AUTORES
- Yolanda Abad Frías. Graduada en Enfermería. Servicio de Cirugía Plástica y Unidad de Rodilla en Hospital Universitario Miguel Servet.
- Patricia Lorente Sánchez. Diplomada en Enfermería. EAP en Banco de Sangre y Tejidos de Aragón.
- Noelia Concepción Marco Ruiz. Graduada en Enfermería. Unidad De Reanimación Postanestésica en Hospital Universitario Miguel Servet.
- Mª Aránzazu Cabeza Garralaga. Graduada en Enfermería. Centro de Atención Primaria Torre Ramona.
- Elena Gracia Polo. Graduada en Enfermería. Servicio de Localización en Hospital Universitario Miguel Servet.
RESUMEN
La extravasación es la salida no intencionada, inadvertida o accidental de fármacos administrados vía intravascular hacia el espacio perivascular y subcutáneo durante la administración.
La incidencia de la extravasación de antineoplásicos varía entre el 0,1% y el 6% vía periférica y entre el 0,26% y 4,7% vía central. Aunque, su incidencia real podría ser mucho menor, situándose en estudios más recientes entre el 0,05%-0,5%, debido a la mejora en la implantación de medidas preventivas.
La extravasación de un antineoplásico debe considerarse como una urgencia médica y tratarse de forma precoz para evitar complicaciones.
El mejor tratamiento, sin duda alguna, es la prevención, pero una vez se ha producido la extravasación las medidas se dirigen a minimizar el daño tisular e impacto en resultados en salud.
El personal de enfermería es el principal encargado de prevenir, controlar y detectar todas estas complicaciones derivadas de las extravasaciones. Por ello todos los daños relacionados con estos incidentes pueden ser reducidos, incluso eliminados con un adecuado entrenamiento, reconocimiento temprano de síntomas y signos y la detección precoz de factores de riesgo relacionados.
PALABRAS CLAVE
Extravasación, antineoplásicos, oncología, citostáticos.
ABSTRACT
Extravasation is the unintentional, inadvertent or accidental leakage of intravascularly administered drugs into the perivascular and subcutaneous space during administration.
The incidence of antineoplastic extravasation between 0.1% and 6% via the peripheral route and between 0.26% and 4.7% via the central route. Although, its real incidence could be much lower, being located in more recent studies between 0.05%-0.5%, due to the improvement in the implementation of preventive measures.
Extravasation of an antineoplastic agent should be considered a medical emergency and treated early to avoid complications.
The best treatment, without a doubt, is prevention, but once extravasation has occurred, the measures are aimed at minimizing tissue damage and impact on health outcomes.
The nursing staff is the main person in charge of preventing, controlling and detecting all these complications derived from extravasations. For this reason, all the damages related to these incidents can be reduced, even eliminated with adequate training, early recognition of symptoms and signs, and early detection of related risk factors.
KEY WORDS
Extravasation, antineoplastics, oncology, cytostatics.
INTRODUCCIÓN
La extravasación de cistostáticos se define como la salida no intencionada, inadvertida o accidental de fármacos administrados vía intravascular hacia el espacio perivascular y subcutáneo durante la administración, motivado por factores intrínsecos del propio vaso del paciente, o derivados del desplazamiento de la cánula fuera del vaso o inyección accidental en tejido sano adyacente, entre otros1.
Este problema puede ser particularmente grave con los tratamientos antineoplásicos, pudiendo resultar en consecuencias para el paciente de diversa gravedad. Este efecto adverso puede resultar como consecuencias nefastas para el paciente de diferente gravedad tales como dolor local o edemas e hinchazón (que sería un grado 1) hasta necrosis (sería un grado 3) que podría llegar a causar la pérdida de la función del miembro afectado, sería resultado con un impacto en la seguridad, efectividad y calidad de vida por los retrasos en la administración del tratamiento.
La incidencia de la extravasación de antineoplásicos varía entre el 0,1% y el 6% vía periférica y entre el 0,26% y 4,7% vía central. Aunque, su incidencia real podría ser mucho menor, situándose en estudios más recientes entre el 0,05%-0,5%, debido a la mejora en la implantación de medidas preventivas.
En un estudio realizado en España, las extravasaciones supusieron 3,4 % de todas las lesiones cutáneas inducidas por la quimioterapia recogida en tres años.
La extravasación de un antineoplásico debe considerarse como una urgencia médica y tratarse de forma precoz para evitar complicaciones. El tipo y la magnitud del efecto tóxico local derivado de la extravasación dependerá de:
∙ La naturaleza del fármaco extravasado y/o excipientes (pH, osmolaridad, capacidad de daño tisular: vesicante, irritante, no agresivo…).
∙ La cantidad (volumen) y concentración del fármaco extravasado.
∙ Tiempo de exposición y lugar donde se haya producido.
Todos estos factores y en especial la naturaleza del medicamento pueden ser potenciadores del daño tisular, por ello la gravedad y extensión del daño producido depende además de la cantidad de citostático extravasado y de las características de sus excipientes.
El mejor tratamiento, sin duda alguna, es la prevención, pero una vez se ha producido la extravasación las medidas se dirigen a minimizar el daño tisular e impacto en resultados en salud.
El personal de enfermería es el principal encargado de prevenir, controlar y detectar todas estas complicaciones derivadas de las extravasaciones. Por ello todos los daños relacionados con estos incidentes pueden ser reducidos, incluso eliminados con un adecuado entrenamiento, reconocimiento temprano de síntomas y signos y la detección precoz de factores de riesgo relacionados.
La reducción del riesgo de extravasaciones se basa en la prevención mediante protocolos normalizados de trabajo, con el fin de asegurar una técnica de administración de quimioterapia óptima, y en la instauración de los accesos venosos centrales3.
Según la Organización Mundial de la Salud, el cáncer es la enfermedad considerada primera causa de muerte en el mundo y una de las primeras causas de morbilidad. La quimioterapia antineoplásica es una de las modalidades terapéuticas más empleadas para combatirlo, sin embargo, además de los efectos adversos asociados a su uso, existe el riesgo de extravasación durante la administración2.
La extravasación de citostáticos se considera como una urgencia oncológica debido a los graves problemas que ocasiona tanto a nivel local como sistémico. Los problemas más graves serían el aumento de la tasa de morbilidad, aumento de la estadía hospitalaria, disminución de la calidad de vida del paciente y aumento de los costos hospitalarios y familiares o detención temporal del tratamiento oncoespecífico.
CLASIFICACIÓN DE ANTINEOPLÁSICOS:
Generalmente, los citostáticos se clasifican en base a su capacidad potencial de agresión tisular cuando son extravasados en: vesicantes (son aquellos capaces de causar necrosis tisular local o extensa con o sin ulceración, pérdida completa del grosor de la piel y estructuras subyacentes), irritantes (los que provocan únicamente irritación local que puede cursar con dolor, sensación de quemazón, opresión con o sin signos de inflamación local y flebitis, tanto en el punto de inyección como a lo largo de la vena, sin progresar a necrosis o ulceración) y no agresivos o no vesicantes ni vesicantes (los que no causan problemas de importancia al extravasarse ni irritación local).
POBLACIÓN DIANA:
Pacientes sometidos a tratamiento quimioterápico intravenoso.
Los pacientes que se consideran con mayor riesgo de sufrir extravasación son los siguientes:
- Pacientes con dificultad de comunicación, lo que dificulta la identificación precoz de la extravasación: tales como niños, sedación, estado de consciencia alterado, patología psiquiátrica y/o barrera idiomática.
- Pacientes geriátricos por mayor fragilidad capilar, venas prominentes y rígidas, venas móviles.
- Pacientes obesos con dificultad de canalización de la vena.
- Pacientes con polineuropatías (ausencia de reacción adecuada al dolor).
- Pacientes pediátricos menores de 10 años, pacientes con agitación o confusión, por mayor riesgo de movilización brusca de la extremidad canulada.
- Pacientes con venas frágiles y/o de difícil acceso.
- Pacientes con flebitis o venas sometidas a radio o quimioterapia previa de larga duración, venas esclerosadas o múltiples punciones previas.
- Pacientes con extravasaciones previas. Fenómeno de evocación o recuerdo (también se observa este fenómeno si se ha recibido radioterapia previamente).
- Pacientes con circulación alterada como enfermedad vascular periférica grave, diabetes avanzada, síndrome de vena cava, linfedemas, síndrome de Raynaud.
DETECCIÓN DE LA EXTRAVASACIÓN
Siempre sospechar de una posible extravasación cuando desaparece el retorno venoso, ante la presencia de hinchazón, cuando disminuye el flujo de la perfusión o existe eritema en relación con la punción venosa, cambios de color de la piel, escozor, dolor o sensación de quemazón o incluso frío.
Normalmente la extravasación ocurre con catéteres venosos periféricos, aunque en ocasiones se dan con catéteres venosos centrales, en estos la gravedad puede ser mayor debido a que la identificación es más tardía y por lo tanto el derrame de la quimioterapia mayor. Si esto se produce a nivel superficial se trata como una extravasación periférica, pero sí en cambio sucede en tejidos profundos puede incluso llegar a requerir drenajes y acceso quirúrgico.
Es importante tener en cuenta que pueden ocurrir extravasaciones a distancia, es decir, en un lugar diferente al de la infusión.
IDENTIFICACIÓN DE LA EXTRAVASACIÓN
La identificación de la extravasación debe ser lo más precoz posible.
Siempre hay que sospechar de una posible extravasación si se observan alguno de estos signos o síntomas:
- Existe dolor, prurito, hormigueo o quemazón en toda la zona que rodea al acceso venoso. En el caso de catéteres venosos centrales el dolor aparece generalmente en el tórax, hombro, alrededor del cuello o en la zona próxima a la de implantación, y en ocasiones son de inicio diferido.
- El paciente refiere sensación local de calor o frío.
- Alrededor del acceso venoso se puede observar que el color de la piel puede cambiar hacia pálido o que se enrojece. También puede aparecer eritema, edema, induración, tumefacción o hinchazón alrededor del punto de punción.
- Se detecta cuando existe una resistencia o hay un descenso de la velocidad de infusión. Y se comprueba al realizar aspiración con una jeringa y hay una ausencia de retorno venoso a través de la cánula.
- Si hay aumento de presión se activa la señal de alarma en la bomba de perfusión que indica aumento de presión o se produce una resistencia en caso de administrar el fármaco directamente en inyección con la jeringa.
- Se aprecia escape o fuga del producto antineoplásico alrededor del punto de punción del catéter, en el apósito de sujección de la vía. También pueden observarse signos de extravasación en el lugar donde se había producido una extravasación o recibido radiación previamente, al administrar de nuevo el fármaco, aunque sea en un sitio diferente y haya pasado tiempo (fenómeno de evocación o recuerdo). Este fenómeno se ha descrito en antineoplásicos como: cisplatino, docetaxel, doxorubicina, epirubicina y vinorelbina.
Hay ocasiones, en las que el paciente puede no presentar ninguno de estos síntomas, o ser tan leves que pueden pasar desapercibidos.
En el caso de catéteres venosos centrales, a pesar de que la incidencia de extravasación es inferior a la de vías periféricas, la gravedad de la lesión puede ser mayor, debido a una identificación más tardía y un derrame de volumen de fluido más grande. En cuanto el paciente sienta molestias, eritema, hinchazón o dolor en hombro, cuello o en caso de dolor torácico agudo debe informar rápidamente y se debe parar la infusión. Se requiere una evaluación médica temprana mediante técnicas de imagen (radiografía simple, tomografía computerizada torácica o venografía), para valorar la situación y los procedimientos a seguir.
En el caso de que la extravasación se produzca a un nivel superficial de la sección tunelizada o en tejido subcutáneo se podría tratar como una extravasación por vía periférica. Si se extravasa en tejidos profundos, como el mediastino o la pleura, se requiere valoración de drenaje y manejo por cirujano torácico (toracocentesis, toracoscopia…). Puede considerarse la administración de antibióticos, corticoides, analgésicos u otros tratamientos para el control de síntomas derivados de mediastinitis o pleuritis secundaria a la extravasación1.
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL ENTRE EXTRAVASACIÓN Y REACCIONES DERMATOLÓGICAS:
La existencia de una extravasación puede confundirse, en algunos casos, con ciertas reacciones dermatológicas.
La mayoría de los agentes antineoplásicos son irritantes, por ello al entrar en contacto con la vena pueden originar la aparición de sensación dolorosa en el punto de inyección o flebitis.
O en cambio pueden producirse reacciones de hipersensibilidad local, en el caso de doxorubicina, daunorubicina y alcaloides de la vinca, que se caracterizan sobre todo por la aparición inmediata de una erupción eritematosa, que pueden producirse con o sin dolor, o por una reacción tipo urticaria a lo largo del trayecto de la vena.
TRATAMIENTO DE LAS EXTRAVASACIONES:
En el caso de sospechar una extravasación, se adoptarán inmediatamente una serie de medidas iniciales generales y, después, se aplicará un tratamiento específico, en caso de que exista.
La primera actuación es detener la infusión y seguidamente aspirar a través del catéter por el cual se está administrando la infusión para extraer todo el posible fármaco residual de espacio extravascular, retirar la aguja y mantener la extremidad elevada.
Las medidas específicas pueden comprender medidas físicas como la aplicación local de frío o calor seco y/o tratamiento farmacológico como el uso de antídotos según el caso. En caso de fracaso de estas medidas, se deberá valorar la intervención quirúrgica reparadora.
Procedimiento general de actuación ante una extravasación:
El manejo va a depender del fármaco antineoplásico y su concentración, volumen extravasado y localización de la extravasación (vía periférica/central).
Lo principal de esta actuación como manejo inicial va dirigido a minimizar el daño. Toda extravasación con fármacos no agresivos, o bien de los que se disponga escasa información, obligará a una conducta expectante y a seguir este procedimiento de actuación general si se detectase algún signo y/o síntoma.
La recomendación general es aplicar estas medidas lo antes posible tras la identificación de la extravasación.
Aunque la mayoría de las extravasaciones se identifican durante la administración o justo al finalizar, es posible que la detección se realice de forma tardía. Si la extravasación se identifica o se detecta entre las 24-48 horas se debe valorar de forma individual la aplicación de medidas.
En el caso que se sospeche una extravasación se recomienda actuar, previo consenso multidisciplinar, siguiendo el protocolo general de actuación que se describe en cada unidad. Como medidas generales se realizará:
- Medidas iniciales: Detener inmediatamente la infusión del antineoplásico nada más que se sospeche de posible extravasación, para evitar que continúe la infusión.
Desconectar y retirar el equipo y/o sistema de perfusión, pero en ningún caso la vía canalizada (dejar la aguja o cánula e inmovilizar la extremidad) para intentar extraer el líquido residual por la vía, aspirando suavemente con una jeringa a través del catéter o vía central, con jeringas de 10 mL. Si se aprecia alguna ampolla subcutánea, extraer su contenido con una jeringa de 1 mL y una aguja fina, cambiando de aguja para cada ampolla.
Se debe informar y avisar al resto del equipo para evaluación y valoración del caso.
Tras haber extraído todo el líquido extravasado se debe retirar la vía intravenosa periférica y aplicar medidas de higiene en el área de extravasación. Si es por vía central valorar consultar al cirujano correspondiente para identificar la zona extravasada, evaluar la retirada de la vía y el manejo de la extravasación.
En ningún caso se debe aplicar presión manual en la zona y marcar el área extravasada con un rotulador indeleble y medirla para poder evaluar su evolución.
- Tratamiento físico y farmacológico, si procede: Se debe aplicar el tratamiento físico y/o farmacológico que esté estipulado por protocolo para los antineoplásicos que se indican en la lo antes posible. Si no existe antídoto se seguirán las medidas generales.
- Medidas generales: Mantener elevada la extremidad afectada a un nivel superior al corazón para mejorar el retorno venoso y disminuir el edema, especialmente en caso de extravasación vía periférica o de vías centrales de acceso periférico.
Se deberá aplicar esta medida durante al menos durante 48 horas. Si se decide administrar la dosis restante, se administrará por otra vía, y preferiblemente en la otra extremidad.
Administrar tratamiento analgésico si precisa.
- Documentación: Valorar y documentar el incidente en la historia clínica del paciente y/o sistema de información que gestiona el proceso farmacoterapéutico. Y documentar la extravasación en el sistema de información o impreso normalizado, así como toda la extensión del daño tisular (determinado por los siguientes factores como el tipo de fármaco extravasado, su concentración y volumen del fármaco, localización de la extravasación y otras comorbilidades del paciente.
- Seguimiento: Programar el seguimiento del paciente para evolución de síntomas e identificar la necesidad de valoración por un médico especialista. Ante empeoramiento o persistencia de síntomas o signos, malestar, cambios significativos como aparición de ulceración, riesgo de afectación de estructuras profundas, limitaciones de movilidad de la extremidad, febrícula o sospecha de infección contactar con oncólogo para valorar iniciar antibioticoterapia y realizar interconsulta urgente a cirujano plástico o dermatólogo. Las indicaciones para una exploración quirúrgica incluyen la aparición de infecciones (celulitis, absceso,…), progresión o deterioro clínico (necrosis tisular). El desbridamiento quirúrgico se recomienda cuando fallan las medidas instauradas con lesión local tisular (isquemia, necrosis) o dolor que dura más de 10 días1.
- Situaciones especiales: En el caso de una extravasación mixta o de administración de fármacos en “Y”, se recomienda actuar de acuerdo con el fármaco que posee el mayor grado de daño tisular.
Tratamientos específicos de la extravasación:
- Medidas físicas frío local: El frío produce vasoconstricción local, reduciendo la distribución del fármaco a otras áreas y, por consiguiente, puede disminuir el alcance de la lesión, también reduce el dolor y la inflamación.
Reduce la absorción celular de antineoplásicos como doxorubicina, bleomicina, cisplatino, mitomicina, carmustina, y mitoxantrona. Está confirmado su sinergismo con dimetilsulfóxido.
Contraindicado: en extravasación de alcaloides de la vinca y epipodofilotoxinas, dado que puede producirse empeoramiento de la lesión. También contraindicado en caso de utilizar hialuronidasa, por mecanismos antagónicos.
Modo de empleo: proteger la zona con una gasa o paño de algodón y aplicar bolsas o compresas de frío secas y flexibles, evitando ejercer presión sobre la zona y mojar la piel, para no macerarla.
Para fármacos vesicantes e irritantes de alto riesgo se recomienda pauta de frío mínimo durante 48 horas. En el caso de fármacos irritantes de bajo riesgo, se recomienda aplicar frío inicialmente, tras identificar la extravasación, como medida de alivio local del eritema.
Pauta recomendada: aplicar frío durante la primera hora todo lo que tolere el paciente, y luego ciclos de 15-20 minutos 3-4 veces al día durante 48-72h.
- Calor seco moderado: Produce vasodilatación y, por ello, un aumento del flujo sanguíneo lo que produce una mayor distribución del fármaco, disminuyendo su concentración a nivel local. Posee sinergismo con hialuronidasa para detoxificar alcaloides de la vinca.
Contraindicado: en extravasación de antraciclinas, bleomicina, cisplatino, y carmustina, porque se ha demostrado un aumento de la toxicidad in vitro.
Se usa protegiendo la zona con un paño de algodón y aplicar el producto con el calor moderado seco, evitando ejercer presión sobre la zona, nunca calor húmedo que podría producir maceración de la zona. La temperatura está entre 44 a 50ºC aproximadamente. Se aplica el calor en ciclos de 15-20 minutos 3-4 veces al día durante 2 días. Se recomienda evitar la fotoexposición de la zona afectada a la luz solar, en especial en el caso de extravasación de cisplatino, fluorouracilo, dacarbazina, mitomicina, ya que son fármacos fotosensibilizantes.
- Medidas farmacológicas: DIMETILSULFÓXIDO (DMSO) 99%. Es un disolvente, de olor característico y fácil penetración cutánea, que actúa como principio activo con un mecanismo de acción múltiple, produciendo vasodilatación y aumentando la penetrabilidad y solubilidad de algunos fármacos. A su vez también, produce efecto antiinflamatorio y antioxidante, siendo capaz de neutralizar radicales libres. Tiene efecto sinérgico con el frío local.
No se recomienda en general su uso en extravasación de antraciclinas liposomales, ya que se ha sugerido que podría favorecer la liberación de la antraciclina desde los liposomas y, además, la encapsulación reduce la probabilidad de daño tisular.
Se debe iniciar lo antes posible y su aplicación es a través de la vía tópica sobre una superficie doble del área afectada, dejando secar al aire y sin aplicar presión ni vendajes. Se aplica cubriendo el área afectada con gasas, impregnadas en cada gasa 1-2 ml y dejando secar al aire durante 15-20 minutos y retirar tras este tiempo.
Repetir el procedimiento 3-4 veces al día, durante un mínimo de 7 días (preferiblemente 14 días). En caso de picor o intolerancia reducir tiempos de aplicación. Si se utiliza frío éste se administra tras la aplicación del DMSO.
Siempre aplicar sobre la piel íntegra y seca, ya que en contacto con agua se produce una reacción exotérmica y quemazón, que puede generar quemaduras.
En los pacientes que presentan descamación cutánea o ulceración aumenta el riesgo de infección sobreañadida, por lo cual se recomienda el control periódico y el inicio de terapia antimicrobiana sistémica de manera precoz.
Medidas específicas según el agente2:
- Antraciclinas: Administrar dimetilsulfóxido al 50-99 % en el doble de la zona extravasada, dejar secar sin vendajes, aplicar cada 6 u 8 horas durante 15 días, en su defecto administrar dexrazoxano endovenoso en perfusión de 1-2 horas, diario, durante 3 días en el brazo contralateral, a la dosis de 1 g/m2sc los dos primeros días y luego a 500 mg/m2 sc por un día, debe comenzar su aplicación en las primeras 6 horas de ocurrido el accidente. Se designarán medidas de frío local inmediatamente por 1 hora y cada 8 horas después de la medicación específica por 1 o 2 días.
- Alcaloides de la vinca: Administrar hialuronidasa de 150-900 UI en tres mililitros de solución salina en seis punciones alrededor de la zona afectada, no se aprueba su uso endovenoso. Debe repetirse en ciclos a las 12-24 horas según la evolución del paciente. Se aplicará calor moderado seco local por 30 minutos después del antídoto y alternativamente 15 minutos cada 6 horas por dos días.
- Etopósido, tenipósido, ifosfamida: Hialuronidasa de 150-900 UI en tres mililitros de solución salina en seis punciones alrededor de la zona afectada, no se aprueba su uso endovenoso; en su defecto, mucopolisacaridasa a 150 UI administrada en punciones de 0,5 mL alrededor de la zona afectada y nunca encima de la misma. Debe repetirse en ciclos a las 12-24 horas según la evolución del paciente. Se aplicará calor moderado seco local en ciclos de 15 minutos cada media hora por 2 horas, esto será opcional.
- Mecloretamina, dacarbazina: Administrar tiosulfato sódico en punciones subcutáneas alrededor de la zona. Debe protegerse el área afectada del efecto de la luz.
- Cisplatino si volumen extravasado mayor a 20 mL: Administrar dimetilsulfóxido al 90-99 %, tópico, 4 gotas en 10 cm2 de superficie cutánea y dejar secar sin vendajes. cada 8 horas en el doble del área afectada durante 7 a 14 días. Se recomienda el uso de frío local durante una hora y luego 15 minutos cada 8 horas por 1 o 2 días.
Si el tratamiento inicial no es suficiente y aparecen lesiones tisulares se podrá emplear el factor estimulante de colonias gránulo-monocíticas, a razón de 1 ml en 9 mL de ssf 0,9 %, intralesional. Pueden emplearse además preparados de colagenasa y proteasa en forma de cremas diariamente por dos meses.
MATERIAL DEL BOTIQUÍN DE EXTRAVASACIONES:
El botiquín debe estar disponible con carácter inmediato para poder actuar lo más rápidamente posible ante una extravasación y así, poder instaurar a la mayor brevedad posible, un tratamiento farmacológico y físico adecuado.
El kit de extravasación con el material necesario en unidades donde se administran antineoplásicos deberá estar compuesto de:
- Antídotos específicos: DMSO 99%, Hialuronidasa, Suero fisiológico y antiséptico como la clorhexidina alcohólica al 2% o povidona yodada.
- Material sanitario para la administración: Bolsas o compresas de calor seco y frío seco, Agujas subcutáneas e intravenosas y Luer Lock, jeringas Luer Lock de 1, 5 y 10 ml y gasas estériles.
EN CASO DE ACCIDENTE O INCIDENTE:
- Pinchazo con aguja: Retirar el guante y extraer toda la sangre máxima para expulsar parte del fármaco introducido, seguidamente lavar la zona bajo un chorro abundante de agua, desinfectar y tratar la zona como si se tratase de un accidente de extravasación.
- Salpicadura: Desechar la ropa y/o equipo de protección individual sobre el que se produzca la salpicadura y lavar la zona corporal afectada. Si la salpicadura está sobre alguna mucosa o piel lavar inmediatamente con abundante agua durante 10 minutos como mínimo. Si el contacto ocurre en los ojos lavar durante 15 minutos y sin frotar y acudir a ser valorado por oftalmología.
- Recoger todos los residuos y vertidos que se produzcan.
REGISTRO Y COMUNICACIÓN:
Tras sufrir un accidente de extravasación de un antineoplásico, tras aplicar las medidas de actuación, se debe notificar el incidente, primero al inmediato superior jerárquicamente para que éste proceda a la comunicación del incidente de trabajo.
Las personas afectadas deberán acudir a la Unidad de Prevención de Riesgos Laborales para el seguimiento del incidente.
BIBLIOGRAFÍA
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- Manipulación segura de citostáticos. Hospital Donostia. Servicio de Prevención Salud Laboral. Disponible en:
https://www.euskadi.eus/informacion/publicaciones/web01-2oga/es/adjuntos/GuiaSL07c.pdf