AUTORES
- Amelia Pulido Cárdenas. TCAE Hospital Universitario Miguel Servet Zaragoza.
- Sandra Frej Navarro. TCAE Hospital Universitario Miguel Servet Zaragoza.
- Ainhoa Cea Berne. TCAE Hospital Universitario Miguel Servet Zaragoza.
- Beatriz Martínez Modrego. TCAE Hospital Universitario Miguel Servet Zaragoza.
- Gema María Lopez Allue. TCAE Hospital Universitario Miguel Servet Zaragoza.
- Cristian Hernández Pulido. TCAE, Zaragoza.
RESUMEN
En algún momento de tu vida, en el que te has sentido agobiado, estresado, muy preocupado; has sentido como si se te encogiera el corazón, una presión en el pecho. ¿Te ha sucedido?
Seguramente sí. ¿Y a qué se debe? Bien, se debe a una contracción del pericardio1, es la membrana que protege y sostiene nuestro corazón. Sucede como respuesta a un instinto básico de nuestro cuerpo, mínimo trabajo, máximo rendimiento igual a supervivencia.
Sin embargo, si no gestionamos correctamente la emoción o ésta perdura demasiado en el tiempo y la contracción del pericardio sigue sin solucionarse, a largo plazo, puede provocar lesiones o consecuencias en el organismo.
Conocer el estrecho vínculo entre las emociones y nuestro corazón y las alteraciones que pueden resultar de esta combinación nos puede ofrecer datos cuanto menos interesantes.
La palabra pericardio proviene del griego “Peri” que significa “alrededor” y “kardia” que es “corazón”. Como su nombre indica, el pericardio es una membrana fibrosa de dos capas que cubre, protege y sostiene el corazón.
El pericardio3 es una cavidad fina llena de líquido que rodea el corazón, abarca por la parte superior a los vasos sanguíneos principales, como la aorta y la vena cava. El pericardio está formado por:
Una capa externa (pericardio fibroso externo) que mantiene el corazón en su lugar dentro de la cavidad torácica, lo protege de inflamación y actúa de barrera contra las infecciones. Además, evita que el corazón se estire y se llene de una cantidad excesiva de sangre.
También está formado por dos capas internas (pericardio seroso interno) Separadas por una cantidad pequeña de líquido entre ellas (cavidad pericárdica). El líquido impide que los tejidos rocen entre sí cuando el corazón se mueve dentro del pericardio.
La membrana del pericardio está en contacto con el diafragma, la tráquea, los pulmones, la pleura, el esófago, la entrada del estómago, las principales vías arteriales y venosas, los ganglios estrellados que regulan el sistema nervioso vegetativo, el centro frénico responsable de la respiración, la base del cráneo, las membranas intracraneales, las glándulas tiroideas y timo, los ganglios semilunares, e incluso con muchos ligamentos que se unen a la columna vertebral hasta el sacro (en especial cervicales y dorsales) y el sistema muscular esquelético que sirve de protección y apoyo de los órganos vitales.
Se trata, pues, de una parte, de nuestro cuerpo fundamental; no solo porque protege el corazón sino porque también está en contacto con muchas estructuras de diferentes sistemas. Por lo tanto, una disfunción del pericardio puede suponer, a largo plazo, trastornos en todas estas estructuras con las que está estrechamente en contacto.
PALABRAS CLAVE
Pericardio, emociones, pericarditis, derrame pericárdico.
ABSTRACT
At some point in your life, in which you have felt overwhelmed, stressed, very worried; You have felt as if your heart was shrinking, a pressure in your chest. Has it happened to you?
Surely yes. And what do we owe this for? Well, it is due to a contraction of the pericardium, it is the membrane that protects and supports our heart. It happens as a response to a basic instinct of our body, minimum work, maximum performance equals survival.
However, if we do not manage the emotion correctly or it lasts too long and the contraction of the pericardium continues without being resolved, in the long term, it can cause injuries or consequences in the organism.
Knowing the close link between emotions and our heart and the alterations that can result from this combination can offer us interesting data.
The word pericardium comes from the Greek «peri» which means «around» and «kardia» which is «heart». As its name suggests, the pericardium is a two-layered fibrous membrane that covers, protects, and supports the heart.
The pericardium is a thin, fluid-filled cavity that surrounds the heart, spanning the top of the major blood vessels, such as the aorta and vena cava. The pericardium is made up of:
An outer layer (external fibrous pericardium) that holds the heart in place within the chest cavity, protects it from inflammation, and acts as a barrier against infection. In addition, it prevents the heart from stretching and filling with an excessive amount of blood.
It is also made up of two inner layers (internal serous pericardium) separated by a small amount of fluid between them (pericardial cavity). The fluid prevents the tissues from rubbing against each other as the heart moves within the pericardium.
The pericardial membrane is in contact with the diaphragm, the trachea, the lungs, the pleura, the esophagus, the entrance to the stomach, the main arterial and venous pathways, the stellate ganglia that regulate the vegetative nervous system, the phrenic center responsible for respiration, the base of the skull, the intracranial membranes, the thyroid and thymus glands, the semilunar ganglia, and even with many ligaments that are attached to the vertebral column up to the sacrum (especially cervical and dorsal) and the skeletal muscular system that serves as protection and support of vital organs
It is, therefore, a part of our fundamental body; not only because it protects the heart but also because it is in contact with many structures of different systems. Therefore, a dysfunction of the pericardium can lead, in the long term, to disorders in all these structures with which it is closely in contact.
KEY WORDS
Pericardium, emotions, pericarditis, pericardial effusion.
INTRODUCCIÓN
Situemos al pericardio:
Por la parte delantera se une con la pared torácica, las pleuras mediastínicas y los pulmones. Por la parte trasera con los órganos del mediastino superior sobre todo el esófago. A los lados se une con la capa de tejido blando que contiene los nervios frénicos y vasos diafragmáticos superiores. Por abajo, con el centro frénico del diafragma, que se separa por un tejido celular adiposo. Por arriba con el saco fibroso que separa la lámina parietal a lo largo de la línea de reflexión de la serosa.
Una vez situado veamos cuantos ligamentos lo sujetan:
Ligamentos esterno-pericárdicos: Parte superior: va de la cara interna del manubrio del esternón y las dos primeras articulaciones condroesternales a la parte anterosuperior del pericardio, justo por delante de los grandes vasos. Va hacia abajo y atrás y es plano. Forma una lámina triangular, vertical y frontal.
Es una prolongación de la lámina profunda de la aponeurosis cervical y frontal media.
Entre el esternón y el pericardio, se encuentra el timo.
En la parte inferior: va desde la extremidad inferior del esternón y la xifoides a la cara anterior del saco pericárdico. Es medial y sagital. Se dirige hacia atrás en forma de lámina triangular horizontal.
Ligamentos vértebro-pericárdicos: Ligamento vertebro-pericárdico superior (6º y 7º vértebra cervical) unidos a la arteria pulmonar y el cayado aórtico
Ligamento vertebro-pericárdico inferior (1º-4º vértebra dorsal) unidos a la aurícula izquierda.
Ligamentos freno-pericárdicos: Son extensiones de la ascia endotorácica y fijan el saco pericárdico al centro frénico dejando un espacio de deslizamiento: el espacio portal.
Ligamento Tiropericárdico: Tendido entre la cara anterior del pericardio y el borde inferior de la tiroides. Contiene el tronco venoso braquiocefálico. Transmite todos los desequilibrios mediastínicos del cuello a la base del cráneo. Forma una capa posterior del saco que contiene el timo situado entre la lámina tiro-pericárdica y el ligamento esterno-pericárdico.
Ligamentos viscero-pericárdicos: Son tractos fibrosos, un poco accesorios que vinculan el pericardio con el esófago, la tráquea, los bronquios y las venas pulmonares. No tienen mucha relevancia a nivel de fijación, pero sí a nivel funcional.
Bien, una vez que hemos hecho una fotografía del pericardio tenemos que centrarnos en el sistema nervioso autónomo o vegetativo y su relación con el pericardio. Este sistema nervioso, se encarga de las funciones viscerales involuntarias del organismo.
Los centros superiores neurovegetativos son:
1. Córtex sub-orbitario y el córtex prefrontal. Centros reguladores del psiquismo, la conciencia y las funciones vegetativas.
2. Tálamo: Es la central de alarma del organismo. Recibe los informes sensitivos, sensoriales y los analiza antes de transmitirlos al córtex cerebral, cuando hay estímulos que provocan miedo, hace sonar la alarma.
3. Hipotálamo: situado bajo el tálamo y debajo de la hipófisis, unido a ella por el tronco pituitario. Regula el metabolismo del agua, sueño, regulación térmica y actúa sobre la conciencia y sobre el psiquismo. Regula las secreciones hormonales de la hipófisis. Secreta la hormona antidiurética o vasopresina que controla el agua del organismo y la hormona oxitocina.
4. Hipófisis: recubierta por la duramadre, por la tienda del cerebelo y las paredes del seno cavernoso. Vascularizada por las ramificaciones de la arteria carótida interna. Dirige el sistema hormonal, controla el tiroides, las glándulas corticosuprarrenales, las gónadas, el metabolismo basal, las funciones sexuales, el crecimiento, el páncreas, el equilibrio del agua y la lactancia.
5. Epífisis: Segrega la melatonina que inhibe la acción del hipotálamo y de la hipófisis sobre las glándulas sexuales e influencia en los mecanismos hormonales de la reproducción.
6. Vías de la sustancia blanca: Son vías de asociación y conducción de los influjos corticales inter o intrahemisféricos. Su acción es muy importante en la transmisión del influjo de origen psíquico o sensorial hacia los centros superiores neurovegetativos. Entre ellos están el cuerpo calloso y el rinencéfalo.
7. Sustancia reticular: Situada en el tronco encefálico, entre los núcleos de los nervios craneales y las grandes vías ascendentes y descendentes. Regula el ciclo del sueño-vigilia, así como la concentración y el aprendizaje pues hace falta concentrarse para activar el córtex, pero también seleccionar las informaciones conscientes
8. Núcleos neuro vegetativos de los nervios craneales: Regulan las funciones de los nervios craneales. (miosis/midriasis, mucosa orofaríngea, sensibilidad de la lengua, glándulas lacrimales, etc.).
9. Ganglio estrellado: Sale del ganglio simpático cervical intermedio, desciende y rodea la arteria subclavia y va hacia el ganglio simpático estrellado (cervicodorsal).
¿Qué pasa en una situación de estrés, angustia o miedo? ¿Qué relación hay entre lo biológico y lo psicológico?
La tensión o el estrés, hace reaccionar el pericardio que se contrae, tira del ganglio estrellado que a su vez, envía información simpática al centro cardio respiratorio del tronco encefálico de allí, el estímulo sigue hacia el tálamo y llega a la amígdala y al córtex cerebral.
Cada persona reacciona de forma diferente ante una situación de estrés, dolor o miedo. Algunas pueden tener depresión, infartos, estreñimiento, dificultades respiratorias, etc.
Durante el transcurso de esta situación podemos gestionarlo, resolverlo o sobrellevarlo de una forma funcional. Pero en otros casos no es así, perdura en el tiempo. Según estadísticas, se dice que el 80% de las patologías son funcionales, es decir, no tienen base orgánica.
Veamos unos ejemplos de ellas.
1. Trastornos cardiovasculares: arritmias, taquicardias, extrasístoles, tensión arterial descompensada, hipertensión, soplos cardíacos. Estos trastornos pueden deberse a una contracción del pericardio que repercute a nivel de la aorta. Puede provocar estenosis o insuficiencia aórtica. Los barorreceptores y mecanorreceptores de la aorta, la carótida y la subclavia influyen en la tensión arterial. El centro cardio respiratorio está situado en el tronco encefálico y el nervio cardíaco que proviene directamente del ganglio estrellado.
Edemas en los brazos, parestesias (hormigueos), estos síntomas pueden estar relacionados con la compresión del plexo braquial, disfunción del ganglio estrellado, perturbando así la motricidad por vasoconstricción o vasodilatación.
2. Trastornos digestivos: Disfagia, reflujos ácidos, digestiones difíciles, gastritis, esofagitis. Ocasionados por la compresión del pericardio sobre el esófago o sobre la entrada del estómago.
3. Trastornos respiratorios2: Disnea, suspiros, tos seca irritativa. Ocasionados por la compresión del nervio frénico y la retracción de la parrilla costal.
4. Trastornos musculoesqueléticos: Retracción de los ligamentos esterno-pericárdicos y compresión del timo.
5. Trastornos hormonales: Hipertiroidismo, hipotiroidismo, trastornos del crecimiento, etc. Por estiramiento o compresión de la glándula tiroides a través del ligamento tiro-pericárdico. Por una acción de la sínfisis esfeno-basilar o por retracción del ligamento freno-pericárdico que cierra el diafragma y comprime las arterias suprarrenales.
6. Trastornos inmunitarios: Acción directa sobre el timo y el bazo, reduciendo los linfocitos T. Bloqueo de la parrilla costal y disminución de la fabricación de médula ósea de las costillas de las células sanguíneas, como consecuencia, respiración más superficial y disminución de la función hematopoyética. Disminución de la secreción de inmunoglobulinas A
7. Trastornos linfáticos: Adenopatías, linfomas, linfoedemas. Compresión de la cisterna de Pecquet debido a los ligamentos freno-pericárdicos sobre el diafragma y sus pilares. Retracción del ligamento esterno-pericárdico superior derecho pudiendo provocar estancamiento de la linfa en el mediastino, aumentando el volumen de los ganglios mediastínicos.
8. Trastornos visuales: Anisocoria, lagrimeo, conjuntivitis, pérdida de agudeza visual. Debido a una inhibición o excitación de los haces nerviosos simpáticos que provienen del ganglio estrellado. Torsión de la base del cráneo con repercusiones a nivel de la hendidura esfenoidal.
9. Trastornos auditivos: Acúfenos, hipoacusia funcional, otalgia. Por acción de los músculos escalenos, sobre la primera y la segunda costilla. Apófisis transversas de las cervicales C2 a C7. Por el esternocleidomastoideo, que tira de la mastoides con repercusiones sobre el peñasco del temporal, la sutura petro-basilar y el agujero rasgado posterior por donde pasan los nervios craneales, el seno petroso inferior, la vena yugular interna, la arteria meníngea media y el seno sigmoideo. En el interior del peñasco
Se encuentra el nervio auditivo, formado por dos nervios: el coclear y el nervio vestibular (equilibrio y vértigos)
10. Trastornos neurológicos: Vértigos, neuralgia facial, neuralgia del trigémino, convulsiones de tipo epiléptico (torsión de las membranas intracraneales que provocan compresión del cerebro). Neuralgia cervicobraquial.
11. Trastornos craneales: Migrañas, cefaleas. La retracción del pericardio tira de las inserciones en las apófisis faríngeas, poniendo a la sínfisis esfeno basilar en extensión y cerrando los agujeros rasgados posteriores (por donde pasa el seno petroso inferior, la vena yugular interna y el seno sigmoideo.
Mala oclusión: por tensión de los escalenos y de los esternocleidomastoideos se crea una torsión de la base del cráneo y un desequilibrio en las articulaciones temporo-mandibulares. Por extensión de la sínfisis esfeno-basilar, lo cual tira hacia debajo de las apófisis palatinas del esfenoide y de los huesos palatinos cerrando el paladar y los senos maxilares.
12. Trastornos hematológicos: Anemia, plaquetopenia, alteraciones de la composición sanguínea. A cada movimiento respiratorio, sobre todo la inspiración, las costillas se mueven y se estimula su función hematopoyética, que consiste en 1/3 de la fabricación total de las células de la sangre. Cuando el pericardio está bloqueado y el nervio frénico también, los movimientos respiratorios torácicos disminuyen y las costillas fabrican menos células sanguíneas. Esto se puede traducir en una anemia, alteraciones de las plaquetas, de los glóbulos blancos, u otras alteraciones inexplicables.
13. Trastornos de comportamiento: Tristeza, depresión, angustia, pesimismo, ansiedad, trastornos de la concentración. A partir del ganglio estrellado salen ramas que acompañan los vasos sanguíneos y los nervios craneales, hacia el sistema límbico y las formaciones neurológicas superiores que están directamente relacionadas con nuestras emociones por la secreción de serotonina.
14. Trastornos del sueño: La tracción del pericardio a nivel del agujero occipital provoca una compresión de la sustancia reticular que se encuentra en el tronco encefálico, la cual rige los ciclos de sueño y vigilia. La sínfisis esfeno-basilar en extensión, tensiona las membranas intracraneales que se insertan en la silla turca y envuelven la epífisis y la hipófisis. La excitación/inhibición de la epífisis puede provocar un desajuste en la secreción de melatonina con sus consecuencias en la regulación del sueño.
Una complicación severa del pericardio son los derrames pericárdicos, son numerosas las causas y generalmente se pueden dividir en etiologías inflamatorias y no inflamatorias. Para la sospecha de derrame, la ecocardiografía es esencial para definir ubicación y tamaño. La ecocardiografía proporciona información sobre las fisiopatologías. Una vez diagnosticado se realiza la pericardiocentesis, en pacientes con taponamiento.
Una amplia variedad de enfermedades conducen al derrame pericárdico. Enfermedades inflamatorias, pericarditis, reducción de la reabsorción de líquido pericárdico debido al aumento de la presión venosa sistémica, neumonía, embolismo pulmonar, enfermedades endocrinas, cardiotomía, síndrome, traumatismo, hipotiroidismo, insuficiencia renal-hepática, colágeno-vascular, enfermedades, infecciosas y malignas
El derrame pericárdico es una condición clínica relativamente común con una variedad de manifestaciones clínicas4 que van desde casos asintomáticos descubiertos incidentalmente hasta taponamiento cardíaco potencialmente mortal. La etiología abarca casos idiopáticos y formas secundarias a diferentes condiciones, incluyendo enfermedades autoinmunes, neoplasias malignas, trastornos metabólicos, etc.
CONCLUSIONES
Tenemos tendencia a pensar que lo que pasa en nuestro cuerpo es un hecho aislado. Si tengo una mala racha, tengo ansiedad, como mal, no hago ejercicio, no duermo suficiente, tengo que llevar a los niños a las actividades extraescolares, en el trabajo vamos a pleno rendimiento, etc. No va a tener repercusión en nuestro cuerpo, son hechos aislados. De pronto, tenemos malas digestiones, sobrepeso, o todas las posibles consecuencias que hemos nombrado anteriormente y también calificamos como hechos aislados. Pero nuestro cuerpo funciona relacionándose con todos los sistemas, todo está comunicado y directamente relacionado.
Que importante, pararse a pensar que todo ese ritmo de vida deja poso de estrés en nuestro organismo y que si no contrarrestamos podemos estar provocando una visita a nuestro médico, en el mejor de los casos.
Cada uno tiene una forma diferente de proporcionar relajación, algo que deje la mente en blanco y nos invite a sentir tranquilidad y bienestar. Sin olvidarnos de la importancia de la alimentación y el ejercicio. Todo esto, son las mejores pastillas que uno puede tomar.
Regálate salud, regálate calidad de vida. ¿Qué opinas tú?
BIBLIOGRAFÍA
- Sneha Vakamudi, Natalia Ho, Pablo C Cremer. Derrames pericárdicos: causas, diagnóstico y tratamiento PMID: 28062268. DOI: 10.1016/j.pcad.2016.12.009
- Alex Natanzón, Itzhak Kronzón. Derrames pleurales y pericárdicos en la insuficiencia cardíaca congestiva: consideraciones anatómicas, fisiopatológicas y clínicas. PMID: 19574887. DOI: 10.1097/MAJ.0b013e3181a3936f
- PA Pastor. Derrame pericárdico maligno. PMID: 9161796. DOI: 10.1097/00001622-199703000-00011
- Jorge Lázaro, Emilia Lázaro, Panagiotis Tsioufis, Stergios Soulaidopoulos, Panagotis Iliakis, Charalambos Vlachopoulos, costas tsioufis. Derrame pericárdico crónico: conceptos actuales y tendencias emergentes PMID: 35524164. DOI: 10.1080/14779072.2022.2075346