AUTORES
- Ana María Sangüesa Lacruz. Experto Universitario en el Embarazo, Parto y Puerperio para Enfermería y Experto Universitario en Cuidados Pediátricos para Enfermería por la Universidad Antonio de Nebrija. Enfermera en el Hospital San José de Teruel.
- Ana Mateo Abad. Enfermera Especialista en Geriatría. Máster Universitario en Deterioro de la Integridad Cutánea, Úlceras y Heridas por la Universidad Católica de Valencia. Enfermera en el Hospital San José de Teruel.
- Rocío Bravo Adán. Máster en Cuidados Intensivos por la Universidad Católica de Valencia. Máster en Urgencias, Emergencias y Catástrofes por la Universidad CEU de Valencia. Enfermera en el Hospital Obispo Polanco de Teruel.
- Eva Negredo Rojo. Máster en Análisis Clínicos por la Universidad de Valencia. Experto Universitario en Enfermería en Alteraciones Vasculares y Arteriales por la Universidad Antonio de Nebrija. Enfermera en Hospital Obispo Polanco de Teruel.
- Miriam Bellés Aranda. Máster Universitario en Deterioro de la Integridad Cutánea, Úlceras y Heridas. Máster en Integración en Cuidados y Resolución de Problemas Clínicos en Enfermería. Enfermera en Centro Asistencial El Pinar.
- Andrea Villanueva Mena. Máster en Urgencias, Emergencias y Catástrofes por la Universidad CEU de Valencia. Enfermera en la Residencia Javalambre de Teruel.
RESUMEN
Las caídas suponen un factor de fragilidad en la población anciana y por su alta prevalencia forman parte de uno de los principales síndromes geriátricos. La etiología de las caídas en ancianos es multifactorial; factores intrínsecos y extrínsecos, estar hospitalizado o haber sufrido una caída con anterioridad, etc. Frente a los factores de riesgo, cabe destacar los factores protectores, aquellos que en los ancianos pueden disminuir el riesgo de caídas como son la práctica habitual de ejercicio físico, el más recomendado será aquel que trabaja fuerza, resistencia, equilibrio y flexibilidad. La instauración por parte del profesional de enfermería de escalas de valoración del riesgo es factor clave para identificar precozmente el nivel de peligro y establecer las estrategias de prevención.
PALABRAS CLAVE
Accidentes por caídas, anciano, etiología, prevención de accidentes.
ABSTRACT
Falls are a factor of frailty in the elderly population and due to their high prevalence they form part of one of the main geriatric syndromes. The etiology of falls in the elderly is multifactorial; intrinsic and extrinsic factors, being hospitalized or having suffered a fall previously, etc. In the face of risk factors, it is worth highlighting the protective factors, those that can reduce the risk of falls in the elderly, such as the regular practice of physical exercise, the most recommended being those that work on strength, endurance, balance and flexibility. The establishment by the nursing profession of risk assessment scales is a key factor for early identification of the level of danger and the establishment of prevention strategies.
KEY WORDS
Accidental falls, aged, etiology, accident prevention.
DESARROLLO DEL TEMA
La Organización Mundial de la Salud define las caídas como “acontecimientos involuntarios que hacen perder el equilibrio y dar con el cuerpo en tierra u otra superficie firme que lo detenga”, siendo un importante problema para la salud pública 1.
Las caídas suponen un factor de fragilidad en la población anciana y son uno de los grandes síndromes geriátricos por su alta prevalencia. Se considera síndrome geriátrico cuando ocurren más de dos caídas en 1 año, o un solo episodio de caída con complicaciones 2.
Según literatura científica, aproximadamente 1 de cada 3 personas mayores de 65 años se cae en un año, y esta cifra aumenta hasta el 50% en el caso de los mayores de 80 años 3.
Tanto la guía NICE (Instituto Nacional de Excelencia en Salud y Atención) sobre prevención de caídas como las sociedades británica y americana de Geriatría recomienda un cribado anual de las personas mayores de 65 años sobre antecedentes de caídas y la presencia de trastornos de la marcha y el equilibrio4,5.
La etiología de las caídas en el adulto mayor es multifactorial:
- Factores intrínsecos: biológicos como edad, sexo, padecer enfermedades crónicas, deterioro relacionado con el envejecimiento, pobre control postural, trastornos de la marcha y equilibrio, déficit visual, déficit cognitivo, sarcopenia etc.
- Factores extrínsecos: debidos a causas externas de la persona, entre los que se encuentran los factores socioeconómicos; condiciones de la vivienda, vestido inapropiado, etc. Factores comportamentales; polifarmacia, consumo de alcohol, etc. Factores ambientales: barreras arquitectónicas, inadecuada iluminación, suelos resbaladizos, etc 4, 5, 6.
La hospitalización incrementa el riesgo de caídas, ya que los ambientes no son familiares, padecer enfermedad aguda o sufrir múltiples intervenciones terapéuticas son factores que puede predisponer a las caídas. El perfil del paciente que sufre una caída es el de un hombre mayor, ingresado, con mayor estancia hospitalaria, con comorbilidad asociada y polimedicado 1.
Las caídas son causantes de lesiones, discapacidad, complicaciones e incluso fallecimiento, lo que repercute negativamente en la esfera biopsicosocial de las personas y el temor a caer, a menudo consecuencia de haber sufrido caídas previas, puede provocar tanta o incluso más incapacidad que las verdaderas caídas, lo que da lugar de igual modo a repercusiones físicas, psicológicas y sociales que pueden provocar igualmente una pérdida de la calidad de vida de los ancianos, ya que provocan un síndrome de miedo a caer que contribuye a restringir la actividad 4,5.
Por el contrario, frente a estos factores de riesgo, también se conocen factores protectores, aquellos que atenúan los riesgos y que en los ancianos pueden disminuir el riesgo de caídas como practicar actividad física, al igual que recursos medioambientales como pavimentos antideslizantes, barras de apoyo, iluminación, etc.4.
El tipo de ejercicio físico más recomendado es el ejercicio multicomponente; aquel que trabaja fuerza, resistencia, equilibrio, marcha y flexibilidad adaptando la actividad a sus capacidades físicas y cognitivas para evitar sobreesfuerzos y posibles lesiones, hasta hacer de ello un hábito de vida. Mejorando tras las sesiones la velocidad de la marcha, la capacidad de levantarse de una silla o subir y bajar escaleras 7.
Hoy en día existe sensibilización por parte de los profesionales sanitarios frente a las caídas en la población anciana y se están poniendo en marcha mecanismos y programas preventivos para evitarlas, disminuir los riesgos que las producen y buscar soluciones a sus consecuencias. Las enfermeras que poseen suficiente conocimiento sobre las caídas y su prevención son las que más realizan prácticas preventivas en los hospitales, hecho que demuestra que es necesario que se continúe capacitando para obtener conocimientos actualizados para así mejorar la práctica y prevención 1, 8, 9.
La Valoración Geriátrica Integral (VGI) se define como “un proceso diagnóstico evolutivo multidimensional e interdisciplinario, diseñado para identificar y cuantificar los problemas físicos, funcionales, psíquicos y sociales que puedan presentar los adultos mayores, con el propósito de desarrollar un plan individualizado de cuidados integrales, que permita una acción preventiva, terapéutica, rehabilitadora y de seguimiento, con la óptima utilización de recursos, a fin de lograr el mayor grado de autonomía y mejorar su calidad de vida” la cual incluye la evaluación funcional, afectiva, cognitiva, social y física . La VGI cobra mayor importancia en las personas con pluripatología, dependientes, frágiles ya que identifica los riesgos y permite realizar una intervención adecuada 2.
La instauración de escalas de valoración del riesgo de caídas, y la consecución de una cultura de prevención entre los profesionales con la necesidad de protocolizar esta valoración, son básicas para su disminución 10. En el ámbito clínico se utilizan:
- Escala de Tinetti valora la deambulación y el equilibrio, apropiada y completa para la valoración de caídas recurrentes en ancianos.
- Escala Downton valora factores de riesgo como: caídas previas, uso de medicamentos, déficit sensorial y estado mental y de la marcha.
- Escala de caídas múltiples de Tromp y cols., valora los problemas visuales, incontinencia urinaria o la limitación funcional.
- The get up and go test que valora de manera parcial las caídas de un anciano, por lo que no se debe de realizar de forma aislada sino en conjunto con otras escalas.
- No nos debemos de olvidar del “síndrome post caída”, el miedo a caer, que se define como “la pérdida de confianza en sí mismo para evitar las caídas durante la realización de actividades esenciales y relativamente no peligrosas, que llevan al individuo a evitar actividades que es capaz de realizar”, ya que este temor incrementa todavía más el riesgo de caídas provocando un deterioro en la capacidad funcional en personas mayores por lo que sería primordial valorar también el estado psicológico tras sufrir una caída, y la escala utilizada, The Falls Efficacy Scale-International (FES-I) valora la confianza y la habilidad del paciente para evitar una caída mientras realiza las AVD cuando ya ha sufrido una caída previa 10, 11.
CONCLUSIÓN
En conclusión, la prevención de las caídas en el paciente anciano sigue siendo un reto para el personal de enfermería que mediante la realización de VGI con escalas de valoración y comunicación continua con el adulto mayor y su familia nos ayudará a identificar precozmente el riesgo de sufrir una caída, actuar con medidas preventivas y preservar su autonomía e independencia funcional.
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