Eficacia del ejercicio en pacientes con espondilitis anquilosante.

22 septiembre 2022

AUTORES

  1. Belén Castán Ladrero. Graduada en Fisioterapia. Fisioterapeuta en el Servicio Aragonés de Salud.
  2. Idoya Gurría Puzo. Graduada en Fisioterapia. Fisioterapeuta en Hospital General Universitario San Jorge (Huesca).
  3. Alejandra Matamala Sarasa. Graduada en Fisioterapia. Fisioterapeuta en el Servicio Aragonés de Salud.
  4. José Ángel López Hernández. Graduado en Fisioterapia. Fisioterapeuta en Hospital General Universitario San Jorge (Huesca).
  5. Silvia Luna López. Graduada en Fisioterapia. IMOVE Consulta de Fisioterapia y Suelo Pélvico.
  6. María Lázaro Revuelto. Graduada en Fisioterapia. Athenea Fisioterapia (Jaca).

 

RESUMEN

La Espondilitis Anquilosante (EA) es una enfermedad reumática inflamatoria crónica que afecta principalmente a la columna vertebral y a las articulaciones sacroilíacas. El síntoma característico es el dolor lumbar inflamatorio. La EA presenta manifestaciones en articulaciones periféricas y manifestaciones extraarticulares que pueden afectar al sistema nervioso, cardiovascular y digestivo. La EA tiene una incidencia aproximada de 7 casos nuevos por cada 100.000 habitantes. Actualmente, el tratamiento farmacológico se combina con tratamiento no farmacológico como el ejercicio físico, el cual ha dado resultados muy beneficiosos a los pacientes con esta enfermedad.

 

PALABRAS CLAVE

Espondilitis anquilosante, dolor lumbar, fisioterapia, ejercicio.

 

ABSTRACT

Ankylosing Spondylitis (AS) is a chronic inflammatory rheumatic disease. AS primarily affects the spine and sacroiliac joints. The characteristic symptom is inflammatory low back pain. EA presents manifestations in peripheral joints and extra-articular manifestations. These can affect the nervous, cardiovascular and digestive systems.
The incidence of AD is approximately 7 new cases per 100,000 inhabitants. Currently, pharmacological treatment is combined with non-pharmacological treatment such as physical exercise, which has given very beneficial results to patients with this disease.

 

KEY WORDS

Ankylosing spondylitis, physiotherapy, lumbar pain, exercise.

 

DESARROLLO DEL TEMA

La Espondilitis Anquilosante (EA), conocida anteriormente como Enfermedad de Bechterew1, es una enfermedad reumática que cursa con una inflamación crónica con predilección por afectación del esqueleto axial y las articulaciones sacroilíacas.

La EA es progresiva y evoluciona por brotes inflamatorios. Comienza por una sacroileitis bilateral, dolor en la base del raquis y evoluciona en una fusión entre los cuerpos vertebrales por la formación de sindesmofitos, que deriva en una anquilosis de la columna. Se acaba produciendo una alteración de la postura que destaca por una cifosis total de la columna por la abolición de las curvas fisiológicas de esta.

La EA es idiopática con predisposición genética del antígeno HLA B27, el 90% de los pacientes que cursan la enfermedad tiene el gen positivo. Sin embargo, el HLA B27 está presente entre un 5 y un 7% de la población de raza blanca que no presenta una enfermedad autoinmunitaria2.

La tasa de prevalencia de la EA en Europa es de 23,8 por cada 10.000 personas. La enfermedad afecta más a hombres que a mujeres y tiene una mayor prevalencia entre los 20 y 40 años.

La clínica más característica de la EA es el dolor lumbar de tipo inflamatorio, la rigidez matutina y la disminución de la movilidad del raquis. El dolor lumbar se considera crónico cuando tiene más de 3 meses de duración, es un dolor que aparece en reposo y mejora con la actividad.

La función pulmonar está disminuida. Se ve comprometida debido a la reducción del diámetro torácico, de las expansiones torácicas y de la rigidez del tórax y de la columna.

Las articulaciones más afectadas por la inflamación son las caderas, hombros, manos y pies. También pueden presentarse manifestaciones inflamatorias de la piel, uveítis anterior, enfermedad inflamatoria intestinal, complicaciones a nivel renal y neurológico y entesitis (se produce una inflamación en la zona de inserción del tendón/ligamento al hueso) más frecuentemente en la rodilla o en el talón produciendo un dolor limitante3.

El diagnóstico precoz de esta enfermedad, realizado por el médico reumatólogo, es importante debido a la repercusión que tiene en la vida de los pacientes. Su vida familiar, social y laboral se ve condicionada por la sintomatología. La EA afecta gravemente a la salud, a la calidad de vida y tiene consecuencias psicológicas importantes, de las cuales bastantes derivan en depresión.

 

TRATAMIENTO:

Actualmente, el tratamiento recomendado para la EA combina el tratamiento farmacológico con la actividad física.

Los medicamentos con más eficacia en la reducción del dolor y la rigidez son los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) y los fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad biológicos (DMARDb)4,5. Sin embargo, entre el 20 y 40% de los pacientes con EA no reaccionan bien al tratamiento farmacológico6, por ello, varias guías incluyen el ejercicio físico como combinación de ambos tratamientos.

Hoy en día el ejercicio se considera un pilar importante en el tratamiento de la EA. No se ha demostrado la eficacia de un tipo de ejercicio en concreto sino que hay diversas modalidades que se pueden realizar. Siempre se tendrá que individualizar el ejercicio a la persona teniendo en cuenta el tipo de ejercicio, la intensidad, la duración y las necesidades del individuo.

Los objetivos principales son mejorar la capacidad funcional, aliviar el dolor, aumentar el rango de movilidad de la columna y de las articulaciones, y mejorar el estado físico y emocional. Con el abordaje de la EA se pretende proporcionar a los pacientes un bienestar general y ralentizar las manifestaciones clínicas de la enfermedad4,5.

Como se ha comentado anteriormente, hay múltiples modalidades de ejercicio físico que estos pacientes pueden realizar, diversos estudios han demostrado su eficacia en cuanto al alivio del dolor, mejora de la movilidad y rigidez de la columna, mejoría en la capacidad respiratoria y en la actitud postural del paciente6,7,8,9,10.

La rehabilitación y la figura del fisioterapeuta tienen un papel importante en el tratamiento de esta patología. Varias investigaciones recientes argumentan que el tratamiento no farmacológico es más eficaz cuando se realiza de forma grupal, supervisada y con programas de educación sanitaria; en comparación a ejercicios realizados de forma individual y sin supervisión. Además, este tipo de tratamiento tiene un efecto muy positivo para reducir los síntomas depresivos que genera la enfermedad7.

Respecto al ejercicio cardiorrespiratorio, se ha demostrado que influye positivamente en la fatiga, en el estado emocional y en la capacidad para realizar las actividades de la vida diaria6.

De modo que un programa de ejercicios que combine ejercicios de movilidad y estiramiento, ejercicios de fortalecimiento y ejercicios aeróbicos parece ser más beneficioso que solo realizar un tipo de ejercicio en concreto. Los ejercicios domiciliarios también han sido investigados, pero parecen ser menos eficaces respecto a un programa de ejercicios controlados y supervisados por el fisioterapeuta. Otro pilar fundamental es la educación sobre el manejo de la enfermedad, muy importante para estos pacientes, ayuda de forma positiva a mantener la adherencia al tratamiento y a la autoeficacia7.

Igualmente, una revisión de 2022 apoya que la fisioterapia supervisada es más beneficiosa para los pacientes con EA. Diversas técnicas y métodos como el Pilates, ejercicio con videojuegos, ejercicios de fortalecimiento muscular, ejercicios cardiorrespiratorios, programas de formación educativa e hidroterapia tiene un efecto positivo en el dolor, la hinchazón, la rigidez y la fatiga6.

Un método de intervención que se investigó fue la Reeducación Postural Global (RPG) de Philippe Souchard. Este método se basa en realizar diferentes posturas y proporcionar estiramientos activos de las distintas cadenas musculares. Con la RPG se trabaja la expansión torácica y la movilidad de la columna vertebral, aspectos muy importantes para los pacientes con EA. Este método de tratamiento no demostró tener mayor beneficio respecto a otros métodos como el Método Pilates, ejercicio aeróbico, ejercicios domiciliarios, ejercicios de fortalecimiento o ejercicios convencionales, por ello, debe ser tenido en cuenta como una propuesta más de tratamiento8.

Otra revisión de 20209 sobre los nuevos avances en la EA también concluyó que el tratamiento óptimo de los pacientes con EA incluye la combinación de tratamiento farmacológico y tratamiento no farmacológico como el ejercicio y la fisioterapia9.

Por último, un estudio de 202110 evaluó a los pacientes de un programa de ejercicios durante 6 meses, este programa incluía natación y ejercicios de fortalecimiento, estiramientos y ejercicios respiratorios. Concluyó que una intervención con un programa de ejercicio multimodal puede ser útil para el tratamiento de la EA al obtener mejoras en la capacidad funcional y física de las personas con EA10.

Como conclusión, hoy en día se ha demostrado que la actividad física y los programas educativos mejoran los resultados clínicos de los pacientes con EA. Se necesitan más estudios para investigar los efectos a largo plazo de los diversos tipos de tratamiento no farmacológico, aún no está claro que protocolo de ejercicio es más efectivo.

 

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