AUTORES
- Miriam Tramullas Sampietro. Graduada en Enfermería. Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza.
- Andra Costina Baciu. Graduada en Enfermería. Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa. Zaragoza.
- María Ginés Sancho. Graduada en Enfermería. Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza.
- María Pilar González González. Graduada en Enfermería. Hospital Royo Villanova. Zaragoza.
- Irene Lozano Ustero. Graduada en Enfermería. Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa. Zaragoza.
- Andrea Ruiz Martínez. Graduada en Enfermería. Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa. Zaragoza.
RESUMEN
El cáncer colorrectal ocupa el 3er puesto en el podio de los tipos de cáncer más predominantes a nivel mundial. En España, constituye el 3º tipo de cáncer más frecuente en hombres y el 2º en mujeres.
Comienza en el colon o en el recto debido a pólipos benignos que, si no se detectan y extirpan de forma precoz, pueden malignizarse con el paso del tiempo con mucha facilidad de diseminación.
El tabaquismo, el alcohol y la alimentación, entre otros, son considerados factores influyentes ya que se ha demostrado que intervienen en el desarrollo del CCR. Así mismo, los factores protectores, como la fibra y algunas vitaminas y minerales, y los programas de cribado ayudan a prevenir en cierto modo la evolución de pólipos a cancerígenos.
PALABRAS CLAVE
Neoplasias colorrectales, factores de riesgo, prevención de enfermedades.
ABSTRACT
Colorectal cancer is the 3rd most prevalent cancer worldwide. In Spain, it is the third most common type of cancer in men and the second most common in women.
It starts in the colon or rectum due to benign polyps which, if not detected and removed early, can become malignant over time and spread easily.
Smoking, alcohol and diet, among others, are considered influential factors as they have been shown to contribute to the development of CRC. Also, protective factors, such as fibre and some vitamins and minerals, and screening programmes help to prevent to some extent the progression of polyps to cancerous ones.
KEY WORDS
Colorectal neoplasms, risk factors, disease prevention.
DESARROLLO DEL TEMA
La función principal del colon es la extracción del agua de las heces con el fin de que estas sean más compactas y así se pierdan líquidos a causa de las deposiciones. El recto, sin embargo, actúa como almacén de las heces y evita la incontinencia fecal.
El cáncer colorrectal comienza en el colon o en el recto. El colon corresponde a la porción final del intestino grueso, mientras que el recto es el canal que conecta el colon con el ano.
En ocasiones se crean pólipos. Estos son tumores benignos que se localizan en el revestimiento de los intestinos. Se pueden encontrar en cualquier zona del tracto digestivo, aunque son más comunes en la porción final del colon.
Estos pólipos que se crean, a menudo, tienden a convertirse en cancerosos con el tiempo si no son detectados y extirpados precozmente. Se debe a que estas masas de tejido son de fácil diseminación.
Los pacientes con cáncer colorrectal a menudo son intervenidos quirúrgicamente extirpando la porción afectada del colon, quedando en su lugar estomas que deberán aprender a manejar. Esto provoca una privación de funciones o capacidades físicas, aislamiento social, inseguridad, etc.
Otros factores de riesgo menos comunes de padecer cáncer colorrectal son la enfermedad de Crohn, enfermedad inflamatoria intestinal y antecedentes hereditarios entre otros1.
Epidemiología.
Según la OMS el cáncer es la principal causa de muerte a nivel mundial. Según datos recogidos en 2020, se encuentra en primer lugar el cáncer de pulmón que causó 1.8 millones de defunciones; el colorrectal, el cual se encuentra en 2º lugar, provocó 916.000 defunciones2.
Según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2021 el cáncer fue la segunda causa de muerte tras las enfermedades del sistema circulatorio. En concreto un 25,2% sobre el total de defunciones.
Respecto al cáncer, el que más mortalidad produce en España en mujeres es el cáncer de mama con 6.528 muertes (14,2%), y el colorrectal ocupa el 3º lugar con 4602 fallecidos (10%).
En hombres, sin embargo, el de colon ocupa el segundo lugar con un 9,5% (6.419 fallecidos) estando en primera posición el cáncer de bronquios y pulmón con un 24,7% (16.754 fallecidos) de mortalidad3.
Factores influyentes.
Factores modificables:
Alimentación.
Muchos estudios e investigaciones han demostrado evidencia probable de que existen alimentos con componentes que pueden influir en la aparición de distintos tipos de cáncer, en este caso, el cáncer colorrectal. Puede deberse a compuestos ya presentes en los alimentos o a productos derivados de la forma de cocinarlos o prepararlos, los más relacionados son4, 5:
- Carnes rojas y productos derivados (embutidos): contienen mioglobina que puede crear radicales libres que afectan al ADN de las células. En los embutidos, las nitrosaminas son compuestos que se emplean para que la carne se pueda conservar por lo que una alta frecuencia en la ingesta puede producir una acumulación de nitrosaminas en la célula dando lugar a mutaciones. También se muestra una asociación con la grasa animal contenida en estos alimentos.
- Carnes/ pescados ahumados o cocinados a altas temperaturas: el proceso de ahumado o de procedimientos culinarios como la brasa, produce hidrocarburos aromáticos policíclicos también asociados a la aparición de radicales libres que alteran el ADN. Los alimentos demasiado quemados contienen acrilamidas, también asociadas al aumento de riesgo.
- Cereales refinados: los productos realizados con este tipo de cereales aumentan el índice glucémico (al contrario que los productos integrales, con las que no se observa un aumento de este) por la cantidad de azúcares libres que contienen, siendo la glucosa la principal fuente de energía que emplean las células cancerígenas para su crecimiento y desarrollo.
- Azúcares (bollería, refrescos, dulces, mermeladas…): gran contenido de azúcares libres por lo que aumentan el índice glucémico, en el punto anterior comentado.
Se ha demostrado que un consumo diario de los alimentos arriba mencionados (por ejemplo, 100 g/día de carne roja) aumenta en un 17% el riesgo de desarrollar tumores malignos en el colon y recto4,5.
No obstante, hay otros alimentos que se consideran factores protectores frente al cáncer como, por ejemplo: cereales integrales, legumbres y algunos vegetales, entre otros. Los mencionados, que ayudan al crecimiento de la microbiota intestinal, aumentan el volumen de las heces y el peristaltismo al tener en su seno una serie de compuestos los cuales se cree que pueden inducir la apoptosis de células cancerígenas a través de algunos mecanismos de la célula. Hoy en día se está incidiendo significativamente en los estudios sobre la protección que podrían tener los probióticos6.
Obesidad.
La obesidad, además de ser un factor de riesgo para el CCR, lo es también para muchos otros tipos de cáncer. Se estima que las personas que son obesas tienen un 30% más de probabilidad de desarrollar este tipo de cáncer que las personas en normopeso, siendo más proclive en hombres que en mujeres7.
Los mecanismos biológicos para explicar la asociación entre obesidad y cáncer colorrectal no están completamente claros, pero existen varios motivos en diversos estudios llevados a cabo. Estos son8:
- Aumento en los niveles de insulina y su factor de crecimiento tipo 1, que podría favorecer la aparición de algunos tumores.
- El aumento de células grasas en el organismo hace que también aumenten las cantidades de estrógenos liberadas por estas, al igual que podrían influir en los procesos de regulación del crecimiento de células mutadas.
- Otros factores como la inflamación crónica frecuente en personas obesas o la alteración de la respuesta inmune también podrían estar involucrados.
Tabaquismo9.
El tabaco tiene componentes carcinógenos, los cuales pueden producir un cambio en el ADN de las células y causar un daño irreversible en la mucosa colorrectal.
El consumo de tabaco se relaciona con un mayor riesgo de cáncer colorrectal y de formación de adenomas colorrectales. Por lo tanto, las personas fumadoras que se hayan sometido a una cirugía para extirpar el adenoma tienen más riesgo de recidivas.
En el tabaco, al igual que en el alcohol, el riesgo aumenta según aumenta el consumo de tabaco durante el tiempo.
En varios estudios y metaanálisis se han observado un incremento del 26.9 % en las personas fumadoras de 35 cigarrillos/día en un año y un 50.5% en fumadores de 60 cigarrillos/día en un año, respecto de los no fumadores.
También se ha observado que en el caso de exfumadores (+10 años), el riesgo era el mismo que en el caso de los no fumadores.
Alcohol.
El alcohol es una sustancia que puede aumentar el riesgo de tener cáncer. El riesgo es más elevado cuanto más bebe una persona a lo largo del tiempo. El aumento de este riesgo puede ser causado por varios motivos10:
- Al descomponerse el etanol en acetaldehído, un producto químico tóxico, este puede dañar el ADN de las células sanas y las proteínas.
- Por otro lado, la ingesta de alcohol puede disminuir la capacidad de procesamiento y absorción de nutrientes importantes asociados con el riesgo de cáncer, como pueden ser las vitaminas (A, C, D, E), ac. Fólico (vitamina B9) o los carotenoides.
Hay que tener en cuenta que las bebidas alcohólicas también pueden contener componentes cancerígenos que se producen en la fermentación y producción, como son las fibras de asbesto, los fenoles e hidrocarburos y las nitrosaminas.
Se ha demostrado en estudios y metaanálisis que el riesgo de tener cáncer colorrectal aumenta según el consumo de alcohol10. Partiendo de la clasificación del consumo de alcohol:
- Ligero (≤1 bebida/día) 12.5 gr de etanol.
- Moderado (2-3 bebidas/día) 12.5-49.9 gr etanol.
- Alto (≥4 bebidas/día) >50 gr etanol.
Los resultados muestran que en las personas que tienen un consumo ligero de alcohol hay un 7% más de riesgo de padecer cáncer colorrectal, mientras que en el consumo moderado de alcohol hay un 21% y en el consumo alto un 52%. Por otro lado, no se han encontrado diferencias notables entre hombres y mujeres en el consumo ligero de alcohol, pero sí que hay una mayor proporción de hombres que de mujeres en el consumo moderado de alcohol.
Estrés.
Los efectos asociados al estrés pueden ser directos o indirectos. Los directos producen alteraciones hormonales y disminución de la capacidad inmune del organismo. Por otro lado, los efectos indirectos se relacionan con cambios en el comportamiento como el aumento del sedentarismo y la ingesta de alcohol por lo que facilita la aparición y desarrollo del cáncer11.
Factores no modificables.
- Pólipos colorrectales. También llamados pólipos adenomatosos o adenomas son estructuras semejantes a las glándulas ubicadas en la membrana mucosa del intestino grueso. Pueden ser pólipos tubulares (los cuales sobresalen en el lumen), o adenomas vellosos, que son más propensos que los anteriores a derivar en cáncer, y que entonces se denominan adenocarcinomas12.
- Antecedentes familiares del cáncer colorrectal. Se conoce que una de cada tres personas que padecen este tipo de cáncer tiene familiares que lo han padecido también. Resulta un factor de riesgo mayor si se trata de un familiar de primer grado y, mayor aún, si este fue diagnosticado cuando no supera los 50 años. Las razones no son del todo claras, pero se asocian a genes heredados, factores ambientales compartidos o combinación de ambos13.
- Enfermedad inflamatoria intestinal. El riesgo es mayor si se padece una enfermedad inflamatoria del intestino, donde se incluye la colitis ulcerosa o enfermedad de Crohn. Es una afección en la que el colon se encuentra inflamado durante un largo periodo de tiempo, cuando si persiste esta inflamación durante varios años y, especialmente si esta no es tratada, puede terminar desencadenando una displasia e incluso con el paso del tiempo volverse cancerosas13.
- Factores genéticos/Síndromes hereditarios.
- Síndrome de Lynch (cáncer colorrectal hereditario no polipósico).
Enfermedad genética que tiene unas posibilidades entre el 50-80% de convertirse en CCR. Se hereda de forma autosómica dominante14.
- Poliposis adenomatosa familiar (PAF)15.
Enfermedad autosómica dominante caracterizada por desarrollo de adenomas tubulares en el intestino grueso con la aparición de más de 100 pólipos adenomatosos en el colon. Los síntomas comienzan a aparecer a partir de la 2ª década de la vida, algunos tienen sangrado en el recto. Sin tratamiento, las posibilidades de aparición del cáncer son del 100%.
-
- PAF atenuada (PAFA): Aparición de menos de 100 pólipos adenomatosos en el colon, la parte más afectada es el lado derecho del colon.
- Síndrome de Gardner: Es una variante de PAF. Además de presentar numerosos pólipos adenomatosos en la superficie de la mucosa intestinal, también se le asocia otro tipo de tumores (óseos y cutáneos).
- Síndrome de Turcot: Aparecen múltiples pólipos adenomatosos colorrectales junto con tumores cerebrales. Su diferencia con la PAF radica en que hay menos de 100 pólipos intestinales.
- Síndromes hereditarios poco comunes asociados al cáncer15.
- Síndrome de Peutz-Jeghers (PJS): Presencia de tumores no cancerosos en el aparato digestivo en edades tempranas de la vida, pero que pueden derivar en cáncer conforme pasan los años. Se desarrollan a lo largo de todo el recorrido entre el esófago y el recto.
- Poliposis asociada al gen MYH: Aparición de más de entre 5 y 100 pólipos adenomatosos en el colon, con alto potencial de malignidad en edades avanzadas.
Factores protectores:
Aspirina.
Hay evidencias en estudios de casos y controles, que demuestran que la ingesta de aspirina puede reducir el riesgo de CCR. Partiendo de la clasificación de las dosis de aspirina: baja (<160 mg/día) y alta (≥300 mg/día), la evidencia observada es que el consumo igual o superior a 300 mg reduce un 40% el riesgo de CCR. Mientras que, el consumo de dosis bajas no se asocia con una disminución de este riesgo.
Por tanto, cuanto más prolongado sea el tratamiento (durante más de 10 años) y sus dosis mayores, su riesgo será menor.
La aspirina en la prevención de adenomas, disminuye en un 17% su riesgo de desarrollo independientemente de la dosis. Aunque demuestra la prevención de CCR, produce efectos secundarios como hemorragias gastrointestinales16,17.
Calcio.
En estudios de cohortes se ha observado que la ingesta de calcio aproximada de 700-1000 mg/día tiene un descenso mínimo del riesgo de CCR, aunque el suplemento de calcio en personas con una dieta alta en calcio no tenía beneficio alguno.
Por otro lado, también hay evidencia de un riesgo elevado de CCR en individuos con una ingesta menor a 700 mg17,18.
Fibra.
Tiene un importante beneficio, como la protección de la mucosa del colon mediante el aumento de velocidad de tránsito intestinal, aumento de volumen fecal y se diluyen los carcinógenos. El ácido butírico, se trata de un ácido graso que inhibe la proliferación de células tumorales.
En un metaanálisis se ha llegado a la conclusión de que los individuos que consumían una baja cantidad de fibra en su dieta tenían más riesgo de padecer CCR. A pesar de ello, hay evidencia que un aumento de ingesta de fibra en una dieta con una cantidad de fibra diaria adecuada, no indica reducción alguna de este riesgo.
Se llegó a la conclusión que con una ingesta de 10gr/día de fibra por cada 1000 calorías podría reducir un 10% el riesgo de CCR17,18.
Vitamina D.
Respecto al efecto del consumo de vitamina D, se ha llegado a la conclusión en un metaanálisis que hay un 4% de reducción de la probabilidad de aparición del CCR por cada 100 UI de vitamina D/día18.
Actividad física.
El deporte reduce la activación de cascadas inflamatorias que intervienen en el desarrollo del cáncer colorrectal. En un metaanálisis demuestra que el ejercicio físico disminuye la aparición de pólipos en la mucosa rectal y que reduce hasta un 50% el riesgo de CCR.
Hay evidencias que demuestran que el ejercicio físico mejora la calidad de vida durante el tratamiento e incluso logra aumentar la expectativa de vida19.
CONCLUSIONES
El cáncer colorrectal ocupa el 3er puesto en el podio de los tipos de cáncer más predominantes a nivel mundial. En España, constituye el 3er tipo de cáncer más frecuente en hombres y el 2º en mujeres.
La aparición de una neoplasia maligna no parte exclusivamente de un solo factor de riesgo y/o exposición, se deben de dar una serie de situaciones y su suma, además de las características personales de la persona, para poder desarrollarse en el organismo.
La reducción del riesgo de padecer CCR estaría basada en un estilo de vida saludable y activo: dieta equilibrada, ejercicio físico moderado, eliminar el consumo de tabaco y moderar el de alcohol, y no consumir drogas. Enfermería realizaría una intervención importante de prevención primaria mediante la educación para la salud tratando de disminuir el riesgo que provocan los factores dichos.
En los factores genéticos o hereditarios no es posible intervenir por lo que una detección precoz es importante en estos casos para prevenir estadios más desarrollados con peor pronóstico.
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