Patología infecciosa: hepatitis.

12 septiembre 2022

AUTORES

  1. Ana Carazo de la Fuente. Enfermera, Centro de Salud de Ariza. Servicio Aragonés de Salud.
  2. Adriana Galindo Fago. Enfermera, Centro de Salud de Broto. Servicio Aragonés de Salud.
  3. César Latorre Balsa. Enfermero, Centro de Salud de Alhama de Aragón. Servicio Aragonés de Salud.
  4. Juan López Salas. Enfermero, PAC de Nuévalos (Centro de Salud Alhama de Aragón). Servicio Aragonés de Salud.
  5. Javier Loscos Zapata. Enfermero, Centro de Salud de Illueca. Servicio Aragonés de Salud.

 

RESUMEN

La hepatitis es una inflamación del hígado que puede remitir espontáneamente o evolucionar hacia una fibrosis, una cirrosis o un cáncer de hígado.1 Existen 5 tipos: A, B, C, D y E; y podemos clasificarla según su duración en aguda o crónica (si dura más de seis meses). Además, depende del tipo de variante, cambia la sintomatología y las vías de transmisión.

 

PALABRAS CLAVE

Hepatitis, hígado, cirrosis.

 

ABSTRACT

Hepatitis is an inflammation of the liver that can remit spontaneously or evolve into fibrosis, cirrhosis or liver cancer. There are 5 types: A, B, C, D y E; and we can classify it according to its duration in acute or chronic (if it lasts more than 6 months). Also, it depends on the type of variant changes symptomatology and the routes of transmission.

 

KEY WORDS

Hepatitis, liver, cirrhosis.

 

DESARROLLO DEL TEMA

Recuerdo epidemiológico.

Hay 5 tipos de hepatitis: A, B, C, D y E.

 

Hepatitis A (VHA):

Está estrechamente asociada a la falta de agua salubre, un saneamiento deficiente y una mala higiene personal. El virus se transmite por las heces de las personas infectadas y por agua y alimentos contaminados. En muchos casos la infección es leve, y la mayoría de las personas se recuperan por completo y adquieren inmunidad contra infecciones futuras por este virus. Se puede prevenir la infección vírica con vacunas1. En los países en vías de desarrollo, con condiciones de saneamiento y prácticas de higiene deficientes, hay una mayor prevalencia de esta enfermedad2. Las personas que no han sido vacunadas o que no han contraído anteriormente la enfermedad son susceptibles de contraer la infección. Además, son factores de riesgo la convivencia y las relaciones sexuales con una persona infectada con VHA, viajar a zonas de alta endemicidad, el contacto con agua contaminada y la administración de drogas inyectables3. Esta enfermedad se presenta de forma esporádica y en brotes en distintas zonas del mundo, siendo una de las infecciones por transmisión alimentaria más prevalentes1. La hepatitis A puede tener consecuencias económicas y sociales graves en las comunidades4.

 

Hepatitis B (VHB):

Es una enfermedad infecciosa vírica prevenible y potencialmente mortal, puede causar hepatopatía crónica y conlleva un alto riesgo de muerte por cirrosis y cáncer hepático1. La transmisión puede realizarse por tres mecanismos principales:

  • Transmisión vertical: de madre a hijo en el momento del nacimiento.
  • Transmisión por vía sexual.
  • Transmisión por la exposición parenteral a sangre, hemoderivados y otros fluidos orgánicos u órganos infectados5 6.

Constituye un importante problema de salud a nivel mundial, aunque se puede prevenir gracias a la vacuna. La OMS estima que dos mil millones de personas, es decir, el 5% de la población, están infectadas por el VHB en el mundo (el doble que por el virus de la hepatitis C y 7 veces más que por el VIH), de los cuales 350 millones lo están de forma crónica. La máxima prevalencia de la hepatitis B se registra en el África subsahariana y Asia oriental. En Europa, se producen cada año 1 millón de nuevas infecciones debido al VHB y 14 millones de personas están infectadas de forma crónica1. Los grupos de población con mayor riesgo de infección por VHB son:

  • Personas con vida sexual activa.
  • Usuarios de drogas inyectables.
  • Convivencia con persona infectada.
  • Recién nacidos de madres infectadas.
  • Pacientes sometidos a hemodiálisis.
  • Trabajadores sanitarios y de salud pública.
  • Receptores de ciertos hemoderivados y transfusiones.
  • Viajeros a zonas de alta endemicidad de HBV1,7.

El coste económico asociado a la hepatitis B es considerable y aumenta con la severidad de la enfermedad; esto incluye los costes directos del tratamiento de la hepatitis B más los costes indirectos relacionados con la pérdida de productividad y la muerte prematura de las personas afectadas1.

 

Hepatitis C (VHC):

Causa infección aguda y crónica. Por lo general, la infección aguda es asintomática y muy raramente se asocia a una enfermedad potencialmente mortal. Aproximadamente un 15-45% de las personas infectadas eliminan el virus espontáneamente en un plazo de seis meses, sin necesidad de tratamiento. El 55-85% restante desarrollará infección crónica. Las regiones más afectadas son Asia central y oriental y África. En Europa existen unos 15 millones de personas infectadas, siendo la prevalencia mayor en los países del este.1 Los grupos con mayor riesgo de infección son:

  • Usuarios de drogas inyectables.
  • Convivencia y relaciones sexuales con persona infectada.
  • Recién nacidos de madres infectadas.
  • Pacientes sometidos a hemodiálisis.
  • Trabajadores sanitarios y de salud pública.
  • Receptores de ciertos hemoderivados y transfusiones.
  • Viajeros a zonas de alta endemicidad de HBV1,8.

La OMS sostiene que alrededor del 3% de la población mundial ha sido infectada con el virus VHC. Sobre 170 millones de personas son portadores crónicos con riesgo de desarrollar cirrosis y hepatocarcinoma. Aproximadamente 700.000 personas mueren cada año por enfermedades hepáticas relacionadas con este virus1. El acceso al diagnóstico y el tratamiento es limitado debido a su alto coste económico. En la actualidad no existe ninguna vacuna contra la hepatitis C, pero la investigación en esa esfera continúa9. En España, tras diez meses de negociación, el Ministerio de Sanidad y la farmacéutica Gilead han llegado a un acuerdo para comercializar un fármaco contra otro virus mortal: la Hepatitis C. Este fármaco, en combinación con otros medicamentos, asegura una efectividad del 85% en algunos tipos de Hepatitis C. Pese a esta efectividad, Sanidad y la farmacéutica tardaron 300 días en fijar un precio para su comercialización. Finalmente, el Estado español pagará 25.000 euros por el tratamiento; ese dinero le servirá a la farmacéutica, en parte, para financiar los 11.000 millones de dólares que desembolsó en 2011 por la compra de Pharmasset, el laboratorio que descubrió este remedio10.

 

Hepatitis D (VHD):

La infección por el VHD ocurre simultáneamente con la infección por el VHB o como sobreinfección (la infección conjunta por ambos virus puede causar una afección más grave y tener un peor pronóstico).

En el mundo hay aproximadamente 15 millones de personas que padecen coinfección crónica por el VHD y el VHB.11. Por el momento no hay tratamiento antivírico específico contra el virus de la Hepatitis D, pero

puede prevenirse mediante la vacunación contra la hepatitis B12.

 

Hepatitis E (VHE):

Este virus se transmite por el consumo de agua o alimentos contaminados, como el VHA, y es una causa común de brotes epidémicos de hepatitis en las zonas en desarrollo y cada vez se lo reconoce más como una causa importante de enfermedad en los países desarrollados. Existe profilaxis para prevenir la infección por el VHE, pero no tienen una distribución amplia1.

 

Clínica:

Los tipos de hepatitis nombrados anteriormente presentan distinta clínica:

Hepatitis A (VHA):

El virus VHA posee un tiempo de incubación de 14 a 28 días. En la fase inicial puede ser asintomática, posteriormente comienza con una fase prodrómica o preictérica (duración de no más de una semana), con síntomas como: anorexia, fiebre, fatiga, inapetencia, picazón, mialgia, náuseas y vómitos. En niños es frecuente la diarrea y vómitos, mientras que en adultos cursa con sensación de dolor en el cuadrante superior derecho derivado de la hepatomegalia. Más tarde, aparece ictericia y orina oscura, las heces pierden su color y las mucosas y la conjuntiva adquieren una coloración amarillenta. Pueden aparecer manifestaciones atípicas como colestasis, hepatitis recurrentes, hepatitis crónica autoinmune y cuadros extrahepáticos. Como complicación asociada podemos encontrar la hepatitis fulminante, una gran necrosis en el hígado que se caracteriza por: aparición brusca de fiebre alta, dolor abdominal, vómitos e ictericia, seguidos del desarrollo de una encefalopatía hepática asociada a coma y temblores.

 

Hepatitis B (VHB):

Su periodo de incubación oscila entre 45 días y 6 meses. Tiene un inicio más insidioso, suele haber pérdida de peso y leve dolor abdominal en el cuadrante derecho debido a la hepatomegalia. Puede presentar cuadros asintomáticos, cuadros subclínicos anictéricos (sin ictericia) o cuadros ictéricos. La fase preictérica varía de unos días a una semana, se caracteriza por poca fiebre, fatiga extrema, malestar, dolores musculares, náuseas y vómitos. Posteriormente aparece ictericia y orina colúrica. Los pacientes pueden combatir la enfermedad y curarse o se puede cronificar, presentándose al inicio de forma asintomática pero suele derivar en cirrosis o en hepatocarcinoma.

 

Hepatitis C (VHC):

Este virus tiene un rango de incubación de 2 a 26 semanas. Tras la infección inicial, aproximadamente un 80% de los casos son asintomáticos. Aquellos con sintomatología aguda pueden presentar fiebre, cansancio, inapetencia, náuseas, vómitos, dolor abdominal, orinas oscuras, heces claras, dolores articulares, ictericia, ascitis, fatiga, siendo el signo más llamativo la elevación de las transaminasas. Los pacientes con infección crónica sufren de fatiga y trastorno cutáneo, además, tienen el riesgo de padecer clínica más grave, cirrosis y hepatocarcinoma. Aunque en muchos casos, la enfermedad no da síntomas hasta que se presenta la cirrosis.

 

Hepatitis D (VHD):

En el virus de la hepatitis D existe un período de incubación de 3 a 7 semanas. Suele presentarse de forma aguda (no se suele cronificar). Se diferencian dos fases sintomáticas, por un lado, la fase preictérica que cursa con fatiga, letargo, anorexia y náuseas y dura entre 3 y 7 días. Por otro lado, la fase ictérica en la que la fatiga y las náuseas persisten, la bilirrubina da valores anormales y las heces pierden su color. Con este tipo de virus es frecuente la presentación de la hepatitis fulminante, produciendo encefalopatía e ictericia profunda con una elevada mortalidad. Existen dos patrones evolutivos que dependen de la coinfección por los dos virus, VHB y VHD o a la sobreinfección de los pacientes con el VHB, que conlleva un pronóstico más grave y a la vez produce una aceleración de la aparición de cirrosis1,13.

 

Diagnóstico:

Para el diagnóstico de la hepatitis es necesario recopilar datos de la Historia Clínica, hacer un examen físico, observar la clínica y hacer una analítica general, dónde añadimos una prueba microbiológica, la serología.14 En la serología, debemos cuantificar la carga viral del VH y los anticuerpos. Si se trata de una infección aguda aparecerán anticuerpos IgM del virus de la hepatitis, que suelen permanecer en sangre de 4-6 meses hasta 1 año. Si la hepatitis se cronifica, disminuirá la carga de los IgM en sangre y aparecerán los IgG, que permanecerán de por vida en el torrente sanguíneo15. En el caso de la Hepatitis B, debemos cuantificar los siguientes marcadores serológicos:

  • ADN VHB.
  • Anti-HBc.
  • HBs Ag (antígenos de superficie).
  • Anti-HBe.
  • Anti-HBs 14.

En este tipo de hepatitis es importante diferenciar si es hepatitis aguda o una reactivación de la enfermedad cronificada.

Para declarar a un enfermo crónico de hepatitis B, tienen que darse estos requisitos:

  • HBs Ag Positivo > 6 meses.
  • Carga viral VHB >1.000.000 copias/ml.
  • Elevación persistente o intermitente de transaminasas.
  • Biopsia Hepática con hepatitis crónica (grado > o igual a 4)16.

En el caso de la Hepatitis C, además de estudiar la carga viral y los antígenos en sangre, se debe hacer una biopsia hepática para valorar si hay fibrosis y estadificarla14. Si existe una coinfección de los virus B y C se produce mayor lesión hepática. La mayoría de ocasiones, la infección de un virus tiende a predominar sobre la otra. Si el VHB es dominante, la carga viral (ADN-VHB) es detectada en suero, mientras que la carga viral del VHC no (ARN-VHC). Ocurre lo contrario si Hepatitis C es la infección predominante16. Para el diagnóstico de la Hepatitis D, no se debe buscar el VHB si no hay VHB. En la Hepatitis E, debemos valorar la ictericia, la carga viral, los antígenos y el aumento de valores séricos de enzimas hepáticas14.

 

Tratamiento:

Tratamiento preventivo:

Hepatitis A (VHA):

La hepatitis A es una enfermedad de transmisión fecal-oral, por lo que la medida más importante es garantizar la potabilidad de las aguas de consumo y correcta eliminación de las aguas residuales. Es muy importante también la higiene personal sobre todo el lavado de manos y la correcta limpieza de los alimentos. Cabe destacar que los pacientes que manifiestan hepatitis A después de un viaje a un país en vías de desarrollo es probable que se hayan infectado por haber tomado alimentos o bebidas contaminadas con el virus de la hepatitis A17.

Existen además varias vacunas inyectables inactivadas contra la hepatitis A en España en concreto tres. Todas son similares con respecto a la protección conferida y a los efectos colaterales18. Al cabo de un mes de haber recibido una sola dosis de la vacuna, casi el 100% de las personas habrá desarrollado niveles protectores de anticuerpos. Incluso después de la exposición al virus, una dosis de la vacuna dentro de las dos semanas posteriores al contacto con el virus tiene efectos protectores1.

En España se encuentra dentro del calendario vacunal indicada para grupos de riesgo, individuos en situaciones ambientales o personales que incrementen la probabilidad de presentar formas graves de la infección o desestabilización de su enfermedad de base. En la hepatitis E las medidas de prevención a tomar son las mismas. No existe vacuna actualmente, pero gracias a estas medidas se reduce considerablemente la transmisión de la enfermedad18.

 

Hepatitis B (VHB):

El virus de la hepatitis B (VHB) se transmite por vía parenteral y por vía sexual. Por tanto, para minimizar los riesgos de contraer una hepatitis B conviene evitar cualquier efracción percutánea con material que pueda estar contaminado con el VHB por haber sido empleado en otra persona (material médico no esterilizado, jeringas y agujas para inyectarse droga, útiles para tatuajes y piercings) y mantener relaciones sexuales de riesgo. Además, la aplicación de estrategias sobre seguridad de los productos sanguíneos, en particular las pruebas de detección de calidad asegurada para toda la sangre y los componentes sanguíneos donados destinados a transfusión, pueden prevenir también la transmisión19.

Pero sin duda uno de los pilares fundamentales de su prevención es la vacunación. Consiste en tres dosis, al final de la serie completa de vacunas genera anticuerpos que alcanzan niveles de protección superiores al 95% en lactantes, niños y adultos jóvenes. La protección dura aproximadamente 20 años, y probablemente toda la vida. Actualmente está incluida en el calendario vacunal español (Niños a los 2-4-12 meses)1.

 

Hepatitis C (VHC):

No existen vacunas para prevenir la infección, la prevención depende de la reducción del riesgo de exposición al virus en el entorno sanitario, en los grupos de población de alto riesgo, como los consumidores de drogas inyectables, y en las relaciones sexuales. En las personas ya infectadas es imprescindible un buen asesoramiento y un tratamiento médico precoz además de la vacunación contra la hepatitis A Y B para prevenir la confección1.

 

Hepatitis D (VHD):

La prevención y el control de la infección por el VHD se basan en la prevención de la transmisión del VHB mediante la vacunación contra este virus, la seguridad de la sangre y de las inyecciones, y los servicios de reducción de daños. A pesar de ello la vacunación contra la hepatitis B no protege contra el VHD a quienes ya están infectados por el VHB1. Debido a la alta endemicidad del virus en algunas zonas y la inmigración procedente de esas áreas hace poco probable que asistamos a la erradicación a corto plazo del VHD en Europa20.

 

Tratamiento médico:

Hepatitis A (VHA):

No existe ningún tratamiento específico para la hepatitis A. Los pacientes que han sido diagnosticados con hepatitis aguda deben tomar unas medidas generales como son: Evitar el consumo de alcohol y drogas, además de las comidas con alto contenido en grasa ya que pueden causar vómitos21.

 

Hepatitis B (VHB):

No hay un tratamiento específico contra la hepatitis B aguda. Al igual que en el caso anterior el paciente se debe centrar en mantener el bienestar y un equilibrio nutricional adecuado, especialmente la reposición de los líquidos perdidos por los vómitos y la diarrea1. La infección crónica por el virus de la hepatitis B puede tratarse con fármacos, en particular agentes antivirales orales (Tenofovir o Entecavir). El objetivo del tratamiento consiste en ralentizar el avance de la cirrosis, reducir la incidencia de cáncer de hígado y mejorar la supervivencia a largo plazo. Una vez que se inicia el tratamiento se debe continuar toda la vida ya que los antivirales no destruyen el virus sólo inhiben su replicación. Tienen muy baja posibilidad de curación de la infección con menos del 10% de eficacia.22. En los colectivos con escasos recursos el acceso al diagnóstico y tratamiento contra la hepatitis B sigue siendo limitado, y muchos pacientes solo son diagnosticados cuando ya tienen una enfermedad hepática avanzada.

Como ya hemos apuntado anteriormente no hay un tratamiento específico, pero hay algunas opciones que solo pueden permitirse personas con ingresos altos como son las inyecciones de interferón.23

 

Hepatitis C (VHC):

El objetivo del tratamiento de la hepatitis C es la curación, pero a veces no es necesario tratamiento. En algunas personas la respuesta inmunitaria eliminará la infección espontáneamente y otras personas con infección crónica no llegan a presentar daño hepático. El tratamiento de la hepatitis C está cambiando rápidamente. Hasta hace poco se basaba en la administración de interferón y ribavirina, pero el gran avance en el conocimiento del ciclo vital del VHC (Virus de la Hepatitis C) y de las características estructurales de las proteínas del VHC, han estimulado y facilitado el desarrollo de los nuevos agentes antivirales de acción directa (ADD) que son mucho más eficaces, seguros, y mejor tolerados que los tratamientos antiguos1. Actúan de forma específica sobre una o varias partes del ciclo de vida del VHC rompiendo así la cadena de reproducción. Aunque son los más usados actualmente existen otros fármacos dirigidos a dianas del huésped (HTAs) con el mismo modo de actuación. La administración de ADD puede curar a la mayoría de las personas infectadas por el VHC, es más breve (normalmente 12 semanas) y seguro, aunque los costes de producción son bajos, los AAD antivíricos siguen siendo muy dispares según el nivel económico de cada país24.

 

Hepatitis D (VHD):

No hay tratamiento específico para la infección aguda ni crónica por el VHD. El interferón alfa pegilado es el único fármaco eficaz contra el VHD se usa por períodos prolongados (1 año o más). Los antivíricos análogos de los nucleótidos tienen escaso o nulo efecto en la replicación del VHD. Por todo esto son necesarios nuevos tratamientos y nuevas estrategias terapéuticas. Si la hepatitis crónica evoluciona a una insuficiencia hepática es posible que se tenga que contemplar la cirugía como tratamiento, mediante un trasplante hepático.

 

Hepatitis E (VHE):

No existe ningún tratamiento específico que altere el curso de la hepatitis aguda. Como la enfermedad suele ser autolimitada, generalmente no es necesario hospitalizar al paciente. Sin embargo, la hospitalización es necesaria en pacientes con hepatitis fulminante, y también puede serlo en embarazadas que presenten síntomas de este virus. A los pacientes inmunodeprimidos con hepatitis E crónica se les administra un tratamiento con ribavirina, un antivírico. En algunas situaciones específicas también se ha utilizado con éxito el interferón1.

 

Diagnósticos e intervenciones de enfermería:

Como hemos dicho anteriormente el papel de enfermería en los pacientes con hepatitis se centra en la prevención de la transmisión de la enfermedad y por otro lado en proporcionar comodidad al paciente y conseguir que sea capaz de realizar sus autocuidados. Estos son algunos de los diagnósticos de enfermería que encontramos en los pacientes con hepatitis y las correspondientes actividades de enfermería:

RIESGO DE INFECCIÓN (TRANSMISIÓN):

  • Realización de las precauciones estándar: lavados de manos de forma meticulosa.
  • Para los pacientes con VHA o VHE además de utilizar medidas estándar también está indicado el aislamiento de contacto si existe incontinencia fecal.
  • Fomentar el tratamiento profiláctico en todos los familiares próximos y también en los contactos sexuales.

FATIGA:

La fatiga y la posible debilidad son frecuentes en la hepatitis aguda. Aunque el reposo en cama rara

vez está indicado, pueden ser necesarios unos períodos de descanso adecuados y la limitación de

las actividades.

Muchos pacientes con hepatitis aguda pueden ser incapaces de reanudar niveles de actividad normales durante cuatro semanas o más25, por lo que se debe explicar a los familiares y al propio paciente según su edad la importancia del reposo físico y verificar constantemente su cumplimiento26. Las actividades de enfermería indicadas en este caso son:

  • Estimulación de periodos de descanso previstos a lo largo del día.
  • Ayudar a identificar qué actividades son esenciales y cuales pueden aplazarse o delegarse en otras personas.
  • Utilizar el nivel de fatiga para determinar el nivel de actividad, con la reanudación gradual de las actividades cuando la fatiga y la sensación de bienestar mejoren.

 

DESEQUILIBRIO NUTRICIONAL POR DEFECTO:

Una nutrición adecuada es esencial para el correcto funcionamiento de la función inmunitaria y la curación de los pacientes con hepatitis aguda o crónica. En este caso el personal de enfermería podemos actuar de las siguientes maneras:

  • Ayudar a planificar una dieta con alimentos atractivos que ofrezca una ingesta rica en calorías con aproximadamente 16 kilocalorías de carbohidratos por kilogramo de peso corporal ideal.
  • Animar a realizar una planificación de la ingesta de alimentos según los síntomas de la enfermedad aconsejando comidas frecuentes (entre 5 o 6 diarias) pero poco voluminosas en caso de un paciente.
  • Proporcionar instrucciones para evitar la ingesta de alcohol e informar de los peligros que representan las bebidas alcohólicas en los pacientes con hepatitis pues la abstinencia alcohólica es vital para evitar más daño hepático y favorecer la curación.

TRASTORNO DE LA IMAGEN CORPORAL:

La ictericia, las erupciones cutáneas y el picor pueden afectar la imagen corporal de los pacientes. Para prevenir estos síntomas de la enfermedad hay varias intervenciones que podemos llevar a cabo:

  • Utilizar agua tibia en lugar de agua caliente para el baño como forma de prevenir el prurito.
  • Prevenir la sequedad cutánea aplicando emolientes o lubricantes cuando sea necesario mantener la piel húmeda.
  • Administrar los antihistamínicos prescritos con precaución teniendo en cuenta que el deterioro de la función hepática aumenta el riesgo de una respuesta alterada a los fármacos.

MANEJO DEL RÉGIMEN TERAPÉUTICO:

En el caso de que la hepatitis B o C crónicas estén siendo tratadas con medicación, el personal de enfermería debe enseñar el modo correcto de administración de los fármacos, el esquema de vacunación, las precauciones que han de tomar los pacientes, y el manejo de los efectos adversos. Además, hemos de destacar la importancia de acudir a las citas de seguimiento, incluyendo las pruebas periódicas de laboratorio recomendadas25.

 

PRECAUCIONES Y MEDIDAS DE SEGURIDAD PARA EL PERSONAL DE ENFERMERÍA:

Además de los cuidados de enfermería a pacientes con hepatitis también hemos incluido una serie de recomendaciones para prevenir la transmisión de esta enfermedad entre el personal de enfermería:

  • Uso de guantes obligatorio en la manipulación de muestras biológicas.
  • Uso de material desechable de tipo parenteral.
  • Someter el material a solución de hipoclorito antes de enviarlo al departamento de esterilización.
  • Declarar los accidentes con agujas contaminadas con este virus al departamento de medicina preventiva.
  • Administrar la vacuna para el virus B a aquellas personas que tengan riesgo de contraer la enfermedad.
  • Identificación de las muestras sanguíneas de los pacientes antes de enviarlas al laboratorio.26

 

CONCLUSIÓN

El personal de enfermería juega un papel fundamental en la prevención de la transmisión de la hepatitis, bien sea alertando de los riesgos del uso de drogas inyectables o recomendando el uso de métodos anticonceptivos de barrera, así como aconsejando la vacunación de la Hepatitis A y B en personas con riesgo moderado o alto de desarrollar estas infecciones. Para abordar los cuidados de enfermería específicos para esta enfermedad hemos decidido centrarnos en los diagnósticos de enfermería más comunes entre los pacientes que padecen hepatitis y enumerar las distintas intervenciones que el personal de enfermería debe realizar. En cuanto a la valoración, el personal de enfermería debe ser capaz de reconocer y de registrar los resultados de valoración relacionados con la hepatitis:

  • Anamnesis: debe incluir manifestaciones actuales, incluyendo anorexia, náuseas, vómitos,

malestar abdominal, alteraciones en el tránsito intestinal, la coloración de las heces; dolores musculares o articulares, fatiga, cambios en el color de la piel o esclerótica; duración de los síntomas; exposición conocida a la hepatitis; comportamientos de alto riesgo, como la inyección de drogas o múltiples parejas sexuales; antecedentes de trastornos hepáticos; tratamientos actuales, toma de medicamentos que no requieran prescripción médica.

  • Exploración física: vigilar constantes vitales incluyendo la temperatura; el color de la esclerótica y las membranas mucosas; el color y aspecto de la piel, el contorno y dolor abdominal; el color de las heces y de la orina.

Pruebas diagnósticas: bilirrubina sérica, pruebas de función hepática, niveles serológicos de anticuerpos frente a antígenos.

 

BIBLIOGRAFÍA

  1. OMS: Organización mundial de la salud. España; Julio de 2016. ¿Qué es la hepatitis? [Citado 10 Nov 16] Disponible en: http://www.who.int/features/qa/76/es/
  2. Jacobsen KH, Wiersma ST. Hepatitis A virus seroprevalence by age and world region, 1990 and 2005. Vaccine 28 (2010) 6653–6657.
  3. Brown E, Stapleton J. Hepatitis A virus. En: Murray P, Baron E, Jorgensen J, Pfaller M, Yolken R, editors. Manual of Clinical Microbiology. 8th ed. Washington: ASM Press; 2003. p. 1452-63.
  4. Halliday ML1, Kang LY, Zhou TK, Hu MD, Pan QC, Fu TY, Huang YS, Hu SL. An epidemic of hepatitis A attributable to the ingestion of raw clams in Shanghai, China. J Infect Dis. 1991 Nov;164(5):852-9.
  5. Hollinger FB, Liang TJ. Hepatitis B virus. En: Knipe DM, Howley PM, editors. Fields Virology. 4th ed. Philadelphia: Lippincott Williams and Wilkins; 2001. p. 2971-3036.
  6. Koziel MJ, Siddiqui A. Virus de la hepatitis B y virus de la hepatitis delta. En: Mandell G, Bennett J, Dolin R, editors. Enfermedades Infecciosas. Principios y Práctica 6.ª ed. Madrid: Elsevier; 2006. p. 1864-90.
  7. Mahoney F. Update on diagnosis, management, and prevention of hepatitis B virus infection. Clin Microbiol Rev. 1999;12:351-66.
  8. Thomas D, Ray S, Lemon S. Hepatitis C. En: Mandell G, Bennett J, Dolin R, editors. Enfermedades Infecciosas. Principios y Práctica. 6.ª ed. Madrid: Elsevier; 2006. p. 1950-81.
  9. Lozano R, Naghavi M, Foreman K, Lim S, Shibuya K, Aboyans V, Abraham J, et al. Lancet. Global and regional mortality from 235 causes of death for 20 age groups in 1990 and 2010: a systematic analysis for the Global Burden of Disease Study 2010. 2012; 380:2095-2128.
  10. Maheshwari, A; Thuluvath, PJ (February 2010). «Management of acute hepatitis C». Clinics in liver disease. 14 (1): 169–76.
  11. Smedile A, Niro G, Rizzetto M. Hepatitis D virus. En: Richman DD, Whitley RJ, Hayden FG, editors. Clinical Virology. New York: Churchill Livingstone; 1997. p. 1273-84.
  12. Perrillo R. Hepatitis B and D. In: Feldman M, Friedman LS, Brandt LJ, eds. Sleisenger and Fordtran’s Gastrointestinal and Liver Disease. 9th ed. Philadelphia, PA: Elsevier Saunders; 2010: chap 78.
  13. Aguilera Guirao A, Romeo Yuste S, Regueiro B. Epidemiología y manifestaciones clínicas de las hepatitis virales. Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica. 2006:24(4):264-276.
  14. Alonso R, Aguilera A, Córdoba J, Fuertes A. Diagnóstico microbiológico de las hepatitis virales. Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica. 2015;33(9): e53-e62.
  15. Rodríguez Acosta C. Actualización sobre hepatitis viral: etiología, patogenia, diagnóstico microbiológico y prevención. Rev Cubana Med Gen Integr [Internet]. 2000 Dic [citado 8 Nov 2016]16(6):574-585. Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0864-21252000000600009
  16. Beltrán Galvis O., Rosas M., Garzón O M.. Hepatitis B: Diagnóstico y manejo. Rev Col Gastroenterol [Internet]. 2005 June [citado 5 Dec 2016]; 20( 2 ): 12-33. Disponible en: http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0120-99572005000200004&lng=en.
  17. Hepatitis A in travellers: The European experience. J Infect Dis.1995;171 Suppl 1:24-8.
  18. Van Damme P,Banatvala J,Fay O,Iwarson S,McMahon B,Van Herck K,etal. Hepatitis A booster vaccination:is there a need? Lancet, 362 (2003), pp. 1065-71
  19. Vacunas anti-hepatitis B. En: Salleras L, editor.Vacunas preventivas. Principios y aplicaciones. 2.ª ed. Barcelona: Masson,2003. p.281-304
  20. Rizzetto M. Hepatitis D: Thirty years after. J Hepatol. 2009;50:1043-50778
  21. NIH: National Insititute of Diabetes and digestive and kidney diseases. (Internet); EEUU; septiembre 2013. Hepatitis A (aprox. 2 pantallas). [cited 15 nov. 2016]Disponible en: https://www.niddk.nih.gov/health-information/informacion-de-la-salud/enfermedad-delhigado/hepatitis-a/Pages/ez.aspx
  22. EMEI: Epidemiología molecular de enfermedades infecciosas. Madrid; 5 mayo 2012. Virus Hepatitis B: VHB (Aprox. 2 paginas) [citado 8 agosto 2022] Disponible en: http://epidemiologiamolecular.com/virus-hepatitis-vhd/
  23. Carlos Álvarez. Virus de hepatitis B y C. Retos en su tratamiento. Infectio. 2016;20:121-2 [Citado 12 Agosto 2022].
  24. Hepatitis – Asociación Catalana de Enfermos de Hepatitis. (2016). Fármacos disponibles en
  25. España para el tratamiento de la Hepatitis C – Hepatitis – Asociación Catalana de Enfermos de
  26. Hepatitis. [online] [citado 11 agosto 2022]. Disponible en: http://asscat-hepatitis.org/tratamientohepatitis-c/opciones-tratamiento-para-hepatitis-c/
  27. LeMone P, Burke KM. Asistencia de enfermería de los pacientes con trastornos de la vesícula biliar, el hígado y el páncreas. En: Enfermería médico-quirúrgica. Pensamiento crítico en la asistencia al paciente. Vol 2. 4ª ed. Madrid: Pearson Educación; 2009. p. 705-710.
  28. Miranda J, Cabezas C. Hepatitis B en trabajadores de salud. Rev Gastroent. Perú 2001; 21(2):128-135. [Citado 30 Julio 2022] Disponible en: http://sisbib.unmsm.edu.pe/bvrevistas/gastro/vol_21n2/contrib_esp.htm

 

Publique con nosotros

Indexación de la revista

ID:3540

Últimos artículos