Hidatidosis. Artículo monográfico.

3 febrero 2023

AUTORES

  1. Noelia Concepción Marco Ruiz. Graduada en enfermería. Servicio Aragonés de Salud. Hospital Miguel Servet. Zaragoza. España.
  2. Yolanda Abad Frías. Servicio Aragonés de Salud. Hospital Miguel Servet. Zaragoza. España.
  3. Patricia Lorente Sánchez. Diplomada universitaria en Enfermería. E.P.A. Banco de Sangre y Tejidos de Aragón. Zaragoza. España.
  4. Elena Gracia Polo. Servicio Aragonés de Salud. Hospital Miguel Servet. Zaragoza. España.
  5. María Aránzazu Cabeza Garralaga. Graduada en enfermería. Servicio Aragonés de Salud. Centro de Salud Torreramona.

 

RESUMEN

La hidatidosis es una enfermedad parasitaria, transmitida al ser humano por animales. Se caracteriza por la formación de quistes hidatídicos y actualmente se encuentra controlada. A pesar de que su incidencia ha disminuido continúa siendo un problema importante de salud pública por su gravedad y por el impacto económico.

 

PALABRAS CLAVE

Hidatidosis, quistes hidatídicos.

 

ABSTRACT

Hydatidosis is a parasitic disease, transmitted to humans by animals. It is characterized by the formation of hydatid cysts and is currently controlled. Although its incidence has decreased, it continues to be an important public health problem due to its severity and economic impact.

 

KEY WORDS

Hydatidosis, hydatidic cysts.

 

DESARROLLO DEL TEMA

La hidatidosis humana o equinococosis, es una enfermedad zoonótica causada por el estadio larvario del cestodo Echinococcus granulosus.

Tiene una distribución mundial con elevada prevalencia en países del área mediterránea de Europa, norte y este de África, China, Suramérica y Australia1.

Se trata por tanto de una enfermedad zoonótica; caracterizándose éstas por ser aquellas en las que la enfermedad es transmitida al ser humano por animales. Las dos formas de mayor importancia y con relevante trascendencia a nivel médico y de salud pública son la equinococosis quística y la alveolar2.

La enfermedad se caracteriza fundamentalmente por la formación de quistes hidatídicos que pueden ser únicos o múltiples, habitualmente ovales o de forma esférica en el hospedador intermedio, los cuales van aumentando de tamaño de forma gradual pudiendo llegar a alcanzar gran tamaño en diferentes tejidos u órganos; provocando manifestaciones clínicas que dependerán del tamaño que hayan alcanzado y la interferencia que producen en la función del órgano afectado1.

En España, fue de declaración obligatoria (EDO) desde 1981 hasta 1996. En 1997 pasó a ser vigilada por las Comunidades Autónomas con hidatidosis endémica3.

Provoca una morbimortalidad importante y puede presentar cuadros clínicos graves que de no tratarse pueden ser letales e incluso muchos pacientes tratados experimentan un detrimento importante en su calidad de vida.

El grupo de referencia de la OMS sobre Epidemiología de la carga de morbilidad de transmisión alimentaria calculó en 2015 que la equimosis causa cada año 19.300 defunciones y una pérdida de 871.000 años de vida ajustados en función de la discapacidad2.

 

FISIOPATOLOGÍA:

El paciente ingiere los huevos en las heces de los animales (que pueden encontrarse en el pelaje de los perros o de otros animales), que se incuban en el intestino y liberan las oncosferas (formas inmaduras encerradas en una envoltura embrionaria). Las oncosferas penetran en la pared intestinal, migran a través de la circulación y se alojan en el hígado o los pulmones o, con menos frecuencia en encéfalo, huesos u otros órganos4.

 

CLÍNICA:

La hidatidosis suele permanecer silente a menos que los quistes crezcan y produzcan síntomas. Esto puede llevar muchos años, el crecimiento es de media de uno a cinco centímetros al año. Normalmente, el microorganismo da lugar a un quiste único, esta es la forma menos grave y de más sencillo tratamiento. Hasta un 20-40% de los casos los quistes son múltiples, por lo que la sintomatología no depende sólo del tamaño y número de quistes sino también del efecto masa que tenga lugar en el órgano afectado y la repercusión en los tejidos circundantes5. Se describen tres formas sindromáticas: síndrome tumoral (aumento de volumen del órgano afectado, compresión de órganos vecinos, masa palpable), síndrome doloroso (destrucción del parénquima afectado) y síndrome hipersensibilidad (prurito, urticaria, asma, shock y muerte)6. Los principales síntomas son el dolor abdominal, de predominio en epigastrio e hipocondrio derecho, y la hepatomegalia. En función de los lugares de implantación, las manifestaciones serán variadas. Se han descrito ictericia, anorexia y efecto masa en los quistes abdominales, y fracturas espontáneas o compresión vascular en la afectación ósea. La afectación del sistema nervioso central también puede dar lugar a vómitos, como parte de la clínica secundaria a la hipertensión intracraneal. Otros síntomas pueden ser las convulsiones o la ataxia5. Las complicaciones que se observan con mayor frecuencia son:

– Rotura del quiste, que puede ser a su vez contenida (ruptura solo del endoquiste, el cual se colapsa), comunicada (la presión del líquido hidatídico es mayor que la vía biliar o del árbol bronquial, por lo tanto, tienda a salir, pudiendo provocar una obstrucción de la vía biliar (ictericia obstructiva, colangitis), u originando los vómitos) y directa (se produce a la cavidad pleural o peritoneal, originando una siembra, y con un elevado riesgo de anafilaxia).

– Infección, que se divide en absceso frío (infección limitada al endoquiste, de escasa sintomatología, que se presenta como un cuadro solapado y progresivo. La adventicia limita el proceso infeccioso e impide su paso a la circulación sistémica), absceso agudo (cuadro séptico muy sintomático, fiebre alta en aguja, leucocitosis y con gran compromiso del estado general) y pioneumoquiste (infección por anaerobios, por lo que se observa gas en el interior del quiste. Es una infección de muy escasa ocurrencia)6.

 

DIAGNÓSTICO:

El diagnóstico de la hidatidosis se basa en los antecedentes epidemiológicos, el examen físico, el diagnóstico por la imagen y las pruebas serológicas. Se debería sospechar ante la presencia de una masa quística especialmente ubicada en abdomen o tórax, asociada a antecedentes epidemiológicos (lugar de origen, contacto con perros, familiar con diagnóstico de hidatidosis). En el caso de hidatidosis hepática, el método de elección para el diagnóstico es la ecografía debido a su mayor especificidad y sensibilidad. Debe considerarse este examen para el diagnóstico en pacientes sintomáticos, el control del tratamiento y el cribado en población de riesgo para detección de portadores asintomáticos en asociación a la serología7. TRATAMIENTO:

La cirugía sigue siendo el tratamiento de elección según los criterios conservadores en el tratamiento del parásito8.

La técnica que se emplea y la vía de abordaje dependen de la localización, del estado del quiste, de su tamaño y de la experiencia del equipo quirúrgico. Existen tratamientos alternativos y/o complementarios como son el empleo de derivados imidazólicos, siendo en la actualidad más utilizados los de tercera generación. El tratamiento con albendazol ha demostrado resultados promisorios y tiene sus mayores indicaciones en hidatidosis múltiples, en pacientes de alto riesgo quirúrgico o inoperables, en hidatidosis ósea, cuando el paciente rechaza la cirugía y como quimioprofilaxis pre y postoperatoria. Otra opción para el tratamiento de casos de hidatidosis, especialmente hepática, es la técnica de punción, aspiración, instilación y re-aspiración (PAIR). Las siglas de esta técnica derivan de los pasos involucrados en este procedimiento. La punción se efectúa bajo monitoreo ultrasonográfico, luego se aspira el contenido y se instilan agentes escolicidas dentro de la cavidad para luego respirar después de diez minutos de dejar actuar la solución. Con esta técnica, el tiempo de hospitalización es menor, lo que conlleva un menor gasto en comparación con la cirugía9.

Cualquiera sea el tipo de tratamiento establecido, el paciente debe tener un seguimiento estricto para el control evolutivo. Debe realizarse algún estudio por imágenes: ecografía, TAC o radiografía cada 3 a 6 meses. Las modificaciones pueden observarse rápidamente o al cabo de varios meses. El seguimiento por técnicas serológicas (ELISA, HAI, etc.) puede ser de cierta utilidad en algunos pacientes10.

 

CUIDADOS DE ENFERMERÍA:

Como en todos los problemas de salud, el papel de enfermería tiene un gran peso en la educación para la salud de la población y, por tanto, en la mejora de estos problemas.

Respecto a la Hidatidosis, al tratarse de una enfermedad zoonótica, se ha observado que tiene una gran importancia el elevar el nivel de conocimientos sobre todo en escolares de zonas rurales mediante programas educativos; los cuales se podrían desarrollar con charlas educativas y mediante la elaboración y difusión de una guía sanitaria en la que quedarán claros conceptos claves sobre la transmisión de la enfermedad.

 

BIBLIOGRAFÍA

  1. Gobierno de Aragón. Protocolo de vigilancia de hidatidosis [Internet] [actualizado en septiembre 2016][Consultado 05 nov 2022] Disponible en: https://www.isciii.es/QueHacemos/Servicios/VigilanciaSaludPublicaRENAVE/EnfermedadesTransmisibles/Documents/PROTOCOLOS/Protocolo%20de%20Vigilancia%20de%20Hidatidosis.pdf
  2. OMS.Equinococosis. [Internet] [actualizado el 23 de Marzo 2020] [Consultado 05 Nov 2022] Disponible en: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/echinococcosis
  3. Pardo J,Muro A,Galindo I,Cordero M,Carpio A,Siles-Lucas M.Hidatidosis en la provincia de Salamanca ¿Debemos bajar la guardia?. Enferm Infecc Microbiol Clin. [Internet] 2005. [Consultado 05 Nov 2022]; 23(5): 266-9. Disponible en: https://www.elsevier.es/es-revista-enfermedades-infecciosas-microbiologia-clinica-28-articulo-hidatidosis-provincia-salamanca-debemos-bajar-13074966
  4. Chelsea M,Petri W .ManualMSD [Internet]. University of Virginia. [Consultado 18 Nov 2022] Disponible en: https://www.msdmanuals.com/es-es/professional/enfermedades-infecciosas/cestodos-tenias/hidatidosis
  5. Armiñanzas C., Gutiérrez-Cuadra M. and Fariñas M.C. Hidatidosis: aspectos epidemiológicos, clínicos, diagnósticos y terapéuticos. Rev Esp Quimioter [Internet] 2015 [Consultado 04 Nov 2022]; 28(3). Disponible en: http://www.seq.es/seq/0214-3429/28/3/completo.pdf
  6. Gabriela Vera M, Francisco Venturelli M, José Ramírez T, Aliro Venturelli L. Hidatidosis humana. Cuadernos de Cirugía. [Internet] 2003 [Consultado 04 Nov 2022]; 17: 88-94. Disponible en: http://revistas.uach.cl/pdf/cuadcir/v17n1/art14.pdf
  7. Pinto G P.P. Diagnóstico, tratamiento y seguimiento de la hidatidosis. Rev Chil Cir.2017;69(1):94-98.
  8. Disponible en: https://www.elsevier.es/es-revista-revista-chilena-cirugia-266-articulo-diagnostico-tratamiento-seguimiento-hidatidosis-S0379389316301399
  9. Larrieu E., Frider B., Carpio M., Salvitti J.C., Mercapide C., Pereyra R., et al. Portadores asintomáticos de hidatidosis: epidemiología, diagnóstico y tratamiento Asymptomatic carriers of hydatidosis: epidemiology, diagnosis, and treatment. Rev Panam Salud Publica [Internet]. 2000 [consultado 4 octubre 2022]; Disponible en: https://www.scielosp.org/article/rpsp/2000.v8n4/250-256/es/
  10. Muñoz C del V P. Comentario Editorial: Diagnóstico y tratamiento de la hidatidosis. Rev Chil Infect [Internet]. 2007 [consultado 4 octubre 2022];24(2):153–4. Disponible en: https://scielo.conicyt.cl/pdf/rci/v24n2/art11.pdf
  11. Freilij H. Comentario editorial: Tratamiento de la hidatidosis. Archivos argentinos de pediatría. [Internet]. 2002 [consultado 4 octubre 2022];100(3). Disponible en: https://www.sap.org.ar/docs/publicaciones/archivosarg/2002/436.pdf

 

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