Caminando hacia la deshabituación tabáquica.

14 marzo 2023

AUTORES

  1. María Cristina Aréjula Tarongi. Diplomada en Enfermería. Hospital Lozano Blesa, Zaragoza.
  2. Elena Tambo Lizalde. Graduada en Enfermería. Hospital Miguel Servet, Zaragoza.

 

RESUMEN

Según publicó la OMS el 25 de mayo del 2022 más de 8 millones de personas al año fallecen a causa del tabaco en el mundo. Más de 7 millones de defunciones se deben al consumo directo de tabaco y alrededor de 1,2 millones son consecuencia de la exposición de no fumadores al humo ajeno.

Estos datos deberían encender la luz de alarma y si bien es cierto que es necesario una actuación desde el sector sanitario, es imprescindible que existan medidas instauradas desde políticas públicas de prevención y promoción. Queda mucho camino por recorrer para erradicar y controlar esta gran epidemia silenciosa que es el tabaquismo.

PALABRAS CLAVE

Tabaco, prevención, promoción, deshabituación.

ABSTRACT

As published by the OMS on May 25, 2022, more than 8 million people a year die from tobacco in the world. More than 7 million deaths are due to the direct consumption of tobacco and about 1.2 million are a consequence of the exposure of non-smokers to second-hand smoke.

These data should turn on the alarm light and although it is true that action is necessary from the health sector, it is essential that there are measures established from public policies for prevention and promotion. There is still a long way to go to eradicate and control this great silent epidemic that is smoking.

KEY WORDS

Tobacco, prevention, promotion, cessation.

DESARROLLO DEL TEMA

La evolución del consumo de tabaco en la historia:

La epidemia del tabaco comenzó en el siglo XIX en los países más desarrollados. En sus inicios eran los hombres acomodados los más consumidores extendiéndose a hombres de nivel económico más bajo y posteriormente a mujeres. A mediados del siglo XX la afectación por enfermedades transmisibles era de tal envergadura que los efectos del tabaco en la salud no captaron la atención de la población. Fue en la década de los 70 cuando muchos países desarrollados comenzaron a ver al tabaco como un riesgo y comenzaron a tomar medidas. Lo cual se retrasó en España que durante la dictadura franquista no tuvo ningún indicio de atajar el problema del tabaquismo1.

Fue en 1988 cuando se tomó la primera medida antitabaco a través del Real Decreto 192/1988 en el cual se prohibía fumar:

– En colegios, donde conviven profesores y alumnos, dejando áreas reservadas para ello.

– En hospitales y centros de salud, reservando también zonas habilitadas para el consumo.

– Transportes colectivos urbanos e interurbanos.

– Comercios, mercados, cocinas, excepto los establecimientos destinados para el consumo.

– Salas de teatro y cine y en lugares de trabajo donde hubiera mujeres embarazadas o personas de riesgo.

Aparecen también las primeras advertencias en las cajetillas y la prohibición de la publicidad del tabaco en la televisión.

Y así con este primer Real Decreto se dio comienzo a la promoción y prevención anti tabáquica en España que año tras año ha logrado ir avanzando e implantando nuevas medidas como la de 1992 donde se prohibía fumar en vuelos nacionales de menos de hora y media o la del 2005 donde se erradicó totalmente el tabaco en lugares de trabajo, hospitales, centros docentes y transportes públicos inhabilitando todas las zonas reservadas para ello.

En 1995 se crea en España el CNPT (Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo) a través del cual se desarrolló un plan de actuación estratégico de educación e información al público de trabajo con los profesionales de la salud, de colaboración con las autoridades sanitarias y de contacto con los representantes políticos de la nación. También ha preparado diversos proyectos que pueden permitir a medio plazo una mayor vertebración de los esfuerzos de prevención en España2.

En 2008 la OMS estableció MPOWER. Se trata de un plan integrado por 6 medidas básicas:

Monitor: vigilar el consumo de tabaco.

Protect: proteger a la población del humo del tabaco.

Offer: ofrecer ayuda para dejar de fumar.

Warn: advertir de los peligros del tabaco.

Enforcer: hacer cumplir las prohibiciones sobre publicidad, promoción y patrocinio.

Raise: aumentar los impuestos del tabaco3.

Implantando medida a medida finalmente llegamos al 1 de enero del 2011 cuando la Ley Antitabaco entró en vigor prohibiendo sin excepciones fumar en bares y restaurantes, apostando por una hostelería sin tabaco. Así como alrededores de parques infantiles, aeropuertos, hoteles y hostales.

Epidemiología y estadística:

Desde 1995 en España existe El Programa de Encuestas sobre Alcohol y otras Drogas en España (EDADES) en la población de 15 a 64 años.

Este análisis se realiza cada 2 años, lo que permite observar la evolución de las prevalencias de consumo de tabaco entre otras sustancias. Con esta información se diseñan y evalúan las políticas dirigidas a prevenir el consumo. Según la EDADES el tabaco es la segunda sustancia psicoactiva más consumida en España, el 69,4% declara haber consumido tabaco alguna vez en la vida y el 33,1% dicen haber consumido tabaco de manera diaria. Este último dato refleja un aumento desde la última medición en el 2020. La edad de inicio de consumo es de 16,5 años. Se observa también un mayor consumo de tabaco en los hombres (44,0%) que en las mujeres (34,0%). En relación al consumo de tabaco las comunidades con mayor porcentaje de personas que han fumado alguna vez en la vida son la Comunidad Valenciana y Aragón. En cuanto a prevalencia de consumo diario en los últimos 30 días es Extremadura4.

Observando las tablas estudiadas desde el 2005 se refleja en ellas la bajada del consumo de tabaco. A pesar de que las consecuencias de la implantación de las medidas antitabaco de prevención y promoción han sido positivas aún queda mucho trabajo por hacer.

Según el Instituto Nacional de Estadística (INE) el año 2020, el 16,4% de las mujeres y el 23,3% de los hombres fuman a diario. El porcentaje más alto en los hombres corresponde al grupo de edad de 25 a 34 años y en las mujeres al grupo de 45 a 54 años. La población que fuma diariamente se concentra en las edades de 25 a 64 años, con porcentajes en torno al 30% en los hombres y al 20% en las mujeres. A partir de los 65 años disminuye la población fumadora diaria, aunque en mayor medida para las mujeres5.

Según publica la OMS el 25 de mayo del 2022 más de 8 millones de personas al año fallecen a causa del tabaco en el mundo. Más de 7 millones de defunciones se deben al consumo directo de tabaco y alrededor de 1,2 millones son consecuencia de la exposición de no fumadores al humo ajeno6.

Actuación sanitaria en la deshabituación tabáquica:

El personal sanitario tiene un papel muy importante en la prevención y promoción del tabaco, a través de la educación para la salud, participando en campañas antitabaco, informando a la población en riesgo, así como en la detección del consumo y en la ayuda en la deshabituación tabáquica.

Existen diferentes intervenciones por parte del personal sanitario que se deben aplicar para la detección y posteriormente para la deshabituación:

Se comenzará con la Valoración del paciente a través de una entrevista breve donde se formularán preguntas sencillas como:

– ¿Usted fuma?

– ¿Cuántos cigarrillos fuma?

– ¿A qué edad comenzó el hábito de fumar?

– ¿Cuánto tiempo tarda desde qué se levanta hasta que consume el primer cigarrillo?

– ¿Quiere realmente dejar de fumar?

Se debe empezar a aplicar en la adolescencia, ya que es en esta etapa de la vida donde se suele comenzar a consumir7.

Se valorarán dos variables: Motivación para dejar de fumar y Dependencia.

Motivación: Para ello se usará la escala de Richmond. Ella consta de 4 preguntas con respuesta SI/NO.

Según sus respuestas se dividirá en:

0-6 Motivación baja.

7-9 Motivación media.

10 Motivación alta.

Dependencia: Si el paciente está motivado para dejar de fumar valoraremos su nivel de dependencia. Para ello se usará la escala de Fagerstrom. Consta de 6 preguntas, en las que se valora cada una con una puntuación de 0 a 3 o de 0 a 1 según de qué pregunta se trate y la suma de las puntuaciones nos dará información de su nivel de dependencia

0-2 Dependencia baja.

3-4 Dependencia moderada.

5-6 Dependencia moderada.

7-10 Dependencia fuerte.

Una vez evaluadas estas dos variables se hará un estudio a través de las etapas del modelo de cambio de Prochaska y Diclemente el cual ayudará a conocer en qué fase se encuentra el paciente. Las diferentes etapas son:

Pre contemplación: el paciente no tiene interés en dejar de fumar.

Contemplación: el paciente empieza a pensar que puede ser una buena idea dejar de fumar en los próximos 6 meses.

Preparación: el paciente piensa dejar de fumar en el próximo mes.

Acción: el paciente lleva sin fumar menos de 6 meses.

Mantenimiento: el paciente lleva sin fumar más de 6 meses.

Con estos datos hay dos tipos de intervenciones que se pueden realizar:

Intervención breve: Se trata de una entrevista profesional/paciente centrada en el uso del tabaco y cuya duración no puede ser mayor de 10 minutos y no más de 3 visitas al año. A través de ella se motivará al paciente al abandono tabáquico y ayudará a prevenir recaídas. En los pacientes no motivados

usaremos técnicas de motivación para vencer las resistencias. Las 5 R: Relevancia, Riesgos, Recompensas, Resistencias y Repetición.

Cuando el paciente muestra interés por dejar de fumar se considerará siempre directamente el uso de una intervención intensiva.

Intervención intensiva: Se trata de 4 o más sesiones, de más de 10 minutos, de más de 30 minutos en total, con apoyo psicológico y/o farmacológico. Pueden ser individuales o grupales.

El tratamiento farmacológico se debe ofrecer a todo paciente que fume más de 10 cigarrillos/día. Las opciones son:

– Tratamiento sustitutivo con nicotina (TSN); ayuda a aliviar el síndrome de abstinencia.

– Bupropion; es un antidepresivo que inhibe la recaptación de dopamina y noradrenalina.

Si el tratamiento farmacológico fallara podría volverse a intentar pasados los 3-6 meses desde que se volvió a fumar.

Se le hará un seguimiento muy cercano al paciente en deshabituación, ofreciéndole el apoyo psicológico necesario a través de la consulta de atención primaria o derivando al especialista si precisara.

Cómo sanitarios tenemos una gran responsabilidad y está en nuestra mano lograr frenar esta epidemia que suma tantas muertes y daños en nuestra salud año tras año desde hace décadas.

 

BIBLIOGRAFÍA

  1. Borras JM, Fernández E, Schiaffino A, Borrel C, La Vecchia C. Pattern of smoking initiation un Catalonia (Spain) from 1948 to 1992. Am J Public Health 2000; 90:1459-62. Disponible en: https://ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC1447632/
  2. Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo. Madrid. Quienes somos [internet] Disponible en: https://cnpt.es/cnpt/nosotros
  3. Organización Panamericana de la Salud. Informe sobre el control del tabaco [internet] Washington D.C.:OPS;2018. Disponible en: https://iris.paho.org
  4. Edades 2022. Encuesta sobre alcohol y otras drogas en España. 1995-2022. Ministerio de sanidad. Disponible en: https://pnsd.sanidad.gob.es/
  5. Instituto Nacional de Estadística. Encuesta Nacional de salud 2022. Disponible en https://www.ine.es
  6. Global Burden of Disease (base de datos). Washington, Dc: Instituto de Sanimetría y Evaluación Sanitaria; 2019. IHMR, Disponible en: https://who.int
  7. Arroyo E., Clemente L., Córdoba R, Herrero E., Jaime P., Lallala M., Martín G., Peña F. et al. Dirección de atención primaria. Protocolo de atención al paciente con dependencia al tabaco. Depósito legal: Z-1924-2004. Disponible en: www.aragon.es

 

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