Guía de enfermería de canalización y mantenimiento del catéter venoso central de acceso periférico.

30 agosto 2022

AUTORES

  1. Pablo Marín Hernando. Graduado en Enfermería. Hospital Ernest Lluch, Calatayud.
  2. Esther Giménez Casao. Graduada en Enfermería. Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza.
  3. Gloria Orries Mestres. Graduada en enfermería. Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza.
  4. Beatriz Isabel Calderón Aznar. Graduada en enfermería. Complejo Hospitalario de Navarra. Pamplona.
  5. Marta Bruna Alejandre. Graduada en Enfermería. Hospital Nuestra Señora de Gracia. Zaragoza
  6. Carolina Barrena López. Graduado en Enfermería. Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza.

 

RESUMEN

El objetivo de este artículo es elaborar una guía para describir la técnica de enfermería para la canalización de una vía venosa central de acceso antecubital de dos o tres luces hasta la vena cava superior, a través de una cánula corta, en condiciones de esterilidad, para la extracción de muestras, administración de medicación endovenosa, nutrición, hemoderivados y monitorización hemodinámica. De esta manera, se consigue la permeabilidad de una vía de acceso, evitando con ello continuas venopunciones al paciente.

 

PALABRAS CLAVE

Vía venosa central, acceso periférico, cuidados de enfermería.

 

ABSTRACT

The objective of this article is to develop a guide to describe the nursing technique for cannulation of a central venous line with antecubital access of two or three lumens to the superior vena cava, through a short cannula, under sterile conditions, for the extraction of samples, administration of intravenous medication, nutrition, blood products and hemodynamic monitoring. In this way, the permeability of an access route is achieved, thereby avoiding continuous venipunctures to the patient.

 

KEY WORDS

Central venous line, peripheral access, nursing care.

 

INTRODUCCIÓN

Un elevado número de pacientes hospitalizados son portadores de algún tipo de dispositivo de acceso vascular, que permite el acceso al torrente sanguíneo para la administración de sueroterapia y tratamiento intravenoso, extracción de muestras sanguíneas, realización de transfusiones y hemodiálisis. Existen numerosos tipos de catéteres vasculares con diferentes características, según el método de inserción, utilización, material, calibre y longitud, localización y determinación de la punta del catéter, número de luces que contienen y riesgo de complicaciones. Los accesos venosos centrales tradicionales han sido los no tunelizados para corta duración o tunelizados para larga duración. Así mismo, existen dispositivos tipo reservorio venoso subcutáneo implantado debajo del pectoral1,2,3.

El procedimiento consiste en una técnica de canalización percutánea de vía venosa central a través de un acceso venoso periférico. La técnica utilizada consiste en, una vez obtenido un flujo de sangre mediante un catéter de punción venosa periférica, se introduce una guía metálica flexible con punta blanda a través del catéter periférico y progresa el catéter apoyándose en la guía sin arrastrar el catéter que queda situado en posición intravascular. Obteniendo un catéter venoso continua a vena gruesa, nos va a permitir mantener distintas perfusiones simultáneas a través de luces separadas, medir presión venosa central y extraer muestras sanguíneas2,4,5,6.

 

OBJETIVOS

Objetivo general:

Elaborar una guía de enfermería para la canalización y mantenimiento de un catéter venoso central.

Objetivos específicos:

1. Capacitar al personal de enfermería para la canalización de un catéter venoso central periférico.

2. Enseñar los correctos cuidados de un catéter venoso central canalizado.

3. Prevenir posibles complicaciones derivadas de la canalización de un catéter venoso central.

 

METODOLOGÍA

Se ha realizado una búsqueda bibliográfica para la actualización del tema del estudio en diferentes bases de datos, libros y páginas web. Con la información se ha desarrollado una guía de enfermería para la canalización y el mantenimiento de un catéter venoso central de acceso periférico.

 

RESULTADOS

Realización de la técnica:

⦁ Preparación del paciente.

– Se debe informar de forma adecuada al paciente de la técnica que se va a realizar. Con esto conseguimos una buena colaboración durante la realización de la técnica2,4.

– Hay que monitorizar el electrocardiograma antes, durante y después del procedimiento. Es muy importante una adecuada visualización, ya que durante la inserción, tanto de la guía como del catéter, se debe vigilar la aparición de arritmias. Registrar constantes vitales2,4.

– Colocar al paciente en posición decúbito supino o Trendelemburg, según permita la patología del paciente3,5.

– Valorar las venas de ambas extremidades superiores en la fosa antecubital. Se elegirá preferentemente el brazo derecho y las venas basílica, mediana y cefálica, en este orden, puesto que la vena basílica del brazo derecho es la de acceso más directo anatómicamente a la aurícula derecha, y por tanto, la introducción del catéter será presumiblemente más sencilla3,5.

– Aplicar el antiséptico de forma circular de dentro hacia fuera. La Clorhexidina tarda medio minuto en secarse, y la povidona yodada 2 minutos. En caso de tener que actuar rápido, se puede secar con gasas estériles, para evitar que el antiséptico penetre en el torrente sanguíneo3,5.

⦁ Preparación del personal3.

– Utilizar técnica estéril en todo momento. Esto implica que la enfermera responsable del procedimiento realizará lavado quirúrgico de sus manos, previa colocación de mascarilla y gorro. El secado de las manos se hará con compresas estériles y se colocará bata estéril.

⦁ Realización de la técnica.

– Colocar un empapador bajo el brazo elegido3.

– Preparar una mesa auxiliar con paños estériles y todo el material necesario. Aprovechar para revisar que no falta nada en el equipo de vía central3.

– Colocar paño fenestrado sobre el brazo y ampliar el campo estéril con otro paño, puesto que la longitud del catéter y de la guía hace que sea más complicado que no se salga del campo6.

– Canalizar vena mediante Abbocath. El mínimo será de nº18, ya que su es, puesto que, si es de menor grosor, no pasará la guía a través de su luz. Al contrario, si es un nº 14 o 16, facilitarán la posterior introducción del catéter, por el hecho de que actuarán como dilatadores6.

– Retirar el compresor para permitir la progresión de la guía (personal no estéril)6.

– Pedir la colaboración del paciente, haciendo que gire la cabeza hacia el lado de la punción, y empezar a introducir la guía a través del angiocatéter. La guía se presenta con la punta blanda, de forma curva, fuera de su introductor, por lo que se moviliza con el pulgar hasta que el final de la guía coincida con el extremo de plástico que se adaptará al angiocatéter. Después se introducirá con suavidad. Si se nota dificultad, se retrocede unos centímetros, se moviliza el brazo y se reintenta6.

– Retirar el compresor para permitir la progresión de la guía (personal no estéril)2,3.

– Pedir colaboración del paciente, haciendo que gire la cabeza hacia el lado de la punción, y comenzar a insertar la guía a través del angiocatéter. La guía se presenta con la punta blanda, en forma curva, fuera de su introductor, por lo que se moviliza con el pulgar hasta que el final de la guía coincida con el extremo de plástico que se adaptará al angiocatéter. Después se introduce con suavidad. Si se nota dificultad, se retrocede unos centímetros, se moviliza el brazo y se reintenta2,3.

– Vigilar el electrocardiograma en todo momento. Si aparecen arritmias, se retira la guía hasta que vuelva a la situación normal del paciente2,3.

– Hay que dejar fuera suficiente porción de guía como para poder manejarla con seguridad, sacar el angiocatéter a través de la guía1,2.

– Se desliza el dilatador a través de la guía. Al atravesar el tejido subcutáneo y la piel, se debe ejercer cierta fuerza. Si fuera necesario, se puede realizar un corte con un bisturí, en la zona de la punción, colocando el filo hacia arriba. Basta con introducir la punta del dilatador, puesto que en el brazo las venas están muy superficiales1,2.

– Retirar el dilatador y aplicar presión con una gasa sobre el punto de inserción5,6.

– Retirar el tapón de la luz distal del catéter, ya que la guía saldrá por ese punto, y empezar a introducir el catéter deslizándolo por la guía. No introducir el catéter en la vena hasta que la guía salga unos centímetros por la luz distal5,6.

– Mantener siempre sujeta la guía mientras se introduce el catéter suavemente5,6.

– Introducir hasta 40-45cm, y teniendo en cuenta que, si el brazo es el izquierdo, unos centímetros más. El catéter tiene medidas en su longitud final5,6.

– Retirar la guía con cuidado y comprobar el reflujo de sangre en las dos luces con jeringas de 10 ml, conectando después los equipos de suero ya purgados previamente en cada luz5,6.

⦁ Fijación del catéter

– Retirar la sangre del brazo y la zona de punción con suero fisiológico, y posteriormente aplicar el antiséptico seleccionado5,6.

– Para fijar el catéter se puede emplear Steri-strip, colocando una corbata alrededor del catéter, sin tapar el punto de inserción, más un apósito oclusivo estéril3,4.

– Retirar el material punzante y depositarlo en el contenedor adecuado3,4.

– Quitar el campo estéril, dejar al paciente en la posición más cómoda posible, y lavarse las manos3,4.

 

Complicaciones potenciales:

Existen de dos tipos:

⦁ Relacionada con la punción:

– Extrasístoles o arritmias: desencadenadas al introducir la guía. Generalmente, se resuelven espontáneamente al retirar esta3,4.

– Sangrado o hematoma: se resuelven al comprimir la zona2.

– Embolia gaseosa: riesgo inherente a toda punción. Para intentar evitarlo se debe purgar bien todo el catéter y realizar la punción en posición en Trendelenburg2.

– Lesiones nerviosas: por punción directa en el nervio o compresión de un hematoma2.

⦁ Relacionadas con el catéter:

– Infección: es la más frecuente y está en relación con el tiempo de uso y la manipulación2.

– Trombosis: existen factores que aumentan el riesgo de trombosis, como 2 o más punciones, el tipo de líquido infundido (el más frecuente, la nutrición parenteral) o estado de hipercoagulabilidad2.

– Obstrucción: puede ser total o parcial (imposibilidad de extraer o infundir) o parcial (imposibilidad de extraer) se produce por acúmulo de fibrina2.

– Desplazamiento accidental del catéter5.

– Rotura del catéter5.

Intervenciones enfermeras de vigilancia y control.

⦁ Controles: para disminuir la aparición de las complicaciones:

– Valorar la indicación de la inserción de un catéter venoso central5.

– Reconocimiento de factores de riesgo que puedan dificultar la canalización, tales como índice de masa corporal, obesidad, ventilación mecánica, arteriosclerosis grave, sepsis, arritmias ventriculares, EPOC, antecedentes de radioterapia, etc5.

– Colocación o supervisión por personal experto si se prevé dificultad5.

– Elección del sitio de inserción5.

– No realizar más de dos o tres intentos de venopunción5.

– No practicar cambios rutinarios de catéter para prevenir la infección5.

– Comprobación de la posición correcta del catéter mediante Rx de tórax. La posición más adecuada es en vena cava superior, tercer espacio intercostal4.

– Colocación y retirada del catéter en Trendelemburg4.

– Oclusión de la luz de la aguja durante la inserción4.

– Verificar el funcionamiento adecuado de las perfusiones4.

– Control de las complicaciones relacionadas con la punción o con el catéter4.

– Valorar diariamente la indicación del mantenimiento del catéter venoso central4.

⦁ Registro y observaciones de enfermería2,5.

Registro de todos los datos relacionados con el acceso y catéter en la gráfica de enfermería del servicio correspondiente:

– Tipo de catéter y nº de luces.

– Extremidad y vena de acceso.

– Fecha de acceso.

– Incidencias que surjan durante la inserción en el evolutivo de enfermería.

Vigilancia post-implantación.

– Monitorización de tensión arterial cada 2 horas durante las primeras 8 horas.

– Control de la zona de inserción por si existen hematomas. Si se presentan, poner apósito compresivo y frío local. Vigilar frecuentemente la aparición de sangrado.

– Elevar el cabecero de la cama si lo tolera el enfermo durante las primeras 6 horas.

– Administrar analgesia prescrita si lo precisa el paciente.

– Cura estéril a las 24 horas.

– Revisión del estado y permeabilidad de las luces del catéter y heparinización con preparado comercial en monodosis. Cada luz se debe heparinizar con una jeringa distinta.

– Registro de control y seguimiento.

 

Cuidados generales en el mantenimiento del catéter venoso central3,5:

– Higiene de manos: lavado higiénico de manos con agua y jabón y posteriormente solución hidroalcohólica o lavado antiséptico de manos.

– Manipular lo mínimo indispensable el catéter.

– Ponerse guantes estériles para cada manipulación.

– Posición adecuada y cómoda del paciente y del personal.

Cuidados del punto de inserción y cambio de apósito:

– Disponer del material necesario en mesa auxiliar.

– Poner guantes estériles.

– Retirar apósito.

– Cambio de guantes.

– Limpiar con suero salino empezando en el punto de inserción del catéter en forma circular. A continuación se procede con el antiséptico de la misma manera.

– Observar el punto de punción cada 24 horas.

– Usar apósito estéril, transparente y semipermeable.

– Cambiar apósito siempre que esté mojado, sucio o despegado.

– Poner la fecha de los cambios en un lugar visible.

– Proteger con gasa estéril las zonas de decúbito.

– No mojar el catéter con agua en el momento que se realiza el aseo del paciente.

– No aplicar pomadas antibióticas en el punto de inserción del catéter.

 

Cambio de sets de administración de fluidos y conexiones:

– Aplicar medidas estériles en el manejo de fluidos4,6.

– Se recomienda distribuir las luces4,6:

  • Luz distal: para la nutrición parenteral.
  • Luz media: sueroterapia y drogas.
  • Luz proximal: medicación intermitente.

– Cambiar los sistemas de suero cada 72 horas salvo que haya sospecha de infección. Rotular el sistema con fecha y hora del cambio4,6.

– No mantener las soluciones de infusión más de 24 horas1,3.

– Cambiar los sistemas de nutrición parenteral a las 24 horas del inicio de la perfusión. Rotular el sistema con la fecha y hora que fue cambiado1,3.

– Cambiar los sistemas de las emulsiones lipídicas a las 24 horas del inicio de la perfusión. Si la solución sólo contiene glucosa o aminoácidos, se cambiarán cada 72 horas1,3.

– Comprobar que la perfusión de sangre se realiza en un periodo no superior a 4 horas1,3.

– Conocer la compatibilidad de las soluciones si han de ser administradas por la misma luz del catéter1,3.

 

CONCLUSIONES

El desarrollo de una guía dirigida al personal de enfermería sobre la canalización y el manejo de un catéter venoso central de acceso periférico permite mejorar los resultados a la hora de la realización de la técnica como la prevención de aparición de complicaciones durante la inserción tanto como el mantenimiento de la vía. Al crear guías se capacita al personal de herramientas para realizar los cuidados de forma eficaz y detectar cualquier posible complicación.

 

BIBLIOGRAFÍA

  1. Olivia César O, Suriana Jiménez R, González Caro JM, Rodríguez Flores R. Cuidados de enfermería en el cateterismo venoso central de acceso periférico con catéter de doble luz multilumen mediante técnica de Sedlinger. Nure Investigation, nº 29, julio-agosto 07.
  2. Cateterización venosa central a través de acceso periférico antecubital. Recomendaciones para UCI y Urgencias del Hospital Cruces. Osakidetza. Versión: enero 2008.
  3. García Velasco, Sánchez. Morago S, Sánchez Coello Ma. Inserción de un catéter central periférico. Un procedimiento de enfermería. Rev. Metas Enf. 2201; 38:12-15.
  4. Martos Arroyo B, Arza Bilbao A, Revilla Domínguez C. La enfermería ante la infección de catéteres venosos centrales. Revista Oiñarri, septiembre 2007, número 52.
  5. Fernández del Palacio E. «Factores Predictivos De Complicaciones Asociadas a Catéteres Venosos Periféricos». Pd.D. Universidad Complutense de Madrid, 2015.
  6. Seisdedos Elcuaz R, Conde García MC, Castellanos Monedero JJ. «Infecciones Relacionadas con el Catéter Venoso Central en Paciente con Nutrición Parenteral Total». Nutrición Hospitalaria 27.3 (2017).

 

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