Salud mental en adolescentes en la época post Covid-19

29 agosto 2023

 

AUTORES

  1. Ruth Del Río Apuntaté. Enfermera del Servicio Aragonés de Salud.
  2. Eva Compais López. Enfermera del Servicio Aragonés de Salud.
  3. Carlos Jesús Bona. Enfermero del Servicio Aragonés de Salud.
  4. Andrea Lores Torres. Enfermera del Servicio Aragonés de Salud.
  5. Isabel Paco Sesé. Enfermera del Servicio Aragonés de Salud.
  6. Patricia Mateo Hernando. Enfermera del Servicio Aragonés de Salud.

 

RESUMEN

La pandemia de Covid-19 que comenzó en marzo de 2020, ha supuesto un antes y un después en las enfermedades de salud mental, ya que supuso cambios en el ambiente social, laboral y económico. Además, también ha provocado cambios en el comportamiento y el estado emocional de los adolescentes, llegando a generar repercusiones psicológicas al ser personas con mayor vulnerabilidad.

PALABRAS CLAVE

Adolescente, infección por coronavirus, salud mental.

ABSTRACT

The Covid-19 pandemic, which began in March 2020, has been a turning point in mental health illnesses, as it brought about changes in the social, work and economic environment. In addition, it has also caused changes in the behavior and emotional state of adolescents, generating psychological repercussions as they are more vulnerable.

KEY WORDS

Adolescent, coronavirus infection, mental health.

DESARROLLO DEL TEMA

El 11 de marzo de 2020 la OMS declaró la pandemia de la COVID-19 y el gobierno de España aprobó un estado de alarma con el fin de gestionar la crisis sanitaria y proteger la salud colectiva. Esta medida supuso la limitación de la movilidad de los ciudadanos a actividades de primera necesidad y desplazamientos únicamente a desempeñar su actividad laboral, priorizando el teletrabajo. La presencialidad de la actividad escolar fue suspendida, así como toda actividad deportiva, cultural o de ocio. Es previsible respecto a esta situación que el confinamiento en el domicilio tenga un gran impacto en el bienestar físico y psicológico de las personas1.

El confinamiento ha supuesto la pérdida de hábitos y en muchos casos la instauración de otros poco saludables como el sedentarismo o una mayor exposición a las pantallas y aparatos electrónicos. Por otro lado, es evidente el impacto y estrés psicológico que ha desencadenado las siguientes variables como son: la falta de información, el miedo a la infección por el virus, los problemas económicos derivados de la pandemia, el estigma social hacia las personas infectadas o la pérdida de seres queridos a causa de la infección1.

Según el estudio de Sprang y Silman en 2013, la población que ha vivido una cuarentena durante enfermedades pandémicas es más propensa a presentar trastorno de estrés agudo y de adaptación y dolor. Existen determinados factores de los que dependerá la situación de vulnerabilidad como el sexo, la edad, la etnia, la estructura familiar, el nivel educativo o la condición física y mental1.

La OMS define la salud mental como: “un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva, y es capaz de contribuir a su comunidad”. El bienestar psicológico consta de tres aspectos: bienestar personal, bienestar interpersonal y capacidades y conocimiento. Esta pandemia ha generado una crisis sanitaria notable, donde el bienestar personal e interpersonal ha sido modificado drásticamente para todo el mundo, con repercusión laboral, económica y social y donde las capacidades y conocimiento, sobre todo en la población infantil y adolescente se ha convertido en algo nunca antes jamás vivido. Para la humanidad es uno de los retos universales más importantes2.

Esto puede provocar, como en anteriores epidemias, efectos negativos sobre la salud mental. En la literatura científica se describieron ansiedad, depresión, trastornos del sueño, trastorno de estrés postraumático, conductas adictivas y trastornos de la conducta alimentaria y relacionados con el aislamiento social se reportaron fenómenos alucinatorios y episodios psicóticos. En niños y adolescentes se reportó en un porcentaje amplio que varía según el país, sobre todo síntomas de ansiedad, insomnio y depresión3.

La COVID-19 es un reto de características complejas que ha llevado a que las restricciones en la mayoría de los países comprometan la independencia y la autonomía de las personas. Las personas están provistas para responder a eventos estresantes agudos, pero recuperando poco después la normalidad. Cuando el estrés es crónico provoca desajustes en muchos sistemas biológicos, originando un desequilibrio psicobiológico, pudiendo llevar a múltiples problemas de salud mental. Al igual que en situaciones de desastres y otras emergencias humanitarias, también se han producido cambios bruscos en las dinámicas relacionales, lo cual conlleva un impacto importante en la salud mental. Estar confinados en nuestros domicilios provoca que los niños y adolescentes no puedan ver a sus amigos y círculo de confianza, tengan que conectarse a internet para ver las clases o para verlos a ellos, haciendo que suba la media del uso de los aparatos electrónicos (llegando a ser de 6 horas diarias) cambiando totalmente el modo de interactuar de pre-pandemia2.

El 85,7% de los padres notaron cambios en el estado emocional y en el comportamiento de sus hijos. La cuarentena prolongada, la falta de contacto con los compañeros y profesores, temor a la infección, frustración y aburrimiento, la falta de espacio en casa y las pérdidas de sus seres queridos, generan repercusiones psicológicas como estrés o ansiedad en los niños y adolescentes. La mejor prevención es detectar tempranamente casos de riesgo para paliar a tiempo los efectos de un contexto estresante para niños y adolescentes y reducir los síntomas leves antes de su agravamiento. El no hablar de los problemas no los hace desaparecer y puede provocar que se agraven con el tiempo2.

Las medidas de confinamiento y los cambios en la rutina diaria se ha demostrado que afectan negativamente a las dimensiones psicológicas de los progenitores, exponiendo a los niños a un riesgo significativo para su bienestar. El grado de impacto dependerá de varios factores, entre ellos la edad del niño. Los niños menores de 2 años son capaces de extrañar a sus cuidadores habituales y que no les guste la nueva situación. Los niños en etapa escolar o mayores pueden mostrarse preocupados por la situación, su propia seguridad y la de sus cuidadores, además de por el futuro. Ante una situación de estrés como la cuarentena, pueden reaccionar de forma intensa o diferente a como lo harían normalmente, como por ejemplo con enfado, miedo o inseguridad. Y algo común entre niños y adolescentes puede ser la ansiedad, manifestándose con conductas desafiantes como no obedecer o discutir2.

En un estudio realizado por Ana Gatell Garbo et Al (2021) a 369 niños y adolescentes, se comparó el estado emocional y de la conducta de estos entre el confinamiento y el inicio del curso escolar. Se observa que al empezar el curso escolar muchos síntomas negativos desaparecieron y durante el confinamiento se ven síntomas como irritabilidad, uso inadecuado de pantallas, desorganización del sueño o nerviosismo que aumentaron considerablemente3.

Se puede observar que esta pandemia, junto al confinamiento, compromete la salud mental especialmente de las personas más vulnerables, entre las que se encuentra la población infantojuvenil, además de que el riesgo de contagio durante el periodo de incubación como la infección asintomática es más frecuente entre la población infantil. En este sentido, la encuesta general de población, realizada por Ipsos ya revela preocupaciones generalizadas sobre el impacto del aislamiento o el distanciamiento social; aumento de los niveles de ansiedad, depresión, estrés y otros sentimientos negativos; y preocupación por las implicaciones prácticas de la respuesta a la pandemia, incluidas las dificultades financieras4.

Además, los padres tienen que lidiar en la educación de sus hijos con el trabajo desde casa sin poder recibir apoyo externo, sanitario ni social. La intervención de los servicios de salud mental infanto-juveniles son imprescindibles para resolver las consecuencias psicológicas de la COVID-19 ya que la incertidumbre, el miedo y la estigmatización han marcado el impacto psicosocial de esta5.

La pandemia del COVID-19 puede empeorar los trastornos mentales preexistentes y la ignorancia del impacto diferencial de la epidemia en las personas con problemas de salud mental no sólo obstaculizarán cualquier objetivo de prevención y una mayor propagación de COVID-19, sino que también aumentarán las desigualdades de salud ya existentes. Otros estudios de seguimiento a más largo plazo muestran como el confinamiento y el haber estado trabajando en zonas de alto riesgo se asociaban de forma significativa a abuso de alcohol y otros problemas de dependencia5.

La gestión de la cobertura de las noticias publicadas por los medios de comunicación es esencial: dar una adecuada información y proteger a la población del estrés de noticias alarmistas puede ayudar a prevenir el impacto emocional de la pandemia. Se ha determinado que los factores asociados a la COVID-19 han tenido una repercusión inminente sobre el suicidio generando una alerta a los especialistas que advierten del probable aumento en la conducta suicida durante la crisis sanitaria incluso una vez controlada la misma. El aumento de estresores rebasa los mecanismos de defensa y estilos de afrontamiento que se empleaban habitualmente, lo que exacerba la sintomatología de aquellos que ya presentaban trastornos mentales o incluso genera cuadros de depresión, ansiedad, trastorno de estrés agudo y trastorno de estrés postraumático, los cuales, aunados a un sentimiento de desesperanza y a la dificultad para proyectarse en el futuro, conducen a ideación o intento de suicidio6.

 

CONCLUSIÓN

Debido al aumento de la incidencia de los trastornos mentales en adolescentes ocasionados por la pandemia de la Covid-19 y las restricciones derivadas de la misma, se hace necesaria la implantación de medidas de prevención y detección precoz de estas patologías. Se deben tratar los principales problemas de salud mental que afectan a este rango de edad, evaluando el estado mental del paciente a través de escalas, así como facilitar herramientas para el manejo y control de las mismas, y promover hábitos saludables que disminuyan la probabilidad de desarrollarlas.

 

BIBLIOGRAFÍA

  1. Balluerka Lasa N, Gómez Benito J, Hidalgo Montesinos MD, Gorostiaga Manterola A, Espada Sánchez JP, Padilla García JL, et al. Las consecuencias psicológicas de la COVID-19 y el confinamiento. Univ Pais Vasco [Internet]. 2020 [citado 1 Jun 2023]; 46 (177): 319-328. Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7965915
  2. Espada JP, Orgilés M, Piqueras JA y Morales A. Las buenas prácticas en la atención psicológica infanto-juvenil ante el COVID-19. Clínica y Salud [Internet]. 2020 [citado 1 Jun 2023]; 31(2): 109-113. Disponible en: https://doi.org/10.5093/clysa2020a14
  3. Gatell Carbó A, Alcover Bloch E, Balaguer Martínez JV, Pérez Porcuna T, Esteller Carceller M, Álvarez García P, et al. Estado de la salud mental infantojuvenil durante la primera ola de la pandemia de la COVID-19 y en el inicio del curso escolar 2020-2021. Anal Ped [Internet]. 2021 [citado 1 Jun 2023]; 95 (5): 354-363. Disponible en: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1695403321002575?via%3Dihub
  4. Martínez de Salazar A, Morral Subirá A, Martínez Pérez A, Payá González B, Imaz Roncero C, Arango López C, et al. Salud Mental en la infancia y la adolescencia en la era del COVID-19. ANPIR, SEP, Sepypna, AEPCP, Aenpnya [Internet]. 2020 [citado 1 Jun 2023]. Disponible en: https://www.observatoriodelainfancia.es/oia/esp/documentos_ficha.aspx?id=7179
  5. Benítez Camacho E. Suicidio: el impacto del Covid-19 en la salud mental. Med y Ética [Internet]. 2021 [citado 1 Jun 2023]; 32 (1): 15-39, Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7755879
  6. Galiano Ramírez MC, Prado Rodríguez RF, Mustilier Bécquer R. Salud mental en la infancia y adolescencia durante la pandemia de COVID-19. Rev Cub Ped [Internet]. 2020 [citado 1 Jun 2023]; 92 (1342). Disponible en: http://www.revpediatria.sld.cu/index.php/ped/article/view/1342articulo

 

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