AUTORES
- Santiago Fernández-Giro Torrado. Grado de Enfermería. Enfermero EAP de Zaragoza.
- Pilar Gallardo Doñate. Diplomatura de Enfermería. Enfermera en el Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza.
- Elena Pe Aliaga. Grado de Enfermería. Enfermera Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza.
- Sira García Carvajal. Grado de Enfermería. Enfermera Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza.
- Amaya Mardones Fuente. Diplomatura de Enfermería. Enfermera en el Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza.
- Paula Camps Guerrero. Grado de Enfermería. Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza.
RESUMEN
El parto supone un acontecimiento crucial en la vida de la mujer que tiene implicaciones en el bienestar tanto de la mujer como con el niño y la futura familia. Debido a ello, una correcta comunicación entre la mujer y los profesionales sanitarios responsables de su cuidado resulta decisiva para que el parto suponga para la mujer y su familia una experiencia positiva. Tras el cambio del modelo de parto del domicilio a los hospitales y la instrumentalización del proceso, aparece el documento del plan de parto como una herramienta para dar voz a las necesidades, deseos o preferencias sobre el proceso del parto y nacimiento del bebé.
PALABRAS CLAVE
Plan de parto, Plan de nacimiento, nacimiento.
ABSTRACT
Childbirth is a crucial event in the life of a woman that has implications for the well-being of both the woman and the child and the future family. Due to that, a proper communication between the woman and the health professionals responsible for her care is decisive for childbirth to be a positive experience for the woman and her family. After the change of the delivery model from home to hospitals and the instrumentalization of the process, the birth plan document appears as a tool to give voice to the needs, desires, or preferences regarding the process of childbirth and birth of the baby.
KEY WORDS
Birth plan, labour.
INTRODUCCIÓN
El parto y todo su proceso es un acontecimiento que tiene implicaciones en el bienestar futuro tanto de la mujer como en el niño y la futura familia en conjunto1, suponiendo un acontecimiento crucial en la vida de la mujer2. Es por ello por lo que una correcta comunicación entre la mujer y los profesionales sanitarios responsables de su cuidado resulta decisiva para que el parto suponga para la mujer y su familia una experiencia positiva. Proporcionar seguridad, dar información amplia y detallada, la eliminación de los miedos y las dudas, así como atender el bienestar físico y emocional y mostrar apoyo, comprensión o respeto son elementos en la atención al parto de gran importancia para las mujeres y que aportan significativamente y de manera decisiva gran satisfacción respecto a la experiencia del parto. Lo es también el que las expectativas de la mujer se vean cumplidas, así como que se sientan implicadas y tengan la capacidad de decisión y control sobre el proceso de parto. Es por ello por lo que resulta fundamental que los profesionales que vayan a asistir el parto de cada mujer conozcan esas expectativas, tanto expresadas verbalmente como en un plan de parto, con el fin de que se vean satisfechas en la medida de lo posible1-3.
La atención a la mujer durante el proceso de parto ha sufrido cambios significativos a lo largo de los años. Antiguamente las mujeres planeaban y organizaban los diferentes aspectos respecto al nacimiento de sus hijos con la ayuda de sus allegados. Eran las mujeres quienes, de forma verbal comunicaban a su entorno cómo querían que fuera el parto, la persona con la que querían estar acompañadas o las que elegían a la figura encargada de asistir el parto. Sin embargo, a partir de la segunda mitad del siglo XX, el parto como evento se trasladó a los hospitales y, aunque los avances tecnológicos produjeron un descenso de la morbimortalidad tanto materna como fetal, ello también supuso una medicalización de este acontecimiento1,3,4,5. La mujer comenzó a ser atendida como un paciente con necesidad de atención médica, apareció una mayor intervención durante el proceso del parto y como consecuencia de ello aparecieron prácticas rutinarias como rasurado, enemas, episiotomías rutinarias o la maniobra de Kristeller que con frecuencia son carentes de evidencia científica o se consideran violencia obstétrica (como la maniobra de Kristeller)3-5.
El deseo de garantizar los mejores resultados durante el parto, ha dificultado que se prestara la atención necesaria a la importancia que el proceso de parto tiene en la mujer o en su bienestar emocional2. Un informe de la Organización Mundial de la Salud elaborado en 2018 pone en relevancia el hecho de que esta medicalización en el proceso de parto tiende a debilitar la capacidad de dar a luz, afectando además de manera negativa a su experiencia de parto. Además, promueve el concepto de la “experiencia en la atención” como un elemento fundamental para asegurar una atención de alta calidad en el trabajo de parto y el parto en sí7.
Los primeros planes de parto aparecieron en Estados Unidos como respuesta a la necesidad de información de la mujer respecto al nacimiento y a la toma de decisiones con el fin de valorar pros y contras. Con el paso de los años, los planes de parto han sido usados cada vez más. En España fue en 2011 cuando, oficialmente, el Ministerio de Sanidad publicó un plan de parto y nacimiento6.
Un plan de parto, o plan de nacimiento, es un documento legal en el que la mujer gestante expresa sus preferencias, deseos, necesidades y expectativas sobre el proceso del parto y el nacimiento de su bebé. Esta información, reflejada por escrito, resulta de gran ayuda para el equipo profesional que atiende el momento del parto, ya que ayuda a la compresión del proceso, fomenta tanto la participación de la mujer como la de su pareja o acompañante y evita tener que comunicar sus preferencias el día del parto, un momento en el que la mujer se encuentra en un estado emocional y físico más vulnerable4,7. Así pues, el plan de parto, a pesar de su nombre, no tiene como función la planificación del desarrollo del parto, el cual es un evento que tiene variables impredecibles, sino que da la posibilidad de ofrecer la manifestación de las preferencias de la mujer en los aspectos en los que sí existen distintas alternativas que son igual de eficaces y seguras8.
Sin embargo, pese a tener una validez legal, este documento no sustituye la información que el equipo profesional proporciona durante el embarazo. Puede ser redactado en cualquier momento de la gestación, aunque se recomienda desarrollarlo durante las semanas 28-32 con la ayuda y asesoramiento de los profesionales sanitarios que acompañan a la mujer durante su embarazo7,8. La relación entre la mujer y la persona que atiende el parto tiene una gran influencia en la experiencia durante el nacimiento del bebé. Se ha demostrado en varios estudios que las mujeres consideran como elementos más importantes el hecho de ser tratadas de manera individualizada, con respeto y afecto2.
En el documento del plan de parto, algunos de los aspectos que la madre puede incluir son, por ejemplo, la elección del acompañante, el lugar o la postura para dilatar, así como la postura para dar a luz, si es tumbada, en posición vertical, de lado o a cuatro patas. También la elección del tipo de analgesia o no recibirla, el deseo de cortar el cordón umbilical y/o donar su sangre, así como otros aspectos respecto al recién nacido o sus cuidados iniciales como la su higiene, la lactancia, etc. Sin embargo, pese a las preferencias recogidas en este documento, si en el momento del parto la madre quisiera cambiar alguna de ellas, ésta puede hacerlo comunicándoselo a los profesionales sanitarios. Y, si se produjeran complicaciones durante el proceso de parto, el equipo médico tiene la potestad de “saltarse” las preferencias establecidas por la mujer si su vida o la del bebé corrieran peligro9.
A la hora de la realización de un plan de parto se pueden seguir varios modelos como el que incluye el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad o el formulario que se encuentre a disposición. También se pueden encontrar ejemplos y plantillas en libros y páginas web para embarazadas. Y se ha de añadir que este documento puede ser realizado tan simple o detallado como la embarazada desee, ya que, aunque se utilice un formulario o lista de verificación, pueden agregarse otras preferencias que el formulario no contemple2.
CONCLUSIONES
Un plan de parto permite a las mujeres poder pensar y reflexionar acerca del momento del nacimiento, además de sentirse incluidas dentro del proceso del parto manifestando así sus deseos. Consiste en un documento en el que la mujer expresa sus necesidades, deseos y expectativas. Además, sirve como elemento de comunicación entre el profesional sanitario y la mujer, y los profesionales sanitarios tienen como misión ayudar a que esas expectativas se cumplan. En este sentido, un equipo de profesionales encargados de atender en el parto a una mujer gestante con un plan de parto desarrollado, deben considerar este documento como un elemento de ayuda o apoyo para llevar a cabo su tarea con el fin de lograr el mayor bienestar posible de la madre.
Finalmente, la educación sanitaria y la formación en cuidados perinatales y preparación al parto, pueden ayudar a incrementar esa necesidad de confianza que la mujer requiere para enfrentarse al momento del nacimiento, así como resolver dudas erróneas o incrementar su seguridad en sus preferencias a la hora de dar a luz.
BIBLIOGRAFÍA
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