AUTORES
- María Andrés Cebrián. Auxiliar de Enfermería.
- Mario Salazar García. Auxiliar Administrativo.
- Alejandro Sánchez Dauden. Celador.
- Nayara del Río Corral. Enfermera.
- Inmaculada Cozcolluela Cabrejas. Administrativo.
- Carmen Ariño Andreu. Auxiliar Administrativo.
RESUMEN
En este caso nos estamos refiriendo a las infecciones “no nosocomiales”, es decir, a aquellas que no se producen por infección entre pacientes o por áreas afectadas por gérmenes. En un concepto más amplio, la prevención de riesgos laborales del personal sanitario y su concienciación con la higienización, ayudarán a evitar o mitigar todo tipo de infecciones. Para ello deben extremarse las precauciones. La limpieza y desinfección suponen, obviamente, de las primeras medidas que hay que llevar a cabo para evitar infecciones. Ello ayudará a evitar tanto las enfermedades nosocomiales como las no nosocomiales.
PALABRAS CLAVE
Riesgos laborales, infección, limpieza.
ABSTRACT
In this case we are referring to “non-nosocomial” infections, that is, those that do not occur due to infection between patients or areas affected by germs. In a broader concept, the prevention of occupational risks for healthcare personnel and their awareness of sanitation will help avoid or mitigate all types of infections. For this, extreme precautions must be taken. Cleaning and disinfection are, obviously, one of the first measures that must be carried out to avoid infections. This will help avoid both nosocomial and non-nosocomial diseases.
KEY WORDS
Occupational risks, infection, cleaning.
DESARROLLO DEL TEMA
Las tareas de limpieza y desinfección resultan fundamentales en todo centro sanitario. Son consideradas tareas no clínicas, aunque de su buena realización dependerá que en otras unidades se optimice el trabajo. Hay muchos estudios a lo largo de la historia, que aseguran que la asepsia es primordial para la prevención de enfermedades. A lo largo de las últimas décadas, se ha extremado la precaución en este aspecto, dada la afluencia hospitalaria, la resistencia de algunos gérmenes y el evidente impacto sobre la salud, y, también, sobre la economía.
La higiene hospitalaria y la prevención de riesgos ante infecciones, es un aspecto global, en el cual deben verse implicados todo el personal del hospital, sanitario o no sanitario. Debe haber coordinación entre el personal de limpieza y los responsables de mantenimiento, que deberán de ceñirse a un plan previamente establecido1.
Propiamente, la limpieza hospitalaria asocia la higiene personal con la de las instalaciones e infraestructuras. La limpieza hospitalaria puede definirse como la retirada de partículas orgánicas o inorgánicas que puedan originar infecciones. Para la eliminación de las partículas en las que potencialmente se ocultan gérmenes, se emplean detergentes enzimáticos, agua y productos de limpieza tradicionales. El uso de las fregadoras industriales se limita a zonas amplias, dado el espacio que necesitan estas para desplazarse, sin embargo, son una de las soluciones más rentables para sótanos y otros espacios amplios. También los aparatos de vapor caliente resultan una solución en muchos casos, llegando a zonas inaccesibles por medios manuales. El agua a presión a elevada temperatura, no solo limpia, sino que también desinfecta y evita la acumulación de microorganismos. Pueden emplearse también máquinas de pulir, para que posteriormente la limpieza resulte más fácil. En todo caso, los turnos de limpieza y desinfección deben estar claramente planificados. En hospitales grandes, debe realizarse un plan coordinado que incluya todas las unidades, un plan en el que se tenga en cuenta que no debe haber zona (habitada o no) que quede fuera de los turnos de limpieza preestablecidos.
Debe quedar clara la diferencia entre desinfección y esterilización. Este último proceso está reservado a instrumental clínico potencialmente contaminable, así como a sábanas y otros muchos complementos. Cada plan de actuación deberá tener en cuenta las especiales necesidades de los pacientes, diferenciando entre los inmunodeprimidos y los que poseen un sistema inmune sano, así como las infecciones de los que no lo son. Es importante indicar que la desinfección y esterilización deberá realizarse siempre, pero también hay que recalcar lo importante que es extremar las precauciones con pacientes inmunodeprimidos. La esterilización tiene como fin la eliminación de esporas, bacterias y cualquier microorganismo de los objetos utilizados en los procesos médicos, mientras que la desinfección afecta prácticamente a cualquier parte de los centros sanitarios.
El personal sanitario y no sanitario debe advertir normas básicas de higiene, y hacérselas saber a pacientes y familiares en caso de que sea necesario. Si se da el caso de que determinado paciente o familiar introducen en el hospital objetos o sustancias potencialmente peligrosas, cualquier trabajador del centro debe hacérselo saber al personal de seguridad. Las normas que derivan de los programas de Control de Infecciones y Unidad de Prevención de Riesgos Laborales son las que rigen las normas de actuación del personal hospitalario de cara a evitar infecciones.
Hay también que tener en cuenta que el estado del edificio también estará relacionado con la propensión a mayores o menores infecciones. Por ejemplo, las humedades son un problema en cuanto a acumulación de microorganismos y su propagación. Por tanto, la higienización y limpieza también dependerá del mantenimiento del edificio y de sus partes externas e infraestructuras. De cara a un menor impacto de posibles infecciones, los paramentos del centro deberán estar libres de roturas, humedades, porosidades y todo ambiente que pueda resultar idóneo para la acumulación de gérmenes nocivos.
CONCLUSIÓN
El personal de limpieza en los centros sanitarios está íntimamente relacionado con la prevención de riesgos laborales por infecciones. Sean hongos, bacterias y otros microorganismos, deben mantenerse lejos de instalaciones sanitarias, así como de los pacientes, familiares y personal de los hospitales. Todos los trabajadores de los hospitales son, en buena medida, responsables de su mantenimiento e higiene. Los trabajadores deben conocer los diferentes cubos para depositar desechos orgánicos, plásticos, etc., así como estar dispuestos a hacer lo posible por agilizar las tareas de limpieza y desinfección. En cuanto a lugares alejados de los pacientes, como sótanos o almacenes, los procedimientos deberán ser otros, sobre todo teniendo en cuenta la propensión de estos lugares subterráneos a insectos. Estos pueden conllevar enfermedades y, claro está, insectos como las cucarachas y otros son inadmisibles en los hospitales y estancias aledañas. Si es necesario, se harán cargo de la desinsectación y desinfección empresas especializadas, que en algunos casos deberán proceder periódicamente. Para otras zonas específicas, como animalarios de hospitales o centros de investigación, se llevarán a cabo procedimientos de limpieza según la tarea.
BIBLIOGRAFÍA
- Higiene hospitalaria: Retos y perspectivas de la limpieza y desinfección en la calidad asistencial y seguridad del paciente. Antares-Consulting 2015. Disponible: https://hospitecnia.com/gestion/higiene-y-desinfeccion/higiene-hospitalaria-retos-perspectivas/