Patología del viajero.

26 mayo 2022

AUTORES

  1. Concepción Berta Bonel Torrero. Centro Salud de Tarazona, Zaragoza. 
  2. Virginia Ruiz Martínez. Centro de Salud de Cascante, Navarra.
  3.  Laura Marques Cornago. Centro de Salud de Tudela Este, Navarra.
  4. Isabel Carcavilla Val. Centro Salud de Tarazona, Zaragoza
  5.  Sara Baigorri Arriazu. Hospitalización Medicina Interna Hospital Reina Sofía de Tudela, Navarra.               
  6.  María Teresa Ruiz Sabes. Centro Salud de Tarazona, Zaragoza.

 

RESUMEN

Hoy en día es muy elevado el número de personas que viaja a diferentes países por motivos de distinta índole, bien sea por motivos profesionales, sociales, de ocio, con fines humanitarios (cooperantes de ONG) , misiones internacionales o militares. Se realizan cada vez más viajes, se recorren distancias más largas y a una mayor velocidad. Todo ello hace que los viajeros se exponen a una gran variedad de riesgos sanitarios, muchos de los cuales pueden minimizarse adoptando las precauciones adecuadas antes, durante y después del viaje.

 

PALABRAS CLAVE

Viajar, salud, prevención, vacunas.

 

ABSTRACT

Nowadays, the number of people who travel to different countries for different reasons is very high, be it for professional, social, leisure reasons, for humanitarian purposes (NGO aid workers), or for international military missions. More and more trips are being made, longer distances are covered and at higher speeds. All this means that travelers are exposed to a wide variety of health risks, many of which can be minimized by taking the appropriate precautions before, during and after the trip.

 

KEY WORDS

Travel, health, prevention, vaccines.

 

DESARROLLO DEL TEMA

Hoy en día es muy elevado el número de personas que viaja a diferentes países por motivos de distinta índole, bien sea por motivos profesionales, sociales, de ocio, con fines humanitarios (cooperantes de ONG) , misiones internacionales de militares…. Se realizan cada vez más viajes, se recorren distancias más largas y a una mayor velocidad. Todo ello hace que los viajeros se exponen a una gran variedad de riesgos sanitarios, muchos de los cuales pueden minimizarse adoptando las precauciones adecuadas antes, durante y después del viaje.

El riesgo de enfermar para los viajeros internacionales durante el viaje tiene las siguientes estimaciones:
Sobre 100,000 viajeros a países en desarrollo durante 1 mes:
– 50,000 desarrollarán algún problema de salud.
– 8,000 consultarán al médico.
– 5,000 estarán con reposo en cama.
– 1,1000 estarán incapacitados en el trabajo.
– 3,00 estarán en atención hospitalaria.
– 50 tendrán que ser evacuados de su destino de viaje.
– 1 fallecerá por su enfermedad adquirida durante el viaje.

Los riesgos sanitarios en el viajero van a estar condicionados por:

-La persona: su estado de salud, enfermedades preexistentes, edad, sexo y conducta.

-Características del viaje: destino geográfico elegido (condiciones del país a visitar, alojamiento, alimentación, actividades que se vayan a realizar, exposición a distintos patógenos…) propósito y duración.

-Cambios climáticos, cambios repentinos y considerables de altitud, humedad, o temperatura.

Las personas que viajan por negocios y los turistas suelen viajar principalmente a ciudades importantes y centros turísticos donde los alojamientos son de buena calidad, con una buena higiene y saneamiento y con accesibilidad a asistencia médica. Estos viajeros tienen menos riesgos graves para la salud, a menos que tengan una enfermedad preexistente.

Por otra parte están las personas que viajan por motivos humanitarios, ayudan en emergencias o para el desarrollo y también algunos turistas que se aventuran en áreas remotas donde el alojamiento es de mala calidad, la higiene y los saneamientos son inadecuados, no existen servicios médicos y no se dispone de agua potable Estos viajeros tienen riesgos graves para su salud. En estos lugares se deben tomar estrictas precauciones para evitar enfermar.

Los factores de riesgo más relevantes para la adquisición de enfermedades son:

-Viajes de mochila y aventura.

-Visitar zonas rurales y fuera de las rutas turísticas habituales.

-Duración del viaje superior a 4 semanas.

-Coincidencia con la época de lluvias.

-Viajeros de larga estancia como expatriados y cooperantes.

Todas las personas que planifican viajes deberían estar informadas de los posibles riesgos existentes en los países a los que van a viajar, y saber cómo minimizar el riesgo de adquirir ciertas enfermedades. La planificación previa, unas adecuadas medidas de prevención y la cuidadosa adopción de precauciones, pueden reducir considerablemente el riesgo de consecuencias adversas para la salud.

 

MEDIDAS A TOMAR PREVIAS AL VIAJE:

REALIZACIÓN DE UNA VISITA MÉDICA:

Cualquier viajero que vaya a realizar un viaje a un país en desarrollo, debe acudir a un centro especializado en medicina del viajero o consultar con su médico de cabecera antes de emprender el viaje.

Esta consulta debe ser realizada preferiblemente con al menos 4-8 semanas de antelación al viaje, y es preferible realizarla antes si se prevé llevar a cabo un viaje de larga duración o trabajar en el extranjero. No obstante, los viajeros de última hora también deben acudir a la misma, incluso el día antes de partir.

En dicha consulta se determinará si es necesaria alguna vacuna y/o medicación antipalúdica, y se identificará cualquier otra protección sanitaria que pueda necesitar el viajero. El médico informará sobre consejos generales y en caso de padecer alguna enfermedad sobre consejos particulares y si esta requiriera una medicación es recomendable que el médico extienda un informe sobre la misma y le recete la cantidad suficiente para cubrir el período de tiempo que dura la estancia en el extranjero.

Se prescribirá o suministrará un botiquín médico básico con los elementos apropiados para las necesidades individuales.

Se debe facilitar al viajero una acreditación personal de las vacunas administradas (registro para el paciente), ya que las vacunas pueden administrarse en diferentes centros.

Las personas con problemas alérgicos deben tener en cuenta la época estacional del país de destino y la posibilidad de que se produzca una crisis durante el viaje.

 

VACUNACIONES OBLIGATORIAS:

Este tipo de vacunación sólo se administra en los Centros de Vacunación Internacional autorizados y aprobados por la Organización Mundial de la Salud, en donde se proporciona el Certificado Internacional de Vacunación.

La vacunación obligatoria, según el Reglamento Sanitario Internacional, actualmente, sólo se refiere a la fiebre amarilla. La vacunación contra la fiebre amarilla se realiza por dos motivos diferentes: para proteger al individuo en regiones donde hay riesgo de infección por fiebre amarilla; y para proteger a países vulnerables de la importación de virus de la fiebre amarilla. Por lo tanto, el viajero debería vacunarse si visita un país donde hay riesgo de exposición a la fiebre amarilla; y debe vacunarse si visita un país que exige la vacunación contra la fiebre amarilla como condición de entrada; este requisito se aplica a todos los viajeros que llegan de un país (incluido el tránsito en el aeropuerto) endémico de fiebre amarilla.

Independientemente de su posible exigencia, se recomienda esta vacunación a todos los viajeros que se dirijan a zonas infectadas de África y América del sur.

La fiebre tifoidea una enfermedad causada por una bacteria llamada Salmonella Typhi. Se transmite a partir de alimentos o agua contaminados por personas portadoras de la infección (sanos o enfermos) que expulsan la bacteria por las heces.

La enfermedad se manifiesta por fiebre, malestar general, dolor abdominal, pérdida de apetito y estreñimiento. Con el paso de los días puede aparecer diarrea con sangre, y en ocasiones una erupción rosada en la piel.
La convalecencia de la enfermedad puede durar meses, pero el mayor problema es que cuando no recibe tratamiento médico, la fiebre tifoidea puede asociarse a muchas complicaciones graves, como hepatitis, perforación intestinal o hemorragias intestinales entre otras.

Existen algunas contraindicaciones para la vacunación en personas con alteraciones inmunitarias y en niños menores de 6 meses. En el caso de embarazadas la vacuna no está indicada durante el primer trimestre del embarazo. Es una sola dosis por vía subcutánea o intramuscular.

Su validez legal es de 10 años, a partir de los 10 días de la primera dosis e inmediatamente en la revacunación.

La vacuna es de virus vivos atenuados, cultivadas en embrión de pollo.

La vacunación contra la enfermedad meningocócica es exigida por Arabia Saudí a los peregrinos que visitan la Meca y Medina anualmente (Hajjj) o en cualquier otro período (Umrah).

 

VACUNACIONES RECOMENDADAS:

La selección de las vacunas para un viaje determinado dependerá de la situación sanitaria concreta del país a visitar, de las enfermedades endémicas que le afecten, de las características del viaje (no se corren los mismos riesgos en un viaje de aventura que en uno organizado y no es lo mismo un viaje a una zona rural que a una zona urbana), de la duración del mismo, de la situación general de salud del propio viajero y del tiempo disponible antes del viaje.

Por todo ello, estas medidas preventivas deberán recomendarse en los servicios médicos de forma personalizada.

 

CÓLERA:

Las zonas endémicas se encuentran principalmente en África, Centro y Sudamérica y Sudeste Asiático.

El cólera es una enfermedad bacteriana intestinal aguda, causada por el Vibrio cholerae. En los casos leves, produce diarrea, mientras que en los graves aparece bruscamente diarrea acuosa profusa con náuseas y vómitos, dando lugar rápidamente a una grave deshidratación que, si no se trata, puede producirla muerte.

Se adquiere a través de la ingestión de agua y/o alimentos contaminados directa o indirectamente por heces o vómitos de personas infectadas. Afecta sólo a las personas.

Podemos prevenir la enfermedad evitando el consumo de agua, bebidas y alimentos contaminados. En determinadas circunstancias puede estar indicada la vacunación

El viajero debe llevar consigo sales de rehidratación oral para combatir la deshidratación en caso de diarrea severa.

La vacunación anticolérica ha sido suprimida como obligatoria para el tránsito internacional de viajeros por su escasa protección ( 50 %) y su corta duración ( 6 meses). El riesgo de cólera para los viajeros es muy bajo y la mejor forma de prevenir la enfermedad son las medidas higiénicas con el agua y los alimentos (durante el viaje). Se recomienda en militares, voluntarios o trabajadores que van a permanecer en campos de refugiados o poblaciones afectadas por una epidemia de cólera, y en situaciones de gran riesgo y malas condiciones de higiene.
Existen varias vacunas, las más utilizadas en este momento por su fácil aplicación y menores efectos secundarios son las vacunas orales. Estas vacunas no deben de tomarse en los mismos días en que se están tomando antibióticos o antipalúdicos. Los efectos secundarios mas frecuentes son molestias gastrointestinales pasajeras.

 

FIEBRE TIFOIDEA:

Su distribución es mundial, en países desarrollados la incidencia es muy baja, pero en los países en vías de desarrollo es una enfermedad frecuente. Los países más afectados se encuentran en África, Centro y Sudamérica, Oriente Medio y Sudeste asiático.

Es una infección bacteriana aguda causada por Salmonella tiphi, que cursa con fiebre, dolor de cabeza, malestar, anorexia, insomnio, en adultos y en jóvenes es más frecuente el estreñimiento, es necesario el tratamiento para evitar las complicaciones, incluso la muerte. Determinadas personas pueden convertirse en portadores.

Se adquiere a través del consumo de alimentos o aguas contaminadas (El marisco recogido en fondos contaminados por aguas residuales, constituye una fuente importante de infección)), o mediante el contacto directo con heces contaminadas, o bien al tomar crudas las frutas y/o verduras fertilizadas con excrementos humanos, o por la leche y los productos lácteos contaminados. Las moscas pueden contaminar los alimentos.

Se puede prevenir adoptando todas las precauciones necesarias para evitar el consumo de agua y alimentos contaminados y con la administración de vacuna.

La vacunación se recomienda a los viajeros que se dirijan a zonas endémicas, sobre todo en viajes fuera de los circuitos turísticos y condiciones higiénico-sanitarias difíciles o en estancias prolongadas Dado que la efectividad de la vacuna es limitada, se debe considerar que la mejor prevención son las medidas higiénicas con los alimentos y bebidas

Existen dos tipos de vacunas para la fiebre tifoidea, que se administran de diferente modo: Vacuna oral (tomada por la boca): Tres dosis orales a días alternos, con el estómago vacío, al menos una hora antes de una comida y sin tomar con ella líquidos calientes (temperatura superior a 37º). La vacunación oral ha de repetirse completa cada 3 a 5 años si persiste el riesgo. No se deben administrar tratamientos contra la malaria entre las 24 horas previas y los 3 días posteriores a la vacunación antitifoidea. No está indicada en menores de 6 años de edad.

Vacuna parenteral (administrada por inyección): Una sola dosis intramuscular, que se debe repetir a los 3 años si persiste el riesgo. No se debe utilizar en menores de 2 años.

 

HEPATITIS A:

La hepatitis A es una enfermedad viral aguda que cursa con aparición brusca de fiebre, malestar, náuseas y trastornos abdominales, seguido de ictericia.

La infección en niños muy pequeños normalmente es leve o sin síntomas, en niños mayores aparecen síntomas mientras que en adultos puede ser grave Se adquiere directamente a través de personas infectadas por vía fecal-oral, por contacto próximo o por el consumo de agua y alimentos contaminados.

Podemos prevenir la enfermedad con la administración de la vacuna a los viajeros que no han pasado la enfermedad, y adoptando todas las precauciones necesarias evitando el consumo de agua y alimentos potencialmente contaminados.

La vacunación de la hepatitis A para ser efectiva debe administrarse en dos dosis separadas entre sí al menos 6 meses.
En caso de exposición por brotes o contacto con enfermos la vacunación contra el virus de la hepatitis A resulta efectiva en el 80% de los casos cuando se administra en la primera semana tras el contacto con la persona infectada. Para la prevención tras la exposición también es útil la inmunoglobulina específica contra el virus de la hepatitis A, que resulta útil en el 80 – 90% de los casos cuando se administra en las dos primeras semanas tras la exposición.

Se recomienda a los viajeros menores de 30 a 35 años, procedentes de zonas de baja incidencia (Europa occidental, Canadá, Estados Unidos, Japón, Australia y Nueva Zelanda), que se dirijan a países de alta endemia, valorando siempre la duración del viaje y las condiciones higiénico sanitarias del mismo.

 

HEPATITIS B:

Aunque esta enfermedad se puede adquirir en cualquier lugar del mundo, en Norteamérica, Australia, Nueva Zelanda, Europa del Norte y Occidental, la prevalencia de la infección crónica es relativamente baja (ver mapa, zonas con riesgo moderado o alto). La Hepatitis B es una enfermedad viral que puede cursar sin síntomas o

presentar síntomas leves inapreciables, o de manera progresiva, aparece falta de apetito, trastornos abdominales, náuseas, vómitos, dolor articular y erupción, pudiendo aparecer ictericia y en algún caso el fallecimiento, en ocasiones la infección se cronifica puede dar lugar a cirrosis y/o cáncer hepático.

La infección se transmite de persona a persona por contacto con fluidos corporales infectados, a través de contacto sexual, o por transfusión de sangre o hemoderivados contaminados, o por el uso de agujas o jeringuillas contaminadas. También existe riesgo potencial por otros mecanismos que penetran la piel, incluida la acupuntura, piercing y tatuajes. Puede ocurrir transmisión perinatal de la madre a su hijo.

Se puede prevenir con la administración de la vacuna y, adoptando prácticas sexuales seguras, así como utilizando instrumentos que no estén contaminados, para inyecciones u otras actividades que perforen la piel.

Se deben vacunar los viajeros que se dirijan a zonas de alta endemicidad y que no hayan padecido la enfermedad o no estén vacunadas previamente. Es imprescindible si pueden tener relaciones sexuales múltiples o con pareja no estable. Un accidente o emergencia médica que requiera transfusión de sangre puede causar una infección si la sangre no ha sido analizada para detectar el VHB. Los viajeros de ayuda humanitaria ya que pueden exponerse a sangre u otros fluidos corporales infectados. La indicación personalizada debe realizarse en un Centro de Vacunación Internacional.

La vacunación se debe de iniciar al menos un mes y medio antes de la partida. La pauta es de tres dosis, administradas por vía intramuscular, el día 0, 1 mes, 6-12 meses. En determinados casos se pueden adoptar pautas rápidas de vacunación.

 

MENINGITIS MENINGOCÓCICA:

El riesgo para los viajeros internacionales es generalmente bajo, aunque se incrementa si el desplazamiento se realiza a zonas de alta endemicidad a lugares masificados o se va a participar en grandes movimientos de población, como las peregrinaciones, y especialmente a la zona del «cinturón de la meningitis» en el África Subsahariana en la época seca, aproximadamente de enero a junio.

Es una enfermedad bacteriana aguda causada por la Neisseria meningitidis. Esta enfermedad cursa con la aparición repentina de intenso dolor de cabeza, fiebre, náuseas, vómitos, fotofobia, rigidez de nuca y frecuentemente erupción petequial, junto con diversas manifestaciones neurológicas, aunque se instaure rápidamente el tratamiento la enfermedad puede ser mortal. Se adquiere por el contacto directo de persona a persona, incluida la transmisión por aerosol y por las gotitas respiratorias de la nariz y la faringe de personas infectadas, pacientes o portadores asintomáticos. Podemos evitar la enfermedad evitando los espacios con aglomeraciones. La vacunación puede estar indicada en viajeros mayores de 2 años que se dirijan a zonas endémicas o hiperendémicas de meningitis A ó C durante la estación seca (diciembre a junio) y que vayan a estar en contacto directo con la población. La vacunación es obligatoria para viajar a Arabia Saudí durante el período de peregrinación a la Meca. Existen varios tipos de vacunas, y su elección dependerá del serogrupo de enfermedad meningocócica que afecte a la zona de destino. Se debe vacunar al menos 2 semanas antes de iniciar el viaje. Una sola dosis, administrada por vía subcutánea con dosis de recuerdo cada 3 años si continúa viajando a zonas de riesgo. Esta vacuna no protege a niños menores de 2 años

 

POLIOMIELITIS:

Se ha evolucionado considerablemente en la erradicación mundial de la poliomielitis. En el momento actual sólo siguen siendo endémicos 4 países: Afganistán, India, Nigeria y Pakistán Es una enfermedad del sistema nervioso central causada por los poliovirus 1,2, y 3. El virus se propaga predominante por vía fecal-oral, aunque, en ocasiones se han presentado brotes por alimentos o agua contaminados Después de que el virus entre por la boca, el lugar primario de infección es el intestino, aunque, el virus también se puede encontrar en la

faringe. La poliomielitis también se conoce como «parálisis infantil» porque antes de que existiera la vacuna, en los países industrializados, causaba parálisis con más frecuencia a los niños pequeños. En los países en vías de

desarrollo, el 65%-75% de los casos ocurren actualmente en niños menores de 3 años y el 95%, en niños menores de 5 años. La parálisis resultante es permanente, aunque, es posible cierta recuperación de la función con fisioterapia. No existe curación.

Hay dos tipos de vacuna: inactivada (VPI), que se administra por inyección, y oral (VPO). La VPO está compuesta por los tres tipos de poliovirus vivos atenuados. Dado su bajo coste y facilidad de administración, además de conferir una mejor inmunidad intestinal, la VPO es la vacuna elegida para controlar la poliomielitis epidémica en muchos países.

La mayoría de los países industrializados utilizan ahora la VPI, bien como la única vacuna contra la poliomielitis o en combinación con la VPO. La VPI también es la vacuna de elección para los viajeros sin historia de uso de la VPO y para individuos inmunocomprometidos, sus contactos y miembros de su familia. Para los viajeros frecuentes a las zonas infectadas de poliomielitis, durante breves períodos de tiempo, una sola dosis más de la vacuna contra la poliomielitis, después de la serie primaria, debe ser suficiente para prevenir la enfermedad. Es aconsejable, ofrecer a quienes viajan a países y áreas endémicas y han recibido tres o más dosis de vacunación de la polio en el pasado, una dosis de vacuna de polio como dosis única antes de marcharse. Las personas no inmunizadas que van a viajar a un área endémica necesitan una pauta completa de vacunación. En cuanto a si es mejor recomendar.

la VPI o la VPO dependen de las políticas nacionales. La VPO tiene la ventaja de producir inmunidad intestinal y reducir el riesgo de la infección intestinal mientras los viajeros se encuentren en zonas infectadas de polio y, además, reducen la excreción intestinal del virus cuando regresan a sus países de origen.

 

RABIA:

La rabia está presente en mamíferos de muchos países de todo el mundo La mayoría de las muertes por rabia en África y Asia, que se estiman en 55.000, se producen en países en desarrollo y se derivan de una mordedura de perro.

La rabia es una enfermedad zoonótica que afecta a muy diversos animales domésticos y mamíferos salvajes, incluido el murciélago producida por el virus de la rabia, un Rhabdovirus del género lyssavirus. La infección en humanos normalmente se produce por la mordedura de un animal infectado ya que el virus está presente en la saliva. Cualquier otro contacto con una especie sensible a la rabia como, por ejemplo, un rasguño profundo con hemorragia y una lamedura sobre piel y mucosa rasgadas ocurridas en un lugar donde está presente la rabia debe tratarse con precaución.

No se ha documentado transmisión de persona a persona.

Esta encefalomielitis vírica aguda casi siempre es mortal. Inicialmente cursa con sensación de angustia, cefaleas, fiebre, malestar y cambios sensitivos alrededor del lugar de la mordedura del animal. Son frecuentes síntomas como excitabilidad, alucinaciones y aerofobia, seguidos, en algunos casos, de miedo al agua (hidrofobia) por espasmos de los músculos de la deglución, progresión a delirio, convulsiones y la muerte que sobreviene en pocos días.

Una forma menos frecuente, la rabia paralítica, se caracteriza por pérdida de sensibilidad, debilidad, dolor y parálisis.

Se previene evitando el contacto con animales vagabundos, especialmente perros y gatos, y con animales salvajes y cautivos y con la vacunación.

La vacunación contra la rabia se aplica en dos situaciones diferentes:

• Para proteger a personas con probabilidad de exponerse a la rabia, es decir, vacunación preexposición.

• Para prevenir la manifestación clínica de la enfermedad, tras una exposición, generalmente después de la mordedura de un animal sospechoso de tener rabia, es decir, profilaxis postexposición.

Las vacunas usadas para la vacunación preexposición y postexposición son las mismas, aunque el régimen de administración difiere según el tipo de aplicación.

La vacunación preexposición consiste en tres dosis completas, por vía intramuscular, de la vacuna de la rabia producida en cultivo celular o huevo embrionado los días 0, 7 y 21-28 (una variación de unos días en la pauta no es importante). En adultos, la vacuna siempre debe administrarse en la zona deltoidea del brazo; en niños pequeños (menores de 2 años) se recomienda el área anterolateral del muslo. Nunca se debe utilizar el área de los glúteos,ya que la administración de la vacuna en esta zona da títulos de anticuerpos neutralizantes más bajos.

Las vacunas antirrábicas producirán células de memoria de larga duración,

lo que dará lugar a una respuesta inmunitaria acelerada cuando se administre una dosis de recuerdo. Por tanto, las inyecciones de recuerdo periódicas no se recomiendan para los viajeros en general.

Sin embargo, en caso de exposición por mordeduras o arañazos de un animal que se sabe o sospecha que tiene la rabia, las personas que hayan recibido previamente una serie completa de la vacuna antirrábica deben recibir dos dosis de recuerdo de la vacuna; Preferiblemente, la primera dosis debería administrarse el día de la exposición y la segunda dosis tres días después. Esto debería combinarse con un tratamiento concienzudo de la herida, realizar un enérgico lavado y enjuagado con jabón o detergente y agua, seguidamente se aplicará etanol o yodo o polividona yodada.

La inmunoglobulina antirrábica no se requiere para los pacientes vacunados, para el resto la dosis para IGRH es de 20 UI/kg de peso corporal, y para IGRE y los productos F(ab’)2 es de 40 UI/Kg de peso corporal. La dosis completa de inmunoglobulina antirrábica, o la dosis más alta posible según la anatomía, deberá administrarse en la herida y alrededor de ella. La dosis restante debe inyectarse por vía intramuscular en un punto distante del punto de administración de la vacuna. Deben evitarse las inyecciones múltiples en la herida. Si la dosis de inmunoglobulina antirrábica es demasiado pequeña para infiltrarse en todas las heridas, como puede

En el caso de un individuo con mordeduras graves, la dosis correcta de inmunoglobulina antirrábica puede diluirse en suero fisiológico para poder tratar todas las heridas.

Las vacunas de cultivo celular o huevo embrionado se deben utilizar siempre

en la profilaxis post-exposición. Se pueden administrar por vía intramuscular o intradérmica.

Pautas posológicas por vía intramuscular: Se recomiendan dos pautas

por vía intramuscular para la vacunación postexposición; la pauta de cinco

dosis (pauta de Essen) es la que se utiliza con más frecuencia:

• Pauta de Essen: esta pauta de cinco dosis se administra los días 0, 3, 7, 14 y 28 en el músculo deltoides.

 

TÉTANOS:

Hay riesgo en todo el mundo. Es un problema de salud pública sobre todo en barrios pobres de países tropicales en desarrollo, donde el tétanos maternal y neonatal es importante. Cualquier forma de herida, desde un pequeño corte a un grave accidente, puede exponer a los viajeros a las esporas.

El tétanos es una enfermedad causada por las esporas del Clostridium tetani, ampliamente difundido en la naturaleza, sobre todo presente en el suelo, en la tierra de todo el mundo, inicialmente cursa con, espasmos musculares de los músculos de la masticación, provocando espasmos masticatorios y contracciones mandibulares, que pueden ir seguidos de espasmos de otros músculos llegando a producirse crisis tetánicas generalizadas, que conducen a la muerte si no se instaura rápidamente un tratamiento urgente.

Se adquiere cuando las heridas se infectan con las esporas del tétanos. Especialmente peligrosas son las heridas producidas por punción o por desgarro y las quemaduras.

Deben vacunarse todas las personas con independencia del viaje Se revisará el estado de vacunación del viajero con el objetivo de completar la pauta en caso de ser incompleta. Se realizará una valoración individual de cada caso en función del estado vacunal, del tipo de actividad a realizar durante el viaje, así como en caso de viajes a zonas donde la atención médica pueda no ser accesible.

En caso de primovacunación debo vacunarme al menos 1 mes antes de la partida. La primovacunación consiste en tres dosis por vía intramuscular en pauta 0, 1, 6 meses. En adultos con una primovacunación incompleta, en ningún caso se debe de reiniciar la pauta. Se contabilizará cualquier dosis administrada previamente, y se completará hasta las 3 dosis.

Se recomienda la administración de una única dosis de recuerdo en torno a los 65 años en aquellos viajeros vacunados en la infancia correctamente. Se administrarán las dosis de recuerdo necesarias hasta alcanzar un total de 5 dosis (incluyendo la primovacunación con 3 dosis), en viajeros vacunados en la infancia de forma incompleta. En personas de primovacunación en la edad adulta con 3 dosis, se administrarán 2 dosis de recuerdo con un intervalo de 10 años entre dosis hasta completar un total de 5.

 

ENCEFALITIS JAPONESA:

La encefalitis Japonesa es la causa principal de encefalitis viral en Asia y ocurre en la mayoría de los países asiáticos como resultado de la vacunación sistemática, su incidencia ha disminuido en Japón, península de Corea y algunas regiones de China, pero la enfermedad está aumentando en Bangladesh, India, Nepal, Pakistán, norte de Tailandia y Vietnam.

Causada por el virus de la encefalitis japonesa ( Flavivirus).

El virus es transmitido por diferentes mosquitos del género Culex. Infecta a porcinos, aves salvajes, además de al hombre. Los mosquitos pueden hacerse efectivos después de alimentarse de aves o porcinos virémicos.

La mayoría de las infecciones son asintomáticas. En los casos sintomáticos la gravedad varía: las infecciones leves se caracterizan por dolor de cabeza con fiebre o meningitis aséptica; los casos graves tienen una aparición y progresión rápida, con dolor de cabeza, fiebre alta y signos meníngeos. Son comunes las secuelas neurológicas permanentes entre los supervivientes. Aproximadamente el 30% de los casos clínicos graves tienen un resultado mortal.

La transmisión ocurre principalmente en zonas rurales donde predomina la agricultura, debido a las prácticas de irrigación (algunas de estas zonas están cerca de zonas urbanas). La transmisión es estacional y ocurre más frecuentemente en la estación de las lluvias en el sureste de Asia, pero realmente la transmisión ocurre durante todo el año, en particular en las zonas de clima templado. En las zonas templadas de China, Japón y la península de Corea y partes del este de Rusia, la transmisión ocurre principalmente durante el verano y otoño.

Riesgo para los viajeros: Bajo para la mayoría de los viajeros pero depende de la estación, destino, duración y actividades durante el viaje. El riesgo es alto en viajeros que van a pasar mucho tiempo en esa zona, como los

expatriados. El riesgo para los viajeros de corta estancia y que van a visitar zonas urbanas es muy bajo. La vacunación está recomendada para los viajeros que van a pasar la mayoría del viaje al aire libre (campistas, senderistas, ciclistas, actividades al aire libre, en particular en zonas donde se practica la irrigación) en zonas rurales donde la transmisión sea endémica y durante la estación de transmisión. La prevención se realiza evitando la picadura del mosquito y mediante vacunación. En la actualidad, la vacuna inactivada, derivada de cerebro de ratón, es la que está más disponible comercialmente, pero su producción cesará en el futuro. La vacuna viva atenuada derivada del cultivo celular SA 14-14-2, se utiliza ampliamente en China y está aumentando su uso en otros países. La vacuna no está autorizada fuera de los países endémicos.

Una nueva vacuna inactivada, derivada de cultivos de células Vero, fue aprobada en 2009 en Norte América, Australia y varios países de Europa. La vacuna inactivada, tiene como adyuvante el aluminio y se basa en una cepa atenuada de SA 14-14-2. Para la inmunización primaria, se recomienda la administración intramuscular de dos dosis de 0.5 ml, separadas de 4 semanas. La duración de la protección inmunitaria con dosis de recuerdo está en investigación.

 

ENCEFALITIS POR GARRAPATAS:

Presente en grandes zonas de Europa, especialmente Austria, norte de Suiza, sur de Alemania, Estados Bálticos (Estonia, Letonia y Lituania), Polonia, República Checa, Hungría; el subtipo extremo oriente en el noreste de Europa hasta China y Japón y el subtipo siberiano desde el norte de Europa hasta Siberia. La enfermedad es estacional; la mayoría de los casos ocurren entre abril y noviembre. El mayor riesgo se encuentra en las áreas boscosas hasta 1.400 metros de altitud.

Causa por el virus de la encefalitis por garrapatas (TBE), Flavivirus. Se conocen tres subtipos del agente causal; El subtipo europeo, el subtipo extremo oriente (encefalitis primaveroestival rusa) y el subtipo siberiano. Otros virus estrechamente relacionados causan enfermedades similares.

Se transmite a través de la picadura de garrapatas infectadas o por ingestión de leche no pasteurizada. No existe transmisión directa de persona a persona. Algunos virus similares, también transmitidos por garrapatas, infectan a animales como aves, ciervos (louping-ill, mal del brinco), roedores y ovinos.

La enfermedad cursa con una sintomatología similar a la gripe, con una segunda fase de fiebre en el 10% de los casos. La encefalitis se desarrolla durante la segunda fase y puede dar lugar a parálisis, secuelas permanentes o muerte. La severidad de la enfermedad se incrementa con la edad. El subtipo extremo oriente causa más síntomas severos y secuelas que el subtipo europeo. En áreas endémicas durante los meses de verano, el viajero se expone al riesgo cuando realiza excursiones o camping en zonas rurales o boscosas. Precauciones: Evitar las picaduras de garrapatas, usando pantalones largos y calzado cerrado, cuando se hace camping o excursionismo en áreas endémicas. Si se produce una picadura, la garrapata debe eliminarse lo más pronto posible.

Sólo se debe recomendar la vacuna a los viajeros de alto riesgo. En Europa están disponibles dos vacunas en formulaciones para adultos y para niños. Estas son vacunas inactivadas de virus de células enteras que contienen una suspensión del virus de la encefalitis por garrapatas, purificado, cultivado en células de embrión de pollo e inactivado con formaldehído. Ambas proporcionan protección segura y fiable. Se produce inmunidad contra todas las variantes del virus de la encefalitis por garrapatas. Se deben administrar dos dosis de 0,5 ml por vía i.m. con un intervalo entre ellas de 4-12 semanas, y una tercera dosis 9-12 meses después de la segunda, que confiere inmunidad durante 3 años. Para mantener la inmunidad son necesarias dosis de recuerdo administradas cada 3 años si el riesgo continúa.

 

PREPARACIÓN DE UN BOTIQUÍN:

Se debe llevar material sanitario suficiente para todas las necesidades previsibles durante el tiempo que dure el viaje.

Es necesario disponer de un botiquín médico en aquellos destinos donde puede haber riesgos significativos, especialmente en países en desarrollo y/o donde no es segura la disponibilidad local de determinados medicamentos. En dicho botiquín se incluirán, medicamentos básicos para tratar las enfermedades comunes, artículos para primeros auxilios y cualquier producto sanitario especial, tales como jeringas y agujas, que pueda necesitar el viajero personalmente.

Algunos tipos de medicamentos con receta deben llevarse junto con un certificado firmado por un médico, declarando que el viajero necesita esos fármacos para su uso personal. Algunos países no sólo exigen que dicho certificado esté firmado por un médico, sino también por la administración sanitaria nacional.

Los artículos de aseo también deben llevarse en cantidad suficiente para todo el viaje, a menos que esté asegurada su disponibilidad en el destino del viaje. Entre ellos se incluirán productos para el cuidado dental, cuidado de los ojos, incluidas las lentes de contacto, cuidado de la piel e higiene personal.

Contenido de un botiquín:

Antiséptico para heridas.

Esparadrapo adhesivo.

Vendas.

Gasas.

Gotas oculares emolientes.

Termómetro clínico.

Apósitos esterilizados.

Tijeras.

Repelente de insectos.

Tratamiento para las picaduras de insectos.

Descongestionante nasal.

Analgésico simple (ejemplo: paracetamol, ibuprofeno).

Preservativos.

Laxantes.

Protectores solares.

Tapones para los oídos. Artículos complementarios según el destino y las necesidades individuales:

Medicación contra la diarrea (incluir un antibiótico, un fármaco antidiarreico y sobres de rehidratación oral, con las correspondientes instrucciones por escrito respecto a su uso).

Antibióticos de amplio espectro (ej. cloxacilina, amoxicilina).

Polvos antifúngicos.

Medicación antipalúdica.

Redes mosquiteras.

Mascarillas.

Medicación para cualquier enfermedad previa.

Jeringuillas y agujas esterilizadas.

Desinfectante del agua.

Otros artículos para las necesidades previsibles, según el destino y la duración del viaje.

 

CONOCIMIENTO SISTEMA SANITARIO DE DESTINO:

Los viajeros deberán adquirir cierta familiaridad con el sistema de asistencia sanitaria del país de destino y conocer la cobertura de su seguro. Para recibir información al respecto, deben dirigirse a las Direcciones Provinciales del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS), donde se les indicarán los acuerdos que sobre prestaciones de asistencia sanitaria tiene establecidos España con otros países.

Se recomienda contratar un seguro médico que cubra las posibles eventualidades sanitarias que se presenten en el viaje.

 

ELECCIÓN DE ROPA Y CALZADO:

Es muy importante elegir ropa y calzado adecuados. Los vestidos deberán ser de fibras naturales (algodón, lino, etc.), ligeros, no ajustados y de colores claros, siendo aconsejable cambiarse de ropa a menudo.

El calzado será amplio y ventilado para evitar infecciones por hongos.

Puede haber considerables diferencias entre las temperaturas diurnas y las nocturnas a cualquier altitud. En los locales climatizados y en los aviones la temperatura es fresca. El contraste entre temperaturas aumenta la predisposición a los resfriados que pueden prevenirse utilizando la ropa adecuada.

Se aconseja sacudir las sábanas y mantas antes de acostarse, así como la ropa y el calzado antes de vestirse, por si algún insecto u otro animal se hubiera ocultado en ellos.

En caso de ropa secada al aire, es conveniente plancharla con mucho calor.

El calor y la humedad excesiva y los esfuerzos exagerados en esas condiciones, pueden provocar desde agotamiento, pérdida de líquidos y sales minerales hasta un grave golpe de calor que haga necesaria una intervención médica de urgencia.

La exposición a los rayos del sol puede provocar graves y debilitantes insolaciones y quemaduras, especialmente en personas de piel clara. Una forma de evitarlo es ir adaptándose con una exposición progresiva, usar sombrero y gafas de sol y aplicarse cremas con filtro solar.

 

CUIDADOS ESPECIALES SEGÚN EDAD Y SITUACIÓN PERSONAL:

Para las mujeres embarazadas cuya salud sea buena y no tengan complicaciones viajar no está contraindicado mientras que no esté próxima la fecha prevista del parto, aunque no es recomendable realizar viajes a grandes altitudes o a zonas remotas.

Las aerolíneas imponen algunas restricciones a los viajes al final del embarazo y durante el período neonatal

Los bebés y niños pequeños son especialmente sensibles a los cambios repentinos de altitud y de radiación ultravioleta Los viajes en avión pueden provocar molestias a los niños, como resultado de los cambios de presión en la cabina de pasajeros. Tienen necesidades especiales en lo que se refiere a vacunaciones y precauciones contra el paludismo Se deshidratan más fácilmente que los adultos en caso de una ingestión inadecuada de líquidos o pérdida de fluidos a causa de diarrea. La deshidratación en unas pocas horas puede abatir a un niño.También son más susceptibles a las enfermedades infecciosas. Por el contrario, los niños se adaptan, en general, mejor que los adultos a los cambios horarios y de clima.

Las personas ancianas pueden viajar con normalidad si su estado general es bueno. Deberá tenerse precaución especial con la protección solar y el calor en países tropicales por el riesgo de insolaciones y deshidrataciones. En los traslados o vuelos de larga duración es conveniente hacer los ejercicios de movilización que el medio permita (cambios posturales, caminar hasta el servicio, etc.).

Las personas afectadas por enfermedades crónicas deben pedir consejo médico antes de organizar un viaje y llevar consigo la medicación necesaria. Todos los medicamentos, especialmente los de venta con receta, deberán llevarse en el equipaje de mano dentro de sus envases originales con las etiquetas visibles debido al endurecimiento de las medidas de seguridad en los aeropuertos. Los objetos punzantes deberán permanecer en el equipaje facturado. Como precaución en caso de pérdida o robo es aconsejable llevar la medicación por duplicado en el equipaje facturado.

Entre las enfermedades que incrementan los riesgos sanitarios durante el viaje se incluyen las siguientes:

Enfermedades cardiovasculares.

Hepatitis crónica.

Enfermedades intestinales inflamatorias crónicas.

Enfermedad renal crónica que requiere diálisis.

Enfermedades respiratorias crónicas.

Diabetes mellitus.

Epilepsia.

Inmunosupresión debida a medicación o a infección por VIH.

Enfermedad tromboembólica previa.

Anemia severa.

Trastornos mentales graves.

Cualquier dolencia crónica que requiera intervención médica frecuente.

 

MEDIDAS A TOMAR DURANTE EL VIAJE:

ALIMENTOS:
Los alimentos y las bebidas contaminadas son la mayor fuente de infecciones o enfermedades intestinales durante los viajes. Hay que ser muy prudente con lo que se come. Los alimentos pueden contener bacterias y estar contaminados por diversos motivos. Además, en los países con temperatura ambiente alta, cualquier contaminación accidental prolifera rápidamente porque las bacterias contaminantes se multiplican fácilmente en esas temperaturas. La contaminación de los alimentos no se aprecia a simple vista y pueden estar o parecer muy apetitosos pero hallarse infectados con distintos microorganismos.

También las manos de algunos profesionales, no correctamente lavadas, pueden estar contaminadas y transmitir microorganismos cuando manipulan los alimentos.

Algunos ejemplos de enfermedades transmitidas por consumo de alimentos

y agua son la diarrea del viajero, la hepatitis A, la fiebre tifoidea y el cólera.

Por tanto se recomienda que:

No consumir fruta sin que la pele usted mismo y con cubiertos limpios.

Evitar verduras y hortalizas si no están bien cocidas. Si se van a consumir en fresco mantenerlas media hora en agua tratada con hipoclorito sódico (lejía apta para el consumo humano, sin detergente ni perfumada) a razón de una o dos gotas por litro de agua (cuidados con el agua).

Evitar las ensaladas, las salsas, las cremas de repostería, los huevos poco hechos, los helados y cualquier plato de los bufés si están a la intemperie, por muy apetecibles que parezcan.

No consumir leche, ni sus derivados sin higienizar (esterilizar, pasteurizar, hervir, etc.) y si no están conservados adecuadamente.

Nunca tomar carnes, pescados y mariscos crudos o poco cocinados. Deben estar bien fritos y cocidos.

No consumir pescado (ni del mar ni de río) en algunos países tropicales (del mar Caribe, del Océano Pacífico, o del Indico, entre otros). Consulte antes a expertos de la zona. Puede ser peligroso porque pueden contener toxinas aunque estén bien cocinados o fritos.

 

AGUA Y BEBIDAS:
Hay que recordar que al igual que los alimentos, muchas enfermedades, entre otras la “diarrea del viajero”, se transmiten por el agua o bebidas contaminadas. Aunque es conveniente beber agua cuando se suda mucho, debe hacerse siempre con agua limpia o higiénica y con garantías de potabilidad o con agua embotellada que deberá ser abierta en su presencia.
Por eso, en áreas con falta de higiene, solo debe beber:

Agua hervida o mineral.

Bebidas calientes (como café, té o caldos, si realmente han hervido lo suficiente).

Agua, refrescos o zumos embotellados o en lata y preferiblemente con gas o carbonatados (deben abrirse en su presencia). Se debe limpiar la zona que va a tocar con la boca.

Evitar el hielo si no tiene garantías absolutas de que es de agua potabilizada.

No lavar los dientes con agua del grifo si no es potable; ante la duda use agua mineral o no se lave y mastique chicles refrescantes o de higiene bucal.

Tratamiento del agua:

Si no puede conseguir agua potable puede potabilizarla con alguno de los siguientes métodos:

Hervir vigorosamente más de 10 minutos. Espere a que se enfríe. No añada hielo.

Añadir pastillas potabilizadoras. Generalmente son de hipoclorito sódico o de ciertos derivados de yodo. Lea cuidadosamente las instrucciones del fabricante.

Añadir, por cada litro de agua, de 2 a 3 gotas de lejía alimentaria (es decir de hipoclorito sódico sin detergentes ni perfumes). Espere a que se airee más de 30 minutos antes de consumirla.

Algunos ejemplos de enfermedades transmitidas por consumo de alimentos y agua son la diarrea del viajero, la hepatitis A, la fiebre tifoidea y el cólera.

 

BAÑOS EN LAGOS, CANALES, RÍOS , CHARCAS Y MAR:

En agua dulce.

En los trópicos los cursos de agua, canales, lagos, etc. pueden estar infectados por larvas que penetran en la piel y provocan enfermedades. Hay que evitar lavarse y bañarse en aguas que puedan estar contaminadas por excrementos humanos y animales, ya que pueden ser vías de transmisión de infecciones de ojos, oídos e intestinales. Sólo son seguras las piscinas con agua clorada.

En agua de mar.

Los baños en el mar habitualmente no suelen tener riesgos de enfermedades transmisibles, Sin embargo es recomendable que el viajero se informe en el lugar si está permitido bañarse y no supone un peligro para la salud. Las picaduras de medusa provocan fuertes dolores e irritaciones de la piel. En ciertas regiones los bañistas deben usar algún tipo de calzado que les proteja de las mordeduras y picaduras de los peces, arañazos de los corales o arrecifes que pueden producir dermatitis y reacciones alérgicas y contra los crustáceos, mariscos y anémonas de mar tóxicos.

 

ANIMALES:
Evitar el contacto con animales “aparentemente domésticos”, sobre todo perros, si no tiene la certeza de que estos últimos están vacunados, ya que pueden transmitir la rabia.

También evite el contacto con murciélagos, monos y ardillas, entre otros, porque pueden transmitir muchas enfermedades

Los animales no domésticos tienden a evitar el contacto con el hombre y la mayoría no atacan a menos que se les provoque. Sin embargo, algunos grandes carnívoros son agresivos y pueden atacar. Los animales con rabia suelen hacerse agresivos y pueden atacar sin provocación. Los animales salvajes pueden ser agresivos si se produce una intrusión territorial, especialmente cuando están protegiendo a las crías. Las mordeduras de los animales pueden provocar heridas graves, que también pueden dar lugar a la transmisión de una enfermedad. Evitar las conductas que puedan provocar alarma, temor o sensación de amenaza en los animales.

La rabia es la infección más importante ocasionada por la mordedura de un animal. En muchos países en desarrollo la rabia es transmitida principalmente por perros, aunque muchas otras especies de mamíferos pueden estar infectadas por el virus de la rabia. En caso de mordedura de un animal es necesario lavar y enjuagar la herida con agua y jabón o agua sola o desinfectante, se debe buscar asesoramiento médico o veterinario si hay rabia en la zona. Si existe un riesgo significativo de rabia, el paciente debe ser tratado con vacuna o inmunoglobulina postexposición de la rabia También se recomienda una dosis de recuerdo del toxoide tetánico en caso de mordedura de un animal.

Se puede recomendar, antes de la partida, la vacuna preexposición a los viajeros que tengan un riesgo mayor de exposición a la rabia La vacuna preexposición contra la rabia no elimina la necesidad de actuación en caso de mordedura de un animal rabioso, pero reduce el número de dosis de vacuna requeridas para el tratamiento postexposición.

Los viajeros a zonas tropicales, subtropicales y desérticas deben ser conscientes de la posible presencia de serpientes, arañas y escorpiones venenosos. Se debe pedir información local sobre los riesgos en las zonas que se van a visitar. La mayoría de las especies venenosas son especialmente activas por la noche.

El veneno de las mordeduras de serpientes y arañas y las picaduras de escorpiones tienen diversos efectos, además de dañar los tejidos cercanos a la mordedura. En el veneno de las serpientes terrestres y acuáticas, y también a menudo en el veneno de escorpiones y arañas hay presentes neurotoxinas. Las neurotoxinas producen debilidad y parálisis junto con otros síntomas. El veneno, en contacto con los ojos provoca un daño grave pudiendo llegar a la ceguera. La mayoría de los venenos de serpiente afectan a la coagulación de la sangre, lo que puede dar lugar a hemorragias y disminución de la tensión sanguínea. Las toxinas del pelo de las arañas, como la tarántula, pueden provocar una intensa irritación en contacto con la piel.

El envenenamiento por serpientes, arañas o escorpiones venenosos constituye una emergencia médica que requiere atención inmediata. El paciente debe ser trasladado al centro médico más cercano tan rápido como sea posible. Los primeros auxilios requieren, la inmovilización de toda la extremidad afectada con tablillas y vendaje firme, aunque no apretado, para limitar la propagación de la toxina en el cuerpo y la cantidad de tejido local dañado. Sin embargo, no se recomienda el vendaje si hay inflamación local y daño del tejido próximo a la mordedura. Otros métodos tradicionales de primeros auxilios (incisiones y succión, torniquetes y comprensión) son perjudiciales y no deben usarse.

La decisión de usar antídotos sólo debe ser tomada por personal médico cualificado, y deberá ser administrado en un centro médico. El antídoto sólo se debe administrar si entre sus indicaciones especificadas se incluye la especie responsable de la mordedura.

 

Los nadadores y submarinistas pueden ser mordidos por ciertos animales acuáticos, incluidos congrios, morenas, rayas venenosas, arañas, escorpiones, peces piedra, pirañas, focas y tiburones. Pueden picar nematocistos venenosos (medusas, corales de fuego, anémonas de mar, manta raya, peces araña, escorpión, pez piedra) y otras especies de invertebrados acuáticos, incluido el pulpo. Los ataques de cocodrilos, que habitan en ríos y estuarios de muchos países tropicales, incluido el norte de Australia, producen graves heridas que a menudo son mortales.

Las heridas causadas por organismos acuáticos peligrosos se producen como resultado de:

  • Estar en contacto con un organismo venenoso al bañarse o caminar en el agua.
  • Pisar una raya venenosa, araña o erizo de mar.
  • Tocar organismos venenosos durante exploraciones en la orilla del mar.
  • Invadir el territorio de animales grandes al nadar o en el borde del agua.
  • Nadar en aguas utilizadas como zona de caza por los grandes depredadores.
  • Interferir o provocar a organismos acuáticos peligrosos.

El tratamiento en caso de envenenamiento por animales acuáticos, dependerá de si hay una herida, un pinchazo o una reacción cutánea localizada (ej. una erupción). El tratamiento de pinchazos de peces con espinas consiste en inmersión en agua caliente, extracción de las espinas, limpieza cuidadosa de la herida y tratamiento con antibiótico (y antídoto en el caso del pez piedra). Si el pinchazo lo ha producido un pulpo o un erizo de mar el tratamiento es básicamente el mismo pero sin la exposición al calor. En caso de erupciones o lesiones lineales, se debe sospechar que se ha tenido contacto con nematocistos. Su tratamiento se basa en el uso del ácido acético al 5%, descontaminación local y corticoesteroides (y antídoto en el caso de la medusa Chironex fleckeri), con un adecuado seguimiento por las posibles secuelas.

Los vectores representan un papel esencial en la transmisión de muchas enfermedades infecciosas. Muchos vectores son insectos hematófagos, que ingieren el microorganismo causante de la enfermedad mientras se alimentan de la sangre de un huésped infectado (humano o animal), y posteriormente lo inyectan en un nuevo huésped en el momento de la picadura. Los mosquitos y las moscas hematófagas son importantes insectos vectores de enfermedades. Además, las garrapatas y ciertos caracoles acuáticos participan en el ciclo vital y de transmisión de enfermedades.

El agua representa un papel fundamental en el ciclo vital de la mayoría de los vectores. Por ello la transmisión de muchas enfermedades transmitidas por vectores es estacional, ya que existe relación entre las lluvias y la presencia de lugares de cría. La temperatura es también un factor fundamental, que limita la distribución de los vectores según la altitud y la latitud.

Los viajeros suelen tener menos riesgo de exposición a enfermedades transmitidas por vectores en los centros urbanos, especialmente si duermen en habitaciones con aire acondicionado. Sin embargo, pueden exponerse a los vectores del dengue, que son frecuentes en los centros urbanos de los países tropicales, y que pican sobre todo durante el día. Los viajeros a zonas rurales o a zonas con bajos niveles de higiene y saneamiento, normalmente, tienen un mayor riesgo de exposición a los vectores de enfermedades y, por lo tanto, la protección personal es fundamental. Las actividades nocturnas en el exterior pueden incrementar la exposición a los vectores del paludismo.

Los viajeros pueden protegerse de los mosquitos y otros vectores con los medios que se describen a continuación.

Los repelentes de insectos son sustancias que se aplican en las zonas de piel expuesta a las prendas de vestir para evitar el contacto humano/ vector. El ingrediente activo de un repelente, repele pero no mata a los insectos. Debe elegirse un repelente que contenga DEET (N,N-dietil-3-metilbenzamida), IR3535 (3-[N-acetil-N-butil]-éster etil ácido aminopropiónico) o Icaridin (ácido 1-piperidincarboxílico, 2-(2-hidroxietil)-, 1-metilpropilester). Los repelentes de insectos deben aplicarse para proporcionar protección durante los períodos en que pican los insectos. Se debe tener cuidado para evitar el contacto con las membranas mucosas. Los repelentes de insectos no se deben aplicar ni sobre la cara, ni párpados ni labios. No se deben aplicar sobre piel sensible, quemada por el sol y dañada, ni sobre pliegues profundos de la piel. Siempre deben lavarse las manos después de aplicar el repelente. Pueden ser necesarias aplicaciones repetidas, cada 3-4 horas, especialmente en climas cálidos y húmedos. Cuando el producto se aplica a las prendas de vestir, su efecto dura más. Se recomienda combinar el uso de repelentes a primeras horas de la noche con dormir bajo una mosquitera. Los repelentes se deben usar cumpliendo estrictamente las instrucciones del fabricante y sin exceder las dosis establecidas, sobre todo en los niños pequeños y las mujeres embarazadas.

Las mosquiteras, son un medio excelente de protección personal mientras se está durmiendo. Las mosquiteras se pueden usar con o sin tratamiento con insecticida. Sin embargo, las tratadas son mucho más efectivas. Hay disponibles comercialmente mosquiteras pretratadas. Las mosquiteras deben ser fuertes y con una malla de tamaño no superior a 1,5 mm. Se deben meter los extremos de la mosquitera debajo del colchón, comprobando primero que no está rota y que no queda ningún mosquito dentro. Hay disponibles mosquiteras para hamacas así como para cunas y camas pequeñas.

Las espirales contra mosquitos, son el ejemplo más conocido de vaporizador insecticida, normalmente con un piretroide sintético como ingrediente activo. Una espiral es suficiente para toda la noche en un dormitorio normal, a menos que en la habitación existan corrientes de aire. Una versión más sofisticada, que requiere electricidad, son los difusores insecticidas, que se colocan sobre una rejilla que al calentarse con electricidad hace que el insecticida se vaya evaporando.También están disponibles vaporizadores de batería. Estos dispositivos se pueden utilizar también durante el día.

Los sprays en aerosol para matar insectos voladores son eficaces para un efecto rápido de abatir y matar. En las zonas de dormir interiores se deben aplicar antes de acostarse. Tratar una habitación con un spray insecticida ayudará a librarla de insectos, pero el efecto puede ser de corta duración. Se recomienda combinarlo con el uso de un serpentín o vaporizador o una mosquitera. Los sprays en aerosol para insectos reptantes (ej. cucarachas y hormigas) deben aplicarse en las superficies por donde andan los insectos.

Las ropas de protección pueden ser de ayuda durante las horas del día en que los vectores son activos y el grosor del material es fundamental. La piel expuesta debe ser tratada con un repelente. Los repelentes de insectos aplicados sobre la ropa son eficaces durante más tiempo que sobre la piel. Se consigue una protección extra tratando las prendas de vestir con permetrina o etofenprox, para impedir que los mosquitos piquen a través de la ropa. Se deben seguir las instrucciones del fabricante para evitar estropear ciertos tejidos.

En zonas infectadas por garrapatas y pulgas, deben protegerse los pies con calzado apropiado y metiendo los pantalones en los calcetines. Estas medidas pueden mejorar aplicando repelente a la ropa.

Los viajeros que acampan en tiendas deben usar una combinación de espirales, repelentes y pantallas de protección contra mosquitos. La densidad de la malla de las pantallas protectoras de las tiendas de campaña suele ser mayor de 1,5 mm, por lo que se recomienda poner una red especial para mosquitos.

 

La colocación de pantallas de protección contra mosquitos en ventanas, puertas y aleros reduce la exposición a insectos voladores. Debe buscarse alojamiento con estas características siempre que sea posible.

El aire acondicionado es un medio muy efectivo para mantener fuera de la habitación mosquitos y otros insectos. En los hoteles con aire acondicionado no es necesario tomar otras precauciones en el interior.

Los viajeros, especialmente los que visitan países tropicales y subtropicales, pueden exponerse a diversas infecciones intestinales por helmintos (gusanos parasitarios). El riesgo de contraer parásitos intestinales está asociado a bajos niveles de higiene y saneamiento, que posibilitan la contaminación del suelo, arena y alimentos con excrementos humanos o caninos. Dado que, generalmente, los efectos clínicos no son evidentes hasta que ha pasado cierto tiempo del regreso del viaje, puede no estar clara la relación con el lugar de destino del viaje, lo que puede retrasar el diagnóstico o llevar a un diagnóstico erróneo.

Los principales helmintos intestinales a los que puede exponerse el viajero.

• Anquilostomas. Los anquilostomas humanos y caninos, especialmente las especies Necator y Ancylostoma, pueden ser un riesgo para los viajeros, principalmente en los lugares donde las playas están contaminadas por excrementos humanos o caninos. Los humanos son infectados por las larvas del parásito que penetra en la piel. El A. caninum produce una lesión cutánea característica, larva migrans cutánea, que se puede tratar fácilmente con vermífugos como el albendazol o ivermectina.

•Tenias. La Taenia saginata se adquiere por el consumo de carne de bovino cruda o poco cocinada, de animales que albergan el estadio larval del parásito. La T. Solium se contrae de la misma forma, a partir de carne de cerdo cruda o poco cocinada. Estas infecciones son consecuencia del contacto de animales bovinos y porcinos con excrementos humanos, al ingerir con ellos los huevos de las tenias. La infección por T. solium en humanos, también puede ser resultado de la ingestión de huevos presentes en alimentos contaminados por excrementos. Esto es especialmente peligroso, ya que las formas larvarias del parásito originan la cisticercosis, que puede llegar a ser una enfermedad grave. El Echinococcus granulosus da lugar al quiste hidatídico causado por la forma larvaria del parásito. Las formas adultas infectan a perros que excretan los huevos por las heces. El hombre se infecta al ingerir los huevos tras un contacto cercano con perros infectados, o por el consumo de alimentos o agua contaminados por sus heces.

•Nematodos. Los parásitos intestinales (nematodos) Ascaris lumbricoides y Trichuris trichiura se transmiten en el suelo, los huevos de estos parásitos pueden contaminar alimentos como frutas y verduras y causar una infección, si el alimento se consume sin haberlo lavado cuidadosamente. La infección también se puede transmitir por las manos al manipular alimentos contaminados por el suelo, por ejemplo, en los mercados callejeros.

 

ENFERMEDADES DE TRANSMISIÓN SEXUAL:

Estas enfermedades, incluido el VIH SIDA y la hepatitis B, han aumentado en los últimos años y existen prácticamente en todos los países del mundo.

También conviene recordar que la transmisión de la mayor parte de estas infecciones no se produce tan sólo por contacto sexual, la madre infectada puede también contaminar a su hijo, durante el embarazo, el parto, o después del nacimiento, y ciertas infecciones en particular la del VIH SIDA, la hepatitis B y la sífilis pueden ser transmitidas asimismo por la sangre o hemoderivados contaminados y por el uso de agujas infectadas.

Se debe evitar los tratamientos dentales innecesarios, no realizarse tatuajes si no es con instrumental desechable ni compartir cuchillas de afeitar en barberías públicas ya que pueden estar infectadas. En algunos países africanos hasta el 30 % de la población local está infectada de VIH.

Las medidas de prevención de las infecciones de transmisión sexual son las mismas en el extranjero que en el lugar de residencia. Se debe mantener un comportamiento sexual responsable.

En las relaciones sexuales el medio más eficaz de evitar la transmisión de estas enfermedades es el uso del preservativo, pero no es eficaz 100%.

Para que sea eficaz el condón se debe utilizar de una manera correcta y constante:

Use un condón para cada acto sexual vaginal, anal u oral y durante todo el acto sexual (de principio a fin).

Antes de cualquier contacto genital, póngase el condón sobre la punta del pene erecto con la parte enrollada hacia afuera.

Si el condón no tiene una punta con cavidad, estire un poco la punta para dejar media pulgada de espacio de tal manera que se acumule allí el semen. Sostenga la punta y desenrolle todo el condón hasta la base del pene erecto.

Después de la eyaculación y antes de que el pene se relaje, agarre el borde del condón y deslícelo hacia afuera con cuidado. Luego, con precaución retire el condón del pene, asegurándose de que el semen no se derrame.

Envuelva el condón en un pañuelo desechable o papel higiénico y tírelo a la basura donde otras personas no puedan tocarlo.

Si cree que el condón se rompió durante cualquier momento de la actividad sexual, pare inmediatamente, saque el pene, quítese el condón roto y póngase uno nuevo.

Asegúrese de que esté lubricado durante las relaciones sexuales vaginales y anales, y para esto puede necesitar de un lubricante. No se deben utilizar lubricantes a base de aceite (como por ejemplo, vaselina, margarina, aceite mineral, aceites para masajes, lociones corporales o aceites de cocina) debido a que pueden debilitar el látex y romper el condón.

Es necesario tener en cuenta, asimismo que no existe peligro de transmisión de SIDA por el hecho de utilizar transportes públicos, por contactos a través de las manos, saludos, caricias, por el uso de baños públicos o utensilios de comida y que esta enfermedad no se transmite a través de la picadura de mosquitos u otros insectos.

 

MEDIDAS A TOMAR A LA VUELTA DEL VIAJE:

Puede ser recomendable realizarse un examen médico tras finalizar el viaje si se dan alguna de las siguientes circunstancias:

Sufre alguna enfermedad crónica cardiovascular, respiratoria, diabetes, etc.

Si se siente mal en las semanas siguientes al viaje, especialmente con fiebre, diarrea persistente, vómitos, alteraciones urinarias, enfermedades de la piel o infecciones genitales.

Si considera que ha estado expuesto a una infección grave durante el viaje.

Si ha pasado más de tres meses en un país exótico.

Ante cualquier signo de enfermedad se debe acudir al médico y detallar destinos de los viajes realizados en el último año, duración y motivo.

La fiebre después de regresar de una zona endémica de paludismo supone una emergencia y los viajeros afectados deben buscar atención médica inmediata.

 

ALGUNAS PATOLOGÍAS DEL VIAJERO:

DIARREA DEL VIAJERO:

El problema de salud más frecuente en los viajeros es la «diarrea del viajero», que llega a afectar al 80% de los viajeros que se dirigen a países de alto riesgo (África, Asia y Centro y Suramérica), en los que las condiciones sanitarias de potabilización del agua y de preparación y conservación de los alimentos no es suficiente.

Se calculan unos 50.000 casos diarios a nivel mundial y que es, en términos de volumen, la principal consulta diagnóstica de viajeros que regresan de zonas no desarrolladas, aproximadamente, entre 30-40% de los viajeros a países en desarrollo sufren diarreas en los primeros 15 días de estancia y que entre 1-10% de estos cuadro diarreicos son de tipo disentérico.

Las enfermedades diarreicas han constituido una de las causas más frecuentes de enfermedad en el ser humano a lo largo de la historia. A partir del último siglo, en aquellos países conocidos como “desarrollados”, la incidencia de estas enfermedades ha disminuido de forma drástica debido a la adopción de medidas de saneamiento que impiden el contacto de las excretas con el medio ambiente y con la cadena alimenticia, así como a la regulación de medidas para el procesamiento y manejo de los alimentos. Por el contrario, en países con escaso nivel de desarrollo, comprendidos en amplias zonas de América Central y del Sur, Asia, Oceanía, Europa del Este y el continente africano, las enfermedades diarreicas, causadas por la contaminación de agua y alimentos por enteropatógenos procedentes de las heces, continúan siendo causa de importante morbilidad en el momento actual. Además, en gran parte de estas regiones y en relación a deficientes estructuras higiénico-sanitarias, el hacinamiento y la malnutrición, las enfermedades diarreicas continúan siendo una de las causas fundamentales de mortalidad, principalmente cuando afectan a la población infantil.

La exposición repetida del ser humano a los distintos enteropatógenos en estas regiones no desarrolladas, hace que se desarrolle inmunidad progresiva contra éstos en la población residente. Esto motiva una disminución progresiva en la frecuencia e intensidad de las enfermedades diarreicas a lo largo de la vida adulta, y explica, la alta morbimortalidad en la infancia, derivada de la falta de protección inmunológica agravada, además, por los habituales déficits nutricionales que padece la población infantil en estas localizaciones.
Al igual que los niños de estos países, los viajeros procedentes de países desarrollados, no son inmunes a la multitud de enteropatógenos de estas zonas, debido a que no están expuestos a ellos en su medio habitual, lo que motiva una altísima incidencia de procesos diarreicos en esta población. Por otro lado, y al contrario de lo que ocurre en los niños de estos países, al incidir en personas por otro lado sanas, con un sistema inmunitario normofuncionante y con un adecuado estado de nutrición, estos procesos diarreicos cursan habitualmente de forma benigna en los viajeros, siendo realmente excepcional en ellos la mortalidad ligada a esta patología.

De esta forma, los cuadros diarreicos que afectan a personas que visitan países no desarrollados, más que debidos a patógenos específicos de estas zonas, en realidad deberían ser considerados como un indicador de unas condiciones de vida que no deberían ser admisibles en pleno siglo XXI, y como un paradigma de la importancia del huésped sobre el que incide una enfermedad infecciosa, en relación a las importantes diferencias en la tasa de afectación y el curso clínico de estos cuadros según inciden en viajeros o en nativos.
Las causas son múltiples, infecciosas habitualmente (la enfermedad infecciosa más común), el 70% de las veces por bacterias como E. coli (cepas enterotoxigénicas y enteropatógenas), Shigella, Salmonella y otras. En ocasiones, las toxinas de peces y moluscos o fármacos empleados como quimioprofilácticos (pe. la doxiciclina) son responsables del cuadro clínico

El principal factor de riesgo de padecer el cuadro es el lugar de destino, existiendo diferencias importantes entre las distintas regiones en cuanto al riesgo (en relación directa con las condiciones sanitarias y de higiene en la zona) y la etiología de la diarrea.

Clásicamente la geografía mundial se divide en 3 zonas según el riesgo de diarrea para los viajeros que acceden a ellas.
– Zona de bajo riesgo (en color verde en figura 1), (menos de 8% de viajeros padecerán procesos diarreicos por cada 15 días de estancia): USA, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Japón y países de Europa Occidental y norte de Europa.
– Zona de riesgo intermedio (en color amarillo en figura 1), (entre 8 y 20% de viajeros padecerán procesos diarreicos por cada 15 días de estancia): Países de Europa del Este, Sudáfrica y regiones del Caribe.
– Zona de alto riesgo, (en color rojo en figura 1), (más de 20% de viajeros padecerán procesos diarreicos por cada 15 días de estancia. En algunos destinos la tasa es de hasta el 90%): Mayor parte de Asia, Oriente Medio, África y Centro y Sur del continente americano.

La diarrea del viajero afecta por igual a varones y mujeres, es más común en niños pequeños y jóvenes hasta los 30 años registrándose una menor incidencia a partir de los 55 años. Su incidencia puede variar en cada zona según la estación del año, hecho que conviene tener en cuenta antes de emprender un viaje.
Además, se han identificado determinados factores de riesgo para padecerla como es el tipo de hotel elegido (en relación a las condiciones higiénicas del establecimiento) la duración de la estancia (mayor riesgo a mayor duración), el tipo de viaje (turismo de playa en complejo turístico tiene una menor incidencia que turismo de grupo en tour organizado y a su vez las más altas tasas se asocian al turismo de aventura), el tipo de alimentos consumidos y el lugar donde éstos se consumen.

Por otro lado, tal como se ha señalado anteriormente, en el riesgo de padecer el cuadro interviene también la predisposición del huésped y así viajeros que provienen de países no desarrollados tienen una tasa de diarreas inferior (en torno a 2-8%) cuando visitan otros países no desarrollados que personas que provienen de países desarrollados. Además, el padecer enfermedad inflamatoria intestinal, la disminución de la acidez gástrica y los estados de inmunodeficiencia aumentan la probabilidad de padecer diarrea del viajero.

Se entiende por diarrea del viajero como la presencia de 3 ó más deposiciones no sólidas a lo largo de 24 horas, que puede ir acompañada o no por otras manifestaciones como cólicos, náuseas, vómitos, fiebre, tenesmo, urgencia, o presencia de sangre en heces, que se presenta en viajeros a países no desarrollados. En un intento de clasificar el cuadro de forma más precisa, se ha denominado diarrea del viajero moderada cuando el número de deposiciones diarreicas es inferior a 3 a lo largo de 24 horas y además existen manifestaciones adicionales o cuando se producen 3 ó más deposiciones a lo largo de 24 horas sin manifestaciones acompañantes. Diarrea ligera corresponde a la emisión de una o dos deposiciones diarreicas a lo largo de 24 horas sin sintomatología acompañante. Además, se entiende por diarrea del viajero de tipo disentérico cuando además de la diarrea está presente la fiebre o/y existe sangre en las heces.

Aunque se ha intentado relacionar distintos patrones clínicos de la diarrea con varios agentes etiológicos, existe un importante solapamiento en las manifestaciones clínicas causadas por los distintos patógenos que hacen que el cuadro clínico no sea suficiente para definir al patógeno causal. Habitualmente el cuadro se presenta a lo largo de la primera semana de estancia en la zona (rango habitual de 3-31 días) lo que hace que muchas veces haya desaparecido el proceso en el momento de regresar al país de origen. Aparece de forma abrupta, a veces precedido y frecuentemente acompañado por la presencia de cólicos abdominales, anorexia y malestar general, pudiendo asociarse en distintas combinaciones otras manifestaciones ya reseñadas como náuseas, vómitos (10-25% de los casos), fiebre habitualmente de bajo grado (hasta 30%) y presencia de sangre en heces (1-10%). Generalmente sigue un curso benigno, siendo infrecuente la afectación importante del estado general y cifrándose la hospitalización por esta causa en el 1% de los casos. La duración promedio del cuadro es de cuatro días incluso sin tratamiento y estando el 50% de los pacientes que la sufren libres de síntomas dentro de las 48 horas del inicio. En general, los pacientes con manifestaciones clínicas leves, independientemente del patógeno, tienen un curso evolutivo más corto que aquellos con clínica más intensa. Asimismo, el conseguir identificar un patógeno en las heces y la diarrea causada por bacterias enteroinvasivas se asocia con un curso más prolongado de la enfermedad. Aunque es muy raro que sea severa y es excepcional que produzca mortalidad, se calcula que hasta el 25% de los pacientes con diarrea del viajero tiene más de 5 deposiciones al día y que entre el 30 y 45% de los pacientes que la padecen quedan incapacitados para poder seguir con su plan de viaje durante al menos de 12 a 24 horas, habiéndose estimado que aproximadamente en el 1% de los pacientes, la diarrea persiste durante más de 3 meses.

Aunque la regla general es la recuperación total incluso sin tratamiento, recientemente se ha relacionado el padecer diarrea del viajero con la aparición posterior de un síndrome de colon irritable que puede llegar a afectar hasta a un 10% de los pacientes. Asimismo, se ha relacionado la diarrea del viajero con otras secuelas como Síndrome de Guillain-Barré y artritis reactiva.

 

El agua y la comida contaminadas son los principales reservorios de los patógenos que producen diarrea en viajeros a países en desarrollo. La causa más frecuente de diarreas es la bacteriana, que representa del 60 al 85% de los casos según distintos trabajos. Las diarreas producidas por parásitos representan el 10% y los virus ocasionan un 5% de los mismos. El enteropatógeno que con más frecuencia produce diarrea del viajero es la Escherichia coli. Dependiendo de diferencias serotípicas, virulencia y cuadro clínico se han detectado cinco tipos de E. coli entéricas: E. coli enterotoxigénica (ETEC), E. coli enteroagregativa (EAEC), enterohemorrágica, enteropatógena y enteroinvasiva. Las tres últimas se han aislado muy raramente en viajeros. E. coli enterotoxigénica se caracteriza por su capacidad para producir al menos dos toxinas, LT (termolábil) y ST que son las responsables de la clínica, ya que carece de actividad enteroinvasiva. E. coli enteroagregativa es un patógeno que se aísla cada vez con más frecuencia en los viajeros con diarrea y puede estar implicado en más del 25% de los casos, es característica su capacidad de adhesión, la producción de biofilm mucoso en la pared intestinal y puede secretar distintas toxinas: Pet, EAST-1, flagelina, etc. En recientes estudios se ha objetivado una mayor susceptibilidad de clínica diarreica por esta bacteria en los pacientes con un polimorfismo en el gen promotor de la IL-8, de forma que aquellos con AA o AT en la posición -251 en la región de este gen tienen grandes concentraciones de IL-8 en las heces. Otras bacterias que con menor frecuencia producen diarrea del viajero son Salmonella species (11-15%), Shigella species (4-7%), Campylobacter jejuni (2-5%) cuyo riesgo aumenta sobre todo en los viajes a Asia, Vibrio species (sobre todo parahaemolyticus) (1-13%), Aeromonas hydrophyla, Plesiomona shigelloides y Yersinia enterocolitica.

Los cuadros diarreicos producidos por virus se producen con mayor frecuencia en países desarrollados, pero se han aislado cada vez con mayor frecuencia en viajeros, probablemente por el mayor desarrollo de las técnicas de detección viral. Se detectan enterovirus como los Rotavirus, una de las causas más frecuente de diarreas y con mayor morbilidad en la edad infantil19. Los virus Norwalk se han aislado hasta en un 10% de los casos de diarreas, siendo frecuente su asociación con ETEC, y también se han detectado en brotes entéricos epidémicos entre pasajeros de cruceros. Los parásitos protozoarios pueden producir hasta al 10% de cuadros diarreicos entre los visitantes a países en desarrollo, fundamentalmente por Giardia lamblia, Cryptosporidium parvus, Entamoeba histolytica, Cyclospora cayetanensis, Diantoameba fragilis, Isospora belli y Microsporidium. Las infecciones parasitarias son detectadas fundamentalmente en cuadros clínicos de larga duración.
Los agentes etiológicos cambian su prevalencia en función de la estación del año, así E. coli enteroagregativa, Shigella, y Rotavirus son más prevalentes en la estación seca, mientras que E. coli enterotoxigénica y Giardia lamblia tienen mayor frecuencia en la estación lluviosa. En un estudio realizado entre turistas fineses a Marruecos se objetivan tasas de infección por E. coli (ETEC) del 58% en otoño y del 8% en invierno, mientras que el germen más frecuente en esta misma estación era Campylobacter con una frecuencia del 28% frente a tan sólo el 7% en la época invernal. Se confirman por tanto las variaciones etiológicas en una misma localización en función de la estación presente.

Uno de los factores más importantes para presentar diarreas es el destino del viaje, ya que, como mencionamos con anterioridad, existen distintas zonas de prevalencia en la geografía mundial y del mismo modo existe una distribución de enteropatógenos variable en función del lugar del mundo en el que nos encontremos. En datos obtenidos de distintos estudios, se observa una mayor prevalencia de los distintos tipos de E. coli en viajes a Latinoamérica, el Caribe y África, mientras que los gérmenes invasivos son relativamente menos frecuentes. E. coli enterotoxigénica y enteroagregativa es responsable de la diarrea en más del 70% de los casos en México, por el contrario es menor la aparición de dicho germen en el sudeste asiático (10%), mientras que Campylobacter genera la mayor proporción de cuadros en Tailandia y en Nepal. También se han detectado tasas significativamente más altas de ETEC en Kenia que en India o en Jamaica, mientras que Shigella se aisló con más frecuencia en Kenia e India que en Jamaica. De la misma forma, existen diferencias regionales en las infecciones entéricas producidas por parásitos, que son muy frecuentes en los viajeros a Nepal y Rusia, así por ejemplo la Cyclospora es endémica de Nepal y también de Perú y Haití. Los rotavirus son particularmente prevalentes en México.

En un paciente que ha estado en un país tropical y consulta por un proceso probablemente infeccioso es fundamental la realización de una historia clínica y exploración física completa que nos puede orientar hacia la posible causa, así como establecer la gravedad del cuadro diarreico. En una adecuada anamnesis no debemos olvidarnos de algunas cuestiones que nos orientan hacia la posible causa de las diarreas u otras enfermedades relacionadas:
Conocer los lugares en los que se ha estado y tiempo de estancia.
Conocer si se ha realizado las profilaxis recomendadas según el país visitado.
Conocer en qué sitios se ha hospedado: rural, urbano, al aire libre.
Conocer si ha sufrido picaduras de insectos o mordeduras de animales.
Conocer si ha utilizado las protecciones recomendadas según el país visitado: ropa adecuada, mosquiteros, repelentes, consumo de comidas y bebidas, baños en lagos, ríos.
Tiempo de aparición de los síntomas: durante el viaje, después del regreso.
La mayoría de los pacientes con diarreas no requieren exploraciones complementarias, salvo en caso de diarrea muy importante, fiebre mayor de 38º, presencia de sangre en las heces, afectación del estado general y deshidratación, paciente mayor de 65 años, inmunosuprimidos o con una enfermedad de base que pueda agravarse y pacientes con clínica de más de 10 días de evolución. Las pruebas complementarias que ayudan al diagnóstico de la causa y las complicaciones de las diarreas del viajero son las siguientes:
– Analítica: hemograma (con fórmula leucocitaria), pruebas de función renal, iones, equilibrio ácido-base venoso.
– Radiografía de abdomen en decúbito y en ortostatismo o en decúbito lateral izquierdo para detectar niveles hidroaéreos, megacolon o neumoperitoneo.
– Muestras de heces para análisis microscópico (se requiere personal experimentado):
a) Examen en fresco: para la búsqueda de quistes o trofozoítos de Giardia, larvas, huevos y quistes de helmintos. Es necesario la recogida de tres muestras de heces obtenidas en días sucesivos.
b) Tinción con azul de metileno: para detectar la presencia de leucocitos (no se encuentran en la diarrea por E. histolytica).
c) Tinción ácido alcohol modificado (técnica de Kinyoun modificada): para detectar Cryptosporidum (se requiere 3 ó más muestras de heces para la detección de los quistes), Isospora, Cyclospora y Mycobacterias.
d)Tinción con tricrómico para detectar Microsporidia.
e) Detección de lactoferrina fecal: se encuentra en gran cantidad en las diarreas producidas por Shigella o Salmonella species, C. jejuni o C. difficile.
– Coprocultivos. Las heces deben sembrarse de inmediato tras la deposición, de lo contrario, el rendimiento es bajo, especialmente para el aislamiento de Shigella. El aislamiento de Campylobacter, E. coli enterohemorrágica, Vibrio y Yersinia requiere el cultivo en medios específicos.
– Hemocultivos. Se recomienda extraer al menos 2 antes de empezar el tratamiento empírico.
– Técnicas inmunológicas para detección de Rotavirus, Adenovirus, Giardia y Cryptosporidium. En comparación con la técnica de Kinyoun modificada, la inmunofluorescencia directa incrementa la frecuencia de detección de Cryptosporidium species un 69,9% y la de Giardia species un 49,9%.
– PCR. Una variedad de PCR se han descrito para E. histolytica, Cryptosporidium species y Giardia species, con una sensibilidad del 93% y especificidad del 95% para Cryptosporidium species, pudiendo detectar cinco o más subtipos de éstas. Para Giardia species, la PCR es capaz de detectar un solo quiste. También se han desarrollado test PCR para detección de E. coli enteroagregativa (EAEC).
– Pruebas serológicas para Yersinia enterocolítica, Entamoeba histolytica.
– Rectosigmoidoscopia con biopsia de la mucosa intestinal o aspirado y biopsia duodenal.

Están indicados en caso de diarreas persistentes con exámenes de heces negativos.
Las bebidas y las comidas contaminadas son las fuentes más frecuentes para la adquisición de infecciones, fundamentalmente por E. coli, shigellosis o disentería bacilar, giardiasis, cryptosporidiasis, Norovirus y hepatitis A.

Otras infecciones menos comunes son la fiebre tifoidea y otras salmonelosis, cólera e infecciones por rotavirus, algunos protozoos y parásitos (distintos a giardiasis y cryptosporidiasis).

Muchas infecciones transmitidas por la comida y el agua también se pueden adquirir directamente vía fecal-oral.

Para los viajeros a áreas de alto riesgo se pueden realizar varias recomendaciones que si bien pueden minimizar el riesgo de diarreas, éstas no eliminan el riesgo completamente:

-La mejor protección es la de seguir estrictamente las medidas higiénicas elementales como lavarse las manos antes de las comidas u cada vez que se visita el baño.

-Cuidar la elección de los alimentos: Evitar verduras, hortalizas y legumbres crudas, salsas, mayonesas, postres fríos preparados. Hamburguesas, carne, mariscos o pescados crudos o poco cocinados. La fruta se debe pelar por el propio viajero.

El lugar donde se consumen los alimentos también es importante para adquirir infecciones, siendo el riesgo máximo para alimentos adquiridos en puestos callejeros o vendedores ambulantes, algo menor para comida de restaurantes y el menor para la comida realizada en casas particulares.

Las comidas preparadas y los alimentos que han sido cocinados y permanecen horas a temperatura ambiente, como las adquiridas en buffet, suponen un alto riesgo y deberían ser recocinadas.

-Se recomienda beber exclusivamente agua (u otras bebidas) embotellada y precintada, el agua con gas es más difícil de falsificar. Evitar bebidas diluidas con agua (como zumos reconstituidos, hielo, derivados lácteos, helados, productos lácteos no pasteurizados. Evitar también los hielos que no sepamos su procedencia.

 

En las zonas donde el agua del grifo no puede ser clorada o donde la higiene es pobre, los viajeros deben ser advertidos de que las bebidas seguras para el consumo son las enlatadas, embotelladas y selladas o las carbonatadas, así como las bebidas hervidas (café y té) o tratadas con yodo o cloro.
El mejor sistema de desinfección del agua para evitar las diarreas por bacterias, parásitos y la mayoría de los virus es hervirla durante 1 minuto (3 minutos para eliminar virus en áreas de más de 2.000 metros de altitud) y enfriada a temperatura ambiente (no añadir hielo). Cuando no se puede hervir el agua la alternativa es la desinfección con yodo o cloro que están disponibles en farmacias y algunos centros comerciales, siguiendo las instrucciones cuidadosamente, teniendo en cuenta que el yodo no es activo frente al Cryptosporidium. Los filtros de agua son una alternativa al hervido o al uso de productos químicos. Los filtros con poros entre 0,1-0,3 µm eliminan las bacterias y protozoos del agua, pero no elimina los virus por lo que se debe usar yodo o cloro tras la filtración para eliminar los virus. Para eliminar Cryptosporidium y Giardia deben usarse filtros con poros £1 µm y cumplir los requisitos establecidos por la NSF (National Sanitation Foundation).

Debe evitarse de igual manera la ingesta de agua de baño o ducha.

Algunas infecciones se han relacionado con actividades acuáticas, nadar en los océanos, lagos y ríos de agua dulce y piscinas, en las inmersiones, sobre todo en aguas residuales humanas o con excrementos o restos de animales. Las pequeñas degluciones de agua o la entrada de agua a través de las fosas nasales en las inmersiones o al nadar pueden condicionar la adquisición de infecciones. La cloración de las piscinas manteniendo el nivel adecuado de desinfección y pH pueden considerarse aguas adecuadas para nadar, sin embargo, algunos organismos como Cryptosporidium, Giardia, hepatitis A y Norovirus (virus Norwalk) son resistentes a la cloración del agua. Los viajeros con heridas o abrasiones deben evitar nadar en estas zonas ya que éstas pueden ser la puerta de entrada de ciertos patógenos como amebiasis.

-Uso de fármacos no antibióticos para la profilaxis, y uso de antibióticos profilácticos.

El principal agente no antimicrobiano para prevenir las diarreas del viajero es el subsalicilato de bismuto. El uso de 2 tabletas masticables cada 6 horas reduce la incidencia de diarreas en un 62-65%. Como efectos adversos puede producir coloración negruzca de la lengua y heces, náuseas, estreñimiento y raramente escalofríos. Se debe evitar en pacientes con alergia a la aspirina, insuficiencia renal, gota o si están recibiendo anticoagulantes, probenecid o metotrexate. No está recomendado en niños menores de 3 años y se debe usar con precaución en niños con infecciones virales como varicela o influenza por el alto riesgo de producir síndrome de Reye. No se ha establecido su uso durante más de 3 semanas.

El uso de sustancias prebióticas como Lactobacillus GG y Saccharomyces boulardii se han estudiado en pocos sujetos y los resultados no son concluyentes. No se deben utilizar otros agentes no antimicrobianos como enterovioformo (iodoclorohidroxiquinolina o clioquinol) que en ocasiones está disponible para los viajeros en algunas zonas de destino, ya que, si bien no son útiles en prevenir las diarreas, pueden causar efectos secundarios neurológicos graves. Desde la Conferencia de Consenso de The National Institutes of Health en 1985 se ha establecido que la profilaxis antibiótica no se debe recomendar a todos los viajeros, ya que da una falsa sensación de seguridad al viajero, lo que condiciona una relajación en las medidas de prevención básicas. El uso generalizado de antibióticos incrementa el riesgo de resistencias y se asocia a mayor riesgo de alergias o efectos secundarios. La profilaxis con antibióticos sólo se aconseja en viajes de corta duración, en los que el riesgo y/o gravedad de las diarreas, sobre todo en pacientes inmunosuprimidos, sean superiores a los posibles efectos colaterales de la administración de antibióticos.

Aunque su uso está limitado, los antibióticos son los fármacos que han demostrado ser más efectivos en la prevención de las diarreas del viajero. Estudios controlados han demostrado que la frecuencia de las diarreas se reduce desde un 40 al 4% por el uso de antibióticos. El uso de antibióticos se ha modificado en las últimas décadas debido al espectro de resistencia de ECET, por lo que las tetraciclinas y el TMP-SMZ no se consideran actualmente efectivos contra los patógenos bacterianos entéricos. Las fluorquinolonas han sido los más populares y efectivos fármacos antibióticos para la profilaxis y tratamiento de las diarreas bacterianas, pero la creciente resistencia de estos agentes, inicialmente entre Campylobacter species y ahora con otras patógenos de la diarreas del viajero, puede limitar su uso en el futuro. La rifaximina, un fármaco de la familia de la rifamicinas, no absorbible, aprobado para la FDA para el tratamiento de las diarreas del viajero, se está evaluando para su uso también como profilaxis y para futuros campos de acción del fármaco, como la prevención de infección por cepas de Campylobacter species resistente a ciprofloxacino y reducir el síndrome del colon irritable postinfección.
El tratamiento de la diarrea del viajero se basa fundamentalmente en una rehidratación adecuada, un tratamiento no antimicrobiano, que no difiere del indicado en otros cuadros diarreicos y un tratamiento antibiótico, cuando esté indicado, dirigido a cubrir los gérmenes que con mayor frecuencia están implicados en estos. cuadros.
La rehidratación, a ser posible vía oral, es el primer objetivo del tratamiento, en especial si se trata de jóvenes o muy mayores donde el riesgo de deshidratación es mayor y puede ser potencialmente muy grave. En general, los adultos con diarreas leves o moderadas no necesitan medidas especiales de rehidratación, a menos que exista alguna enfermedad de base o la diarrea se prolongue. Existen soluciones orales preparadas de farmacia que contienen 3,5 g de cloruro sódico, 1,5 g de cloruro potásico, 2,5 g de bicarbonato sódico y 20 g de glucosa, todo esto para diluir en un litro de agua. Se puede obtener una solución de composición parecida, mezclando un vaso de zumo de naranja en agua hasta completar un litro, añadiendo a continuación 1 cucharadita de bicarbonato sódico, 3/4 de cucharadita de sal y 4 cucharadas de azúcar. En las diarreas leves o moderadas se suele resolver el cuadro en 3-5 días sólo con la reposición de líquidos.
En cuanto a la dieta, es muy importante evitar la ingesta de leche y derivados lácteos, ya que existe una deficiencia transitoria de lactasa por inflamación de la mucosa del intestino delgado, que a menudo perpetúa los síntomas cuando se consume productos lácteos. Se debe reiniciar la alimentación oral tan pronto como el paciente lo tolere (cereales, pasta, patatas, plátanos).
Tratamiento con fármacos no antimicrobianos:
-Como fármacos para disminuir la motilidad intestinal se utilizan derivados opiáceos para disminuir el número de deposiciones. El fármaco de elección es la loperamida para disminuir el número de deposiciones, mientras que el uso de difenoxilato, está limitado por su mayor efecto opioide central. La dosis de inicio habitual de la loperamida es de 4 mg y luego continuar con 2 mg después de cada cólico o cada 6 horas, no superando los 12 mg/día en el adulto. Aunque son fármacos que reducen el número de deposiciones, no tratan la causa de la diarrea por lo que deben evitarse si la temperatura es mayor de 38ºC, y hay síndrome disenteriforme, diarrea hemorrágica o dilatación radiológica del colon.
-Como fármaco antisecretor el más utilizado es el subsalicilato de bismuto (BSS) cuyo mecanismo de acción deriva de sus propiedades antisecretoras, antimicrobianas y absorbentes. Su presentación es en jarabe o comprimidos siendo su posología habitual 30 ml ó 4 comprimidos tomados cada media hora, hasta 8 dosis al día o hasta que se resuelven las deposiciones diarreicas, pudiéndose repetir la misma pauta al día siguiente. Los dos mayores inconvenientes de este tipo de tratamiento es la potencial toxicidad de los salicilatos (en especial en personas que tomen aspirina, mujeres embarazadas y niños) y la necesidad de tomar grandes cantidades de subsalicilato de bismuto para conseguir el objetivo, con los efectos secundarios que ello confiere.
Tratamiento con fármacos antimicrobianos:

La mayoría de los casos de la diarrea del viajero se resuelven de forma espontánea y no requieren tratamiento antibiótico. Se recomienda el uso de antibiótico si la diarrea aguda:

a) Se acompaña de fiebre con escalofríos, afectación del estado general, deshidratación o síndrome disentérico,

b) Si el paciente es mayor de 65 años o tiene una enfermedad de base, patología vascular o inmunosupresión

c) En aquellos pacientes con deposiciones con sangre, pus o moco.
Cuando los antibióticos están indicados, el tratamiento de elección empírica es una fluorquinolona de 2ª (ciprofloxacino) o 3ª generación (levofloxacino), comenzando el tratamiento lo antes posible. El más utilizado es el ciprofloxacino (500 mg dos veces al día durante 1 ó 2 días), restringiéndose su uso en caso de mujeres embarazadas o niños. Las quinolonas conducen a la resolución de la sintomatología de la diarrea en la mayoría de los casos en uno o dos días, lo que se traduce en la resolución del cuadro diarreico en menos tiempo, cuando se compara con un grupo placebo. Taylor y col en un estudio con 104 pacientes que recibieron 500 mg de ciprofloxacino durante 3 días y que fueron randomizados a recibir loperamida o placebo, no encontraron diferencias significativas en la resolución del cuadro diarreico, por lo que concluyeron que añadir loperamida no confiere ninguna ventaja al tratamiento. Las quinolonas son activas frente a la mayoría de las E. coli enterotoxígena y también tienen actividad contra gérmenes menos comunes pero potencialmente patógenos como Campylobacter spp, Salmonella spp, V. parahaemolyticus, etc. pero se han encontrado altas tasas de resistencia frente al Campylobacter jejuni.
La Azitromicina es una droga efectiva en el tratamiento de la diarrea del viajero. En un ensayo realizado en México se observó que una dosis única de 1.000 mg oral de azitromicina era tan efectiva como una dosis única de 500 mg de levofloxacino. La dosis habitual de azitromicina en el tratamiento de la diarrea del viajero es 500 mg una vez al día durante 1-3 días.
La Rifaximina aprobada por la FDA en mayo 2004 para el tratamiento de la diarrea del viajero causada por E. coli no invasiva en el adulto, no se ha evaluado la eficacia y seguridad para niños menores de 12 años. Es un antibiótico de baja absorción oral con lo que alcanza altas concentraciones a nivel intestinal con mínimo riesgo de efectos adversos sistémicos, toxicidad o interacciones con otros fármacos. La dosis recomendada en el adulto es de 200 mg tres veces al día durante tres días. Su uso se basa en los resultados de distintos estudios: Steffen y col demostraron el cese rápido de las deposiciones diarreicas cuando se comparaba la rifaximina con un grupo placebo; DuPont y col observaron que la eficacia de la rifaximina en reducir el número de deposiciones y la resolución de síntomas clínicos era similar a la de ciprofloxacino. Sin embargo, la rifaximina no es efectiva en el tratamiento de diarreas debidas a patógenos inflamatorios como Shigella, Salmonella y Campylobacter species. La ausencia de una amplia actividad frente a patógenos que se consideran posibles responsables de la diarrea del viajero puede limitar su uso en los casos moderados-graves que cursen con fiebre o sangre en las deposiciones.

 

PALUDISMO:

El paludismo es una enfermedad potencialmente mortal frecuente en muchas regiones tropicales y subtropicales. Actualmente, es endémica en más de 100 países que son visitados anualmente por más de 125 millones de viajeros internacionales.

Cada año son muchos los viajeros internacionales que contraen paludismo en los países donde esta enfermedad es endémica, registrándose más de 10.000 que caen enfermos después de volver a casa. Sin embargo, debido a la subnotificación las cifras reales pueden ser superiores a 30.000.

Los viajeros internacionales procedentes de zonas no endémicas, tienen un alto riesgo de contraer paludismo y padecer sus consecuencias porque no son inmunes. Los inmigrantes procedentes de zonas endémicas que viven actualmente en zonas no endémicas y vuelven a su país de origen a visitar a

sus amigos y familiares, también, están en riesgo porque carecen de inmunidad o la tienen disminuida.

La aparición de fiebre en un viajero en el plazo de 3 meses después de haber salido de un área endémica, constituye una emergencia médica y debe ser investigada urgentemente.

A los viajeros que caen enfermos durante el viaje les puede resultar difícil acceder a una asistencia médica fiable.

Los viajeros que desarrollan paludismo al regresar a un país no endémico pueden presentar problemas debidos a la no no familiarización del médico con el paludismo. El diagnóstico puede demorarse y/o los medicamentos antipalúdicos eficaces pueden no estar registrados o disponibles, evolucionando a formas severas y con muchas complicaciones y, consecuentemente, altos índices de letalidad.

El paludismo está causado por el parásito protozoario Plasmodium. El paludismo humano está producido por cuatro especies diferentes del parásito protozoario Plasmodium: Plasmodium falciparum, P. vivax, P. ovale y P. malariae. Los humanos, ocasionalmente, pueden llegar a infectarse con una especie de Plasmodium que normalmente infecta a animales, tal como el P.Knowlesi. Hasta el momento no hay informes de transmisión humano-mosquito-humano de dicha forma “zoonótica” de paludismo.

El parásito del paludismo es transmitido por la especie hembra del mosquito Anopheles, que pica principalmente entre el anochecer y el amanecer.

El paludismo es una enfermedad febril aguda con un periodo de incubación de 7 días o más. Por lo tanto, una enfermedad febril desarrollada menos de 1 semana después de la primera posible exposición no es paludismo. La forma más grave está causada por el P. falciparum que se manifiesta con señales clínicas variables, como, fiebre, escalofríos, dolor de cabeza, dolor y debilidad muscular, vómitos, tos, diarrea y dolor abdominal; pueden sobrevenir otros síntomas relacionados con un fracaso orgánico, como, fracaso renal agudo, convulsiones generalizadas, colapso circulatorio, seguidos de coma y muerte. En las zonas endémicas, se calcula que aproximadamente el 1% de los pacientes con infección por P. falciparum mueren por la enfermedad; la mortalidad en viajeros no inmunes con infección por P. falciparum es significativamente más alta. Los síntomas iniciales pueden ser leves y no ser fáciles de reconocer como causados por paludismo. Es importante, que se tenga en cuenta la posibilidad de paludismo por P. falciparum en todos los casos de fiebre de origen desconocido, iniciada en cualquier momento entre 7 días de la primera posible exposición y 3 meses (en raras ocasiones, más tarde) después de la última exposición. Cualquier individuo con fiebre en ese intervalo, debe acudir al médico e informar al personal médico sobre la posible exposición a infección por paludismo para que, inmediatamente, se realice un diagnóstico y un tratamiento efectivos. El paludismo por P. falciparum puede ser mortal si el tratamiento se retrasa más de 24 horas después del inicio de los síntomas.

Las mujeres embarazadas, los niños pequeños, las personas que conviven con el VIH/SIDA, pacientes inmunocomprometidos y los ancianos, tienen un riesgo mayor de enfermedad severa.

Las formas de paludismo humano causadas por otras especies de Plasmodium, provocan morbilidad significativa pero raramente son mortales.

Recientemente, se han notificados casos severos de malaria por P.Vivax entre la población que vive en áreas endémicas. Casos de las especies P. vivax y P. ovale, pueden permanecer latentes en el hígado. Las recaídas causadas por estas formas hepáticas persistentes (“hipnozoitos”), pueden producirse meses después de la exposición y, en raras ocasiones, hasta varios años después. Los actuales regímenes quimioprofilácticos no las previenen, con la excepción de primaquina. La infección por P. malariae puede permanecer latente en la sangre durante muchos años pero, raramente, es mortal.

En años recientes, se han notificado casos esporádicos de paludismo por P.Knowlesi en viajeros que regresan de áreas forestales del sudeste Asiático. Este tipo de “malaria del mono”, que, normalmente, se produce en macacos de cola larga de cangrejero, macacos de cola de cerdo y en monos de hoja rayada, es transmitida por mosquitos del grupo Anopheles leucosphyrus. Los humanos pueden ser infectados durante su estancia en las selvas tropicales o sus áreas marginales en el sudeste de Asia, dentro del

ciclo natural de esta infección, del mono hospedador y del mosquito vector. Estas áreas incluyen parte de Camboya, China, Indonesia, Laos, Malaysia, Myanmar, Filipinas, Singapur, Tailandia y Vietnam. El parásito tiene un ciclo de vida de 24 horas y puede dar lugar a fiebre en picos que ocurre a diario,

9-12 días después de la infección. Los síntomas pueden ser atípicos. Puede ocurrir malaria severa por P. knowlesi con insuficiencia multiorgánica y, esporádicamente, se han descrito casos con resultados fatales. P. knowlesi no tiene forma persistente en hígado y las recaídas no tienen lugar.

Durante las estaciones de transmisión en zonas con paludismo endémico, todos los viajeros no inmunes expuestos a las picaduras de mosquitos, especialmente entre el anochecer y el amanecer, corren riesgo de contraer paludismo; Esto incluye, a los viajeros previamente semiinmunes que han perdido (parte de) su inmunidad, durante estancias de 6 meses o más en áreas no endémicas. Los hijos de personas que han emigrado a áreas no endémicas tienen un riesgo mayor de contraer paludismo, especialmente

cuando regresan a zonas palúdicas para visitar a parientes y amigos.

La mayoría de los casos de paludismo por P. falciparum en viajeros, se deben a un mal cumplimiento del régimen quimioprofiláctico, o completa ausencia de dichos regímenes, o a usar un medicamento inadecuado, combinado, con una mala prevención de las picaduras de mosquitos. Estudios sobre la conducta de los viajeros, han demostrado que el cumplimiento terapéutico se puede mejorar si los viajeros están informados del riesgo de infección y creen en el beneficio de las estrategias de prevención. A pesar de una profilaxis eficaz, puede producirse la aparición tardía de paludismo por P. vivax y P. ovale, además, no pueden ser prevenidas con los actuales regímenes profilácticos recomendados que actúan solamente contra el parásito en sangre.

Tanto los viajeros como los que prescriben, deben tener en cuenta las medidas de protección contra el paludismo, como:

• Ser conscientes del riesgo y conocer el periodo de incubación, los principales síntomas y la posibilidad de inicios de la enfermedad.

 

TARDÍOS:

• Evitar las picaduras de mosquitos, especialmente, entre el anochecer y el amanecer.

• Tomar medicamentos contra el paludismo (quimioprofilaxis), cuando sea necesario, para evitar que la infección progrese llegando a manifestaciones clínicas de la enfermedad.

• Consultar inmediatamente con el médico para recibir un diagnóstico y un tratamiento adecuados, en caso de que aparezca fiebre a partir de 1 semana después de haber entrado en un área donde hay riesgo de paludismo y hasta 3 meses después (o, en raras ocasiones, incluso más tarde) de salir de ella. Ningún régimen profiláctico contra el paludismo proporciona una protección completa.

 

ENFERMEDADES PRODUCIDAS POR VUELOS DE LARGA DURACIÓN:

Los principales problemas en los vuelos de larga duración son el síndrome de clase turista y el síndrome de Jet lag, aunque también se puede mencionar la litiasis renal.

SÍNDROME DE LA CLASE TURISTA:

Las características propias de la situación en vuelo con una disminución relativa de la presión barométrica (hipoxia hipobárica: que favorece la viscosidad ) y la baja humedad (predispone a una hiperviscosidad sanguínea ) junto con la obligación de los pasajeros de pasar largas horas en el interior de los aviones, con asientos estrechos y espacios reducidos por tanto con escasa movilidad y posturas incorrectas que favorecen el estancamiento de la sangre en las extremidades inferiores ,hace que se incremente el riesgo de sufrir un episodio tromboembólico ( trombosis venosa profunda ) en las piernas.

– La tríada de Virchow corresponde a los tres factores que se le puede atribuir la formación de un trombo, una combinación de estos factores pone en marcha el sistema trombogénico.

Lesión endotelial: es el daño del endotelio de un vaso, lo que expone a la membrana basal, la posterior adhesión plaquetaria y liberación de sustancias vasoactivas. Lleva a la formación de un trombo blanco por aposición.

Lentitud del flujo o estasis sanguínea: se refiere al enlentecimiento del flujo dentro del vaso. Esto puede deberse a una insuficiencia cardíaca, estenosis mitral. Lleva a la formación de un trombo rojo por un mecanismo similar a la coagulación.

Estados de hipercoagulabilidad: existen trastornos de la coagulación que llevan a estados de hipercoagulabilidad. Se forman microtrombos por este mecanismo.

Factores de riesgo asociados con el cuadro:

Edad mayor de 40 años, por menor movilidad, más enfermedades, modificaciones estructura venosa y atrofia muscular.

Obesidad.

Embarazo, postparto y trastornos obstétricos.

Enfermedades diversas (cardiopatías, alteración de la coagulación, neoplasias, varices).

Tratamientos farmacológicos: anticonceptivos, corticoides y diuréticos.

Traumatismos y cirugía previos: abdomen, pelvis y extremidades inferiores.

Inmovilidad: ortostatismo y posición sedentaria prolongada.

Inmovilización de miembros inferiores.

Personas fumadoras.

Historia previa de trombosis o predisposición familiar.

 

SÍNDROME DE JET LAG:

También conocido como descompensación horaria, disritmia circadiana o síndrome de los husos horarios, es un desequilibrio producido entre el reloj interno de una persona (ciclos circadianos que determinan las funciones repetitivas en periodos de 24 horas como el sueño y la temperatura entre otras) y el nuevo horario que se establece al viajar en avión a largas distancias, a través de varias regiones horarias.

Factores de riesgo:

-Edad: por disminución en la capacidad de respuesta y ajuste a cambios.

-Personas introvertidas y solitarias por presentar una menor capacidad para interactuar en sociedad.

LITIASIS RENAL:

El estar en posición estática y con problemas de hidratación lleva a que el organismo en su afán de ahorrar agua, produzca una orina concentrada, favoreciendo a que la persona proclive a formar cálculos renales (litiasis renal), los desarrolle en estas circunstancias.

 

ENFERMEDADES PRODUCIDAS POR CALOR Y HUMEDAD:

Los cambios repentinos de temperatura y humedad pueden tener efectos adversos para la salud. La exposición a altas temperaturas y humedad, originan pérdida de agua y electrolitos (sales) y puede provocar extenuación por calor y golpe de calor. En condiciones de calor seco, es especialmente probable desarrollar deshidratación a menos que, se tenga cuidado en mantener una adecuada ingestión de líquidos. La adicción de un poco de sal de mesa a los alimentos y bebidas (a menos que esté contraindicada) puede ayudar a prevenir la extenuación por calor, especialmente durante el período de adaptación. El consumo de alimentos y bebidas que contienen sal, ayuda a reponer los electrolitos, en caso de extenuación por calor y si se suda abundantemente. Los viajeros deberían beber suficientes líquidos para mantener la producción de orina. Los viajeros mayores deben tener un cuidado especial en consumir más cantidad de líquidos, ya que el reflejo de la sed disminuye con la edad. Es necesario que los bebés y niños pequeños beben suficientes líquidos para evitar la deshidratación.

En condiciones de calor se puede experimentar irritación de la piel (fiebre miliar). Las infecciones cutáneas por hongos como la tinea pedis (pie de atleta), a menudo se ven agravadas por el calor y la humedad. Una ducha diaria, vestir con ropa holgada de algodón y la aplicación de polvos de talco en las zonas sensibles de la piel, ayudan a reducir el desarrollo o la propagación de estas infecciones.

La exposición a aire caliente, seco y con polvo puede provocar irritación e infección de los ojos y del tracto respiratorio. Se debe evitar el uso de lentes de contacto con la idea de reducir riesgos de problemas oculares.

 

CINESTOSIS:

El riesgo de cinetosis depende en primer lugar del medio de transporte, de mayor a menor el orden es barco, avión, autocar /coche y tren. Los niños mayores de 2 años y las mujeres son más susceptibles. Los ambientes contaminados por humo, olores desagradables, los movimientos bruscos y fijar la vista en la lectura favorecen así mismo la aparición del síndrome. La prevención se basa en evitar, en lo posible, estos ambientes y en el empleo de fármacos como escopolamina (parches o comprimidos) y antihistamínicos.

 

BIBLIOGRAFÍA

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  3. Fiebre tifoidea: MedlinePlus enciclopedia médica [Internet]. [citado 21 de abril de 2022]. Disponible en: https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/001332.htm
  4. Atención al viajero – navarra.es [Internet]. [citado 21 de abril de 2022]. Disponible en: http://www.navarra.es/home_es/Temas/Portal+de+la+Salud/Ciudadania/Actualidad/Verano/Atencion+al+viajero/
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  6. Fisterra Salud: Vacunas recomendadas en el viajero internacional [Internet]. [citado 21 de abril de 2022]. Disponible en: https://www.fisterra.com/m/ficha.asp?idFicha=2389
  7. Ministerio de Sanidad. la Salud También Viaja 21.pdf [Internet]. 2021 sep [citado 21 de abril de 2022] p. 46.
  8. Vacunas para el viajero | Vacunas / Asociación Española de Vacunología [Internet]. [citado 22 de abril de 2022]. Disponible en: https://www.vacunas.org/vacunas-para-el-viajero/

 

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