Depresión perinatal

2 abril 2023

AUTORES

  1. Raquel Cambrón Blanco. Enfermera del Servicio Aragonés de Salud.
  2. Andra Maria Dreghiciu. Enfermera del Servicio Aragonés de Salud.
  3. Elena Luna Tolosa. Enfermera del Servicio Aragonés de Salud.
  4. María Porras Rodrigo. Enfermera del Servicio Aragonés de Salud.
  5. Clara Úbeda Catalán. Enfermera del Servicio Aragonés de Salud.
  6. Paula Villanueva Vera. Enfermera del Servicio Aragonés de Salud.

 

RESUMEN

Los cambios emocionales que experimentan las mujeres durante el embarazo y hasta 1 año después el parto pueden ser parte de la adaptación a esta nueva etapa. Sin embargo, los profesionales sanitarios también deben de tener en cuenta la probabilidad de depresión perinatal ya que la mayoría de las mujeres que sufren este trastorno no buscan ni reciben tratamiento. La depresión perinatal es un trastorno de alta prevalencia con repercusiones negativas en el vínculo madre-hijo y en el desarrollo cognitivo, emocional y conductual del niño. En este artículo se describen escalas de detección, así como las formas principales de intervención psicológica y de tratamiento farmacológico. Finalmente, se han logrado identificar los principales factores de riesgo para la depresión y la posibilidad de incidir en ellos para disminuir la aparición de depresión perinatal.

PALABRAS CLAVE

Depresión, perinatal, prevención, tratamiento, vínculo madre-bebé.

ABSTRACT

The emotional changes that women experience during pregnancy and up to 1 year after childbirth may be part of the adjustment to this new stage. However, health professionals must also be aware of the likelihood of perinatal depression as most women who suffer from this disorder do not seek or receive treatment. Perinatal depression is a highly prevalent disorder with negative repercussions on the mother-child bond and on the child’s cognitive, emotional and behavioural development. This article describes screening scales, as well as the main forms of psychological intervention and pharmacological treatment. Finally, the main risk factors for depression and the possibility of influencing them to reduce the occurrence of perinatal depression have been identified.

KEY WORDS

Depression, perinatal, prevention, treatment,mother-child bond.

DESARROLLO DEL TEMA

La depresión constituye un problema fundamental de salud pública, considerándose la segunda causa de discapacidad a nivel mundial. Aparece con mayor frecuencia en mujeres que en hombres (2:1), especialmente en aquellas mujeres que se encuentran en edad fértil1.

Todos los profesionales sanitarios deben tener presente la posibilidad de aparición de un cuadro depresivo en la mujer durante la etapa perinatal. Llamamos depresión perinatal a aquella que se desarrolla en la mujer durante cualquier fase del embarazo hasta los 12 meses tras el parto. Diversos artículos muestran que un 10-16% de las mujeres son diagnosticadas de depresión perinatal2.

La maternidad suele ser una etapa positiva para la mujer, sin embargo, se experimentan muchos cambios hormonales, bioquímicos, sociales y psicológicos, y todo ello le hace más vulnerable para sufrir trastornos psíquicos3.

A pesar de que los resultados del tratamiento de la depresión perinatal son satisfactorios cuando se identifica y se trata precozmente, un dato preocupante es que el 65% de las mujeres que sufren depresión perinatal no son diagnosticadas debido al estigma de la enfermedad y otras barreras que se encuentran al buscar tratamiento. Por ello es necesario que los profesionales sanitarios (especialmente en el ámbito de la obstetricia y pediatría, por estar en mayor contacto con las embarazadas) sepan reconocer el cuadro, con el fin de proporcionarle a la mujer una serie de estrategias de ayuda y realizar una intervención temprana, si fuera necesaria, para evitar problemas mayores que puedan afectar a la calidad de los cuidados del bebé2.

Factores de riesgo:

Los principales factores de riesgo para el desarrollo de depresión perinatal son, entre otros, la historia previa de depresión (especialmente perinatal), el embarazo no deseado y/o planificado, los conflictos en la relación de pareja, la ausencia de pareja, el estrés psicosocial, el nivel socioeconómico bajo, el deficiente apoyo social y la violencia intrafamiliar4.

Manifestaciones clínicas:

Los síntomas que presentan las mujeres en la depresión perinatal son muy similares a otros cuadros depresivos, pero se diferencian de ellos en las consecuencias negativas para la madre y el niño, afectando principalmente al apego infantil y el vínculo madre-hijo5.

Para diagnosticar una depresión perinatal se requieren las siguientes características clínicas: ánimo depresivo la mayor parte del tiempo, pérdida de interés o de la capacidad de disfrutar con actividades de ocio, fatiga o falta de energía, inquietud o enlentecimiento, alteraciones del sueño, dificultades para concentrarse, sentimientos de culpa o minusvalía, pensamientos recurrentes de muerte o suicidio, pérdida o aumento del apetito, y elevada irritabilidad. Sin embargo, algunos de estos síntomas pueden atribuirse como síntomas del propio embarazo, dificultando aún más el diagnóstico, tales como cansancio, labilidad emocional, astenia, trastornos del sueño e irritabilidad6.

Consecuencias negativas:

Las consecuencias de este trastorno pueden tener implicaciones negativas en el vínculo madre-hijo y el desarrollo del bebé, en términos conductuales, emocionales y cognitivos5.

Los posibles comportamientos negativos que puede tener la madre ante esta depresión (conductas de menor autocuidado durante el embarazo, tabaquismo, ingesta de alcohol/sustancias, mala adherencia a controles prenatales), pueden dar lugar a bajo peso al nacer, aumento de riesgo de parto prematuro, preeclamsia e irritabilidad neonatal5.

Los niños cuyas madres padecieron depresión perinatal suelen tener un alto riesgo de desarrollar psicopatología y episodios depresivos, coeficientes intelectuales más bajos y baja autoestima, además tienden a ser más violentos. Además, se ha observado una mayor dificultad en el ámbito social, afectando a la interacción con su grupo de amigos7.

Prevención:

No existe una línea clara de prevención ante la depresión perinatal. El camino que se intenta seguir es actuar contra los factores de riesgo anteriormente mencionados, los cuales sí conocemos, de esta manera se cree que podemos llegar a disminuir la aparición de este trastorno en las mujeres con alto riesgo a través de intervenciones psicosociales8.

Entre otras actuaciones, también se ha comprobado que la administración de sertralina durante el embarazo en las mujeres que han sufrido previamente depresión disminuyó la frecuencia de aparición de esta3.

Diagnóstico y tratamiento:

A pesar de que la depresión perinatal es una entidad establecida, menos de la mitad de las pacientes son diagnosticadas en los controles rutinarios. Para ayudar a esta situación se han implementado distintos instrumentos de detección. El instrumento de detección de depresión perinatal más utilizado en la actualidad es la Escala de Depresión Postnatal de Edimburgo (EPDS) (Anexo I). Más utilizada en el postparto, pero también validada durante el embarazo, se le pregunta a la mujer como se ha sentido los 7 días previos. El momento más propicio para realizar la escala es la octava semana postparto. Como alternativa también son utilizadas las llamadas Preguntas de Whooley en los controles pre y postnatales (Anexo II), a diferencia de la EPDS, estas no preguntan acerca de la posibilidad de realizar acciones que supongan riesgo vital tanto a la madre como al niño9,10.

En cuanto al tratamiento se refiere, se ha observado que las consecuencias y riesgos de una depresión en el embarazo no tratada sobrepasan los potenciales riesgos del uso de antidepresivos. Durante el embarazo se sugiere empezar con terapia no farmacológicas en mujeres con depresiones leves a moderadas o que rechacen el tratamiento farmacológico, como psicoterapia individual o grupal. El uso de fármacos ha de ser valorado en mujeres con depresiones moderadas a severas, con falta de respuesta a otros tratamientos o con riesgo de recidiva, de forma individual, basado en antecedentes, riesgos y beneficios11.

Entre las estrategias no farmacológicas destacan: la psicoeducación, intervenciones psicoterapéuticas basadas en el mindfulness (MBI), psicoterapia cognitivo conductual y luminoterapia, la cual está siendo investigada con resultados positivos11.

Entre las farmacológicas, se recomienda dentro de lo posible evitarlo durante las 12 primeras semanas de embarazo. Los más utilizados por su bajo riesgo de teratogénesis son inhibidores de la recaptura de serotonina (ISRS), sertralina, citalopram y fluoxetina. El uso de ISRS fue sometido a investigación por posible vinculación con hipertensión pulmonar resistente en el recién nacido, siendo inconcluyentes los estudios realizados. Se sugiere evitar el uso de paroxetina durante el periodo de gravidez debido a que ha sido asociado con posibles malformaciones cardiovasculares en el recién nacido. Un consenso entre las guías de tratamiento durante el embarazo sugiere la sertralina como primera línea de tratamiento en el embarazo y lactancia11,12.

La duración óptima del tratamiento farmacológico antidepresivo es desconocida. La recomendación habitual es mantenerlo al menos 12 meses, si se pretende reducir el tiempo de terapia, se recomienda prolongarlo hasta ser comprobados otros cambios hormonales, como, por ejemplo, el retorno de los ciclos menstruales13.

CONCLUSIONES

Existen evidencias claras de que las mujeres tienen mayor riesgo de presentar cuadros depresivos, viéndose aumentado este riesgo en el embarazo y postparto.

Debido a que durante el periodo perinatal se realizan muchos controles, las mujeres y sus bebés están en constante contacto con los profesionales sanitarios y, es una buena oportunidad para el diagnóstico y tratamiento precoz de la depresión. Los profesionales deben saber diferenciar la depresión perinatal de la tristeza perinatal o comúnmente llamada Baby Blues.

El Baby Blues es una alteración de ánimo que aparece en más de la mitad de las embarazadas debido a los cambios hormonales, psicológicos y sociales de la etapa perinatal. Las manifestaciones clínicas son más leves y su duración es de máximo 2-3 semanas. Cede de forma espontánea y sin necesidad de tratamiento farmacológico ni psicológico.

La evidencia científica es difusa acerca de la elección en los tratamientos farmacológicos a seguir puesto que siempre existe la incógnita de si va a afectar al bebe o no, los ensayos clínicos son inconcluyentes a la hora de declarar si afectan o no al desarrollo de este. De aquí la importancia de realizar un buen screening alrededor de la depresión del personal sanitario que rodea a la embarazada, para hacer saltar las alarmas y empezar con el tratamiento no farmacológico lo antes posible como primera línea de contacto.

Actualmente, también se está empezando a estudiar la depresión postparto paterna (DPP). A pesar del interés que ha despertado la depresión perinatal materna en los últimos años, a la DPP no se le ha prestado ningún interés tanto en el ámbito de la investigación como en el ámbito clínico.

BIBLIOGRAFÍA

  1. Jadresic E. Depresión perinatal: detección y tratamiento. Rev Med Clin Condes. 2014;25(6):1019-1028.
  2. Medina Serdán, E. Diferencias entre la depresión postparto, la psicosis postparto y la tristeza postparto. Perinatol Reprod Hum. 2013;27(3):185-193.
  3. Lartigue T, Maldonado Durán M, González Pacheco I, Sauceda García JM. Depresión en la etapa perinatal. Perinatol Reprod Hum. 2008;22(2):111-131.
  4. Lancaster C, Gold K, Flynn H, Yoo H, Marcus S. Risk factors for depressive symptoms during pregnancy: a systematic review. Am J Obstet Gynecol. 2010;202(1):5-14.
  5. Krauskopf V, Valenzuela P. Depresión perinatal: detección, diagnóstico y estrategias de tratamiento. Rev Med Clin Condes. 2020;31(2):139-149.
  6. Wisner KL, Perel JM, Peindl KS, Hanusa BH, Piontek CM, Findling RL. Prevention of postpartum depression. A pilot randomized clinical trial. Am J Psych. 2004;161:1290-1292.
  7. Olhaberry M, Escobar M, San Cristóbal P, Santelices MP, Farkas C, Rojas G, et al. Intervenciones psicológicas perinatales en depresión materna y vínculo madre-bebé: una revisión sistemática. Terapia psicológica (Chile). Julio de 2013;31(2):249-261.
  8. Wisner KL, Gelenberg AJ, Leonard H, Zarin D, Frank E. Pharmacologic treatment of depression during pregnancy. Journal of the American Medical Association. 1999;13:1264-1269.
  9. Castañon C, Pinto J. Mejorando la pesquisa de depresión postparto a través de un instrumento de tamitaje, la escala de depresión postparto de Edimburgo. Rev Med Chile. 2008;136:851-858.
  10. Whooley MA, Avins AL, Miranda J, Browner WS. Case-finding instruments for depression. Two questions are as good as many. J Gen Inten Med. 1997;12:439-445.
  11. Huybrechts KF, Palmsten K, Avorn J, Cohen LS, Holmes LB, Franklin JM, et al. Antidepressant use in pregnancy and the risk of cardiac defects. N Engl J Med. 2014;370(25):2397-2407.
  12. Soufia M, Aoun J, Gorsane MA, Krebs MG. SSRis and pregnancy: a review of the literature. Encephale. 2010;36(6):513-516.
  13. Kallen B. Neonate characteristic after maternal use of antidepressants in late pregnancy. Arch Pediatr Adolesc Med. 2004;158:312-316.

 

ANEXOS

ANEXO I: Escala de Depresión Postnatal de Edimburgo (EPDS).

https://masalladelutero.files.wordpress.com/2020/07/escala-de-depresic3b3n-posnatal-edinburgh-page-001-1.jpg?w=791

ANEXO II: Preguntas de Whooley.

Las preguntas de Whooley, son los dos ítems referidos al estado de ánimo y anhedonia del PHQ-9. Se aplican en menos de un minuto y atendiendo a sus propiedades psicométricas han sido recomendadas para la identificación precoz (cribado) de la depresión en personas con factores de riesgo, que sean mayores de 18 años.

Preguntas:

A. ¿Durante los últimos 30 días se ha sentido a menudo desanimado, deprimido o con pocas esperanzas? (Respuesta: Sí/No).

B. ¿Durante los últimos 30 días ha sentido a menudo poco interés o placer al hacer cosas que habitualmente disfrutaba? (Respuesta: Sí/No).

Si la mujer responde «Sí» a cualquiera de estas dos preguntas, se recomienda evaluar la posibilidad de hacer una tercera pregunta:

C. ¿Siente que necesita o quiere ayuda?

 

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