AUTORES
- Rebeca Fau García. Graduada en enfermería. Servicio Aragonés de la Salud. Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza.
- Enma Erdociaín Herrero. Graduada en enfermería. Servicio Aragonés de la Salud. Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza.
- Paula Gracia Ramiro. Graduada en enfermería. Servicio Aragonés de la Salud. Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza.
- Sonia Gracia Lou. Graduada en enfermería. Servicio Aragonés de la Salud. Hospital Royo Villanova. Zaragoza.
- Mónica Bitria Archilla. Graduada en enfermería. Servicio Aragonés de la Salud. Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza.
- María Pilar Amor Rosillo. Graduada en enfermería. Servicio Aragonés de la Salud. Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza.
RESUMEN
La enfermedad del Alzheimer es el tipo de demencia más frecuente. Se caracteriza por un deterioro cognitivo importante y cambios en la conducta. Debido a que se trata de una enfermedad lenta y progresiva en la que el paciente acaba siendo dependiente, es necesario, desde enfermería, ofrecer herramientas y conocimientos tanto al paciente como al cuidador principal para mejorar su calidad de vida.
PALABRAS CLAVE
Enfermedad de Alzheimer, cuidados, enfermería.
ABSTRACT
Alzheimer’s disease is the most common type of dementia. It is characterized by significant cognitive impairment and behavioral changes. Since it is a slow and progressive disease in which the patient ends up being dependent, it is necessary, from nursing, to offer tools and knowledge to both the patient and the main caregiver to improve their quality of life.
KEY WORDS
Alzheimer’s disease, care, nursing.
INTRODUCCIÓN
Actualmente, la sociedad está cada vez más envejecida, y, por tanto, se produce un aumento significativo de las enfermedades crónicas degenerativas como la demencia. Entre los diferentes tipos de demencia, encontramos la enfermedad de Alzheimer como la más frecuente, representando entre un 60 y un 70% de los casos totales1.
El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa, caracterizada por el depósito anormal de proteína amiloide y proteína tau en el cerebro. Destruye progresivamente la memoria, la capacidad de pensar y de aprender y, con el tiempo, se va perdiendo la habilidad de llevar a cabo las tareas más sencillas2,3.
En todo el mundo existen unos 47 millones de personas con esta enfermedad y en España se contabilizan alrededor de 800.000 personas afectadas. Además, se estima que en 2050 se podría llegar al millón de casos de afectados en nuestro país debido al envejecimiento de la sociedad2,4.
Existen varios factores de riesgo relacionados con esta enfermedad. Entre ellos, cabe destacar: la edad (a partir de los 65 años), el sexo (más frecuente en mujeres), antecedentes familiares, enfermedades como síndrome de Down, enfermedades relacionadas con el estilo de vida como la obesidad, hipercolesterolemia, la hipertensión arterial o la diabetes mellitus; la genética, el tabaco, el traumatismo craneoencefálico grave o la depresión y patrones de sueño defiecientes5,6.
Los síntomas más habituales de esta enfermedad son el deterioro cognitivo, desorientación temporo-espacial, dificultad para expresarse y dificultad para realizar actividades de la vida cotidiana. Todos estos síntomas van apareciendo progresivamente comenzando en la etapa más leve, cuando apenas comienza a afectar al funcionamiento de la persona, y terminando con la etapa más grave, cuando la persona debe depender completamente de los demás para las actividades básicas de la vida diaria3.
No existe tratamiento que cure la enfermedad de Alzheimer o que altere la evolución de la enfermedad en el cerebro, pero sí que existen medicamentos que pueden mejorar temporalmente los síntomas. Estos fármacos ayudan a los pacientes a prolongar al máximo sus funciones y a desenvolverse de forma independiente por un tiempo. Sin embargo, en las etapas avanzadas de la enfermedad, las complicaciones derivadas de la pérdida grave de la función cerebral como la deshidratación o la malnutrición pueden provocar la muerte7.
Además, existen diferentes programas y servicios para brindar apoyo a las personas con enfermedad de Alzheimer y a sus cuidadores. Por una parte, es importante informar al paciente sobre la evolución de la enfermedad para que le permita planificar su futuro y disminuir su ansiedad y, por otra parte, hay que centrarse en los cuidadores dándoles consejos de cómo actuar en cada etapa de la enfermedad y promover su propio autocuidado8.
OBJETIVO
El objetivo de este artículo es concienciar de la importancia de la labor de enfermería en el seguimiento de los pacientes con Enfermedad de Alzheimer, ofreciéndoles herramientas tanto a ellos como a los cuidadores para mejorar su calidad de vida.
METODOLOGÍA
Para la realización de este artículo se ha buscado en diferentes fuentes bibliográficas como Google Scholar, Dialnet, Scielo, Elselvier y Repositorios de universidades utilizando los operadores booleanos ‘or’ y ‘and’ y utilizando como palabras clave ¨Enfermedad de Alzheimer¨, ¨cuidados¨, ¨enfermería¨.
RESULTADOS
El Alzheimer es una enfermedad que comienza a afectar muy lentamente a la persona, dificultando la realización de sus actividades cotidianas y con el tiempo este tipo de pacientes acaban siendo dependientes completamente. Por ello, la enfermería es clave a la hora de tratar a este tipo de pacientes desde el comienzo de su enfermedad, encargándose de darles consejos tanto a los pacientes como a sus cuidadores y valorando la evolución de la enfermedad9.
Es importante velar por la seguridad del paciente ya que a medida que progresa la enfermedad se pierde la capacidad de controlar los factores potenciales peligrosos del ambiente. Por ello existen algunas medidas que es importante que conozcan9:
- Colocar barandillas en la cama.
- Evitar utilizar estufas, calentadores.
- Uso de zapatos con suela antideslizante.
- Vivir un ambiente tranquilo y sin cambios significativos.
Los pacientes con enfermedad de Alzheimer poco a poco se van volviendo dependientes a la hora de realizar las actividades básicas de la vida diaria como puede ser en el aseo, la higiene, eliminación, déficit de sueño… Por tanto, es importante dar recomendaciones tanto al propio paciente como a los cuidadores al respecto9:
- Realizar paseos cortos y actividades planeadas para evitar que los pacientes duerman por el día.
- Intentar cumplir una rutina a la hora de irse a dormir.
- Enseñar diferentes técnicas de relajación.
- Se recomienda utilizar zapatos sin cordones, prendas de vestir sueltas o con cierres a presión, cierres con velcros y evitar los botones y cinturones.
- A la hora de comer, ofrecerle copas especiales y cubiertos grandes con mangos adecuados para que sea lo más independiente posible y ayudarle en lo que sea necesario.
- Planificar un horario de evacuación para evitar la incontinencia urinaria.
Los cuidadores juegan un papel esencial en esta enfermedad y por ello es importante concienciarse de cómo deben afrontar distintos comportamientos, conductas y trastornos psicológicos del paciente. Es necesario promover el autocuidado del cuidador dando a conocer sus derechos, además de fortalecer e impulsar estilos de vida saludables relacionados con la nutrición y el ejercicio físico8,9.
- Dar tiempo al paciente para que exprese sus temores y escucharle con respeto.
- Ayudar a reducir la ansiedad estableciendo una comunicación fluida y un ambiente con pocos cambios.
- Identificar sistemas de apoyo alternativos con el objetivo de que el cuidador pueda mantener una vida social.
- Estimular a la familia y al cuidador a compartir sus sentimientos, frustraciones y problemas.
CONCLUSIONES
La enfermería es clave a la hora de tratar pacientes con Alzheimer ya que es una enfermedad que evoluciona lentamente y afecta considerablemente a la vida. Por eso, es esencial informar al paciente sobre la enfermedad para aliviar su ansiedad y dotar al cuidador de conocimientos y herramientas relacionados con el Alzheimer y el proceso de cuidar para mejorar la calidad de vida tanto del paciente como del cuidador.
BIBLIOGRAFÍA
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