Frecuencia cardíaca. Variables, procedimiento de medición e interpretación de parámetros. Artículo monográfico.

6 octubre 2022

AUTORES

1. Mario Muñoz Ranz. Fisioterapeuta en el Servicio Aragonés de Salud.

 

RESUMEN

La frecuencia cardiaca es el número de veces que el corazón se contrae en una determinada cantidad de tiempo. En reposo, la frecuencia cardíaca de un adulto suele estar en los 60 y los 100 latidos por minuto pudiendo variar considerablemente por distintos factores como la edad, ejercicio físico, género, posición del cuerpo, estimulación del sistema nervioso, hora del día, temperatura y altura, factores psicológicos o incluso la composición corporal entre otros. Para su medición y posterior interpretación se realizará la toma del pulso la cual puede realizarse tanto de forma palpatoria, en aquellas zonas donde la pared arterial puede ser comprimida contra un plano óseo para poder percibir el rebote elástico de la arteria, así como instrumental con la cual mediante pulsómetros de diferente clase podemos obtener los valores en tiempo real. Una vez obtenido el pulso podremos valorar múltiples variables como la frecuencia cardíaca, ritmo cardíaco, amplitud y volumen de pulso y velocidad de pulso entre otros. Con la interpretación de estos, podemos destacar principalmente tres alteraciones generales como son las arritmias, taquicardias y bradicardias.

 

PALABRAS CLAVE

Frecuencia cardiaca, pulso, pulsómetro, corazón.

 

ABSTRACT

Heart rate is the number of times the heart contracts in a period of time. At rest, the heart rate of an adult usually ranges between 60 and 100 beats per minute and can vary considerably due to different factors such as age, physical activity, gender, body position, stimulation of the nervous system, time of the day, temperature and altitude, psychological factors or even body composition among others. For its measurement and subsequent interpretation, the pulse will be taken, which can be done palpably, in those areas where the arterial wall can be compressed against a bone plane to perceive the elastic rebound of the artery, and instrumentally with heart rate monitors of different kinds so we can obtain the values ​​in real time. Once the pulse is obtained, we can assess multiple variables such as heart rate, pulse amplitude, volum and pulse speed among others. With the interpretation of these we can mainly highlight three general alterations such as arrhythmias, tachycardias and bradycardias.

 

KEY WORDS

Heart rate, pulse, heart rate monitor, heart.

 

DESARROLLO DEL TEMA

CONCEPTO, VALORES Y VARIABLES DE LA FRECUENCIA CARDIACA:

La frecuencia cardiaca es el número de veces que el corazón se contrae en una determinada cantidad de tiempo. Este valor se expresa en pulsaciones por minuto y se puede medir en las arterias periféricas. En reposo, la frecuencia cardíaca de un adulto suele estar entre los 60 y los 100 latidos por minuto pudiendo variar considerablemente por distintos factores los cuales mostramos a continuación.

Edad:

La frecuencia cardiaca no es la misma a lo largo de las distintas etapas de la vida. Cuando nacemos tenemos una frecuencia cardíaca elevada porque la actividad del organismo es muy intensa. A partir del primer mes de vida, va disminuyendo hasta llegar a la edad adulta, manteniéndose estable después de los 20 años. En promedio podemos destacar como rangos normales los siguientes1:

  • Recién nacidos de 0 a 1 mes de edad: 70 a 190 latidos por minuto.
  • Bebés de 1 a 11 meses de edad: 80 a 160 latidos por minuto.
  • Niños de 1 a 2 años de edad: 80 a 130 latidos por minuto.
  • Niños de 3 a 4 años de edad: 80 a 120 latidos por minuto.
  • Niños de 5 a 6 años de edad: 75 a 115 latidos por minuto.
  • Niños de 7 a 9 años de edad: 70 a 110 latidos por minuto.
  • Niños de 10 años o más y personas adultas: 60 a 100 latidos por minuto.
  • Atletas bien entrenados: de 40 a 60 latidos por minuto.

Ejercicio físico:

Se trata de uno de los factores con más capacidad de modificación de la FC pudiendo elevar esta hasta los 200 latidos por minuto aproximadamente y pudiendo acercarse a la FC máxima, entendiendo esta como el número máximo de latidos que puede alcanzar el corazón durante un minuto sometido a esfuerzo, siendo no aconsejable pasar este límite y considerando que este disminuye con la edad.

Para la realización del ejercicio físico de intensidad moderado se recomienda una frecuencia cardiaca entre el 50% a 70% de su frecuencia cardiaca máxima mientras que para el ejercicio vigoroso este puede llegar en torno al 70-85% o superiores en atletas entrenados2.

Género:

El tamaño del corazón en la mujer es menor, de un 85% – 90% respecto al del hombre, sobre todo por el menor tamaño de las estructuras corporales. Si se expresa en relación al peso corporal, el resultado es inferior también.

Al tener un corazón de menor tamaño, el volumen sistólico y la cantidad de sangre que se bombea también se reducen, por ello el corazón de la mujer se ve obligado a trabajar más. De ahí que las mujeres, en igualdad de condiciones, tengan frecuencias cardíacas algo superiores que los hombres (entre 5 y 9 ppm más, aproximadamente)3.

Posición del cuerpo:

En posición de pie, la fuerza de la gravedad dificulta el retorno venoso, lo que representa un esfuerzo considerable para el corazón, que actúa aumentando su frecuencia de contracción. Por otro lado, el trabajo realizado por encima de los hombros también incrementa considerablemente las pulsaciones. Sin embargo, en posiciones horizontales o sentadas la fuerza de la gravedad afecta en menor medida a estos valores3.

Estimulación del sistema nervioso:

La sobreactivación del sistema nervioso a nivel simpático varía según el momento, tipo de actividad, hora del día, consumo de estimulante, etc., dando lugar a diferentes valores de la FC.

Hora del día:

Es habitual una mayor frecuencia cardiaca por la mañana la cual disminuye paulatinamente por la tarde; además, después de comer al realizarse la digestión y en función del tipo y cantidad de alimento puede llegar a producirse entre un 10% y un 30% más de FC. Además, el cansancio o el sueño disminuyen la FC alcanzándose los picos más bajos durante las horas de sueño3.

Temperatura y altura:

Cuanto más calor, más altas serán las pulsaciones, de la misma manera cuanto más frío, menos pulsaciones.

Además, cuanta mayor sea la altura en la que se encuentre el organismo, al existir una menor concentración de oxígeno en el aire se creará una necesidad la cual se traducirá en un mayor esfuerzo cardíaco para tratar de bombear la misma cantidad de oxígeno3.

Factores psicológicos:

El estrés, estados de ansiedad, miedo y excitación sexual entre muchos otros aumentan la FC de forma considerable, sin embargo, la concentración, calma, satisfacción o técnicas de relajación pueden ayudar a rebajar las pulsaciones a través de un buen control del ritmo cardíaco3.

Composición corporal:

Las personas más altas y delgadas tendrán menor FC que los más bajos y con sobrepeso. Por otra parte, aquellas personas con mayor masa muscular de forma habitual mostraron FC más elevadas.

 

PROCEDIMIENTO DE MEDICIÓN PALPATORIA Y USO DE LOS DIFERENTES PULSOS:

Considerando el pulso como una constante vital fundamental se evidencia la necesidad de una correcta medición de esta para su posterior interpretación. Su medida se realiza en unas condiciones determinadas (reposo o actividad) y se expresa en latidos por minuto (lpm), además, puede medirse tanto de forma palpatoria como instrumental. A continuación, nos centraremos en la medición palpatoria.

Los pulsos arteriales generalmente se evalúan por palpación con la punta de los dedos índice y corazón, en zonas en las que la pared arterial puede ser comprimida contra un plano duro (óseo), ya que así podemos sentir el latido arterial en forma de rebote elástico de la arteria. Por lo tanto, palpamos el pulso en áreas donde las grandes arterias se encuentren próximas a la piel, que determinan los distintos pulsos palpables: temporal, carotídeo, axilar, humeral, cubital, radial, femoral, poplíteo, tibial posterior y pedio o dorsal del pie. Debemos recordar que, a excepción de las arterias carótidas, debemos palpar los pulsos de manera simultánea y bilateral para poder hacer comparaciones útiles.

La medición del pulso venoso se realiza principalmente desde la vena yugular (es uno de los vasos principales del sistema venoso), y se utiliza para estimar la presión venosa central (PVC).

Un aumento de la presión venosa yugular no tiene por qué ser patológico; puede ser fisiológico en situaciones como el esfuerzo, embarazo, anemia, fiebre, hipovolemia… Si es patológico, se producirá generalmente a causa de alguna de estas tres circunstancias: Fallo de bomba del ventrículo derecho, dificultad del llenado ventricular derecho o patología tricúspide.

De forma específica, se realizará la medición palpatoria de los diferentes pulsos de la siguiente manera, recordando siempre mantener el reposo, temperatura ambiente agradable y posición entada4:

  • Pulso temporal: frente al sujeto, colocando nuestros dedos índice y corazón de ambas manos sobre las regiones temporales, justamente por encima y por delante del pabellón auricular para palpar ambas arterias temporales.
  • Pulso carotídeo: es el que mejor refleja las funciones cardíacas; será el único en palpar de forma unilateral. Para ello colocamos los dedos índice y corazón en forma de gancho, por dentro del borde medial del esternocleidomastoideo y en la mitad inferior del cuello, presionando ligeramente sobre la arteria carótida.
  • Pulso axilar: se elevará el brazo del sujeto hasta un ángulo de 90º con la pared torácica y rotación externa, para poder palpar el hueco axilar, sobre una línea que va desde el punto medio de la clavícula a otro situado bajo las inserciones del pectoral mayor.
  • Pulso humeral: con el antebrazo del individuo ligeramente flexionado sobre el brazo, palpamos a lo largo del borde interno del bíceps, sobre el tercio inferior del brazo.
  • Pulso cubital: en la superficie palmar de la articulación de la muñeca, por arriba y por fuera del hueso pisiforme (borde cubital). Esta palpación a veces es difícil y se realiza en situaciones clínicas específicas.
  • Pulso radial: este pulso es el que se busca más comúnmente. Para palparlo, colocamos la mano del paciente ligeramente inclinada hacia dentro, y formamos con pulgar, índice y corazón una pinza en la cara ventral de la muñeca, en el borde radial.
  • Pulso femoral: se encuentra a nivel de la ingle en el triángulo de Scarpa con el paciente tumbado en decúbito supino.
  • Pulso poplíteo: en la región poplítea, y para poder palparlo tenemos que flexionar la pierna sobre el muslo, con el sujeto en decúbito prono.
  • Pulso tibial posterior: debemos buscarlo en el canal retromaleolar interno.
  • Pulso pedio o dorsal del pie: se puede localizar en el dorso del pie, por fuera del tendón del extensor propio del dedo gordo, y utilizaremos 2 o 3 dedos para encontrarlo. Puede estar ausente, y no significa que haya un daño vascular.

Por otro lado, debemos destacar la medición instrumental anteriormente mencionada la cual es llevada a cabo a través de pulsómetros con los cuales podemos obtener la frecuencia cardiaca en tiempo real. Por lo general consta de dos elementos: una correa transmisora para el pecho y un receptor que puede ser un reloj, un ciclocomputador, nuestro teléfono móvil, etc., no obstante, se ha producido un rápido desarrollo dando lugar a modelos menos aparatosos, discretos y además más precisos. Los modelos más avanzados miden, además, la variabilidad del ritmo cardíaco para evaluar la capacidad física; todo ello da lugar a que su uso en la actualidad sea muy extendido especialmente en el mundo deportivo permitiendo además trabajar en los niveles recomendados de FC. No obstante, es recomendable que las personas que sufren de cardiopatías y trastornos circulatorios, así como las que llevan un marcapasos cardíaco consulten a su médico antes de utilizar pulsómetros de frecuencia cardíaca.

 

INTERPRETACIÓN DE LOS DISTINTOS PARÁMETROS DEL PULSO:

El pulso es un índice de la actividad cardiaca y con ella podemos valorar la frecuencia cardiaca, el ritmo cardíaco, la amplitud y volumen del pulso, velocidad del pulso y la forma de onda o dicrotismo.

El ciclo cardíaco se mide por el tiempo que transcurre entre un punto dado del ciclo (por ejemplo, el inicio de la sístole) y el mismo punto de la sístole siguiente. El tiempo transcurrido para que se complete un ciclo se conoce también como intervalo o amplitud. La amplitud de la onda de pulso puede ser: normal, aumentada o disminuida. La inversa del intervalo es la frecuencia. Así, los corazones con intervalos largos son los que tienen frecuencia baja (bradicardia) y los de intervalos cortos son los que muestran frecuencia alta.

La frecuencia de un proceso cualquiera refiere al número de veces que se repite ese proceso en la unidad de tiempo; para este caso, la frecuencia cardíaca es promedio del número de latidos en los ciclos cardíacos ocurridos en un minuto, es decir el número de pulsaciones de una arteria por minuto. La diferencia entre la frecuencia de pulso central y pulso periférico se denomina déficit de pulso.

La velocidad es el tiempo empleado de cada pulsación; la velocidad de ascenso del pulso puede ser rápida o lenta.

El ritmo cardíaco, en cambio, alude a las diferencias o las similitudes que hay entre los intervalos, refiriéndose a la duración de los intervalos de la contracción ventricular. Si no hay igualdad en los espacios de tiempo entre las pulsaciones hablamos de arritmia, así, se habla de un ritmo regular cuando los intervalos son iguales entre sí y de un ritmo irregular en el caso contrario. Por otro lado, en la forma de la onda del pulso podemos ver su fase ascendente y descendente.

La interpretación de estos parámetros puede darnos lugar a tres alteraciones generales del ritmo cardiaco como son las arritmias, taquicardias y bradicardias.

  • Arritmias: Son alteraciones del ritmo cardíaco que pueden deberse a su aceleración (taquiarritmias) o a su enlentecimiento (bradiarritmias). Cuando el ritmo no es el esperado porque el ciclo se acorta o se alarga, la contracción del corazón es percibida por la persona como un salto en los latidos o palpitaciones. Algunas de las arritmias provocan síntomas, entre los que figuran palpitaciones y mareos que pueden llegar hasta la pérdida de la conciencia, pero también es posible que los pacientes con arritmias permanezcan asintomáticos.
  • Taquicardia: La taquicardia sinusal, es el aumento de la frecuencia cardíaca por encima de 100 latidos por minuto, en la mayor parte de los casos es consecuencia del estrés físico (como durante un ejercicio del tipo de subir escaleras o correr) o mental (como el causado por un susto, por ansiedad, por miedo, etc.). También puede deberse a un incremento de las demandas orgánicas de oxígeno (por anemia, insuficiencia cardíaca, insuficiencia respiratoria) o a enfermedades concomitantes (fiebre de cualquier origen, hipertiroidismo, embolia pulmonar, etc.). En raras ocasiones la taquicardia sinusal no obedece a ninguna de las situaciones descritas y entonces se denomina “taquicardia sinusal inadecuada”, que si es sintomática puede tratarse con fármacos betabloqueantes específicos, con bloqueantes cálcicos o incluso, en casos seleccionados, con un tratamiento invasivo como la ablación.
  • Bradicardia: suelen ser asintomáticas y no requerir tratamiento. Si se manifiestan, pueden ser tratadas con marcapasos. ​La bradicardia sinusal se define como ritmo sinusal con una frecuencia cardíaca en reposo de 60 latidos por minuto o menos. Los pacientes con esta bradicardia en general no desarrollan síntomas hasta que la frecuencia cardíaca desciende a menos de 50 latidos por minuto.

 

BIBLIOGRAFÍA

  1. Pérez J. ¿Cuántas son las pulsaciones normales por edad y estado?. INESEM. 2017.
  2. Arnett DK, Blumenthal RS, Albert MA, et al. 2019 ACC/AHA Guideline on the primary prevention of cardiovascular disease: a report of the American College of Cardiology/American Heart Association Task Force on Clinical Practice Guidelines. Circulation. 2019;140(11).
  3. Prieto J. Factores que alteran la frecuencia cardiaca [Internet]. ForoAtletismo.2022.
  4. Maestro J. Exploración cardiovascular. Pulsos periféricos. 1aria. 2020.

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