AUTORES
- Cristina Jarén Cubillo. Graduada en Enfermería. Hospital Universitario de Guadalajara, Guadalajara, España.
- Eva Salmerón Crespo, Graduada en Enfermería. Hospital Universitario de Guadalajara, Guadalajara, España.
- Lourdes Esteban Álvaro. Graduada en Enfermería. Hospital Universitario de Guadalajara, Guadalajara, España.
- Lara Villar Pamplona. Diplomada en Enfermería. Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España.
- Ángela María Guarás Rubio. Diplomada en Enfermería. Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España.
- Lucía Piquer Álvarez. Graduada en Enfermería. Hospital Joan XXIII, Tarragona, España.
RESUMEN
Las escalas de valoración del dolor son herramientas utilizadas por los profesionales de enfermería para medir y evaluar la intensidad del dolor en los pacientes. Estas escalas son fundamentales para proporcionar un tratamiento adecuado y personalizado a cada individuo, ya que el dolor es una experiencia subjetiva y puede variar de persona a persona.
Existen diferentes escalas de valoración del dolor utilizadas por los enfermeros, se pueden diferenciar según su uso, dependiendo de si se valora el dolor en pacientes que pueden comunicarse frente a los que no se pueden comunicar, como ocurre en la UCI. Para los pacientes que pueden comunicarse, algunas de las más comunes son: Escala numérica, Escala verbal analógica, Escala de caras, Escala de Wong-Baker. para aquellos pacientes no comunicativos se emplean otras escalas como la BPS, CPOT o ESCID.
Estas escalas de valoración del dolor ayudan a los enfermeros a evaluar la eficacia de los tratamientos analgésicos y a comunicarse de manera más efectiva con el paciente y otros miembros del equipo de atención médica. Es importante recordar que el dolor es una experiencia subjetiva, por lo que la valoración del paciente es fundamental para proporcionar el cuidado adecuado y aliviar su malestar.
PALABRAS CLAVE
Dolor, escalas de valoración del dolor, paciente comunicativo, paciente no comunicativo.
ABSTRACT
Pain assessment scales are tools used by nursing professionals to measure and evaluate the intensity of pain in patients. These scales are crucial for providing appropriate and personalized treatment to each individual, as pain is a subjective experience that can vary from person to person.
There are different pain assessment scales used by nurses, which can be differentiated based on their use, depending on whether they assess pain in patients who can communicate versus those who cannot communicate, such as in the ICU. For patients who can communicate, some of the most common scales are: Numeric Scale, Verbal Analog Scale, Faces Scale, Wong-Baker Scale. For non-communicative patients, other scales like BPS, CPOT, or ESCID are used.
These pain assessment scales help nurses evaluate the effectiveness of analgesic treatments and communicate more effectively with the patient and other members of the healthcare team. It is important to remember that pain is a subjective experience, so the patient’s assessment is crucial in providing appropriate care and relieving their discomfort.
KEY WORDS
Pain, pain assessment scales, communicative patient, non-communicative patient.
DESARROLLO DEL TEMA
Actualmente la Asociación Internacional del Estudio del Dolor “International Association of the Study of Pain (IASP)” define dolor “como experiencia sensorial subjetiva y emocional desagradable, asociada a daño tisular potencial o real”1.
Además del daño real que provoca esta experiencia, es una sensación real y subjetiva que se muestra en diferentes grados y frecuencias dependiendo de cada persona. El dolor se puede modificar y modular según el contexto2. Un problema que se presenta al experimentar dolor es la dificultad de separar la expresión biológica de la emotiva; de esta manera la ciencia pretende avanzar para conseguir cuantificar el dolor de manera objetiva sin olvidar la percepción subjetiva3.
El dolor se puede clasificar de diferentes formas, la clasificación más frecuente es según la duración y patogenia (Tabla 1)3. Se describe a continuación4,5:
Según el tiempo de evolución: puede ser agudo o crónico. El primero referido a aquel que tiene una respuesta inmediata por activación del sistema nociceptivo. Tiene una duración menor a seis meses y cede al aliviar el factor precipitante. El dolor agudo se puede subdividir según procedencia:
- Somático; que a su vez se divide en:
- Superficial, cutáneo o periférico.
- Profundo.
- Visceral: originado por lesiones que dañan los órganos internos. Es el resultado del dolor causado por alguna enfermedad.
Según la fisiología: puede ser nociceptivo y neuropático. El nociceptivo conocido como normal o sensorial, se manifiesta por estímulos que generan una lesión de órganos viscerales y somáticos. Siendo el resultado de la estimulación del sistema neurofisiológico. El dolor neuropático, conocido como anormal o patológico, se presenta en personas con enfermedad del sistema nervioso central o periférico. Se caracteriza por ser más persistente y con un tratamiento más complejo.
El control del dolor por parte de los profesionales de enfermería es necesario pues se considera el quinto signo vital. El desconocimiento por parte del equipo de enfermería supone una barrera para el manejo efectivo del dolor que padecen los pacientes. Existe un déficit en la valoración del dolor debido a que algunos profesionales no lo tienen como la quinta constante y su evaluación no se hace de manera sistemática. Sin embargo, una correcta formación y educación continua sobre la monitorización del dolor, permite llevar un control adecuado del paciente con dolor. Esto motiva el uso de escalas para valoración del dolor6.
El tratamiento y la valoración del dolor a través de escalas:
La analgesia se define como el alivio de la sensación de dolor sin necesidad de provocar la sedación, no obstante se puede alterar el nivel de consciencia secundario a los efectos farmacológicos(6). El tratamiento del dolor se divide en tres grupos principales de analgésicos: antiinflamatorios no esteroideos (AINES), opioides y coadyuvantes. La escala de analgesia de la OMS se diseñó para tratar el dolor oncológico. No obstante; actualmente se emplea en los pacientes que tienen dolor7.
El primer paso para elaborar un tratamiento dirigido para controlar el dolor es la detección, seguido de una analgesia y sedación si fuera preciso. Las escalas son una herramienta útil para poder detectar el dolor, deben ser precisas, simples y con poca variabilidad. Se pueden separar las escalas de manera que se divide en función de su uso: a pacientes comunicativos y a pacientes no comunicativos. Existen numerosas escalas para la valoración del dolor; no obstante, sólo algunas son las que se emplean con mayor frecuencia. También depende del servicio y contexto del paciente8.
- Escalas de valoración del dolor:
A continuación, se exponen aquellas escalas que se emplean con mayor frecuencia tanto en pacientes comunicativos como en los no comunicativos8-12.
- Escala visual analógica (EVA):
Esta escala permite medir la intensidad del dolor con la máxima reproducibilidad entre observadores. Es una línea de 10 cm en cuyos extremos se encuentran expresiones que reflejan desde no dolor hasta el máximo. Puntuación: sin dolor a máximo dolor.
- Escala numérica (EN):
Escala numerada del 1-10 donde 0 es no dolor y 10 la mayor intensidad. El paciente elige el número según sienta el dolor. Puntuación: 0 = sin dolor. 10 = máximo dolor.
- Escala categórica (EC):
Se emplea si el paciente no puede cuantificar los síntomas con otras escalas. Resulta más sencillo ya que se establece una asociación entre categorías y un equivalente numérico. Puntuación: 0 (nada), 4 (poco), 6 (bastante) y 10 (mucho).
- Escala visual analógica de intensidad y escala analógica de mejora:
Similares a la EVA: línea horizontal de 10 cm, con el extremo izquierdo la ausencia de dolor y en el derecho, el mayor imaginable. Y en la de mejora, en sus extremos sin mejora o con mejora total. 0= nada de dolor o no mejora, 10= insoportable o mejora.
- Behavioral pain scale (BPS):
Se trata de una escala basada en indicadores conductuales asociados al dolor en cuidados intensivos ya que no pueden manifestarlo por estar sedados o sometidos a la ventilación mecánica. Resulta de la suma de tres subescalas, cuyos ítems (expresión facial, movimientos de miembros superiores y tolerancia a la ventilación) se valoran de forma individual dando una puntuación del 1 al 4. La puntuación de 3 es la más baja (ausencia de dolor) y 12, la más alta (dolor intenso).
- Escala de conductas indicadoras de dolor (ESCID):
En esta escala se recogen datos de 0 a 2 de:
- Musculatura facial.
- Tranquilidad.
- Tono muscular.
- Adaptación a la ventilación mecánica (confortabilidad).
Siendo la puntuación: 0: no dolor. 1-3: dolor leve/moderado. 4-6: dolor moderado/grave. > 6: dolor muy intenso.
- Escala Wong-Baker:
Se emplea para pacientes pediátricos a partir de 3 años, contiene caras expresivas que reflejan diferentes sensaciones. La cara cero es ausencia de dolor, en las siguientes caras aumenta el dolor hasta la número 5 que es el mayor dolor imaginable.
CONCLUSIONES
El uso de diferentes escalas para la valoración del dolor por parte del equipo de enfermería proporciona varias conclusiones importantes:
Personalización del tratamiento: Las diferentes escalas permiten evaluar el dolor de manera más precisa y personalizada. Esto ayuda al equipo de enfermería a seleccionar el tratamiento más adecuado para cada paciente, teniendo en cuenta su nivel de dolor específico.
Comunicación efectiva: Las escalas de valoración del dolor facilitan la comunicación entre el paciente y el equipo de enfermería. Al utilizar un sistema de puntuación o descripciones verbales, se establece un lenguaje común que ayuda a transmitir con mayor precisión la intensidad del dolor y a entender las necesidades del paciente.
Evaluación de la eficacia del tratamiento: El uso de escalas de valoración del dolor permite evaluar la eficacia de los tratamientos analgésicos a lo largo del tiempo. Al realizar mediciones periódicas, el equipo de enfermería puede determinar si el tratamiento actual está aliviando adecuadamente el dolor o si se requiere un ajuste en la terapia.
Estándares de calidad: Las escalas de valoración del dolor son herramientas reconocidas y estandarizadas en la práctica clínica. Su uso contribuye a garantizar una atención de calidad y consistente en la evaluación y manejo del dolor en los pacientes.
En resumen, el uso de diferentes escalas de valoración del dolor por parte del equipo de enfermería proporciona una evaluación más precisa y personalizada, facilita la comunicación con el paciente, permite evaluar la eficacia del tratamiento y cumple con estándares de calidad en el cuidado del dolor. Esto en conjunto mejora la atención al paciente y ayuda a aliviar su malestar de manera más efectiva.
BIBLIOGRAFÍA
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ANEXOS
Tabla 1. Clasificación del dolor. Fuente: elaboración propia.
TIPO | PRESENTACIÓN |
Según duración | Agudo o crónico |
Según localización | Somático o visceral |
Según la intensidad | Leve, moderado o severo |
Según la patología | Neuropático, nociceptivo o psicógeno |
Según curso | Continuo o irruptivo |
Según la farmacología | Responde a opiáceos, parcialmente a opiáceos o escasamente sensible a opiáceos |