AUTORES
- Cristina Cubero Esteban. Grado Universitario en Enfermería Servicio Aragonés de Salud. Hospital Universitario Miguel Servet (Zaragoza, España).
- Mª Ángeles Casaus Margeli. Diplomatura en Enfermería. Máster en Acupuntura. Servicio Aragonés de Salud. Hospital Universitario Miguel Servet (Zaragoza, España).
- Alicia Moreno Arjol. Grado Universitario en Enfermería. Servicio Aragonés de Salud. Hospital Universitario Miguel Servet (Zaragoza, España).
- Lucía Belloc Pérez. Grado Universitario en Enfermería. Máster en Educación para la Salud. Servicio Aragonés de Salud. Hospital Universitario Miguel Servet (Zaragoza, España).
- Natalia Minguillón Ruiz. Grado Universitario en Enfermería. Servicio Aragonés de Salud. Hospital Universitario Miguel Servet (Zaragoza, España).
RESUMEN
La fructosa es el azúcar con mayor capacidad para endulzar, el cual encontramos en frutas, verduras y miel. Su absorción tiene lugar a través de las vellosidades intestinales. Tanto la intolerancia como la malabsorción de fructosa limita su capacidad de absorción, con la siguiente aparición de su sintomatología como la diarrea, náuseas, vómitos, distensión, dolor abdominal, flatulencia, ganancia o pérdida de peso. Este trastorno puede ser heredado, pero también juegan un papel factores no genéticos. Se considera una intolerancia infradiagnosticada ya que su sintomatología puede confundirse con otras patologías. La dificultad para el seguimiento de la dieta hace necesario y fundamental el papel de la enfermera.
PALABRAS CLAVE
Fructosa, malabsorción, fructosa, malabsorción, intolerancia, metabolismo fructosa.
ABSTRACT
Fructose is the sugar with the most sweetening capacity that exists, which we find in fruits, vegetables and honey. Its absorption takes place through the intestinal villi. Both fructose intolerance and malabsorption limit its absorption capacity, with the subsequent appearance of MAF symptoms such as diarrhea, nausea, vomiting, bloating, abdominal pain, flatulence, weight gain or loss. This disorder can be inherited, but non-genetic factors also play a role. It is considered an underdiagnosed intolerance since its symptoms can be confused with other pathologies. The difficulty in following the diet makes the role of the nurse necessary and fundamental.
KEY WORDS
fructose, malabsorption, fructose, malabsorption, intolerance, fructose metabolism.
DESARROLLO DEL TEMA
Durante la última década, la ingesta de fructosa se ha incrementado debido a su gran poder edulcorante aportando escasas calorías, sobre todo para el uso y la comercialización de los alimentos “light o diet” o productos dietéticos. La fructosa es un monosacárido, que se encuentra en su mayor parte en frutas y la miel, también se encuentra presente en la mayoría de los vegetales en forma de fructanos.
Entre las causas que encontramos para la intolerancia o malabsorción de la fructosa encontramos, causas primarias (déficits o mutaciones de enzimas):fructosuria esencial, la deficiencia de fructosa-1.6-bifosfatasa o la intolerancia hereditaria a la fructosa (debido al déficit de la enzima aldolasa B) y una causa exógena mala absorción aislada de fructosa(MAF).1,3,4
Existe un 50-60% de la población infradiagnosticada.1 Las personas que sufren dicha patología, no pueden absorber de forma eficiente la fructosa lo que origina una malabsorción y aparición de sintomatología (problemas gastrointestinales) que podría confundirse con otras patologías
Durante la revisión bibliográfica para la realización del presente artículo se ha visto la gran asociación entre el consumo de fructosa con diferentes alteraciones metabólicas como el hígado graso, alteraciones en la sensibilidad de la insulina(insulinoresistencia) y diabetes tipo 2. También se encuentra ligada a otras intolerancias (principalmente a la lactosa) o al síndrome de intestino irritable.1,2,8
EFECTOS DE LA FRUCTOSA A NIVEL GASTROINTESTINAL:
En el intestino delgado, específicamente en la membrana apical del enterocito se produce la absorción de fructosa, donde se encuentra el transportador de glucosa 5 (GLUT5), único y específico para fructosa, que la transporta en forma pasiva desde el lumen a la sangre. Existe otro transportador de baja afinidad, el GLUT2. Ambos transportadores conducen la fructosa a través de la circulación portal al hígado, liberando insulina. La fructosa es absorbida de una manera más lenta, pero es captada y metabolizada por el hígado con mayor rapidez.La GLUT5 la encontramos principalmente en duodeno y yeyuno.
La absorción de glucosa aumenta en presencia de glucosa, galactosa y algunos aminoácidos. En contraposición disminuye en presencia de sorbitol, ya que este podría competir con la fructosa por el GLUT5.2 Por el contra, se demostró que la ingestión simultánea de glucosa puede mejorar la fructosa absorción y prevenir los síntomas. La observación de que este efecto fuese beneficioso, no sólo fue mediado por azúcares, sino también por aminoácidos como la alanina6,4,7. Otra explicación es la presencia de una glucosa dependiente sistema de co-transporte de fructosa.
A nivel gastrointestinal, la ingesta elevada de fructosa, ocasiona síntomas asociados a una MAF.Existe una relación directa entre la aparición de sintomatología gastrointestinal y el aumento en la ingesta de fructosa. La fructosa tiene una absorción limitada en el intestino delgado; se ha estimado que, al ingerir altas cantidades, la mitad de la población no podría absorber una carga mayor a 25 g. Las consecuencias fisiológicas de la MAF, incluyen un aumento de la carga osmótica luminal,ser sustrato de rápida fermentación para bacterias en el colon, alterar la motilidad gastrointestinal y generar un cambio en la flora intestinal.2,7
Cuando la fructosa no absorbida alcanza la luz del colon, es fermentada, se libera hidrógeno (H2), anhídrido carbónico (CO2) e incluso gas metano (CH4). Esto provoca dolor abdominal cólico, hinchazón, distensión o abombamiento, gases, meteorismo, borborigmos y con cierta frecuencia diarrea con abundante gas (diarrea “explosiva”).Algunos pacientes pueden presentar náuseas con vómitos, cefaleas y, en ocasiones, incluso agravamiento de un estreñimiento previo (sobre todo en aquellos pacientes que tienen una flora intestinal que produce de forma predominante gas metano). La desnutrición y pérdida de peso son poco probables.7
MEDIDAS DIETÉTICAS:
La intolerancia a la fructosa engloba distintas patologías. En la mayor parte de ellas la restricción dietética de fructosa y sus fuentes mejora la sintomatología en el 80% de la población afectada.1
Se debe de informar a aquellos que padecen intolerancia o malabsorción de fructosa que deben tener precaución con los medicamentos, puesto que entre los excipientes que se usan para su formulación se encuentra algunos, que pueden descomponerse en fructosa.3
La dieta a seguir dependerá del tipo de intolerancia o malabsorción que presente el paciente. Existen multitud de tablas y bibliografía, que muestran la cantidad de fructosa de cada alimento. Será tarea de la enfermera ejercer educación para la salud sobre la dieta a seguir, la combinación de alimentos para evitar la malabsorción de fructosa, la introducción de alimentos nuevos y la tolerancia a ellos.
Por lo general; al comenzar la dieta se deben evitar todos aquellos productos procesados y misceláneos, alimentos o harinas integrales, frutos secos o frutas desecadas y legumbres (salvo la soja). En un primer tiempo se restringirán gran parte de frutas y verduras, se permitirán aquellas con menor contenido en fructosa como: arándanos, moras, naranja, mandarina, pomelo, níspero, piña, kiwi, coco, papaya y aguacate. Se permitirán todo tipo de tubérculos. Entre las harinas permitidas encontramos: la harina de maíz, trigo (y sus variedades), arroz o quinoa. Como verduras permitidas se encuentran: calabaza, calabacín, setas, endibias, berza, cardo, espinacas, acelga, apio o berenjena. Respecto a los lácteos, se recomendará en primer lugar el kéfir por sus grandes beneficios probióticos; se permitirán bebidas de almendra, arroz, soja, quinoa, soja, horchata, leche y queso sin lactosa y tofu. No quedarán restringidos ni carne, ni pescado, siempre que no estén procesados, y se hará mención especial a la restricción de embutidos.
Se informará a los pacientes de aquellos edulcorantes artificiales que deben evitar como el sorbitol o el eritritol y aquellos permitidos como la sacarina, la sucralosa o el jarabe de glucosa.
Debemos recordar que conforme avanza el tiempo, se deberán reintroducir poco a poco alimentos para continuar con la tolerancia.
En ocasiones, la dieta es de difícil seguimiento para adultos recién diagnosticados y el abandono de la dieta por la gran cantidad de restricciones es muy común. Debemos recordar que a menudo el diagnóstico de este tipo de intolerancia o MAF, lleva tiempo y ello lleva a los pacientes a el ensayo-error con distintas dietas o tratamientos, que causarán frustración. Será tarea de la enfermera apoyar y guiar a los pacientes para continuar y mantener una dieta equilibrada sin déficit vitamínicos y evitando las grandes molestias ocasionadas por la malabsorción.
PROBLEMÁTICA QUE IMPLICA:
Los inconvenientes de esta enfermedad son múltiples y variados. Existen dificultades para la adquisición de productos alimentarios, ya que, a diferencia de otras enfermedades como la celiaquía, no existen productos específicos para estos pacientes. Presentan limitaciones en comidas familiares, así como en celebraciones, vacaciones, campamentos, y otros actos sociales. En los comedores escolares tienen problemas para su admisión y obtención de la dieta adecuada.
A nivel sanitario, se encuentran con medicamentos que contienen fructosa entre sus excipientes; falta de dieta específica durante los ingresos hospitalarios; así como inexistencia de asesoramiento nutricional al paciente y/o familiares para conseguir una dieta equilibrada y segura.
Los niños reciben muchos no por respuesta, no pueden compartir el pastel del compañero, chucherías, refrescos o zumos como sus amigos. Los padres a veces los sobreprotegen y les transmiten miedo.5
BIBLIOGRAFÍA
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