AUTORES
- Lucía Valdovinos Escabosa. Médico, Hospital Universitari i Politècnic La Fe de Valencia.
- Bernardo Emerson Buil Tisner. Enfermero. Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza.
- Roberto García Pérez. Médico, Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza.
- Emilio García Pérez. Médico, Hospital Universitario San Jorge de Huesca.
- Francisco Javier Miguel Bielsa. Médico, Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza.
- Monika Antonova Taushanska. Celador. Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza.
RESUMEN
La artrosis de rodilla es una condición cuyo diagnóstico es eminentemente clínico en función de los signos y síntomas del paciente, los factores de riesgo y las alteraciones presentes en el examen físico.
PALABRAS CLAVE
Artrosis de rodilla, diagnóstico, exploración física.
ABSTRACT
Osteoarthritis of the knee is a condition whose diagnosis is eminently clinical based on the patient’s signs and symptoms, risk factors and physical examination findings.
KEY WORDS
Knee osteoarthritis, diagnosis, physical examination.
DESARROLLO DEL TEMA
DIAGNÓSTICO CLÍNICO1,2:
La sintomatología incluye el dolor como el síntoma cardinal de la artrosis, precediendo en la mayoría de los casos al diagnóstico radiológico. Es debido a la distensión capsulo ligamentosa, a la inflamación sinovial y a la denudación de las superficies óseas. Se trata habitualmente de un dolor insidioso, de características mecánicas y de intensidad inicialmente leve o moderada. Suele ser más intenso al iniciar la marcha, disminuyendo con la deambulación y agravándose posteriormente al continuar caminando (característico del compartimento femorotibial). En ocasiones, al subir y bajar escaleras (típico de la afectación femoropatelar), el dolor se localiza más en la cara anterior de la rodilla y se irradia también a la cara anterior de la pierna.
Existen escalas semicuantitavias para evaluar la intensidad del dolor, siendo las más frecuentes la escala tipo Likert de 5 puntos y la escala visual analógica (EVA) de entre 0 y 100 mm.
La rigidez de la articulación es otro síntoma característico de la artrosis, con una duración de unos 15-30 min y mejorando con el ejercicio. Es una patología muy 23 limitante, ya que reduce la movilidad secundariamente a la fibrosis, adherencias cápsulosinoviales y topes óseos.
Suelen aparecer también como síntomas típicos de la enfermedad la crepitación y crujidos, al igual que episodios intercurrentes de inflamación e incluso derrame sinovial por el depósito de cristales cálcicos, asociados frecuentemente a sobrecarga o a microtraumatismos.
Es importante recordar que no existe una correlación directa entre el grado de deterioro articular radiológico y la presentación clínica de los pacientes, por ello, la decisión terapéutica se puede apoyar en escalas clínicas que evalúan la funcionalidad del paciente con artrosis. La más empleada es la escala WOMAC (Western Ontario and McMaster Universities Arthritis Index) que a su vez contiene tres subescalas que evalúan dolor, rigidez articular y capacidad funcional, valorando de 0 (no aparece el síntoma) al 4 (muchísimo) los síntomas de la enfermedad. Otras escalas descritas para pacientes con gonartrosis son SF (Short Form)-36, KOOS y KSS. Estas escalas mencionadas son instrumentos genéricos utilizados en pacientes con esta enfermedad, que reflejan la afectación en la calidad de vida de los pacientes.
EXPLORACIÓN FÍSICA3-6:
Los principales signos que aporta la exploración al diagnóstico de artrosis son asimetrías, mala alineación del eje (genu varo/valgo) y presencia de una articulación tumefacta, dura a la palpación y dolorosa a la movilización pasiva pudiendo apreciarse crepitaciones o crujidos.
A nivel de la cápsula y de los ligamentos de la rodilla podemos encontrar en los casos de genu varo y genu valgo que los ligamentos colaterales estarán a tensión en el lado opuesto y relajados en el lado pinzado (“estrés por tensión” y “estrés por deprivación”), generando una contractura muscular, reducción de la movilidad y dolor secundario a espasmos musculares y estrés en las inserciones capsuloligamentarias. Es importante que al realizar la exploración clínica de la rodilla sigamos una sistemática exploratoria con el fin de no pasar por alto ningún signo específico de la enfermedad, comenzando con la inspección, palpación, movilización y realización de una serie de pruebas funcionales para poder encontrar las posibles afecciones del cartílago, partes blandas intraarticulares (meniscos y ligamentos cruzados) y extraarticulares (bursas, tendones y ligamentos colaterales).
– Inspección: ha de realizarse tanto en bipedestación como en decúbito supino y prono. Es importante comparar ambas rodillas para visualizar alteraciones unicompartimentales, así como desviación de los ejes. Una artrosis de rodilla crónica puede provocar una deformidad en la articulación y atrofia del músculo cuádriceps. Es importante también la inspección del hueco poplíteo por la posible aparición de un quiste de Baker.
– Palpación: ha de efectuarse en decúbito supino. Se determinará la temperatura de la piel, la cual estará aumentada (respecto a la rodilla contralateral) en casos de artritis inflamatoria, infecciosa o traumática. También se decretarán la palpación de puntos dolorosos a la presión y estructuras anatómicas, la existencia de derrame sinovial y la comprobación del arco de movilidad articular.
Pruebas funcionales: son una serie de maniobras que sirven para delimitar la lesión en la rodilla. Se clasifican en:
– Pruebas rotulianas: signo del choque rotuliano para detectar la presencia de derrame articular en la rodilla.
– Pruebas meniscales: maniobras de Apley y McMurray entre otras.
– Pruebas de estabilidad de la rodilla: prueba de varo-valgo (abducción aducción) y exploración de los ligamentos cruzados (prueba de los cajones anterior y posterior, Lachman, Pivot).
CONCLUSIÓN
Es importante que al realizar la exploración y diagnóstico de la rodilla sigamos una sistemática exploratoria con el fin de no pasar por alto ningún signo específico de la enfermedad.
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