AUTORES
- Eva Negredo Rojo. Máster en Análisis Clínicos por la Universidad de Valencia. Enfermera en el Hospital Obispo Polanco de Teruel.
- Rocío Bravo Adán. Máster en Cuidados Intensivos por la Universidad Católica de Valencia. Máster en Urgencias, Emergencias y Catástrofes por la Universidad CEU de Valencia. Enfermera en el Hospital Obispo Polanco de Teruel.
- Carlota Barreu Fau. Máster en Gerontología Social por la Universidad de Zaragoza. Enfermera en el Hospital General de la Defensa de Zaragoza.
- Juan Castro Pueyo. Graduado en Enfermería en la Universidad de Zaragoza. Enfermero en Centro de Salud Las Fuentes Norte de Zaragoza.
- Natalia Gracia Casinos. Experto Universitario en Cuidados Avanzados de Enfermería Aplicada por la Universidad de León. Enfermera en el Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza.
- Laura González Cabeza. Grado en Enfermería por la Universidad de Zaragoza. Enfermera en el Hospital General de la Defensa de Zaragoza.
RESUMEN
Introducción: En diciembre del 2019, se identificó en Wuhan, China, que un virus, miembro de la familia de los Coronaviridae nunca antes descrito en humanos, era el causante de una nueva forma de síndrome agudo respiratorio severo, siendo llamado SARS-CoV-2 (COVID-19)1. En un estudio realizado en 2020, se observó que entre las pacientes embarazadas positivo para SARS-CoV- 2 se presentó una tendencia a mayor riesgo de parto prematuro respecto a aquellas que no tienen la enfermedad, sin diferencia significativa. Si bien la calidad de la evidencia no permite el establecimiento de una relación de causalidad entre ambas variables, se aprecia un aumento considerable del parto prematuro entre estas pacientes cuando la enfermedad se presenta sintomáticamente y más aún cuando es severa3. El nuevo coronavirus puede transmitirse a través de gotitas y secreciones de las vías respiratorias de individuos infectados o de objetos contaminados por ellos. Este virus también puede transmitirse por heces contaminadas. Se recomienda que los profesionales de la salud mantengan las precauciones de contacto, gotitas y aerosoles, según el tipo de procedimiento aplicado5. Objetivos: Describir el paciente obstétrico en el momento del parto COVID-19 +, conocer el riesgo de madres que son positivas en COVID-19 en el momento del parto y la transmisión madre e hijo del virus en el parto y postparto. Metodología: se lleva a cabo una revisión bibliográfica consultando bases de datos y usando DeCS y booleanos. Conclusiones: Las madres que son positivas en COVID-19 en el momento del parto tienen una tendencia a mayor riesgo de parto prematuro respecto a aquellas que no tienen la enfermedad y mayor probabilidad de tener cesárea en lugar de parto vaginal. La transmisión del virus de madres positivas a hijos en el post parto es muy difícil si se siguen todas las medidas de protección individual para evitarlo.
PALABRAS CLAVE
Cesárea, parto obstétrico, infecciones por coronavirus.
ABSTRACT
Introduction: In December 2019, a virus, a member of the Coronaviridae family never before described in humans, was identified in Wuhan, China, as the cause of a new form of severe acute respiratory syndrome, being named SARS-CoV-2 (COVID-19)1. In a study conducted in 2020, it was observed that among pregnant patients positive for SARS-CoV- 2, there was a trend towards a higher risk of preterm delivery compared to those without the disease, with no significant difference. Although the quality of the evidence does not allow the establishment of a causal relationship between the two variables, a considerable increase in preterm delivery was observed among these patients when the disease is symptomatic and even more so when it is severe3. The new coronavirus can be transmitted by droplets and secretions from the respiratory tract of infected individuals or from objects contaminated by them. This virus can also be transmitted by contaminated feces. It is recommended that health professionals maintain contact, droplet and aerosol precautions, depending on the type of procedure performed5. Objectives: to describe the obstetric patient at the time of delivery COVID-19 +, to know the risk of mothers who are COVID-19 positive at the time of delivery and the mother-child transmission of the virus at delivery and postpartum. Methodology: a literature review is carried out by consulting databases and using DeCS and booleanos. Conclusions: Mothers who are COVID-19 positive at the time of delivery have a tendency to a higher risk of preterm delivery with respect to those who do not have the disease and a higher probability of having cesarean section instead of vaginal delivery. Transmission of the virus from positive mothers to infants postpartum is very difficult if all individual protective measures are followed to prevent it.
KEY WORDS
Cesarean section, delivery, coronavirus infections.
INTRODUCCIÓN
En diciembre de 2019, se identificó en Wuhan, China, que un virus, miembro de la familia de los Coronaviridae nunca descrito en humanos, era el causante de una nueva forma de síndrome agudo respiratorio severo, llamado SARS-CoV-2. Esta enfermedad sería luego conocida como COVID-191. El COVID-19 es un nuevo tipo de coronavirus que puede afectar a las personas y que se detectó por primera vez en diciembre de 2019 en la ciudad de Wuhan, China. El virus se conoce como coronavirus SARS- CoV-2 y la enfermedad que causa se denomina COVID-19. Es un miembro de la familia Orthocoronavirinae, dentro de la familia Coronaviridae. El SARS-CoV-2 supone el séptimo coronavirus aislado y caracterizado capaz de provocar infecciones en humanos. Su genoma se compone de 4 proteínas: S (spike protein), E (envelope), M (membrane) y N (nucleocapsid). El riesgo de transmisión de la infección por SARS-CoV-2 es bajo cumpliendo los protocolos de la Sociedad Española de Neonatología, permitiendo el alojamiento conjunto de madre e hijo, el contacto precoz y el establecimiento eficaz de la lactancia materna2. En un estudio realizado en 2020, se observó que entre las pacientes embarazadas que testearon positivo para PCR SARS-CoV- 2 se presentó una tendencia a mayor riesgo de parto prematuro respecto a aquellas que no tienen la enfermedad, sin diferencia significativa. Si bien la calidad de la evidencia no permite el establecimiento de una relación de causalidad entre ambas variables, se aprecia un aumento considerable del parto prematuro entre estas pacientes cuando la enfermedad se presenta sintomáticamente y más aún cuando es severa3. En general el porcentaje de cesáreas ha ido en aumento en los últimos años. Además de los costes sanitarios de una cesárea (personal, material, quirófano, reanimación, etc), se han estudiado los gastos colaterales de la misma en cuanto a morbi-mortalidad materna y fetal4. El nuevo coronavirus puede transmitirse a través de gotitas y secreciones de las vías respiratorias de individuos infectados o de objetos contaminados por ellos. Este virus también puede transmitirse por heces contaminadas. Se recomienda que los profesionales de la salud mantengan las precauciones de contacto, gotitas y aerosoles, según el tipo de procedimiento aplicado. Para ello, se deberá dotar de todos los Equipos de Protección Individual (EPI), como el delantal desechable e impermeable, gafas protectoras, gorros, guantes y máscara N95 o PFF2. Cabe recordar también los cuidados para la retirada de estos paramentos5. La cesárea es el parto que tiene lugar a través de una intervención quirúrgica que permite la salida del feto mediante una incisión abdominal, y que se realiza cuando el parto vaginal no es posible por poder conllevar algún riesgo para la madre o el feto. La recuperación tras el parto es peor, refiriéndose más dolor y cansancio y una mayor tasa de complicaciones que en un parto vaginal4. El parto vaginal es la expulsión o extracción fuera del útero gestante de un producto de la concepción de 20 semanas o más; el feto pesa 500 gramos o más. El parto eutócico es la culminación del embarazo humano, el periodo de salida del bebe y anexos del útero materno6.
OBJETIVOS
- Describir el paciente obstétrico en el momento del parto COVID-19 +.
- Conocer el riesgo de madres que son positivas en COVID-19 en el momento del parto.
- Conocer la transmisión madre e hijo del virus en el parto y postparto.
METODOLOGÍA
Se ha llevado a cabo una revisión bibliográfica sobre embarazadas que tienen un parto vaginal o cesárea y con positivas en el COVID-19.
Las bases de datos consultadas en la búsqueda fueron Scielo y Dialnet con artículos de los últimos cinco años. Así como páginas oficiales del gobierno de España en los cuales publican datos sobre el COVID-19.
Los descriptores (DeCS) principales utilizados en español han sido “cesárea”, “parto obstétrico”, “infecciones por coronavirus”, combinadas con los operadores booleanos “AND” y “OR”.
RESULTADOS
Se identificaron 8 artículos en la revisión bibliográfica en los cuales se recabó la siguiente información relacionada con las mujeres gravídicas y la infección de coronavirus en ese momento. Cuatro de ellos fueron en España, dos en Perú y uno en Chile.
En uno de los artículos revisados explica que un estudio reciente con 53 mujeres suecas en el rango de edad entre 20 y 45 años identificó que 13 de ellas pasaban por el ciclo gravídico-puerperal. Los resultados indicaron que estas embarazadas y puérperas necesitaron cuidados intensivos y que siete entre ellas necesitaron ventilación mecánica. Aunque con limitaciones debido al tamaño de la muestra, los investigadores afirmaron que existe una mayor necesidad de cuidados intensivos en las embarazadas que en las no embarazadas. Por lo tanto, se demanda un mayor cuidado a este grupo, dado el potencial de gravedad en los casos positivos para el SARS-CoV-25. Las mujeres durante el ciclo gravídico-puerperal y los recién-nacidos son más vulnerables a complicaciones en presencia del nuevo coronavirus. Por lo tanto, se consideró importante generar conocimientos sobre las principales recomendaciones para la atención a la mujer durante el parto, el postparto y el cuidado con el RN5. Debe fomentarse la lactancia materna incluso en mujeres con COVID-19, siempre que se practique la higiene de las manos y se utilice una máscara quirúrgica. Si la lactancia materna es imposible, se recomienda retirar la leche materna mediante una bomba de succión o mediante el ordeño5. La posibilidad de transmisión intraútero ha sido sugerida por varios autores y aunque la mayoría de los test diagnósticos realizados a hijos de madres infectadas son negativos, se ha probado la presencia de virus en la placenta, el líquido amniótico y la leche materna de forma ocasional, y sin clara evidencia de infección neonatal2. La escasa evidencia de grandes series hace que debamos ser prudentes en el manejo de los recién nacidos de riesgo, pero siempre teniendo en cuenta las repercusiones negativas de la separación madre-hijo. Prácticas como el contacto piel con piel o el establecimiento de la lactancia materna han demostrado amplios beneficios en el binomio madre-hijo, tanto a corto como a largo plazo, siendo necesario insistir en recomendaciones que proporcionen medidas de seguridad para el recién nacido, sin comprometer los citados beneficios2.
En uno de los artículos revisados se observó que entre las pacientes COVID-19 había una tendencia a aumento del riesgo de parto prematuro respecto a aquellas sin la enfermedad, siendo significativo el aumento del riesgo en aquellas que cursan con síntomas y aún más significativo si presentaban enfermedad severa. Que entre las pacientes embarazadas que testearon positivo para PCR SARS-CoV- 2 se presentó una tendencia a mayor riesgo de parto prematuro respecto a aquellas que no tienen la enfermedad, sin diferencia significativa. Si bien la calidad de la evidencia no permite el establecimiento de una relación de causalidad entre ambas variables, se aprecia un aumento considerable del parto prematuro entre estas pacientes cuando la enfermedad se presenta sintomáticamente y más aún cuando es severa3. Debido al conocimiento de las diferentes áreas de la salud y de los resultados de los artículos que están disponibles, es posible llevar a cabo la asignación de las distintas prácticas que pueden ser recomendadas para la atención obstétrica y neonatal, tales como: la prevención de la transmisión del virus al RN por los acompañantes y los profesionales de la salud a través del aislamiento y de las precauciones de contacto, gotitas y/o aerosoles de personas infectadas; el lavado riguroso de las manos, y el uso de EPI por parte de los profesionales de la salud, las madres y sus acompañantes en los cuidados al RN; la evaluación sobre la conveniencia o no de la interrupción del embarazo o la anticipación del parto, la reducción de los desplazamientos, así como el número de personas que participan en la atención a la mujer y al RN5.
CONCLUSIONES
Las madres que son positivas en COVID-19 en el momento que van a parir tienen una tendencia a mayor riesgo de parto prematuro respecto a aquellas que no tienen la enfermedad y mayor probabilidad de tener cesárea en lugar de parto vaginal según la bibliografía revisada hasta el momento.
La transmisión del virus de madres positivas a hijos en el parto es casi nula, y en el post parto esta transmisión es muy difícil si se siguen todas las medidas de protección individual para evitarlo.
Por tanto, es importante dar una buena educación para la salud, explicando todas las medidas higiénicas y preventivas para evitar la transmisión del virus en estos casos.
BIBLIOGRAFÍA
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