Cuidados enfermeros en el paciente joven con diagnóstico de cáncer.

19 julio 2021

AUTORES

  1. José Gaudioso Redrado Giner. Enfermero-EUE Teruel (Universidad de Zaragoza).
  2. Inés Alberola Benavent. Enfermera EUE “La Fe” (Universidad de Valencia).
  3. Francisca García Malla. Enfermera-EUE Teruel (Universidad de Zaragoza).

 

RESUMEN

El cáncer es una enfermedad con un significado amenazador para el paciente, presentándose el riesgo de muerte prematura, interrumpiendo su vida, exigiendo fuerza para soportar los cambios drásticos en el estilo de vida de este. Es común que la palabra cáncer genere sentimientos de miedo, ansiedad y tristeza. Pueden surgir cuando el paciente siente que ha perdido el control de su propia vida, cuando se producen cambios en su imagen corporal o en frente el miedo a la muerte, al dolor y a lo desconocido. La medicina moderna ha dado mucho énfasis a la interacción de cuerpo, mente y ambiente. Por ello se considera que los factores psicológicos, culturales y ambientales ejercen una fuerte influencia sobre el bienestar de los individuos. Por eso en los cuidados a los pacientes con cáncer deben colaborar todo el equipo asistencial multidisciplinar, para ofrecer al paciente un abordaje holístico y conseguir una recuperación tanto de su aspecto físico como del psicosocial. Este abordaje permitirá identificar a los pacientes que se muestran más vulnerables y con mayor riesgo de cambio ante la nueva condición de vida.

 

PALABRAS CLAVE

Cáncer, adolescencia, cuidados enfermeros, cuidados físicos y cuidados psicosociales.

 

ABSTRACT

Cancer is a disease with a threatening meaning for the patient, presenting the risk of premature death, interrupting their life, demanding strength to withstand the drastic changes in their lifestyle. It is common for the word cancer to generate feelings of fear, anxiety and sadness. They can arise when the patient feels that he has lost control of his own life, when there are changes in his body image or in front of the fear of death, pain and the unknown. Modern medicine has placed great emphasis on the interplay of body, mind, and environment. For this reason it is considered that psychological, cultural and environmental factors exert a strong influence on the well-being of individuals. For this reason, in the care of cancer patients, the entire multidisciplinary healthcare team must collaborate, to offer the patient a holistic approach and achieve a recovery of both their physical and psychosocial appearance. This approach will make it possible to identify the patients who are more vulnerable and at greater risk of change in the face of the new life condition.

 

KEY WORDS

Cancer, adolescence, nursing care, physical care and psychosocial care.

 

INTRODUCCIÓN

La etapa de la juventud se encuentra entre la adolescencia y la edad adulta. Normalmente se utiliza la franja entre los 12 y 18 años para designar los adolescentes y entre los 15 y 29 años la etapa joven, que se podría dividir en tres etapas de los 15 a los 19 años, de los 20 a los 24 años y los 25 a los 29 años. Esta etapa supone una crisis madurativa en la configuración de la personalidad, y está delimitada por dos procesos: el biológico, donde se establece la diferenciación de la etapa infantil y el social, de la etapa adulta1. Se identifican tres cambios en su desarrollo: 1. Desarrollo orgánico, donde modifican fisiológicamente funciones del cuerpo, que paulatinamente se va transformando en adulto. 2. Desarrollo social de cara a la independencia y las nuevas relaciones sociales. 3. Desarrollo espiritual, que corresponde a un proceso cultural de autoeducación y educación receptiva, donde la maduración intelectual y emocional es la clave2.

 

El desarrollo orgánico y espiritual juegan un papel clave en el desarrollo, diagnóstico y diferentes procesos del cáncer en la etapa joven. El cáncer, es un término que engloba un grupo numeroso de enfermedades3. Es la primera causa de muerte en España con más de 90.000 muertes al año. Los tumores más frecuentes en la etapa infanto-juvenil son linfomas, tumores del Sistema Nervioso Central, melanomas, sarcomas de las partes blandas, leucemias agudas y tumores gonadales y de tiroides, que suponen la primera causa de muerte por enfermedad en esta etapa4. Los profesionales de enfermería, a la hora de dar los cuidados y atender a los pacientes, observan como las estrategias de afrontamiento de cada persona son diferentes cuando éstos se enfrentan a un diagnóstico y a una situación inesperada y desconocida para ellos, es una experiencia que es difícil afrontar. De ahí que la información, preparación y conocimiento sobre la nueva situación ayuda a prevenir y comprender las diferentes respuestas que pueden tener estos pacientes que se encuentran en la etapa joven, y son aspectos que hay que conocer, tratar y ayudar.

 

OBJETIVO

El objetivo principal del trabajo es conocer la atención (actuaciones y apoyo) de enfermería ante el proceso de enfermedad que experimenta un joven con cáncer.

 

METODOLOGÍA

Este estudio consiste en una revisión bibliográfica para conocer la atención de enfermería y los diferentes estudios que se han realizado sobre esta atención integral en el paciente joven diagnosticado de cáncer. Para ello se han utilizado diferentes bases de datos nacionales e internacionales como Cochrane Plus, PubMed, Google y Google Académico, Dialnet, Elsevier y Scielo. También se han utilizado páginas web y libros de profesionales relacionados exclusivamente con el cáncer y la atención al paciente y la familia

 

RESULTADOS-DISCUSIÓN

CUIDADOS DE ENFERMERÍA AL PACIENTE ONCOLÓGICO JOVEN:

El objetivo del personal de enfermería implicado en la atención de los enfermos con cáncer consiste tanto en la aplicación de las diferentes técnicas en cuanto al tratamiento directo de la enfermedad, hasta la rehabilitación de todos sus aspectos, para que el enfermo recupere al máximo su capacidad de acción, su independencia física y su equilibrio emocional5,6. Cada paciente necesitará unos cuidados personalizados según el tipo de cáncer que presente, el tratamiento que esté recibiendo y su estado físico y psicológico, pero es normal que gran parte de las personas que sufren esta enfermedad presentan problemas fisiológicos y psicológicos similares. De ahí se explica la atención más importante que deben recibir.

 

La parte psicosocial de los cuidados:

Sentimientos como la ansiedad, el miedo y la depresión son evidentes y prevalentes, por eso la cuestión principal es: cuidar de un ser humano con cáncer y no del cáncer de un ser humano. Por lo tanto, se puede flexibilizar la dinámica de funcionamiento de la institución, por ejemplo, con los reglamentos dirigidos a horarios de visitas o la permanencia del acompañante en la habitación. Por otra parte, la información que los profesionales dan respecto al estado de salud del enfermo, deben ser sinceras y deben facilitar el acceso de la familia y el enfermo a los recursos que necesiten (religiosas, abogados, parientes distantes, etc.), que son necesarios para la modificación de sus opciones de vida. En cuanto al momento del diagnóstico, los sentimientos más comunes que presentan los pacientes son la incredulidad, dudas, tristeza, confusión y ansiedad, y en este momento es muy importante que los profesionales tengan los conocimientos suficientes para dar apoyo a los pacientes, sobre todo a aquellos que tienen más dificultad en adaptarse a la nueva situación. En el transcurso de la enfermedad, los pacientes experimentan una serie de estados de humor, acompañados de sentimientos contradictorios, pero siempre acaban siendo conscientes de que tienen que vivir con esta experiencia y que la han de integrar en su forma de vida. Por eso en todas las etapas de la enfermedad es muy importante realizar intervenciones psicosociales precoces, y que, gracias a estas, el enfermo experimenta una mejora en la calidad de vida, incrementa el humor y la vitalidad, disminuye el dolor y con ello mejora la perspectiva de la realidad. Además, también sirven para prevenir trastornos mentales futuros, como la depresión y la ansiedad6.

 

Cuidados de enfermería a nivel psicosocial:

Las necesidades psicosociales de los jóvenes son únicas y muchas veces incomprendidas o menos conocidas en comparación con otros grupos de edad. Para ello se necesitan servicios especializados para un abordaje integral y recursos para afrontar temas como las relaciones con los compañeros, la imagen corporal, el aislamiento, la sexualidad, las interrupciones en la escuela o la carrera, entre otros. Para alcanzar el tratamiento de estos temas, es necesaria la colaboración de un equipo multidisciplinar con psicólogos, psiquiatras, trabajadores sociales, médicos, enfermeros, etc.7.

 

Los sentimientos que más se dan son la ansiedad y la depresión, que normalmente suelen coexistir. Son reacciones normales debidas a los efectos físicos de la enfermedad y la incertidumbre del futuro. Por ello conocer las causas de cada paciente es muy importante para definir las intervenciones de enfermería que se deberán realizar. Muestran psicológicamente, irritabilidad, insomnio, falta de concentración, necesidad constante de apoyo y dificultad para resolver problemas. Según el nivel de ansiedad la enfermera priorizará las intervenciones. Sin embargo, hay intervenciones generales como:

  • Dar siempre al enfermo la oportunidad de hablar de sus preocupaciones.
  • Preguntar frecuentemente cómo se siente y cómo se ha encontrado.
  • Establecer poco a poco una relación de confianza y empatía, y así poder tener una visión más amplia de sus preocupaciones, temores y los efectos causantes de esta ansiedad.

 

Es muy importante, sin embargo, respetar su intimidad, dignidad y voluntad. Las conversaciones serán totalmente confidenciales. Se debe estimular la comunicación abierta y sincera entre el enfermo y la familia, y si es necesario, puede intervenir un profesional que actúe de mediador entre la comunicación de ambos. Los pacientes necesitan información que les ayude a tomar decisiones y reducir la incertidumbre, es decir, se les debe asesorar. Es importante que colaboren en el plan de tratamiento y en decidir aspectos de la vida cotidiana, como comer o dónde ir y con ello podemos conseguir un aumento del enfrentamiento, con la presencia y la potenciación de una seguridad.

 

Debemos tener en cuenta que, en la etapa de la juventud, tienen la necesidad de tener cierta autonomía. Por el que se les debe dar la oportunidad de decidir en cualquier cosa, ya que si participa se puede sentir menos pasivo, deprimido o asustado. También es necesario crear un ambiente que proporcione seguridad, donde él pueda hablar abiertamente sobre su enfermedad. Se le tiene que tratar tan normalmente como sea posible, y hacerlo sabedor de que, a pesar de su enfermedad, sigue teniendo ciertas responsabilidades, de lo contrario, pueden tener problemas emocionales graves, porque inconscientemente pueden ver la enfermedad como una forma de evitar responsabilidades. Hasta que el joven no se reincorpore a su vida normal es importante proponer actividades que:

  • Sean significativas para él, hacer lo que a él le gusta.
  • Le hagan descubrir nuevos intereses y valores.
  • Le hacen sentir importante.
  • Incrementen la confianza consigo mismo.
  • Le ayuden aceptar su nueva situación y expresar sus preocupaciones, pensamientos negativos y positivos.
  • Fomentar el mantenimiento de las relaciones sociales favoreciendo un espacio donde pueda compartir su experiencia con otros que se encuentran en la misma situación.

 

La escuela y la educación deben estar actualmente integradas en el tratamiento médico del cáncer, ya que tan sólo el hecho de que el joven continúe su desarrollo educativo le dice indirectamente que le depara un futuro6.

 

Cuidados de enfermería a nivel físico:

Las repercusiones físicas del cáncer dependen del tipo de cáncer y del tratamiento que esté recibiendo el paciente. Pero en general nos referimos al cansancio, la debilidad, náuseas, vómitos, dolor, etc. Estos tratamientos afectan mucho al aspecto físico general de la persona, y son signos clínicamente importantes que repercuten en el paciente y que se han de tener en cuenta el bienestar psicológico y físico de éste, ya que si el joven se siente mejor consigo mismo es más fácil afrontar este problema. El dolor, es un síntoma somático que es posible controlar, por eso es importante conocer cuando el paciente tiene dolor y el grado de dolor que presenta, mediante la escala de valoración del dolor (EVA). Además, puede ser un signo de advertencia de efectos secundarios o de algún otro problema. Se debe asesorar al paciente sobre:

  • ¿Qué puede ser el causante del dolor?
  • Enseñar los tipos de dolor y cómo tratar cada uno de ellos.
  • Enseñar los tipos de fármacos para el dolor, como se administran, para que se utilizan y efectos secundarios que pueden causar, por ejemplo, los analgésicos opiáceos.
  • Informar sobre terapias alternativas para controlar el dolor8.

 

El cansancio es un síntoma muy típico de las personas que están recibiendo el tratamiento con quimioterapia y radioterapia. Normalmente lo refieren como una fatiga que no se alivia con el descanso ni el dormir, puede durar meses y provocar trastornos mentales como la depresión, afectar a la alimentación o al estado de ánimo. Con el fin de lidiar el cansancio es muy importante que el personal sanitario sea sabedor de éste y también de su intensidad

 

Además:

  • Se puede ayudar al paciente a manejar el tiempo de descanso y cuáles son los mejores métodos (si descansos prolongados o varios períodos breves).
  • Enseñar al paciente a hacer las cosas más importantes en los momentos del día que tenga más energía.
  • Enseñar formas de enfrentarse al estrés, como ejercicios de respiración o actividades terapéuticas complementarias.
  • Hacer educación sanitaria sobre cómo llevar un registro de cómo se siente cada día.
  • Enseñar a llevar una alimentación sana con proteína, beber líquidos o sobre alguna dieta especial o tomar vitaminas8.

 

Las náuseas y vómitos son un efecto secundario de la quimioterapia y dan muy malestar al paciente. Su gravedad depende de los fármacos administrados y de la forma que le afectan al paciente. Con el fin de tratar y aliviar estos síntomas se puede:

  • Enseñar el tipo de dieta y cuáles son los alimentos más convenientes según el momento del día.
  • Comer poco y frecuentemente.
  • Beber lentamente y a sorbos líquidos como zumos, caldo, agua, etc.
  • Comer los alimentos a temperatura ambiente para que el olor y el sabor no sean tan intensos.
  • Evitar grasas, fritos, condimentos o dulces.

Descansar después de hacer las comidas, colocarse en un ángulo de 45º más o menos y evitar estar tumbado.

  • Si se le pauta algún fármaco para estos síntomas, hacerle educación sanitaria.
  • Controlar el equilibrio de líquidos para evitar la deshidratación8.

 

La caída del cabello es uno de los síntomas más frecuentes y más mal tolerados por los pacientes. Por eso muchas veces se recomienda cortarse el pelo antes de que caiga para evitar el impacto que hace encontrárselo en la almohada o en el peine. El malestar que produce la caída del cabello es en parte debido al cambio que se produce en su imagen/percepción. Por eso es importante que sepan que hay diferentes soluciones, como la peluca, una gorra, un pañuelo, etc. y que pueden elegir aquella que se sientan más cómodos o los haga sentir mejor. En la piel, pueden aparecer manchas, irritaciones o sequedad, por eso es muy importante la hidratación y cuidados de la piel, evitando productos con alcohol. Si aparecen manchas se debe tener en cuenta la exposición al sol9.

 

Para realizar un buen cuidado del paciente oncológico se tendrán en cuenta los diagnósticos de enfermería y así poder realizar las intervenciones necesarias, pero como hemos dicho anteriormente, los cuidados físicos dependen mucho del tipo de cáncer y del tratamiento que se esté recibiendo, por ello, a parte de las más comunes mencionadas anteriormente, se ha consultado a un estudio realizado en el año 2008, por la revista Conamed, donde dice cuáles son los diagnósticos de enfermería más comunes en pacientes con cáncer:10

  • Patrón respiratorio ineficaz: la inspiración o la espiración no proporcionan una ventilación adecuada. Para este problema llevamos el control del estado de los signos vitales y la ventilación del paciente con las siguientes actividades:
  • Llevar un control de la medicación pautada del paciente y hacerle una educación sanitaria de ésta, informando de la pauta, como se debe realizar la toma de los fármacos y los efectos secundarios que puede presentar.
  • Llevar un control de los signos vitales y de la ventilación (TA, Tº, FC, FR y SatO2) y enseñar al paciente cómo hacerlo él y cuáles son los parámetros de alarma de estos.
  • Informar al paciente cuáles son las posiciones más adecuadas y cuáles son las que debe evitar según su estado respiratorio.
  • Riesgo de desequilibrio de la temperatura corporal: riesgo de sufrir un fallo de los mecanismos reguladores de la temperatura corporal. Se debe vigilar la termorregulación mediante:
  • Buen control del ambiente.
  • Control de los líquidos que entran y salen.
  • Controlar los signos vitales.
  • Exceso de volumen de líquidos: Aumento de la retención de líquidos isotónicos. Se debe mantener un equilibrio hídrico y una hidratación correctas mediante:
  • El control de las entradas y salidas de líquidos.
  • El control de la nutrición.
  • El control de los signos leves, un autocontrol y detectar cualquier anomalía fisiológica.
  • Riesgo de déficit de volumen de líquidos: riesgo de sufrir una deshidratación vascular, celular o intracelular. El objetivo es mantener un equilibrio hídrico, una hidratación y una nutrición adecuada:
  • Control de la diarrea, la diuresis y vómitos.
  • Vigilar los signos vitales.
  • Control de la nutrición correcta del paciente.
  • Control de la temperatura corporal.
  • Desequilibrio nutricional por defecto: ingesta insuficiente de nutrientes para satisfacer las necesidades metabólicas. Se llevará un control del peso, de la ingesta de alimentos y líquidos, favorecer una buena calidad de vida y el bienestar de la persona:
  • Se debe controlar la nutrición y el peso.
  • Vigilar si hay riesgo de que pueda aparecer algún trastorno alimentario provocado por el estado de salud o por una baja autoestima y una mala imagen corporal de sí mismo.
  • Hacer educación sanitaria y / o un asesoramiento de la dieta a seguir.
  • Dar apoyo emocional y esperanza en que este problema se puede solucionar entre todos.
  • Facilitar la responsabilidad sobre sí mismo para que el paciente se sienta útil y sienta que lleva el manejo de la situación para lograr su bienestar.
  • Es muy importante potenciar la autoestima del paciente y hacerlo consciente de que todo lo que se le hace y se le dice es por su bien.
  • Intolerancia a la actividad: insuficientes o deseadas. Se debe enseñar al paciente a conservar la energía en sus actividades de la vida diaria:
  • Enseñar al paciente a controlar su energía.
  • Fomentar el ejercicio y las actividades que pueden ayudar al paciente a llevar un autocontrol de su estado enérgico y físico.
  • Animar siempre a que no deje de realizar las actividades básicas de la vida diaria, aunque se sienta muy decaído.
  • Trastorno de la imagen corporal: confusión en la imagen corporal del «yo» físico, manifestado por expresiones de sentimientos que reflejan una alteración de la visión del cuerpo, o sentimientos negativos sobre el cuerpo. Este problema es muy frecuente en las personas que padecen cáncer, ya que debido al tratamiento se quedan sin pelo, aparecen manchas en la piel o sufren la amputación de una parte de su cuerpo. Por este motivo a este aspecto se le debe dar mucha importancia, sobre todo porque en la etapa de la adolescencia y la juventud es un tema clave para sentirse bien con ellos mismo. Los dos temas más importantes son la autoestima y la imagen corporal que cada uno tiene de sí mismo, es decir, como se ve. Por eso es importante:

Dar apoyo emocional, hacer sentir al paciente que empatizamos con él, lo escuchamos y que con ayuda se puede conseguir un «bienestar».

  • Aumentar el enfrentamiento, animar al paciente a hablar de sus preocupaciones y de cuáles son los problemas o situaciones que lo hacen sentir mal, crear un clima de confianza, establecer una relación terapéutica, aconsejar al paciente que realice lo que le haga sentir bien y evitar situaciones que le desanimen, etc.
  • Ayudar en la modificación de sí mismo, es decir, proporcionarle apoyo y los recursos que necesite para cambiar la imagen de sí mismo.
  • Escucha activa, es muy importante dejar que el paciente exprese sus sentimientos, emociones y preocupaciones sobre los diferentes problemas que siente tener.
  • Potenciación de la autoestima, ayudar al paciente a hacer juicios personales realistas, que la baja autoestima es provocada por los efectos de la enfermedad y que por ello no debe avergonzarse de su «yo».
  • Potenciación de la socialización, animar al paciente a que se relacione con otros que presentan un problema similar.
  • Reestructuración cognitiva, es una estrategia de terapia cognitivo-conductual, destinada a modificar la interpretación y la valoración subjetiva de uno mismo.
  • Potenciación de la imagen corporal, es decir, mejorar las percepciones y actitudes del paciente respecto a su cuerpo.

 

La profesión de enfermería existe para atender las necesidades de salud de las personas. A medida que estas necesidades se modifican, deben aplicarse los cuidados a la persona enferma y la familia. Por tanto, el papel principal del terapeuta, es la interacción con el sufrimiento de los demás, es decir, saber cuantificar el tamaño o la reducción del tumor es tan o más significativo que evaluar correctamente el estado anímico de un paciente5.

 

CONCLUSIÓN

En este trabajo se ha podido comprobar que, para los niños, adolescentes y jóvenes, los efectos más duros del cáncer son las reacciones adversas de los tratamientos como la quimioterapia, que produce malestar, náuseas y vómitos, cambio en la imagen corporal, alopecia, etc. y las preocupaciones de cara a su recuperación. La finalidad de todo es que vean que se puede vencer con la ayuda de profesionales cualificados. Estos necesariamente deben cooperar entre sí, para conseguir que los pacientes tengan el mejor nivel de vida posible, y así favorecer también su afrontamiento y adaptación a las diferentes situaciones en las que se encuentran expuestos. Desde el comienzo, una herramienta clave de la enfermera, es la de favorecer la creación de un vínculo de confianza con el paciente, con el fin de personalizar los cuidados, identificar las diferentes necesidades de manera continuada y acompañarlo en todo el proceso de enfermedad.

 

BIBLIOGRAFÍA

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  4. García ED. La carga del cáncer en España: situación en 2019. InAnales de la Real Academia Nacional de Medicina 2019 (No. 136, pp. 25-33). Real Academia Nacional de Medicina.
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  6. Matos Águila D, Mercerón Figuerola Y. Potenciación de la capacidad de resiliencia en familiares de niños con cáncer mediante un programa de intervención psicosocial. Medisan. 2017 Mar;21(3):361-70.
  7. Pérez AB, Martínez HV. Adolescencia y cáncer. Psicooncología. 2015;12(1):141.
  8. Sepúlveda Ramírez J, Carrillo González GM. Evaluación de síntomas en niños y adolescentes con cáncer: revisión integrativa. Rev. cienc. cuidad. 2019:105-15.
  9. Guía de cuidados estéticos para el paciente oncológico. Asociación Española Contra el Cáncer. Recuperado de: https://www.aecc.es/Comunicacion/publicaciones/Documents/guia_estetica08.p df
  10. Alvarado MG, Domínguez ML. Diagnósticos de enfermería identificados en pacientes con cáncer. Revista CONAMED. 2008;13(1):12-6.

 

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