A propósito de un caso: plan de cuidados de enfermería en el paciente con disección aórtica en la unidad de cuidados intensivos

17 abril 2023

AUTORES

  1. María Mairal Soriano. Grado en Enfermería. Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza.
  2. Esther Pilar Juárez Mínguez. Grado en Enfermería. Hospital Clínico Lozano Blesa, Zaragoza.
  3. Estefanía Casas López. Grado en Enfermería. Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza.
  4. Carolina de la Cruz Doblado. Grado en Enfermería. Hospital Clínico Lozano Blesa, Zaragoza.
  5. Julio Alberto Juárez Mínguez. Diplomado Universitario en Enfermería. Hospital Clínico Lozano Blesa, Zaragoza.
  6. Sergio Gracia Andiano. Grado en Enfermería. Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza.

 

RESUMEN

La disección aórtica es la forma de presentación más frecuente del síndrome aórtico agudo, así como la patología aórtica potencialmente mortal más frecuente. Consiste en una disrupción longitudinal y circunferencial de la capa íntima de la aorta. Desde el punto de vista de su localización y extensión, las clasificaciones anatómicas más comunes de la disección aórtica son, la clasificación de Stanford y la clasificación de Bakey. La hipertensión arterial, los aneurismas de la aorta y los problemas estructurales de la pared aórtica son los factores determinantes en la mayoría de los pacientes. El síntoma primordial, presente en más del 90% de los pacientes, es el dolor torácico. Para establecer un diagnóstico rápido y exacto es fundamental mantener un alto índice de sospecha por parte del médico y llevar a cabo una evaluación básica, que incluya un electrocardiograma, radiografía de tórax y pruebas de laboratorio. El tratamiento puede ser médico y/o tratamiento quirúrgico. Si bien la cirugía es el tratamiento de elección, éste va a depender de la clase de disección que el paciente presente.

PALABRAS CLAVE

Disección aórtica, aorta, diagnóstico, dolor, NANDA, NOC, NIC.

ABSTRACT

Aortic dissection is the most frequent form of presentation of acute aortic syndrome and the most frequent life-threatening aortic pathology. It consists of a longitudinal and circumferential disruption of the intimal layer of the aorta. From the point of view of its location and extent, the most common anatomical classifications of aortic dissection are the Stanford classification and the Bakey classification. Arterial hypertension, aortic aneurysms and structural problems of the aortic wall are the determining factors in most patients. The primary symptom, present in more than 90% of patients, is chest pain. To establish a rapid and accurate diagnosis it is essential to maintain a high index of suspicion on the part of the physician and to perform a basic evaluation, including an electrocardiogram, chest X-ray and laboratory tests. Treatment may be medical and/or surgical. Although surgery is the treatment of choice, it will depend on the type of dissection that the patient presents.

KEY WORDS

Aortic dissection, aorta, diagnosis, pain, NANDA, NOC, NIC.

INTRODUCCIÓN

La disección aórtica es la forma de presentación más frecuente del síndrome aórtico agudo así como la patología aórtica potencialmente mortal más frecuente5. La aorta está compuesta por tres capas. La capa íntima es la cama más interna y la que está en contacto con la sangre; la capa media, de mayor grosor, situada entre la adventicia y la íntima; y la capa más externa llamada capa adventicia. Todas ellas otorgan a la aorta la capacidad de soportar los cambios de presión propios del ciclo cardíaco y mantener el flujo durante la diástole por el efecto Windkessel1,2.

La base del proceso fisiopatológico es la degeneración de la pared4. Consiste en una disrupción longitudinal y circunferencial de la capa íntima de la aorta1,2, la cual resulta en paso de la sangre hacia la capa media generando una luz falsa que se puede propagar de forma anterógrada y retrógrada comprometiendo la totalidad de la aorta y extendiéndose hacia los vasos1,4. Se trata por tanto de un desgarro de la pared de la aorta2. En dos terceras partes de los casos el desgarro intimal primario ocurre en la aorta ascendente proximal, por ser la porción de la aorta que está sujeta a mayores fluctuaciones en la presión arterial a lo largo del ciclo cardiaco1.

Según la localización y extensión de la disección, las clasificaciones anatómicas más comunes son, la clasificación de Stanford y la clasificación de Bakey1,3,4. La clasificación de Bakey diferencia cuatro tipos de disección. La tipo I compromete la aorta ascendente, el arco, y se extiende a la aorta descendente (toda la aorta); la tipo II se limita a la aorta ascendente y al arco aórtico. La disección tipo III se origina a nivel de la subclavia izquierda y se extiende en forma distal. Dentro del tipo III se diferencia la IIIa, la cual abarca la aorta descendente hasta el diafragma; y la IIIb que se extiende distalmente a partir del diafragma1,4.

La clasificación de Stranford simplifica este concepto en los tipos A y B dependiendo del compromiso de la aorta ascendente1. La tipo A es aquella en la que la disección aórtica compromete la aorta torácica ascendente, independientemente del sitio donde se origine y si hay o no compromiso de otros segmentos. La tipo B, es aquella en la que la disección aórtica no compromete la aorta torácica ascendente, afectando a la aorta distal o descendente1,2.

Además, por su temporalidad, la disección aórtica puede clasificarse en cuatro categorías según el tiempo desde el inicio de los síntomas. Diferenciamos, la hiperaguda si tiene una duración inferior a 24 horas; aguda, de entre 2 a 7 días; subaguda, entre 8 y 30 días; y la crónica, cuando son más de 30 días.1 Finalmente, existe una clasificación que habla de disección aórtica complicada o no complicada. Se considera complicada cuando cumple alguno de los siguientes criterios: presencia de ruptura aórtica (o signos de ruptura inminente), compromiso de perfusión visceral, hipertensión refractaria, hipotensión, shock, síntomas recurrentes, diámetro aórtico mayor o igual a 55mm, o desarrollo de hematoma periaórtico o derrame pleural hemorrágico1.

Los factores determinantes causantes de la disección de la aorta en la mayoría de los pacientes son la hipertensión arterial, los aneurismas de la aorta y los problemas estructurales de la pared aórtica. No se conoce bien por qué unos pacientes desarrollan esta enfermedad y otros no2.

La presión arterial es considerada un factor de riesgo típico. Si bien una aorta con la misma presión puede disecarse o no, dependiendo de su arquitectura (grosor y composición de su capa media) y del grado de dilatación de la misma, la hipertensión arterial se observa aproximadamente en el 70% de los casos1,2. El incremento del diámetro de la aorta es considerado un claro precursor de la disección siendo el principal determinante del estrés parietal aórtico. Si la distensibilidad de la capa externa es mayor que la de la interna, se producirá una dilatación de la primera y un desgarro de la segunda, que, junto con la rotura de la íntima, darán lugar a la aparición de la disección. Así los pacientes con aneurisma aórtica tienen mayor riesgo de disección que el resto de la población. Si un paciente tiene una pared aórtica que estructuralmente está enferma, las hace más propensas a fracturas y roturas2.

Otros factores de riesgo incluyen los antecedentes de cirugía cardíaca (17,9%), siendo los procedimientos previos más frecuentes el reemplazo valvular aórtico (5.4%) y el reparo de aneurisma/disección aórtica (9.7%); presencia de aterosclerosis, el diagnóstico previo de aneurisma y la historia previa de disección aórtica, los cuales se observaron en el 31%, 16,1% y 6,4% de los casos respectivamente1.

Los síntomas de presentación más comunes de una disección aórtica son dolor en el pecho y/o dolor de espalda.4 Pero es el dolor torácico, el síntoma primordial presente en más del 90% de los pacientes. Es un dolor con unas características específicas descritas por los pacientes como un dolor lancinante, punzante y desgarrante. Se caracteriza además por ser severamente intenso, de inicio súbito, generalmente en región interescapular y que migra a medida que avanza la disección2,3,4. Se trata de un dolor que no varía con los movimientos, de intensidad similar desde el principio, y a diferencia del dolor de infarto de miocardio, suele ir en aumento2.

La localización inicial puede variar de acuerdo con el punto de inicio y distribución de la disección.3 El dolor exclusivamente torácico es frecuente en pacientes con disección de la aorta ascendente o tipo A, sin embargo el dolor localizado en la espalda o en el abdomen es más frecuente en la disección de la aorta descendente o tipo B2.

La ausencia, disminución o asimetría de los pulsos arteriales, sobre todo el de la extremidad inferior izquierda, es considerado un signo característico de la disección aórtica; presente en el 50% de las disecciones proximales y en el 15% de las distales1,2,3. El soplo de insuficiencia aórtica se ausculta en aproximadamente el 50% de los casos con disección y sugiere que el segmento aórtico involucrado es la aorta ascendente o disección tipo A.2 Otras manifestaciones clínicas pueden ser hemotórax, hemoptisis y hematemesis, por rotura en el espacio pleural, bronquios o esófago. Ocasionalmente se han descrito roturas en la aurícula derecha o izquierda y en el ventrículo derecho con fallo cardiaco3.

Debido a la gravedad de la disección aórtica, el diagnóstico temprano es imperativo. Para establecer un diagnóstico rápido y exacto es fundamental mantener un alto índice de sospecha por parte del médico y llevar a cabo una evaluación básica, que incluya un electrocardiograma (ECG), radiografía de tórax y pruebas de laboratorio.4 No existe una prueba de elección única en la evaluación de la disección de aorta, pues las técnicas disponibles tienen ventajas e inconvenientes, de forma que cada una será más útil en relación al problema específico que se quiera explorar3.

El electrocardiograma es normal en la mayoría de los casos.1 Sin embargo, aunque el ECG no apoya el diagnóstico de disección aórtica por poder reflejar cambios no específicos en el contexto de la disección; permite distinguir entre la misma y un síndrome coronario agudo, puesto que el cuadro agudo puede ser muy parecido2,3,4. En un 7% de los pacientes se evidencia la isquemia aguda, ya sea elevaciones del ST o nuevas ondas Q, en el ECG1,4.

La utilidad de los exámenes de laboratorio es limitada para confirmar el diagnóstico pero puede ser de utilidad para descartarlo.1 Enzimas como las troponinas y la creatincinasa suelen estar normales, mientras que parámetros como los D-dímeros o productos de degradación de la fibrina están habitualmente elevados6. Es frecuente encontrar leucocitosis y puede haber anemia si ha ocurrido ruptura aórtica. La función renal se puede alterar si existe oclusión de las arterias renales o por shock hipovolémico3,4.

Con respecto a la radiografía de tórax, aunque se ha sugerido que realizada a tiempo e interpretada por expertos tiene una alta precisión diagnóstica, la realidad es que en menos del 30% de los pacientes existen signos inequívocos de disección, por lo que su sensibilidad no es suficiente para descartar el diagnóstico en un contexto clínico sugestivo1. Los signos sugestivos de disección de aorta son el ensanchamiento del mediastino, de la aorta ascendente o descendente y de la línea paraespinal; anormalidades en el contorno cardiaco y aórtico; presencia de derrame pleural, desplazamiento de la tráquea hacia la derecha y del esófago hacia la derecha y hacia delante. Otros signos diagnósticos menos específicos son la separación entre la calcificación de la íntima, en los casos de disección, y el borde externo de la aorta1,3,4.

La confirmación diagnóstica requiere la utilización de técnicas de imagen más avanzadas como la ecografía transtorácica (ETT), la ecografía transesofágica (ETE), la resonancia magnética (RM) en casos selectos, o la tomografía axial computerizada (TAC), siendo ésta última la más utilizada1,2. Estas pruebas informan de la presencia de una aorta con dos luces o canales separados por un septo que recibe el nombre de colgajo de la disección o flap2.

El TAC permite apreciar bien las calcificaciones de la íntima, su desplazamiento medial es diagnóstico de disección aórtica3. Con una sensibilidad y especificidad cercana al 98%, tiene la ventaja de localizar no solo las zonas de desgarro intimal, sino de evaluar la extensión total de la aorta para identificar la progresión de la disección. Es útil para el seguimiento seriado de los pacientes1.

La resonancia magnética es la prueba que mejor visualiza el colgajo de la íntima y con el que se diferencia más fácilmente el tipo A del tipo B. Además al no utilizar contraste iodado, su uso es de gran ventaja en pacientes alérgicos al mismo o con compromiso de la función renal3.

La ecografía transtorácica (ETT) es útil para evaluar la presencia de disfunción valvular aórtica, la presencia de derrame pericárdico y de trastornos segmentarios de la contractilidad. (1) Tiene una sensibilidad y especificidad inferior al 60%, a diferencia de la transesofágica (ETE) que presenta una alta sensibilidad y especificidad, del 99% y 97% respectivamente; convirtiéndola en una alternativa superior para realizar el diagnóstico, planear el tratamiento quirúrgico y para el seguimiento posterior del paciente con disección aórtica1,3,4.

Una vez diagnosticada la patología, se debe determinar en primer lugar, si la lesión se inició en la aorta ascendente o en la descendente, ya que el tratamiento y pronóstico varía considerablemente. El tratamiento puede ser médico y/o quirúrgico.3 Si bien la cirugía es el tratamiento de elección, éste va a depender de la clase de disección que el paciente presente2,3.

Todo paciente que se sospeche de disección aórtica debe ser ingresado en una Unidad de Cuidados Intensivos, dónde se deberá monitorizar una serie de parámetros como la tensión arterial, el ritmo cardíaco, la presión venosa central, la diuresis horaria, y cuando lo precise, la presión capilar pulmonar y el gasto cardíaco. La terapia inicial debe orientarse al control del dolor y a mantener una presión arterial sistólica de 100 a 120 mmHg. El medicamento de elección para bajar la tensión arterial es el Nitroprusiato de sodio en perfusión intravenosa continua, teniendo en cuenta el importante riesgo que tiene de toxicidad por cianuro en casos de uso prolongado. Este manejo médico se inicia en todos los pacientes con disección aórtica, sean o no intervenidos quirúrgicamente con posterioridad sin importar la localización de la disección1,3. Si bien la terapia médica no reemplaza la intervención quirúrgica, si ayuda en la estabilización inicial de los pacientes.1

En pacientes en quienes se confirme la presencia de una disección aórtica tipo A con o sin complicaciones, el tratamiento va a ser quirúrgico, tratándose además de una indicación de cirugía urgente.1 Esta lesión compromete seriamente la vida del paciente debido al riesgo de ruptura al pericardio y el correspondiente taponamiento cardíaco.3 El objetivo del tratamiento es sustituir la aorta ascendente y la válvula aórtica cuando ésta está afectada. La supervivencia tras la intervención depende de la experiencia del equipo quirúrgico y de la situación clínica y hemodinámica del paciente antes de someterse a ella2, teniendo una mortalidad del 50% si no se operan en 48 horas4.

En los casos de disección aortica tipo B, el tratamiento médico permite estabilizar primero al paciente, ya que la ruptura es menos probable2,4. Sin embargo, si existiera dolor persistente o recurrente con inestabilidad hemodinámica, oliguria o anuria, isquemia visceral, aumento progresivo del diámetro de la aorta descendente o si hubiera signos de rotura aórtica inminente, como sangre en cavidad pleural o hemoptisis, estaría indicada la cirugía2,3,4. La cirugía consistiría en un tratamiento quirúrgico convencional, o como segunda alternativa, se podría llevar a cabo la implantación percutánea de una endoprótesis en el segmento aórtico enfermo a través de la piel en la región inguinal.2 Como la mayoría de los pacientes con disección aortica tipo B responden adecuadamente al tratamiento médico, son muchos los que contraindican la cirugía si no presentan las complicaciones mencionadas, por el alto riesgo de paraplejia y de insuficiencia renal3.

En el periodo postoperatorio se deberá vigilar el sangrado y los parámetros de perfusión tisular mientras se mantienen la presión arterial y frecuencia cardíaca en cifras similares a las preoperatorias. Ante cualquier sospecha de síndrome de malperfusión, se debe examinar al paciente con un nuevo TAC y determinar si se requiere una nueva intervención1.

El pronóstico de los pacientes con disección tipo B es más favorable con respecto a la disección de la aorta ascendente.2 La mortalidad hospitalaria de la disección aórtica tipo A oscila entre el 20% y 40%, de no tratarse aumenta al 60% en las primeras 24 horas llegando hasta el 92% en el primer mes, por lo que la supervivencia dependerá de la rapidez en la instauración del tratamiento médico, quirúrgico o ambos4,5 Sin embargo, la de la disección tipo B es mucho menor; alrededor del 7%. No obstante a largo plazo la mortalidad de la disección tipo B va aumentando hasta alcanzar el 50% a los cinco años de seguimiento2,4.

MÉTODO

Se elabora un plan de cuidados de enfermería para un paciente diagnosticado de disección aórtica en la Unidad de Cuidados Intensivos utilizando la taxonomía NANDA-NOC-NIC.

OBJETIVO

Garantizar unos cuidados integrales para prevenir o disminuir la aparición de complicaciones, así como conseguir una adecuada evolución del paciente.

PRESENTACIÓN DEL CASO CLÍNICO

Enfermedad actual:

Varón de 66 años de edad que ingresa en el Hospital Clínico Universitario (HCU), procedente del Hospital de Huesca, con el diagnóstico de Disección Aórtica tipo B, a raíz de un cuadro de dolor torácico que comenzó el día 24 de diciembre. En la mañana del día 13 de enero de 2023, a las 08:00 horas, el paciente presenta dolor súbito interescapular, acompañado de diaforesis, realizándose TAC que evidencia disección Aórtica tipo A retrógrada desde la lesión previa, con derrame pericárdico.

Tras ponerse en contacto con el Servicio de Cirugía Cardíaca del Hospital Miguel Servet se acepta su traslado al mismo para su urgente valoración por el citado servicio. El enfermo llega a las 14:00 horas. Sin focalidad neurológica.

Antecedentes personales:

Datos clínicos:

  • Ex-fumador desde hace 10 años.
  • Bebedor leve/moderado.
  • Hipertensión.
  • Dislipemia.
  • Nefrectomía Izquierda por adenocarcinoma con tratamiento de quimioterapia en 2001. Actualmente, libre de enfermedades.

 

Medicación habitual:

En tratamiento ambulatorio con:

  • Atorvastatina 20 mg / 24 h.
  • Amlodipino.
  • Enalapril.

 

Alergias:

No alergias medicamentosas conocidas hasta la fecha.

Exploración general:

CONSTANTES VITALES:

  • Tensión Arterial: 135/75 mmHg.
  • Frecuencia cardíaca: ritmo sinusal a 75 lpm con extrasístoles supraventriculares.
  • Saturación de Oxígeno basal: 99%. Buena mecánica respiratoria.
  • Temperatura Axilar: 36.3ºC.

 

EXPLORACIÓN FÍSICA:

  • Paciente consciente y orientado en tiempo y espacio, con resultado en la Escala de Coma de Glasgow (GCS) 15 puntos al ingreso.
  • Auscultación pulmonar: Leve hipoventilación global, más marcada en la base pulmonar derecha.
  • Auscultación cardíaca: soplos audibles.
  • Abdomen aparentemente normal, salvo que se observa hematoma producido por la administración de HBPM y posible hepatomegalia de 2 traveses.
  • EEII: trofismo crónico leve. No edemas ni datos de isquemia aguda observables.
  • Dolor interescapular leve/moderado.

 

Pruebas complementarias:

Test AG COVIS-19: Negativo.

Tratamiento recibido en Urgencias:

Se le canaliza una vía periférica en la extremidad superior derecha para el correcto mantenimiento hídrico del paciente administrando fluidoterapia, y la administración de fármacos según precise. Además, se le realiza un electrocardiograma de control, una placa de tórax y se le extrae una analítica de sangre.

El paciente permanece estable, con un buen control del dolor en tratamiento con Paracetamol y Metamizol vía endovenosa, y con un control hemodinámico con Bisoprolol 10 mg/12 h y Candesartán vía oral.

Tras la realización de una ecografía transtorácica (ETT) se observa derrame leve con buena función biventricular sin compromiso por derrame e insuficiencia aórtica ligera, aunque con dos zonas de reflujo, uno central y otro en unión entre unión de velos coronario izquierdo y derecho.

PLAN:

Se comenta el caso con el Servicio de Cirugía Cardíaca y se decide trasladar al paciente a la Unidad de Cuidados Intensivos para una monitorización y observación continua de la hemodinámica del paciente, así como del posible empeoramiento clínico en las siguientes 48-72h.

Pendientes de la decisión a tomar por el equipo de cirugía, se indica la extracción de serologías, pruebas cruzadas y la realización de radiografía de tórax. Se le canaliza un catéter arterial para la continua monitorización de la tensión arterial y el manejo adecuado del dolor administrando un bolo de 1/3 de Cloruro Mórfico vía endovenosa además de iniciar perfusión continua de Cloruro Mórfico a dosis bajas.

Se informa a la familia de la situación del paciente.

Finalmente, el paciente es llevado al Quirófano. Tras la cirugía de reparación de la aorta, el paciente ingresará de nuevo en la Unidad de Cuidados Intensivos para llevar a cabo los cuidados exhaustivos pertinentes del paciente y favorecer su recuperación.

VALORACIÓN ENFERMERA SEGÚN LAS 14 NECESIDADES BÁSICAS DE VIRGINIA HENDERSON

  • NECESIDAD DE RESPIRACIÓN:

Necesidad que no se ve alterada. El paciente mantiene una saturación de Oxígeno basal de 99% con una buena mecánica respiratoria.

No precisa de oxigenoterapia domiciliaria ni soporte ventilatorio durante el ingreso.

  • NECESIDAD DE ALIMENTACIÓN E HIDRATACIÓN:

Necesidad que no se ve alterada. Ingesta de líquidos sin alteraciones en la deglución. Aunque sí que se lleva a cabo un control hídrico, tanto a nivel oral como intravenoso.

  • NECESIDAD DE ELIMINACIÓN:

Necesidad que no se ve alterada. Conserva el patrón de eliminación habitual previo al ingreso.

  • NECESIDAD DE MOVILIZACIÓN Y MANTENIMIENTO DE UNA POSTURA ADECUADA:

Independiente para el desarrollo de esta necesidad. El paciente mantiene las condiciones de movilidad corporal intactas.

Durante el ingreso en la Unidad de Cuidados Intensivos se le aconseja dejar la cabecera de la cama colocada a unos 35 grados de inclinación.

  • NECESIDAD DE REPOSO Y SUEÑO:

Necesidad que se ve ligeramente alterada durante su ingreso debido al ruido ocasionado en la unidad por los mismos profesionales y por los dispositivos utilizados para el control de las constantes del paciente.

  • NECESIDAD DE VESTIRSE Y DESVESTIRSE:

Necesidad que no se ve alterada durante su estancia en la UCI.

Paciente independiente en la realización de esta tarea antes de ingresar.

  • NECESIDAD DE TERMORREGULACIÓN:

Normotérmico. Necesidad que no se ve alterada durante su estancia en la UCI, aunque hay momentos en los que el paciente refiere sentir frío, por lo que se le dota de una manta para la cama.

  • NECESIDAD DE HIGIENE Y PROTECCIÓN DE LA PIEL:

Independiente en la vida diaria para la realización de las tareas de la higiene personal. Durante su ingreso, y según el protocolo de la unidad, se le realiza el aseo en la cama de la UCI por una enfermera y una auxiliar de enfermería, aunque el paciente muestra una gran colaboración.

  • NECESIDAD DE SEGURIDAD Y EVITAR PELIGROS:

Durante la estancia en la Unidad de Cuidados Intensivos, mantendremos las barandillas de la cama subidas para asegurar la seguridad del paciente y evitar caídas.

  • NECESIDAD DE COMUNICACIÓN:

Se comunica verbalmente sin problemas gracias a la ayuda de dispositivos de audición en ambos oídos. Vive con su mujer, ya que los hijos se independizaron hace años, con los que mantiene una buena relación en general.

  • NECESIDAD DE VIVIR SEGÚN SUS CREENCIAS Y VALORES:

Datos desconocidos.

  • NECESIDAD DE TRABAJAR Y SENTIRSE REALIZADO:

Actualmente se encuentra jubilado, pero nos cuenta que dedicó su vida a ser profesor de inglés en un instituto.

  • NECESIDAD DE PARTICIPAR EN ACTIVIDADES RECREATIVAS:

Le gusta acudir a clases de pintura.

  • NECESIDAD DE APRENDIZAJE.

Independiente.

 

DIAGNÓSTICOS DE ENFERMERÍA (NANDA), RESULTADOS (NOC) E INTERVENCIONES (NIC)

[00246] Riesgo de retraso en la recuperación quirúrgica r/c procedimiento quirúrgico extenso.

Objetivos (NOC): Conocimiento: manejo del dolor (1843).

Indicadores:

  • Causas y factores que contribuyen al dolor.
  • Signos y síntomas del dolor.
  • Uso correcto de la medicación prescrita.

 

Intervenciones (NIC): Administración de analgésicos (2210).

Actividades:

  • Determinar la aparición, localización, duración, características, calidad, intensidad, patrón, medidas de alivio, factores contribuyentes, efectos en el paciente y gravedad del dolor antes de medicar al paciente.
  • Documentar todos los hallazgos de la observación del dolor.
  • Comprobar el historial de alergias medicamentosas.
  • Asegurarse de que el paciente no tenga riesgos al usar opiáceos.
  • Asegurar que se mantenga la dosis precisa las 24 horas.

 

[00132] Dolor agudo torácico r/c agentes lesivos.

Objetivos (NOC): Control del dolor (1605).

Indicadores:

  • Utiliza los signos de alerta para pedir ayuda.
  • Reconoce los síntomas del dolor.
  • Refiere dolor controlado.

 

Intervenciones (NIC): Cuidados cardíacos agudos (4044).

Terapia intravenosa (IV) (4200).

Enseñanza: proceso de la enfermedad (5602).

Actividades:

  • Evaluar el dolor torácico (intensidad, localización, radiación, duración, factores predisponentes y de alivio).
  • Administrar medicamentos de alivio del dolor si pautados.
  • Administración de la medicación intravenosa IV según prescripción y observar resultados.
  • Instruir al paciente de los signos y síntomas de los que debe informar.

 

[00126] Conocimientos deficientes sobre la enfermedad, evolución, régimen terapéutico, pronóstico r/c cambios en el entorno y en la situación de salud.

Objetivos (NOC): Conocimiento: régimen terapéutico (1813).

Indicadores:

  • Descripción de los procedimientos prescritos.
  • Descripción del proceso de la enfermedad.

 

Intervenciones (NIC): Enseñanza: procedimiento/ tratamiento (5618).

Enseñanza: proceso de la enfermedad (5602).

Actividades:

  • Enseñar al/ a la paciente como cooperar durante el tratamiento.
  • Explicar la necesidad de ciertos equipos (monitores, etc.).
  • Posibilitar que el/la paciente plantee inquietudes y dudas y haga preguntas.
  • Corregir las expectativas irreales hacia el procedimiento / tratamiento si procede.
  • Describir el proceso de la enfermedad al/ a la paciente y familia.
  • Reforzar la información suministrada por otros miembros del equipo al paciente y familia.

 

[00146] Ansiedad r/c cambio repentino en el entorno y el estado de salud.

Objetivos (NOC): Autocontrol de la ansiedad (1402).

Indicadores:

  • Busca información para reducir la ansiedad.
  • Controla las respuestas de ansiedad.

 

Intervenciones (NIC): Disminución de la ansiedad (5820).

Potenciación de la seguridad (5380).

Actividades:

  • Explicar los procedimientos incluyendo las posibles sensaciones que ha de experimentar durante los mismos.
  • Animar a la expresión de sentimientos, percepciones y miedos.
  • Escuchar con atención
  • Crean un ambiente que facilite la confianza y seguridad.
  • Identificar los cambios en el nivel de ansiedad.
  • Permanecer con el paciente para promover la seguridad.
  • Mostrar calma.

 

CONCLUSIÓN

Se realizarán valoraciones diarias de la situación clínica del paciente con el fin de determinar si la recuperación está siendo exitosa y poder así ir disminuyendo el soporte ventilatorio del paciente y así poder llevar a cabo el destete y extubación del paciente. Se le ayudará a realizar cuidados respiratorios y cambios posturales para su pronta recuperación, además de desempeñar las curas pertinentes de la herida quirúrgica para evitar infecciones y complicaciones, con el objetivo de trasladarlo a planta para después poder darle el alta hospitalaria. El Servicio de Cirugía Cardíaca llevará a cabo el seguimiento de la situación clínica del paciente, para concretar si es necesario un cambio de objetivos o intervenciones.

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