Desórdenes evolutivos de coordinación motriz en la escuela: patrones motores y habilidades motrices.

17 junio 2021

AUTORES

  1. Paula de Lucas Barquero. Graduada en Humanidades. Graduada en Magisterio de Educación Primaria. Universidad de Alcalá de Henares (UAH).
  2. Ariadna de Lucas Barquero. Farmacéutica Atención Primaria Sector Calatayud. Servicio Aragonés de Salud.
  3. Vicente Compaired Turlán. FEA Farmacia hospitalaria. Servicio de Farmacia Hospital Ernest Lluch (Calatayud). Servicio Aragonés de Salud.

 

RESUMEN

La Educación Física, al igual que el resto de materias académicas, busca poder valorar justamente a sus alumnos. Sin embargo, esto se complica cuando los alumnos presentan dificultades motrices no diagnosticadas (DECM). Los métodos clasificatorios de sus competencias, conductas y habilidades resultan muy eficaces y, a su vez, idílicos; lo cual no frena, sino que anima a la investigación y la mejora educativa, donde la salud y el bienestar del alumno es lo primordial.

 

PALABRAS CLAVE

Competencia motora, coordinación motora, dificultad, patrón motor, habilidad motora, Educación Física, heterogeneidad, salud.

 

ABSTRACT

Physical Education, like the rest of academic subjects, seeks to be able to fairly value its students. However, this is complicated when students have undiagnosed motor difficulties (DECM). The classification methods of their competences, behaviors and abilities are very effective and, at the same time, idyllic; which does not stop, but encourages research and educational improvement, where the health and well-being of the student is paramount.

 

KEY WORDS

Motor competence, motor coordination, difficulty, motor pattern, motor ability, Physical Education, heterogeneity, health.

 

INTRODUCCIÓN

Como seres todos somos distintos en todos los sentidos, lo cual enriquece nuestros aprendizajes dado que aportamos nuevos puntos de vista desconocidos previamente. Partiendo de esas diferencias potenciales, encontramos variaciones entre los escolares respecto a su desarrollo motor (inteligencia cinestésica-corporal) que influyen no solo en el aula, sino en su día a día. 3, 24

La principal y más vital exigencia del hombre o de cualquier organismo, desde su nacimiento, es la necesidad de adaptación al medio donde se ubica, de forma que se establece una interrelación dialéctica entre el organismo y el medio que se resuelve mediante conductas adaptativas.10, 18

La necesidad de abarcar todas las disciplinas con el mismo grado de excelencia se ha convertido en una máxima educativa. Los alumnos deben cumplir unos estándares que les son evaluados sistemáticamente donde, en muchas ocasiones, no se tiene en cuenta tanto el desarrollo de tales competencias e integralmente del alumno, sino simplemente los resultados.

El desarrollo de la competencia motriz, que se refiere a cómo es la forma de actuar de los escolares cuando tratan de solucionar una tarea motriz compleja, supone un verdadero problema para aquellos que no consiguen solventar las tareas de las sesiones prácticas de Educación Física. 21

 

Desorden Evolutivo de Coordinación Motriz:

En tiempos pasados, se culpó al alumno asumiendo su falta de habilidad como una característica negativa de este -torpes, patosos, descoordinados-. Esta desatención se observa con claridad en la inexistencia de programas de refuerzo para dicha asignatura: La inclusión de programas de desarrollo de la competencia motriz en la escuela sean tan válidos como los que se desarrollan para la lectura, la escritura o la aritmética. 24

Son alumnos que presentan dificultades de coordinación no relacionadas con un diagnóstico concreto, sino que varían e impiden su actividad conforme a su edad, viéndose afectados tanto académicamente, como en su día a día.19 Como resultado, estos alumnos tienden a relacionarse con compañeros menores o no implicarse en las actividades propuestas, lo que deriva en una condición física menor y mayor fatiga.24 Sin embargo, la innovación en el campo de la Educación Física y su Didáctica ha permitido crear rutinas que incluyan a todo tipo de alumnos, desarrollando sus habilidades y fomentando un estilo de vida saludable.

La investigación educativa ha profundizado en esta temática en el último siglo, realizando diferentes propuestas. En un principio, Oseretsky propuso el estudio de la torpeza motriz de forma neuroconductual, denominándose idiocia motriz. Asimismo, Samuel Orton afirmó la existencia de alumnos que presentaban dificultad en la realización de patrones motores básicos y en actividades cotidianas como atarse los zapatos. Pero, finalmente, fue en los años 60 cuando un artículo publicado en el British Medical Journal alertó tanto a médicos como educadores. Este mostraba un estudio donde cinco niños presentaban alteraciones en su sistema nervioso.24

Posteriormente, Gubbay en 1975, expuso niños sin alteraciones morfológicas o diagnosticadas, pero con dificultades frente a movimientos intencionales y coordinados, dando una importancia única a dicha torpeza. 14, 24 Por otro lado, en otros manuales diagnósticos como el DSM-IV de la American Psychological Association se presentan casos similares sin diagnóstico e interferencia en actividades cotidianas y escolares. En definitiva, podemos apreciar que existen grupos de población con dificultades de coordinación sin presentar un diagnóstico médico ya que no “salen” de la homogeneidad. Estos alumnos se han clasificado con Desorden Evolutivo de Coordinación Motriz -DECM-. 19, 21, 24, 25

Dada la realidad que acabamos de ver, de la heterogeneidad en el aula no clasificable, la evaluación de la competencia motriz ha resultado siempre problemática. Se ha buscado crear el método universal, que permitiese la clasificación perfecta de la conducta motriz, es decir, de la:

Relación significativa que se forma fundamentalmente de la relación con el medio, los objetos y los otros, que pasa por la motricidad y tiene un sentido en lo motor, pero no se queda en ello. 1

Definición que podemos completar con la de Gallahue (1995) que indica el carácter progresivo de esta: comprende la continua adaptación a los cambios en las propias capacidades de movimiento en el interminable esfuerzo de alcanzar y mantener el control motor y la competencia motriz. 5

Como podemos apreciar en ambas definiciones, se propone un carácter más profundo, integral, no basado meramente en la motricidad. Esa parte abstracta desafortunadamente es más compleja de valorar dada su subjetividad. Consta de una relación del sujeto con el medio, el plano social, así como consigo mismo psicológica y anímicamente, como se mostrará más adelante.

No obstante, prestando especial atención al comportamiento motor podemos clasificar el grado de desarrollo del individuo. Parlebas lo entiende como el conjunto de manifestaciones motrices observables de un individuo en movimiento. El comportamiento motor se define por lo que se percibe desde el exterior. 5, 28

Gallahue y McClenaghan (1985) proponen un análisis y taxonomía de las estructuras básicas (patrones motores) que permiten la adquisición del movimiento mediante la experiencia (habilidades motrices). En función de la edad y el bagaje, la ejecución de un patrón motor presenta una estructura u otra, clasificándose en estadios según el grado de desarrollo. Esta propuesta, además de detallada, es muy eficaz a la hora de organizar y reconocer en qué punto se encuentran los alumnos, acompañada siempre del estudio de habilidades motrices. 5-8

El empleo de las habilidades motrices permite la comunicación del individuo y su adaptación al medio, es decir, es cuestión de supervivencia. No obstante, aunque sean tan indispensables para este, no son innatas (necesidad de experiencia), por lo que se ha realizado una clasificación general en función del nivel de desarrollo que deben alcanzar según la edad del individuo: 4-8

•Entre 0-1 años: Fase de movimientos reflejos o espontáneos. El bebé realiza movimientos reflejos o espontáneos ante estímulos como la luz, el miedo…Está en proceso de desarrollo sensomotor, por ello, es muy importante fomentar experiencias variadas y estimular los órganos en maduración, por ejemplo, de los sentidos con texturas, sonidos, colores, etc.

-0-4 meses: Estadio de codificación de la información. Son movimientos percibidos por un único sentido (unisensoriales) y producen reacciones incontrolables. Asimismo, permiten al sujeto establecer una relación con el medio. Ej.: bostezo, deglución, estornudo, etc.

-4-12 meses: Estadio de decodificación de la información. Los estímulos se vuelven más complejos y las respuestas se adaptan en mayor medida a la situación. En esta etapa, el sujeto busca alcanzar primero una posición de sedestación y, finalmente, bípeda y entre sus movimientos incluye algunos rudimentarios (reptación, gateo).

•Entre 1-2 años: Fase de movimientos rudimentarios. Estos movimientos están determinados por la maduración del sistema nervioso, los patrones reflejos previamente desarrollados y el ejercicio de los nuevos patrones voluntarios. A diferencia de los anteriores, estos movimientos logran dar respuesta a unos objetivos de manera voluntaria, aunque todavía resultan imprecisos. Se subdividen según el nivel de habilidad en:

-1 año-1 año y 6 meses: Estadio de inhibición refleja. En él transcurre el paso de movimientos automáticos por voluntarios. El objetivo es aumentar la eficacia y el control, pero solo consiguen realizarlo en ciertas funciones.

-1 año y 6 meses-2 años: Estadio precontrol. El sujeto desarrolla un control de su musculatura que le permita iniciar la manipulación, estar erguido y desplazarse en el espacio.

•De 2-7 años: Fase de movimientos fundamentales. Durante esta fase desarrollan las siguientes habilidades motoras:

-Las habilidades motoras básicas. Son aquellas que requieren una coordinación motriz global, es decir, de todo el cuerpo. Implican la locomoción, el desplazamiento, ya sea activo o pasivo, independientemente del medio. Ej.: marcha, carrera, salto, giro, trepar, gateo/cuadrupedia, propulsar, deslizamiento, arrastre. Conforman el pilar fundamental para la práctica de la educación física organizada (práctica de cualquier actividad física) y no organizada (adaptación al entorno, supervivencia…). De este modo, es importante en edades tempranas dotar a los sujetos de tiempo y experiencias para que puedan desarrollarlas, resultando en el futuro muy positivo para su salud.

-La manipulación y proyección de objetos. A diferencia de las anteriores, requieren de un objeto y de coordinación entre la vista y la parte del cuerpo que vaya a ser empleada. Ej.: golpear, lanzar, patear, arrojar, recepcionar. Esa coordinación hace referencia a la estructura del movimiento en el espacio y el tiempo. Ej.: coordinación visomotora de un segmento del cuerpo, visomanual (ojo-mano), etc.

A su vez, esta fase consta de tres estadios en los que los sujetos pueden encontrarse en función de la fluidez, control y eficacia de sus movimientos: inicial (3-4 años), elemental (4-6 a.) y maduro (6-7 a.) Por ejemplo, para el patrón de recepción que es una habilidad motora básica encontraríamos las siguientes características para determinar y reconocer cada estadio

-Inicial: El sujeto desconoce la procedencia y ubicación del objeto (no ve la trayectoria). Cuando entra en contacto con el objeto cierra los brazos para atraparlo.

-Elemental: Cuando el móvil impacta con las manos del sujeto, este cierra los ojos. No se atrapa el móvil de forma simultánea, sino que una mano va antes que la otra y, luego, desplaza el objeto hacia el cuerpo.

-Maduro: Se produce un acercamiento en dirección al móvil para amortiguar su potencia (en caso contrario, sería más difícil mantener el equilibrio durante su recepción). El móvil se coge con las manos juntas, que se cierran simultáneamente. No se cierran los ojos porque se tiene controlado el patrón. Los dedos se ubican levemente hacia arriba.

•Desde los 7 años en adelante: Fase de movimientos relacionados con el deporte.

-7-10 años: Estadio general (transitorio). Se desarrolla la combinación de patrones aprendidos previamente.

-11-13 años: La adquisición de las habilidades motoras específicas corresponde al estadio específico. En él, las actividades pasan a constituirse por un reglamento, reglas, competición, etc. Su grado de dificultad aumenta al requerir el seguimiento de unas pautas y trabajar la lógica del juego, es decir, la toma de decisiones para lograr objetivos (táctica).

-14 años y más: Las habilidades motrices especializadas correspondientes al estadio especial. Son enseñadas y aprendidas (observación, feedback) de un experto, siguiendo una técnica y tácticas determinadas.

Esta taxonomía comprende desde un punto de vista generalista a toda la población (no diagnosticada médicamente), siendo muy utilizado por docentes y otros para hacer valoraciones del alumnado. No obstante, su uso debe ser consecuente ya que la observación de un ligero desfase en algún alumno puede deberse a factores como su experiencia, maduración o la asimilación de las bases que posteriormente derivan en habilidades más complejas.6

De este modo vemos que las taxonomías hasta ahora empleadas suponen un encasillamiento del sujeto en un patrón que resulta muchas veces idílico, ya que como se ha señalado previamente, existen alumnos que pasan desapercibidos, pero que presentan dificultades al alcanzar la competencia motriz (DECM). Su rendimiento motriz se encuentra por detrás del de sus iguales.21 Sin embargo, esta taxonomía podría servir de herramienta al docente para, una vez conociendo las dificultades del alumno (DECM), determinar el grado de desfase presenta respecto a sus compañeros, así como profundizar en la investigación y determinar el nivel evolutivo del alumno en cuanto a su competencia motriz.

Para todo este análisis de la competencia motriz existen diferentes métodos como: Cratty Six Category Gross Motor Test, Body Coordination Test for Children (BCTC) y Köperkoordinations Test für Kinder (KKKT) de Kiphard y Shilling, Test of Motor Proficiency, etc.14, 15, 26 Estos están destinados principalmente a identificar las dificultades motoras; sin embargo, el primero está destinado a un rango mayor de edad (4-24 años) mientras que los restantes abarcan entre los 5-14 años. 10, 26

La clasificación de los cocientes motrices basada en el Test KKTK (previamente nombrado. Establece el cociente motor global ante diferentes tareas que, posteriormente, será empleado en los estudios de Resultados obtenidos: Estudios 4 y 5 a la hora de nombrar al alumnado. Se clasifica en: alto, bueno, normal, sintomático y problemático.15

En cuanto a las investigaciones, podemos buscar semejanzas y diferencias, como qué sexo se ve más afectado por este DECM. Algunos estudios apuntan que los resultados son equivalentes.21, 22 Mientras que otros, como Gómez (2004) afirma que en España existe un número mayor de mujeres.10 Por otro lado, el estudiante puede mostrar únicamente dificultad en una habilidad particular.21 En consecuencia, resulta bastante complicado crear una clasificación única y propia para estos alumnos debido a que cada uno sigue unas características determinadas. Dicha heterogeneidad es la que dificulta su detección.

Como destacan Cermak, Gubbay y Larkin (2002), aunque no hay un acuerdo universal en la definición ni en las características, hay un acuerdo general en que el movimiento no es fluido y que el niño tiene dificultades en el aprendizaje motor.14, 16, 19, 20, 22

En esta situación, donde tales dificultades parecen muy complejas de detectar, sobre todo en la adolescencia pues se achacan a la vergüenza, o en la primaria, esperando que pasen con la maduración del alumno. El docente debe tomar partido en el asunto y proponer soluciones ante el problema, analizando el programa propuesto de modo que sea una fuente de beneficio y disfrute, no a evitar. 21, 23

La OMS define salud como un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades. 9

Como consecuencias del pronóstico, se ha detectado que en los casos de alumnos con DECM estos se ven afectados no solo en su vida cotidiana o escolar, sino también en su actividad física en general. Esto incluye diferentes hábitos saludables como son la alimentación y el ejercicio, repercutiendo en su salud. Asimismo, no se ven beneficiados en igual medida que los demás durante las clases de Educación Física.1, 19

Por otro lado, se ven influidos a nivel psicológico y social, como se muestra en los estudios expuestos en Resultados obtenidos. Su autoestima es menor y la ansiedad inversamente proporcional. La falta de motivación deriva en problemas de comunicación y aislamiento, pues evitan participar en actividades, dificultando la relación con sus compañeros.1, 19 Asimismo, se cree que puede derivar en problemas de atención y concentración, o dificultades de aprendizaje específicas, como la dislexia.10, 12, 13

No obstante, en los estudios longitudinales (Resultados obtenidos: Estudio 3) vemos dos vertientes, favorables y permanentes. Por tanto, no se puede confirmar todavía que la práctica vaya a lograr la mejora, pero si podemos tener esperanzas en que aumentará la seguridad en sí mismos. Dentro del plano educativo, el docente como propuesta puede enfocarse en el desarrollo de patrones motores y habilidades motrices en las que encuentra dificultades buscando su mejora y el aumento futuro de su implicación en el aula. En este sentido, lo principal será el producto final.1, 19 Este trabajo constará de la repetición y toma de experiencia, así como la práctica en diferentes contextos. Además, el ejercicio de respuestas voluntarias y estímulos sensoriales activan los niveles más altos de control de procesos cognitivos que permiten la planificación y control de acciones y, por tanto, favorecen la coordinación del individuo.21

Pese a la trascendencia que la materia de Educación Física puede suponer para los alumnos, suele estar considerada como periférica en el currículo educativo; si bien, sin su presencia tanto la educación como los sujetos más representativos de ella (los alumnos) se verían afectados negativamente.21 Por ello, los docentes de dicha materia buscan reconocer esa heterogeneidad del aula y el enriquecimiento que ofrece, mediante la investigación y sensibilización, buscando una respuesta educativa para todos. Es una materia que incluye el conocimiento, el desarrollo del ser, su salud y felicidad. Es aquí donde realmente se presencia la gran importancia de la Educación Física, en la influencia que ejerce sobre todos.

 

OBJETIVO

Exponer la diversidad hallada en los casos de dificultades motrices no diagnosticadas (DECM) mediante la revisión de estudios que hacen referencia a DECM.

 

METODOLOGÍA

Se ha realizado una revisión bibliográfica de literatura científico-sanitaria en bases de datos como Scielo, Elsevier, y MedlinePlus. Como buscador se ha utilizado Google Académico, así como páginas web de organismos oficiales como la Organización Mundial de la Salud (OMS).

 

RESULTADOS

Los estudios presentados a continuación hacen referencia a muestras previamente señaladas. Su objetivo es exponer la diversidad hallada en los casos de DECM, siendo esa heterogeneidad la dificultad principal de su detección. Entre los alumnos con DECM encontramos diferencias de sexo, edad, cultura, etc. Asimismo, en comparación con aquellos sin dificultad motriz las diferencias toman un plano más profundo, de carácter psicológico, que engloba la autopercepción y las relaciones sociales, afectando al desarrollo del sujeto en comunidad.

Estudio 1.

Realizado por Skinner, R. A. y Piek, J. P. (2001) afirman haber examinado a 58 niños, de entre 8 y 10 años, y 51 adolescentes, de 12-14 años, diagnosticados con DECM. Los resultados mostraban que estos se percibían menos competentes y atendidos en comparación con los demás. Además, tienden a infravalorarse y tener mayores niveles de ansiedad. Por otro lado, los adolescentes mostraban estos rasgos previos en mayor medida. Ambos grupos de edad se sentían social y emocionalmente afectados. 27

Estudio 2.

Presenta una visión motriz de carácter globalizado. Este estudio de Ruiz, Graupera, Gutiérrez y Miyahara (2003) emplea el europeo Movement Assessment Battery for Children (herramienta de evaluación para niños con DECM) comparando sus resultados en sujetos europeos (202 niños y 183 niñas) con el estudio de Miyahara en individuos japoneses (53 niños y 49 niñas) y americanos (237 niños y 284 niñas). Los resultados muestran grandes diferencias culturales, tanto en las tareas, como en los rangos de edad y los sexos. En general, las niñas superan a los niños en tareas manuales, mientras que estos obtienen mejores resultados en habilidades de proyección de objetos (balones). En definitiva, los resultados presentan: diferencias culturales en la manera de aprender y actuar, diferencias entre géneros que afectan a la coordinación motriz y diferencias en los test.2

Estudio 3.

Los estudios longitudinales presentan dos puntos de vista. Por un lado, en el estudio realizado por Knuckey y Gubbay, aquellos diagnosticados como PECM (Problema Evolutivo de Coordinación Motriz) moderados a temprana edad parece que en la adolescencia-adultez (16-20 años) alcanzan la normalidad. 10, 16 Podríamos indicar que establecen mecanismos de mejora con los que suplir sus impedimentos, entre otros, gracias a las terapias intensivas y el apoyo de las familias. 17

Pero, por otro lado, otros estudios demostraban cómo dichos problemas se mantenían pese al paso de los años. Geuze y Börger encontraron que los niños con dificultades motrices de 6 y 12 años las continuaron presentando cinco años más tarde.10, 12 Asimismo, Losse et al. indica que los niños detectados en Primaria (87% de 6 años) continuaban a los 16 manifestando dificultades.10, 11, 17

En definitiva, podemos señalar la diversidad de resultados, de medidas llevadas a cabo al realizar los estudios (test, criterios), de los medios de cada familia y el punto de partida del sujeto. Aun así, podemos afirmar que estos problemas de coordinación motriz permanecen temporalmente, pese a su maduración.

Estudio 4.

Cuestionario sobre la Educación Física de Carlson (1995) realizado por Gómez (2004) donde presenta la autopercepción comparativa entre un sujeto con coordinación motriz y sin ellos. La muestra es un grupo diverso de alumnos, de diferente sexo y edad de 12 y 13-14 años.10

En un primer lugar, se les pidió a los estudiantes que marcaron cuánto les gustaba la Educación Física mediante una escala de medición (del 1 al 5), calculando posteriormente la frecuencia de las respuestas. De las respuestas menos favorables (1 y 2) exponen que cinco eran estudiantes con un cociente motor bajo (problemáticos: menos de 70), uno sintomático (de 81) y tres de moral (95). Esto demuestra que las preferencias escolares pueden depender de otros factores que no sea la dificultad de coordinación. No obstante, tienden a ser mayoritariamente estos quienes no les gusta dicha asignatura.

A pesar de los resultados anteriores pese a poder ser de ambos grupos (problemáticos y normales), la percepción de cada sujeto y su interpretación de las situaciones, cotidianas o no, son muy distintas. Los alumnos problemáticos dotan de mayor relevancia a la falta de sentido de la sesión y al aislamiento que sienten, en lugar de a su percepción de la falta de control que tienen. Sin embargo, aquellos alumnos normales encuentran el sentido de la sesión y su implicación afín a la falta de control propio que reconocen, beneficiándose de esta.

Estudio 5.

El test de ansiedad ante el error, mediante el Criterio Bonferroni, realizado por Gómez (2004) muestra cómo aquellos alumnos del grupo problemático obtienen una puntuación notablemente baja (Significación) en cuanto la percepción de su competencia motriz percibida (p<.029) respecto a los otros dos grupos. Por otro lado, en cuanto a la Ansiedad ante el Error, son los alumnos del grupo problemático los que tienen mayores puntuaciones (p<.553) y, por tanto, presentan mayor ansiedad.10

 

CONCLUSIÓN

En la actualidad el alumnado con DECM sigue pasando bastante desapercibido pese a toda la investigación que se ha realizado hasta ahora sobre él. Sin embargo, hemos podido contemplar la dificultad que supone su detección debido a su heterogeneidad.

Mayoritariamente es evaluado por taxonomías generales a las que no logra adaptarse, pero que sin lugar a dudas, pueden emplearse como herramientas que permitan detectar las diferencias de este respecto a sus compañeros. No obstante, la investigación e innovación continua siendo necesaria.

Asimismo, quiero destacar el grave impacto que genera en la salud de los alumnos, quienes se encuentran en plena etapa de desarrollo. En primer lugar, les afecta en cuanto a sus hábitos saludables, como son el ejercicio y la alimentación, pues tratan de evitar la participación en actividades con sus demás compañeros. En consecuencia, la problemática toma un carácter psicológico, pues deriva en aislamiento y dificultades sociales ya que no se implican con el resto del grupo en las propuestas comunes.

En segundo lugar, indicar la persistencia de esta situación pese a la edad y la maduración del alumnado. Aun así, toda intervención (educativa, familiar, sanitaria, etc.) junto con una temprana detección, es beneficiosa para paliar los efectos negativos que pueda desarrollar el sujeto.

La intervención docente resulta esencial a la hora de mejorar su competencia motriz y, en consecuencia, su vida. Ayudar al sujeto a tener el control de sus acciones deriva en un descenso de la ansiedad, mayor autoestima y aumento de su implicación en contextos sociales, dentro y fuera del aula.

El docente debe ser un guía para sus alumnos, un soporte. Por tanto, cuando diseñe la programación debe dotarla de un carácter flexible, permitiendo la posibilidad de adaptación en durante su curso. Los ejercicios y propuestas deben estar adaptados a las cualidades de los alumnos, atendiendo a sus necesidades, al desarrollo de sus competencias, en especial, la motriz. La línea que sigan las propuestas debe ser progresiva y, el docente, mediante la observación y el análisis debe adaptar las actividades continuamente. Para ello, tendrá en cuenta la aceptación del individuo y su implicación, es decir, la consecución de objetivos propuestos, la actitud del alumno y su motivación mostrada. Del mismo modo, la responsabilidad del docente ante posibles riesgos debe ser continua, siempre buscando la anticipación y la seguridad de los escolares, sobre todo si presentan dificultades motrices.

En conclusión, el análisis de las consecuencias en sujetos con DECM, incluso de aquellos con alta competencia motriz, determina la importancia de la Educación Física en las aulas y en la vida de todos, pues permite el desarrollo del sujeto de manera integral preparándolo para una vida autónoma y social.

 

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