Revisión bibliográfica: últimas recomendaciones en la reanimación cardiopulmonar pediátrica.

29 septiembre 2022

AUTORES

  1. Arturo Baquedano García. Graduado en Enfermería. Servicio Aragonés de Salud. Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza.
  2. José Miguel Ferrer Gómez. Graduado en Enfermería. Servicio Aragonés de Salud. Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza.
  3. Víctor Civera Hernández. Graduado en Enfermería. Servicio Aragonés de Salud. Hospital Barbastro Huesca.
  4. Guillermo Sierra Gros. Graduado en Enfermería. Servicio Aragonés de Salud. Hospital Universitario San Jorge Huesca.
  5. Pilar López Castillo. Graduada en Enfermería. Servicio Aragonés de Salud. Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza.
  6. Ana Belén Castro Muñoz. Graduada en Enfermería. Servicio Aragonés de Salud. Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza.

 

RESUMEN

La parada cardiorrespiratoria en pacientes pediátricos presenta una elevada morbimortalidad considerándose una causa reversible cuyo abordaje temprano mediante el reconocimiento de situaciones de riesgo vital y el inicio precoz de las maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) mejoran el pronóstico de supervivencia.

Las maniobras de RCP son un tema en continua revisión cuya elaboración periódica de nuevas recomendaciones fruto de la evidencia científica de los estudios más recientes actualizan el conocimiento y desempeño de las maniobras de reanimación. Son diversos organismos los responsables de la revisión y elaboración de nuevas guías y protocolos de actuación recomendados para la formación del personal sanitario y la población general.

Este presente documento tiene como objetivo principal realizar una revisión bibliográfica sobre las últimas recomendaciones en la reanimación cardiopulmonar pediátrica, con la finalidad de recoger y resumir los cambios más importantes en este campo adoptados durante estos últimos años.

La formación continuada en este ámbito del personal sanitario y no sanitario es imprescindible para una correcta actuación frente a una PCR en pacientes pediátricos, se pretende con este escrito facilitar la formación actualizada de la RCP pediátrica proveyendo una mayor accesibilidad a las últimas actualizaciones en las recomendaciones de la reanimación cardiopulmonar en pacientes pediátricos.

Mediante el proyecto también se buscará realizar una diferenciación en los principales aspectos en los que distinguimos una RCP pediátrica y en adultos, además de incidir en la importancia del trabajo en equipo en las maniobras de la RCP y mostrar el valor del entrenamiento y educación en la RCP.

 

PALABRAS CLAVE

Reanimación, pediatría, parada cardiorrespiratoria, RCP, soporte vital, reanimación pediátrica.

 

ABSTRACT

Cardiorespiratory arrest in pediatric patients has a high morbidity and mortality and is considered a reversible cause whose early approach by recognizing life-threatening situations and early initiation of cardiopulmonary resuscitation (CPR) maneuvers improve survival prognosis.

CPR maneuvers are a subject under continuous review, the periodic preparation of new recommendations resulting from the scientific evidence of the most recent studies update the knowledge and performance of resuscitation maneuvers. Various organizations are responsible for the review and development of new guides and action protocols recommended for the training of sanitary staff and the general population.

The main objective of this document is to carry out a bibliographic review of the latest recommendations in pediatric cardiopulmonary resuscitation, in order to collect and summarize the most important changes in this field adopted in recent years.

Continuing training in this field of health and non-health personnel is essential for a correct action against a cardiopulmonary arrest in pediatric patients; this writing intends to facilitate the updated training of pediatric CPR by providing greater accessibility to the latest updates in the recommendations of cardiopulmonary resuscitation in pediatric patients.

The project will also seek to differentiate the main aspects in which we distinguish between pediatric and adult CPR, in addition to emphasizing the importance of teamwork, training and education in CPR maneuvers.

 

KEY WORDS

Cardiopulmonary resuscitation, paediatric life support care, resuscitation, basic life support.

 

INTRODUCCIÓN

En la actualidad la enfermería constituye uno de los principales eslabones de una gran cadena en la asistencia sanitaria, desempeñando esta un papel primordial en la identificación de las alteraciones de salud en los pacientes. Dichas modificaciones en el estado de salud son posibles de detectar gracias a las observaciones del comportamiento del paciente y de sus constantes vitales.

Hoy en día, la identificación temprana de las alteraciones de salud de los pacientes nos permite adelantarnos a posibles riesgos que entrañan como es la parada cardiorrespiratoria (PCR), siendo esta entendida como, una interrupción de la mecánica cardiaca y la actividad respiratoria que sucede habitualmente de manera repentina e inesperada, pudiendo revertir dicha situación por medio de las maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) 1.

La elevada morbimortalidad de la parada cardiorrespiratoria en edad pediátrica hace de esta en el presente un tema importante a tratar con el fin de evitar un desenlace trágico. Afortunadamente, la incidencia en este rango de edad es mucho menor, teniendo mayor incidencia en la edad adulta. Sin embargo, se ha detectado una mayor incidencia en edad pediátrica en el ámbito intrahospitalario frente al extrahospitalario, llegando a ser esta incidencia extrahospitalaria en países desarrollados de 8 a 20 casos/100.000, mientras que, en el ámbito intrahospitalario, se calcula entre el 1,5 y 4,5%1,2.

La parada cardiorrespiratoria con frecuencia es precedida de signos de empeoramiento del estado de salud del paciente, siendo estos signos alertas que nos permiten anticiparnos a su desenlace. La detección e intervención de manera precoz nos brinda una oportunidad de prevenir una PCR en los pacientes, aumentando su supervivencia, de ahí surge la necesidad imperiosa de fomentar una formación y un entrenamiento continuado en las maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) entre el personal sanitario y la población1,3.

Existen diversos signos de riesgo que se consideran guía en la detección de una PCR, pudiendo clasificarlos según sea un fallo respiratorio, siendo estos la frecuencia respiratoria elevada, respiraciones superficiales, ruidos respiratorios, trabajo respiratorio exagerado o signos de agotamiento y la cianosis, o un fallo cardiaco originando taquicardia, bradicardia, mala perfusión, pulsos débiles y oligoanuria, acompañado siempre ambos fallos de una disminución del nivel de conciencia. Concretamente debemos incidir en las tres principales señales, siendo estas la apnea o gasping (respiración agónica o dificultosa), la ausencia de pulsos distales y la inconsciencia1. Actualmente la comunidad científica internacional cuenta con diversos organismos en el campo de la RCP encargados de elaborar los protocolos de actuación, como el Consejo Internacional de Resucitación (ILCOR), organismo encargado de revisar cada 5 años los avances en la evidencia científica internacional sobre la RCP con la finalidad de proveer las normas y protocolos más actualizados en este campo, The American Heart Association (AHA) y el Consejo Europeo de Resucitación (ERC). También se distinguen en el ámbito nacional organismos encargados de elaborar recomendaciones adoptadas en base a las europeas, siendo estas el Consejo Español de Reanimación Cardiopulmonar (CERCP) y el Grupo Español de RCP Pediátrica y Neonatal (GERCPPYN) 3,4,5,6,7.

La evidencia científica internacional estipuló que todas aquellas medidas destinadas a prevenir y revertir la PCR debían englobarse en un único concepto, siendo este la reanimación cardiopulmonar (RCP), donde podemos desglosar dos tipos, la RCP básica y la avanzada.

La reanimación cardiopulmonar básica engloba toda maniobra que, sin instrumento o equipamiento ninguno, permite detectar si nos encontramos ante una parada cardiorrespiratoria (PCR) y reemplazar la función cardiorrespiratoria en el individuo. También nos encontramos con la variante de la RCP básica instrumentalizada siendo aquella que emplea material sanitario para su realización sin requerir de una formación avanzada1,4,8.

A diferencia de la RCP básica, la avanzada es llevada a cabo por personal cualificado y entrenado cuyas maniobras se apoyan con soporte ventilatorio (intubación, ventilación mecánica) y circulatorio (vías periféricas, reposición de líquidos, fármacos, desfibrilador, etc.) 1,4,8.

Los resultados arrojados de múltiples estudios demuestran que cualquier maniobra de reanimación cardiopulmonar que se lleve a cabo ante un PCR mejora el pronóstico y supervivencia del individuo, por consiguiente, toda recomendación va dirigida a que cualquier persona ante una situación de PCR inicie maniobras de reanimación. De aquí surge la necesidad imperecedera de difundir y proveer del conocimiento y entrenamiento de la reanimación cardiopulmonar a todo individuo, otorgando siempre la máxima actualización de la evidencia científica1,4,6,8.

 

OBJETIVOS

Objetivo General:

La presente revisión bibliográfica tiene como finalidad principal analizar las principales recomendaciones de las últimas actualizaciones del comité internacional y europeo en la reanimación cardiopulmonar en edad pediátrica de 2020, con el propósito de recoger y resumir los cambios más importantes en este campo adoptados durante estos últimos años.

Objetivos específicos:

  • Proveer una mayor accesibilidad del conocimiento actualizado en el campo de la reanimación cardiopulmonar en pacientes pediátricos.
  • Facilitar una formación continuada al personal sanitario y no sanitario por medio de este escrito.
  • Diferenciar los principales aspectos que difieren de una RCP pediátrica y en adultos.
  • Resaltar la importancia del trabajo en equipo en las maniobras de la RCP.
  • Mostrar la trascendencia de la educación y entrenamiento en la RCP.

 

METODOLOGÍA

La confección de esta revisión bibliográfica se quiere llevar a cabo desde la evidencia más actualizada en el campo de la reanimación cardiopulmonar básica y avanzada en edad pediátrica con el objetivo de garantizar su mayor calidad y utilidad.

Para ello se han utilizado distintas herramientas y planteamientos empezando por la formulación de la pregunta de búsqueda, mediante el método PICO.

 

Método PICO 9:

Para la formulación de la pregunta de investigación se ha aplicado el formato PICO, siendo este un acrónimo constituido por la Población, Intervención, Comparación y Outcomes (Resultados).

  • POBLACIÓN: Pacientes pediátricos en parada cardiorrespiratoria
  • INTERVENCIÓN (Factor de riesgo): Parada Cardiorrespiratoria
  • COMPARACIÓN: No se realiza comparación
  • OUTCOMES: Últimas recomendaciones de la reanimación cardiopulmonar en edad pediátrica

Por medio de la aplicación de dicho método se ha obtenido la siguiente pregunta de investigación: ¿Cuáles son las últimas recomendaciones sobre el protocolo de actuación en reanimación cardiopulmonar pediátrica?

 

Estrategia de búsqueda:

Para allanar el camino en la obtención de los artículos de las bases de datos se ha llevado a cabo la elaboración de una estrategia de búsqueda determinada con la cual realizar una exploración exhaustiva de publicaciones, formándose cuestiones cómo dónde buscar, qué términos emplear, qué tipos de trabajo incluir e incluso que idiomas seleccionar.

Finalmente se decidió incluir publicaciones de investigación de distintos tipos científicos en español y en inglés desde los años 2015 hasta el 2022, con mayor relevancia en las guías clínicas y publicaciones de instituciones oficiales.

 

Palabras clave:

Para la búsqueda en las bases de datos se definieron una serie de palabras clave (keywords) que se combinaron a través de diferentes conectores como NOT, AND y OR.

Al mismo modo también se hizo uso de los MeSH (medical subject headings) como “life support care”, “pediatrics”, “basic cardiac life support”, “CPR” y “cardiopulmonary resuscitation”.

PALABRAS CLAVE: Reanimación, Pediatría, Parada cardiorrespiratoria, RCP, Soporte Vital, Reanimación pediátrica.

KEY WORDS: Cardiopulmonary Resuscitation, Pediatric life support care, Resuscitation, Basic life support.

 

Fuentes de información:

Las principales fuentes de información consultadas donde mayor información se ha recabado para dicha revisión han sido los sitios webs oficiales de las principales organizaciones y consejos de reanimación cardiopulmonar tanto a nivel internacional como nacional que realizan un proceso continuo de revisión y evaluación de los principales temas, obteniendo finalmente una síntesis cada 5 años de las últimas recomendaciones.

También se ha recabado información procedente de las principales bases de datos como PubMed, Scielo, Elsevier, Medline y la Library Cochrane.

 

Criterios de Exclusión e Inclusión:

Criterios de inclusión:

  • Guías y revisiones de las recomendaciones elaboradas por los principales organizadores y consejos de la reanimación cardiopulmonar a nivel internacional y nacional.
  • Publicaciones científicas de 2015 a 2022.
  • Publicaciones científicas en inglés y español.

Criterios de exclusión:

  • Publicaciones con texto incompleto.
  • Publicaciones antiguas sin actualizar recientemente.
  • Publicaciones con bibliografías no válidas o incompletas.

 

DESARROLLO Y DISCUSIÓN

Últimas recomendaciones en la RCP pediátrica:

Las últimas recomendaciones en RCP publicadas desde 2020 por el Consejo Internacional de Resucitación (ILCOR) con la nueva metodología implantada, siendo esta una revisión continua de diferentes temas y sintetizados en un nuevo artículo publicado cada 5 años, ha sido implementado en la actualidad con las publicaciones del la Asociación Americana del Corazón (AHA) en 2020 y del Grupo Pediátrico del ERC en 20215,6.

En el presente documento a continuación se procederá a desglosar las principales áreas implementadas en distintos bloques.

Prevención de la Parada Cardiaca en edad pediátrica:

Las maniobras de reanimación cardiopulmonar van encaminadas a revertir la PC o proveer de soporte vital a los individuos que son susceptibles de un fallo respiratorio, cardiovascular o neurológico, pudiendo derivar en una PCR1. La mayoría de los pacientes pediátricos al sufrir una PCR experimentan previamente una fase de descompensación, siendo esta fase prevenible de su desenlace identificando la variabilidad de los parámetros analíticos y de los signos vitales2,10.

En 2021 las recomendaciones publicadas por el ERC van orientadas en este campo a tratar de controlar el desenlace de dicha fase de descompensación, fomentando un mejor abordaje y manejo de las principales situaciones clínicas con probable desenlace fatídico, como son entre otras el shock séptico o hemorrágico, la bradicardia o la insuficiencia respiratoria4,5.

Para la prevención de la PCR existen diferentes escalas de valoración específicas que pueden orientarnos en el deterioro del paciente, pero no desplaza la necesidad de vigilancia de los principales signos de alarma de una PCR. La ERC recomienda frente a la valoración del niño gravemente enfermo o lesionado la utilización del Triángulo de evaluación pediátrica o herramienta similar que permita el reconocimiento temprano de un niño en peligro, continuar con el enfoque ABCDE, realizar todas aquellas intervenciones necesarias en cada campo de evaluación si existen anomalías y una continua reevaluación de cualquier intervención en caso de existir duda alguna 4,5.

Los principales cambios en las recomendaciones de la ERC en dichas situaciones clínicas abarcan a los niños con signos de insuficiencia cardiaca/respiratoria, enfocándose en las terapias adicionales en el shock séptico y hemorrágico, la bradicardia y la insuficiencia respiratoria.

  • Terapias adicionales en el shock séptico4,5:
  • Se recomienda administrar una expansión con líquidos en caso de presentar hipovolemia absoluta o relativa (shock séptico o anafiláctico), pero NO se recomienda en niños febriles que no presentan shock.
  • Administrar uno o más bolos de líquido 10ml/Kg de forma precoz en niños con shock diagnosticado, pudiéndose repetir hasta 40-60 ml/Kg en la primera hora de tratamiento.
  • Tras la administración de cada bolo se ha de volver a evaluar para evitar una sobrecarga por líquidos.
  • Se establece que ha de considerarse una primera dosis de hidrocortisona en dosis de estrés (1-2 mg/Kg) en niños con shock séptico que no responde a los líquidos y al soporte de vasoactivo.
  • La selección de un inotrópico o vasopresor debe adaptarse a la fisiopatología de cada paciente y ajustarse a la respuesta clínica.
  • Terapias adicionales en el shock hemorrágico3,4:
  • Se sugiere realizar expansión con volumen reducido y controlado en sustitución de volúmenes elevados de cristaloides en el shock hemorrágico tras un traumatismo.
  • Administrar en el primer momento posible productos sanguíneos.
  • Terapias adicionales en la bradicardia3,4:
  • La administración de atropina en la bradicardia vendrá establecida en función de la perfusión periférica del niño, pudiéndose administrar en caso de buena perfusión periférica.
  • En caso contrario se ha de asegurar la secuenciación A (vía aérea) y B (respiración), en situación de no mejoría se iniciarán las compresiones torácicas y se administrará adrenalina.
  • En bradicardia secundaria a bloqueo completo o disfunción del nódulo sinusal está indicado el marcapasos transcutáneo.
  • Insuficiencia respiratoria/ circulatoria4,5:
  • En situaciones de imposibilidad de medición de la SpO2 o la PaO2 se recomienda iniciar oxigenación en alto flujo.
  • El uso de fármacos vasoactivos debe ser precoz.

 

Reanimación cardiopulmonar pediátrica básica:

El soporte vital pediátrico engloba a todos los niños entre 0 y 18 años, exceptuando a los recién nacidos y a los niños cuya constitución asemeja a un adulto, en cuyo caso se tratarán como adultos5.

Nos referimos a esta como el conjunto de maniobras que sin hacer uso de instrumentos médicos tiene como objetivo final revertir una PCR, mediante la sustitución de la circulación y respiración espontánea en niños. Los mecanismos puestos en marcha van destinados a dotar de niveles de oxígeno suficiente a los órganos vitales, evitando así la muerte del paciente1.

Ante una PCR la actuación dependerá del nivel de entrenamiento del reanimador distinguiendo entre toda aquella persona capacitada para la realización de una RCP básica, que debe iniciarla inmediatamente siguiendo el algoritmo de la RCP básica pediátrica, manteniendo el orden ABC en la secuencia de las maniobras, aquellos entrenados únicamente en SVB de adultos y los no entrenados que serán asistidos por operador telefónico5.

Los principales cambios que destacar son los siguientes4,5,6:

  • En caso de un único reanimador, la activación del sistema de emergencias se realizará inmediatamente después de aplicar las 5 ventilaciones de rescate, mediante el dispositivo móvil se realizará la llamada (112/SEM) en modo altavoz y se continuará con el siguiente paso mientras se espera respuesta.
  • Si no se dispone de dispositivo móvil se realizará la RCP durante 1 minuto antes de activar el sistema de emergencias.
  • En caso de más de un reanimador, el segundo reanimador deberá llamar al SEM inmediatamente después de reconocer la inconsciencia, utilizando preferiblemente el altavoz.
  • En las situaciones en las que se produce un colapso repentino en el niño y es presenciado sospechando de un origen cardiaco con probabilidades altas de un ritmo primario desfibrilable, si es fácilmente accesible, se puede coger y aplicar rápidamente un DEA al mismo tiempo que se realiza la llamada al SEM.
  • En caso de más de un reanimador, un segundo llamará al SEM y luego recogerá y aplicará un DEA.
  • En los reanimadores no formados en RCP debido a la dificultad para la valoración de la respiración anormal, cuando existan preocupaciones por la seguridad, en sustitución de la secuencia VOS (ver, oír y sentir), pueden ser guiados por los movimientos respiratorios y el relato de los testigos.
  • No se interrumpirá la RCP en ningún momento salvo que existan signos claros de circulación (movimiento, tos) o cansancio extremo del reanimador, minimizando al máximo el tiempo sin reanimación.

 

Reanimación cardiopulmonar pediátrica avanzada:

El soporte vital avanzado pediátrico (SVAP) está constituido por todas aquellas maniobras llevadas a cabo por personal cualificado y entrenado con el material para restablecer la función respiratoria y la circulación espontánea (RCE) siendo su único objetivo el tratamiento definitivo de la PCR 8,11.

El SVAP es un proceso secuencial y en equipo que desarrolla múltiples intervenciones en paralelo, resultando fundamental el trabajo en equipo, la coordinación de las intervenciones, el liderazgo y la seguridad. El proceso debe llevarse a cabo con un trabajo en equipo eficiente que permita reducir al mínimo las interrupciones en las compresiones torácicas y ventilaciones4,5,8.

El soporte vital avanzado pediátrico (SVAP) sigue la secuencia ABCDE, comprendiendo la realización de compresiones torácicas de calidad, el mantenimiento de la vía aérea permeable y el soporte circulatorio partiendo de una estrecha monitorización del niño a través de electrocardiograma, pulsioximetría y medida de la tensión arterial para el diagnóstico y tratamiento de ritmos cardiacos, la desfibrilación y la colocación de vías de acceso para la administración de fármacos y líquidos5,6,8.

A continuación, se presentan los principales cambios en las recomendaciones:

  • Oxigenación y ventilación durante el SVA pediátrico: 5,6,8
  • Se recomienda realizar la apertura manual de la vía aérea y la ventilación con bolsa entre 2 reanimadores.
  • En la intubación se prepararán preferiblemente tubos endotraqueales con neumotaponamiento, monitorizando la presión de inflado del balón y siendo esta menor de 25 cmH2O.
  • En la RCP con ventilación con presión positiva a través de TET las ventilaciones serán continuas, sin necesidad de coordinar, pero se aproximarán las ventilaciones al límite inferior de la frecuencia respiratoria normal para la edad del paciente.
  • Las ventilaciones se realizarán con una oxigenación de alto flujo sin regular el FiO2 durante la RCP.
  • En los niños conectados previamente a un respirador mecánico se podrá mantener el respirador en modo controlado por volumen, con los disparadores y límites desactivados y con la frecuencia de ventilación, VC y FiO2 adecuados para la RCP.
  • Desfibrilación durante el SVA pediátrico5,7:
  • La desfibrilación se realizará preferiblemente mediante parches autoadhesivos, en caso de realizarse mediante uso de palas se aplicará almohadillas de gel preformadas, precisando de modificaciones en la coordinación.
  • La carga se realizará directamente sobre el pecho del paciente una vez que estén en contacto previamente con las almohadillas.
  • Factores medibles durante el SVA pediátrico5,6,7:
  • La capnografía se establece como obligatoria en el seguimiento de la intubación, permitiendo detectar rápidamente la RCE. Sin embargo, no se recomienda como indicador de calidad en la RCP ni para determinar si continuar o desestimar la RCP.
  • Los valores de la presión invasiva arterial no deben ser usados para predecir el resultado de la RCP. Tampoco se establecen valores objetivos durante la RCP.
  • El uso de la ecografía permitirá la identificación de las causas reversibles de la PCR, limitando su uso preferiblemente durante las pausas para la comprobación del ritmo cardiaco o respiratorio.
  • Se permite la utilización del ecógrafo en reanimadores capacitados siempre y cuando no interfiera en la calidad de la RCP y suponga un aumento de tiempo en ella.
  • Bradicardia grave5,6,7:
  • En niños bradicárdicos con signos de muy baja perfusión a pesar de detectar pulso y aportar soporte ventilatorio se debe iniciar la RCP.
  • Se debe evaluar los signos de vida del paciente sin demorar tiempo en la palpación del pulso.
  • Tratamiento farmacológico5,6,7,8:
  • En ausencia de signos de vida, tan pronto como sea posible, una vez obtenido acceso vascular administre un bolo de adrenalina (10 mcg/kg, máximo un 1 mg) y a continuación infundir un bolo de suero fisiológico para facilitar la distribución del fármaco en circulación general.
  • La administración de la adrenalina se repetirá cada 3-5 minutos.
  • Circunstancias especiales: causas reversibles 5,7
  • La identificación precoz y el tratamiento de cualquier causa reversible se considera una prioridad para los reanimadores de SVA.

 

Atención postresucitación5,6,8,11:

Los cuidados postresucitación son multidisciplinares y van encaminados al mantenimiento de una correcta y controlada oxigenación y ventilación del paciente por medio de la secuenciación ABCD.

El resultado posterior a la RCE de los pacientes pediátricos depende de múltiples factores y del tratamiento asignado para alguno de ellos. En esta fase cobra especial importancia la detección y tratamiento de posibles causas desencadenantes de múltiples cuadros, por lo que es necesaria la realización de pruebas para su reconocimiento.

Debemos prestar especial atención a las posibles causas desencadenantes de una PC potencialmente reversible después de una RCP, siendo estas causas clasificadas en dos grupos según la regla de las 4H y 4T.

  • 4H: Hipovolemia, hipotermia, hipoxia e hipo o hiperpotasemia.
  • 4T: Tóxicos, taponamiento cardiaco, trombosis y neumotórax a tensión.

Debido a las PCR las lesiones secundarias de órganos vitales causadas por insuficiencia cardiovascular continua, disfunción miocárdica posterior a RCE, lesión por reperfusión o hipoxemia en curso son muy habituales por lo que se deben considerar muy probables y realizar una detección precoz.

Las principales áreas que destacar se exponen a continuación:

  • Ventilación:
  • Para alcanzar una PaCO2 normal en pacientes pediátricos se debe proporcionar una frecuencia y volumen ventilatorio normal según la edad del niño, evitando la hipocapnia o hipercapnia.
  • Para alcanzar la normocapnia en niños no se debe sustituir el indicador de la PaCO2 por el CO2E si no existe una correlación verificada.
  • La revisión de la PaCO2 será más frecuente en niños con hipotermia controlada y ventilación por hipertensión intracraneal.
  • El objetivo en los pacientes pediátricos con cardiopatías congénitas o enfermedades pulmonares crónicas irá encaminado a obtener los valores normales previos de ese niño, pudiendo desviarse de los estándares.
  • Oxigenación:
  • La comprobación de los niveles de O2 se realizará preferiblemente por medio de la gasometría arterial y regulándolos a través del FiO2.
  • En caso de no tener posibilidad de comprobación por medio de gasometría, se deberá mantener la SpO2 entre 94-98%.
  • En pacientes pediátricos con posible intoxicación de monóxido de carbono o anemia grave el indicador de SpO2 resultará ser menos fiable por lo que se deberá mantener una FiO2 elevada.
  • Hemodinámica:
  • La vigilancia estricta de la TA será imprescindible en los cuidados postresucitación.
  • La PAM deberá mantenerse igual o superior al percentil 50, controlando el gasto cardiaco, el lactato sérico y la clínica, evitando así la hipotensión.
  • El uso de fármacos vasoactivos y fluidos parenterales deberá ser en dosis mínimas.
  • Termorregulación:
  • El control de la temperatura en pacientes pediátricos en coma tras una RCE deberá ser estricta, manteniendo una Tª menor de 37.5º.
  • La hipotermia leve será regulada por personal cualificado con sistemas controlados.
  • La hipotermia moderada tiene un perfil de seguridad aceptable y verificada en pacientes pediátricos.
  • Control de la glucemia:
  • Se debe evitar la hipoglucemia y la hiperglucemia mediante control y tratamiento.
  • El tratamiento excesivo de la glucemia puede acarrear alto riesgo por hipoglucemias inadvertidas.

 

CONCLUSIONES 4,6.7,12-16

Las nuevas recomendaciones en RCP pediátrica establecidas desde 2020 en adelante por el ILCOR, la AHA y el ERC, no registran cambios muy significativos en las técnicas aplicadas, a excepción de las adaptaciones en pacientes con COVID19 20. Sin embargo, se incide con mayor importancia en el enfoque de la prevención de la PCR, en la calidad de la RCP y en la formación en RCP en la población general, con una mayor trascendencia en las habilidades no técnicas.

En la prevención de la PCR se aconseja el uso simultáneo de escalas de valoración específicas del estado de salud del paciente y la observación de los signos de alarma en una PCR. La ERC recomienda el uso del Triángulo de evaluación pediátrica o herramienta similar para el reconocimiento temprano del niño en peligro y la reevaluación constante de cada una de las intervenciones realizadas.

Los principales cambios en las recomendaciones en la RCP pediátrica se centran en la activación del SEM, en el campo de la ventilación y el tratamiento farmacológico y en el uso del DEA.

En la activación del SEM se valora el número de reanimadores presentes y la existencia del teléfono móvil como nueva recomendación, donde el uso del dispositivo en modo manos libres nos permitirá una activación del servicio de emergencias más temprana, aplicando de manera previa en caso de un único reanimador en posesión del teléfono móvil 5 ventilaciones de rescate antes de la llamada al SEM.

En el SVA pediátrico con paciente ventilado a través de TET se aconsejan ventilaciones continuas sin necesidad de ser coordinadas, pero aproximándose al límite inferior en la frecuencia respiratoria normal para la edad del paciente. En el tratamiento farmacológico administrado en PCR en ausencia de signos de vida se recomienda obtener acceso vascular o intraóseo lo antes posible para la administración temprana de bolos de adrenalina (10 mcg/kg, máximo un 1 mg).

El uso temprano del DEA está indicado en los casos en los que se presencia un colapso repentino del niño con posible origen cardíaco desfibrilable y un fácil acceso al DEA. La desfibrilación se recomienda preferiblemente mediante parches autoadhesivos y realizando la carga directamente sobre el pecho del paciente.

La RCP pediátrica difiere en algunos aspectos respecto a la RCP básica en adultos, siendo de gran importancia el conocimiento de las maniobras adaptadas a cada grupo de edad para un mejor abordaje y nivel de supervivencia tras una PCR. Las principales diferencias se presentan en la secuenciación de actuación donde en edad pediátrica se emplea la secuencia ABC a diferencia de la edad adulta que emplea la secuencia CAB. La activación del SEM en edad adulta es inmediata tras la identificación de una PCR, en contraposición de la edad pediátrica en la cual se realizan de manera previa 5 ventilaciones de rescate o 1 minuto de RCP en función de la existencia o no en ese momento de teléfono móvil.

La relación de compresiones/ventilaciones en edad adulta se establece de 30:2, sin embargo, en edad pediátrica debido a la mayor importancia que adquieren las ventilaciones se establece un ritmo distinto siendo este de 15:2 con compresiones cuya profundidad y técnica varía en función de la edad del paciente.

El conocimiento y la calidad de las maniobras de RCP están directamente ligadas a la educación, formación y entrenamiento de los reanimadores, pudiendo ser cualquier individuo de la sociedad, razón por la cual se debe abordar la formación de la población general en todos los ámbitos y especialmente en la población diana. Las formaciones han de poner especial énfasis en las habilidades no técnicas, donde el trabajo en equipo cobra mayor relevancia suponiendo una tasa de éxito mayor en los reanimadores entrenados cuya comunicación, toma de decisiones y administración de funciones dan lugar a una RCP de alta calidad.

La formación en RCP se debe realizar con cierta periodicidad para mantener un buen nivel de desempeño y reciclaje siendo lo más recomendable entre dos y doce meses entre cada formación. La evidencia científica encuentra resultados muy favorables en el nivel de supervivencia y la ejecución de calidad de la RCP como consecuencia de la educación y entrenamiento de la población general y el personal sanitario. La World Health Organization (WHO) ha recomendado como medida internacional la enseñanza de la RCP en el ámbito escolar al aumentar los resultados favorables de numerosos estudios.

Actualmente la educación y formación en los mecanismos capaces de salvar vidas humanas se ha vuelto una asignatura pendiente y obligatoria para todos los que constituimos esta sociedad.

 

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