Ayuno intermitente: usos y beneficios en patologías crónicas. Un artículo monográfico.

13 noviembre 2021

AUTORES 

  1. María García Velarte. Diplomatura Universitaria en Enfermería. Máster en Gerontología Social por la Universidad de Zaragoza. Atención Primaria Sector Zaragoza II.
  2. Cristina Barcelona Blasco. Grado Universitario en Enfermería. Consultas Externas Hospital Universitario Miguel Servet.
  3. Laura Rebeca García García. Diplomatura Universitaria en Enfermería. Máster en Gerontología Social por la Universidad de Zaragoza. Consultas Externas Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa.
  4. Yasmina Millán Duarte. Grado Universitario en Enfermería. Unidad de Cuidados Intensivos Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa.
  5. Ana Cristina García Sacramento. Grado Universitario en Enfermería. Urgencias Hospital Royo Villanova.
  6. Paula Garcés Fuertes. Grado Universitario en Enfermería. Máster en Gerontología Social por la Universidad de Zaragoza. Atención Primaria Sector Zaragoza II.

 

RESUMEN

El ayuno voluntario, basado en la restricción de la ingesta de alimentos, se ha practicado tradicionalmente por diversos motivos, culturales o religiosos. En los últimos años, el ayuno voluntario ha ganado popularidad como estilo de vida saludable, como método de promoción de la salud y prevención de distintas enfermedades, aunque este nuevo estilo de vida ha provocado opiniones encontradas entre investigadores y docentes universitarios.

Diversos estudios han demostrado la eficacia del ayuno intermitente o alterno en un considerable número de enfermedades crónicas, tales como la obesidad, diabetes mellitus, cáncer, trastornos neurodegenerativos y enfermedades cardiovasculares, entre otras.

Es necesaria más evidencia científica para evaluar el tipo de restricción energética, ayuno óptimo, número de días de ayuno por semana, grado de restricción energética necesaria en los días de ayuno y si pudiera facilitar la mejoría metabólica a largo plazo.

 

PALABRAS CLAVE

Ayuno, enfermedad crónica, promoción de la salud, estilo de vida saludable.

 

ABSTRACT

Voluntary fasting, based on restricting food intake, has traditionally been practiced for various cultural or religious reasons. In recent years, voluntary fasting has gained popularity as a healthy lifestyle, as a method of health promotion and prevention of various diseases, although this new lifestyle has provoked conflicting opinions among researchers and university professors.

Several studies have demonstrated the efficacy of intermittent or alternate fasting in a considerable number of chronic diseases, such as obesity, diabetes mellitus, cancer, neurodegenerative disorders and cardiovascular diseases, among others.

More scientific evidence is needed to evaluate the type of energy restriction, optimal fasting, number of fasting days per week, degree of energy restriction needed on fasting days and could facilitate long-term metabolic improvement.

 

KEY WORDS

Fasting, chronic disease, health promotion, healthy lifestyle.

 

DESARROLLO DEL TEMA

La alta prevalencia de sobrepeso y obesidad es uno de los principales problemas de salud a nivel mundial, así como la de otras enfermedades crónicas relacionadas, como hipertensión, diabetes o dislipemia, entre otras. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el sobrepeso y/u obesidad afectaron a unas 1.900 millones de personas en todo el mundo1.

El ayuno voluntario, basado en la restricción de la ingesta de alimentos, se ha practicado tradicionalmente por diversos motivos, culturales o religiosos. En los últimos años, el ayuno voluntario ha ganado popularidad como estilo de vida saludable, como método de promoción de la salud y prevención de distintas enfermerdades2, aunque este nuevo estilo de vida ha provocado opiniones encontradas entre investigadores y docentes universitarios3.

Actualmente, las estrategias recomendadas para disminuir de peso se orientan hacia una dieta equilibrada distribuida en seis comidas diarias. Recientemente, la búsqueda de nuevas estrategias ha aumentado, entre ellas la restricción de la ingesta de energía durante ciertos periodos del día o la prolongación del intervalo de ayuno entre comidas. La popularidad del ayuno como estilo de vida saludable ha aumentado, así como el número de estudios sobre su eficacia en la prevención y tratamiento de la obesidad, enfermedades crónicas y problemas asociados al envejecimiento4.

 

El ayuno intermitente (AI) se define como una abstinencia voluntaria de alimentos y bebidas por períodos específicos y recurrentes. En el ayuno intermitente, la participación del paciente es voluntaria5.

El ayuno induce la alteración coordinada de mecanismos metabólicos y transcripcionales . A partir de las 12 a 36 horas de ayuno, el cuerpo humano entra en un estado fisiológico de cetosis caracterizado por niveles bajos de glucosa en sangre, disminución del depósito de glucógeno en hígado, y la producción hepática de cuerpos cetónicos (CC) derivados de la grasa, o cetonas, que sirven como fuente importante de energía para el cerebro4.

Las cetonas constituyen una fuente de energía más eficiente en los músculos y posiblemente en el cerebro, mejorando la bioenergética y la actividad conectiva de las neuronas. Sin embargo, las cetonas son más que una fuente de energía para las neuronas: la cetona beta-hidroxibutirato (BHB) cumple importantes funciones de señalización al inducir la transcripción de derivados del factor neurotrófico derivado del cerebro (FNDC). El FNDC es un regulador fundamental de la función neuronal que estimula la biogénesis de la mitocondria, mantiene la estructura sináptica, estimula la producción y supervivencia de nuevas neuronas y aumenta la resistencia de éstas a lesiones y enfermedades 5.

 

Además de BHB y FNDC, el ayuno induce la expresión de un regulador de mitocondrias, la proteína “Peroxisome proliferator-activated receptor γ co-activator 1 α” (PPARGC-1-alpha o PGC1α) que juega un papel importante en la modulación de genes relacionados con el metabolismo de los carbohidratos y los ácidos grasos entre otras muchas funciones5.

El ayuno suprime la inflamación reduciendo la expresión de citocinas proinflamatorias como la Interleuquina 6 (IL-6) y el Factor de Necrosis Tumoral α (TNF-α)6.

También influye en los procesos de síntesis y degradación celular al impedir la acción del complejo sensible a rapamicina que puede causar la destrucción de las células cancerosas5; eleva la proteína quinasa activada por AMP (AMPK), lo que limita el consumo de nutrientes y se promueve la autofagia. Una variedad de estímulos de estrés inducen autofagia, el ayuno y la restricción calórica se consideran una intervención óptima para mejorar la salud y aumentar la longevidad7.

Influye en el metabolismo de los lípidos al alterar las actividades hormonales de la leptina, la adiponectina y la grelina. La leptina disminuye pero la adiponectina y grelina aumentan, alteraciones que probablemente sean beneficiosas para la bioenergética de las neuronas y el mantenimiento de vías neuronales8.

 

Características del ayuno:

  • Intensidad de la restricción de alimentos y bebidas: es decir cantidad, tipo de alimentos y bebidas que pueden permitirse durante los períodos de ayuno. Puede variar desde una mínima ingesta de alimentos permitidos para mantener el estado metabólico hasta una omisión completa de comida y bebida.
  • La frecuencia y duración de los períodos de ayuno: debe individualizarse a las condiciones y régimen de vida de cada persona. Se deben establecer los periodos de tiempo en los que se realizará el ayuno9.

 

Tipos de ayuno:

  • Ayuno intermitente (AI): ayuno de 2 – 3 días por semana, que implica restricción de energía durante dos días no consecutivos por semana y comer sin restricciones durante los otros 5 días.
  • Ayuno alterno (AA): implica días durante los cuales no se consumen calorías y días de alimentación a demanda9.
  • Diario: con ritmo circadiano, más de 12 horas sin comer. Puede variar entre 12, 14, 16 o 20 horas sin ingerir alimentos cada día10.
  • El método de ayuno de Büchinger: se realiza una ingesta limitada de zumos de frutas, así como de pequeñas cantidades de caldo de verduras, siendo el consumo de energía nutricional total de 200 a 400 kcal/día11.
  • Ayuno acordeón: consiste en tres días al mes de ayuno y otros tres para recuperarse con grasas de calidad12.
  • El ayuno total: se consumen agua, té o infusiones durante 7 días10.

 

Beneficios:

  • La energía almacenada es utilizada durante el ayuno para la reparación, resistencia al estrés, aumento de la vitalidad y rejuvenecimiento. Se ha visto que los organismos se pueden beneficiar de los ritmos diarios sostenidos, así como de ayuno periódico de varias horas13.
  • Cambios en el metabolismo de la grasa y la producción de cetonas, así como en la estimulación de respuestas de estrés celular adaptativo que previenen y reparan el daño molecular14.
  • Mejora la regulación de la glucosa y la sensibilidad de insulina, presión arterial, frecuencia cardíaca, eficacia del entrenamiento de resistencia y pérdida de grasa abdominal9.
  • Aumenta la resistencia ante el estrés oxidativo y reduce los marcadores de inflamación sistémica asociados a la aterosclerosis9.
  • Mejora del efecto antitumoral, mejorando los mecanismos de autofagia15.
  • En estudios realizados en ratas y ratones se han encontrado múltiples beneficios como: reducción de los niveles de insulina y leptina, un incremento paralelo en la sensibilidad a la insulina y la leptina; reducción de la grasa corporal; niveles elevados de cetonas; reducción de la tasa cardíaca en reposo y la presión arterial, disminución de la inflamación; aumento de la resistencia del cerebro y el corazón al estrés y resistencia a la diabetes16.

 

Aplicaciones en el manejo terapéutico de enfermedades crónicas:

  • Obesidad: El ayuno intermitente ayuda en la pérdida de peso. En un estudio en individuos con sobrepeso, comieron por solo 10-11 horas al día durante 16 semanas. Redujeron el peso corporal, además de encontrar mejoras en la calidad del sueño. Además los beneficios se mantuvieron durante un año17.
  • Diabetes Mellitus: dos estudios mostraron que el ayuno de 24 horas, 3 veces por semana, revirtió la resistencia a la insulina en pacientes con prediabetes o diabetes tipo 2, reduciendo los niveles de hemoglobina glicosilada, el estrés oxidativo y el apetito18,19.
  • Cáncer: la evidencia muestra que el ayuno protege de la toxicidad al tiempo que mejora la eficacia de una variedad de quimioterapéuticos en el tratamiento de varios tipos de tumores20.
  • Trastornos neurodegenerativos: el ayuno induce la alteración coordinada de muchos mecanismos metabólicos y transcripcionales, que puede influir en las neuronas. Estas alteraciones producen una alteración del estado metabólico que optimiza la bioenergética de las neuronas, la plasticidad y la resistencia al estrés, manteniendo o mejorando el rendimiento cognitivo21.
  • Enfermedades cardiovasculares: el ayuno intermitente mejora múltiples indicadores de la salud cardiovascular, como la presión sanguínea, la frecuencia cardíaca en reposo, colesterol, los niveles de lipoproteínas de alta y baja densidad (HDL-LDL) glucosa, insulina, resistencia a la insulina y triglicéridos22.
  • También se han encontrado beneficios en enfermedades como el asma, la esclerosis múltiple y la artritis reumatoidea9.

 

Limitaciones o desventajas:

  • El patrón de alimentación repartido en cinco comidas al día está muy arraigado en nuestra cultura y un cambio en ese patrón de alimentación rara vez será contemplado por pacientes o profesionales9.
  • Realizar este tipo de ayuno genera hambre, irritabilidad y una capacidad reducida para concentrarse durante los períodos de restricción de alimentos. Sin embargo, estos efectos suelen desaparecer en menos de un mes9.
  • Es necesaria más evidencia científica para evaluar el tipo de restricción energética, ayuno óptimo, número de días de ayuno por semana, grado de restricción energética necesaria en los días de ayuno y si podría facilitar la mejoría metabólica a largo plazo9.

 

CONCLUSIONES

Diversos estudios han demostrado la eficacia del ayuno intermitente o alterno en un considerable número de enfermedades crónicas, tales como la obesidad, diabetes mellitus, cáncer, trastornos neurodegenerativos y enfermedades cardiovasculares entre otras.

Pese a estos importantes hallazgos, todavía es necesario aumentar la producción de estudios científicos que determinen las características del tipo de ayuno que consiga los beneficios óptimos en este tipo de patologías.

 

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