AUTORES
- Ana Barroso Peralta Enfermera Urgencias Hospital de Jaca.
- Lorena Abellanas Jarne. Enfermera de CS Ayerbe.
- Violeta Muñoz Muñoz Enfermera CS Sabiñánigo.
- Andrea Santolaria Monesma. Enfermera UCI Hospital San Jorge.
- Vanesa Laín Carnicer. Enfermera 5ª planta Hospital San Jorge.
- Minerva Galed Gaspar Enfermera CS Ayerbe.
RESUMEN
La realización de ejercicio físico de forma rutinaria aporta amplios beneficios para la salud, pero en caso de la práctica de este durante el embarazo se tienen dudas sobre factores como el tipo de actividad que se puede realizar, con qué frecuencia y con qué intensidad. El objetivo principal de este trabajo es conocer los beneficios que tiene la práctica de ejercicio físico, en esta etapa tan importante para la vida de la mujer, para ella misma, para el proceso de embarazo y para el feto y recién nacido; la enfermería juega un papel muy importante a la hora de transmitir estos conocimientos a la gestante como educadora de la salud.
PALABRAS CLAVE
Embarazo, deporte, ejercicio físico, actividad física, feto, beneficios.
ABSTRACT
Performing physical exercise routinely brings extensive health benefits, but in case of practicing it during pregnancy there are doubts about factors such as the type of activity that can be performed, how often and how intensively. The main objective of this work is to know the benefits that the practice of physical exercise has at this stage so important for the life of the woman for herself, for the pregnancy process and for the fetus and newborn; Nursing plays a very important role in transmitting this knowledge to the pregnant woman as a health educator.
PALABRAS CLAVE
Pregnancy, sport, physical exercise, physical activity, fetus, benefits.
INTRODUCCIÓN
En la Organización Mundial de la Salud (OMS) está definida la actividad física como: “cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos que exija gasto de energía”, a su vez indica que el no realizarla es el cuarto factor de riesgo respecto a la mortalidad mundial1. La realización de este tiene importancia durante toda la vida, pero con la llegada de la gestación aparecen dudas en las gestantes sobre si es realmente seguro y conveniente la realización de este a su vez entran dudas sobre la intensidad, la frecuencia y la duración del mismo2.
La evolución histórica de las opiniones acerca de la práctica de ejercicio físico en embarazadas ha ido variando con el tiempo y las mujeres han ido recibiendo recomendaciones acerca de esto de parte de personas de cualquier índole: religiosos, filósofos, médicos, patriarcas… En el siglo III a.C., Aristóteles pensaba que las mujeres que tenían más dificultades para dar a luz eran las que tenían una vida sedentaria3. Dentro de la biblia también se hace referencia; en el Éxodo, capítulo 1, versículo 19 aparece que las mujeres esclavas judías tenían partos menos complicados que las mujeres de la alta sociedad egipcia: “…las mujeres Hebreas no son como las Egipcias: porque son robustas y paren antes que la partera venga a ellas”4. Más adelante, a medida que se iban estudiando los cambios físicos y fisiológicos que sufre la mujer durante el embarazo, las gestantes fueron recibiendo información más precisa y adecuada sobre el ejercicio físico a realizar. En el siglo XVIII, había un mayor consenso en los equipos médicos acerca de la repercusión positiva que tenía la actividad física en la gestante, por ejemplo, James Lucas cirujano de Escuela de Enfermería General Leeds de Inglaterra, en 1778 evidenció que la actividad física en la gestante era aconsejable ya que esto impedía que el bebé tuviera un tamaño excesivo, facilitando así el parto3.
La opinión médica popular de finales del siglo XIX y en las primeras décadas del siglo XX fue que las mujeres embarazadas tener la máxima precaución para evitar la fatiga y no realizar esfuerzos excesivos y en 1960 tenían poca base científica, y eran predominantemente imprecisos, precavidos, y reforzaban la noción de que las mujeres embarazadas eran frágiles.
El aumento y la promoción de la promoción del ejercicio para las mujeres embarazadas durante el decenio de 1970 planteó nuevas cuestiones en la comunidad médica y en las mujeres embarazadas por igual. Esta información aparentemente contradictoria y el creciente interés en las áreas especializadas de la aptitud física se encontró con un rápido aumento de la investigación como los científicos de ejercicio y profesionales de la salud trataron de producir información que podría definir claramente los límites de seguridad para las mujeres embarazadas5.
En 1994, debido a la alta inclusión de la mujer en la sociedad y en todas las esferas deportivas, el American College of Obstetricians and Gynecologists (ACOG) revisó su posición acerca de este tema y consideró tener opiniones menos conservadoras acerca la realización de ejercicio físico, siempre que el embarazo fuera saludable y no surgieran complicaciones durante su transcurso6. En el año 2000 los investigadores que han estudiado el cambio en el discurso sobre el ejercicio prenatal han notado el conflicto consistente entre los riesgos y beneficios propuestos. Como resultado de la naturaleza contradictoria y la falta de rigor científico de muchos estudios realizados en la década de 1980, todavía había incertidumbre sobre la cantidad, calidad y tipo de ejercicio que era óptimo para las mujeres embarazadas5.
En la actualidad, encontramos una gran cantidad de mujeres que no conocen la información básica sobre la relación entre el ejercicio físico y el embarazo, ya que por desgracia hay un gran número de profesionales ginecólogos y obstetras que no recomiendan su práctica, y en el caso de que si sea recomendado es de forma más conservadora que lo indicado por el ACOG5.
Por tanto, una vez conocido esto se plantea la pregunta: ¿ejercicio y embarazo son compatibles? El American College of Obstetricians and Gynecologists (ACOG) considera recomendable la realización del ejercicio físico durante el embarazo, aunque previene de las contraindicaciones que podrían causar actividad de alto impacto6 y en el caso de las recomendaciones más actuales obtenidas de la Sociedad de Obstetras y Ginecólogos del Canadá (SOGC) apoyan el ejercicio durante el embarazo, además, enfatizan los riesgos de no hacer ejercicio5.
OBJETIVOS
OBJETIVOS GENERAL:
- Conocer los beneficios que produce el ejercicio físico en el embarazo no patológico.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS:
- Explicar los beneficios de la actividad física en la gestante.
- Definir la repercusión del ejercicio físico en el feto positivas y negativas.
- Enumerar las contraindicaciones absolutas y relativas para la realización de ejercicio físico durante el embarazo.
- Exponer los tipos de actividad física que pueden ser realizados por la gestante.
METODOLOGÍA
El trabajo que he llevado a cabo ha consistido en una revisión narrativa donde lo principal es, posterior a realizar una exhaustiva búsqueda, la recogida y el posterior análisis y resumen de la información desde una perspectiva enfermera sobre el tema elegido.
La metodología ha consistido en elegir y justificar el tema elegido para la realización del trabajo, la documentación analizada está basada en la evidencia científica usando, entre otros, artículos científicos, estudios y ensayos clínicos, guías etc. El siguiente paso es la elección de los objetivos, con el posterior diseño de la estrategia de búsqueda y la búsqueda bibliográfica, que termina con la elección de los artículos y la revisión de la información que contienen los mismos. Por último, se realiza el resumen y selección de los contenidos.
La estrategia de búsqueda seguida ha consistido en acceder a bases de datos como PubMed, Scielo, Dialnet, Cuiden y Google Scholar utilizando palabras clave como, por ejemplo: embarazo, ejercicio físico, ejercicio etc. Para algunas búsquedas más específicas añadí palabras como yoga y pilates. En el caso de la búsqueda realizada en PubMed, utilicé los términos del tesauro Medical Subject Headings (Mesh) de esta misma base de datos: “Pregnancy” y “Exercise” para realizar la búsqueda; también fue útil el operador booleano AND. Los criterios de exclusión e inclusión, también he accedido a la página web del American College of Obstetricians and Gynecologists (ACOG), la página de la OMS (organización Mundial de la Salud) y consultado varios libros y páginas web sobre la temática elegida.
La búsqueda se ha realizado excluyendo artículos que no estuvieran en español o inglés. Dentro de cada base de datos se incluían diferentes tipos de criterios de inclusión que se aplicaban con los filtros que son: en PubMed los filtros utilizados fueron la población de estudio (humanos, fecha de publicación en los últimos 10 años, el idioma inglés o español y disponible en texto completo. En la base de datos Dialnet y Cuiden se utilizó el filtro de tipo de documento, seleccionando artículo de revista y en el caso de la segunda también se utilizó el filtro de fecha de publicación en los últimos 10 años. En SciELO y Google Scholar se utilizaron el filtro de idioma (inglés y español) y en el caso de la segunda se ordenaron los resultados por orden de relevancia. Todos estos recursos me han sido útiles para recoger información sobre mi tema de interés y contrastarla.
Finalmente fueron seleccionados 41 documentos de diferentes tipos, y de los artículos seleccionados en la búsqueda fueron utilizados prácticamente todos (Anexo 1).
RESULTADOS
BENEFICIOS DE LA ACTIVIDAD FÍSICA EN LA GESTANTE:
Sistema cardiovascular.
Cambios en el embarazo.
El embarazo induce alteraciones profundas en la hemodinámica materna, el corazón aumenta su tamaño y se desplaza hacia arriba y levemente a la izquierda al ir elevándose progresivamente el diafragma e ir aumentando el tamaño del útero en el transcurso del embarazo3,8,11. También se produce un aumento del volumen sanguíneo8,9,10, 1,12 ya que aumenta el requerimiento debido al desarrollo constante del feto (3), la frecuencia cardíaca también aumenta3,9,10,12 dependiendo del momento del embarazo 7-8 pulsaciones por minuto (lpm) durante el transcurso de las primeras semanas pudiendo llegar a aumentar 15-20 lpm en la semana 32 de gestación8 ; y al ser el producto de estos dos, el gasto cardiaco también aumenta entre un 30-40/50%3,8,9,10 . El incremento de este último parámetro está condicionado por diferentes factores: peso materno, volumen sanguíneo, disminución de la presión arterial y el descenso de la resistencia vascular periférica. Todo esto provoca que la cantidad de sangre que fluye a través de la arteria uterina sea 6 veces mayor8.
Después del primer trimestre, la posición supina provoca una obstrucción relativa del retorno venoso y por lo tanto disminuye el gasto cardíaco. Por esta razón, las posiciones supinas deben evitarse tanto como sea posible durante el descanso y el ejercicio3,10,11,12.
Se produce un descenso de la resistencia vascular sistémica debido a los cambios hormonales, lo que sirve para equilibrar el cambio del gasto cardíaco y producir que descienda la tensión arterial8,9.
Dentro del sistema cardiovascular, a nivel hematológico, como he indicado previamente el volumen sanguíneo aumenta, por tanto, se produce un incremento de la volemia o plasma de aproximadamente 1500 ml y de citemia o cuerpos de aproximadamente 350 ml lo que mantendrá un flujo uteroplacentario adecuado. El aumento de glóbulos rojos se debe al gramo de hierro adicional necesario durante todo el embarazo3,8.
Estos cambios vasculares y hemodinámicos aparecen para establecer una reserva circulatoria necesaria para proporcionar nutrientes y oxígeno tanto a la madre como al feto en reposo y durante la actividad física moderada pero no extenuante10.
Influencia del ejercicio físico
Son numerosos los beneficios del ejercicio físico para el sistema cardiovascular12, investigadores añaden que con una sola sesión de aquagym en el embarazo se puede producir beneficios obteniendo descensos de la PA de embarazadas hipertensas13.
La realización de ejercicio físico moderado durante el embarazo produce efectos positivos sobre factores de riesgo cardiovasculares como son la ganancia de peso materna, la hipertensión gestacional y la depresión antenatal14. También mejora la condición cardiovascular disminuyendo el ritmo cardiaco, mejorando la circulación por lo que se reduce la aparición de varices4,11,15.
En las mujeres gestantes, el ejercicio físico con moderación reduce el flujo sanguíneo uterino aproximadamente un 25%, no obstante, los posibles riesgos provocados por la redistribución de la sangre se compensan por lo que se asegura el bienestar materno-fetal durante la realización de ejercicio aeróbico moderado3, 8. Otro ejemplo de beneficio es las adaptaciones de la frecuencia cardiaca que provoca el entrenamiento realizado de forma moderada y regular, provocando la disminución de la frecuencia cardiaca submáxima con respecto a las gestantes sedentarias8.
Sin embargo, los estudios epidemiológicos indican que la actividad física de ocio regular (LTPA) en el embarazo temprano se asocia con un riesgo reducido de preeclampsia4,8,15,16,17. Esto sucede debido a que el ejercicio físico estimula la vascularización y el crecimiento de la placenta, el beneficio sobre la disfunción endotelial y la reducción del estrés oxidativo8,15.
Sistema respiratorio.
Cambios en el embarazo.
Los cambios a nivel respiratorio se producen a nivel anatómico y funcional, se producen temprano debido a la influencia hormonal y los cambios volumétricos. Dentro de estas variaciones están incluidos los cambios en las dimensiones pulmonares, sus capacidades y los mecanismos respiratorios3. Las variaciones a nivel hormonal producen un aumento de secreción mucosa en el tracto respiratorio, produciendo síntomas similares al resfriado. El tracto superior respiratorio estará más expuesto a infecciones, tos, estornudos, hechos que están directamente relacionados con el aumento de probabilidad de que la gestante tenga situaciones de incontinencia urinaria por el aumento de la presión8.
Por consecuencia de la expansión del útero, el diafragma se desplaza aproximadamente 4 cm hacia el tórax, pero hay un aumento compensatorio de 2 cm en los diámetros anteroposterior y transverso de la caja torácica3,8,18. El ángulo subesternal aumenta en el primer trimestre 70º aproximadamente y en el transcurso final del embarazo 105º; mientras que la caja torácica aumenta entre 5cm y 7cm3,8. Al comienzo de la gestación aumenta la profundidad de la ventilación, pero no la frecuencia debido al aumento de la progesterona8,8,18, que es un estimulante respiratorio18. Como consecuencia, la ventilación alveolar crece por encima de los valores anteriores al embarazo3. La progesterona produce la relajación del parénquima pulmonar, por lo cual se aumenta su distensibilidad y la resistencia de las vías aéreas. Se da una pequeña alcalosis que no produce la hiperventilación sino que provoca un intercambio gaseoso en la placenta, evitando así la alcalosis
fetal8. Se produce una disminución del volumen residual, del volumen espiratorio de reserva y de la capacidad funcional residual8, 18, 19. La capacidad inspiratoria aumenta y la capacidad vital se mantiene3,8. La capacidad pulmonar total decrece levemente, pero la función pulmonar residual está conservada.
Otra variación es el incremento de la sensibilidad ventilatoria, producido por los altos niveles de progesterona y estrógenos que aumentan los receptores hipotalámicos a la progesterona8.
En la siguiente tabla (Anexo 2), se observan los cambios en los volúmenes pulmonares y capacidades que se producen durante la gestación
Influencia del ejercicio físico
El sistema respiratorio se ve alterado tanto anatómica como funcionalmente por el embarazo, por lo que es esperable que con el ejercicio físico también se produzcan modificaciones3. El consumo de oxígeno aumenta de un 10 a un 20% y se combina con la reducción de la capacidad funcional residual8, 9. El ejercicio aeróbico moderado realizado regularmente produce un aumento del VO2max (volumen máximo de oxígeno que puede procesar el organismo durante un ejercicio), que ya está aumentado por la gestación, y un descenso moderado de la frecuencia cardiaca, que en conjunto ocasiona una mayor capacidad aeróbica y a su vez un incremento de la capacidad para realizar actividad física8,15.
Sistema musculoesquelético:
Cambios en el embarazo.
Los cambios anatómicos y fisiológicos durante el embarazo pueden afectar al sistema musculoesquelético en reposo y durante el ejercicio. El más obvio de estos es el aumento de peso. Tales fuerzas grandes pueden causar molestias a las articulaciones normales y aumentar el daño a la articulación artrítica o previamente inestable10, 12.
Las mujeres embarazadas suelen desarrollar hiperlordosis lumbar3,9,10,11,12, que se produce como compensación por el desplazamiento del centro de gravedad corporal de la embarazada producido por el crecimiento uterino3, lo que contribuye a la muy alta prevalencia (50%) de lumbalgia en mujeres embarazadas10. La lordosis lumbar aumenta hasta un 60% en bipedestación para permitir que se mantenga estable el centro de gravedad sobre las caderas8, 15.
En los miembros inferiores, algunos cambios son derivados de la lordosis lumbar y por ello la desviación del centro de gravedad; en este caso se produce un desplazamiento del peso a los talones sumado a la hiperextensión de las rodillas para desviar en centro de gravedad a posterior. Se aplanan los arcos del pie y del tobillo y la gestante es tendente a la pronación. Al final de la gestación, hay probabilidad de que la gestante sufre parestesia en los miembros inferiores (zonas como el muslo y el dorso de la pierna), como resultado de los cambios compresivos que pueden producir la cabeza fetal o edemas en las vainas8.
Un análisis tridimensional de la marcha de 15 mujeres embarazadas en el tercer trimestre del embarazo mostró alteraciones en varios parámetros cinéticos, incluyendo un mayor uso de abductor de la cadera, extensor de la cadera y grupos musculares plantar del tobillo. Estas alteraciones son probablemente adaptativas para compensar los cambios fisiológicos en el centro de gravedad y el aumento de la lordosis del embarazo9.
Un factor destacable en el aumento de la lordosis lumbar es el crecimiento de las glándulas mamarias (500 mg cada mama aproximadamente) que potencia la tendencia a la mastalgia, además se pueden visualizar venas finas bajo la piel, que son la red venosa de Haller8.
A pesar de la falta de evidencia clara de que las lesiones musculoesqueléticas se incrementan durante el embarazo, estas posibilidades deben ser consideradas al prescribir ejercicio durante el embarazo. Sin embargo, no se ha notificado un aumento de la incidencia de caídas durante este proceso. Otro cambio musculoesquelético durante el embarazo es el aumento de laxitud ligamentosa que se cree que es secundaria a la influencia de los mayores niveles de estrógenos y relaxina. Teóricamente, esto predispondría a las mujeres embarazadas a una mayor incidencia de molestia articular y esguinces10.
Hay que tener en cuenta también el suelo pélvico, ya que el aumento de peso del útero y el efecto relajador característico de las hormonas segregadas en esta etapa puede favorecer que aparezcan disfunciones de esta zona y su debilitamiento, aunque se deberá prestar más atención al suelo pélvico en el posparto debido a que el proceso del parto sumado a la situación descrita anteriormente predispone a la mujer a sufrir disfunción del suelo pélvico como puede ser incontinencia urinaria y/o ano-rectal3, 8.
Dentro de estos cambios también encontramos, por consecuencia de la remarcada lordosis cervical y el hundimiento del cinturón escapular, parestesias y dolor en las extremidades superiores que son habituales en el tercer trimestre 3.
Influencia del ejercicio físico:
Las gestantes que realizan ejercicio físico tienen una menor incidencia de calambres musculares y una mejora el tono muscular y de inflamación en miembros inferiores y disminuyen como el dolor de espalda4, 11.
Al recomendar ejercicio físico a las gestantes hay que recordar tener en cuenta la posibilidad de que haya una mayor probabilidad de lesión y el aumento de riesgo de caídas10.
En referencia al ejercicio físico dirigido al suelo pélvico, al ser un músculo cuya contracción no se aprecia a simple vista, ejercitar esta zona resulta compleja8. La adecuada ejercitación de esta zona, tanto durante el embarazo como a posteriori, ha demostrado su efectividad en la prevención de las disfunciones del suelo pélvico3.
Sistema endocrino:
Cambios en el embarazo:
La gestación es una etapa de actividad hormonal muy intensa. Algunas hormonas que ya están presentes previamente en el organismo se producen en mayor cantidad mientras que otras aparecen en esta etapa. A lo sumo, 2 órganos que aparecen en este periodo, que son la placenta y el cuerpo lúteo, segrega hormonas3.
La placenta produce la subunidad beta de la hormona gonadotropina coriónica humana (beta-hCG), que es una hormona que mantiene el cuerpo lúteo y por tanto previene la ovulación (11, 20) y es responsable de muchos de los síntomas molestos del embarazo como las náuseas3, 8. El cuerpo lúteo, que suele desaparecer durante el ciclo menstrual, permanece activo durante el embarazo liberando progesterona, gonadotropina coriónica humana (hGC), estrógenos y otras hormonas3. La hipófisis aumenta de 2 a 3 veces su tamaño, ya que sus células se multiplican y aumentan su tamaño, asimismo el hipotálamo y la tiroides también aumentan su tamaño, lo que produce efectos sobre la hipófisis que aumenta su producción de prolactina y oxitocina durante el parto8.
A su vez la placenta segrega hormona liberadora de corticotropina (CRH), que provoca la producción materna de hormona adenocorticotropa. Esto desencadena un aumento de hormonas suprarrenales, principalmente aldosterona y cortisol, que contribuye con el edema. El aumento de corticosteroides y progesterona producen resistencia a la insulina y un aumento de su necesidad, otro factor que puede aumentar estos requerimientos es la insulinasa (producida por la placenta). Todo esto favorece la aparición de diabetes gestacional20.
Influencia del ejercicio físico:
Generalmente, la realización de ejercicio físico eleva el nivel de todas las hormonas, tanto en embarazadas como en no embarazadas3.
Es importante señalar que los niveles de las hormonas opiáceas (la beta-endorfina y la beta-lipotropina) aumentan en el caso de la actividad física intensa en gestantes. Estas hormonas tienen un efecto natural contra el dolor y pueden desdibujar la percepción de este durante el parto (8). Según los expertos, las mujeres en buena forma física y que realizan ejercicio durante la gestación tienen más probabilidades de tener un alumbramiento menos doloroso3.
El ejercicio moderado puede desencadenar contracciones uterinas que se han relacionado con el tipo de ejercicio (realizado en bipedestación) y el aumento de concentración de catecolaminas, si éstas persisten se debe consultar con el médico. La mayoría de las catecolaminas son metabolizadas por la placenta, pero ocasionalmente un 10-15% puede alcanzar al feto, lo que al tener esta hormona potencia vasoconstrictora puede producir un descenso de la perfusión fetal, que puede producir graves consecuencias al feto si es prolongada8.
La epinefrina o adrenalina es la primera hormona en responder al estrés, durante una actividad moderada o suave, su aumento es pequeño por lo que no supone una situación de peligro para la madre o el feto, aunque si el ejercicio es de mayor intensidad su aumento es mayor, pero en embarazadas es menor por lo cual puede que exista un mecanismo de protección fetal3.
Metabolismo:
Cambios en el embarazo.
Los procesos metabólicos normales están alterados durante el embarazo para cubrir y adaptarse a las necesidades del feo en desarrollo9.
La ganancia de peso es uno de los cambios más evidentes durante la gestación3, 11. En mujeres sanas, durante la primera mitad de gestación la ganancia de peso es debida a la acumulación de depósitos grasos y los cambios que se producen en el organismo materno, siendo poco relevante en porcentaje la contribución del aumento de peso fetal. Durante el transcurso del embarazo, la ganancia ponderal es fundamentalmente por el crecimiento del bebe y no por las modificaciones del organismo materno3.
La glucosa cruza la placenta hacia el feto por medio de la difusión facilitada, un proceso por el cual la glucosa se difunde a través de las membranas celulares por proteínas portadoras. En consecuencia, en el estado de ayuno, los niveles de glucosa materna en ayunas disminuye entre un 15% y un 20% en comparación con los de las mujeres no embarazadas9. También hay una respuesta disminuida a la insulina causada por el lactógeno placentario humano y otras hormonas8, 9.
Influencia del ejercicio físico:
Un ensayo clínico aleatorizado de ejercicio durante el embarazo para prevenir la diabetes mellitus gestacional y mejorar el resultado del embarazo en mujeres embarazadas con sobrepeso y obesas realizado en 2017 concluyó que el ejercicio cíclico iniciado al principio del embarazo y realizado al menos 30 minutos, 3 veces por semana, se asocia con una reducción significativa de la frecuencia de diabetes mellitus gestacional en mujeres embarazadas con sobrepeso/obesas. Y este efecto es muy relevante para ese ejercicio al principio del embarazo disminuye el aumento de peso gestacional antes del segundo trimestre21.
Es necesario tener en cuenta que una de las fuentes energéticas más importantes a la hora de realizar ejercicio aérobico son los carbohidratos. Para mantener el nivel de ejercicio físico constante, hay una captación continua de glucosa por parte de la célula muscular3. Bajo ciertas condiciones, se podría producir una disminución de los niveles sanguíneos de glucosa circulante, de darse esta situación el feto puede adaptarse utilizando lactato como fuente de energía8. Si el ejercicio físico no supera el umbral de lo moderado, no se plantea que pueda haber riesgo de hipoglucemia fetal derivado del ejercicio materno siempre que este se realiza sin llegar a la máxima intensidad3.
El ejercicio evita la ganancia excesiva de peso11, 12, 17, lo que proporciona a la embarazada una mejor condición física general y le dará la posibilidad de enfrentarse al trabajo del embarazo y parto con menos riesgos11.
En pruebas de tolerancia a la glucosa (Test de O’Sullivan) realizadas en las semanas 24 a 28, se demostró que las embarazadas que padecen diabetes gestacional que practicaban ejercicio físico tienen menos probabilidad de necesitar insulina durante el resto del embarazo22.
Termorregulación:
Cambios en el embarazo.
Durante el embarazo, la tasa metabólica basal, y por lo tanto la producción de calor, se aumenta por encima de los niveles previos al embarazo. El aumento de temperatura corporal durante el ejercicio está directamente relacionado con la intensidad del ejercicio. Durante la intensidad moderada, ejercicio aeróbico en condiciones termo-neutras, la temperatura central de las mujeres no embarazadas aumenta un promedio de 1.5 a C durante los primeros 30 minutos de ejercicio y luego llega a una meseta si ejercicio se continúa por 30 minutos10.
Los datos sobre los efectos del ejercicio sobre la temperatura central durante el embarazo son limitados. Se ha observado un aumento de la temperatura del núcleo materno de más de 1,5 ºC durante la embriogénesis para causar malformaciones congénitas importantes3, 10.
Influencia del ejercicio físico
Las mujeres gestantes deben evitar la actividad física intensa en ambientes donde haya mayor temperatura, para disminuir el riesgo de hipertermia8.
Requerimientos nutricionales:
Cambios en el embarazo.
Después de la decimotercera semana de embarazo, se requieren aproximadamente 1,2 MJ adicionales (300 kcal) por día10 que pueden llegar a ser 500 kcal con el ejercicio o la lactancia8 para satisfacer las necesidades metabólicas del embarazo8, 10.
Influencia del ejercicio físico
En el ejercicio de peso, como caminar, el requisito de energía aumenta progresivamente con el aumento de peso durante el transcurso del embarazo. Una consideración relacionada con la nutrición y el ejercicio durante el embarazo es la ingesta adecuada de carbohidratos. Las mujeres embarazadas usan carbohidratos a una tasa mayor tanto en reposo como durante el ejercicio que las mujeres no embarazadas10.
Nivel psicoemocional
Cambios en el embarazo
Durante el primer trimestre puede aparecer estrés, ansiedad, inestabilidad emocional, hipersomnio y posible inapetencia sexual. En el segundo trimestre se observa el proceso de estabilidad y adaptación, necesidad de amparo, antojos y se retoma el apetito sexual. El tercer y último trimestre se caracteriza por la sobrecarga, contracciones uterinas que asustan o desconciertan, ansiedad y miedo frente al parto, sentimiento de fealdad o miedo al rechazo y disminución de la libido11.
Influencia en el ejercicio físico:
Hay controversia en este apartado; ya que un estudio sobre la salud mental durante el embarazo y la inactividad física comenta que no había ninguna asociación entre el estrés percibido y los síntomas de la depresión con la inactividad física. También finalizaron el estudio indicando que cambia la posibilidad de que, dentro de las mujeres de muestra, dentro de la actividad física una cantidad significativa está relacionada a las actividades domésticas o de empleo, que podrían estar asociadas con mayores niveles de ansiedad23.
En cambio, en otros artículos comentan que la actividad física mantiene el estado físico de la embarazada, lo que reduce la fatiga en actividades cotidianas. El ejercicio físico ha demostrado que produce mejoría en síntomas depresivos de las mujeres posparto y la realización del mismo ha dado resultados positivos en salud mental15. O que realizar actividad física aumenta el bienestar psicológico reduciendo la fatiga, la depresión y el insomnio, controlando los niveles de ansiedad, produciendo la liberación de tensiones y crea hábitos de vida saludables11.
Influencia de la actividad física en parto y postparto:
Números estudios indican que la realización de actividad física produce efectos beneficiosos en la gestante y durante el postparto, mejora su calidad de vida y disminuye los problemas asociados al embarazo y parto (24). El ejercicio físico, influye positivamente en el parto ya que disminuye el número de cesáreas (11, 12, 25), disminuye la incidencia de partos instrumentales7 y la duración del parto25. Mejora la recuperación física tras el parto y acorta la hospitalización durante el postparto7, 11.
Un estudio realizado en 2018 indica que los alumbramientos de las mujeres que han seguido la metodología SWEP (Study Water Exercise Pregnant) han presentado una menor tasa de episiotomía, aunque ésta no ha sido significativa estadísticamente, se ve asociado a una mejor musculatura de la faja abdominal y a una mejoría en el control de la musculatura del suelo pélvico26. En cambio, la actividad física parece no ser determinante para los tiempos de las etapas del parto, según un estudio de Barakat R, Alonso G, Rojo J27.
REPERCUSIÓN DEL EJERCICIO FÍSICO EN EL FETO:
Después de conocer que el ejercicio físico no resulta un riesgo para el recién nacido28, la mayoría de los estudios sobre la respuesta fetal al ejercicio materno se han centrado en los cambios en la frecuencia cardíaca fetal y el peso al nacer29.
Tras la realización de un ensayo clínico aleatorizado los autores concluyen que el ejercicio regular durante el embarazo puede estar asociado con una recuperación más rápida tanto materna como fetal tras el esfuerzo materno, y con un menor incremento de la frecuencia cardiaca fetal30.
En otro estudio publicado en la revista Nutrición Hospitalaria en 2017 el resultado fue que la realización de ejercicio físico de forma moderada en el medio acuático siguiendo la pauta de la metodología SWEP consigue una disminución significativa del peso del feto y una menor ganancia de peso durante el embarazo31.
El embarazo altera todos los sistemas fisiológicos del cuerpo con el fin de apoyar el crecimiento y desarrollo fetal creando un estado fisiológico pseudodiabetogeno de resistencia progresiva a la insulina. La literatura sugiere que mantener un estilo de vida saludable (hábitos alimenticios saludables) y ser físicamente activo ayudará a prevenir los riesgos de enfermedades crónicas tanto en la madre como en el futuro niño mediante la regulación del metabolismo. El ejercicio también ayuda a prevenir el aumento excesivo de peso gestacional ya que el exceso de peso conduce a la obesidad y comorbilidades asociadas con la disfunción metabólica32.
Los beneficios que se produce el ejercicio sobre el feto son: inferiores tasas de sufrimiento fetal durante el parto, puntuaciones más altas en el test de Apgar, influencia positiva en la maduración del sistema nervioso durante la etapa fetal, una mejor capacidad cardiaca y variabilidad de su ritmo, reduce el riesgo de macrosomías y por tanto los problemas asociados a la misma, aumenta el volumen placentario, incrementa el flujo sanguíneo que mejora el aporte de nutrientes y oxígeno en el feto33.
Un estudio realizado sobre la actividad física en la embarazada y su relación con el test de Apgar del recién nacido concluye afirmando que la diferencia entre las mujeres que realizan ejercicio y las que no, no es significativa en el Apgar realizado en el primer minuto; en cambio el Apgar del quinto minuto si tiene diferencia34.
En el recién nacido se ve una mejora de la capacidad cardiaca y de la variabilidad de su ritmo, también se observa un recién nacido con menor concentración de grasa corporal en una gestante que realiza actividad física intensa; en las gestantes que realizan ejercicio físico moderado se observan fetos de mayor tamaño. En el desarrollo infantil influye también positivamente en la maduración del sistema nervioso central (primeros meses de vida), disminuye también el riesgo de padecer enfermedades como diabetes, obesidad, enfermedad cardíaca…33.
Aunque generalmente se ha observado que el feto tolera bien la actividad física materna y que en las mujeres sanas que siguen practicando ejercicio moderado no hay riesgo para la salud, durante el ejercicio se pueden dar riesgos hipotéticos como: isquemia fetal se puede comprometer la oxigenación y nutrición fetal con ejercicio de mucha intensidad) que se evita controlando la intensidad del ejercicio, hipoglucemia fetal (aumento de consumo de hidratos o azúcares durante el ejercicio, pudiendo causar malnutrición o bajo peso fetal) que se evita con control de dieta e hipertermia (al inicio del embarazo podría ser teratógeno) que se evita deteniendo el ejercicio cuando se suda en exceso12.
CONTRAINDICACIONES PARA REALIZAR EJERCICIO FÍSICO EN EL EMBARAZO Y SIGNOS DE ALARMA QUE OBLIGAN A DETERNER EL MISMO:
Contraindicaciones absolutas:
- Enfermedad cardíaca hemodinámicamente significativa.
- Enfermedad pulmonar restrictiva.
- Cuello uterino/cerclaje incompetente.
- Gestación múltiple con riesgo de parto prematuro.
- Sangrado persistente durante el segundo o tercer trimestre.
- Placenta previa después de 26 semanas de gestación.
- Parto prematuro durante el embarazo actual.
- Preeclampsia/ hipertensión inducida por el embarazo.
Contraindicaciones relativas:
- Anemia grave.
- Arritmia cardíaca materna no evaluada.
- Bronquitis crónica.
- Diabetes tipo 1 mal controlada.
- Obesidad mórbida extrema.
- Insuficiencia ponderal extrema (IMC <12).
- Antecedentes de estilo de vida extremadamente sedentario.
- Restricción del crecimiento intrauterino en el embarazo actual hipertensión.
- Limitaciones ortopédicas.
- Trastorno convulsivo mal controlado.
- Hipertiroidismo mal controlado.
- Tabaquismo.
Signos de alarma que obligan a detener el ejercicio:
- Sangrado vaginal.
- Disnea antes del ejercicio.
- Mareos.
- Cefalea.
- Dolor de pecho.
- Debilidad muscular.
- Dolor de pantorrilla o hinchazón (necesidad de descartar tromboflebitis).
- Líquido de parto prematuro.
- Disminución del movimiento fetal.
Toda esta información ha sido recogida de distintos comités de opinión y guías del American College of Obstetricians and Gynecologists6, 10, 29.
TIPOS DE ACTIVIDAD FÍSICA RECOMENDADAS PARA LA GESTANTE:
A medida que se reconocen cada vez más los beneficios para la salud del ejercicio, el consejo tradicional de descansar durante el embarazo ha cambiado hacia un embarazo más saludable y activo, por lo que se han integrado diferentes formas de ejercicio en la vida de la mujer embarazada35. La prescripción de ejercicio requiere el conocimiento de los riesgos potenciales y la evaluación de la capacidad física para participar en diversas actividades. Dados los riesgos potenciales, aunque sea raro que se den, se debe realizar una evaluación clínica exhaustiva de cada mujer embarazada antes de recomendar un programa de ejercicios10. Consistiría en un informe en el que el obstetra que realiza el seguimiento del embarazo confirme que no existe contraindicación o anomalía alguna que no permita a la embarazada realizar actividad física3.
Los elementos de la prescripción de ejercicio deben ser considerados en cada marco de actividad física independientemente de su propósito, es decir, la salud básica, actividades recreativas o actividades competitivas. Se debe tener en cuenta el tipo y la intensidad del ejercicio, así como la duración y la frecuencia de las sesiones de ejercicio para equilibrar cuidadosamente los posibles beneficios y efectos nocivos. Debe prestarse más atención a la progresión de la intensidad a lo largo del tiempo10. Estos factores están íntimamente relacionados con los hábitos de actividad física que tenía previamente la gestante y con la forma física con la que la mujer inició el embarazo3.
La recomendación final, sería de realizar una acumulación de 30 minutos o más de ejercicio moderado al día que debe ocurrir en la mayoría, si no todos, días de la semana6.
Las posibilidades o tipos de deporte a realizar son numerosas, aunque también hay deportes desaconsejados por contacto, con alto riesgo de caídas o extenuantes que se deben evitar como pueden ser:
- Los deportes de contacto como fútbol, baloncesto, deportes de combate (judo, boxeo, karate), hockey, etc.
- Actividades con riesgo de caída como snowboard, esquí, surf, montar a caballo, escalada, ciclismo, etc3,4,10, 29.
- Automovilismo deportivo3.
- Deportes competitivos que requieren entrenamientos intensos y dieta estricta.
- Buceo o submarinismo dado el gran aumento de presión del agua (enfermedad por descompresión) y la realización de ejercicios a más de 2500 metros de altura (mal de altura)4.
- Evitar ambientes calurosos y húmedos para ejercitarse ya que un aumento excesivo de la temperatura corporal podría dañar al feto3,4,10,29.
- Cambios repentinos de dirección, no someter a la pelvis a una actividad abusiva.
- No realizar actividades o deportes que necesiten de esfuerzo brusco y/o anaeróbico, evitar superar los 150 latidos por minuto ya que disminuyen el aporte de oxígeno al feto36.
Los ejercicios más recomendados para ser realizados por la gestante serían:
- Ejercicios en el medio acuático (natación, aquagym, aquaerobic), estos ejercicios son muy beneficiosos para el estado de los músculos y el sistema respiratorio sin perjudicar las articulaciones3,12,36. Mejora el funcionamiento físico disminuyendo la incomodidad materna, la imagen corporal y conductas promotoras de salud37.
- Bicicleta hasta la semana 28 de embarazo y a partir de ahí cambiar a la bicicleta estática hasta la semana 36 de embarazo3, 12.
- Caminar, ya que ayuda a mejorar el estado cardiovascular12,36.
- Correr adaptando la práctica a la situación de embarazo, acomodando intensidad, duración y superficie donde desarrollar la práctica3.
- Yoga ya que ayuda a la mujer en todas las esferas (biológica, social y psicológica), preparándose para el parto y la maternidad38, 39, 40. Después de practicar yoga la mujer se sentirá más conectada consigo misma y con la naturaleza40.
- Pilates, este método es muy beneficioso física y psicológicamente para la mujer, previene patologías y aporta confianza a la embarazada durante el parto41.
DEPORTISTAS DE ELITE DURANTE EL EMBARAZO:
Serena Williams, una atleta de tenis profesional, ganó recientemente el torneo de tenis profesional Open de Australia durante su primer trimestre de embarazo, cosechando una gran cantidad de interés público. Las directrices del American College of Obstetricians and Gynecologists para el ejercicio durante el embarazo establecen que es seguro y razonable que las mujeres embarazadas que ya participan en la actividad aeróbica de intensidad vigorosa continúen siendo muy activas durante el embarazo9.
La definición adecuada para deportista de élite sería un individuo que entrena todo el año a alto nivel42. Las atletas de élite embarazadas necesitan supervisión de un asesor para asegurar la progresión segura del ejercicio durante el embarazo. Los cambios fisiológicos asociados con el embarazo pueden requerir alteraciones en las rutinas de entrenamiento9, es prudente para los atletas de élite que desean continuar la actividad extenuante durante el embarazo tener una clara comprensión y aprobación de sus asesores de atención médica y considerar disminuir la carga de resistencia en comparación con las condiciones previas a la gestación42. Las atletas de alto rendimiento pueden necesitar apoyo nutricional adicional para asegurar el aumento de peso adecuado embarazo9.
CONCLUSIONES
- De forma generalizada durante la investigación realizada, he podido concluir por unanimidad que el ejercicio físico realizado con una intensidad moderada, siguiendo recomendaciones médicas y un seguimiento obstétrico tiene numerosos beneficios que repercuten en la madre y en el feto durante la gestación y posteriormente en la recuperación y en el desarrollo del bebé.
- Los cambios que sufre la mujer durante la gestación afectan directamente sobre la realización de ejercicio físico en intensidad, duración y el tipo de ejercicio a realizar. Los beneficios que experimenta la madre incluyen la disminución del riesgo de padecer patologías y de sufrir molestias físicas tales como los edemas; afecta directamente al parto y en la recuperación postparto de forma positiva.
- El feto, gracias a la actividad física realizada por la madre, tendrá un menor peso al nacer, un notable desarrollo psicomotor y un mejor estado de salud durante su infancia.
- Es muy importante que los profesionales de enfermería estén documentados acerca de la práctica de ejercicio físico durante el embarazo para dar una buena educación para la salud de la gestante.
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- Lendínez Mesa A. Enfermería en neurorrehabilitación. Elsevier; 2016 (17).
ANEXOS
ANEXO 1: Tabla de búsqueda bibliográfica por bases de datos.
PUBMED | ||||||||||
Palabras clave | Pregnancy (MeSH) AND Exercise (MeSH) | Resultados: 3006 | ||||||||
Filtros | A quien se dirige el estudio: humanos | Resultados: 2458 | ||||||||
Fecha de publicación: últimos 10 años | Resultados: 1355 | |||||||||
Idioma: inglés español | Resultados: 1325 | |||||||||
Texto disponible: texto completo | 1276 | |||||||||
Seleccionados | 10 | |||||||||
DIALNET | ||||||||||
Búsqueda 1 | Búsqueda 2 | |||||||||
Palabras clave | “Ejercicio físico” AND “Embarazo” | Resultados:146 | “Pilates” AND “Embarazo” | Resultados: 6 | ||||||
Filtros | Tipo de documento: artículo de revista. | Resultados: 95 | Tipo de documento: artículo de revista. | Resultados: 3 | ||||||
Seleccionados | 8 | 1 ![]() |
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CUIDEN | ||||||||||
Búsqueda 1 | Búsqueda 2 | |||||||||
Palabras clave | “Embarazo” AND “Ejercicio” | Resultados: 122 | “Yoga” AND “Embarazo” | Resultados: 8 | ||||||
Filtro | Artículo | 118 | Fecha: 2010-2020
Artículo |
Resultados 4 | ||||||
Seleccionados | 3 | 2 | ||||||||
SciELO | ||||||||||
Palabras clave | Embarazo AND Ejercicio | Resultados:79 | ||||||||
Filtro | Idioma: Español-Inglés | Resultados: 72 | ||||||||
Seleccionados | 5 | |||||||||
Google Scholar | ||||||||||
Búsqueda 1 | Búsqueda 2 | |||||||||
Palabras clave | “Ejercicio” AND “embarazo” | Resultados: 180.000 | “Fisiología” AND “Embarazo” | Resultados: 50.500 | ||||||
Filtros | Ordenado por orden de relevancia. | Ordenado por orden de relevancia. | ||||||||
Seleccionados | 13 | 2 |
Fuente: Elaboración propia.
ANEXO 2: Cambios en los volúmenes pulmonares y capacidades durante el embarazo y cambios respiratorios en el embarazo42.