Agentes etiológicos de las bacteriemias en el área de salud de Ibiza y Formentera (ASEF) durante el año 2019.

26 octubre 2022

AUTORES

  1. Gemma Jiménez Guerra. FEA Microbiología, Hospital Can Misses, Ibiza (ASEF).
  2. María Teresa Morejón Farto. Enfermera Control de Infección Nosocomial, Hospital Can Misses, Ibiza (ASEF).
  3. Susana Ramón Torres. FEA Microbiología, Hospital Can Misses, Ibiza (ASEF).

 

RESUMEN

Introducción:

La bacteriemia se define como la presencia de bacterias en el torrente sanguíneo, que puede producirse espontáneamente tras la infección de tejidos y su posterior paso al torrente sanguíneo o bien tras un procedimiento invasivo como la inserción de sondas urinarias, catéteres u otros dispositivos. La bacteriemia conforma un síndrome clínico complejo que ocasiona una importante morbimortalidad y prolongación de la estancia hospitalaria.

Objetivo:

Evaluación de la incidencia de bacteriemias en el Área de Salud de Ibiza y Formentera en el año 2019 mediante su comparación con los datos de los años previos, teniendo en cuenta los valores de referencia ofrecidos por Sociedad española de enfermedades infecciosas y microbiología clínica (SEIMC).

Metodología:

Se realizó el análisis retrospectivo de todas las bacteriemias registradas en el programa informático del laboratorio (SIL) durante el periodo que abarca desde el 1 de enero al 31 de diciembre de 2019, facilitando este registro desde el Servicio de Microbiología a la Enfermería de Control de Infección Nosocomial con información diaria actualizada.

Resultados:

Durante el año 2019 se registraron un total de 274 bacteriemias, de las cuales 57 eran de origen nosocomial (una de ellas importada), 70 relacionadas con los cuidados sanitarios y 147, comunitarias.

La incidencia de bacteriemia nosocomial con respecto al número de ingresos durante el periodo de estudio fue del 3.88%, inferior al valor de referencia, mientras en nuestra área, el año anterior, 2018, fue del 6.38%. En cuanto a la incidencia de la bacteriemia comunitaria, esta fue del 10.01%, también inferior al valor de referencia ofrecido por SEIMC. El número de bacteriemias de origen comunitario ha sido el más elevado en los últimos 5 años.

El tracto urinario se estableció como principal foco, tanto en las comunitarias como en las relacionadas a cuidados sanitarios. En las bacteriemias nosocomiales los principales focos fueron el catéter endovenoso y el tracto urinario, aunque también predominaron las de origen desconocido. El germen más frecuentemente aislado fue Escherichia coli en todas las categorías.

En 12 casos, la bacteriemia se produjo por microorganismos multirresistentes como Pseudomonas aeruginosa multirresistente (PMR) y Staphylococcus aureus meticilin resistente (MRSA). Casi el 45% de las bacteriemias relacionadas con cuidados sanitarios se produjo en pacientes que habían ingresado al menos una vez en los 3 meses previos al episodio.

Conclusiones:

Se observó una disminución de las bacteriemias de origen nosocomial con respecto a los años previos y una estabilidad en cuanto a las bacteriemias relacionadas con los cuidados sanitarios, en todo caso por debajo de los valores de referencia de la SEIMC.

 

PALABRAS CLAVE

Bacteriemia nosocomial, bacteriemia comunitaria, infección del tracto urinario, catéter endovenoso, Escherichia coli.

 

ABSTRACT

Introduction:

Bacteremia is defined as the presence of bacteria in the bloodstream, which can occur spontaneously after infection of tissues and their subsequent passage into the bloodstream or after an invasive procedure such as the insertion of urinary catheterization, catheters or other devices. Bacteremia is a complex clinical syndrome that causes significant morbidity and mortality and lengthens hospital stay.

Objective:

Evaluation of the incidence of bacteremia in the Health Area of ​​Ibiza and Formentera in 2019 by comparing it with data from previous years, taking into account the reference values ​​offered by the Spanish Society of Infectious Diseases and Clinical Microbiology (SEIMC).

Methodology:

A retrospective analysis of all the bacteremias recorded in the laboratory computer program (SIL) was carried out during the period from January 1 to December 31, 2019, facilitating this record from the Microbiology Service to the Nursing Control of Nosocomial Infection with updated daily information.

Results:

During the year 2019, a total of 274 bacteremias were registered, of which 57 were of nosocomial origin (one of them imported), 70 related to health care and 147, community.

The incidence of nosocomial bacteremia with respect to the number of admissions during the study period was 3.88%, lower than the reference value, while in our area, the previous year, 2018, it was 6.38%. Regarding the incidence of communitary bacteremia, this was 10.01%, also lower than the reference value offered by SEIMC. The number of bacteraemias of communitary origin has been the highest in the last 5 years.

The urinary tract was established as the main focus, both in the community and in those related to health care. In nosocomial bacteremia, the main foci were the intravenous catheter and the urinary tract, although those of unknown origin also predominated. The most frequently isolated germ was Escherichia coli in all categories.

In 12 cases, bacteremia was caused by multidrug-resistant microorganisms such as Pseudomonas aeruginosa murti-resistant (PMR) and methicillin-resistant Staphylococcus aureus (MRSA). Nearly 45% of healthcare-associated bacteremias occurred in patients who had been admitted at least once in the 3 months prior to the episode.

Conclusions:

A decrease in bacteremia of nosocomial origin was observed with respect to previous years and stability in terms of bacteremia related to health care, in any case below the reference values ​​of the SEIMC.

 

KEY WORDS

Nosocomial bacteremia, communitary bacteremia, urinary tract infection, intravenous catheter, Escherichia coli.

 

INTRODUCCIÓN

La bacteriemia se define como la presencia de bacterias en el torrente sanguíneo, que en condiciones normales se trata de un tejido estéril. Puede producirse de forma espontánea, durante la infección de determinados tejidos, por el uso de sondas o catéteres endovenosos, o después de procedimientos invasivos como cirugías, cura de heridas u otras maniobras. Las bacteriemias suponen el 0.36% de los ingresos por patología infecciosa y general un elevado gasto sanitario1. La bacteriemia transitoria suele ser asintomática o ir acompañada de un pico de fiebre. La bacteriemia conforma un síndrome clínico complejo y en constante transformación que ocasiona una importante y creciente morbimortalidad.

En los últimos años se han producido cambios con respecto la epidemiología, etiología y las características clínicas de los pacientes con bacteriemia, detectando un aumento de la incidencia en la población general con respecto con los pacientes ingresados, también ha aumentado la incidencia de bacteriemias en pacientes mayores de 65 años.

Los principales factores que se asocian a una mayor mortalidad son la gravedad de la enfermedad de base o foco, la presencia de shock y fracaso multiorgánico, la edad superior a los 6 años, la demora en el tratamiento antibiótico y el tratamiento antibiótico inadecuado2,3,4.

Debido a la situación de insularidad, ASEF tiene una serie de particularidades que la diferencian de otras zonas de la geografía española. Se trata de un área de salud que abarca dos islas, cuya comunicación entre ellas sólo se puede hacer por barco, exceptuando los vuelos en helicóptero dependientes de traslados organizados por el propio sistema sanitario local, pues Formentera carece de aeropuerto. Existe un pequeño Hospital en Formentera, con un equipamiento muy básico en cuanto servicios disponibles, quirófanos y laboratorio, cuyo hospital de referencia es el propio Hospital Can Misses en Ibiza, con equipamiento que sería superior al de un hospital comarcal debido al aislamiento geográfico y la necesidad de cubrir las necesidades de las gran mayoría de patologías que surjan, pero que no llega al nivel de un hospital de Tercer Nivel, como ocurre con el Hospital de Son Espases (Mallorca) que es a su vez referencia de este último.

El número de camas del Hospital Can Misses es de 273, más 15 boxes en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). La UCI no está diferenciada en general, cardiológica, traumatológica, ginecológica, etcétera, si no que cubre las necesidades de todo tipo de pacientes, exceptuando a los pacientes pediátricos que suelen ser trasladados a la UCI de referencia en el Hospital Son Espases tras ser estabilizados.

Por todas estos motivos, ASEF, sin ser un área especialmente grande ni poblada (Menos de 200.000 habitantes) ha de encargarse de una gran diversidad de patologías con un hospital con equipamiento bastante diverso (Hospital Can Misses), pero de pequeño tamaño y que no es de referencia, y que además, debe hacerlo debido al aislamiento debido a la insularidad porque cualquier traslado a una unidad de referencia, sea a Mallorca o a la península, requiere una previsión cuidadosa y lo más rápida posible debido a que deberá hacerse mediante un traslado aéreo urgente.

En este informe se evaluarán los datos obtenidos de las bacteriemias del año 2019 en ASEF y se compararon con los datos de los años previos.

 

METODOLOGÍA

Se ha realizado un análisis retrospectivo desde el 1 de enero hasta el 31 de diciembre de 2019 de las bacteriemias registradas por Enfermería de Control de Infección Nosocomial, realizándose una investigación de los focos de origen respectivos a cada una de ellas.

 

RESULTADOS

Se valoraron diferentes parámetros con respecto la incidencia de las bacteriemias, según las recomendaciones de las guías de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC):

  • Valor de referencia en bacteriemia nosocomial: 6 episodios/1000 ingresos.

Incidencia de bacteriemia nosocomial:

Nº de pacientes con bacteriemia nosocomial x 1000/ nº ingresos.

IBn‰= 57 x 1000/14681= 3,88‰

• Valor de referencia en bacteriemia comunitaria: 10,3 episodios x 1000/ nº ingresos.

Incidencia de Bacteriemia comunitaria:

Nº de pacientes con bacteriemia adquirida en la comunidad x 1000/ nº ingresos.

IBc‰= 147 x 1000/14681= 10,01‰

La incidencia de bacteriemia nosocomial en ASEF durante el año 2019 fue muy inferior al valor de referencia de la SEIMC; y mientras que la incidencia de bacteriemia comunitaria fue sólo ligeramente inferior. En comparación con años previos, los datos son similares al año 2018, pero con una incidencia aún menor a pesar del aumento del número de ingresos.

El número total de bacteriemias nosocomiales durante 2019 fue de 57, que suponen el número más bajo en los últimos 5 años. El número de bacteriemias comunitarias fue de 147, el mayor de los últimos años (tabla 1). No existen datos acerca del año 2017 debido a problemas técnicos con el programa informático del laboratorio.

En cuanto a bacteriemias de adquisición relacionada con los cuidados sanitarios, se obtuvo una cifra de 70 episodios en 2019, similar a años previos y discretamente inferior a 2018. Véase tabla 1.

Más de la mitad de los episodios de bacteriemia durante el año 2019 fueron de origen comunitario (147, un 53%), mientras que los de origen relacionado con el cuidado sanitario fueron el 26% (70 episodios) y los de origen nosocomial, el 21% (57 episodios). En cuanto al foco de origen, el tracto urinario fue el principal, con 106 casos (38,7%). Véase figura 2.

Durante el año 2019, en hasta 12 episodios (4,4% del total) de bacteriemia el microorganismo implicado fue una bacteria multirresistentes, siendo en 3 ocasiones por Pseudomonas aeruginosa multirresistente (PMR), y en 9 ocasiones por Staphylococcus aureus meticilin resistente (MRSA). De este total de 12 episodios (4,4% del total de los casos), 6 tuvieron un origen nosocomial y 4 estaban relacionadas con los cuidados sanitarios. Ninguno tenía un origen comunitario.

El número de casos registrados de bacteriemias de origen nosocomial en ASEF durante el 2019 fue de 57, uno de ellos, además, importado desde el Hospital de Son Espases con origen en un catéter intravascular. Los principales focos de origen fueron los dispositivos intravasculares en primer lugar, con 15 casos, y, en segundo lugar, el foco fue una infección del tracto urinario, con 12 casos. En 15 de ellos se desconoce el origen. Hubo 6 episodios con origen nosocomial con implicación de una bacteria multirresistente, 4 estaban producidos por MRSA y 2 por PMR. Véase figura 3.

En cuanto a las bacteriemias relacionadas con cuidados sanitarios, hubo 70 casos, de los cuales, el mayor registro se relaciona con ingreso hospitalario en los últimos tres meses, por lo que se repitió la tendencia con respecto al año 2018. Hay que destacar la diferencia con 2018 en cuanto a la bajada de los casos relacionados con ingreso en centro sociosanitario, ya que en 2018 había 14 casos y en 2019, tan sólo 6. Otro posible factor asociado a bacteriemia relacionada con cuidados sanitarios es el procedimiento diagnóstico o terapéutico, con un total de 15 registros.

Véase figura 4, frecuencia de los procedimientos que se han visto asociados a los episodios de bacteriemia asociada a los cuidados sanitarios.

En las bacteriemias relacionadas con cuidados sanitarios, el principal foco sigue siendo el tracto urinario. En cuanto a bacterias multirresistentes que han ocasionado la etiología de estas bacteriemias, encontramos 3 por MRSA y otra por PMR.

Durante el 2019, un total de 147 (53,6%), tuvo origen comunitario, siendo el principal foco infeccioso el tracto urinario con 63 casos, y el patógeno más implicado, Escherichia coli.

Véase figura 5, principales focos de origen de las bacteriemias comunitarias durante el año 2019. Véase tabla 2, microorganismos causantes de bacteriemia y el foco del que provienen.

 

DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

La sangre se trata de un fluido estéril en condiciones de normalidad. Si ocurre una afluencia repentina y puntual de bacterias al torrente sanguíneo en un periodo corto, de unos pocos minutos u horas, estas suelen ser eliminadas, excepto cuando la infección que actúa como foco es masiva o existe propiamente un foco intravascular. Se pueden dar bacteriemias transitorias durante algunos procedimientos invasivos como limpiezas o extracciones dentales, inserciones de sondajes urinarios o incluso durante una infección del tracto urinario baja que suelen resolverse espontáneamente.

Cuando las bacterias se multiplican a tasas superiores a la capacidad de eliminación del sistema reticuloendotelial es cuando ocurre lo que se define como bacteriemia con significado clínico. Se denomina fungemia cuando es un hongo el que está presente en sangre, pero en este documento hablaremos de bacteriemia indistintamente para ambos casos en pos de su simplificación.

El cultivo y aislamiento del microorganismo en sangre mediante los hemocultivos aporta una información fundamental en cuanto a la elección del tratamiento más adecuado, e incluso puede proporcionar según el microorganismo del que se trate del posible foco implicado si este aún se desconoce. El 15-25% de los pacientes hospitalizados cumplen criterios de sospecha de bacteriemia, y en más del 10% de los casos el hemocultivo es fundamental para establecer un correcto diagnóstico que repercute en la adecuada resolución del episodio.

Las principales indicaciones de solicitud y extracción de sangre para hemocultivo son las siguientes:

  • Fiebre alta, aunque, sin embargo, en las edades extremas de la vida la bacteriemia puede manifestarse como hipotermia y deterioro del estado general.
  • Shock de origen incierto.
  • Infecciones localizadas de cierta entidad: abscesos, colecistitis, celulitis, osteomielitis, meningitis, etcétera.
  • Alteraciones de la fórmula leucocitaria no relacionadas con procesos hematológicos.

Como norma general, los hemocultivos han de obtenerse antes de iniciar la antibioterapia empírica, pues si no es así puede dar lugar a falsos negativos que suponen una bacteriemia decapitada que puede comprometer la vida del paciente. Idealmente ha de hacerse durante el pico febril o tiritona en el paciente. En algunas infecciones la obtención de hemocultivos es obligada y urgente, como ocurre en las meningitis, neumonías, pielonefritis u osteomielitis. En otro tipo de infecciones de origen intravascular la toma se puede realizar en cualquier momento, como son la endocarditis, las infecciones asociadas a catéter, las fiebres de origen desconocido o las fiebres neutropénicas. En el caso de las endocarditis, además, se recomienda la toma de tres pares de frascos en vez de dos, y realizar cultivos seriados hasta su negativización. Si la situación del paciente es crítica, la extracción también ha de ser urgente y realizada en cualquier momento, aunque ya se haya administrado tratamiento antibiótico.

La obtención de un volumen adecuado es fundamental siendo al menos de 0,5-1 ml en niños menores de un año y 10 ml en dos frascos, aerobio y anaerobio, en mayores siempre que sea posible. Se recomienda realizar un mínimo de 2 extracciones, aunque a veces en niños pequeños o en ancianos resulta muy dificultoso, ya que una sola extracción tiene una rentabilidad diagnóstica menor y puede ser difícil de interpretar el crecimiento de ciertos microorganismos potencialmente contaminantes como estafilococos coagulasa negativos, estreptococos o bacterias coryneformes. Estos microorganismos contaminantes provienen principalmente de la flora normal de la piel, y contaminan la muestra durante la extracción, es por ello fundamental tomar una serie de precauciones durante la extracción de los hemocultivos: adecuado lavado de manos, uso de guantes, desinfección del área de extracción y de las botellas de hemocultivo, no extraer a través de catéteres si no se sospecha de estos como origen y no pegar gasas o esparadrapo a los tapones de las botellas.

El transporte al laboratorio para su adecuada incubación ha de ser lo más inmediato posible, y siempre es de gran ayuda para el microbiólogo, que interpretará la significación de los microorganismos que en ellos crezcan dejar reflejada en la petición la fecha y hora de extracción, si ha sido ya tratado con antibiótico, el foco de origen sospechado y el estado inmunológico del paciente.

Las bacteriemias son las infecciones que causan una mayor morbi-mortalidad en todo el mundo, representando aproximadamente el 14% de las mismas5. Su incidencia varía según las series estudiadas, aunque estudios en Europa han estimado unas cifras de más de 1.200.000 episodios/año y 157.000 muertes/año6. Su impacto sobre la asistencia sanitaria es alto, ya que incrementan la estancia hospitalaria7,8 y las tasas de mortalidad7,9. En adultos ingresados en UCI se han descrito tasas de mortalidad del 18% al 50%, y en pacientes pediátricos u riesgo 3,6 veces mayor de mortalidad.

Además, existen diferencias en cuanto a una mayor mortalidad según los microorganismo implicados en la bacteriemia, encontrándose diferencias significativas cuando los patógenos causales son bacilos gramnegativos, especialmente multirresistentes10, y en las bacteriemias causadas por MRSA11.

En 2019 se registraron 274 episodios de bacteriemias en el Área de Salud de Ibiza y Formentera, siendo una más que el año anterior, pero suponiendo una incidencia inferior debido a que hubo un incremento de ingresos. De estos casos, sólo 4 se detectaron en el Hospital de Formentera, con sólo uno de origen nosocomial y los otros tres, de origen comunitario. En total, en toda el área se registraron 57 (20,8%) bacteriemias de origen nosocomial, una de ellas importada, 70 (25,5%) relacionadas con los cuidados sanitarios y, el resto, 147 (53,6%), comunitarias.

La incidencia de la bacteriemia nosocomial en 2019 es de 3,88‰, inferior al valor de referencia de las guías SEIMC, destacando el descenso con respecto al año 2018 que presentaba una incidencia de 6,38‰. Hasta 219 episodios de bacteriemia requirieron ingreso hospitalario.

Como foco infeccioso más frecuente, fue el tracto urinario, en un 38,54% del total de bacteriemias, dato muy similar al de 2018. Como germen responsable de la bacteriemia, y siendo lo esperable con respecto al foco predominante, encontramos como más habitual E. coli. Le siguen como focos más frecuentes el respiratorio (22 casos; 8,0%) y el abdominal (24 casos ;8,8%), lo que concuerda con la literatura disponible1. El foco de origen desconocido (20 casos; 7,7%) también supuso un importante porcentaje sobre el que hay que reflexionar acerca de si se están llevando a cabo los procedimientos diagnósticos más adecuados en cuanto a algoritmos, pruebas de imagen, recogida de historia clínica adecuada y/o propia extracción adecuada de la muestra de sangre.

Aunque otra opción realista podría ser que en aquellas bacteriemias donde no se encontró foco, éste podría corresponder a bacteriemias primarias, o bien a pacientes a los que no se les había realizado urocultivo, ya que es el principal foco de origen, o que este se hizo tardíamente, cuando ya se había instaurado antibioterapia empírica.

En cuanto a bacteriemias nosocomiales, se detectaron 57 casos, que suponen un 20,8% del total, con lo que existe una tendencia a la disminución año tras año. En ellas los principales microorganismos implicados fueron E. coli en primer lugar y K. pneumoniae en segundo, también con su principal foco en el tracto urinario.

Las infecciones del tracto urinario (ITU) son una de las causas más frecuentes de infección nosocomial en occidente, y en aproximadamente el 80% de las ocasiones se relacionan con la presencia de sondaje urinario12,1,3,14. Las bacteriemias nosocomiales secundarias a ITU ocurren hasta en un 4% de los episodios, y tienen una elevada mortalidad14. Sin embargo, se conoce muy poco sobre la epidemiología de las bacteriemias nosocomiales relacionadas con las ITU. La determinación de factores de riesgo modificables para desarrollar este tipo de bacteriemias podría ayudar a definir prácticas y recomendaciones adecuadas para el control de la infección y para la mejora de la seguridad del paciente ingresado, a su vez que reduciría el gasto sanitario15.

Más de una cuarta parte de las bacteriemias nosocomiales (30% de las nosocomiales, con 15 casos) durante el 2019 han tenido su foco en un catéter intravascular, por lo que este dato ha aumentado con respecto al año 2018, en el que suponían el 17%. De los 15 episodios de bacteriemia nosocomial en relación con algún catéter intravenoso, 4 de los pacientes portaban catéter central, otro portaba un catéter de hemodiálisis y otros tres, un bilumen; en todos ellos estaban presentes signos y/o síntomas de flebitis. Es por ello que se considera que un factor fuertemente predisponente de bacteriemia, nosocomial debido a sus características, es la canalización de un acceso venoso, especialmente si se trata de un acceso venoso central16. Como ya es conocido, las mujeres presentan un mayor riesgo para padecer ITU, pero no presentan diferencias con respecto a los hombres en cuanto a desarrollar una bacteriemia secundaria a ITU14. Existen estudios contradictorios en cuanto a la suposición del sondaje urinario como factor de riesgo de bacteriemia nosocomial de origen urinario, si asociando claramente otros dispositivos invasivos como la ventilación mecánica invasiva o la presencia de catéteres venosos centrales15,18,19. La insuficiencia hepática también parece un factor de riesgo17.

 

En cuanto al foco abdominal, se encuentra principalmente presente en aquellas bacteriemias producidas por microorganismos anaerobios y también las fungemias, además suele ser el foco casi exclusivo en aquellas bacteriemias que son polimicrobianas, como refleja la bibliografía existente20,21,22. En aquellos hemocultivos en los que el microorganismo aislado se trata de un estreptococo del grupo bovis, no sólo hay que sospechar de un foco de origen abdominal, si no de que se trate de que esté además presente patología intestinal de base como neoplasias o diverticulitis/diverticulosis, además del riesgo que este tipo de microorganismo entraña de asentarse sobre una válvula cardiaca y dar lugar a endocarditis23.

Cuando el foco es de origen osteoarticular o cutáneo, predominan como agentes etiológicos los grampositivos como Staphylococcus spp. y estreptococos betahemolíticos, así como en las endocarditis20,21,22.

Según la bibliografía, lo esperado en los servicios médicos y onco-hematológicos es que predominen las bacteriemias secundarias a ITU, en los servicios quirúrgicos las bacteriemias secundarias a las infecciones de herida quirúrgica, y en las UCI, las bacteriemias secundarias a infecciones del tracto respiratorio24, pero en este estudio no se han separado por servicio de origen.

La bacteriemia relacionada con catéter se define cuando se produce el aislamiento de la misma bacteria, idéntica en especie y perfil de sensibilidad antibiótica, en un hemocultivo extraído de vena periférica y en un cultivo de la punta de catéter ya sea por método cuantitativo o semicuantitativo, en un paciente con clínica de sepsis y sin otro foco de infección conocido. Los estafilococos coagulasa negativos son el agente etiológico más común a la vez el más difícil de valorar ya que forman parte de la microbiota normal de la piel. En caso de no retirar el catéter para su siembra, se extraerá muestra para hemocultivo desde este para hacer una comparativa de los tiempos de crecimiento, siendo significativa cuando el crecimiento (positividad) ocurre al menos 2 horas antes en la muestra extraída del catéter que en la muestra periférica25.

Siempre, ante la sospecha de una bacteriemia relacionada con catéter se recomienda la retirada de este para la siembra de sus 5 cm distales, así como la extracción de dos pares de hemocultivos. Cuando no sea posible la retirada del catéter se debe proceder a su recambio en otro lugar de inserción.

A diferencia de lo esperado según la bibliografía26, el microorganismo implicado más frecuente en estas infecciones fue K. pneumoniae, no estafilococos coagulasa negativos como cabría de esperar. Y en este tipo de foco, se han encontrado tres bacterias multirresistentes, dos MRSA y una PMR.

En los últimos años, los cambios en los sistemas de atención médica han modificado gran parte de la atención de las personas enfermas de los hospitales a la comunidad. Como consecuencia, muchas de las infecciones clasificadas tradicionalmente como adquiridas en la comunidad o como infecciones nosocomiales ahora no se pueden clasificar fácilmente en estas categorías. Hoy día, la atención hospitalaria se relaciona estrechamente con los cuidados ambulatorios, la hospitalización a domicilio, los centros sociosanitarios y de larga estancia e incluso, con las instituciones geriátricas. En todos estos ámbitos asistenciales se genera un tipo de infección que se parece más a la nosocomial que a la comunitaria.

El término “infecciones relacionadas con la asistencia sanitaria” se describe como aquellas infecciones que ocurren en pacientes no hospitalizados, pero en contacto con el sistema sanitario, y en concreto, las bacteriemias, estas tienen unos focos y etiología muy similares a las de los pacientes ingresados en el hospital, en contraposición a las adquiridas en la comunidad por pacientes sin contacto con el sistema sanitario. Estos criterios, que fueron bien establecidos para la bacteriemia, se aplican en la actualidad para cualquier infección relacionada con la asistencia sanitaria en pacientes no hospitalizados, se trata de los Criterios de Friedman27. Las bacteriemias relacionadas con la asistencia sanitaria serán las que ocurran en pacientes con hemocultivos positivos obtenidos durante las primeras 48 h del ingreso y, además, cualquiera de los siguientes criterios:

  • Hospitalización a domicilio con tratamiento endovenoso.
  • Cuidados especializados de herida en un centro ambulatorio.
  • Hemodiálisis ambulatoria.
  • Tratamiento con quimioterapia en los 30 días previos a la bacteriemia.
  • Ingreso en un hospital de agudos durante 2 o más días en los 90 días previos a la bacteriemia.
  • Institucionalización.

Durante el 2019 hubo un total de 70 episodios de bacteriemias relacionadas con los cuidados sanitarios, que supusieron un 26% del total, disminuyendo un 2% con respecto al 2018. El factor más frecuentemente asociado a este tipo de episodios pareció ser el ingreso hospitalario en los últimos tres meses, lo que estaba presente en 30 (42,9% de las bacteriemias asociadas a cuidados) de los casos. Le sigue el procedimiento diagnóstico o terapéutico en el último mes, con 15 casos registrados en el año. También ocurrieron con más frecuencia en aquellos pacientes sometidos a diálisis o ingresados en la unidad de hospitalización domiciliaria (UHD) en el último mes, con 4 casos cada uno, respectivamente. En este tipo de bacteriemia, el E. coli volvió a ser el microorganismo más frecuentemente aislado.

Se define como bacteriemia comunitaria aquella que tiene su origen en la comunidad y es detectada dentro de las primeras 48 horas de hospitalización, no concurriendo durante este periodo ninguna actividad asistencial o terapéutica que pueda haberla inducido.

El origen más frecuente de la bacteriemia comunitaria es la ITU, seguido de las infecciones del tracto respiratorio, principalmente neumonía. Se desconoce el origen en el 9 – 20% de las ocasiones y su mortalidad cruda va del 14% al 22%20,21.

Como conclusiones cabe destacar que la incidencia de bacteriemia nosocomial en ASEF durante el año 2019 fue muy inferior al valor de referencia proporcionado por la SEIMC; y mientras que la incidencia de bacteriemia comunitaria fue ligeramente inferior.

En comparación con las cifras de años previos, los datos fueron muy similares al 2018, pero supusieron una incidencia aún menor ya que hubo un aumento del número de ingresos hospitalarios. El número total de bacteriemias nosocomiales durante 2019, un total de 57, que supusieron el número más bajo en los últimos 5 años estudiados.

Las bacteriemias comunitarias aumentaron durante en ese año, pasando a ser más de la mitad del total de bacteriemias, aun así, con una incidencia discretamente inferior al valor de referencia. Como principal foco infeccioso de las bacteriemias comunitarias, se volvió a encontrar el tracto urinario, y como principal germen patógeno, por tanto, E.coli.

Finalmente, con los datos obtenidos para el año 2019, parece que existe un descenso de la incidencia de bacteriemias tanto nosocomiales como comunitarias, presentando valores inferiores a los de referencia de las guías de la SEIMC.

 

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