AUTORES
- Cristina Hernando Alonso. Máster propio en cuidados especializados de enfermería para urgencias. Área de pacientes críticos y postanestesia por la Universidad de Valencia. Enfermera del 061 Aragón.
- David Alejandro Aznar Sanz. Enfermero en el Hospital General de la Defensa de Zaragoza.
- Laura Pinilla Varona. Máster propio en cuidados especializados de enfermería para urgencias. Área de pacientes críticos y postanestesia por la Universidad de Valencia. Enfermera en el Hospital Miguel Servet de Zaragoza.
- Cristina López Hernández. Máster en Gerontología Social por la Universidad de Zaragoza. Enfermera en el Hospital Miguel Servet de Zaragoza.
- Beatriz Gadea Uribarri. Máster propio en cuidados especializados de enfermería para urgencias. Área de Pacientes críticos y postanestesia por la Universidad de Valencia. Enfermera del Hospital Miguel Servet de Zaragoza.
- Carlota Barreu Fau. Máster en Gerontología Social por la Universidad de Zaragoza. Enfermera en el Hospital General de la Defensa de Zaragoza.
RESUMEN
Los Trastornos de Conducta Alimentaria (TCA) son enfermedades de salud mental con una alta prevalencia e incidencia a nivel mundial. Están influidos por diversos factores y afectan especialmente en la época de la adolescencia y sobre todo en el género femenino. Están marcados especialmente por los actuales “cánones de belleza”, que de manera indirecta condicionan el pensamiento de los jóvenes que están especialmente susceptibles con su aspecto físico. Existen diversos tipos de trastornos de la conducta alimentaria y el personal de enfermería realiza un papel muy importante en la detección precoz de este tipo de pacientes.
Desde atención primaria se realiza la detección precoz y la promoción de la salud a los adolescentes, tratando de identificar si hay factores de riesgo en cada paciente. A nivel hospitalario, las enfermeras realizan una valoración continua de este tipo de pacientes, centrándose sobretodo en el patrón nutricional – metabólico y en el de autopercepción- autoconcepto, utilizando escalas y medidas y fomentando la educación sanitaria hospitalaria para establecer y enseñar un estilo de vida saludable y una correcta alimentación.
La enfermera escolar también promueve la educación para la salud en los ámbitos escolares para evitar conceptos erróneos y fomentar el estilo de vida saludable.
PALABRAS CLAVE
Cuidados de enfermería, Trastornos alimentarios, adolescencia, anorexia, bulimia.
ABSTRACT
Eating Disorders (Eating Disorders) are mental health diseases with a high prevalence and incidence worldwide. They are influenced by various factors and affect especially in adolescence and especially in the female gender. They are especially marked by the current «canons of beauty», which indirectly condition the thinking of young people who are especially susceptible to their physical appearance. There are different types of eating disorders and the nursing staff plays a very important role in the early detection of these types of patients.
From primary care, the early detection and health promotion of adolescents is carried out, trying to identify if there are risk factors in each patient. At the hospital level, nurses carry out a continuous assessment of this type of patients, focusing above all on the nutritional-metabolic pattern and the self-perception-self-concept pattern, using scales and measures and promoting hospital health education to establish and teach a lifestyle healthy and a correct diet.
The school nurse also promotes health education in school settings to avoid misconceptions and promote healthy lifestyle.
KEY WORDS
Nursing care, eating disorders, adolescence, anorexy, bulimia.
INTRODUCCION
Los Trastornos de Conducta Alimentaria (TCA) son enfermedades de salud mental con una alta prevalencia e incidencia a nivel mundial. Están influidos por diversos factores y afectan especialmente en la época de la adolescencia y sobretodo en el género femenino. Están marcados especialmente por los actuales “cánones de belleza”, que de manera indirecta condicionan el pensamiento de los jóvenes que están especialmente susceptibles con su aspecto físico. Existen diversos tipos de trastornos de la conducta alimentaria y el personal de enfermería realiza un papel muy importante en la detección precoz de este tipo de pacientes1,2.
Desde atención primaria se realiza la detección precoz y la promoción de la salud a los adolescentes, tratando de identificar si hay factores de riesgo en cada paciente. A nivel hospitalario, las enfermeras realizan una valoración continua de este tipo de pacientes, centrándose sobretodo en el patrón nutricional – metabólico y en el de autopercepción- autoconcepto, utilizando escalas y medidas y fomentando la educación sanitaria hospitalaria para establecer y enseñar un estilo de vida saludable y una correcta alimentación3.
La enfermera escolar también promueve la educación para la salud en los ámbitos escolares para evitar conceptos erróneos y fomentar el estilo de vida saludable1,4.
OBJETIVOS
Los objetivos de esta revisión bibliográfica son:
- Fomentar la educación para la salud tanto en atención primaria como en el ámbito escolar, dando a conocer el papel de la enfermera escolar especialmente en la adolescencia.
- Detección precoz de este tipo de pacientes.
- Dar herramientas para establecer un tipo de vida saludable tanto a los pacientes como a las familias.
- Promover en las redes sociales la educación para la salud.
MATERIAL Y MÉTODO
Para realizar este trabajo se ha llevado a cabo una investigación que consiste en una revisión bibliográfica sistemática sobre la lectura científica existente. Se han consultado artículos en bases de datos como Scielo, Pubmed y Google académico, seleccionando artículos de los últimos 20 años, en español e inglés.
RESULTADOS
Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) son enfermedades de salud mental que afectan sobre todo a la etapa infantojuvenil y especialmente a las mujeres.
La edad de inicio cada vez es más precoz, tienen una alta morbimortalidad y la incidencia aumenta cada vez más rápido por intentar seguir los cánones de belleza exigidos por la sociedad actual.
La alimentación ha cambiado a lo largo de la historia, en la época romana comer era un acto saludable y bien visto, sin embargo en la Edad Media, cambió radicalmente, haciendo que el ayuno se viera como una forma de purificar las almas1,2.
Existen distintos tipos de diagnósticos para los TCA como son: anorexia nerviosa, bulimia nerviosa, trastorno por atracones y trastornos de la conducta alimentaria no especificados.
La anorexia nerviosa se caracteriza por una pérdida de peso inducida y mantenida por el propio paciente. La bulimia nerviosa en cambio se define como la aparición de episodios de descontrol alimentario donde el paciente ingiere grandes cantidades de alimentos para luego intentar neutralizarlas mediante, ejercicio intenso, vómitos, diuréticos y laxantes.
El trastorno por atracones es definido como la presencia regular de atracones con malestar y descontrol que también se intentan compensar con ejercicio excesivo, laxantes, ayuno y vómitos. Los trastornos de la conducta alimentaria no especificados son aquellos en los que predominan todos los síntomas de un TCA pero no cumplen los criterios para poder diagnosticarse como los anteriores (anorexia nerviosa atípica, trastorno purgativo, rumiación…)1,3,4.
Según diversos estudios existen una serie de factores que son predisponentes o desencadenantes para el desarrollo de esta enfermedad como son:
- Factores biológicos: Genética, pubertad, sobrepeso y obesidad.
- Factores psicológicos: Insatisfacción con la imagen corporal (derivada de la influencia sociocultural), dietas (para lograr la apariencia ideal), baja autoestima (es el factor más importante para el desarrollo de este tipo de enfermedades).
- Factores familiares: Experiencias vitales estresantes.
- Factores socio-culturales: Sistema de tallaje actual, presión social por la imagen corporal, redes sociales.
Los factores sociales influyen especialmente en este tipo de trastornos ya que el estereotipo que marca la tendencia es la delgadez, es lo que se vende y lo que influye especialmente a las mujeres y más a las adolescentes para lograr el éxito en su vida .
Las personas que sufren de TCA padecen graves alteraciones sobre la percepción de la forma y peso corporal, llevándoles a conductas que impactan tanto en su salud física como psicológica2,4,5.
Las manifestaciones clínicas normalmente suelen ser piel seca y fría, cabello frágil, lanugo en cara, cuello, brazos, uñas cianóticas, aftas, coloración amarillenta de la piel, atrofia mamaria, bradicardia, hipotensión…
La recuperación de los TCA es alta pero la mortalidad en este tipo de pacientes puede ser temprana, porque muchos de ellos recurren al suicidio1,4,6.
El personal de enfermería desarrolla un papel imprescindible en la detección precoz de este tipo de enfermedades. Se debe realizar un seguimiento y un tratamiento enfocado en la atención integral y global de los pacientes, debe ser individualizado. Se debe de realizar una rehabilitación nutricional donde se corrigen gradualmente las alteraciones, utilización de psicofármacos para disminuir la ansiedad y psicoterapia para la prevención de recaídas y para ayudar a los familiares de estos pacientes. En atención primaria, las enfermeras deben enseñar al paciente mediante un enfoque cognitivo-conductual y apoyado en terapias grupales y familiares a corregir pensamientos erróneos. Con las familias también se debe de realizar una relación terapéutica adecuada para que comprendan y asimilen mejor las pautas y expresen sus necesidades. Se deben de evitar la sobreprotección y la emocionalidad alta. Se debe fomentar la escucha activa y las técnicas motivacionales, ya que las familias son herramientas muy importantes para dar buenos cuidados a este tipo de pacientes1,3.
Muchos de estos pacientes requieren ingreso hospitalario, enfermería debe de realizar una evaluación de necesidades, centrándose especialmente en el Patrón Nutricional-Metabólico según Marjory Gordon; dentro de este patrón debe de evaluarse el índice de masa corporal, los hábitos y conductas de la ingesta y los conocimientos que tiene el paciente sobre una ingesta saludable. Enfermería debe de lograr empatizar con el paciente y promover la salud de éste con el fin de alcanzar un peso mínimo saludable, eliminar la provocación del vómito o el uso de laxantes, enseñar hábitos saludables en la alimentación y enseñar una dieta adecuada al paciente. Muchas veces este tipo de pacientes necesitan suplementos alimenticios durante una temporada.
Dentro de los patrones de Marjory Gordon también se debería de abarcar el de Autopercepción y autoconcepto para incidir y educar a los pacientes sobre la salud, la alimentación y un estilo de vida saludable3,5.
La enfermera escolar, también es un buen punto de apoyo para una educación sanitaria buena y una detección precoz. En los centros escolares el personal de enfermería debe dar formación y asesoramiento sobre la salud y la alimentación, especialmente a los adolescentes2.
CONCLUSIONES
Los TCA tienen una alta incidencia y prevalencia a nivel global. El personal de enfermería desarrolla un importante papel tanto en la atención primaria con la detección precoz; como en la atención hospitalaria, llevando a cabo cuidados individualizados y una valoración continua del paciente, sin olvidar la administración del tratamiento indicado en cada uno.
Uno de los pilares esenciales y del que siempre nos olvidamos es el de la enfermera escolar, figura poco conocida y poco utilizada, con una gran importancia a la hora de promover educación sanitaria, estilos de vida saludables y resolver dudas en centros escolares, especialmente dando educación a los adolescentes que son los que más sufren este tipo de patologías.
No debemos olvidarnos de las terapias que se deben de llevar a cabo con las familias de este tipo de pacientes resolviendo dudas, dando herramientas y fomentando la escucha activa.
BIBLIOGRAFÍA
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