AUTORES
- María Loraque Alonso. Máster en Gerontología Social por la Universidad de Zaragoza. Enfermera en el Hospital Royo Villanova de Zaragoza.
- María Pinilla Conil. Graduada en Enfermería por la Universidad de Valladolid. Enfermera en el Hospital Royo Villanova de Zaragoza.
- Paula Betés Pola. Máster en Iniciación a la Investigación en Ciencias de la Enfermería. Enfermera en el Hospital Universitario Miguel Servet.
- Silvia Blasco Borao. Diplomada por la Universidad de Enfermería de Zaragoza. Enfermera en el Hospital Royo Villanova de Zaragoza.
- Patricia Rodríguez Hernández. Graduada por la Universidad de Enfermería de Zaragoza. Enfermera en el Hospital Royo Villanova de Zaragoza.
- Berta Molero Conde. Diplomada en Enfermería por la Universidad de Zaragoza. Enfermera en el Hospital Royo Villanova de Zaragoza.
RESUMEN
La artritis psoriásica es una enfermedad que produce una alteración a nivel de las articulaciones pudiendo llegar a producir destrucción articular con pérdida de función y alteración de la calidad de vida de los pacientes que la padecen. Junto con la psoriasis son enfermedades autoinmunitarias muy relacionadas que comparten mecanismos patógenos y cuyo origen o causa principal se desconocen.
A partir de 1960 la Asociación Americana de Reumatología clasificó a la artritis psoriásica como una enfermedad independiente diferenciándose del resto de artritis.
Aunque se trata de una patología crónica donde existen periodos de inactividad y periodos de actividad inflamatoria aguda, el tratamiento terapéutico debe estar dirigido a cada paciente de forma individual y teniendo en cuenta el tipo y la gravedad de la patología. Un diagnóstico temprano, junto con un tratamiento adecuado, y la práctica de ejercicio físico adaptado, puede ralentizar la progresión de la enfermedad además de mejorar la calidad de vida de los pacientes.
PALABRAS CLAVE
Artritis psoriásica, espondilitis, psoriásica, terapéutica.
ABSTRACT
Psoriatic arthritis is a disease that causes alterations at the joint level and can lead to joint destruction with loss of function and alteration of the quality of life of patients who suffer from it. Together with psoriasis, they are closely related autoimmune diseases that share pathogenic mechanisms and whose origin or root cause is unknown.
From 1960 onwards, the American Rheumatology Association classified psoriatic arthritis as a separate disease and differentiated it from other arthritis.
although it is a chronic pathology where there are periods of inactivity and periods of acute inflammatory activity, the therapeutic treatment must be directed at each patient individually, taking into account the type and severity of the pathology. Early diagnosis, together with appropriate treatment and adapted physical exercise, can slow the progression of the disease and improve patients’ quality of life.
KEY WORDS
Arthritis, psoriatic, spondylitis, psoriasis, therapeutics.
DESARROLLO DEL TEMA
La artritis psoriásica es una alteración inflamatoria de las articulaciones que se manifiesta en pacientes que presentan psoriasis. Es una enfermedad que se caracteriza por la inflamación, dolor, enrojecimiento y dificultad de movimiento de las articulaciones1.
En 1960 la Asociación Americana de Reumatología (ARA) clasificó la artritis psoriásica como una patología independiente y diferente de la artritis reumatoide, la cual se manifestaba con ausencia de factor reumatoide. Esta clasificación se tuvo en cuenta debido a que la frecuencia de artritis en pacientes con psoriasis era mayor que en la población general (10-40% pacientes con psoriasis presentan artritis) y además, la psoriasis era más frecuente en pacientes con artritis (el 2% de la población general presenta psoriasis frente al 20% de la población con artritis seronegativa)2.
La edad de inicio de esta patología suele presentarse entre los 30- 55 años, aunque en ocasiones puede diagnosticarse en edad pediátrica3.
La artritis psoriásica evoluciona de forma irregular, donde suelen aparecer etapas de inactividad con otras que cursan con dolor e inflamación en las articulaciones.
A pesar de que se trata de una enfermedad crónica la gravedad de la artritis psoriásica no está relacionada con la extensión de las lesiones cutáneas que pueden manifestarse4.
ETIOLOGÍA:
Aunque el origen de la artritis psoriásica es desconocido, se cree que su etiología puede estar relacionada con diferentes factores inmunológicos, genéticos y ambientales5.
Existe una relación genética o hereditaria que influye en la aparición de la enfermedad aunque se desconoce qué elemento es el que produce que algunas personas con psoriasis desarrollan este tipo de artritis y otras no lo hagan. Así un 40% de los pacientes afectados tienen familiares con afectación psoriásica.
Se observa que el factor inmunológico tiene un papel importante en el desarrollo de esta enfermedad ya que cuando existe un déficit inmunológico suele estar relacionado con un empeoramiento de la artritis psoriásica.
Además, algunos estudios definen la existencia de una relación de esta enfermedad con determinados antígenos leucocitarios humanos (HLA) en sangre. Estos antígenos son proteínas que ayudan al sistema inmunitario a diferenciar entre células propias y sustancias extrañas o dañinas. Los estudios han comprobado que el antígeno HLA_DR7 suele estar presente en pacientes que desarrollan psoriasis y artritis psoriásica.
Algunas infecciones y ciertos traumatismos parecen tener cierta relación temporal con la aparición de una afectación de artritis psoriásica, lo que hace pensar que ciertos virus o bacterias presentan un papel patogénico en esta enfermedad6, 7.
SÍNTOMAS:
A nivel cutáneo el primer síntoma que puede aparecer es la placa delimitada y enrojecida que presenta en su interior zonas escamosas de color blanquecino. Estas placas se suelen distribuir de forma bilateral y afectan, en la mayoría de los casos, a zonas como codos y rodillas.
La artritis psoriásica como se ha descrito anteriormente produce inflamación, dolor y enrojecimiento de las articulaciones. Los pacientes con esta patología pueden presentar sensación de rigidez sobre todo por la noche o al levantarse por la mañana con una duración de unos 30 minutos, tienen dificultad de abrir y cerrar las manos y suelen presentar sensación de dolor punzante en los tobillos en los primeros pasos. Además, pueden presentar edema pulsátil en varias articulaciones a la vez, debilidad y reducción de la movilidad de cualquier articulación.
Las articulaciones más afectadas por esta enfermedad suelen ser las articulaciones interfalángicas distales de manos y pies, muñecas, rodillas y tobillos.
Existen síntomas articulares que diferencian a la artritis psoriásica del resto de artritis: la afectación articular es asimétrica, por ejemplo, suele afectar a una rodilla mientras que la otra no sufre alteración. Por otra parte, la afectación de las articulaciones interfalángicas distales y la inflamación conjunta de las articulaciones y tendones de los dedos (dactilitis) son síntomas propios de la artritis psoriásica que no se presentan en el resto de artritis.
Además de los síntomas dérmicos y articulares, existen otros síntomas que son característicos de esta enfermedad8-10:
- En un brote inflamatorio se puede presentar cansancio, fatiga e incluso fiebre si se trata de una inflamación aguda.
- Puede producirse una atrofia muscular debido al desuso de la zona afectada por la incapacidad de movilizar la articulación inflamada.
- También pueden aparecer alteraciones en la uñas como onicolisis y hoyuelos ungueales (Pits), incluso en algunos casos puede acompañarse de dolor y enrojecimiento en los ojos debido a posibles conjuntivitis.
CLASIFICACIÓN:
Según los criterios de diagnóstico de Moll y Wrigh podemos clasificar la psoriasis artrítica en cinco grupos11:
- Artritis en las articulaciones interfalángicas distales de los dedos de las manos y los pies. Este tipo de artritis psoriásica está muy relacionada con la presencia de psoriasis ungueal.
- Poliartritis: es similar a la artritis donde se presenta inflamación de 4 o más articulaciones al mismo tiempo.
- Oligoartritis asimétrica: se presenta en las articulaciones de las extremidades y suele acompañarse de dactilitis.
- Artritis mutilante: se produce deformación y destrucción de las articulaciones. Suele aparecer de forma poliarticular y desarrolla deformidad y discapacidad de la zona afectada.
- Espondilitis psoriásica: afectación de la articulación sacroilíaca y de la columna vertebral.
DIAGNÓSTICO:
Para el diagnóstico de la artritis psoriásica no existe una prueba de diagnóstico específica, es por ello que no se trata de un diagnóstico sencillo y será necesario tener en cuenta varios factores como la historia clínica del paciente, análisis de laboratorio con ausencia de factor reumatoide, realización de un examen físico y pruebas de imagen complementarias.
El diagnóstico será más sencillo si se ha diagnosticado con anterioridad de psoriasis, sin embargo cuando los síntomas articulares aparecen antes que los signos de psoriasis, el diagnóstico se complica ya que puede llegar a confundirse con otros tipo de enfermedad reumática.
Entre los signos y síntomas más característicos para el diagnóstico encontramos la aparición de una artritis asimétrica, inflamación de zonas de ligamentos y tendones, dactilitis y alteración articular interfalángica distal. Además, como se ha descrito anteriormente, pueden ser característicos una serie de manifestaciones extraarticulares como lesiones cutáneas y ungueales, onicodistrofias, conjuntivitis12,13.
Un método importante para el diagnóstico de la artritis psoriásica podría llevarse a cabo a través de los criterios CASPAR donde el paciente debe de presentar artropatía y además tres puntos de las siguientes manifestaciones14:
-Presencia de psoriasis, antecedentes personales o familiares de psoriasis.
-Distrofia ungueal (onicopatía psoriásica).
– Negatividad en el factor reumatoide.
-Presencia actual de dactilitis o antecedentes de la misma.
-Radiografía donde se evidencie formación de nuevo hueso yuxtaarticular.
TRATAMIENTO:
El tratamiento para la artritis psoriásica es aquel que irá dirigido no a curar la enfermedad, ya que se trata de una enfermedad crónica, sino para aliviar la sintomatología derivada de una crisis inflamatoria, además de prevenir la progresión del daño articular y poder preservar la capacidad funcional de las articulaciones.
- Tratamiento farmacológico15-17:
Existen diferentes tratamientos farmacológicos dirigidos para aliviar la sintomatología de la enfermedad, su elección dependerá del tipo, fase y extensión de las lesiones cutáneas y manifestaciones articulares.
ANALGÉSICOS: dirigidos para disminuir o eliminar la sensación de dolor. Se trata de una familia muy extensa de fármacos con distinta potencia analgésica y diferentes vías de administración,
AINES: se utilizan para reducir los signos de inflamación de las articulaciones y por ello aliviar el dolor producido. Familia muy amplia que presentan diferentes mecanismos de acción.
CORTICOIDES: son los antiinflamatorios esteroideos. Suele ser el tratamiento de elección si los síntomas de la artritis psoriásica no han sido aliviados con analgésicos y AINES. En ocasiones este tipo de fármaco se administra en forma de infiltraciones intraarticulares para tener un mayor efecto para aliviar el dolor.
FAME (Fármacos modificadores de la enfermedad): su función es la de regular, en cierta forma, las funciones del sistema inmunitario cuando este se ve alterado por enfermedades como la psoriasis y la artritis reumatoide entre otras ya que pueden controlar la inflamación y además ayudan a frenar la progresión del daño a nivel articular.
Existen dos tipos de FAMES: Biológicos (se trata de moléculas complejas que se fabrican mediante biotecnología a partir de un microorganismo, una célula vegetal o animal) y sintéticos (fármacos fabricados en plataformas químicas).
Cada FAME se administra según su protocolo, cada fármaco tiene sus indicaciones particulares y seguimientos distintos. La prescripción y cualquier modificación del tratamiento será llevado a cabo por un reumatólogo.
- Cirugía18:
La cirugía está indicada para la sustitución de determinadas articulaciones por prótesis donde el progreso de la enfermedad hace que estas sean incapaces de realizar su función. Las articulaciones que con mayor frecuencia se sustituyen son la de cadera y rodilla.
Otro tipo de cirugía que se puede realizar es la sinovectomía, esta se realiza cuando existe afectación de las membranas tendinosas de las articulaciones.
- Ejercicio físico19:
El ejercicio físico representa un beneficio para el paciente que padece artritis psoriásica ya que puede aliviar parte del dolor, disminuir la rigidez y ayuda a mejorar la forma física de los pacientes aumentando su fuerza muscular. Además se ha demostrado que el ejercicio físico contribuye a que los pacientes puedan descansar mejor y disminuir los niveles de ansiedad y nerviosismo que este tipo de patologías les producen. El ejercicio por tanto puede ayudar a mejorar la calidad de vida de un paciente con artritis psoriásica.
Aunque el ejercicio físico debe ser personalizado para cada paciente, en términos generales, se recomienda ejercicio aeróbico (caminar, natación, bicicleta etc.) además de ejercicios de fortalecimiento para extremidades y tronco, seguido de estiramientos sobre todo en aquellas articulaciones donde los movimientos sean limitados.
En fase aguda de la enfermedad, donde existe dolor e inflamación articular, se recomienda realizar ejercicio en la medida de lo posible y siempre adaptado a la tolerancia del paciente en ese momento.
CONCLUSIÓN
La artritis psoriásica es una enfermedad crónica severa que puede cursar con dolor y limitación funcional. Un diagnóstico precoz junto con un tratamiento farmacológico adecuado y la realización de ejercicio adecuado, pueden mejorar de manera importante la calidad de vida de estos pacientes.
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