Melanoma cutáneo.

14 agosto 2022

AUTORES

  1. Marta Bruna Alejandre. Graduada en enfermería. Hospital Nuestra Señora de Gracia. Zaragoza.
  2. Gloria Orries Mestres. Graduada en enfermería. Hospital Miguel Servet. Zaragoza.
  3. Beatriz Isabel Calderón Aznar. Graduada en enfermería. Complejo Hospitalario de Navarra. Pamplona.
  4. Carolina Barrena López. Graduada en enfermería. Hospital Miguel Servet. Zaragoza.
  5. Pablo Marín Hernando. Graduado en enfermería. Hospital Ernest Lluch. Calatayud.
  6. Esther Giménez Casao. Graduada en enfermería. Hospital Miguel Servet. Zaragoza.

 

RESUMEN

El melanoma es un tumor cutáneo que se origina en los melanocitos. Su incidencia ha ido en aumento debido, entre otros factores, a la mayor exposición solar. Su diagnóstico se basa, fundamentalmente, en la clínica. Es importante la prevención sobre los factores de riesgo para intentar reducir la incidencia y, sobre todo, la detección temprana de la enfermedad.

 

PALABRAS CLAVE

Melanoma, factores de riesgo, prevención.

 

ABSTRACT

Melanoma is a skin tumour that originates in melanocytes. Its incidence has been increasing due, among other factors, to increased sun exposure. Its diagnosis is based mainly on clinical manifestations. Prevention of risk factors is important to try to reduce the incidence and, above all, early detection of the disease.

 

KEY WORDS

Melanoma, risk factors, prevention.

 

DESARROLLO DEL TEMA

El melanoma es una forma de cáncer cutáneo que se origina en los melanocitos, células que producen la melanina, que es un pigmento que da color a la piel y el cabello. Se puede presentar en piel, en un lunar, mucosas, o cualquier zona que contenga melanocitos, como la cavidad bucal, ojo, ano o genitales1.

EPIDEMIOLOGÍA:

El melanoma representa una incidencia de 7,9 por 100.000 persona-años en los países desarrollados2, siendo en España de 8,82 por 100.000 personas-año. La incidencia está aumentando progresivamente, debido a los hábitos de exposición solar3. En los hombres supone un 1,4% de los tumores, frente a un 1,6% en las mujeres 1. Se presenta con más frecuencia entre la quinta y la sexta década de la vida, aunque se ve un incremento en personas de entre 25 y 29 años4. El melanoma es el tumor cutáneo con mayor tasa de mortalidad, debido a su incidencia y pronóstico, 2,17 casos por 100.000 personas-año. La supervivencia está mejorando en los últimos años, debido a su diagnóstico temprano3.

FACTORES DE RIESGO1,2:

Exposición a radiación ultravioleta:

La exposición a la radiación solar es el factor de riesgo medioambiental más importante, sobre todo la exposición intensa. Tienen más probabilidad de presentar melanoma las personas que han sufrido quemaduras.

Fenotipo:

Tienen más riesgo de desarrollar melanoma las personas que tienen pelo rojo, rubio o castaño, ojos verdes o azules, sensibilidad solar, incapacidad de bronceado, mayor facilidad de quemaduras y presencia de efélides o pecas.

Número y tipo de nevus:

Un 25% de los casos de melanomas aparecen sobre nevus previos. El riesgo aumenta con el mayor número de éstos y el tamaño, mayor de 5mm más posibilidades. Los nevus displásicos también están relacionados.

Genética:

Entre un 8 y un 12% de los casos están relacionados con antecedentes familiares de melanoma.

Inmunosupresión:

Los pacientes inmunodeprimidos (trasplantados, en tratamiento con inmunosupresores, VIH tienen más riesgo.

Edad y sexo:

La incidencia es similar en ambos sexos, aunque el pronóstico es mejor en las mujeres. La edad media de los pacientes en el momento del diagnóstico es de 45 años. La incidencia de la enfermedad aumenta con la edad. Hay que tener especial cuidado con los lunares que aparecen nuevos o presentan cambios a partir de los 50 años.

 

TIPOS:

Existen cuatro formas clínicas4,5:

Melanoma de extensión superficial: Es el más común, representa entre 45 y 50% de los casos. Generalmente es plano e irregular, de color variable de negro y marrón. Se inicia como una lesión pigmentada, de pocos milímetros de diámetro, que puede permanecer estable muchos años hasta que empieza la fase de crecimiento.

Aparece en cualquier parte del cuerpo, pero preferentemente en el tronco y en extremidades inferiores.

Melanoma nodular: Habitualmente empieza como un área elevada de color azul-negruzco oscuro o rojo-azulado, aunque algunos no tienen ningún color. Predomina en varones y suele aparecer en el tronco. Su evolución es rápida, por lo que es el de peor pronóstico.

Melanoma lentigo maligno: Es más frecuente en personas de edad avanzada, común en la piel dañada por el sol, en la cara, el cuello y los brazos. Se manifiesta como una mancha oscura, con diferentes tonalidades de color y zonas de regresión en su interior. Posteriormente se desarrollan nódulos tumorales en la superficie que pueden llegar a ulcerarse y sangrar. Su crecimiento es lento, por lo que es el de mejor pronóstico.

Melanoma lentiginoso acral: Es la forma menos frecuente, el más común en las personas de raza negra. Se localiza en palmas, plantas, dedos y región subungueal y en zonas sometidas a presión, es frecuente la aparición de erosiones y ulceraciones. La clínica es semejante al lentigo maligno, pero el crecimiento es más invasor.

 

CLASIFICACIÓN3:

Estadio 0: las células anormales se encuentran solamente en la capa externa de la piel sin invadir tejidos profundos.

Estadio I: el cáncer se encuentra en la epidermis o inicio de la dermis. El grosor del tumor es menor a 1-2 milímetros.

Estadio II: el cáncer afecta a la dermis. El grosor está entre 2 mm a 4 mm.

Estadio III: el tumor es mayor de 4 mm de espesor o afecta a los tejidos situados debajo de la piel, presencia de tumores satélites alrededor de la lesión principal o afectación de ganglios linfáticos cerca de la lesión principal.

Estadio IV: el tumor afecta a ganglios linfáticos alejados del tumor original o a órganos.

 

DIAGNÓSTICO:

El principal criterio de diagnóstico es la clínica, con ayuda de la dermatoscopia y otros métodos no invasivos, pero se confirma con la histopatología6.

Otros indicadores que sugieren la presencia de enfermedad son lunares que van cambiando de color, pecas y las llamadas “marcas de sol”. Por lo tanto, la presencia de un lunar, una úlcera o un tumor sobre la piel pueden ser un signo de algún tipo de cáncer de piel. Si alguno de ellos, sangra o cambia la coloración de la piel, pues sería aún de mayor relevancia4,6.

El método del ABCD, descrito por Friedman, facilita el diagnóstico del melanoma: A (asimetría) B (bordes irregulares), C (color irregular) y D (diámetro mayor de 5mm)4,6.

Se encuentran melanomas que no presentan ninguna o pocas de las características definidas por la regla del ABCD, por lo tanto, se ha señalado la necesidad de incluir una nueva letra, la E, de evolución. Se propone, además, la adición de una sexta letra para remarcar la necesidad de biopsia en las lesiones llamativas que no muestren las características clínicas típicas de benignidad: la letra F (del inglés funny: extraño), para las lesiones de “forma llamativa”. Esto aumenta la sensibilidad diagnóstica de la regla y se disminuye su especificidad4,6.

Cuando se sospecha de un melanoma, se realiza una biopsia por escisión con 1 a 2 mm de margen libre. Las lesiones pequeñas se extirpan enteras. De igual forma, debe realizarse una biopsia del ganglio centinela si existiera, lo que permitiría evaluar la diseminación a ganglios linfáticos cercanos. Si la enfermedad se encuentra avanzada resulta útil la realización de tomografías u otros estudios radiológicos, junto a estudios hematológicos, para establecer la estadificación4,6.

 

PREVENCIÓN2,7:

Prevención primaria:

Su objetivo es reducir los principales factores de riesgo. El principal factor de riesgo modificable es la exposición solar. Se debe limitar la cantidad de rayos UVA recibidos mediante la protección de la piel con el empleo de protectores solares o prendas de ropa foto- protectoras. Conviene evitar la exposición solar intensa e intermitente, sobre todo en las horas centrales del día y reducir la exposición a otras fuentes de radiación ultravioleta, como las fuentes ocupacionales o camas de bronceado. Además, es importante promover el autoexamen de la piel, mediante la regla del ABCDE, en especial en los pacientes con antecedentes personales o familiares y con factores de riesgo como xeroderma pigmentoso, inmunodeprimidos, presencia de nevus displásicos o congénitos gigantes, atípicos o la presencia de un número elevado.

Prevención secundaria:

Se basa en el diagnóstico y el tratamiento precoces. Hay que identificar a los pacientes de alto riesgo y realizar un seguimiento periódico.

Prevención terciaria:

El principal objetivo es limitar la morbilidad y aumentar la supervivencia en pacientes con enfermedad avanzada.

 

TRATAMIENTO:

El tratamiento se adapta al estadio donde se encuentre el tumor. El tratamiento de elección es la cirugía, la extirpación del melanoma con márgenes de seguridad y profundidad. Se usan otras terapias como la inmunoterapia o la radiotarapia4,5.

 

CONCLUSIONES

La incidencia del melanoma está en aumento. Puede ser debido a una mayor exposición solar y a un aumento de las consultas por alteraciones cutáneas. Es importante realizar una buena prevención para intentar disminuir los casos en poblaciones de riesgo y detectar la enfermedad en fases tempranas para una mejor supervivencia.

 

BIBLIOGRAFÍA

  1. Casariego ZJ. Trabajo revisión: melanoma. Av periodon Implanton. 2004; 16(3):157-177.
  2. Burgués Calderón M, Llamas Martín R. Factores de riesgo y detección temprana del melanoma maligno en pacientes con nevus melanocíticos. Más Dermatol. 2011; 14: 5-13.
  3. Escaño Cardona V, Bandera López ML, Caballero León, MD. El impacto psicosocial en un caso clínico de malenoma: cuidados holísticos de enfermería. Revista enfermería docente. 2016; agosto-diciembre (107): 4-9.
  4. Infante Mª C., González Mª E., Jaén L., Del Valle S. Melanoma cutáneo: algunas consideraciones actuales. Medisan. 2019; 23(1):146- 164.
  5. Palomar Llatas F. Melanoma y su clínica. Enfermería dermatológica. 2008; 4: 21-23.
  6. De la Fuente-García A, Ocampo-Candiani J. Melanoma cutáneo. Gac Med Mex. 2010; 146(2): 126-135.
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