Diabetes mellitus y ejercicio físico

4 agosto 2023

 

AUTORES

  1. Laura Esteras Martínez. Diplomada en Fisioterapia por la Universidad de Valladolid. Servicio Aragonés de Salud, Zaragoza.
  2. Ana Conejos Merita. Graduada en Enfermería. Centro de Rehabilitación Psicosocial San Juan de Dios. Teruel.
  3. Raquel Morales Ferruz. Licenciada en Medicina y Cirugía. Pediatra de Atención Primaria. Centro salud Calatayud sur. Zaragoza.
  4. Marta Narváez Salazar. Facultativo Especialista de Área. Ginecología y Obstetricia. Hospital de Barbastro, Huesca.
  5. Sara Sierra Cebollada: Diplomada en Enfermería por la Universidad de Zaragoza. Hospital Universitario Lozano Blesa, Zaragoza.
  6. Belén Zabala Ruiz. Licenciada en Odontología por la Universidad de Zaragoza. Odontóloga en Centro de Salud Calatayud, SALUD Aragón.

 

RESUMEN

En España, cerca del 14% de la población es diabética, y el 95% corresponde a diabetes tipo 21.

En la gestión de dicha patología, existen tres factores fundamentales: la dieta, la medicación y el ejercicio físico. Pero la práctica de ejercicio físico, del tipo que sea, se ha subestimado durante décadas a pesar de su baja tasa de costes y altos beneficios.

El ejercicio físico favorece el consumo de glucosa por el músculo; además de ser la única medida no farmacológica capaz de reducir la resistencia del músculo a la acción de la insulina. Ambas acciones son muy beneficiosas para la diabetes, por eso mismo, el ejercicio físico es una de las bases principales del trípode que, junto con la dieta y la medicación, debe sustentar un correcto tratamiento de la diabetes2.

El tipo de ejercicio a realizar, la intensidad y la duración del mismo debe ser individualizado para cada paciente con diabetes con el fin de evitar posibles efectos adversos y/o la pérdida de adherencia al mismo3.

PALABRAS CLAVE

Diabetes mellitus, ejercicio físico.

ABSTRACT

In Spain, about 14% of the population is diabetic, 95% of which corresponds to type 2 diabetes1.

In the management of this pathology, there are three fundamental factors: diet, medication and physical exercise. But the practice of physical exercise, of whatever type, has been underestimated for decades despite its low cost and high benefits.

Physical exercise favors the consumption of glucose by the muscle; it is also the only non-pharmacological measure capable of reducing muscle resistance to insulin action. Both actions are very beneficial for diabetes, which is why physical exercise is one of the main bases of the tripod that, together with diet and medication, should support the correct treatment of diabetes2.

The type of exercise to be performed, its intensity and duration should be individualized for each patient with diabetes in order to avoid possible adverse effects and/or loss of adherence to exercise3.

KEY WORDS

Diabetes mellitus, physical exercise.

INTRODUCCIÓN

La diabetes mellitus es una enfermedad crónica que genera un coste importante para nuestro sistema de salud y que ha visto aumentar sus cifras en los últimos años. Además de generar un gran número de muertes en población joven y complicaciones que derivan en discapacidad4.

La práctica de ejercicio físico de forma regular ha demostrado mejorar el nivel de glucosa en sangre, reducir el peso corporal y los factores de riesgo cardiovascular; así como aumentar la sensibilidad a la insulina además de proporcionar una sensación de bienestar general tanto a nivel físico como psicológico. Y por si todo esto fuese poco, también se ha evidenciado, que la práctica de ejercicio regular ayuda a prevenir la aparición de diabetes mellitus tipo 2 en aquellas personas con predisposición genética a padecerla5.

Para el tratamiento de la diabetes y del resto de las enfermedades metabólicas relacionadas con el síndrome metabólico, y para la prevención de las mismas, se recomienda prescribir el ejercicio de tipo aeróbico (ejercicio de baja intensidad y larga duración como caminar, correr, nadar, montar en bicicleta o practicar esquí de fondo), antes que el anaeróbico (ejercicio de gran intensidad y corta duración como carreras de velocidad, levantamiento de pesas y picos de actividad en otros deportes como el fútbol o el tenis)2.

Antes de prescribir un programa de ejercicio físico, resulta imprescindible realizar una evaluación lo más completa posible del estado de salud y condición física de cada individuo. Algunos autores, recomiendan incluso la realización de una prueba de esfuerzo, previa a la prescripción de ejercicio en aquellos pacientes que nunca hayan realizado ejercicio y en aquellos con sospecha de riesgo cardiovascular.

En las primeras sesiones se recomienda medir la glucemia antes, durante y después del ejercicio, para documentar los cambios asociados y predecir los que sucederán en sesiones posteriores.

Una sesión de ejercicio debe de constar de las siguientes etapas:

a) Precalentamiento: con una duración de 5 a 10 minutos, con el objetivo de evitar lesiones y producir una adaptación hemodinámica gradual. Consistirán en la realización de ejercicios que impliquen una frecuencia cardiaca de 10 a 20 latidos por encima del reposo.

b) Fase principal: con una duración aproximada de 40 a 50 minutos en la que se sigue con los ejercicios programados de ejercicio aeróbico o anaeróbico, y de resistencia en cada caso.

c) Vuelta a la calma: 10 minutos de duración que permiten la relajación y la vuelta gradual al estado hemodinámica inicial.

El programa de ejercicio completo para la diabetes mellitus comprenderá las siguientes fases o etapas:

1. Etapa de inicio: suele durar de 4 a 6 semanas. Se realizarán tres sesiones por semana de menos de 45 minutos cada vez y evitando superar el 50% de la frecuencia cardiaca (FC) máxima.

2. Fase de mejora: suele durar cinco o seis meses. Se incrementa progresivamente la intensidad hasta lograr el objetivo del 70 al 80% de la FC máxima; la duración se incrementa progresivamente hasta los 60 minutos y la frecuencia de las sesiones aumenta a más de tres días a la semana.

3. Fase de mantenimiento: Esta fase debe durar toda la vida.

A partir del sexto mes se mantiene el ritmo de intensidad y frecuencia, pudiendo aumentar ligeramente la intensidad o la duración según las posibilidades de cada individuo.

Algunos ensayos clínicos señalan que la combinación de EF aeróbico con entrenamiento de resistencia puede ser todavía mejor que cualquiera de ellos por separado7.

 

OBJETIVO

Objetivo principal:

  • Objetivar los beneficios de la práctica de ejercicio físico en pacientes con diabetes.

 

Como objetivos secundarios:

  • Determinar los tipos de ejercicio físico empleados en el tratamiento de la diabetes.
  • Determinar las consideraciones a tener en cuenta a la hora de formular un programa de ejercicio físico para personas con diabetes mellitus.

 

MATERIAL Y MÉTODO

Para la elaboración de este trabajo, se ha llevado a cabo una investigación de diferentes revisiones bibliográficas y estudios sobre la literatura científica existente. Se ha realizado una búsqueda sistemática en las principales bases de datos: Pubmed, Medline, Pedro, Scielo, Web Of Science y Elsevier, seleccionando artículos con las palabras clave: Diabetes mellitus, physical exercise.

RESULTADOS

A pesar de los múltiples beneficios y del imperativo de la práctica de ejercicio físico en pacientes con diabetes mellitus, deberemos considerar que se trata de una patología de gran comorbilidad con otras enfermedades como son: la neuropatía diabética, la nefropatía diabética, la retinopatía diabética proliferativa, etc. En las cuales, ciertas modalidades de actividad física de alta intensidad estarán contraindicadas3. Aunque ello no excluye la realización de una actividad física ligera como puede ser caminar o montar en bicicleta a baja intensidad.

Pues la práctica de un programa de EF aeróbico supervisado de fácil ejecución, ha demostrado ser una estrategia efectiva para el control de la diabetes mellitus tipo 26, ya no solo en su asociación a la mejora de variables intermedias, como la hemoglobina glucosilada; sino también en otras como la presión arterial, la colesterolemia o el riesgo cardiovascular. Además de otras de interés para el paciente como el estado de salud autopercibido, o para los proveedores sanitarios, como el gasto farmacéutico.

CONCLUSIONES

Numerosos estudios han mostrado que el ejercicio incrementa la sensibilidad a la insulina a nivel esplácnico y periférico en individuos con diabetes mellitus y que persiste tras 12-24 horas de su realización. Pero, el efecto de una sesión de ejercicio aislada sobre la acción de la insulina se pierde a los pocos días y tiene escaso beneficio en la diabetes mellitus. Por lo tanto, las recomendaciones para disminuir la resistencia a la insulina en diabetes mellitus son la actividad física realizada con una intensidad baja-moderada y de forma regular 4-5 veces por semana.

Lo que nos hace replantearnos, la necesidad de instaurar programas de este tipo en nuestros centros de salud, con el fin de adherir a aquellas personas que padecen DM a la adquisición de un hábito de práctica de actividad física como tratamiento de primera instancia.

Y ya no solo en quienes han desencadenado la enfermedad; sino también en quienes sufran de un riesgo potencial a padecerla por la presencia de la misma en familiares de primer rango. Es decir, como método de prevención primaria.

A parte de la indudable reducción de costes para nuestro sistema sanitario, este tipo de programas, a buen seguro nos proporcionarán una disminución en las tasas de morbilidad, mortalidad y discapacidad presentes en nuestra sociedad.

BIBLIOGRAFÍA

  1. Pablo Quílez Llopis y Manuel Reig García-Galbis. Control glucémico a través del ejercicio físico en pacientes con diabetes mellitus tipo 2; revisión sistemática. Nutr Hosp. 2015;31(4):1465-1472.
  2. Francisco Javier Ampudia, Águeda Caballero, José Enrique Campillo, Anna Gutiérrez, Serafín Murillo, Antonio Pérez. Diabetes y ejercicio. Grupo de trabajo de Diabetes y Ejercicio de la Sociedad Española de Diabetes (SED). 2006 ediciones Mayo, S.A. ISBN: 84-96537-27-7.
  3. José Hernández Rodríguez; Manuel Emiliano Licea Puig. Papel del ejercicio físico en las personas con diabetes mellitus. Revista Cubana de Endocrinología.2010; 21(2)182-201.
  4. José Hernández Rodríguez, Yuri Arnold Domínguez, Jorge Mendoza Choqueticlla. Efectos benéficos del ejercicio físico en las personas con diabetes mellitus tipo 2. Revisión bibliográfica. Revista Cubana de Endocrinología. 2018;29(2).
  5. American Diabetes Association. Standards of Medical Care in Diabetes. Diabetes Care. 2009;32(Suppl 1):S13-S61.
  6. TS Church , SN Blair , S. Cocreham , N. Johannsen , W. Johnson , K. Kramer , et al. Efectos del entrenamiento aeróbico y de resistencia sobre los niveles de hemoglobina A1c en pacientes con diabetes tipo 2: un ensayo controlado aleatorizadoJAMA, 304 (2010), pág. 2253.
  7. Javier Parra-Sánchez, María Moreno-Jiménez, Carla M. Nicolaa, Ileana I. Nocua-Rodríguez B, María R. Amegló-Parejob, Marlen del Carmen-Pena, Carlos Cordero-Prieto y María J. Gajardo-Barrena. Evaluación de un programa de ejercicio físico supervisado en pacientes sedentarios mayores de 65 años con diabetes mellitus tipo 2. Atención Primaria. Volumen 47, Tema 9, noviembre 2015, Pages 555-562.

 

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