Prevención de riesgos laborales en trabajadores del sector sanitario.

20 febrero 2022

AUTORES

  1. Álvaro Marzal Rubio. Graduado en Terapia Ocupacional. Cruz Roja Illes Balears.
  2. Soraya Laínez Torrijo. Graduada en Enfermería. Servicio Aragonés de Salud. Hospital Universitario Miguel Servet. Ana Isabel
  3. Carbonell García. Graduada en Terapia Ocupacional. Servicio Aragonés de Salud. Hospital Universitario Miguel Servet.
  4. Rubén Yus Gonzaléz. Conductor, Celador. Servicio Aragonés de Salud.
  5. Estela Meléndez Sánchez. Graduada en Enfermería. Servicio Aragonés de Salud. Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa.

 

RESUMEN

En el sector sanitario se desarrolla un sistema de trabajo de gran complejidad en el que confluyen gran variedad de profesionales. Las personas con las que tratamos, los materiales con los que trabajamos, las instalaciones y estructuras donde hacemos servicios y, en definitiva, la idiosincrasia de nuestras profesiones genera la toma de diversos riesgos para la salud de las personas.

 

PALABRAS CLAVE

Riesgos laborales, salud laboral, prevención, perfiles sanitarios.

 

ABSTRACT

In the health sector, a very complex work system is developed and a big variety of professional workers take part in it. As workers placed in this sector, we take several risks for our health. This is caused by people we treat, the facilities and structures we serve in, and the idiosyncrasy that forms our professions.

 

KEY WORDS

Occupational risks, occupational health, prevention, sanitary profiles.

 

DESARROLLO DEL TEMA

Mediante este trabajo, se pretende proporcionar unas bases generales de los riesgos para la salud a los que los profesionales del ámbito de la salud estamos expuestos.

Para ello se describirán tanto los agentes físicos, biológicos y químicos como los factores ergonómicos y psicosociales con mayor prevalencia actualmente.

Agentes físicos:

Estos agentes se manifiestan en diferentes tipos de energía. Encontramos la energía mecánica (ruido y vibraciones, la calorífica, la presión, la gravedad y la energía electromagnética (radiaciones ionizantes y no ionizantes).

Las que mayor peligro conllevan para la salud son las radiaciones ionizantes y es por ello que es la energía por la que mayor regulación legislativa se ha llevado a cabo en cuanto a la protección de los trabajadores. Dentro de las radiaciones ópticas, la más perjudicial es la ultravioleta y es por ello por lo que se controla tanto la exposición solar como la de fuentes artificiales1.

 

Agentes biológicos:

Son muchos los microorganismos en contacto continuo con los profesionales del ámbito sanitario. Sin embargo, los que mayor preocupación atañe a la comunidad sanitaria son los virus de la Hepatitis B y C y el VIH.

La prevalencia más alta de mecanismo de transmisión de accidentes biológicos recae sobre el contacto indirecto y la vía percutánea, seguida de la mucosa.

Debido a la gran importancia de este tipo de accidentes, los sistemas de prevención se han desarrollado ampliamente, principalmente los de prevención primaria. Tanto trabajadores como instituciones sanitarias suman esfuerzos para mejorar la formación y el desarrollo de dispositivos preventivos.

Es el colectivo profesional enfermero más prevalente en relación con accidentes biológicos debido a la conjunción de varios factores: la continua interacción con el paciente y el uso de objetos cortopunzantes2.

 

Agentes químicos:

Agentes anestésicos inhalatorios:

Se utilizan en algunos procedimientos quirúrgicos para aumentar el umbral de sensibilidad al dolor y eliminar el estado de vigilia, mediante la depresión del Sistema Nervioso Central (SNC). Los gases anestésicos más utilizados en la actualidad son el protóxido de nitrógeno y el sevofluorano.

En cuanto a los efectos en la salud, debemos diferenciar entre exposiciones agudas y crónicas. En las agudas, encontramos confusión, vértigo, náuseas y somnolencia por inhalación, sequedad y enrojecimiento por contacto con piel y mucosas. El óxido de nitrógenos puede ocasionar también excitación e incoordinación y en altas concentraciones puede causar asfixia y muerte por falta de oxígeno.

En exposiciones crónicas, la patología es muy amplia y dispersa, descubriéndose acciones desde la división celular, acciones hepáticas y renales, acciones neuropsíquicas, carcinógenas y sobre la gestación.

La utilización de sistemas de extracción de gases junto con sistemas de ventilación que promuevan la renovación de aire disminuye la exposición profesional a agentes anestésicos inhalatorios.

Citostáticos:

Son sustancias citotóxicas utilizadas principalmente para tratar procesos tumorales, causando disfunción celular e inhibición del crecimiento de las células cancerosas.

Las acciones tóxicas para la salud más importantes son: afectación de la reproducción (abortos espontáneos y malformaciones, alteraciones en la menstruación e infertilidad), carcinogénesis y mutagénesis. La toxicidad más cercana para quienes preparan estos fármacos son afecciones cutáneas o de mucosas, reacciones de hipersensibilidad inmediata y de anafilaxia sistémica y aquellas producidas por la inhalación de aerosoles, habiendo afectación de la vía respiratoria.

En cuanto a las medidas preventivas existentes, podemos encontrar recomendaciones generales, formación e información al personal implicado, recepción y almacenamiento de fármacos, protección personal, preparación y administración del fármaco, excretas de los pacientes, tratamiento de derrames y exposiciones accidentales y gestión de residuos.

Desinfectantes y esterilizantes:

Para la desinfección y esterilización de campos podemos distinguir entre agentes físicos y químicos. En general, los agentes químicos tienen una alta actividad de reacción y buena capacidad de penetración en el material, por lo tanto, son potencialmente peligrosos, siendo la mayoría irritantes para la piel y las mucosas. La vía respiratoria también resulta afectada en el caso de los agentes gaseosos.

Las medidas preventivas genéricas abarcan desde la utilización de sistemas cerrados hasta el uso de sistemas de ventilación general y equipos de protección individual adecuados.

A continuación, se exponen las sustancias o materiales que se utilizan con mayor frecuencia.

Óxido de etileno:

En condiciones normales de temperatura y presión, es un gas incoloro, más pesado que el aire y en concentraciones elevadas presenta un olor similar al éter.

Se utiliza para la esterilización de material sensible al calor. Es un compuesto muy inflamable cuando se le expone a fuentes de ignición en presencia de oxígeno. También es extremadamente reactivo, pudiendo producir explosiones.

En exposiciones agudas, este compuesto puede producir lesiones irritativas, conjuntivitis, quemaduras corneales, opacidades de córnea y cataratas. También se han descrito sensibilizaciones alérgicas. En los cuadros de intoxicación, los síntomas más graves son alteraciones respiratorias como disneas, cianosis y edema pulmonar.

En cuanto a exposiciones crónicas, el óxido de etileno provoca efectos teratogénicos, mutagénicos y cancerígenos.

Entre las medidas preventivas destacan: sustitución del compuesto por otro, actuaciones sobre el foco emisor, control sobre el medio de propagación, medidas organizativas y actuaciones sobre el individuo. También se relatan primeros auxilios en caso de inhalación, contacto con la piel y con los ojos y actuaciones en caso de emergencia. Glutaraldehído:

A temperatura ambiente se presenta como un líquido incoloro, poco volátil y miscible en agua. Se utiliza como antiséptico, en disoluciones acuosas.

Su uso ha decaído debido a los efectos para la salud. Se considera un producto irritante en el ámbito sanitario. Puede provocar cefalea y síntomas respiratorios a la inhalación. Se han descrito casos de dermatitis de contacto, sinusitis, conjuntivitis, irritación gastrointestinal, náuseas, vómitos, dolores de cabeza y sensibilización cutánea.

Ácido peracético:

Es un líquido incoloro, que resulta de la reacción entre el ácido acético y el peróxido de hidrógeno. Se utiliza como blanqueador, bactericida y fungicida alimentario y como catalizador. Se considera un desinfectante universal.

Como otros compuestos, también es irritante e inflamable.

Peróxido de hidrógeno:

Comúnmente se llama agua oxigenada. En el ámbito sanitario se utiliza como desinfectante y antiséptico.

Este compuesto puede ser peligroso si se ingiere, si se inhala o por contacto con la piel o los ojos. Inhalar el producto para uso doméstico (3%) puede producir irritación de las vías respiratorias. Inhalar vapores de las soluciones concentradas (más del 10%) puede producir grave irritación pulmonar.

Formaldehído:

También conocido como formol, se utiliza principalmente para la fijación de muestras de tejidos. También se usa por sus propiedades desinfectantes y esterilizantes.

En el medio laboral, la exposición principal es la vía inhalatoria depositando el compuesto en las vías respiratorias (principalmente las superiores). Ocasiona efectos irritantes y formación de úlceras gastrointestinales si se ingiere. En la Unión Europea, el formol está clasificado como cancerígeno de categoría 3.

Humos quirúrgicos:

Son aquellos agentes volátiles producidos durante la electrocauterización, cirugía láser o bisturí ultrasónico. Está compuesto por vapor de agua y otros agentes potencialmente peligrosos para la salud.

Presentan un riesgo químico y biológico. Están presentes virus y células viables, aparte de partículas no viables que pueden penetrar en las zonas más profundas del pulmón (bacteriófagos, retrovirus y esporas bacterianas). Látex:

También llamado caucho natural, es un producto vegetal procesado obtenido a partir de la savia de diferentes árboles. Se considera sensibilizante, habiendo una prevalencia de alergia al látex en torno al 0,3-1% de la población, siendo más alta entre profesionales con exposición alta al látex en su trabajo. También tiene un componente irritativo, pudiendo ocasionar dermatitis irritativa no alérgica. También puede ocasionar síntomas respiratorios (rinitis y asma) y manifestaciones sistémicas (angioedema y anafilaxia sistémica).

Entre las actuaciones recomendadas, se encuentran el uso racional del guante (no en todos los procedimientos se precisan guantes) y otras medidas organizativas (mantenimiento de instalaciones, medición de alérgenos del látex…). Existen en el mercado otras alternativas que no suelen presentar sensibilización, como son los guantes de vinilo y nitrilo.

Mercurio:

Su uso en el sector sanitario es amplio: termómetros, espejos, barómetros, lámparas fluorescentes, lámparas de arco de rayos UVA, hidrómetros, pirómetros, empastes dentales, pilas, interruptores, pinturas, etc.

El mercurio inorgánico tiene capacidad para formar vapores a temperatura ambiente, siendo la inhalatoria su principal vía de entrada. Estos vapores son tóxicos y corrosivos. Este elemento es perjudicial por inhalación, ingestión y contacto (por absorción cutánea), teniendo efectos acumulativos en el organismo.

Entre la toxicidad aguda, la inhalación de estos vapores provocan irritación de las vías respiratorias e intoxicación grave (fatiga, fiebre, problemas digestivos, gingivitis, estomatitis…). En la toxicidad crónica encontramos la enfermedad profesional causada por la exposición a mercurio llamada hidrargirismo o mercurialismo.

Metacrilato de metilo:

Compuesto químico sintético y volátil, líquido incoloro a temperatura ambiente. Su uso principal es el de la preparación de cementos óseos protésicos en ortopedia y odontología.

En su preparación, se liberan vapores perjudiciales para la salud que pueden provocar irritación de vías respiratorias y la mucosa ocular, mareos, cefaleas y efectos anestésicos. Para evitar daños, se recomienda el uso de sistemas cerrados (jeringas) para su preparación.

Xilenos:

Pertenecientes a la familia de los hidrocarburos aromáticos, los xilenos se usan como diluyentes de pinturas y barnices, en productos farmacéuticos, disolvente de parafina y en preparaciones de anatomía patológica.

El xileno se clasifica como narcótico, siendo los efectos por inhalación de la toxicidad aguda propios de la depresión del sistema nervioso central. También pueden producir dermatitis irritativa si se pone en contacto.

A largo plazo, la toxicidad crónica puede ocasionar el síndrome psicoorgánico (problema de memoria y concentración, insomnio, disminución de la capacidad intelectual y alteraciones de la personalidad).

Para prevenir estos daños, se indican sistemas eficaces de extracción localizada y cuando no los haya, equipos de protección individual respiratorios3.

 

Factores ergonómicos:

La repercusión y deterioro físico en la salud de los trabajadores puede ser desengranado en los siguientes factores de riesgo ergonómico: diseño del mobiliario, de las habitaciones, del producto, del entorno y el diseño organizacional.

En cuanto a la ergonomía biomecánica, podríamos hablar de la manipulación manual de pacientes, mobiliario u otros materiales. La repetición de tareas (y consigo movimientos), ocasiona desgaste articular y patología músculo-tendinosa. La postura también cobra importancia, sobre todo en aquellos puestos de trabajo donde el estatismo postural es muy frecuente (como el personal de quirófano).

Los parámetros del entorno son muy variables, entre ellos encontramos a la iluminación, el espacio, la accesibilidad reducida, la climatización o el ruido.

Aspectos de carácter organizacional, como la temporalidad es uno de los factores característicos en el personal sanitario, debido a las largas jornadas de trabajo y la nocturnidad. Estos aspectos abarcan los ritmos de trabajo, la distribución de tareas, la ratio paciente-profesional, descansos, la comunicación entre departamentos, ambigüedades y conflictos de rol, cultura y clima organizacional4.

 

Factores psicosociales:

Podemos decir que, dentro del conjunto de factores psicosociales, el estrés es uno de los que mayor impacto genera en la persona. La literatura concluye que los niveles de estrés a los que los trabajadores del ámbito hospitalario se someten, son elevados y repercuten de forma negativa sobre su salud. La manifestación clínica relacionada con el estrés habitualmente se describe como trastornos musculoesqueléticos, depresivos, alteraciones psicosomáticas y el burnout.

Adentrándonos en el sector sanitario, se describen las áreas con mayor nivel de estrés y estas son: urgencias, oncología, anestesia y cuidados intensivos. Estos niveles se incrementan considerablemente en situaciones especiales de mayor carga de trabajo, responsabilidad, fatiga o emergencias. El personal que trabaja en emergencias señala el estrés emocional como uno de los principales riesgos de su profesión y lo asocian con una mayor probabilidad de asociación con el burnout.

También se relatan otros elementos influyentes en el grado de estrés que se sufre: características del empleo o ambiente físico como el mal diseño del puesto, las condiciones ergonómicas precarias o la dificultad del ámbito de trabajo para generar buenas relaciones entre compañeros.

En busca de la prevención y disminución del estrés que sufren los profesionales en el ámbito sanitario, podemos enumerar algunos factores protectores que se describen en la literatura: apoyo social, características individuales (resiliencia), buenas relaciones personales y profesionales entre colegas, participación en foros profesionales en Internet, el mantener relaciones de pareja, grupos de amistad y de apoyo5.

En esta sección también podríamos hablar de la violencia ocupacional, aunque hay diversas modalidades de manifestación (de la física a la psicológica, de la verbal a la sexual, etc.). En la actualidad, diversas instituciones internacionales perciben esta cuestión como socialmente urgente y económicamente relevante, siendo un problema global con matices locales.

En la lucha contra esta violencia, existen diferentes estrategias que se llevan a cabo. Ejemplos de ellas son la sensibilización, la información, la formación y la capacitación del personal laboral. A nivel organizacional, se realizan protocolos de conducta antiviolencia y la optimización de sistemas de comunicación, entre otras actuaciones. Al igual modo también se hace incidencia social, a través de la promoción de valores culturales como el civismo activo6.

 

CONCLUSIONES

En el sector sanitario se desarrolla un sistema de trabajo de gran complejidad en el que confluyen gran variedad de profesionales. Las personas con las que tratamos, los materiales con los que trabajamos, las instalaciones y estructuras donde hacemos servicios y, en definitiva, la idiosincrasia de nuestras profesiones genera la toma de diversos riesgos para la salud de las personas. Cuando esta exposición se cronifica como en el caso de los trabajadores, genera una gran repercusión sobre estos.

Por ello, como principales interesados, debemos enfocar parte de nuestro esfuerzo en la detección, comunicación de los posibles problemas de salud que sufrimos para permitir un análisis e implementación de medidas para la promoción y prevención en salud.

 

BIBLIOGRAFÍA

  1. Repetto G, Del Peso A, Repetto M. La regulación de la protección frente al riesgo por agentes físicos. Rev. Toxicol. [Internet]. 2008; 25: 12-21. Disponible en: https://rev.aetox.es/wp/index.php/25-3/
  2. Castro Fuentes L. El accidente con riesgo biológico en el sector sanitario. Trabajo de Fin de Grado. Universidad de Cantabria. [Internet]. 2014. Disponible en: https://repositorio.unican.es/xmlui/bitstream/handle/10902/5198/CastroFuentesL.pdf?sequence=1&isAllowed=y
  3. Arana Belloso D, Blanco Guerra C, Caldés Casas A, Gallego Piñol E, Gómez Pérez FJ, Martín Lancharro P et al. Agentes químicos en el ámbito sanitario. Escuela Nacional de Medicina del Trabajo (ENMT). Instituto de Salud Carlos III. Ministerio de Ciencia e Innovación. Madrid. 2010. Pascual del Río, Jorge. Coordinador. Disponible en: http://istas.net/descargas/ENMT_Monografia_Guia_Agentes_Quimicos%5B2%5D.pdf
  4. Regatero Carrascosa A. La ergonomía hospitalaria y la necesidad de la prevención. Gestión práctica de riesgos laborales. Integración y desarrollo de la gestión de la prevención [Internet]. 2009; 63: 42-47. Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=3034886
  5. Aguado Martín JI, Bátiz Cano A, Quintana Pérez S. El estrés en personal sanitario hospitalario; estado actual. Med Segur Trab [Internet] 2013; 59 (231): 259-275. Disponible en: https://scielo.isciii.es/pdf/mesetra/v59n231/revision1.pdf
  6. Cantera LM, Cervantes G, Blanch JM. Violencia ocupacional: el caso de los profesionales sanitarios. Papeles del Psicólogo [Internet] 2008; 29 (1): 49-58. Disponible en: https://www.researchgate.net/publication/28249619_Violencia_ocupacional_el_caso_de_los_profesionales_sanitarios/link/00b7d5366fa7f0fcaf000000/download

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