Paciente pediátrico precontinente: ¿qué método de recogida de orina elegir?

10 septiembre 2023

AUTORES

  1. Ana Velasco Iruretagoyena. Enfermera. Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza.
  2. Lucía López Muguerza. Enfermera pediátrica. Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza.
  3. María Montserrat Albert Also. Enfermera pediátrica. Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza.
  4. Sandra Tundidor Sebastián. Enfermera pediátrica. Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza.
  5. Alicia Garzón Montero. Enfermera pediátrica. Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza.
  6. Laura Vázquez Alvira. Enfermera. Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza.

 

RESUMEN

Las infecciones del tracto urinario son comunes en la edad pediátrica. Para su diagnóstico es necesario el análisis de una muestra de orina, lo que puede ser complicado en pacientes precontinentes. Los distintos métodos disponibles cuentan con ventajas, pero también con inconvenientes, ya que algunos son invasivos para el paciente, requiere mucho tiempo o tienen un alto índice de contaminación de la muestra. Por tanto, para elegir la técnica a utilizar se deben tener en cuenta distintos aspectos.

PALABRAS CLAVE

Obtención de muestra urinaria, infecciones urinarias, cateterismo urinario, enfermería pediátrica, lactante.

ABSTRACT

Urinary tract infections are common in the pediatric age. For its diagnosis, the analysis of a urine sample is necessary, which can be complicated in precontinent patients. The different methods available have advantages but also disadvantages, since some are invasive for the patient, require a lot of time or have a high rate of contamination of the sample. Therefore, to choose the technique to use, different aspects must be considered.

KEY WORDS

Urine specimen collection, urinary tract infections, urinary catheterization, pediatric nursing, infant.

INTRODUCCIÓN

Las infecciones del tracto urinario (ITU) son comunes en la edad pediátrica1: se dan en un 1-4% en niños y en un 3-8% en niñas menores de 2 años2. El diagnóstico es difícil ya que los síntomas suelen ser inespecíficos1, siendo la fiebre el hallazgo más común. Un retraso en el diagnóstico puede conllevar complicaciones severas como sepsis, fallo renal o hipertensión arterial2. Por tanto, es necesaria una muestra de orina para confirmar o excluir el diagnóstico. Sin embargo, el control de esfínteres suele adquirirse hacia los 24 meses de edad3, por lo que la recogida de orina en niños menores de esta edad puede suponer un reto en muchas ocasiones4.

OBJETIVO

Describir la evidencia científica disponible sobre los distintos métodos de recolección de muestras de orina en el paciente pediátrico precontinente.

METODOLOGÍA

Con el fin de recopilar la información más actualizada acerca del tema se llevó a cabo una búsqueda bibliográfica en bases de datos como PUBMED y EMBASE. Para ello, se utilizaron los descriptores (MeSH) “Urinary Specimen Collection”, “Infant” y “Urinary Tract Infections” con el operador booleano “AND”. La búsqueda se limitó a artículos publicados entre los años 2013 y 2023, en español o inglés. Finalmente se seleccionaron 12 artículos.

RESULTADOS

La obtención de muestras de orina en los niños que aún no han adquirido control de esfínteres suele ser dificultosa, ya que todos los métodos presentan limitaciones. A la hora de elegir un método de recogida se debe tener en cuenta el tiempo, los medios, la posibilidad de contaminación de la muestra y la invasividad. La contaminación se produce cuando la orina, al fluir por la piel perigenital entra en contacto con la flora cutánea, o cuando de forma inadvertida hay un contacto entre la piel y el bote de recogida de la muestra. Por ello, la limpieza de la zona púbica previa a la recolección de la orina es fundamental independientemente de la técnica a utilizar4.

La Academia Americana de Pediatría recomienda, por su bajo índice de contaminación, la punción suprapúbica (0-9,1%) o el sondaje uretral (3,8-14,3%), mientras que las guías del National Institute for Health and Care Excellence (NICE) recomiendan la recogida de orina al acecho5 por ser mínimamente invasivo y tener una tasa de contaminación aceptable (5-26%)3,6,7.

Los métodos invasivos (sondaje, punción suprapúbica) reducen la posibilidad de contaminación de la muestra y son más rápidos que los no invasivos, pero requieren material y personal experimentado y ocasionan daño y estrés al paciente y sus progenitores. El sondaje consiste en insertar un catéter en la vejiga a través de la uretra de forma estéril, para recoger la muestra y después retirarlo. Este método puede ser efectivo incluso cuando hay poca cantidad de orina en la vejiga, y tiene una baja tasa de contaminación, en torno al 10%4. Sin embargo, un estudio de Selekman mostró que un 56% de los padres cuyos hijos fueron sometidos a un sondaje vesical refirieron estar extremadamente angustiados durante el proceso3. En cambio, la punción suprapúbica utiliza una aguja y una jeringa para recolectar la orina puncionando directamente la vejiga a través de la pared abdominal. Para que sea efectiva, es recomendable confirmar que la vejiga está llena mediante ecografía o por la ausencia previa de micción. Su grado de contaminación es del 1%, siendo el más bajo de todos los métodos, pero también el más invasivo4.

Los métodos no invasivos suponen esperar a que el niño orine espontáneamente y recoger la muestra en una bolsa, algodón o directamente en un bote4, lo que resulta muy confortable para el paciente pero suele conllevar más tiempo y mayor probabilidad de contaminación de la muestra1. El algodón o compresa se coloca en el interior del pañal hasta que el niño orina. Después, la orina puede ser recogida del algodón mojado con una jeringa. Es necesario revisar el pañal con frecuencia para evitar que se mezcle con heces. Este método es el que mayor tasa de contaminación presenta (>60%)8,9 ya que el algodón y la zona perineal están en contacto continuo, por lo que está desaconsejado por las guías NICE5. Otra forma de recogida de orina no invasiva es la colocación de una bolsa de orina, que se pega mediante un autoadhesivo a la piel de alrededor de los genitales. Una vez obtenida la muestra, se debe retirar con cuidado para no volcarla. Puede causar irritación en la piel al despegar el adhesivo. Además, su grado de contaminación también es alto (26.6-62.8%)2. Ambos métodos, tanto el del algodón como el de la bolsa, son útiles para descartar la presencia de una ITU, pero no deben ser utilizados para su diagnóstico4.

La técnica de recogida de orina al acecho se asemeja al método de recogida en niños continentes o adultos4. Supone retirar el pañal del niño mientras una persona sostiene el bote de recogida cerca, preparado para recoger la muestra cuando el niño orine de forma espontánea1. Requiere, por tanto, de vigilancia estrecha y rápidos reflejos, lo que puede suponer una dificultad. Presenta una tasa de contaminación moderada (25%), siendo la menor de todos los métodos no invasivos4, por lo que puede ser utilizada para el diagnóstico. Sin embargo, suele requerir esperar un tiempo considerable: más de una hora en el 58% de los casos2, con una media de 30,5 minutos3. Para intentar reducir este tiempo, han surgido distintas técnicas, como el método “Quick-Wee” propuesto por Kaufman et al o la estimulación vesical descrita por Herreros et al.2.

En el método de estimulación vesical, una persona sostiene al bebé por las axilas, con las piernas colgando si es niño y con las caderas flexionadas si es niña. Mientras tanto, una segunda persona alterna dos maniobras durante un máximo de 5 minutos: golpecitos en el área suprapúbica con una frecuencia de 100 toques por minuto durante 30 segundos, seguidos de un masaje circular lumbar en la zona paravertebral durante otros 30 segundos. La tercera persona sostiene el bote de recogida de la muestra hasta que se produzca la micción10. También se propone la ingesta de líquidos unos 2 minutos antes, según la edad del paciente11. Para evitar el llanto, se puede utilizar analgesia no farmacológica, como sacarosa o la succión no nutritiva3. En el estudio de Herreros et al, el porcentaje de éxito fue del 86% en recién nacidos10, mientras que en Tran et al encontraron una tasa de éxito del 88,9% en neonatos y del 28,6% en niños mayores de 12 meses12. Por tanto, esta técnica parece ser más eficaz en recién nacidos que en niños más mayores4.

En cambio, el método Quick-Wee ha obtenido mejores resultados en niños a partir de los 6 meses3. Esta técnica consiste en estimular el área suprapúbica haciendo movimientos circulares con una gasa o compresa empapada en suero fisiológico, guardada refrigerada a 2.8ºC y usada pasados 2 minutos desde que se saca del refrigerador1,4. Esto produce la contracción del detrusor por vía parasimpática, lo que provoca la micción, que es recogida en un recipiente estéril. A diferencia del método de Herreros et al, el Quick-Wee solo requiere una persona para realizar el procedimiento1, pudiendo ser los propios padres previamente instruidos4. Kaufman et al estudiaron esta técnica en niños entre 1 y 12 meses, obteniendo una eficacia del 31% de los casos en el grupo de intervención frente a un 12% en el grupo control1. Branagan et al, en cambio obtuvieron un 18% en el grupo control y un 25% en el grupo de Quick-Wee3.

 

CONCLUSIONES

La obtención de una muestra de orina no contaminada en niños que no han adquirido todavía el control de esfínteres supone un reto para los profesionales, ya que todos los métodos disponibles presentan ventajas y desventajas. Los métodos invasivos (sondaje vesical, punción suprapúbica) son eficaces y su índice de contaminación es muy bajo, pero requieren de material y personal cualificado y pueden producir malestar y estrés en el paciente y sus progenitores. Por otro lado, los métodos no invasivos como el algodón o la bolsa de orina presentan un grado de contaminación muy alto, por lo que pueden ser útiles para descartar la ITU; pero un resultado positivo debe ser interpretado con cautela, requiriendo generalmente una segunda muestra por otro método para confirmar el diagnóstico. Las guías NICE recomiendan la recogida de orina al acecho, un método no invasivo con un porcentaje de contaminación aceptable, pero que suele requerir un tiempo considerable y la implicación de los padres. Este problema se puede paliar utilizando técnicas como la estimulación vesical o el método Quick-Wee, que han demostrado reducir el tiempo de obtención de la muestra de orina al acecho.

Por tanto, para elegir el método de recogida de la orina se debe tener en cuenta el tiempo, los medios, la posibilidad de contaminación y la invasividad.

 

BIBLIOGRAFÍA

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  3. Branagan A, Canty N, O’Halloran E, Madden M, et al. Evaluation of the Quick-Wee method of inducing faster clean catch urine collection in pre-continent infants: a randomized controlled trial. World J Pediatr 2022;18(1):43-49.
  4. Kaufman J, Temple-Smith M, Sanci L. Urine sample collection from young pre-continent children: common methods and the new Quick-Wee technique. Br J Gen Pract 2019;70(690):42-43.
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  9. O’Brien K, Edwards A, Hood K, Butler CC. Prevalence of urinary tract infection in acutely unwell children in general practice: a prospective study with systematic urine sampling. Br J Gen Pract. 2013.
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  11. Herreros ML, Tagarro A, García-Pose A, et al.. Accuracy of a new clean-catch technique for diagnosis of urinary tract infection in infants younger than 90 days of age. Paediatr Child Health 2015;20:e30–2.
  12. National Institute for Health and Care Excellence: Clinical Guidelines. Urinary tract infection in under 16s: diagnosis and management. London: National Institute for Health and Care Excellence (UK); 2018.

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