Importancia de las medidas no farmacológicas como tratamiento coadyuvante del dolor.

10 noviembre 2021

AUTORES

  1. Patricia García Lucas. Graduada en Enfermería por la Universidad de Zaragoza. Máster en Gerontología Social. Hospital Universitario Miguel Servet (Zaragoza, España).
  2. Eva Monge Pelegrín. Diplomada en Fisioterapia por la Universidad de Zaragoza. Máster en Osteopatía Estructural. Hospital Universitario Miguel Servet (Zaragoza, España).
  3. Miriam Aguerri Matute. Graduada en Enfermería por la Universidad de Zaragoza. Centro de Salud de Borja (Zaragoza, España).
  4. Gloria Cucalón Leciñena. Graduada en Enfermería por la Universidad de Zaragoza. Máster en Biología Molecular y Biomedicina. Centro de Salud Valdespartera (Zaragoza, España).
  5. Nuria Garín Portero. Diplomada en Fisioterapia por la Universidad de Zaragoza. Máster en Terapia Manual Ortopédica. Centro de Salud María de Huerva (Zaragoza, España).
  6. Silvia Gran Embid. Diplomada en Fisioterapia y Graduada en Enfermería por la Universidad de Zaragoza. Máster en Gerontología Social y Máster en Osteopatía Estructural. Centro de Salud de Borja (Zaragoza, España).

 

RESUMEN

El dolor es un síntoma complejo y multifactorial que limita e incapacita a la persona que lo padece a nivel personal, laboral y social y llegando a afectar a su entorno familiar y social más cercano. Es difícil de medir e incluso de tratar ya que las instituciones sanitarias se encuentran con grandes problemas que abarcan desde las reticencias de los mismos profesionales hasta la falta de disponibilidad de servicios o de guías de práctica clínica.

El tratamiento farmacológico es necesario, sin embargo, como profesionales de la salud, debemos conocer qué serie de medidas no farmacológicas existen a nuestro alcance para que el tratamiento farmacológico sea más eficaz. En este artículo vamos a contrastar distintos autores para discernir cuáles son las mejores medidas no farmacológicas para acabar con este síntoma.

 

PALABRAS CLAVE

Dolor, medidas no farmacológicas.

 

ABSTRACT

Pain is a complex and multifactorial symptom that limits and disables the person who suffers from it on a personal, occupational, and social level and even affects their closest family and social environment. It is difficult to measure and even treat since health institutions face major problems that range from the reluctance of the professionals themselves to the lack of availability of services or clinical practice guidelines.

Pharmacological treatment is necessary, however, as health professionals, we must know what series of non-pharmacological measures exist within our reach so that pharmacological treatment is more effective. In this article we are going to contrast different authors to discern what are the best non-pharmacological measures to end this symptom.

 

KEY WORDS

Pain, non-pharmacological measures.

 

INTRODUCCIÓN

El dolor se define como una experiencia sensorial o emocional desagradable, según la International Association for the Study of Pain (IASP), asociada a un daño real, potencial o un fallo del sistema neurológico. El dolor es uno de los principales síntomas por el que los pacientes requieren revisión médica, es incapacitante y limita las actividades básicas de la vida diaria con diferencias por sexo, siendo mayor la afectación en mujeres, e incrementándose a medida que lo hace la edad, y en relación con la actividad realizada y en puestos concretos de trabajo1,2.

El dolor no solo es una importante carga para el sistema sanitario, causante de un gran porcentaje de ingresos hospitalarios y consultas, también afecta personalmente, laboralmente y socialmente a quien lo padece y a su entorno social y familiar más cercano. La incapacidad que produce el dolor y la dependencia que trae consigo en los enfermos, frecuentemente, provoca alteraciones en sus familiares que se ven sobrepasados por la necesidad de realizar actividades para las que en muchos casos no se sienten preparados, ni formados y que no pueden de gestionar de una forma satisfactoria. Esto conlleva a un desgaste tanto físico como psicológico con distintos sentimientos de tristeza, exceso de carga, frustración e impotencia2,3.

El dolor es complejo y multifactorial, por lo que las instituciones sanitarias se encuentran con diferentes problemas para su resolución. Algunos de estos problemas son: los mismos profesionales de la salud, pacientes y familia, la falta de disponibilidad de servicios, falta de unificación en las formas de valorar el dolor junto con su subjetividad, falta de protocolos, dificultad en la aplicación de un tratamiento holístico con la incorporación de medidas coadyuvantes, falta de conciencia en la importancia de mitigarlo, etc. Con respecto a esto, se debe reconocer que, en los últimos años ha habido gran cantidad de avances en este ámbito. Aún así, el dolor se controla con deficiencia a pesar de la disponibilidad de fármacos eficaces, tratamientos coadyuvantes, interés de los médicos y organizaciones profesionales más capacitadas y nuevas publicaciones de guías de práctica clínica3-5.

La escalera de dolor de la OMS en tres pasos es uno de los métodos más utilizados para el tratamiento y control de este. En ella encontraremos una guía a seguir de cómo mezclar y aumentar la analgesia hasta la desaparición del dolor. Sin embargo, en el siguiente artículo nos vamos a centrar en las medidas no farmacológicas con las que ayudar a nuestro tratamiento, que como profesionales de la salud no solo debemos conocer, sino también aplicar. La terapia no farmacológica es una medida importante y complementaria para el tratamiento medicamentoso en el control del dolor y de la ansiedad. Su inicio debe ser el más rápido posible, para prevenir el desarrollo de la ansiedad y el progreso del ciclo ansiedad-dolor. En el siguiente artículo vamos a observar distintas opiniones de diversos autores sobre las distintas medidas no farmacológicas más eficaces aplicadas en sus estudios6.

 

OBJETIVO

Como profesionales de la salud es necesario conocer que técnicas se encuentran a nuestro alcance para ayudar a nuestros pacientes en un síntoma tan importante e incapacitante como puede llegar a ser el dolor. El siguiente artículo consiste en una revisión bibliográfica donde vamos a enfrentar los estudios de diferentes autores para discernir qué medidas no farmacológicas son más eficaces en el control del mismo durante la práctica asistencial.

 

MÉTODO

Se realizó una revisión bibliográfica en Google Académico, estableciendo un límite temporal de los 15 últimos años (2006-2021). Se utilizaron las palabras clave en el idioma español: “dolor” “medidas no farmacológicas”, unidas por el operador booleano “Y”. Asimismo, se realizó la búsqueda en idioma inglés de las mismas características, utilizando las palabras clave: “pain”, “non-pharmacological measures”, unidas por el operador booleano “AND”.

 

RESULTADOS

En su estudio, Castro et al. defienden que las medidas no farmacológicas más eficaces son las técnicas de psicología, como la relajación y la terapia cognitivo-comportamental, la hipnosis o el aumento de la capacidad de disociación, y habla de otra medida exitosa como es la realidad virtual6.

Caballero et al. También nos hablan de técnicas psicológicas y de relajación además de técnicas complementarias como aplicación de frío o calor, masajes, movilizaciones activas y pasivas, estimulaciones nerviosas, acupuntura, musicoterapia, aromaterapia y arteterapia7.

Así mismo, Peñaloza et al. Hablan de dos cosas a tener en cuenta además de esas medidas no farmacológicas. Por una parte, la importancia de no juzgar la intensidad del dolor que el paciente nos refiere y por otra, que las medidas no farmacológicas se deben usar cuando ya existe un tratamiento con analgésicos. Entre sus medidas no farmacológicas coinciden en la importancia de la psicoterapia, las medidas de relajación coinciden con Caballero et al. En el uso de masajes, aplicación de frío y calor y musicoterapia y añaden técnicas de distracción y fantasía guiada8.

Alaba et al realizan un intenso estudio sobre la terapia farmacológica en el dolor, aunque también coinciden con sus compañeros en la formación tanto en pacientes como en familiares de técnicas como la cinesiterapia o terapia del movimiento y la termoterapia, además de potenciar movilidad que evite inmovilismo inducido9.

 

CONCLUSIONES

Después de comparar distintos autores, en primer lugar, una gran parte de los autores han descrito la aplicación de técnicas de relajación como la principal medida no farmacológica a utilizar, ya que el estrés en un disparador tanto del dolor como de otros síntomas y tenerlo controlado puede mejorar la tolerancia o umbral de este.

Además, varios autores han destacado la importancia de la terapia psicológica, ya que es importante realizar al paciente un tratamiento holístico no solo aliviando su dolor, también ayudándole aceptar su nueva situación y a mejorar su calidad de vida en la medida de lo posible.

En el terreno físico, lo más mencionado ha sido la termoterapia o aplicación de frío y calor, así como la necesidad de potenciar, en la medida de lo posible, la movilidad del paciente a través de movilizaciones activas y pasivas, ya que la recuperación de la movilidad suele ir acompañado de mayor cantidad de dolor.

Por último, algunos autores han mencionado terapias alternativas, la mayoría de ellas consistentes, principalmente, en evadirse mentalmente, como la musicoterapia, la arteterapia, la realidad virtual…

En conclusión, todos los autores consultados coinciden en lo beneficioso que resulta el acompañar la terapia farmacológica con terapia no farmacológica, así como en implicar al binomio paciente- familia en el proceso y formación de estas técnicas. Nos parece interesante puntualizar como Peñaloza et al. La importancia de no juzgar el dolor referido por el paciente y no utilizar placebos en el caso de que no se pueda controlar el mismo. Y por último destacar que estas medidas tan sencillas deberían ser utilizadas por todos los profesionales de la salud y ser propulsadas desde las mismas unidades del dolor.

 

BIBLIOGRAFÍA

  1. Vicente Herrero MT, López González AA, Ramírez Iñiguez de la Torre MV, Capdevila García L, Terradillos García MJ, Aguilar Jiménez E. Dolor en población laboral y su interferencia en actividades de la vida diaria. Rev Soc Esp Dolor 2016; 23(2):64-74. DOI: 10.20986/resed.2016.3425/2016.
  2. Vicente-Herrero M.T., Delgado-Bueno S., Bandrés-Moyá F., Ramírez-Iñiguez-de-la-Torre M.V., Capdevilla-García L. Pain assessment. Comparative review of scales and questionnaires. Rev. Soc. Esp. Dolor. 2018 Ago; 25(4):228-236. Disponible en: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1134-80462018000400228&lng=es.
  3. Failde I. El dolor crónico, algo más que un problema de quien lo padece. Rev. Soc. Esp. Dolor [Internet]. 2014 feb; 21(1):1-2. Disponible en: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1134-80462014000100001&lng=es.
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  6. De Castro R, Cunha P, and Kimiko R. «Tratamiento del dolor en quemados.» Brazilian Journal of Anesthesiology 2013. 63.1: 149-153.
  7. Caballero M, Reyes Alcaide M. Medidas no farmacológicas en el dolor. Manual de cuidados paliativos de Extremadura. 2019. 118-120.
  8. Rojas, A. A. P., Barreto, K. P. C., Hernández, G. B., & Osorio, B. E. M. Conocimientos de enfermería: manejo del dolor. Revista Científica»Conecta Libertad»ISSN 2661-6904 (2018), 2(2), 26-35.
  9. Alaba J., Arriola E., Navarro A., González M. F., Buiza C., Hernández C. et al. Demencia y dolor. Rev. Soc. Esp. Dolor. 2011 jun;18(3):176-186. Disponible en: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1134-80462011000300005&lng=es.

 

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