AUTORES
- Natalia Luque Gimenez. Enfermera Consultorio de Cuarte de Huerva.
- Ioana Andreea Brezuleanu. Enfermera de Urgencias Hospital Nuestra Señora de Gracia.
- Ana Cristina Lou Moreno. Terapeuta ocupacional IASS y TCAE.
- Laura Basarte Gaspar. Enfermera Familiar y Comunitaria CS Oliver.
- Raquel Pardos Romano. Enfermera Hospital Nuestra Señora de Gracia.
- Raquel Refusta Ainaga. Enfermera ESAD Sector III.
RESUMEN
Se define las caídas, como la consecuencia de un evento que lleva a una persona al suelo contra su voluntad. Se mencionan diferentes definiciones de caídas y se destaca que los ancianos tienen una mayor predisposición a caer debido a diversas causas.
Éstas, representan uno de los problemas más importantes en la población de edad avanzada, con una alta incidencia y susceptibilidad a sufrir lesiones. Además, se señala que las caídas son un síndrome geriátrico y plantean desafíos para los profesionales que trabajan con personas mayores
El envejecimiento se define como un proceso fisiológico que limita la adaptabilidad del organismo, y señala que muchas enfermedades y fracturas están relacionadas con la edad. También se destaca la clasificación de la población anciana en diferentes grupos según su estado de salud.
Entre los diferentes factores de riesgo de las caídas, se incluyen factores intrínsecos (fisiológicos, enfermedades, medicamentos), factores extrínsecos (barreras arquitectónicas) y factores circunstanciales (actividad cotidiana). Se resalta que las consecuencias de las caídas son graves, como fracturas, traumatismos, limitación de movilidad y dependencia en las actividades diarias.
Además, la tasa de mortalidad es más alta entre los ancianos que han sufrido una fractura de cadera. Se concluye señalando la importancia de la prevención de caídas en las personas mayores, dada la tendencia al envejecimiento de la población y el aumento de enfermedades crónicas y degenerativas.
En resumen, se aborda el tema de las caídas en las personas mayores, destacando su incidencia, consecuencias y factores de riesgo. También resalta la importancia de la prevención en este grupo de población.
PALABRAS CLAVE
Caída, ancianos, centros institucionalizados, prevención.
ABSTRACT
Falls are defined as the result of an event that leads a person to the ground against their will. Different definitions of falls are mentioned, and it is emphasized that the elderly are more predisposed to falling due to various causes.
These falls represent one of the most significant problems in the elderly population, with a high incidence and susceptibility to injuries. Furthermore, falls are described as a geriatric syndrome and present challenges for professionals working with older people.
Aging is defined as a physiological process that limits the adaptability of the body and indicates that many diseases and fractures are related to age. The classification of the elderly population into different groups based on their health status is also highlighted.
Among the different risk factors for falls, intrinsic factors (physiological, diseases, medications), extrinsic factors (architectural barriers), and circumstantial factors (daily activity) are included. It is emphasized that the consequences of falls are serious, such as fractures, trauma, limited mobility, and dependence in daily activities.
Furthermore, the mortality rate is higher among the elderly who have suffered a hip fracture. The importance of fall prevention in older adults is concluded, given the population’s aging trend and the increase in chronic and degenerative diseases.
In summary, the topic of falls in older adults is addressed, highlighting their incidence, consequences, and risk factors. The importance of prevention in this population group is also emphasized.
KEYWORDS
Fall, elderly, institutionalized centers, prevention.
INTRODUCCIÓN
Como introducción al estudio definiremos según la OMS caída como “la consecuencia de cualquier acontecimiento que precipita al individuo al suelo en contra de su voluntad”. Esta precipitación suele ser repentina, involuntaria e insospechada y puede ser confirmada por el paciente o por un testigo1. Los ancianos tienen una gran predisposición para caer y son diversas las causas que pueden contribuir a ello2.
Otra definición de caída según la novena revisión de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-9), las definen como un cambio en la posición del sujeto, que ocurre de forma brusca y no intencionada y que lleva al sujeto a quedar tendido en un nivel inferior sobre un objeto, el sujeto u otra superficie2.
Podemos decir que las caídas en los ancianos son de gran importancia en la sociedad donde constituyen el 80 % de un grave problema sanitario. Su elevada incidencia y la mayor susceptibilidad para sufrir lesiones como consecuencia de las mismas explican la importante morbimortalidad y el elevado coste sanitario asociado a ellas en esa edad3.
Las caídas representan uno de los problemas más importantes dentro de la patología geriátrica. Constituye uno de los Grandes Síndromes Geriátricos. Es también un reto para todo aquel profesional que atiende a personas de edad avanzada. Las personas se caen, además estas suelen ser mayoritariamente ancianos (y niños). Las caídas no solamente existen, sino que a la luz de la información de que disponemos hoy en día afirmamos que constituyen uno de los más graves problemas epidemiológicos, generador de una cascada de consecuencias de todo tipo, incluyendo sociales y económicas3.
La aplicación de los avances científicos y tecnológicos a la medicina y la mejora de las condiciones de vida de la población constituyen factores principales de la prolongación de la vida del ser humano4,5. Según la OMS, las personas de 60 a 74 años son consideradas de edad avanzada; de 75 a 90 viejos o ancianos, y las que sobrepasan los 90 se les denomina grandes viejos o grandes longevos. A todo individuo mayor de 60 años se les llamará de forma indistinta persona de la tercera edad6. La duración máxima de la vida humana no se ha podido establecer hasta el momento, aunque algunos científicos la estiman en unos 120 años, pero lo importante no es llegar a esta edad, ni incluso prolongar la existencia, sino poder vivir años libres de discapacidades, un envejecimiento saludable, de modo que seamos sujetos activos hasta el límite de nuestras vidas7.
La incidencia anual de caídas entre personas ancianas que viven en la comunidad aumenta del 25% entre los 65-70 años, al 35% después de los 75. La mitad de las personas mayores que se caen lo hacen repetidas veces y son más frecuentes en hogares de ancianos y residencias8. Las caídas, siendo un hecho frecuente en los ancianos, ha comenzado a ser estudiado paradójicamente hace poco tiempo, en la segunda mitad del siglo XX. Los accidentes son la quinta causa de muerte en el mundo, y de ellos las dos terceras partes son caídas. El 75% de las caídas se producen en personas de más de 65 años9. Algunos estudios demuestran que las mujeres parecen sufrir más caídas que los hombres hasta los 75 años, a partir de la cual la frecuencia es similar en ambos sexos10.
El riesgo es mayor en personas hospitalizadas, sobre todo en la etapa inmediata a su ingreso, por rechazo a una actitud sobreprotectora. Las caídas y sus consecuencias representan uno de los problemas más importantes de salud en las personas mayores de 65 años1. Las complicaciones de las caídas son la principal causa de muerte por accidente en las personas mayores de 65 años1. Aproximadamente un 10% de las caídas tienen como consecuencia lesiones graves como fractura de fémur y otras fracturas, hematoma subdural, etc.13,14,15,16. Alrededor del 20% de las caídas requieren atención médica, siendo la causa de aproximadamente el 10% de las consultas en los servicios de urgencias y del 6% de las hospitalizaciones urgentes en ancianos14.
En el anciano las caídas y los trastornos de la marcha son unos de los problemas de mayor impacto en la población anciana y su importancia radica en varios aspectos; por un lado, está la alta prevalencia con la que se presentan, pero además son predictores de morbilidad, y de ellas se derivan graves consecuencias físicas, funcionales, psicológicas, sociales o económicas y, por último, se acompañan de una elevada mortalidad17. Las caídas, y especialmente las caídas de repetición, son un marcador de fragilidad en el anciano, ya que anticipan el riesgo de progresiva dependencia funcional e incapacidad18.
La complicación más frecuente es la fractura de cadera (5%) y ésta, a su vez, los vuelve más vulnerables para la hospitalización y dependencia, y la mortalidad se eleva al 15% para personas de la comunidad y 45% para aquellos que están en instituciones. Las caídas son la causa principal de fracturas de cadera en el anciano, comprobándose que el 88% de las fracturas de cadera se debían a caídas, y únicamente un 8% eran consecuencia de accidentes y un 3% de fracturas patológicas19.
En los ancianos ya institucionalizados, dadas las características de este grupo (aumento de demencias y otras alteraciones, pluripatología), la incidencia alcanza el 50 por cien anual. Un dato característico respecto a la institucionalización es que un alto porcentaje viene condicionado por una caída previa del anciano20.
En la actualidad, en España es un hecho nuevo, reciente, pues si hasta los años cincuenta la proporción de personas de más de 65 años representaba el 7 % de la población, en los últimos 40 años este porcentaje ha crecido de forma ininterrumpida de modo que en 1997 fue del 15,9%, y según las previsiones de Eurostat (oficina de estadísticas de la Unión Europea) será del 17,9% en el 2010 y del 20,3% en el 2015. Según un informe de la ONU, España será uno de los países más viejos del mundo en torno al año 2050; junto con Japón e Italia; el 36,7% de la población española tendrá más de 65 años21.
En la actualidad aproximadamente el 17% de la población española es mayor de edad y durante el período 1997-2004 la población mayor de 65 años ha experimentado un crecimiento del 20%. Nuestro país tiene una de las expectativas de vida más altas, siendo 75,3 años para el hombre y 82,5 % para la mujer. Hay más ancianos porque llegan más personas a la edad de sesenta y cinco años (y además son longevos) y hay más envejecimiento, porque hay menos jóvenes como consecuencia de la menor natalidad22. Por tanto se nos plantea un futuro con población envejecida, propensa a las enfermedades crónicas y degenerativas y por supuesto con tendencia a las caídas23.
Para dejar claro el porqué del estudio se darán una serie de definiciones. Para comenzar definiremos Anciano desde 1901 donde Metchnikov utilizó por vez primera el término de gerontología. En 1914, Nascher introdujo el término de geriatría y en 1980, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) definió la edad de 60 años como la transición entre el adulto y adulto y la tercera edad23.
Definimos ancianos como personas de edad superior a los 65 años, y que coincide con la vejez. En la antigua Roma, se los llamaban “senes” e integraban (una parte de ellos) el Senado, con grandes poderes y relevancia social, siendo considerados sabios. De allí deriva la palabra senectud o senil, referentes a esta edad18.
A partir de aquí diremos que el envejecimiento según la OMS, se define como un proceso fisiológico que comienza en la concepción y ocasiona cambios característicos para las especies durante el ciclo de vida. En los últimos años, esos cambios producen una limitación de la adaptabilidad del organismo en relación a su medio. Los ritmos a que esos cambios se producen en los diversos órganos de un mismo individuo o en distintos individuos. El envejecimiento no puede ser prevenido ni controlado; en cambio, sobre la senescencia o pérdida de los mecanismos de homeostasis actúan las medidas sanitarias que intentan limitar su repercusión11.
La incidencia de muchas enfermedades aumenta con la edad, y en el caso de algunas enfermedades prevenibles importantes, como el cáncer y los accidentes cerebrovasculares, la incidencia posee una relación con la edad de formulación matemática conocida; en las fracturas proximales de fémur la relación es exponencial15.
Una vez dicho lo anterior dejando claro lo que entendemos por envejecimiento y anciano, hablaremos del estado de salud de las personas mayores, donde el concepto de salud en las personas mayores engloba tres componentes básicos: la ausencia de enfermedad, un nivel funcional óptimo y un sistema de apoyo social adecuado. Las políticas de promoción de la salud y prevención de la enfermedad han de aplicarse en todas las etapas de la vida12.
Podemos hablar de una clasificación de población anciana en cuanto dejamos claro que se habla de población mayor de 65 años nos referimos a un grupo variable respecto a su estado de salud bio-psico-social como hemos visto, desde la persona mayor sana hasta la que presenta una dependencia grave. Podemos clasificar la población anciana en cuatro grupos24:
- Anciano sano: persona mayor cuyas características físicas, mentales y sociales, están de acuerdo con su edad cronológica.
- Anciano enfermo: persona mayor de 65 años que presenta alguna afección, aguda o crónica, en diferente grado de gravedad, que no le invalida y que no cumple los criterios de paciente geriátrico.
- Anciano frágil o anciano de alto riesgo (AAR): persona mayor que por su situación física, psíquica y funcional se encuentra inestable, con gran probabilidad de convertirse en una persona dependiente e incluso necesitar la institucionalización.
- Anciano geriátrico: el que cumple tres o más de los siguientes: una edad superior a los 75 años, tener una pluripatología relevante, una enfermedad principal con carácter incapacitante, una patología mental acompañante o predominante, una problemática social en relación con su estado de salud. Este último es el que incluimos en el estudio de la prevalencia de caídas en la población anciana institucionalizada.
Nos introducimos en los factores de Riesgo de las caídas en el que la caída suele deberse a una compleja interacción de factores intrínsecos o propios de las características de la persona, factores extrínsecos o ambientales y factores circunstanciales25,26,27,28,29,30.
Factores Intrínsecos.
- Factores fisiológicos del envejecimiento.
- Enfermedades que favorecen las caídas: causas neurológicas, causas cardiovasculares, causas musculoesqueléticas y otras.
- Fármacos.
Factores Extrínsecos: barreras arquitectónicas en el hogar, en el entorno y costumbres peligrosas.
Factores Circunstanciales: relacionadas con la actividad cotidiana que se está realizando.
Por estos factores de riesgo aparecen las consecuencias de las caídas son especialmente importantes en la evolución de los pacientes. Los factores situacionales influyen en las lesiones desarrolladas al caer los pacientes. Las caídas de repetición constituyen un síndrome que identifica una situación de riesgo elevado de morbimortalidad en el anciano . Las podemos clasificar en20:
- Inmediatas: fracturas, traumatismos craneoencefálicos, lesiones que requieren cuidados médicos, hospitalización, mortalidad, permanencia prolongada en el suelo.
- Mediatas: síndrome postcaída, trauma psicológico, limitación de movilidad, dependencia actividades vida diaria, sobreprotección familiar.
La tasa de mortalidad entre los enfermos que han sufrido una fractura de cadera es del 10-20% más alta que entre aquellas de igual sexo y edad que no la han sufrido.
para que sufran tantas caídas por los factores de riesgo de cada uno de los ancianos, y sufran consecuencias, tendremos que dejar claro que existe una prevención de las caídas donde se realizan acciones encaminadas a: promover la realización de ejercicios físicos, entrenar la marcha, promover programas de educación que instruyan como, donde y por qué se producen las caídas, prevenir la osteoporosis, eliminar y/o disminuir los riesgos domiciliarios y medioambientales del anciano, reducir la ingestión de alcohol y medicamentos, sugerir visitas periódicas al podólogo y el uso de protectores y ayudas técnicas para la marcha. Para ello hay un programa de calidad asistencial en la recepción de caídas en ancianos en las urgencias27. La búsqueda y detección precoz de los factores involucrados en el riesgo de caer es el primer paso para lograr la prevención de un problema mayor en geriatría. El 80% de las caídas se producen en el hogar, y de estos un 30% son considerados como inexplicables por el paciente y el observador. Los sitios más comunes de las caídas son en la sala de estar y en el baño y las caídas repentinas por pérdida del equilibrio26.
OBJETIVOS
GENERAL:
- Estudiar diferentes factores de riesgo de caídas en ancianos institucionalizados durante el año 2011 en una residencia de la tercera edad de la ciudad de Zaragoza.
ESPECÍFICOS:
- Estimar las consecuencias de las caídas.
- ¿Quién sufre más caídas, los hombres o las mujeres?
- Conocer si hay un mes con mayor número de caídas.
- Conocer si hubo o no contacto con el sistema sanitario a consecuencia de la caída.
- Valorar la calidad de vida relacionada con la salud de la población anciana, si aumentan las caídas conforme aumenta la edad.
- Conocer los lugares donde sufren más caídas.
METODOLOGÍA
Se realizó un análisis descriptivo para la presentación de los datos que posteriormente se utilizaran en un análisis transversal y un análisis estadístico, todo ello a través del programa informático SPSS versión 15.0.
Lo primero, cogemos los datos para realizar una evolución de la incidencia de las caídas en hombres y en mujeres, y en un total conjunto de ambas. Para ello se representarán los datos en un gráfico viendo la evolución de las caídas conforme pasan los meses de enero a diciembre de 2011 en totales, y de los hombres y mujeres por separado.
RESULTADOS
De los datos recogidos durante el 2011, nos referiremos a los residentes según su edad y sexo, el mes del año, lugar de la caída y las consecuencias, así como el tiempo de estancia en la residencia. Relacionaremos las caídas según los meses del año con el sexo, la gravedad de las caídas el lugar de las caídas, y siguiente, el sexo y la edad.
Los residentes que estuvieron institucionalizados durante el año 2011, el 48% fueron mujeres (53) y el 52 % fueron hombres (58). De estos, aquellos que sufren caídas respecto a su sexo, el 56 % son hombres (22) y el 44% mujeres (28). Ambos sufren repetidas caídas haciendo un total de 283 en total los 50 residentes, de las cuales un 46,6% son de hombres (132) y un 53,4 de mujeres (151).
Se observa, que hay una gran población de residentes que sufren caídas en el rango de edad de 65 a 75 años, ya que son los que más movilidad tienen. El lugar de la caída se representa dentro del hábitat de la institución en diferentes lugares siendo el lugar más frecuentado las habitaciones con un porcentaje significativo (52,7%), seguido con otro porcentaje significativo del comedor (23,7%)
Como consecuencias de las caídas, observamos que un gran porcentaje (91,9%) no tienen ningún tipo de repercusión ni traslado hospitalario.
DISCUSIÓN
Las caídas en los ancianos institucionalizados, como se ha observado en el estudio, son un problema frecuente sin solucionar en el cual deberíamos hacer un gran hincapié ya que la sociedad ha aumentado su nivel de vida y con él su edad de mortalidad.
Este tipo de estudios nos basamos en los casos representativos de los ancianos que sufren caídas, pudiendo no ser una muestra lo suficiente representativa estudiando una única institución. Así hemos considerado, ancianos institucionalizados más de 6 meses en el centro, en edades desde 65 años que sufren caídas durante el año 2011, excluyendo a los no institucionalizados al menos 6 meses, y a los ancianos encamados o terminales en el momento del estudio. Similares a estos criterios de exclusión son los que han sido utilizados en otros estudios sobre todo relacionados con la inclusión de personas con deterioro mental o psíquico o inmovilizados.
Para evitar sesgos, se ha cogido todos los ancianos institucionalizados durante el año 2011 un mínimo de 6 meses, además de ancianos terminales y encamados en el momento del estudio. De estos, hemos utilizado todos aquellos que han sufrido mínimo una caída durante este periodo de tiempo. La recogida de datos fue a través de un programa informático, en el cual se registraba el día de la caída, la hora, el lugar de caída, la consecuencia de las caídas, y si fue necesario o no traslado hospitalario.
Una de cada tres personas de 70 años o mayores residentes en la comunidad sufrieron al menos una caída durante el año anterior. Este dato que puede equipararse al que aportan los estudios internacionales realizados hasta la fecha aunque no al de los realizados en España en Leganés en 1997 ni al publicado recientemente por Séculi y colaboradores según datos de la Encuesta de Salud de Cataluña de 2002, donde la prevalencia de caídas fue considerablemente menor en la población mayor de 65 años, estudio éste que incluía a personas cuyas edades eran similares a la edad de inclusión del nuestro. Respecto a todos estos estudios el nuestro posee diferencias en parte debido a razones metodológicas y del tipo de población. Así en el estudio de Séculi E. et al. las diferencias halladas en la frecuencia de caídas pueden ser debidas a la formulación de la pregunta del cuestionario ya que en este caso se refería solamente a las caídas que habían ocasionado una mayor restricción de la actividad habitual o habían requerido atención médica.
Respecto al lugar de las caídas los resultados obtenidos son coincidentes con los observados en la bibliografía consultada .Estos aspectos básicos de la producción de caídas explicarían por qué ésta es tan habitual en los mayores, los ancianos suelen estar solos durante las mañanas ya que los familiares trabajan y en la institucionalización tras los desayunos mientras las trabajadoras hacen las camas están por la planta de un lado para otro o solos en el salón lo que conlleva a una caída diaria mínima, además de al acostar por irse solos a las habitaciones.
El lugar de caída de las habitaciones es el más incidente durante el 2011, seguido de las caídas en el comedor.
Añadiremos que los ancianos que más caídas sufren dentro de las instituciones son los de rango de edad de 65 a 75 años con un 70,1% de incidencia, ya que tienen una mayor movilidad y no ven que su movilidad y físico se va reduciendo, y sufren caídas por descuidos. Además, en nuestro estudio muestra, que de estos los hombres sufren más caídas que las mujeres.
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