Ictus. Artículo monográfico.

3 septiembre 2022

AUTORES

  1. Ruth Gil Ortega. TCAE Hospital Universitario Miguel Servet Zaragoza.
  2. Raquel Gallardo Cantín. TCAE Hospital Universitario Miguel Servet Zaragoza.
  3. Mercedes Erro Gómez. TCAE Hospital Universitario Miguel Servet Zaragoza.
  4. Sara Ferrer Gonzalo. TCAE Hospital Universitario Miguel Servet Zaragoza.
  5. Noelia Leante Zorro. TCAE Hospital Universitario Miguel Servet Zaragoza.
  6. Sergio Gómez Sevillano. TCAE Hospital Universitario Miguel Servet Zaragoza.

 

RESUMEN

El ictus es la primera causa de mortalidad entre las mujeres españolas y la segunda en los varones. Fallecen en Europa casi 700.000 anualmente por esta causa. El ictus es una enfermedad cerebro vascular y se produce porque se obstruye o se rompe una arteria cerebral. La sangre no llega al cerebro en la cantidad necesaria y, por lo que, a las células no les llega el oxígeno, dejando de funcionar. Al ictus también se le conoce como Accidente Cerebro Vascular (ACV), embolia o trombosis. Esta enfermedad es más frecuente a partir de los 55 años y su riesgo aumenta proporcionalmente con la edad. La Organización Mundial de la Salud (OMS) cree que teniendo en cuenta que en el año 2050 la población mayor de 65 años representará el 46% del total, casi la mitad podría sufrir un accidente cerebro vascular. Los factores de riesgo son la hipertensión arterial, cardiopatías, la obesidad, la diabetes mellitus, la dislipemia, el sedentarismo, el tabaquismo y el consumo de alcohol1.

 

PALABRAS CLAVE

Ictus, accidente cerebrovascular, accidente isquémico transitorio.

 

ABSTRACT

Stroke is the leading cause of mortality among Spanish women and the second among men. Almost 700,000 die in Europe annually from this cause. Stroke is a cerebrovascular disease and occurs because a cerebral artery is blocked or ruptures. The blood does not reach the brain in the necessary quantity and, therefore, the cells do not receive oxygen, stopping to function. Stroke is also known as Cerebrovascular Accident (CVA), embolism or thrombosis. This disease is more frequent after 55 years of age and its risk increases proportionally with age. The World Health Organization (WHO) believes that taking into account that in 2050 the population over 65 years of age will represent 46% of the total, almost half could suffer a stroke. Risk factors are high blood pressure, heart disease, obesity, diabetes mellitus, dyslipidemia, sedentary lifestyle, smoking and alcohol consumption1.

 

KEY WORDS

Ictus, cerebrovascular accident, transient ischemic attack.

 

DESARROLLO DEL TEMA

Esta patología es una enfermedad silenciosa, que hasta que no se manifiestan unos síntomas concretos nadie sospecha que pueda padecer un ictus.

Si más personas conocieran los signos y síntomas las consecuencias serían menores al poder actuar rápidamente.

En cada Comunidad Autónoma está implantado un código Ictus, se activa un protocolo de actuación de todo un equipo multidisciplinar formado y preparado para recibir al paciente con posible ictus agudo y realizar una batería de pruebas para su rápido diagnóstico y tratamiento.

Tan importante como el tratamiento rehabilitador físico es el tratamiento psíquico del paciente y el apoyo psicológico a éste y sus familiares por parte del servicio de salud mental y su equipo.

 

Historia de la enfermedad:

Según estudios de la Sociedad Española de Neurología el ictus y la apoplejía están interrelacionados y se estudian juntos desde el siglo XIX. El término ictus viene del latín ico (golpe) y lo relacionaban con la brusquedad del inicio del ataque (ictus epiléptico, ictus cordis, ictus apopléctico…). Y la palabra „apoplejía‟, que viene del griego apoplexia (golpeado con violencia) se aplicaba a los “síntomas de intensidad” (pérdida súbita del conocimiento, del movimiento o de la sensibilidad).

Gracias a los maestros franceses que contribuyeron en el siglo XIX al progreso de la medicina con la aportación de la nueva mentalidad “anatomo-clínica” neurológica como la figura de J.M. Charcot (1825-1893), que fue el fundador de la neurología clínica clásica, y por la proximidad geográfica, los neurólogos catalanes y españoles recibieron en la primera mitad del siglo XX, todos los conocimientos de sus compañeros franceses.

Los ictus con pérdida de conciencia y la hemiplejía sin pérdida de la conciencia eran las principales formas clínicas documentadas. Se practicaban sangrías y se indicaba el tratamiento con sanguijuelas en determinadas circunstancias.

  • Definición y tipos:

Un ictus es la alteración súbita de la circulación de la sangre al cerebro. La interrupción del flujo sanguíneo puede ser el taponamiento (la mayoría de los casos) o la rotura de una arteria cerebral. Existen dos tipos de ictus 6:

  • Isquémico: representa un 85% de los casos. Se produce por una falta de riego, es decir el flujo de sangre que debería llegar al cerebro no es el adecuado debido a la presencia de un trombo en una arteria cerebral; frecuentemente este trombo se origina en el corazón y se desplaza hasta el cerebro. Así que se produce un infarto cerebral, situación dónde no hay marcha atrás ya que deja graves consecuencias en el paciente. Debido a la falta de sangre (y por tanto de oxígeno y nutrientes) se produce la muerte celular de una zona del cerebro.
  • Hemorrágico: representa el 15 %de los ictus y como bien dice el nombre se La sangre se va acumulando en el cerebro, daña el tejido y deja graves secuelas. El pronóstico en este caso es peor, siendo la tasa de mortalidad muy elevada.

El tiempo de respuesta es muy importante, ya que se trata de una enfermedad aguda que afecta al cerebro y puede comprometer una o más funciones cognitivas, motoras y sensitivas, entre otras.

  • Signos y síntomas:
  • Pérdida de fuerza súbita e inesperada: se puede producir en la cara, brazo y/o pierna de un lado del cuerpo. El lado del cuerpo (derecho o izquierdo) afectado dependerá de la zona del cerebro dañada.
  • Trastornos de la sensibilidad: como la sensación de “acorchamiento u hormigueo” también en cara, brazo y/o pierna de un lado del cuerpo.
  • Pérdida parcial o total de la visión, en uno o ambos ojos.
  • Alteración repentina del habla, lo que se conoce como afasia; se trata de la dificultad para expresarse, lenguaje difícil de articular, incoherente.
  • Dolor de cabeza, de gran intensidad y sin motivo aparente.
  • Sensación de vértigo, inestabilidad, pérdida del equilibrio o caídas bruscas inexplicadas.
  • Causas:

No solo existe un factor de riesgo de ictus ya que los factores dependientes del estilo de vida y por lo tanto, modificables y que debemos controlar para su prevención son:

  • Arteriosclerosis.
  • Estrés.
  • Fumar.
  • Hipertensión arterial.
  • Obesidad.
  • Niveles de colesterol alto.
  • Diabetes.
  • Falta de actividad física.
  • Sedentarismo.
  • Alcohol.
  • Diagnóstico y tratamiento.

El código ictus se activará con la llamada del 061 Aragón o con la identificación en el triaje de pacientes con focalidad neurológica, lo que pondrá en marcha una serie de procedimientos protocolizados que permitirán la rápida realización de la valoración clínica y pruebas diagnósticas. El objetivo es evaluar, decidir y administrar el tratamiento dentro de los 45 primeros minutos (óptimo, menos de 30 min) tras la llegada del paciente al servicio de urgencias del hospital.

La evaluación general y neurológica son las actuaciones inmediatas tras la llegada al hospital. Las pruebas de neuroimagen, en concreto el TAC craneal, permite excluir otras etiologías y distinguir entre ictus isquémico e ictus hemorrágico. Se aplicará el protocolo específico, monitorización, ECG, Rx, Historia Clínica, exploración, Glucosa y el INR (tiempo de protrombina), extracción analítica y vía venosa4,5.

 

1. Tratamiento médico-farmacológico:

El tratamiento del ictus debe devolver el flujo sanguíneo y prevenir que vuelva a suceder. Esto disminuye la mortalidad y mejora la evolución. Durante la fase aguda, el tratamiento consiste en que los trombos formados se disuelven. Se puede realizar de varias maneras:

  • Tratamiento farmacológico. Se aplican fármacos fibrinolíticos por vía venosa y, a veces, arterial.
  • Tratamiento quirúrgico. A veces, es necesario realizar una intervención quirúrgica para extirpar la placa de ateroma formada o dilatar la arteria mediante stent. Se introduce un catéter cuya punta termina en un pequeño balón inflable y al hincharse, comprime la placa contra las paredes arteriales.
  • Cuando el ictus es hemorrágico, se realizará la embolización del aneurisma con sustancias que taponan las arterias dañadas e impiden que vuelva a romperse.
  • Hipotermia. La hipotermia es el neuroprotector ideal, se ha comprobado que al aumentar la temperatura se destruyen más neuronas en la zona isquémica.

Es fundamental prevenir y tratar los factores de riesgo para evitar la aparición de nuevos episodios: hipertensión arterial, enfermedades cardiacas, diabetes mellitus, obesidad, alcohol etc.

 

2. Tratamiento rehabilitador; La rehabilitación es un proceso limitado en el tiempo y orientado por objetivos, dirigido a permitir que personas con diversidad funcional consigan un nivel funcional mental, físico y social óptimo, y a proporcionarles las herramientas para cambiar su propia vida. La rehabilitación del paciente con ictus tiene como objetivo fundamental tratar la discapacidad para conseguir la máxima capacidad funcional posible en cada caso y facilitar la independencia y la reintegración en el entorno familiar, social y laboral. Este objetivo se consigue mediante la coordinación de un equipo multidisciplinar (médicos, enfermeras, TCAEs, fisioterapeutas, logopedas, terapeutas ocupacionales y trabajadores sociales) coordinado por el Médico Especialista en Rehabilitación y Medicina Física. Este proceso debería iniciarse lo antes posible durante el ingreso hospitalario, una vez que el paciente se encuentre estable4,5.

A nivel ambulatorio el paciente puede continuar o comenzar la rehabilitación en alguno de los siguientes ámbitos :

  • Centro de larga estancia: para pacientes con condiciones parecidas a las de hospitalización, con poco o nulo apoyo socio familiar para prever la vuelta al domicilio a medio plazo.
  • Hospital de día de rehabilitación: en pacientes médicamente estables que tienen apoyo socio familiar para evitar el ingreso en un centro de larga estancia, pero no es suficiente para ser atendidos durante el día en el domicilio.
  • Rehabilitación ambulatoria: para pacientes estables, sin problemas cognitivos destacables, con discapacidades leves/moderadas en una o dos áreas funcionales, con buen apoyo socio familiar y posibilidad de desplazamiento al servicio de rehabilitación.
  • Atención de rehabilitación domiciliaria: para pacientes con discapacidad moderada/grave y apoyo socio familiar suficiente para poder estar en el domicilio, con dificultades de desplazamiento al servicio de rehabilitación de asistencia primaria.
  • Prevención:

Algunos factores de riesgo, por su naturaleza no pueden modificarse. Es el caso de la edad, el sexo), la raza…Por el contrario, afortunadamente hoy día, podemos actuar sustancialmente sobre los factores de riesgo más importantes, y con ello, reducir el número de personas que sufrirán un Ictus cada año. El mejor tratamiento de que disponemos para las enfermedades cerebro vasculares es la prevención adecuada y ésta comienza por cambiar nuestro estilo de vida por uno más saludable 3,7.

  • Hipertensión arterial; es el factor de riesgo más importante hay que moderar el consumo la sal en la dieta.
  • Tabaco; el consumo de tabaco provoca la obstrucción de las arterias del cerebro y la nicotina eleva la tensión arterial. Cómo es difícil dejar de fumar se puede pedir ayuda en el centro de salud.
  • Diabetes; el aumento de glucosa en sangre es perjudicial para las arterias y produce complicaciones que aumentan el riesgo de sufrir un Ictus. Por eso es importante seguir el tratamiento y la dieta indicados.
  • Colesterol; las grasas hacen que aumenten las lesiones en las arterias. Mejor comer cualquier clase de pescado, arroz, legumbres, verduras, frutas y lácteos desnatados. Utilizar aceite de oliva y evitar la bollería industrial, los quesos curados y las conservas.
  • Ejercicio físico, el ejercicio moderado mejora el funcionamiento del aparato locomotor, cardiovascular y el bienestar mental.

La adquisición de unos hábitos de vida en las personas con factores de riesgo vascular puede disminuir la creciente incidencia del ictus. Además de tener en cuenta la edad y el sexo hay que prestar especial atención a los siguientes factores de riesgo modificables como la hipertensión, tabaquismo y el colesterol elevado. La adquisición lo antes posible de estilos de vida como la alimentación saludable, el ejercicio físico, dejar de fumar, perder peso, etc. puede retrasar la necesidad de tomar medicamentos. Además, aquellas personas con diabetes y obesidad el riesgo de padecer un ictus es mayor que la población general, debido al conjunto de factores de riesgo que presentan y que incrementan la probabilidad de padecerlo. Por otro lado, hay que aconsejar también a personas jóvenes cuyo riesgo absoluto es bajo (por la edad) de que éste puede encubrir un riesgo alto y modificable. Para concienciar a los pacientes de que pueden reducir la probabilidad de sufrir esta enfermedad, la educación para la salud a través de un programa de prevención del ictus puede ser una buena manera de realizarlo. De todos modos, la introducción de estilos de vida saludables desde la infancia se considera una buena manera de prevenir en la edad adulta esta enfermedad.

 

CONCLUSIONES

Ante una enfermedad de esta magnitud, es muy importante que la población esté informada sobre las actuaciones que han de llevarse a cabo en caso de que una persona o familiar comience a padecer síntomas propios del Ictus. El problema radica en que gran parte de la población desconoce cómo tratar esta enfermedad, por lo que considero de especial importancia exponer sus síntomas, así como el proceso a seguir cuando esta situación se presenta

El ictus es una enfermedad cerebral que presenta una gran magnitud de afectación en la sociedad actual. Sus consecuencias no solo tornan en el aspecto físico, sino también propicia numerosas necesidades sociales, conduciendo a la aparición de discapacidad o dependencia.

El tipo de ictus más predominante es el AIT. Y los factores de riesgo más frecuentes son el exceso de peso, la HTA y la dislipemia, los cuales habría que priorizar en el programa de Educación para la Salud. Por lo que tenemos que trabajar la prevención secundaria de manera rigurosa, para evitar que aparezcan nuevos ictus recurrentes que tienen peores consecuencias.

 

BIBLIOGRAFÍA

  1. AIDA – ICTUS – Asociacion Ictus de Aragon [Internet]. Asociacion Ictus de Aragon – AIDA Asociación ictus de Aragón. Asociación Ictus de Aragón; 2021. Disponible en: https://ictusdearagon.es/aida-2/ictus
  2. Vídeos para pacientes y cuidadores del Gobierno de Aragón. Consultable en: Youtube. Canal del Gobierno de Aragón.
  3. Fernández Doblado M. El cuidado y la promoción de la autonomía personal tras un ictus. Manual para el cuidador. Dirección General de Atención a la Dependencia. Gobierno de Aragón, 2010. Consultable en: https://www.sarela.org/uploads/media_items/el-cuidado-y-la-promoci%C3%B3n-de-la-autonom%C3%ADapersonal-tras-un-ictus.original.pdf
  4. Balcells M. Historia General de la Neurología. Grupo Saned: Esplugues de Llobregat; 2009.
  5. Enfermedades Vasculares del Sistema Nervioso [Internet]. Neurowikia.es. Disponible en: http://www.neurowikia.es/content/enfermedades-vasculares-l-sistema-nervioso
  6. I+d C. ICTUS ISQUÉMICO Y HEMORRÁGICO [Internet]. Clinica-id.com. Disponible en: http://www.clinica-id.com/ictus-isquemico-y-hemorragico
  7. Causas por las que se puede repetir un ACV o ictus [Internet]. Blogdefarmacia.com. 2015. Disponible en: https://www.blogdefarmacia.com/causas-por-las-que-se-puede-repetir-un-acv-o-ictus

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