Gastroenteritis aguda en edad pediátrica.

16 noviembre 2021

AUTORES

  1. Rocío Bravo Adán. Máster en Cuidados Intensivos por la Universidad Católica de Valencia. Máster en urgencias, emergencias y catástrofes por la Universidad CEU de Valencia. Enfermera en el Hospital Obispo Polanco de Teruel.
  2. Carlota Barreu Fau. Máster en Gerontología Social por la Universidad de Zaragoza. Enfermera en el Hospital General de la Defensa de Zaragoza.
  3. Juan Castro Pueyo. Graduado en Enfermería en la Universidad de Zaragoza. Enfermero en Centro de Salud Las Fuentes Norte de Zaragoza.
  4. Natalia Gracia Casinos. Experto Universitario en Cuidados Avanzados de Enfermería Aplicada por la Universidad de León. Enfermera en el Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza.
  5. Laura González Cabeza. Grado en Enfermería por la Universidad de Zaragoza. Enfermera en el Hospital General de la Defensa de Zaragoza.
  6. Eva Negredo Rojo. Máster en Análisis Clínicos por la Universidad de Valencia. Enfermera en el Hospital Obispo Polanco de Teruel.

 

RESUMEN

Introducción: La gastroenteritis aguda es un síndrome clínico de comienzo brusco caracterizado por diarrea acompañada o no de náuseas, vómitos, fiebre o dolor abdominal como consecuencia de una infección del tracto gastrointestinal1. La GEA en Europa suele ser, aunque no siempre, una enfermedad leve y la muerte es un resultado excepcional. Sin embargo, se asocia con un número considerable de hospitalizaciones y altos costos. La gravedad de la GEA está relacionada con la etiología más que con la edad, y el rotavirus es responsable de los casos más graves6. La Sociedad Europea de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica (ESPGHAN) define la GEA como: “reducción de la consistencia de las evacuaciones (líquidas, semilíquidas) y/o un incremento en la frecuencia de las mismas (>3 en 24 horas), pudiendo acompañarse de fiebre, vómitos y dolor abdominal”. Para considerarla como aguda, su duración debe ser inferior a 2 semanas y normalmente no dura más de 7 días1. La deshidratación es un cuadro clínico originado por la excesiva pérdida de agua y electrólitos. Se origina por disminución de la ingesta de agua, aumento de las pérdidas o ambas. La etiología es variada siendo la más frecuente las pérdidas gastrointestinales por procesos infecciosos5. Objetivos: Describir en qué pacientes pediátricos está indicado el ingreso hospitalario para tratar la deshidratación aguda, describir los cuidados de enfermería en deshidrataciones pediátricas de pacientes hospitalizados y conocer las posibles complicaciones. Metodología: se lleva a cabo una revisión bibliográfica consultando bases de datos y usando DeCS y booleanos. Conclusiones: La creación de protocolos en los que unifican los criterios de actuación de enfermería, proporcionan al niño el máximo confort y seguridad. Saber detectar las complicaciones derivadas de esta patología por parte de los profesionales que trabajan en pediatría ayuda a una rápida recuperación y disminución de la estancia hospitalaria del niño.

 

PALABRAS CLAVE

Deshidratación, gastroenteritis, pediatría, atención de enfermería.

 

ABSTRACT

Introduction: Acute gastroenteritis is a clinical syndrome of abrupt onset characterized by diarrhea with or without nausea, vomiting, fever or abdominal pain as a consequence of an infection of the gastrointestinal tract1. GEA in Europe is usually, but not always, a mild disease and death is an exceptional outcome. However, it is associated with a considerable number of hospitalizations and high costs. The severity of GEA is related to etiology rather than age, with rotavirus being responsible for the most severe cases6. The European Society for Pediatric Gastroenterology, Hepatology and Nutrition (ESPGHAN) defines GEA as: «reduced stool consistency (liquid, semi-liquid) and/or increased frequency of bowel movements (>3 in 24 hours), which may be accompanied by fever, vomiting and abdominal pain». To be considered acute, its duration must be less than 2 weeks and normally does not last more than 7 days1. Dehydration is a clinical condition caused by excessive loss of water and electrolytes. It is caused by decreased water intake, increased water loss or both. The etiology is varied, the most frequent being gastrointestinal losses due to infectious processes5. Objectives: to describe in which pediatric patients hospital admission is indicated to treat acute dehydration, to describe nursing care in pediatric dehydration in hospitalized patients and to know the possible complications. Methodology: a literature review is carried out by consulting databases and using DeCS and booleans. Conclusions: The creation of protocols that unify the nursing criteria provides the child with maximum comfort and safety. Knowing how to detect the complications derived from this pathology on the part of the professionals working in pediatrics helps the child to recover quickly and reduce the hospital stay.

 

KEY WORDS

Dehydration, gastroenteritis, pediatrics, nursing care.

 

INTRODUCCIÓN

La gastroenteritis aguda (GEA) es un síndrome clínico de comienzo brusco caracterizado por diarrea acompañada o no de náuseas, vómitos, fiebre o dolor abdominal como consecuencia de una infección del tracto gastrointestinal. Se trata de una enfermedad generalmente autolimitada que, en la mayoría de los casos, no precisa más que una valoración clínica del paciente a través de una adecuada historia clínica y una cuidadosa exploración física. Sin embargo, hay niños que requieren ingreso hospitalario cuando hay diarrea mucosa o sanguinolenta sugestiva de colitis, niños de alto riesgo, como los inmunodeficientes, y en aquellas situaciones en las que el diagnóstico es incierto1. Es una de las enfermedades más frecuentes en niños, constituyendo la segunda causa de morbilidad y mortalidad infantil en el mundo2. En Europa, la incidencia de la diarrea varía entre 0.5-1.9 episodios por niños y año en los menores de 3 años. La tasa de incidencia de diarrea en pacientes pediátricos es mayor en los niños con edades comprendidas entre 6 y 11 meses y 12 y 23 meses 3. Es la segunda causa de asistencia a un servicio de urgencias pediátrico, tras las infecciones respiratorias. La GEA en Europa suele ser, aunque no siempre, una enfermedad leve y la muerte es un resultado excepcional. Sin embargo, la gastroenteritis se asocia con un número considerable de hospitalizaciones y altos costos. La gravedad de la GEA está relacionada con la etiología más que con la edad, y el rotavirus es responsable de los casos más graves6. En España, los principales agentes etiológicos en niños menores de 5 años son los virus; el más importante es rotavirus, seguido de norovirus, astrovirus y adenovirus. El rotavirus es también la primera causa de gastroenteritis de origen nosocomial. Entre las bacterias, Campylobacter jejuni es en la actualidad el enteropatógeno más frecuente, seguido por Salmonella spp. Los parásitos (Giardia Lamblia, Cryptosporidium parvum) constituyen una causa infrecuente de diarrea en niños sanos2. En cuanto a la sintomatología, se comprueba la clásica relación entre fiebre como marcador de GEA bacteriana y vómitos como marcador de infección por rotavirus. Del mismo modo, se cumple que los casos más severos tanto por score como por grado de deshidratación son los secundarios a rotavirus8. La mortalidad/morbilidad de la diarrea se relaciona con el grado de deshidratación, que depende fundamentalmente de la edad, siendo los lactantes los más susceptibles. El mecanismo de transmisión más frecuente es el fecal-oral, siendo el vehículo más habitual el agua y los alimentos contaminados4. Así como los hábitos de preparación de biberones en caso de lactancia artificial, introducción de nuevos alimentos en la dieta o asistencia a guarderías7. Entre las medidas generales para la prevención de la GEA estarían los hábitos higiénicos, siendo la más importante el lavado de manos. En el caso del rotavirus como agente causal la prevención primaria sería la vacunación. La Sociedad Europea de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica (ESPGHAN) define la gastroenteritis aguda (GEA) como: “reducción de la consistencia de las evacuaciones (líquidas, semilíquidas) y/o un incremento en la frecuencia de las mismas (>3 en 24 horas), pudiendo acompañarse de fiebre, vómitos y dolor abdominal”. Para considerarla como aguda, su duración debe ser inferior a 2 semanas y normalmente no dura más de 7 días1. La deshidratación es un cuadro clínico originado por la excesiva pérdida de agua y electrólitos, que comporta un compromiso variable inicialmente a nivel circulatorio, si bien puede llegar a afectar a otros órganos y sistemas. Se origina por disminución de la ingesta de agua, aumento de las pérdidas o ambas. La etiología es variada siendo la más frecuente las pérdidas gastrointestinales por procesos infecciosos5. La deshidratación puede ser de tres tipos3:

  • Isotónica o isonatrémica, como consecuencia de la pérdida de agua y electrolitos en la misma proporción. Son las más frecuentes.
  • Hipotónicas o hiponatrémicas, en las que el riesgo de shock es más importante.
  • Hipertónicas o hipernatrémicas que, si son graves, dan lugar a síntomas neurológicos.

 

OBJETIVOS

  • Describir en qué pacientes pediátricos está indicado el ingreso hospitalario para tratar la deshidratación aguda.
  • Describir los cuidados de enfermería en deshidrataciones pediátricas de pacientes hospitalizados con gastroenteritis aguda.
  • Conocer las posibles complicaciones que pueden aparecer con la gastroenteritis aguda en niños.

 

METODOLOGÍA

Se ha llevado a cabo una revisión bibliográfica sobre gastroenteritis en pacientes pediátricos.

Las bases de datos consultadas en la búsqueda fueron Scielo y Pubmed con artículos de los últimos quince años. Se consultó información en la AEPED y libros de pediatría descritos en la bibliografía.

Los descriptores (DeCS) principales utilizados en español han sido “gastroenteritis”, “pediátrica”, “deshidratación”, “cuidados de enfermería”, combinadas con los operadores booleanos “AND” y “OR”.

 

RESULTADOS

Se identificaron 8 artículos en la revisión bibliográfica en los cuales se recabó la siguiente información relacionada con la gastroenteritis pediátrica. Todos ellos fueron artículos publicados en España.

Los criterios para que un niño con GEA sea ingresado en la Unidad de Pediatría en su hospital de referencia son2:

  • Deshidratación grave (> 10%).
  • Apariencia séptica o alteraciones hidroelectrolíticas significativas.
  • Vómitos incoercibles.
  • Incapacidad de manejo familiar.
  • Fracaso terapéutico o empeoramiento de la diarrea o de la deshidratación.
  • Diarrea en pacientes de riesgo: menores de 3 meses, paciente con inmunosupresión o enfermedad de base.

Estas indicaciones serán valoradas por el pediatra de guardia del hospital.

 

Los cuidados de enfermería que se realizarán en todo niño ingresado en la unidad de pediatría serán los siguientes:

  • El niño deberá estar en una habitación individual y con aislamiento de contacto.
  • Durante la estancia en el hospital se tomarán por turno las constantes: Tensión arterial, frecuencia cardiaca, frecuencia respiratoria, temperatura. El peso se medirá siempre a su ingreso y si precisara durante su estancia.
  • Valorar los síntomas asociados: dolor abdominal y fiebre.
  • Proporcionar medidas de confort y control del dolor.
  • En neonatos o niños de menor edad hay que valorar las manifestaciones no verbales que reflejan incomodidad.
  • Valoraremos si existen vómitos, cuantificando el número, volumen y frecuencia.
  • Mantendremos una adecuada hidratación del niño. Se hará por vía oral o endovenosa según la orden de tratamiento del pediatra.
  • En niños no deshidratados se deberá seguir con la alimentación de manera normal, excepto zumos, bebidas azucaradas y alimentos ricos en grasas que se deben eliminar de la dieta durante el proceso de GEA. En los lactantes alimentados con lactancia materna, se debe continuar con la misma de manera normal, existe evidencia de que la lactancia disminuye la intensidad y la duración de la GEA. En el caso de niños lactados con fórmula, no se deben hacer cambios en su fórmula, ni dar biberones con la fórmula diluida2.
  • Durante el tiempo que esté ingresado el niño se anotará la diuresis realizada por turno. Tendremos en cuenta si son lactantes el número de pañales mojados.
  • A los familiares o acompañantes del niño se les pedirá que nos informen del número de deposiciones, así como sus características, color, volumen, frecuencia y consistencia de las mismas.
  • En el caso de tener que recoger muestras de heces para realizar cultivo, determinación de virus, parásitos si fuese necesario, se les facilitará el material necesario para la recogida de la muestra.
  • Cuando las deposiciones sean continúas y de consistencia líquida pueden dar lugar a posibles escoriaciones e irritaciones a nivel perineal, por tanto, deberemos de tratar la zona con pomadas destinadas a tal fin.
  • Limpieza bucal e hidratación de labios.
  • Tratamiento farmacológico si existiera según pauta médica.
  • Si fuese portador de acceso vascular observar cualquier complicación, como flebitis, extravasación, etc.
  • Educación para la salud dirigida a la familia. Informales en el autocuidado del niño, disminuyendo así cualquier temor hacia dicho proceso.

 

Las complicaciones que pueden aparecer en las gastroenteritis pediátricas y que la enfermería debe saber detectar son la deshidratación. El peligro es mayor en el recién nacido, ya que 80% de su composición corporal es agua, en tanto en un lactante (de 1 a 24 meses de vida) es de 70% aproximadamente, de manera que, ante cualquier falta de líquidos, la salud del pequeño puede verse afectada. Es muy importante conocer los síntomas de deshidratación en bebés; entre los más comunes están: Ojos y/o fontanela hundidos, respiración anormal, boca y labios secos, tiempo de recapilarización > 2-3 segundos, signo del pliegue (si se toma entre los dedos con un pequeño pellizco, ésta no vuelve a su forma original), con tono pálido e, incluso, puede tornarse grisáceo, no le salen lágrimas cuando llora, el pequeño pasa más de 6 a 8 horas sin mojar el pañal, tiene orina de color amarillo oscuro en el pañal y huele más fuerte de lo normal, las manos y pies del bebé se sienten fríos y parecen tener manchas, somnolencia o nerviosismo excesivos, está aletargado y sin energía3. Según la intensidad, las deshidrataciones se clasifican en:

  • Leves: pérdida hídrica del 3-5% del peso corporal.
  • Moderadas: pérdida hídrica del 6-9% del peso corporal.
  • Graves: pérdida hídrica del 10% o superiores del peso corporal

Otra complicación son las alteraciones hidroelectrolíticas. Los tres signos clínicos mejores para evaluar una deshidratación son el relleno capilar enlentecido, la disminución de la turgencia de la piel (signo de pliegue cutáneo) y una respiración anormal. Para valorar clínicamente el estado de deshidratación del niño se utiliza la Escala de Gorelick, la cual consta de diez parámetros clínicos y concluyen en:

  • Deshidratación leve: < 3 hallazgos
  • Deshidratación moderada: > 3 hallazgos
  • Deshidratación grave: al menos 6 o 7 hallazgos.

Y por último hay que vigilar la irritación perianal y las fisuras anales como complicación de las gastroenteritis en niños.

 

CONCLUSIONES

La creación de protocolos en las plantas donde se atienden pacientes pediátricos con gastroenteritis en los que unifican los criterios de actuación de enfermería, proporcionan al niño el máximo confort y seguridad.

Saber detectar las complicaciones derivadas de esta patología por parte de los profesionales que trabajan en las plantas de pediatría ayuda a una rápida recuperación y disminución de la estancia hospitalaria del niño.

Por tanto, es importante restaurar y mantener el equilibrio hidroelectrolítico, así como el estado nutricional del niño en las plantas de pediatría, mantener una temperatura corporal adecuada y minimizar el riesgo de posibles complicaciones.

 

BIBLIOGRAFÍA

  1. Costa J, Polanco I, Rodrigo C. Guía de práctica clínica gastroenteritis aguda en el niño. SEIP. Madrid; Ergon; 2010.
  2. De la Flor J. Gastroenteritis aguda. 2019; XXIII(7): 348-355.
  3. Argüelles F, Argüelles F. Urgencias en gastroenterología, hepatología y nutrición pediátricas. Madrid: Ergon; 2011
  4. Gavilán C, García B, Gonzalez R. Gastroenteritis aguda. AEP [Internet]. [Consultado 1 de abril de 2021]. Disponible en: https://es.scribd.com/document/413111262/gea-pdf
  5. García M.A, Olivas C, Lopez M.G. Deshidratación aguda. Protoc Diagn Ter Pediatr. 2020;1:215-231.
  6. Guarino A, Albano F, Ashkenazi S, Gendrel D, Hoekstra J, Shamir R, Szajewska H. Directrices basadas en la evidencia de la sociedad europea de las enfermedades infecciosas pediátricas para el tratamiento de la gastroenteritis aguda en niños en Europa. Journal of Pediatric Gastroenterology and Nutrition. 2008; 45(5): 619-621.
  7. Martín-Crespo C, Medina FJ. Atención avanzada del niño y adolescente con problemas de salud I. Madrid: FUDEN;2012.
  8. Castillo A, Plaza J, García V, García O, Gutiérrez C, Sainz de Baranda C. Gastroenteritis aguda en niños hospitalizados. 2005-2010. Análisis epidemiológico, microbiológico y clínico. Revista clínica de Medicina Familiar. 2011; 4(2).

 

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