, 46 y 57. Puntuación alta en esta escala significa que la paciente es consciente de su enfermedad y de la necesidad de un tratamiento psicológico. Puntuación baja significa tendencia a somatizar y rechazo a tales actitudes.
  4. Inhibición afectiva (IA): Ítems 22, 36, 53, 58 y 62. La puntuación alta indica dificultad de expresar sentimientos personales negativos a los demás.
  5. Perturbación afectiva (PA): Ítems 12, 18, 47, 54 y 59. La puntuación alta significa sentimientos de tristeza y/o ansiedad.
  6. Negación (NE): Ítems 27, 31, 43, 55 y 60. La puntuación alta se relaciona con la tendencia a atribuir los problemas a los síntomas de la enfermedad negando el estrés.
  7. Irritabilidad (IR): Ítems 4, 17, 51, 56 y 61. Puntuación alta señala sentimientos de enfado y fricción interpersonal.

Véase gráfica 1 en anexos.

A partir de este cuestionario, se puede obtener el llamado Índice Whiteley, destinado a evaluar las actitudes hipocondríacas a través de las puntuaciones conseguidas en los ítems 1 ,2, 8, 9, 10, 16, 21, 24, 33, 34, 38, 39, 41 y 50. Una puntuación mayor o igual que 8 ítems alerta de posibilidad de un trastorno hipocondríaco con afirmación de la enfermedad y fobia a esta, así como preocupación somática. En el caso de la paciente, la puntuación de este índice es de 11, mayor que el punto de corte señalado.

 

DIAGNÓSTICO DE ENFERMERÍA6

NANDA: Ansiedad ante la muerte [00147] r/c miedo al desarrollo de una enfermedad terminal y una muerte prematura m/p somatizaciones de clínica oncológica y sentimientos de ansiedad.

 

PLANIFICACIÓN-OBJETIVOS

Se plantean los siguientes objetivos generales, elaborados conjuntamente con la paciente:

  1. Detectar y controlar los pensamientos hipocondríacos.
  2. Disminuir los niveles de ansiedad.
  3. Extinguir la conducta auto-exploratoria y rituales de comprobación.

Para la consecución de los objetivos, se plantean 3 intervenciones de enfermería basadas en técnicas cognitivo-conductuales aplicadas 3 veces por semana durante 3 semanas consecutivas:

  • Para el primer objetivo, se elaborará una hoja de autorregistro (Anexo 2).
  • Para el segundo objetivo, se realizará un entrenamiento en relajación muscular progresiva.
  • Para el tercer objetivo, se llevará a cabo la técnica de exposición con prevención de respuesta.

 

EJECUCIÓN2–4,7

SEMANA 1 – SESIÓN 1:

Antes de comenzar las técnicas cognitivo-conductuales es necesario conseguir desde el primer momento la alianza terapéutica, hacer que la paciente confíe en la terapia pese a su recelo mostrado en intervenciones pasadas. Para ello, es importante realizar una fase inicial psicoeducativa donde se procede a explicar en qué consiste la hipocondría y cómo el miedo es una amplificación natural de las sensaciones corporales.

A continuación, con el fin de que la paciente pueda desarrollar, identificar y observar su ansiedad por la enfermedad, siendo capaz de expresar sus diferentes sentimientos, se propone la realización de una hoja de autorregistro semanal (Anexo 2) que tendrá que traer a las sesiones 2, 5 y 8. A su vez, este instrumento permitirá la evaluación continua de los cambios que acontecen así como aportará información sobre sus interpretaciones acerca de la salud.

SEMANA 2 – SESIÓN 2:

La paciente trae rellena la primera hoja de autorregistro cumplimentada a lo largo de la semana pasada. Analizándola, se puede observar que presenta varios episodios anotados en los que describe percibir un aumento de la sensación dolorosa en la vejiga junto con un aumento del número de micciones, que le ha llevado a aumentar el número de autoexploraciones y búsqueda de información en Internet. Además, comenta haber estado toda la semana muy triste y abatida al ver que no le remite la sensación física y que su preocupación aumenta cada día más.

Se procede a explicar que el disparo de sensaciones emocionales negativas es producido por la valoración y significado que la persona da a los síntomas físicos. Cuando se produce una sobreestimación del pensamiento, ella se siente impotente y falta de recursos para hacer frente a su situación de ansiedad. Además, la búsqueda de información y la autoexploración reducen el miedo a corto plazo, pero lo mantienen a medio y largo plazo, ya que no es capaz de desconfirmar totalmente la idea de poder enfermar.

Al comprender lo explicado, comenta que de cara a que la terapia sea realmente efectiva y por su salud emocional, va a autoprohibirse realizar búsquedas en Internet.

SEMANA 2 – SESIÓN 3:

Con el fin de disminuir los niveles de ansiedad y lograr un autocontrol de las situaciones estresantes así como lograr finalmente un dominio de ellas, se explica a la paciente que se va a realizar una sesión semanal para adquirir técnicas de relajación muscular progresiva, cuyas habilidades aprendidas deberá extrapolar a su vida cotidiana en aquellas situaciones donde sienta que sus niveles de ansiedad y tensión están empezando a aumentar.

Para comenzar, se le enseña cómo concentrar la atención en los diferentes grupos musculares del cuerpo, siguiendo un orden ascendente desde las piernas hasta la musculatura facial. Para ello, deberá tensar la parte del cuerpo a trabajar e inmediatamente después intentar relajarla acompañándose de inspiraciones lentas por la nariz, manteniendo y expulsando lentamente por la boca, intentando crear una imagen mental de alguna escena tranquila y agradable.

Mientras se realiza la relajación de los diferentes músculos, suenan de fondo sonidos de olas del mar para evocar una imagen de una playa cálida y desierta.

Al finalizar la sesión, comenta que se siente mucho más liberada, como si se hubiera quitado peso de encima. Además, no sólo utilizará está técnica para relajarse, sino que va a intentar a lo largo de la semana conciliar el sueño de esta manera sin utilizar Lorazepam.

SEMANA 2 – SESIÓN 4:

En esta sesión, se procede a explicar los fundamentos teóricos de la exposición con prevención de respuesta con el fin de disminuir la interpretación negativa de sus conductas auto-exploratorias.

En este caso, se le pide a la paciente que durante la semana realice una exposición in vivo permaneciendo enfrente del espejo donde suele auto-explorarse la zona genital durante media hora 4 veces por semana con la condición de ‘’no tocarse’’ durante ese tiempo. A su vez, se le entrega una hoja donde debería cuantificar (0-10) la intensidad de la ansiedad tanto al inicio como al final de cada tarea diaria de auto-exposición. Este registro será aportado en la sesión número 7.

SEMANA 3 – SESIÓN 5:

La paciente trae la segunda hoja de autorregistro semanal y comparándolo con el aportado en la sesión 2, se aprecia cómo los niveles de miedo han disminuido notablemente así como los síntomas en la zona de la vejiga y el número de micciones. Explica que esto es debido a que no ha realizado búsquedas en Internet y eso ha mejorado su estabilidad emocional.

Por otro lado, refiere episodios de cambios de temperatura, diarrea, mareos, etc. Anota estar preocupada al no entender por qué si su miedo ha disminuido al no realizar búsquedas en Internet, sigue notando síntomas físicos.

Se le explica que esos síntomas son compatibles con los síntomas de la ansiedad, por lo que es lógico que si tiene un trastorno de la ansiedad por la salud en algún momento experimente estos síntomas. Se le pide recordar en qué momentos de su vida ha experimentado estos síntomas, concluyendo que se trata en los momentos donde ha podido pensar que tenía alguna patología grave, no experimentándose en épocas de relajación, lo que le hace pensar en positivo al ver que es razonable la explicación aportada.

Para finalizar, durante esta semana va a intentar disminuir su ansiedad mediante las técnicas de relajación aplicadas comprobando si así desaparecen estos síntomas percibidos.

SEMANA 3 – SESIÓN 6:

En esta nueva sesión de técnicas de relajación muscular progresiva, se procede a explicar que conforme se van logrando más progresos, se comenzará a disminuir el tiempo dedicado a relajarse, pasando de unos 30-45 minutos a unos 15-20 minutos.

Además de lo aprendido en la sesión 4, se practica la ‘’relajación rápida’’ que consiste en tensar todo el cuerpo a la vez y relajarse rápidamente. Una vez conseguido, se propone intentar relajar todo el cuerpo omitiendo la fase de tensión, pasando directamente a la relajación.

Al finalizar, comenta que se siente capaz de tener control sobre su cuerpo, saber abandonar la tensión y que realmente ha considerado eficaz dedicar durante toda la semana unos minutos para relajarse y liberar tensiones acumuladas a lo largo del día. Además, no ha necesitado ningún día tomar Lorazepam para conciliar el sueño siendo suficiente con aplicar la relajación aprendida.

SEMANA 3 – SESIÓN 7:

Al comenzar la sesión, la paciente comenta que ha tenido dificultades en ‘’no tocarse’’ durante la realización de la exposición in vivo sugerida en la sesión 4. Se observa en la hoja de ansiedad que durante la exposición todavía existen unos niveles de ansiedad notables tanto al inicio como al final de la tarea.

Ante estos problemas, se decide añadir un elemento de habit reversal: se pide a la paciente que en el momento en que ‘’se le dispare la mano’’ a realizar tocamientos en la conducta auto-exploratoria, realice un mismo gesto pero con un objetivo distinto, en este caso por ejemplo, explica que va a intentar palpar las dos manos entre sí con el objetivo de no palpar su zona genital.

Al finalizar la sesión, se le recuerda que siga anotando en la hoja proporcionada la intensidad de la ansiedad antes y después de realizar la exposición con el nuevo elemento añadido manteniendo la práctica media hora diaria durante 4 días a la semana.

SEMANA 4 – SESIÓN 8:

En esta tercera hoja de autorregistro aportada, se observa cómo solamente hay apuntado un episodio, en el que la paciente expresa haber sentido algún síntoma de nerviosismo, sudoración, sensación de aumento de la temperatura, etc. A pesar de ello, ha adoptado la alternativa de realizar alguna técnica de relajación así como asociarlos a una ansiedad todavía residual que asegura ser capaz de acabar eliminando completamente.

Se le enseñan los 3 auto-registros realizados, donde la paciente comenta notar una gran diferencia entre sus niveles de ansiedad iniciales y actuales y cómo la modificación de creencias disfuncionales así como la eliminación de conductas de seguridad ha contribuido a la mejora de su salud física y emocional.

SEMANA 4 – SESIÓN 9:

Para finalizar las técnicas de relajación muscular progresiva, una vez dominado lo aprendido en las sesiones 3 y 6, se enseña la relajación asociada a un dolor localizado. Es decir, si empieza a notar un dolor físico en un lugar concreto de su cuerpo que le pueda llevar a la asociación con un síntoma oncológico, por ejemplo, deberá aplicar la técnica de relajación muscular en esa zona realizando tensión-relajación, lo que le ayudará a paliar así como a mejorar su ansiedad y preocupaciones.

SEMANA 4 – SESIÓN 10:

En esta sesión, se observa en la hoja de ansiedad durante las tareas de exposición una considerable disminución de la ansiedad tanto al inicio como al final de la exposición in vivo, por lo que se le pide para evaluar sí realmente es así, que realice en esta misma sesión en directo la técnica auto-exploratoria.

Se comprueba que al realizar la exploración programada de sus genitales, es capaz de llevarla a cabo sin experimentar ningún tipo de ansiedad.

Para que la paciente observe la evolución de sus estados de ansiedad durante la realización de esta técnica así como para que observe la disminución notable de sus sentimientos ansiosos, se procede a elaborar con ella una gráfica conjunta de sus hojas de registro de ansiedad al inicio y al final de la exposición. Manifiesta estar muy sorprendida de cómo ha podido llegar a ser capaz de disminuir los niveles de ansiedad así como eliminar sus pensamientos negativos sobre la salud, lo que le produce una gran satisfacción y agradecimiento.

Al finalizar la sesión, se pauta la continuación de las tareas de exposición disminuyendo la frecuencia a una vez por semana, hasta que concluya que todos los días que la ha realizado no ha experimentado ningún tipo de ansiedad.

A su vez, se programan unas visitas en 3 y 6 meses con el fin de prevenir las recaídas así como obtener información sobre cómo aplica la paciente las técnicas en su día a día y resolver las dudas que puedan ir surgiendo a largo plazo.

 

CONCLUSIONES

Con el fin de evaluar los cambios post-tratamiento producidos en la paciente tras la aplicación de las técnicas cognitivo-conductuales, se emplea el cuestionario IBQ utilizado inicialmente.

La gráfica 2 de anexos recoge los resultados del IBQ en la segunda medición después de llevar a cabo las técnicas (IBQ post) en comparación con los obtenidos en la primera medición (IBQ pre). Véase gráfica 2 en anexos.

Los resultados obtenidos indican que la paciente muestra una mejoría destacada de su estado de hipocondría general así como de su preocupación psicológica. Se evidencia además una disminución de su irritabilidad y negatividad probablemente favorecido por una disminución en su ansiedad tras la adquisición de técnicas de relajación y exposición en vivo.

En base a estos datos, se puede concluir que el tratamiento cognitivo conductual puede ser eficaz en el abordaje de la hipocondría, incluso en casos que en principio sean menos favorables por las experiencias previas. De la misma manera, los objetivos propuestos inicialmente también han sido cumplidos.

Aunque al terminar las sesiones la paciente comenta seguir manteniendo sensaciones corporales variadas, ella misma es capaz de identificarlas como normales. Además, si las asocia con la idea de enfermedad, dispone de los suficientes recursos para poner en marcha las estrategias adquiridas con el fin de disminuir su ansiedad evitando que ésta le afecte a su salud física y emocional.

 

BIBLIOGRAFÍA

1. Bedoya Chocán N, Miguel Palacios B, Loren Valles N, Bartumeus Bartolomé A, Bartolomé Bueno M, Sánchez Garrigós N. Hipocondría o trastorno de ansiedad por enfermedad. RSI. 2022;3(7).

2. Pena J. Tratamiento de un caso de hipocondría con rituales obsesivos. RPPC. 1997;2(2):181-90.

3. Fernández Rodríguez C, Fernández Martínez R. Tratamientos psicológicos eficaces para la hipocondría. Psicothema. 2001;13(3):407-18.

4. Lacunza Juangarcía C, Díaz Leiva F, Ardanaz Elcid A. Tratamiento cognitivo conductual en un caso de trastorno hipocondriaco severo. Rev casos clínicos en salud Ment. 2016;2:79-99.

5. Ballester R, Botella C. Perfil de conducta de enfermedad en pacientes con crisis de angustia. Análisis y Modificación de Conducta. 1993;19(64):233-65.

6. NNNConsult. Herramienta online para la consulta y diseño de Planes de Cuidados de Enfermería [Internet]. Elsevier. 2015. Disponible en: http://www.nnnconsult.com/

7. Belloch Fuster A, López Santiago J, Arnáez Sampedro S. Hipocondría: la ansiedad por la salud. 2019. 280 p.

 

ANEXOS

Gráfica 1: muestran las puntuaciones obtenidas por la paciente:

Gráfico Descripción generada automáticamente

Fuente: elaboración propia.

 

Gráfica 2: La gráfica recoge los resultados del IBQ en la segunda medición después de llevar a cabo las técnicas (IBQ post) en comparación con los obtenidos en la primera medición (IBQ pre).

Gráfico Descripción generada automáticamente

Fuente: elaboración propia.

 

Anexo 1. Cuestionario de Conducta de Enfermedad I.B.Q (Pilowsky, 1977). Traducción de R. Ballester 5.

A continuación le presentamos una serie de cuestiones relacionadas con su salud que usted debe responder en sentido afirmativo o negativo, escribiendo junto a la pregunta SI o NO. Por favor, es muy importante que intente contestar a todas las preguntas formuladas, aunque le parezca que algunas no son directamente aplicables a usted.
1. ¿Se preocupa mucho por su salud?

2. ¿Cree usted que algo anda mal en su cuerpo?

3. ¿Interfiere mucho su enfermedad en su vida?

4. ¿Es fácil llevarse bien con usted cuando está enfermo?

5. ¿Ha habido muchos enfermos en su familia?

6. ¿Piensa que usted es más propenso a enfermar que otros?

7. ¿Si el médico le dijera que no le encuentra nada malo le creería?

8. ¿Le es fácil olvidarse de usted mismo pensando en otras cosas?

9. ¿Se enfada si se siente enfermo y le dicen que parece mejorado?

10. ¿Cree que es demasiado consciente de lo que pasa en su cuerpo?

11. ¿Piensa que su enfermedad es un castigo por algo malo que hizo?

12. ¿Tiene problemas con sus nervios?

13. ¿Puede animarle fácilmente su médico cuando se siente enfermo o preocupado?

14. ¿Cree que otra gente se da cuenta de lo que es estar enfermo?

15. ¿Le molesta hablar al médico acerca de su enfermedad?

16. ¿Está usted preocupado por muchos achaques?

17. ¿Afecta mucho su enfermedad en cómo se comporta con su familia?

18. ¿Cree que se pone ansioso fácilmente?

19. ¿Conoce a alguien que haya tenido su misma enfermedad?

20. ¿Es más sensible al dolor que otros?

21. ¿Teme enfermar?

22. ¿Puede expresar fácilmente sus sentimientos a otros?

23. ¿Siente la gente lástima por usted cuando está enfermo?

24. ¿Cree que usted se preocupa más que los demás por su salud?

23. ¿Piensa que su enfermedad afecta a sus relaciones sexuales?

26. ¿Le produce mucho dolor su enfermedad?

27. ¿Tiene algún problema en su vida aparte de su enfermedad?

28. ¿Le preocupa que los demás se den cuenta o no de que está enfermo?

29. ¿Cree que se pone celoso de la buena salud de los demás?

30. ¿Tiene pensamientos tontos acerca de su salud que no puede eliminar por mucho que se esfuerce?

31. ¿Tiene algún problema económico?

32. ¿Le molesta cómo toman los demás la enfermedad de usted?

33. ¿Le resulta difícil creer al doctor cuando le dice que no hay nada de lo que preocuparse?

34. ¿Se preocupa a menudo por la posibilidad de tener una enfermedad grave?

35. ¿Duerme bien?

36. ¿Tiende a reprimir sus sentimientos cuando está enfadado?

37. ¿Piensa a menudo que puede caer enfermo de repente?

38. ¿Si se le da a conocer una enfermedad (por la radio, televisión, o alguien que conozca) le preocupa llegar a tenerla?

39. ¿Cree que la gente no toma la enfermedad de usted con suficiente seriedad?

40. ¿Le molesta la apariencia de su cara o de su cuerpo?

4 1. ¿Cree que se preocupa por muchos síntomas diferentes?

42. ¿Intenta explicar frecuentemente a otros cómo se siente?

43. ¿Tiene algún problema familiar?

44. ¿Cree que algo anda mal en su cabeza?

45. ¿Come bien?

46. ¿Es su mala salud la mayor dificultad de su vida?

47. ¿Cree que se pone triste con facilidad?

48. ¿Se preocupa o molesta por detalles insignificantes para otros?

49. ¿Es usted siempre un paciente que coopera?

50. ¿Tiene a menudo síntomas de una enfermedad muy grave?

51. ¿Cree que se enfada fácilmente?

52. ¿Tiene algún problema laboral?

53. ¿Prefiere guardar sus sentimientos para usted mismo?

54. ¿A menudo piensa que se está deprimiendo?

55. ¿Se irían sus preocupaciones si estuviera sano físicamente?

56. ¿Está más irritable con los demás?

57. ¿Cree que las preocupaciones pueden provocar sus síntomas?

58. ¿Los demás se dan cuenta fácilmente de que usted está enfadado con ellos?

59. ¿Le resulta difícil relajarse?

60. ¿Tiene otras preocupaciones no causadas por la enfermedad física?

61. ¿Cree que pierde la paciencia a menudo con los demás?

62. ¿Le es difícil mostrar a los demás sus sentimientos?

 

Día/hora Situación

¿Qué estoy pensando?

Pensamiento

¿Qué pienso?

Nivel miedo

0-10

Emoción

¿Cómo me siento?

Conducta

¿Qué hago?

Anexo 2. Hoja de autorregistro.

Fuente: elaboración propia.

 

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