Revisión de terapias complementarias aplicadas al paciente oncológico.

11 febrero 2022

AUTORES

  1. Juan Manuel Espínola Espigares. Enfermero en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla.
  2. Sofía Alfaro González. Enfermera en el Instituto de Investigaciones Biomédicas de Barcelona.
  3. Rebeca López López. Enfermera en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla.
  4. Noemi Muñoz Gómez. Enfermera en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla.
  5. Soraya Rodríguez Escribano. Enfermera en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla.
  6. María García Navarro. Enfermera en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla.
  7. Nazaret Pérez Ruiz. Enfermera en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla.

 

RESUMEN

Introducción: El cáncer es una enfermedad que se ha visto en aumento en los últimos años debido al envejecimiento de la población. Por otro lado, debido al auge que están teniendo las terapias complementarias aplicadas al cáncer en los últimos años se han llevado diversas investigaciones sobre este tema.

Objetivo: Determinar la eficacia de algunas terapias complementarias como una opción para el tratamiento contra el cáncer, para paliar los efectos secundarios del tratamiento convencional y para disminuir la preocupación de los pacientes.

Metodología: Se utilizaron tres bases de datos electrónicas para la búsqueda bibliográfica: Medline/Pubmed, The Cochrane y CINAHL. Los artículos incluidos fueron publicados entre el 2004 y 2015, los cuales fueron encontrados en el período de septiembre de 2015. Los descriptores DeCS (y MeSH) empleados en la búsqueda fueron: “fitoterapia” (“phytotherapy”), “yoga” (“yoga”), “acupuntura” (“acupuncture”), “homeopatía” (“homeopathy”), “tacto terapéutico” (“therapeutic touch”) y reiki, todos ellos enlazados con el conector AND al descriptor “neoplasias” (“neoplasms”).

Resultados: No existe evidencia científica sólida para apoyar el empleo de ciertas terapias complementarias (homeopatía, reiki, fitoterapia o acupuntura) como tratamiento eficaz para combatir el cáncer o los efectos derivados de su tratamiento. Sin embargo, en otro tipo de terapias, como el yoga, sí se encuentra una ligera evidencia de su empleo como terapia complementaria.

Conclusiones: Según la bibliografía consultada, las terapias complementarias no han demostrado su eficacia en pacientes oncológicos.

 

PALABRAS CLAVE

Fitoterapia, yoga, acupuntura, homeopatía, tacto terapéutico, reiki, neoplasms.

 

ABSTRACT

Introduction: Cancer is a disease that has been increasing in recent years due to the aging population. Furthermore, due to the boom are taking complementary therapies applied to cancer in recent years have come various research on this topic.

Aim: Determining the effectiveness of some complementary therapies as an option for cancer treatment, side effects of conventional treatment and decrease the concern of patients

Methods: Medline / Pubmed, Cochrane and CINAHL, this three electronic databases for literature search was used. Items included were published between 2004 and 2015, which were found in the period of September 2015. The MeSH (and MeSH) used in the search descriptors were: “phytotherapy”, “yoga”, “acupuncture”, “homeopathy”, “therapeutic touch” and “reiki”, all linked with the AND connector to the descriptor» neoplasms».

Results: There is no solid scientific evidence to support the use of certain complementary therapies (homeopathy, reiki, herbal medicine or acupuncture) as effective against cancer or its treatment effects of treatment. However, in other therapies such as yoga, is itself evidence league of its use as adjunctive therapy.

Conclusion: According to the literature, complementary therapies have not proven effective in cancer patients.

 

KEY WORDS

Phytotherapy, yoga, acupuncture, homeopathy, therapeutic touch, reiki, neoplasms.

 

INTRODUCCIÓN

En 2020 se estimó la existencia de una incidencia del cáncer en España alrededor de 2/3 partes en pacientes mayores de 65 años, se estima que irá aumentando a una tasa estandarizada de 215,5 casos nuevos por año por cada 100.000 habitantes, siendo el sexo masculino quien experimenta una mayor incidencia en este conjunto de enfermedades. La incidencia de los cánceres ha ido en aumento en los últimos 100 años debido, en parte, a la mayor longevidad de la población. Se debe tener en cuenta que el cáncer es un término que engloba una gran cantidad de patologías de las cuales hay algunas que presentan una gran prevalencia, las más frecuentes en la población masculina son el cáncer de próstata, pulmón, colorrectal, vejiga y estómago. En cambio, en la población femenina son más comunes el cáncer de mama, colorrectal, cuello de útero, pulmón y ovario, siendo en ambos de sexos un orden decreciente. En España la mortalidad a causa de estas enfermedades fue de 102.762 en 2020, existiendo un riesgo de fallecer por cáncer antes de los 75 años de 10,2%. Los tumores, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) en enero de 2014, fueron la primera causa de muerte en hombres y la segunda en mujeres. En estimaciones en vistas al futuro se ha visto que la prevalencia de cáncer aumente, y en el 2030 alcance los 581.688 casos1.

De modo semejante, en los últimos años están proliferando las llamadas terapias complementarias en los cuidados del paciente oncológico. Esto puede ser explicado, en parte, debido a las necesidades físicas y psicológicas que son requeridas por este tipo de pacientes. Es por esto por lo que se han llevado a cabo diversos estudios para determinar la eficacia de algunas de estas terapias en este tipo de enfermos. Debido a la popularidad que están teniendo las terapias complementarias se están realizando más investigaciones con diferentes resultados. Algunos autores defienden diversos motivos por los que las terapias complementarias suscitan tanto interés entre pacientes y usuarios. Entre ellos destacan el interés por reforzar la perspectiva holística de los cuidados, empoderar al paciente en la toma de decisiones de su enfermedad y el aliciente que supone para el enfermero de seguir un tratamiento exento, en algunos casos, de efectos adversos, entre otras. Y es que la presencia y la escucha activa son las herramientas terapéuticas que caracterizan a los practicantes de estas terapias que afirman centrarse en armonizar el interior de la persona.

En 2008, el National Center for Complementary and Alternative Medicine (NCCAM), una subsección del National Institutes of Health , propuso la siguiente definición de medicina complementaria: La medicina complementaria y alternativa es un grupo formado por distintos sistemas médicos y de atención de salud, prácticas y productos que no se consideran en la actualidad como parte de la medicina convencional.. Existe una gran variedad de terapias complementarias y alternativas, identificándose más de mil.

Se considera que para efectuar unos cuidados de salud de calidad a los pacientes se debe tener en cuenta una perspectiva holística y centrada en las necesidades del paciente. Además de prestar unos cuidados profesionales de calidad y actualizados en función de la evidencia científica del momento. El cáncer se considera una enfermedad que trasciende más allá de la problemática médica y debe abordarse desde un punto de vista biopsicosocial. En este contexto, es la filosofía de unos cuidados holísticos la que fundamenta la práctica de las terapias complementarias. Es por esto que en la actualidad existe un gran debate de si se deben integrar las prácticas de las terapias complementarias a la práctica enfermera en particular y a la medicina en general.

En respeto a la brevedad, esta revisión se ha centrado en el estudio de algunas terapias complementarias: el reiki, la acupuntura, la fitoterapia, la homeopatía y el yoga. Dónde se han visto los efectos de estas prácticas terapéuticas en pacientes oncológicos. A modo de introducción, se expondrá de manera concisa el fundamento que rige a estas terapias.

  • El reiki es considerado un método de sanación energética de biocampo que a través del tacto o la colocación de manos se actúan sobre los campos energéticos que circulan y penetran el cuerpo humano (aspectos que la ciencia no ha corroborado hasta la fecha). Esta práctica, que podría tener unos orígenes milenarios, ganó popularidad a través del japonés Mikao Usui, mientras que fue Sra. Hawayo Takata quien lo difundió por América y Europa. A día de hoy, se pueden encontrar programas hospitalarios que aplican reiki en secciones de oncología en los países europeos.
  • La acupuntura, procedimiento heredado de la cultura médica china, basa su práctica en la punción de sitios específicos con la ayuda de agujas para conseguir fines terapéuticos. Generalmente, busca aliviar el dolor o generar anestesia regional a los pacientes que reciben esta terapia
  • El grupo de terapias mente-cuerpo tendrá como objetivo capacitar a la mente para que esta tenga impacto sobre el funcionamiento del cuerpo. Tal vez el yoga sea una de las terapias de este grupo que más extendida esté en occidente. El sabio hindú Patanjali concentró esta práctica en el tratado Yoga Sutra dónde afirmó que el yoga tenía ocho ramas interconectadas entre sí. De esta manera, practicando con estas ramas de forma simultánea se pueden obtener distintas fases de sanación. A este grupo de terapias mente-cuerpo pertenecen además la musicoterapia, el Tai Chi, la terapia artística, entre otras muchas más.
  • Los preparados de herbolario con fines terapéuticos, también llamados fitoterapia, poseen un uso muy difundido en el mundo, con unos orígenes históricos. Tan extendido se ha visto su consumo que se ha tomado conciencia y los profesionales de salud deben interrogar a sus pacientes si consumen preparados de herbolario en las entrevistas de valoración. Por esto, se debe inculcar a los usuarios que un mal uso de la fitoterapia puede causar efectos nocivos en cuanto a toxicidad si no se emplean de manera adecuada2.
  • La homeopatía, introducida por primera vez en España en 1821, se la considera como una técnica terapéutica basada en la observación clínica completa y rigurosa que conduce a la prescripción de preparados homeopáticos, y cuya farmacología se fundamenta por la similitud. Este principio de similitud homeopático defiende que las enfermedades se curan por sustancias que producen efectos semejantes a los síntomas manifestados por el paciente. La homeopatía fue descubierta por el médico alemán Samuel Christian Hahnemann en el siglo XVIII, y desde entonces la utilización de los preparados homeopáticos se ha globalizado, y es empleada sobre todo en países Europeos. Desde la perspectiva oncológica, los defensores de la práctica homeopática afirman que este tratamiento actúa sobre el individuo en conjunto, modificando su predisposición a enfermar y mejorando el control de sus síntomas y efectos secundarios3.

 

OBJETIVO

El objetivo principal de esta revisión es demostrar la eficacia de algunas de las terapias complementarias (en esta revisión: homeopatía, reiki, yoga, fitoterapia y acupuntura) en el tratamiento de algunos tipos de cáncer. Como objetivo secundario también se valorará la seguridad de practicar tales terapias como tratamiento complementario en pacientes oncológicos.

 

METODOLOGÍA

En la búsqueda de la literatura se seleccionaron artículos que versaban sobre la eficacia de las terapias complementarias anteriormente citadas. Se utilizaron tres bases de datos electrónicas para la búsqueda bibliográfica: Medline/Pubmed, The Cochrane y Cinahl. Los artículos incluidos fueron publicados entre el 2004 y 2015, los cuales fueron encontrados en el período de septiembre de 2015. Los descriptores DeCS (y MeSH) empleados en la búsqueda fueron: “fitoterapia” (“phytotherapy”), “yoga” (“yoga”), “acupuntura” (“acupuncture”), “homeopatía” (“homeopathy”), “tacto terapéutico” (“therapeutic touch”) y reiki, todos ellos enlazados con el conector AND al descriptor “neoplasias” (“neoplasms”). Los criterios de inclusión empleados en la búsqueda atendieron a artículos en inglés y dónde se relacionan algunas de las terapias anteriormente citadas con algún síntoma que pueda presentar un paciente oncológico en el transcurso de su enfermedad, dónde fuese el ensayo clínico controlado aleatorio (randomized controlled trial, ECA) el artículo por excelencia de la revisión.

 

RESULTADOS

Todas estas terapias descritas en la introducción han sido llevadas a investigación como terapias adyuvantes al tratamiento convencional del cáncer con los resultados que se mostrarán a continuación.

 

YOGA:

En primer lugar, se contempla la práctica del yoga aplicada a algunos problemas de salud característicos del paciente oncológico tales como la depresión, la ansiedad y la fatiga. Una revisión sistemática y meta-análisis, de 17 ECAs con un total de 930 sujetos analizados, estudió la práctica de yoga como terapia complementaria en pacientes que estaban recibiendo un tratamiento convencional de cáncer de mama. Según los resultados, se logró asociar la práctica del yoga a una mejora de la salud general, depresión, ansiedad y una mejoría en los síntomas de la enfermedad. Los autores, en la conclusión final, sugieren el posible potencial del yoga como terapia complementaria que ayude a la mejora de la salud y a la mitigación de algunos efectos secundarios consecuentes al tratamiento de los pacientes con cáncer de mama4. En otra revisión sistemática se valora la práctica de yoga con la reducción de la fatiga presente en pacientes oncológicos que asumen padecerla. Por ello, el equipo de investigación en base a sus resultados determinó que el yoga podría ser una interesante herramienta terapéutica en la reducción de la fatiga asociada al cáncer, sobre todo en mujeres con cáncer de mama, puesto que es la patología cancerosa que más se ha estudiado desde el punto de vista científico-técnico. A pesar de esto, los investigadores reclaman cautela por la alta cantidad de sesgos en determinados aspectos de las publicaciones analizadas5. De igual manera, en otra revisión sistemática de meta-análisis previos se declaró en sus resultados que al ejercer ciertas terapias de mente-cuerpo (yoga, tai chi y qi gong) se observaron un ligero aumento de la calidad de vida en pacientes con diversas condiciones patológicas de salud, entre ella el cáncer de mama6.

 

ACUPUNTURA:

En segundo lugar, se mostrará lo que dicen los estudios englobados en esta revisión acerca de la acupuntura como herramienta terapéutica para paliar el dolor en pacientes oncológicos y para aliviar el dolor crónico en general.

Un equipo de investigación trató de evaluar la eficacia de la acupuntura como tratamiento para el dolor en diversos ensayos clínicos aleatorizados (ECAs). Fueron tres los ECAs que se incluyeron en el estudio, un total de 204 sujetos, de los cuales dos de los artículos incluidos fueron catalogados de escasa calidad metodológica, mientras que un estudio, que consistía en la colocación no invasiva de semillas de vaccaria, a pesar de presentar una calidad metodológica mayor, se observaron mejoras en el dolor tanto en el grupo control como en el placebo. Por tanto, según la literatura científica del momento no se puede catalogar a la acupuntura como tratamiento efectivo para el dolor por cáncer en adultos7. En cambio, en un meta-análisis de 29 ECAs, con un total de 17.922 sujetos, se procedió a determinar la magnitud de la acupuntura para cuatro condiciones de dolor crónico (dolor de espalda y cuello, osteoartritis, dolor de cabeza crónico y dolor en el hombro). Se observó que la acupuntura, fundamentada en su técnica, mostraba resultados ligeramente más positivos que la práctica de la acupuntura llevada a cabo sin formación. Por tanto, los autores catalogan a la práctica de la acupuntura como eficaz para el tratamiento del dolor crónico8.

 

FITOTERAPIA:

En cuanto respecta a la terapia herbal o fitoterapia, se han llevado a cabo distintos trabajos de revisión en los enfermos de cáncer. En uno de los artículos incluidos se buscaron los case reports publicados entre el 1960 y 2009 que relacionan cáncer con fitoterapia. La revisión reunió 21 casos que resultaron ser pacientes intoxicados por el uso de la fitoterapia, mientras que 18 casos presentaron un aparente efecto antitumoral en cánceres como el de próstata, el de pulmón y el linfoma. Los autores ponen de manifiesto la escasez de ensayos clínicos que estudien a la fitoterapia como una herramienta terapéutica potencialmente anticancerígena, puesto que solamente se han publicado ensayos sobre los extractos de té verde ricos en polifenoles, el muérdago y el noni a base de hierbas de la Polinesia9. En el caso del muérdago se ha visto que los ECAs que estudian su aplicación en forma de extractos de muérdago sobre el impacto en la supervivencia o en el aumento de capacidad para combatir el cáncer y/o para soportar los tratamientos contra el cáncer son débiles. Sin embargo, en algunas pruebas se ha visto que los extractos de muérdago pueden ser beneficiosos para la mejora de la calidad de vida durante la quimioterapia en pacientes con cáncer de mama, aunque los autores defienden que estos resultados necesitan ser replicados10.

Son muchas las revisiones sistemáticas publicadas en la Colaboración Cochrane que han estudiado los efectos de la terapia herbal china en determinadas condiciones de salud ya que se ha visto que algunos profesionales de salud utilizan las hierbas medicinales chinas para tratar diversos problemas asociados al paciente oncológico. Estas revisiones sistemáticas afirmaron que no hay una evidencia suficientemente firme para emplear el uso de las hierbas medicinales chinas como tratamiento en nódulos tiroideos benignos en adultos11 ni en el tratamiento del cáncer de esófago12. Tampoco son efectivas para la reducción de los efectos secundarios en pacientes con cáncer colorrectal tratados con quimioterapia13 ni tampoco para la reducción de efectos adversos de la quimioterapia en mujeres con cáncer de mama14. Aunque, por otro lado, a pesar de la baja calidad metodológica, se ha encontrado una posible estimulación de la células del sistema inmune y una disminución de los efectos secundarios en ciertos tipos de plantas de la familia de las Fabaceae para los pacientes con cáncer colorrectal tratados con quimioterapia13.

 

HOMEOPATÍA:

En cuanto se refiere a la homeopatía se han realizado diversos estudios en los últimos años dónde se contemplan varias problemáticas de salud propias del paciente oncológico afrontadas con la ayuda de preparados homeopáticos y de manera conjunta al tratamiento convencional.

Los estudios que relacionan el tratamiento homeopático con un mejor control de la ansiedad originada por cáncer de mama han sido negativos. Así bien, a pesar de que en algunos estudios se observaron mejoras estadísticamente significativas no puede extrapolarse un aval de efectividad al tratamiento homeopático debido al bajo rigor metodológico15.

En otra revisión se incluyeron 8 estudios, con un total de 664 pacientes, dónde se analizó la eficacia de algunos preparados homeopáticos frente a los efectos adversos de la radioterapia, quimioterapia y contra los síntomas menopáusicos asociados a pacientes tratadas de cáncer de mama. Se vieron principalmente dos estudios con resultados positivos, y menor número de sesgos metodológicos, dónde por un lado se vio que la pomada de caléndula favoreció la prevención de la dermatitis inducida por radioterapia, y por otro lado además se observaron beneficios superiores al efecto placebo en el preparado homeopático Traumeel S (en su presentación como enjuague bucal) para minimizar la aparición de estomatitis inducida por quimioterapia. Pero a pesar de esto, se concluyó que existía una escasez de evidencia para defender la práctica homeopática que trata los efectos adversos de los tratamientos contra el cáncer16. Recientemente, el National Health and Medical Research Council (NHMRC) de Australia llevó a cabo un informe de consenso dónde se evaluaron, en una revisión sistemática, diversos estudios independientes que versarán sobre la eficacia de la homeopatía. El objetivo de esta revisión a gran escala fue evaluar la calidad y fiabilidad de la práctica homeopática como una posible herramienta terapéutica para tratar diversas condiciones de salud. Un total de 57 revisiones sistemáticas fueron analizadas por el equipo de investigación. Los resultados mostraron que la homeopatía no es más eficaz que el placebo si se aplica en los sofocos de mujeres que han tenido cáncer de mama, igualmente ocurre ante el daño de la piel causado por radioterapia en mujeres con cáncer de mama. La conclusión final de los autores fue la inexistencia de condiciones alteradas de salud para las cuales hay una evidencia sólida para hacerle frente con un tratamiento homeopatía17.

 

REIKI:

En abril de 2015 fue publicada la primera revisión sistemática donde se vio la influencia del reiki como tratamiento a la ansiedad y la depresión en mayores de 16 años. Entre los estudios incluidos en la revisión se encuentra uno donde se estudiaron a hombres con un diagnóstico, por biopsia, de cáncer de próstata no metastásico que habían optado por recibir radioterapia de haz externo en vez de recibir quimioterapia. Los resultados mostraron incertidumbre para afirmar que el reiki alivia la ansiedad o la depresión a este tipo de pacientes oncológicos enfermos de cáncer de próstata tratado por radioterapia18. Además, una revisión sistemática de la literatura en ECAs trató de ahondar sobre el efecto de la práctica del reiki sobre el manejo del dolor y la ansiedad. Destacan dos de los artículos incluidos en la revisión que estudiaron a pacientes de cáncer. En el primero, se comparó el manejo del dolor y el consumo opioides asociado a la práctica del reiki, se observó que sólo los pacientes que suelen recibir estas técnicas vieron una mejora de su calidad de vida, sin embargo, no se vio una reducción general del consumo de opioides entre los pacientes. En el segundo estudio se observaron ciertas mejoras sobre la fatiga en los pacientes oncológicos que practicaban las técnicas del reiki19.

 

DISCUSIÓN

En vista de los resultados expuestos con anterioridad, se debe matizar que un tratamiento complementario o convencional se considera eficaz si se demuestran mejoras en salud significativamente mayores al placebo17. De hecho, este objetivo no es logrado por muchas de las terapias complementarias llevadas a cabo por la investigación. A la vista de los resultados que conciernen a la práctica del yoga los profesionales de la salud, atendiendo a los deseos del paciente, podrían recomendar esta práctica en función de la mejor evidencia que se encuentre hasta la fecha4. Algunos autores destacan que sería interesante evaluar el coste-efectividad de estas prácticas además de la necesidad de establecer la manera más adecuada de llevar a la práctica estas terapias complementarias para que los pacientes oncológicos disfruten de su máximo beneficio6. Los estudios consultados sobre acupuntura ponen de manifiesto la escasez metodológica que caracterizan a los estudios disponibles en la literatura. Según la evidencia consultada la única aplicación, con resultados positivos, del ejercicio de la acupuntura es el alivio de ciertos dolores crónicos8. Sin embargo, estos resultados no se han podido extrapolar al dolor crónico que padecen algunos pacientes oncológicos. Por tanto, se considera necesario investigar más en profundidad esta terapia aplicada al manejo del dolor crónico en pacientes oncológicos, y ver si puede llegar a ser una herramienta costo-efectiva. En lo que respecta a la terapia herbal, en el estudio de revisión sobre casos liderado por Olaku no se encontró una evidencia que pueda demostrar la eficacia de la fitoterapia contra el cáncer9. Teniendo en cuenta que según la jerarquía que establece el Centro Para La Revisión y Diseminación de la Universidad de York los case reports son los estudios de menor relevancia y por tanto no poseen suficiente peso en la evidencia para llevar a cabo un juicio posterior a favor de la fitoterapia como tratamiento coadyuvante en los pacientes oncológicos. Dado que muchas hierbas medicinales han sido objeto de poca o ninguna investigación, existe poca información objetiva sobre los posibles riesgos y beneficios de su uso. A pesar de la creencia popular de que hierbas medicinales son seguras por ser naturales, una gran variedad de eventos adversos asociados con su uso solas o en combinación con la terapia convencional oncológica puede llegar a ser contraproducente. Sin embargo, la fitoterapia es considerada una disciplina con mucho potencial que hay que seguir investigando sobre sus posibles beneficios en el paciente oncológico a la par de que hay que vigilar el uso irresponsable por parte de los usuarios. Es más, los profesionales de la salud deben ser conscientes de los efectos adversos asociados al consumo de estas hierbas, se considera conveniente obtener una historia completa acerca de la utilización de dichos preparados de sus pacientes9. La práctica de la homeopatía no ha demostrado su eficacia en la mejora de complicaciones de salud en los pacientes oncológicos. En general, los ECAs analizados por los autores eran metodológicamente mejorables y con resultados negativos, mientras que en los estudios no controlados y observacionales sí que se observa un alto grado de satisfacción por parte de los pacientes, pero debido de a la falta de grupo control, es difícil evaluar el grado de efectividad de la terapia homeopática 15. En 2010 el Science and Technology Committee de la Cámara de los Comunes, Reino Unido, también catalogó con escasez de evidencias a la práctica homeopática, incluyendo a las patologías cancerosas21. En cambio, en otro metaanálisis los autores afirman la escasez de una evidencia que sea metodológicamente correcta para evitar obtener inadecuadas interpretaciones de los hallazgos. La calidad metodológica baja o poco fuerte de la evidencia actual demanda precaución a la hora de interpretar los hallazgos. Por tanto, los autores ponen de manifiesto la necesidad de llevar a cabo una nueva investigación ECA de alta calidad para aclarar la incertidumbre sobre la eficacia de la práctica homeopática20. Las investigaciones llevadas a cabo sobre el reiki han sido escasas en número y en calidad metodológica, según datos estadísticos no se ha encontrado evidencia para sugerir que la terapia reiki puede ser eficaz para el dolor, la ansiedad y/o la depresión originada por el cáncer. Se recomienda continuar la investigación utilizando la terapia de reiki con tamaños de muestra más grandes de ECAs y protocolos de tratamiento estandarizados18,19.

 

CONCLUSIONES

Consideramos que se debe informar adecuadamente a los pacientes oncológicos acerca de la eficacia de estas terapias complementarias. De esta manera, no podemos sobrevalorar este tipo de terapias complementarias con el fin de que los pacientes no rechacen tratamientos verdaderamente efectivos o los sustituyan por terapias sin ningún fundamento científico. También se debe atender a la gestión de los recursos económicos en salud, se deben realizar análisis coste-efectivos para que estas terapias complementarias no desplacen a tratamientos realmente eficientes en los servicios públicos de salud. Es más, el auge de ciertas terapias complementarias en el SNS puede llegar a suscitar en la población cierta desconfianza hacia los servicios de salud públicos. De hecho, darles cabida a ciertas terapias complementarias ineficaces en los tratamientos desprestigia a aquellas terapias integrativas que realmente lo son en determinadas condiciones de salud22. Para finalizar y en vista a lo expresado con anterioridad, no existe evidencia científica sólida para apoyar el empleo de ciertas terapias complementarias (homeopatía, reiki, fitoterapia o acupuntura) como tratamiento eficaz para combatir el cáncer o los efectos derivados de su tratamiento. Sin embargo, en otro tipo de terapias, como el yoga, sí se encuentra una ligera evidencia de su empleo como terapia complementaria.

 

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