AUTORES
- Lavinia Elena Fintoiu. Diplomada en Enfermería. Hospital Universitario Miguel Servet.
- Sandra Casbas Callaved. Diplomada en enfermería. Hospital Universitario Miguel Servet.
- Isabel López Raymundo. Graduada en enfermería. Hospital Universitario Miguel Servet.
- María Domingo Zaera, Graduada en enfermería, Hospital Universitario Miguel Servet.
- Marina Martínez Moliner, Graduada en enfermería. Hospital Universitario Miguel Servet.
- Isabel De Francisco Castejón. Graduada en enfermería. Hospital Royo Villanova.
RESUMEN
El consumo de alcohol en la mujer gestante desencadena un problema de salud pública, en los países subdesarrollados o en los muy industrializados, así como España la prevalencia es bastante alta, un tercio de las mujeres gestantes consume alcohol².
Este hábito se asocia a consecuencias negativas para la salud materno-fetal, causando problemas en periodo embrionario, fetal y postnatal.
Los efectos negativos sobre la mujer gestante se relacionan con abortos, desprendimientos prematuros de placenta, parto prematuro, Síndrome alcohólico Fetal, Trastorno Del Espectro alcohólico Fetal y síndrome de abstinencia neonatal³.
Los efectos negativos sobre el bebé son: microcefalias, retraso de crecimiento, alteraciones del sistema nervioso central, retraso mental, alteraciones de la marcha y de la conducta, problemas de comportamiento y atención, cambios en la forma de la cara, anomalías cardiacas¹.
PALABRAS CLAVE
Consumo de alcohol, exposición prenatal, feto, embarazo, alcohol.
ABSTRACT
Alcohol consumption in pregnant women triggers a public health problem, in underdeveloped or highly industrialized countries, as well as Spain, the prevalence is quite high, one third of pregnant women consume alcohol².
This habit is associated with negative consequences for maternal-fetal health, causing problems in the embryonic, fetal, and postnatal period.
The negative effects on pregnant women are related to miscarriages, placental abruptions, premature labor, Fetal Alcohol Syndrome, Fetal Alcohol Spectrum Disorder, and neonatal abstinence syndrome³.
The negative effects on the baby are microcephaly, growth retardation, central nervous system disorders, mental retardation, gait and behavior disorders, behavior and attention problems, changes in the shape of the face, heart abnormalities¹.
KEY WORDS
Alcohol consumption, prenatal exposure, fetus, pregnancy, alcohol.
INTRODUCCIÓN
El alcohol es una de las principales drogas de consumo legal, en población de diferentes edades y culturas. La OMS estima que cada año se producen 3 millones de muertes debidas al consumo nocivo de alcohol, siendo el alcohol un factor causal de más de 200 enfermedades y trastornos.
El consumo de alcohol o alcoholismo es considerado una enfermedad drogodependiente. Se manifiesta como una necesidad de consumo continuado de una sustancia que desarrolla tolerancia y posterior síndrome de abstinencia en el caso de dejar de consumirla⁷.
Esta drogodependencia presenta consecuencias a nivel individual, familiar y social.
OBJETIVO
El objetivo es conocer las consecuencias sobre la mujer embarazada y el feto, identificar el perfil de la embarazada consumidora de alcohol, conocer los efectos sobre el embarazo, parto y postparto y cómo poder evitar las tasas altas de consumo, en este colectivo⁴.
METODOLOGÍA
Se ha realizado una revisión narrativa de las últimas evidencias científicas de revistas indexadas Scielo, Cochrane Library, Who.int OMS 2022, MedLine Pus.
RESULTADOS
El alcohol es una droga que inhibe progresivamente las funciones cerebrales. El alcohol que se ingiere a través de una bebida se va absorbiendo en el aparato digestivo y desde ahí pasa a la circulación sanguínea donde puede permanecer varias horas, en concreto hasta unas 18 horas. Cuando una mujer embarazada bebe alcohol, éste viaja por vía sanguínea y llega a la sangre, los tejidos y los órganos del bebé. El alcohol se descompone mucho más lentamente en el cuerpo del bebé que en un adulto. Eso significa que el nivel de alcohol en la sangre del bebé permanece elevado por más tiempo que en la madre. Esto puede perjudicar al bebé y algunas veces puede llevar a que se produzca un daño de por vida³. El alcohol durante el embarazo provoca anomalías que dan lugar al síndrome de alcoholismo fetal². En la actualidad el alcohol es el principal agente teratógeno y la principal causa de déficit mental congénito. El alcohol atraviesa la barrera placentaria, por ello, cualquier cantidad de alcohol que ingiera la mujer embarazada, supone un riesgo muy importante para el feto. Su consumo en el embarazo puede producir un conjunto de efectos en la salud del feto que se ha denominado Trastornos del Espectro Alcohólico Fetal (TEAF)². Entre las manifestaciones dismorfológicas del TEAF se encuentra la microcefalia, fisuras palpebrales, raíz nasal plana, surco en forma de doble carril en los pabellones auriculares, nariz respingona, filtrum liso y labio superior fino. También el retraso de crecimiento es muy frecuente en el TEAF, el punto de corte es el percentil 10 tanto en talla como en peso, que puede persistir durante la niñez, pero que se va atenuando en la adolescencia. El TEAF presenta un amplio abanico de deficiencias, muchos de los niños con trastorno alcohólico fetal están diagnosticados de TDAH, aunque la sintomatología suele ser más compleja y heterogénea, y presentan peor evolución asociada con otras enfermedades psiquiátricas³. La falta de marcadores biológicos y, en muchos casos, la dificultad para documentar con certeza la ingesta de alcohol, dificulta el diagnóstico y es la causa de que el TEAF esté, muy probablemente, infradiagnosticado. La exposición prenatal al alcohol interfiere en el desarrollo cerebral por distintos mecanismos que incluyen la proliferación y la migración neuronal, la regulación de factores de transcripción, hipoxia y muerte celular. Estas alteraciones se traducen en la neuroimagen en hallazgos diversos, fundamentalmente disminución del volumen cerebral global, adelgazamiento de la corteza cerebral, anomalías del cuerpo calloso, ganglios basales el hipocampo 18.
Estos efectos nefastos siguen siendo a menudo ignorados; el período de máxima vulnerabilidad es el primer trimestre del embarazo, pero los estudios epidemiológicos y experimentales han demostrado que la toxicidad del alcohol está presente durante toda la gestación. En el primer trimestre se afectan la migración, la proliferación y la organización de las células del cerebro; en el último trimestre, las lesiones atañen sobre todo al cerebelo, el hipocampo y el córtex prefrontal.
El consumo durante el embarazo afecta la salud de la madre y del producto por que atraviesa la barrera placentaria. Numerosos estudios han señalado que tanto el alcohol como su asociación con otras drogas durante la gestación causan diversos problemas tanto para la madre y el niño, no solamente durante su periodo embrionario y fetal, si no también durante el resto de sus vidas, con alteraciones en procesos de aprendizaje y conductuales⁶. La OMS (2016) recomienda la abstinencia de alcohol cuando se está concebiendo, porque no hay evidencias de un periodo seguro en el que se pueda consumir durante el embarazo). Pese a estas advertencias muchas embarazadas siguen consumiendo alcohol aun conociendo su estado. En la mayoría de los casos donde se da el consumo de alcohol es en la población de jóvenes menores de 25 años, que no trabajan, no tienen pareja estable y son dependientes económicamente. La educación prenatal es clave y se tendría que dar a todas embarazadas, presentándoles los efectos graves que tiene el alcohol sobre su organismo y el de sus bebés. Los profesionales sanitarios tienen un papel esencial en la identificación temprana de las gestantes consumidoras de alcohol mediante el uso de cuestionarios validados, así como en la toma de decisiones apropiadas para el tratamiento y su seguimiento individualizado, incluyendo la intervención breve⁷. Las enfermeras son, en muchos casos, la puerta de entrada al sistema sanitario por la cercanía con la que son percibidas por parte del usuario. Es por ello por lo que pueden considerarse como la base a partir de la cual se desencadenan una serie de actuaciones con el fin de mejorar la calidad de vida de las gestantes y sus futuros hijos. Además, la enfermería de Atención Primaria se muestra como un elemento clave de esta intervención, pues es en este medio donde se dan las condiciones idóneas para que estos profesionales puedan llevar a cabo un seguimiento estrecho con las mujeres gestantes en general y con aquellas que sean consumidoras de alcohol en particular⁷.
CONCLUSIÓN
El objetivo principal de este programa es lograr un mejor control de la mujer embarazada consumidora de alcohol. Una de las causas más graves del consumo durante el embarazo, es el trastorno del espectro alcohólico fetal (déficit y problemas de neurodesarrollo) TEAF, se asocia a daños físicos, malformaciones, disfunciones de comportamiento o discapacidades neurocognitivas (Coons, Whatson, Yantzi, Lightfoot& Larocque 2017).En conclusión, el TEAF es un trastorno prevalente e infradiagnosticado y constituye la primera causa de trastorno del neurodesarrollo adquirida y evitable. Los TEAF son prevenibles si la mujer no bebe alcohol durante el embarazo. Las importantes repercusiones a nivel personal, familiar y social implican la necesidad de aumentar el conocimiento e intentar establecer marcadores clínicos que permitan la detección, diagnóstico e intervenciones terapéuticas basadas en estudios controlados. Asimismo, la prevención debe ser una prioridad para las autoridades sanitarias.
Punto fundamental
La detección precoz del consumo materno de alcohol es una necesidad de salud pública. Debe promover el mensaje «nada de alcohol durante el embarazo»⁵.
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- Fuente del contenido: Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, Centro Nacional de Defectos Congénitos y Discapacidades del Desarrollo (NCBDDD).
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