Tratamiento del cólico del lactante.

25 junio 2022

AUTORES

  1. Irene Celiméndiz Ferrández. Graduada Universitaria en Enfermería. Centro de Salud de Tarazona.
  2. Inés Pérez Irache. Diplomada Universitaria en Enfermería. Centro de Salud de Tarazona.
  3. Concepción Berta Bonel Torrero. Diplomada Universitaria en Enfermería. Centro de Salud de Tarazona.
  4. Julia Lasheras García. Diplomada Universitaria en Enfermería. Centro de Salud de Tarazona.
  5. Iván Rodríguez Miró. Graduado Universitario en Enfermería. Centro de Salud de Tarazona.
  6. Raquel Borobia Bonel. Diplomada Universitaria en Enfermería. Centro de Salud de Tarazona.

 

RESUMEN

El cólico del lactante es un proceso benigno caracterizado por episodios de llanto de predominio nocturno de más de 3 horas al día, más de 3 días a la semana y de más de 3 semanas. Su diagnóstico es clínico por lo que no suele requerir ninguna prueba diagnóstica complementaria. Los síntomas suelen aparecer a los 15 días y desaparecen a los 4 meses, afectando a un 17-25% de los bebés.

Actualmente se desconoce su causa, aunque existen múltiples teorías: inmadurez del tracto digestivo, alteraciones de la flora bacteriana, estreñimiento, meteorismo o inflamación intestinal. Otras hipótesis se orientan hacia las intolerancias y alergias alimentarias y también se debe tener en cuenta que pueden intervenir factores conductuales, psicológicos y sociales.

No existen directrices establecidas para su tratamiento. Las modificaciones conductuales y la educación para la salud suelen ser las principales estrategias. Otras intervenciones son los cambios dietéticos como las dietas bajas en alérgenos y el empleo de leches con fórmulas especiales. En cuanto al tratamiento farmacológico destaca el uso de probióticos como el Lactobacillus Reuteri.

Objetivo: Realizar una revisión bibliográfica sobre la etiología y el tratamiento del cólico del lactante con el objetivo de proporcionar información accesible y actualizada a los profesionales de Atención Primaria.

Metodología: Se ha realizado una revisión bibliográfica en diferentes bases de datos: PubMed, Cochrane Library, Science Direct y Dialnet. Se emplearon varias palabras clave y se acotó la búsqueda en función del tipo de documento, idioma y año de publicación.

Resultados: La bibliografía científica actual evidencia la falta de consenso en cuanto a su etiología y tratamiento aunque sí existen varias hipótesis estudiadas.

Discusión-conclusiones: Esta revisión evidencia la necesidad de una mayor investigación sobre la etiología y tratamiento del cólico que permita unificar criterios y pautas de actuación. Además, resalta la importancia de una adecuada educación para la salud para padres y cuidadores.

 

PALABRAS CLAVE

Cólico, lactante, educación en salud, lactancia materna, tratamiento.

 

ABSTRACT

Infant Colic is a benign disorder which usually appears at night. The periods of crying last more than three hours per day and more than three days and at least for three weeks.

The aetiopathogenesis of infantile colic as a symptom remains undefined and its diagnosis is usually based on clinical symptoms. Symptoms usually appear at 15 days and disappear at 4 months. Between 17% and 25% of all infants are estimated to experience colic.

There is no clearly identifiable cause despite there are some theories: immaturity in motility, alterations in the microbiome, constipation, meteorism or intestinal inflammation. Different studies have suggested that food intolerances and allergies can contribute to its manifestation. Furthermore, behavioral and social components may also be involved and there is recent research investigating the use of some pharmacological treatment as probiotics like Lactobacillus Reuteri.

Objective: The aim objective is to provide accessible and updated information about the etiology and treatment to the professionals in Primary Care.

Method: A bibliographic review about Infant Colic has been performed on different databases: PubMed, Cochrane Library, Science Direct and Dialnet. Some keywords were used and the articles have been selected looking at the type of document, language and year of publication.

Outcomes: The scientific literature shows a lack of consensus about its etiology and treatment, although some hypotheses have been studied.

Conclusion: This work aims to demonstrate the need of alternative studies on treatment and etiology so as to unify recommendations. Furthermore, health education is proved to be an important component of the treatment.

 

KEY WORDS

Colic, infant, health education, breast feeding, treatment.

 

INTRODUCCIÓN

Los trastornos digestivos funcionales del lactante se caracterizan por una sintomatología gastrointestinal de larga evolución que no se asocian con anomalías estructurales ni bioquímicas. Entre ellos se encuentran la disquecia del lactante, el síndrome de rumiación, el vómito, la diarrea o el estreñimiento funcional. El cólico del lactante es uno de los más frecuentes, se ha incluido dentro de este grupo de trastornos para evitar errores diagnósticos o terapéuticos 1.

Para su diagnóstico se emplean los criterios Roma IV que se basan en la definición de cólico e incluyen la edad, el llanto, el aumento de peso y la presencia o ausencia de fiebre 1,2.

Tradicionalmente, el cólico del lactante se describe como un síndrome caracterizado por episodios de llanto repentino aparentemente sin causa que son de predominio nocturno y se prolongan en el tiempo: duran más de 3 horas al día, más de 3 días a la semana y persisten más de 3 semanas (definición de Wessel, 1954). Posteriormente, han aparecido nuevas definiciones que se refieren a ellos como una condición clínica de inquietud y llanto que dura al menos una semana en un bebé que por lo demás está sano (definición de Hyman, 2006). Después de incluirlos dentro de los trastornos digestivos funcionales se le han añadido signos clínicos como la irritabilidad y la inquietud de al menos una semana de duración (definición de Drossman, 2016). Este llanto se suele caracterizar por ser inconsolable, más intenso y con un tono más alto. Además, puede acompañarse de otros signos como el enrojecimiento, el meteorismo y la irritabilidad 1-6.

Los cólicos no afectan al desarrollo del niño y en ocasiones pueden asociarse a la situación fisiológica determinada por la edad en la que se encuentra el lactante. Aunque se trata de un proceso benigno que desaparece con el tiempo sin dejar secuelas, puede llevar a los padres o cuidadores a encontrarse agotados, frustrados y preocupados por la dificultad de consolar al niño. Esto hace que sea una de las principales causas de consulta en pediatría 1-5, 7.

A corto plazo, esta situación puede interferir en la calidad de vida tanto del niño como de su familia pudiendo llevar a la interrupción prematura de la lactancia, estrés e incluso situaciones de maltrato. Además, las consecuencias a largo plazo, aunque carecen de evidencia concluyente, incluyen un mayor riesgo de desarrollar dolor abdominal recurrente, enfermedades alérgicas y trastornos del sueño. También existen nuevos estudios enfocados en la relación entre un tratamiento exitoso del cólico y un favorable neurodesarrollo posterior 1, 2, 8.

 

INCIDENCIA Y PREVALENCIA:

La prevalencia de los trastornos digestivos en lactantes es muy elevada, aunque varía en función del tipo de estudio realizado, los criterios empleados, los métodos de recogida de datos y la población estudiada. Además, la mayor parte de las investigaciones se han realizado en población occidental. Teniendo esto en cuenta, se estima que la prevalencia global es del 20% aproximadamente 1,2.

En concreto, los cólicos pueden afectar a un 17-25 % de los niños dependiendo de la geografía sin apreciarse diferencia entre diferentes niveles socioeconómicos y sin asociarse al género ni al tipo de alimentación. A nivel mundial, la prevalencia en Asia y Europa es del 38%, en Estados Unidos del 27,1% y en algunos países latinoamericanos del 8,7% 1, 4, 6.

Generalmente los síntomas aparecen a los 15 días y duran hasta los 4 meses tanto en los bebés amamantados como en los alimentados con fórmula. Parecen ser más frecuentes en las primeras seis semanas de vida y su mayor incidencia es en torno al mes y medio de vida 3-7.

 

FACTORES PRESISPONENTES:

Se ha determinado que el cólico del lactante tiene una mayor incidencia en relación con la prematuridad, el tabaquismo materno y la depresión materna pre o postparto. También se relaciona con una mayor edad materna y con los bebés primogénitos 1, 2, 6. Por otro lado, existen pruebas de que los niños mayores que presentan migrañas tienen más probabilidad de haber presentado cólicos 2,3.

 

ETIOPATOGENIA:

La etiopatogenia del cólico infantil sigue sin estar completamente definida, existen múltiples teorías pero los estudios actuales carecen de la suficiente evidencia 1, 2. Lo más probable es que su origen sea multifactorial: puede deberse a factores conductuales (tanto psicológicos como sociales) como es la estimulación excesiva o la hipersensibilidad a ciertos estímulos 1, 7. También puede deberse a factores biológicos como son la inmadurez del aparato digestivo, alteraciones en la flora bacteriana intestinal o el estreñimiento 3-5, 7.

A continuación, se desarrollan algunas de las teorías estudiadas actualmente:

  • PSICOLÓGICAS Y CONDUCTUALES:

El cólico del lactante se puede asociar a factores conductuales, psicológicos y sociales. La teoría conductual estudia su asociación con disfuncionalidades familiares como las alteraciones en la relación con los progenitores. Éstas a su vez se asocian con elementos como el nivel socioeconómico, la edad, factores como la ansiedad y hábitos poco saludables. Estas disfuncionalidades pueden dar como resultado un ambiente desfavorable, sin embargo, se requieren estudios enfocados a toda la unidad familiar para corroborar su relación con los cólicos 1, 2, 7.

También puede haber cierta relación con la estimulación excesiva del niño o con una hipersensibilidad del lactante a ciertos estímulos, e incluso existe algún estudio que indica que un menor contacto físico durante la crianza se asocia a mayor proporción de episodios de cólicos. Por otro lado, ciertos hábitos poco saludables como el tabaco se han asociado a una mayor incidencia: existe evidencia de que son un 25% más frecuente en niños de madres fumadoras o que usan sustitutivos de nicotina en embarazo y lactancia 1-3, 7.

 

  • DIGESTIVAS Y GASTRONTESTINALES:

Existen hipótesis y teorías orientadas a una posible etiología digestiva como puede ser: la inmadurez del aparato digestivo, el riesgo de contracciones intensas de las fibras musculares del intestino, las alteraciones de la mucosa o de la flora bacteriana intestinal, el meteorismo y el estreñimiento 7.

Inmadurez del tracto digestivo e hipertonicidad:

Una de las teorías propuestas es la inmadurez del sistema nervioso entérico, lo cual puede llevar a contracciones intestinales intensas e hipertonicidad y, por tanto, a toda la sintomatología que acompaña al cólico. Esto se asocia con una desregulación transitoria del sistema nervioso que puede causar también otras alteraciones como el estreñimiento 1, 2, 6.

Meteorismo:

El meteorismo son las flatulencias en el intestino que producen distensión abdominal. Pueden estar asociadas a la aerofagia que se puede producir, por ejemplo, durante la alimentación. También puede asociarse a una malabsorción de carbohidratos que produce un incremento de gases secundario a un aumento de las bacterias gastrointestinales. Por este motivo también podría asociarse a la intolerancia a la lactosa 1,3.

Alteración de la microflora intestinal:

Los lactobacillus son bacterias no patógenas y anaerobias con un papel importante en el desarrollo de la respuesta inmune6. Algunos estudios han demostrado que los bebés que padecen cólicos pueden tener una menor diversidad de microbiota: menor concentración de lactobacilos y mayor cantidad de bacterias coliformes como la Escherichia Coli. Esto puede causar alteraciones en la motilidad intestinal y un aumento de la producción de gases 1, 3, 6. Además, uno de los microorganismos que recientemente se ha asociado a los cólicos infantiles es el Helicobacter Pylori 2.

Siguiendo esta teoría, hay estudios que proponen el suministro de bacterias probióticas de manera profiláctica ya que podría ofrecer beneficios significativos con riesgos mínimos3.

Por otro lado, cada vez existe mayor evidencia de que los bebés nacidos por cesárea tienen una microbiota diferente. La alteración de esta microflora se asocia con hipótesis como la ausencia de procesos biológicos (como el contacto piel con piel tras el parto o la lactancia materna exclusiva) y la colonización no intencionada de bacterias menos favorables procedentes del hospital o del personal del mismo 3.

Además, la leche humana contiene probióticos de manera natural, especialmente de las especies Bifidobacterium. Sin embargo, los estudios difieren en cuanto al factor protector de la lactancia y en el posible compromiso de la microbiota por la alimentación artificial. Sin embargo, sí se ha demostrado que los niños no amamantados tienen niveles más altos de bacterias coliformes 3.

Inflamación de la mucosa intestinal:

La Calprotectina (CPF) es un marcador fecal que ayuda a detectar la presencia y el grado de inflamación intestinal y se ha encontrado que puede estar duplicada en niños con cólicos 1. El mecanismo exacto no está definido completamente. Sin embargo, se puede argumentar que la relación entre el Lactobacillus Reuteri y las células entéricas se asocia con la modulación de los efectos inflamatorios del intestino, tal como se ha demostrado en modelos animales 9.

Estreñimiento:

El cólico del lactante también se ha asociado a un posible estreñimiento. Este puede estar ocasionado por la inmadurez neurológica del colon que provoca un enlentecimiento de las evacuaciones 1.

 

  • ALERGIAS E INTOLERANCIAS:

Hipersensibilidad a los alimentos o alergia:

Los cólicos son con frecuencia el primer síntoma de una alergia alimentaria. Esta teoría inmunológica se centra en la existencia de posibles alérgenos como la proteína de la leche de vaca, presente tanto en fórmulas de leche infantil como en la leche materna 3,6. De hecho, según la Asociación Española de Pediatría (AEP) es una de las alergias alimentarias más frecuentes en los menores de dos años afectando a un 2,5% de la población 10. Además, se ha demostrado que los niños que presentan síntomas moderados o graves de cólicos se asocian hasta en un 25 % con esta patología y también con antecedentes familiares de atopia 2. Esta patología se diferencia de la intolerancia a la lactosa y puede causar daños en el epitelio intestinal 2.

Este es el motivo por el que el tratamiento dietético puede ser uno de los principales enfoques terapéuticos: se ha propuesto que una dieta materna baja en alérgenos o fórmulas infantiles hipoalergénicas pueden resultar eficaces para el alivio de los síntomas del cólico en el lactante 3.

Intolerancia a la lactosa:

Se define como la incapacidad para descomponer la lactosa de los alimentos debido a un déficit de lactasa, que es una enzima responsable de la digestión de la lactosa 2,3. Esto permite que cantidades significativas de lactosa pasen al intestino grueso. Allí los microorganismos presentes (Lactobacillus y Bifidobacterias) actúan sobre ella provocando su fermentación y la producción de hidrógeno, lo cual distiende el colon causando dolor. De hecho, se ha comprobado que los pacientes con intolerancia tienen un alto contenido de hidrógeno en el aire expirado (mediante cromatografía de gases). Sin embargo, su asociación con los cólicos no está clara ya que, por ejemplo, no explica el predominio nocturno de los mismos 2.

Además, el aumento de la presión osmótica que producen la lactosa y el ácido láctico conducen a un aumento de líquido en el intestino, lo cual empeora la sintomatología 1, 3, 6.

 

  • TIPO DE ALIMENTACIÓN:

El factor protector de la lactancia materna es todavía algo comprometido. Existen revisiones bibliográficas y estudios que han concluido que la incidencia de los cólicos no ha demostrado estar relacionada con el tipo de alimentación del bebé (ya sea materna o artificial) ni con la posición del bebé en el pecho 2, 6.

Por otra parte, existe algún estudio de la última década que asocia una menor incidencia de cólicos en los lactantes alimentados con leche materna de manera exclusiva. De hecho, así se recoge en la última Guía de Práctica Clínica sobre lactancia materna del Ministerio de Sanidad 11. Siguiendo la misma línea, en otros estudios se asocia una menor duración de la lactancia con un 50% más de cólicos en los primeros meses 6. Esto puede asociarse al cambio de composición de la leche durante la toma siendo más rica en grasa al final, lo que produce una mayor sensación de saciedad y a su contenido en triptófano y melatonina, que puede contribuir a mejorar el sueño 1,6.

Además, también existe controversia en cuanto a su influencia sobre la microbiota intestinal, aunque hay evidencia de que los niños no amamantados tienen niveles más altos de bacterias coliformes 3.

 

  • FACTORES HORMONALES:

Otra hipótesis en cuanto a la etiología de los cólicos es su posible relación con bajos niveles de colecistoquinina y con los niveles de serotonina, aunque esta asociación no es del todo concluyente 1. También se han encontrado altos niveles de motilina que causa hiperperistaltismo intestinal que facilita la expulsión de gases y también cambios en los niveles de grelina que produce un aumento del apetito pudiendo causar una falsa sensación de hambre y ser una de las causas del cólico 2, 6.

 

DIAGNÓSTICO:

Aunque en general los síntomas no son indicativos de enfermedad, alrededor de un 5% pueden tener un problema médico grave subyacente. Esto resalta la importancia de un correcto diagnóstico diferencial y de la realización de una buena evaluación que excluya la necesidad de más investigación y tratamiento 3, 4.

Lo principal es corroborar que sus necesidades están cubiertas: comprobar que el bebé está limpio y no tiene hambre, descartar infecciones 7… Y una vez excluidas el resto de causas, se debe aconsejar y tranquilizar a los padres o cuidadores con una correcta educación para la salud 2.

Existen varias herramientas para el análisis del llanto en los bebés, pero ninguna ha demostrado ser útil para fines clínicos 2. Algunas de ellas son: Diario del Bebé (Barr Baby Day Diary), Escala de llanto de Ames (Ames Cry Score), Cuestionario sobre el Patrón de llanto (Crying Pattern Questionnaire), Escala de cólicos del lactante de Ellet (Infant Colic Scale), etc. La mayoría de estas herramientas se basan en el «llanto» como factor principal. De estas herramientas, el diario del bebé (Barr Baby Day Diary) es la más estudiada2.

Por otro lado, al incluir el cólico como un trastorno digestivo funcional siguiendo los criterios de Roma IV, se desarrolló un cuestionario para la investigación pediátrica con fines epidemiológicos. Las preguntas de estos criterios se basan en la definición de cólico e incluyen la edad, el comportamiento de llanto, el aumento de peso del niño y la presencia o ausencia de fiebre2.

Generalmente el diagnóstico del cólico infantil es clínico y no suele ser necesaria ninguna prueba diagnóstica complementaria2, incluye:

  • Exploración: debe realizarse una exploración física exhaustiva y detallada para descartar otras causas médicas o quirúrgicas que puedan provocar la sintomatología. Por ejemplo, si se encuentra muy decaído o con fiebre se deben descartar posibles causas como infecciones o una invaginación intestinal 2,7. Los antecedentes negativos importantes a tener en cuenta incluyen caídas, fiebre, vómitos, convulsiones, mala aceptación oral, llanto asociado a la micción o vacunación reciente2.
  • Historia clínica: es fundamental realizar una anamnesis exhaustiva para llegar a un correcto diagnóstico, ya que su origen puede ser multifactorial. Debe incluir datos como el momento y la manera en la que se produce el llanto, la reacción de los padres/cuidadores ante el llanto del niño, la alimentación, el ritmo deposicional, los hábitos de sueño y el número de horas que duerme1

Incluso después del diagnóstico de cólico, el niño debe ser objeto de un seguimiento adecuado por parte de los profesionales2.

 

TRATAMIENTO:

El tratamiento de los síntomas gastrointestinales en los bebés puede suponer un reto debido a la cantidad de factores que pueden influir: geográficos, alimentarios, psicológicos, conductuales, sociales, familiares4

El tratamiento debe ser individualizado, con especial énfasis en el asesoramiento a los padres y teniendo en cuenta que su abordaje puede ser multifactorial1, 2.

  • MODIFICACIONES CONDUCTUALES Y EDUCACIÓN PARA LA SALUD:

En el tratamiento resalta la importancia de la educación para la salud que consiste en proporcionar formación y apoyo a los padres/cuidadores con el objetivo de reducir sus niveles de ansiedad y mejorar los síntomas del bebé 5. Este tipo de intervenciones suelen considerarse de primera línea por su rentabilidad y su ausencia de efectos secundarios 2, 5, 6. Además, existe la posibilidad de realizarlas desde la consulta de Atención Primaria o de desarrollar programas de educación para la salud. Este tipo de programas, aunque han demostrado cierta efectividad, carecen de alta evidencia debido a problemas metodológicos: escasez de estudios sobre los mismos, sesgos, tamaños muestrales pequeños5

Una correcta educación para la salud debe incluir una explicación de los criterios de normalidad en el patrón de llanto de los bebés, ayudar a los cuidadores a aumentar su confianza respecto al cuidado del niño, enseñar las técnicas para calmar a un bebé que llora2… Es importante explicar que es un proceso benigno que cederá con el tiempo y evitar los sentimientos de culpa. Al mismo tiempo es importante explicar a los padres y/o cuidadores la importancia de su propio autocuidado para poder hacerse cargo del lactante6 y tratar de encontrar los apoyos sociales de los que puede disponer la familia7. Por parte del profesional es importante realizar un seguimiento a corto plazo ya que la mayoría de los cólicos se resuelven a los 3 meses de edad6.

Masajes:

Existen ciertos estudios que indican que un menor contacto físico durante la crianza puede asociarse a un posible incremento de la incidencia de los cólicos. Siguiendo esta teoría, el masajear con suavidad la zona abdominal o la espalda puede ayudar a corto plazo al alivio del cólico contribuyendo a la disminución del tiempo de llanto. Además, puede mejorar la relación del niño con el cuidador. Por otro lado, también se han demostrado efectos positivos como un mejor desarrollo sensorial, un aumento del tono vagal y de la motilidad gástrica, una mejor conciliación del sueño6

Otras recomendaciones son colocar al lactante en una posición cómoda (por ejemplo, decúbito supino o prono, en brazos, sobre el pecho…) y mecerle suavemente7. Se cree que la posición en decúbito prono puede contribuir a mejorar la sintomatología debido a que la presión que se ejerce sobre el abdomen puede producir alivio2.

Sin embargo, la evidencia científica disponible hasta la fecha, como la proporcionada por revisiones de Cochrane5, no permite hacer recomendaciones definitivas debido a que los resultados favorables no se pueden asociar por completo a la terapia manual o a otros aspectos de la atención por parte de los progenitores al niño12.

Disminución de estímulos:

Existe una posible relación de los cólicos con una estimulación excesiva del niño o con una hipersensibilidad del lactante a ciertos estímulos7. Esto resalta la importancia de dar pautas para mantener un ambiente tranquilo, dando las herramientas que contribuyan a la relajación tanto del propio cuidador como del lactante. Entre las recomendaciones se incluyen disminuir la luz de la habitación, evitar ruidos, mecer suavemente, evitar movimientos bruscos …

 

  • MODIFICACIONES EN LA ALIMENTACIÓN:

El papel que tienen los cambios en la dieta para reducir los cólicos infantiles sigue siendo controvertido tanto en bebés con cólicos alimentados con lactancia materna como artificial4. Se debe tener en cuenta que las modificaciones dietéticas deben ser controladas por un profesional y suspenderse en caso de no resultar eficaces6. Las principales intervenciones estudiadas son:

Dietas bajas en alérgenos:

Las dietas bajas en alérgenos pueden resultar beneficiosas ante la sospecha de hipersensibilidad o alergia del lactante a ciertos alimentos1, 4 (leche de vaca, trigo, huevos, soja, frutos secos, pescado…). Por ejemplo, en el caso de los bebés amamantados, una dieta materna baja en alérgenos puede mejorar la sintomatología del cólico4.

Leches de fórmula hidrolizadas:

En el caso de alergia a la proteína de la leche de vaca, la clínica del cólico puede mejorar retirándose de su dieta. Si el bebé es alimentado con lactancia artificial se recomienda emplear una fórmula hipoalergénica de caseína hidrolizada mientras que si es alimentado con leche materna se deberían retirar los posibles alérgenos de la dieta materna: lácteos y derivados, alimentos elaborados con leche (como algunos dulces) y alimentos que contengan algún componente extraído de la leche como albúmina o caseína4, 6, 7.

Fórmulas con bajo contenido en lactosa y suplementos de enzima lactasa:

Siguiendo la hipótesis que asocia la intolerancia a la lactosa por déficit de lactasa con las molestias y el llanto, se ha comprobado que las fórmulas artificiales con bajo contenido en lactosa pueden reducir el exceso de gas intestinal y mejorar la clínica4. El empleo de este tipo de fórmulas no ha demostrado efectos adversos, sin embargo, siguen siendo necesarios más estudios para recomendar su uso4.

Siguiendo la misma hipótesis anterior, la administración de suplementos de lactasa como intervención dietética está siendo objeto de investigación, pero ninguno de los estudios es de alta calidad y las medidas de resultados no son uniformes para llegar a una conclusión firme2.

Fórmulas de soja:

Algunos estudios indican que las fórmulas de soja pueden reducir los síntomas de los cólicos. Sin embargo, el Comité de Nutrición de la Sociedad Europea de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica (ESPGHAN) declaró que no hay pruebas que aconsejen su uso. Además, puede presentar alergia cruzada a la proteína de la leche de vaca y no deben administrarse a bebés con alergia alimentaria durante los primeros seis meses de vida4.

Promoción de la lactancia materna:

Tal como se ha comentado anteriormente, el factor protector de la lactancia materna sigue sin presentar evidencia concluyente. Son necesarios más estudios en diferentes poblaciones en los que se eviten sesgos de selección y que se realicen con amplios tamaños muestrales para poder extrapolar los resultados.

 

  • ALIVIO DEL METEORISMO:

Las flatulencias en el intestino pueden producirse cuando el lactante realiza con gran avidez las tomas, ya que puede producirse cierta aerofagia. En estos casos sería conveniente mantener al bebé en posición vertical durante unos minutos para que pueda expulsarlos con mayor facilidad7. También puede estar en relación con el aumento de gases secundario a una intolerancia a la lactosa tal como se ha descrito con anterioridad1,3.

  • PROBIÓTICOS

Existe cierta evidencia de que la microbiota intestinal de los niños con cólicos es diferente a la del resto: se asocia a bajos niveles de lactobacillus y a niveles aumentados de bacterias coliformes6. Siguiendo esta hipótesis, el suministrar bacterias probióticas de manera profiláctica puede resultar beneficioso3.

Los probióticos son microorganimos propios de la flora intestinal7, los más utilizados son los Lactobacillus y Bifidobacterium. En especial el más estudiado es el Lactobacillus Reuteri DSM 17938 ya que se ha demostrado que puede tener influencia en la motilidad intestinal y mejorar la percepción del dolor. Además, mejora la sintomatología en comparación con otros tratamientos como la Simeticona y también frente al uso de placebos1-3, 6.

Los efectos adversos que puede producir su uso son poco frecuentes además de que han demostrado la ausencia de efectos adversos graves3. Además, se ha demostrado que la microbiota intestinal influye en las funciones inmunitarias, especialmente durante los primeros meses de vida9.

Sin embargo, las conclusiones respecto al tratamiento con probióticos están algo limitadas debido a la baja calidad de la evidencia actual, por lo que es probable que aparezcan cambios en las recomendaciones de su uso con la aparición de nuevos estudios. Teniendo en cuenta su bajo coste y fácil disponibilidad y también su uso en otras afecciones en pediatría como enterocolitis necrotizante y enteritis alérgica, las posibilidades de estudio en este campo pueden ser amplias3.

  • TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO:

Se ha estudiado el empleo de ciertos medicamentos para el tratamiento de los cólicos del lactante. Sin embargo, su eficacia no siempre consigue mejores resultados que el uso de placebos7.

  • Fármacos anticolinérgicos: algunos como el Clorhidrato de Diciclomina han demostrado eficacia pero se desaconsejan por los posibles efectos adversos: dificultades en la respiración, zumbidos, síncope e hipotonía muscular. Se comenzaron a emplear basándose en la teoría de la inmadurez del sistema nervioso entérico, lo que puede provocar espasmos en el intestino. Otros fármacos como la Simeticona no han demostrado ningún beneficio respecto al placebo2.
  • Agentes tensoactivos: como la Dimeticona pueden reducir la tensión superficial de las burbujas de gas facilitando su disgregación y disminuyendo así las flatulencias. Sin embargo, varios ensayos controlados no observaron diferencias en comparación con el de placebos1,6.
  • Productos a base de hierbas (manzanilla, hinojo, regaliz, melisa, bálsamo de limón…): algunos han demostrado que disminuyen el llanto sin importantes efectos adversos. Sin embargo, la gran variedad de productos que existen, la falta de estandarización de las dosis y su posible interferencia con otros procesos no permite su recomendación de manera universal. Especial precaución con el uso de remedios naturales ya que algunas plantas pueden llegar a ser peligrosas si se administran en exceso. Se necesitan ensayos clínicos bien diseñados para reforzar estas pruebas4,7,13.

 

  • OTRAS LÍNEAS DE INVESTIACIÓN EN EL TRATAMIENTO DEL CÓLICO DEL LACTANTE:

Otras líneas de investigación son, por ejemplo, el empleo de la acupuntura, sin embargo, tras una revisión sistemática se concluyó que no debe recomendarse de manera regular. También se llegó a la conclusión de que futuras investigaciones en esta línea pueden llevar a problemas éticos además de la dificultad que supone evaluar su eficacia13.

Además, se han estudiado varios tratamientos fisioterapéuticos como la mesoterapia, la manipulación espinal y craneal, la reflexología… que muestran indicios de producir resultados favorables en el manejo de la sintomatología del cólico14.

 

OBJETIVO

Realizar una revisión bibliográfica sobre la etiología y el tratamiento del cólico del lactante con el objetivo de proporcionar información accesible y actualizada según la evidencia actual a los profesionales de pediatría de Atención Primaria.

 

METODOLOGÍA

Se ha realizado una revisión bibliográfica sobre la evidencia científica existente sobre el tratamiento del cólico del lactante en diferentes bases de datos como PubMed, Cochrane Library, Science Direct y Dialnet. Para encontrar información más concreta se emplearon como palabras clave los siguientes Descriptores en Ciencias de la Salud (DeCS): cólico, lactante, tratamiento y educación en salud. Se excluyeron los documentos no relevantes y se seleccionaron aquellos con texto completo disponible. También se emplearon filtros como el tipo de documento, idioma y año de publicación (el intervalo de tiempo fueron los cinco últimos años). También se revisó la documentación disponible en páginas web de interés como la de la Asociación Española de Pediatría (AEP).

 

RESULTADOS

La bibliografía científica actual evidencia la falta de consenso en cuanto a la etiología y tratamiento del cólico del lactante, aunque sí existen varias hipótesis estudiadas. Su causa puede asociarse a factores conductuales, psicológicos y sociales, por lo que puede resultar beneficiosa una adecuada Educación para la Salud además de otras intervenciones de formación y apoyo. También se podría beneficiar de otras terapias manuales (como los masajes) que contribuyen a mejorar la relación del niño con el cuidador y también puede recomendarse una disminución de los estímulos ambientales que contribuya a crear un ambiente de tranquilidad 2, 5, 6, 12.

Otras de las causas que se han estudiado son aquellas que derivan de disfunciones digestivas y gastrointestinales. Entre ellas pueden encontrarse la inmadurez del aparato digestivo que puede causar contracciones intensas. También puede asociarse con el estreñimiento, con el meteorismo (secundario a la aerofagia o a una intolerancia a la lactosa) y con alteraciones en la microflora intestinal, ya que hay indicios de que los niños con cólicos presentan una microbiota diferente. Además, posibles inflamaciones de la mucosa intestinal podrían producir los síntomas ya que se ha encontrado que el marcador CPF puede encontrarse aumentado en estos lactantes1-3, 6, 7.

Los síntomas del cólico también pueden asociarse a ciertas alergias e intolerancias que conducirán a modificaciones dietéticas para paliar los síntomas. Una de las de mayor incidencia sería la alergia a la proteína de la leche de vaca cuyo tratamiento estará enfocado en una dieta materna baja en alérgenos o a fórmulas infantiles de caseína hidrolizada. También puede asociarse, tal y como se ha comentado, a la intolerancia a la lactosa ya que puede producir un aumento del meteorismo produciendo distensión abdominal y dolor. En este caso las líneas de investigación se centran en el empleo de fórmulas artificiales con bajo contenido en lactosa y en los suplementos de lactasa, aunque se requiere mayor evidencia para dar una recomendación al respecto. Sin embargo, son necesarios más estudios sobre las intervenciones dietéticas y su repercusión en la calidad de vida de los padres/cuidadores además de realizar más investigaciones que permitan conocer con mayor exactitud la relación de los síntomas con la dieta4,6. También existe alguna teoría que postula alteraciones hormonales como causa de los mismos. En cuanto al papel protector de la lactancia materna en esta sintomatología todavía se carece de evidencia firme2, 3,6,10.

A nivel farmacológico, existen remedios basados en hierbas, pero falta una estandarización de las dosis y existe el riesgo de efectos adversos si se administran en exceso. Por otro lado, los probióticos sí han podido asociarse con una mejoría clínica de los síntomas con un bajo riesgo de efectos adversos, el más estudiado es el Lactobacillus Reuteri. Otros tratamientos en líneas de investigación incluirían ciertos fármacos anticolinérgicos (desaconsejados por sus efectos adversos a nivel respiratorio) y también algunos agentes tensoactivos (aunque de momento no han demostrado eficacia respecto a los placebos1-3, 6).

Se necesitan más cantidad de estudios que sean más específicos y objetivos cuyos resultados puedan ser extrapolables para unificar criterios y pautas de actuación.

 

DISCUSIÓN-CONCLUSIONES

La revisión bibliográfica realizada muestra una visión global sobre las causas y tratamiento del cólico del lactante. A pesar de ser una patología benigna que desaparece en los primeros meses de vida, es una de las principales causas de consulta en pediatría1,6 y puede interferir en la calidad de vida tanto del niño como de los padres y cuidadores2-5.

Una vez descartadas patologías importantes, el curso natural del cólico es la resolución sin ser necesaria ninguna intervención. Sin embargo, suelen ser una causa de preocupación y búsqueda de intervenciones en múltiples fuentes4. Esto hace necesaria revisiones bibliográficas como esta, que permita a los profesionales comprender la fisiopatología, buscar soluciones y realizar un correcto diagnóstico diferencial que permita evitar complicaciones a largo plazo como pueden ser la ansiedad, trastornos de sueño, de conducta o de alimentación1… Aunque existen varias teorías que están siendo investigadas en la actualidad, se necesitan estudios de mayor calidad científica y con mayores tamaños muestrales que puedan aportar resultados fiables y extrapolables

Además, las estrategias de educación para la salud pueden ser fundamentales para que los padres o cuidadores entiendan los criterios de normalidad en el patrón de llanto de los lactantes, ayudarles a aumentar su confianza respecto al cuidado del niño, fomentar hábitos saludables y enseñar herramientas para tranquilizar al bebé. Sin embargo, se necesitan intervenciones que tengan en cuenta la pedagogía, los resultados específicos de aprendizaje y que reconozcan el impacto de las intervenciones sobre la calidad de vida de toda la familia para definir las pautas de actuación y reducir la heterogeneidad de las diferentes intervenciones4,5.

Como aportación al conocimiento actual, este trabajo contribuye a evidenciar la necesidad de una mayor investigación sobre el malestar y el tratamiento del cólico del lactante. Además, se resalta la importancia de enfermería de AP para realizar intervenciones de promoción de la salud, aconsejar información fiable a los padres/cuidadores y explicar los criterios de normalidad: existe cierta evidencia de que una mejor compresión de la etiopatogenia y del tratamiento del cólico puede contribuir a un mejor abordaje del mismo y a una mejora en el bienestar familiar6.

 

BIBLIOGRAFÍA

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