AUTORES
- Laura Berga Liarte. Especialista en Enfermería Pediátrica Vía EIR. Máster en Cuidados Intensivos Neonatales y Pediátricos para Enfermería. Enfermera Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales, Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España.
- Paula Alcalá Millán. Máster en Urgencias y Emergencias. Enfermera Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales, Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España.
- Janina Figuerola Novell. Enfermera Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales, Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España.
- Hind Eddrhourhi Laadimat. Máster en Iniciación a la Investigación en Ciencias de la Enfermería. Enfermera Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales, Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España.
- Marta Zamora Bagüés. Máster en Gerontología Social. Enfermera Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales, Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España.
- Patricia García Miguel. Especialista en Enfermería Pediátrica. Enfermera Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales, Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España.
RESUMEN
El uso de la ventilación mecánica no invasiva (VMNI) se ha ido posicionando como una terapia eficaz en la población pediátrica y neonatal. El uso de estos nuevos dispositivos no asegura que la calidad de vida del neonato aumente. Es a través de los cuidados que se le ofrecen al neonato como aumenta esa calidad de vida. El uso de estos dispositivos es un riesgo para sufrir lesiones en la piel y que aparezcan úlceras por presión (UPP). Es necesario que el personal de enfermería conozca el uso de estos dispositivos para una buena prevención y unos cuidados de calidad.
PALABRAS CLAVE
Ventilación no invasiva, mascarilla, úlcera por presión, cuidados enfermería.
ABSTRACT
The use of noninvasive mechanical ventilation (NIV) has been positioning itself as an effective therapy in the pediatric and neonatal population. The use of these new devices does not ensure that the neonate’s quality of life increases. It is through the care offered to the neonate that quality of life is increased. The use of these devices is a risk for skin lesions and pressure ulcers (PU). It is necessary for the nursing staff to know how to use these devices for good prevention and quality care.
KEY WORDS
Non-invasive ventilation, mask, pressure ulcer, nurse care.
INTRODUCCIÓN
En las últimas décadas ha surgido el uso de la ventilación no invasiva en su modalidad presión positiva. Su uso se ha aplicado a pacientes crónicos y se ha ido difundiendo en unidades intensivas pediátricas y neonatales. Se ha demostrado eficacia, seguridad y mejora en la calidad de vida de pacientes crónicos. Hasta hace poco tiempo no se valoraba que el paciente pediátrico pudiera tener úlceras por presión (UPP). En cuanto a la incidencia de lesiones de piel por ventilación mecánica no invasiva (VMNI), a nivel internacional, entre un 20% y un 60% de neonatos padecen UPP, focalizándose en la nariz un 67% de ellas. A nivel nacional, el único estudio publicado apunta una incidencia del 22,7% de neonatos portadores de VMNI 1-4.
OBJETIVOS
– Explicar en qué consiste la ventilación mecánica no invasiva.
– Describir los cuidados de enfermería para evitar úlceras por uso de dispositivos de ventilación mecánica no invasiva.
METODOLOGÍA
Se ha realizado una revisión bibliográfica en la que se han empleado como bases de datos Scielo, Dialnet, Google Académico, así como diferentes páginas web científicas. Para ello se han empleado las palabras clave anteriormente descritas combinadas con los operadores booleanos “AND” y “OR”. Como criterio de inclusión se han seleccionado los artículos publicados o revisados en los últimos 10 años.
RESULTADOS
La ventilación mecánica no invasiva es una técnica de soporte respiratorio que se realiza a través de cánulas o mascarilla, sin necesidad de invadir la vía aérea con un tubo endotraqueal o cánula de traqueostomía, a través de una interfase. La interfase es el dispositivo que une el paciente con la máquina. Existen diferentes modalidades de VMNI: presión positiva continua (CPAP), presión soporte BIPAP, ventilación mecánica controlada (CMV), ventilación mandatoria intermitente sincronizada (SIMV), presión de soporte ventilatorio (PSV) 1,2,5.
La insuficiencia respiratoria (IR) tanto aguda como crónica es la principal indicación en pediatría. Los objetivos de la VMNI son apoyar a los músculos respiratorios, prevenir atelectasias, mejorar el intercambio gaseoso, mantener permeable la vía aérea superior y prevenir complicaciones cardiacas derivadas de la insuficiencia respiratoria crónica (IRC). Algunos de los signos y síntomas que indican la necesidad de VMNI son: disnea moderada o grave, taquipnea, empleo de músculos accesorios, criterios gasométricos. Los usos más frecuentes de VMNI domiciliaria son enfermedades del sistema nervioso central con alteración del centro respiratorio, trastornos respiratorios durante el sueño, anormalidad de la caja torácica, enfermedades neuromusculares.
Las principales contraindicaciones descritas son insuficiencia respiratoria grave o fracaso respiratorio, obstrucción fija de la vía aérea, neumotórax, inestabilidad hemodinámica (shock), cirugía gastrointestinal reciente (dehiscencia de suturas), vómitos, malformaciones, traumatismos o quemaduras craneofaciales y ansiedad extrema.
Derivado del uso de la VMNI pueden aparecer complicaciones que suelen ser leves, prevenibles y tratables. Entre ellas encontramos distensión gástrica, neumotórax, sequedad de las mucosas y las más frecuentes úlceras por presión (UPP)1,2,5,6.
La definición de UPP ha ido evolucionando con el tiempo lo que ha permitido que incluya a la población pediátrica y neonatal. La actual definición sería “lesión localizada en la piel y/o tejido subyacente por lo general sobre una prominencia ósea, como resultado de la presión, o la presión en combinación con las fuerzas de cizalla. En ocasiones, también pueden aparecer sobre tejidos blandos sometidos a presión externa por diferentes materiales o dispositivos clínicos”3,7.
El uso de VMNI es una de las primeras causas de UPP en niños. Además, existen otros factores de riesgos como la edad del niño, días de estancia en unidades de cuidados intensivos neonatales o pediátricos, humedad, presión inadecuada, higiene inadecuada, protección deficiente de los puntos de apoyo, talla inadecuada del gorro o mascarilla entre otros.
Las lesiones asociadas a estos dispositivos suelen localizarse en nariz. La piel de la cara tapada por la interfaz, sumado a la calor y humedad aceleran el proceso de descamación y descomposición. Otras zonas de riesgo en niños son la región occipital, pabellón auricular y zona sacra3,4,7.
Histológicamente la piel del niño es similar a la del adulto, aunque alguna de sus funciones todavía no está del todo desarrollada al nacimiento, sobre todo en niños prematuros debido a su inmadurez. Las funciones de conservación del agua corporal y barrera no se desarrollan hasta la semana 34 de gestación y la función de barrera no se completa hasta meses después del nacimiento. La acidificación de la piel es muy importante como efecto protector y control de infecciones3.
Para prevenir la aparición de lesiones en la piel, en el momento de iniciar la VMNI se elegirá el tamaño correcto de gorro, mascarilla o cánulas. El gorro debe estar bien colocado, debe mantenerse por encima de las cejas, tapando las orejas y hasta la base del cuello. Se protegerá la piel preferentemente con apósitos de espuma de poliuretano de baja adhesividad para evitar dolor e irritación al retirarlo. Colocar la mascarilla entre dos personas una de cada lado para distribuir la presión. Se mantendrán las tubuladuras sin torsiones y sujetas para evitar aumentar la presión sobre la nariz.
Una vez iniciada la terapia se vigilarán las zonas de apoyo una vez por turno, se evitará el acúmulo de agua en las tubuladuras, se limpiarán los ojos con solución salina, se mantendrá la piel limpia y seca, aspiración de secreciones únicamente si es preciso y se revisará el estado de los apósitos. Además, algunos autores recomiendan alternar cada 4-6 horas el uso de cánulas nasales y mascarilla para rotar los puntos de presión y si fuera posible alternar con periodos de descanso3,4,7,8.
En caso de aparición de UPP, si es de grado I o enrojecimiento se aplicarán ácidos grasos hiperoxigenados junto con la espuma de poliuretano. No se realizará masaje directamente sobre la zona lesionada. En caso de UPP grado II y III, debido a las especiales características de los niños y sobre todo de los recién nacidos, hace que el tratamiento tenga que ser más conservador, por lo que el desbridamiento autolítico será de elección frente al resto. Si se emplea un desbridamiento enzimático, deberá hacerse con productos homologados para pediatría. En caso de infección, se deberá emplear un agente antimicrobiano4.
CONCLUSIONES
La ventilación mecánica no invasiva es una terapia que se está incrementando su uso en las unidades de cuidados intensivos pediátricos y neonatales. Debido a las especiales características de la piel de los niños y sobre todo recién nacidos, el uso de estos dispositivos puede causar lesiones en la piel, por lo que son muy importantes unos buenos cuidados de enfermería previos y durante el uso de la VMNI para evitar estas lesiones.
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