Síndrome de Angelman. Artículo monográfico.

19 septiembre 2022

AUTORES

  1. Adriana Galindo Fago. Enfermera, Centro de Salud de Broto (Huesca).
  2. Ana Carazo de la Fuente. Enfermera, Centro de Salud de Ariza (Zaragoza).
  3. César Latorre Balsa. Enfermero, Centro de Salud de Alhama de Aragón (Zaragoza).
  4. Juan López Salas. Enfermero, Centro de Salud de Alhama de Aragón (Zaragoza).
  5. Javier Loscos Zapata. Enfermero, Centro de Salud de Illueca (Zaragoza).

 

RESUMEN

El Síndrome de Angelman, descrito por primera vez en el año 1965 gracias al pediatra inglés Harry Angelman, consiste en un trastorno genético del neurodesarrollo causado por la deleción o mutación del alelo materno para el gen UBE3A. Pese a desconocer con exactitud la incidencia mundial de esta enfermedad, diversos estudios la sitúan entre 1:15.000 a 1:30.000, afectando por igual a pacientes pediátricos de ambos sexos y sin encontrar diferencias por etnias o razas. Por este motivo, dicha patología quedaría englobada dentro de las consideradas “enfermedades raras”. Sin un tratamiento curativo en la actualidad, el desarrollo de las investigaciones han conseguido describir un conjunto de manifestaciones clínicas relacionadas con la misma, entre las que se incluyen ciertas características biomédicas, psicológicas, cognitivas, así como conductuales.

 

PALABRAS CLAVE

Síndrome de Angelman, prevalencia, manifestaciones clínicas, tratamiento.

 

ABSTRACT

Angelman Syndrome, first described in 1965 by the English pediatrician Harry Angelman, is a genetic neurodevelopmental disorder caused by the deletion or mutation of the maternal allele for the UBE3A gene. Despite the exact worldwide incidence of this disease being unknown, various studies place it between 1:15,000 and 1:30,000, affecting pediatric patients of both sexes equally and without finding differences by ethnicity or race. For this reason, said pathology would be included within those considered «rare diseases». Without a curative treatment at present, the development of research has managed to describe a set of clinical manifestations related to it, including certain biomedical, psychological, cognitive, as well as behavioral characteristics.

 

KEY WORDS

Angelman syndrome, prevalence, clinical manifestations, treatment.

 

DESARROLLO DEL TEMA

En el año 1965, el pediatra inglés Harry Angelman, describió la enfermedad tras observar ciertas características en tres niños que presentaban ausencia de habla, movimientos rígidos y espasmódicos en la marcha, afasia, convulsiones y risas excesivas. Debido a su clínica, redactó un artículo con el título “Niños marionetas”, muy criticado por un grupo de padres, sirvió como punto de partida para incluirlos como pacientes en un mismo grupo. Tras dos años evolucionó a “Síndrome de la marioneta feliz” pero no fue hasta el año 1982, cuando William y Jaime L. Frías, retomaron las investigaciones sobre este síndrome, y acuñaron por fin el término “Síndrome de Angelman” (SA) en honor a su descubridor1.

La realidad de dicho síndrome es la afectación por igual a hombres y mujeres, dándose en todas las razas humanas, con una incidencia entre 1:15.000 y 1:30.000. No existe conocimiento sobre estudios de prevalencia que hayan incluido a niños recién nacidos ya que es una enfermedad difícil de detectar antes de los tres años; Según la Angelman Syndrome Foundation de Estados Unidos, no se podría establecer un diagnóstico de certeza hasta una media de tres a siete años. Respecto a la esperanza de vida, no se han encontrado datos que permitan establecer una modificación asociada al SA, tampoco se puede estimar la tasa de infradiagnóstico debido a que su descubrimiento es demasiado actual2.

El Comité Científico y de Investigación de la Fundación del Síndrome de Angelman de Estados Unidos publicó en 1995 los criterios diagnósticos de esta enfermedad. Éstos recogen características clínicas, de desarrollo y exámenes complementarios; En torno a un 80% de los casos se pueden detectar con el diagnóstico de laboratorio, ya que el análisis genético es el medio más exacto para ello, y el 20% restante se podría diagnosticar por la clínica , como por ejemplo problemas de succión y deglución, lengua prominente, dientes separados o crisis febriles. Lograr un diagnóstico precoz es dificultoso pese a que, desde 1998 hasta la actualidad ha descendido la edad de diagnóstico desde los 63 meses hasta los 532.

Genéticamente, este síndrome se expresa con la pérdida y falta de expresión de genes maternos, que no pueden ser completados por los alelos silenciados en el cromosoma paterno. En la región 15q11-q13 se producen mutaciones en el gen UBE3A, el cual solo se expresa a partir del alelo materno en el cerebro, siendo el primer responsable del SA. Se pueden producir diversas modificaciones:

  • Deleción intersticial de novo 15q11-q13: Se da entre el 70-75% de los casos. Es provocado por la falta de un fragmento cromosómico en el cual se encuentra la región crítica del SA en el cromosoma materno. Se crea por entrecruzamiento desigual entre secuencias duplicadas, donde el niño con SA muestra microcefalia, convulsiones, hipopigmentación, ataxia, dificultades en la alimentación, retraso cognitivo y discapacidad en el habla.
  • Disomía uniparental materna: Se produce en el 2-5% de los casos. Se heredan dos copias del cromosoma paterno y ninguna del materno, como resultado de un error en el reparto de cromosomas y el cromosoma paterno tiene los genes de la región del SA silenciados. Por norma general, la afectación es menos severa con presencia de un mayor desarrollo físico, y menor prevalencia de alteraciones en los movimientos, ataxia y convulsiones.
  • Mutación de la impronta: El cromosoma heredado de la madre presenta impronta paterna por lo que los alelos de la madre están silenciados, por lo que no pueden expresarse. Se presenta en un 1-5% de los casos, la afectación clínica no suele ser tan severa.
  • Mutaciones intragénicas en el gen UBE3A: Se encuentra presente en un 10% de los afectados. Son producidos cambios en la secuencia del gen UBE3A y se impide la síntesis de una proteína que implica que la mutación del alelo materno 8 no presenta dicha proteína y ésta no se expresa en el cerebro, el cual es el principal órgano afectado en el SA y su función es degradar estas proteínas cerebrales.
  • Etiología desconocida: Presentado en un 10% de los pacientes, donde no se ha observado ninguna de las irregularidades genéticas anteriores y se desconoce la causa3,4.

 

En la actualidad, la red europea de calidad genética humana (EMQN) ha aceptado un protocolo para diagnosticar el SA, consistente en la realización de un cariotipo con el que se podrán valorar la existencia de modificaciones cromosómicas, así como la realización de un test de metilación (MS-MLPA) consistente en la toma de una muestra de ADN5.

El trastorno del sueño es otra de las alteraciones que favorece el diagnóstico de SA, asociado tanto a la dificultad que tienen estos pacientes para conciliar el sueño, como a las pocas horas que duermen, siendo un síntoma de referencia para el médico especialista. Otro dato curioso a tener en cuenta en el diagnóstico es el del perímetro craneal, que suele estancarse en cuanto al crecimiento en comparación con la curva de normalidad5.

En cuanto a los síntomas que pueden presentar los pacientes, habrá que tener en cuenta que no todos comparten las mismas características, ni todos tienen el mismo grado. Podemos agrupar las manifestaciones clínicas en diferentes puntos atendiendo a sus características:

  • Biomédicas: cabello, piel y ojos hipopigmentados, atrofia del nervio óptico, estrabismo e incluso la presencia de manchas de Brushfields en la periferia del iris (pequeñas manchas grisáceas o blanquecinas consecuencia de un exceso de acumulación de tejido conectivo), microcefalia, occipucio plano y boca grande con dientes separados y anchos , protusión lingual o prognatismo, babeo, excesivos movimientos masticatorios. Ataxia y/o temblores en las extremidades, aumento de la base de sustentación con pies en pronación y ECG característico.
  • Psicológicas: bruxismo, autoagresión, mejor compresión que expresión, interés por establecer relaciones con los demás y buena actitud social, estereotipias de manos (aleteo o deambulación), necesidad de contacto físico o fascinación con el plástico, el agua, las fotografías, los dibujos o los globos6,7.
  • Cognitivas: grave retraso del desarrollo, ausencia de lenguaje oral (algunas palabras) retraso mental (leve, moderado o severo), dificultad para apuntar o señalar algo con el dedo, ausencia de juegos naturales o verbales. La mayoría no logran superar las habilidades mínimas para disponer de una autonomía personal, hecho que les convierte en dependientes.
  • Conductuales: déficit de atención y aleteo de manos, risas frecuentes, hiperactividad, aspecto feliz y muy afectuosos. Se les provoca la sonrisa de forma muy fácil y carcajadas, en ocasiones no acordes con la estimulación dada7,8.

En la actualidad no existe un tratamiento que cure el SA, sin embargo, existen intervenciones para tratar al paciente y mejorar su calidad de vida favoreciendo su desarrollo; Es primordial que el abordaje se realice por parte de un equipo multidisciplinar formado por psicólogos, fisioterapeutas, pediatras, terapeutas ocupacionales, enfermeras y logopedas.

Los mejores resultados se obtienen cuando el tratamiento se inicia en las primeras etapas de la vida de la persona, con terapias para paliar retrasos en la motricidad fina y gruesa y potenciación de la comunicación. El resto del tratamiento está enfocado a manejar las alteraciones relacionadas con la enfermedad: medidas dietéticas y tratamiento farmacológico para el reflujo esofágico y el estreñimiento, terapias conductuales y tratamiento farmacológico para el insomnio, programas de modificación del comportamiento frente a la agresividad, protección para la piel y los ojos, control de la escoliosis y la obesidad, dispositivos ortopédicos para la hipotonía muscular, etc.9.

Una de las modalidades terapéuticas más novedosas son aquellas asistidas por animales, las cuales reflejan un efecto positivo, en concreto para el delfín y el caballo; La interacción con delfines en el medio acuático permite que disminuya el dolor y mejore la circulación sanguínea, debido a una modificación en las ondas del cerebro que armoniza los dos hemisferios, provocando bienestar y relajación. Por otro lado, se ha comprobado que la musicoterapia mejora el estado emocional y calma el sistema nervioso, favoreciendo el control sobre los movimientos de las extremidades y las relaciones con los demás10.

 

CONCLUSIONES

Pese a ser una enfermedad cuyo descubrimiento se produjo en 1965, la comunidad científica, así como los gobiernos, no han favorecido el desarrollo de su investigación. El hecho de ser considerada una de las “enfermedades raras” por su baja prevalencia, favorece esta situación, pero debemos de ser conscientes de que, pese a presentar bajas cifras de personas afectadas a nivel mundial, no justifica que esos pacientes reciban una peor asistencia sanitaria o tengan una peor calidad de vida, derivada de la pobre investigación por falta de recursos y medios destinados a su estudio. En los últimos años ha crecido el número de asociaciones que se encargan de abordar a estos pacientes y sus familias.

Resulta esencial el diagnóstico precoz, así como la inmediatez en la aplicación de tratamiento de las alteraciones derivadas del síndrome. Este hecho puede contribuir a mejorar su calidad de vida y la de su entorno familiar y social más cercano. Desde la comunidad sanitaria se persigue ofrecer una atención multidisciplinar, de manera que cualquier alteración que se manifieste a lo largo del proceso de la enfermedad pueda ser detectada y abordada con rapidez. Las personas afectadas por el SA son pacientes dependientes, hecho que debiera obligar a asistir también a su cuidador principal, proporcionándole información y cuidados cuando fuese necesario.

 

BIBLIOGRAFÍA

  1. Margolis SS, Sell GL, Zbinden MA, Bird LM. Angelman Syndrome. Neurotherapeutics. 2015;12(3):641-50.
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  4. Kalsner L, Chamberlain SJ. Síndromes de duplicación de Prader-Willi, Angelman y 15q11-q13. Pediatr Clin North Am . 2015; 62 (3): 587-606.
  5. Buiting K, Gross S, Horsthemke B. Inherited microdelections in the Angelman and Prader-Willi syndromes define an imprinting centre on human chromosom15. Nature genetics 9. 1995 Disponible en: https://www.nature.com/ng/journal/v9/n4/pdf/ng0495-395.pdf
  6. Lorente I, Fernandez C, Escofet C, Roche A, Joga L, Brun C, et al. El síndrome de Angelman, experiencia en un centro de referencia. Asociación síndrome de Angelman. 2015. Disponible en: https://angelman-asa.org/wpcontent/uploads/2018/07/LibroJornadaSA-24gener2015.pd
  7. López-Pájaro LF, Ruiz-Antorán B, Marín-Serrano E, Cazorla-Calleja R, Iglesias-Escalera G, Lara-Herguedas J, García-Merino JA, Avendaño-Solá C, Sancho-López A. Análisis descriptivo del electroencefalograma en el síndrome de Angelman. Rev Neurol 2021;72 (02):51-60.
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  9. Bailus BJ, Segal DJ. La perspectiva de la terapia molecular para el síndrome de Angelman y otros trastornos neurológicos monogénicos. BMC Neurosci. 2014; 15:76.
  10. Faife LC, Mayo IV. Síndrome de Angelman. Rev Cubana Med Gen Integr [Internet]. 2012;28(3):331-9.

 

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