AUTORES
- Marina Carranza Abòs. Graduada en Enfermería. Servicio Aragonés de Salud.
- Raluca Ioana Rapciuc. Graduada en Enfermería. Institut Catalá de la Salut.
- Raúl Moreno García. Graduado en Enfermería. Hospital Clínico Lozano Blesa, Zaragoza.
- Pilar Santolaria Pelegrín. Graduada en Enfermería. Hospital San Jorge, Huesca.
- María Victoria Gimeno Hernández. Graduada en Enfermería. Hospital Clínico Lozano Blesa, Zaragoza.
- Beatriz Ballano Alvira. Graduada en Enfermería. Servicio Aragonés de Salud.
RESUMEN
La conjuntivitis es una afección ocular que causa la inflamación de la conjuntiva y puede ser de tipo bacteriana o vírica. La mayoría de las conjuntivitis son de tipo víricas. Debido a la alta propagación y facilidad de contagio, es importante conocer las medidas que se deben tomar para evitar el contagio masivo de los pacientes, así como dar una educación sanitaria de manera que se lleve a cabo una adecuada prevención.
PALABRAS CLAVE
Conjuntivitis vírica, tratamiento, prevención.
ABSTRACT
Conjunctivitis is an eye condition that causes inflammation of the conjunctiva and can be bacterial or viral. Most conjunctivitis is viral. Due to the high spread and ease of contagion, it is important to know the measures that must be taken to avoid massive contagion of patients, as well as to provide health education so that adequate prevention is carried out.
KEY WORDS
Viral conjunctivitis, treatment, prevention.
INTRODUCCIÓN
La conjuntivitis es una afección ocular que conlleva una inflamación o infección de la membrana llamada conjuntiva, acompañada de la secreción de vasos sanguíneos, secreción ocular y dolor. Esta membrana que recubre el párpado y cubre la superficie expuesta de la esclerótica, tiene como función proteger al globo ocular de agentes extraños y también interviene en la formación de lágrimas, así como en la defensa inmunológica del propio ojo. Generalmente, la causa principal de esta enfermedad es la presencia de un virus o bacteria 1 y la manera de averiguar su origen etiológico suele ser sencilla, mediante la realización de una anamnesis exhaustiva y un examen ocular.
Se estima que el 75% de las conjuntivitis infecciosas son de tipo vírica 2. No obstante, en algunos casos es necesario realizar un cultivo para establecer un diagnóstico definitivo, así como un tratamiento lo más adecuado posible.
Se estima que más del 80% de los casos de conjuntivitis aguda no es diagnosticada por oftalmólogos, y que alrededor del 60% 1 reciben una receta de gotas antibióticas como tratamiento.
Dado que se trata de una afección bastante molesta y que puede afectar a la visión de la persona que la padece, su tratamiento está enfocado a paliar la sintomatología presentada.
Un diagnóstico precoz y adecuado es muy importante para tratar la enfermedad de manera correcta, por lo que es crucial diferenciar la etiología. La primera causa más común de la conjuntivitis es una infección de tipo vírica, y la segunda la infección bacteriana.
La inyección conjuntival o lo que se conoce comúnmente como “ojo rojo” 1 es una presentación que comparten muchas enfermedades, y que además puede serlo de afecciones oculares graves como queratitis o escleritis. Es de vital importancia obtener la historia ocular de los pacientes que presentan conjuntivitis de manera que se pueda diferenciar si es de origen infeccioso o no.
Por un lado, debemos obtener información del inicio y duración de los síntomas, lateralidad, deterioro de la visión, si hay o no presencia de picazón, historial de uso de lentes de contacto, presencia de compañeros de viaje como infección reciente de las vías respiratorias superiores, sinusitis y linfadenopatía; episodios previos de conjuntivitis; alergias sistémicas y medicación; y antecedentes de exposición a agentes químicos 1.
La conjuntivitis viral es la causa más frecuente de conjuntivitis de tipo infecciosa y suele ser secundaria a la inoculación de adenovirus en la superficie ocular. Con menos frecuencia otros virus causantes suelen ser; virus del herpes simple (HSV), el virus de la varicela zoster (VZV) y el enterovirus.
Se estima que el 90% de casos de conjuntivitis viral en el mundo son causados por el adenovirus 2 y cuya manifestación ocular más grave es la queratoconjuntivitis epidémica 3.
La conjuntivitis viral aguda comúnmente es causada por diferentes serotipos de adenovirus, virus del herpes o virus varizela-zoster. Con menor frecuencia es también causada por enfermedades sistémicas.
Este tipo de conjuntivitis suele ser benigna y desaparecer en cuestión de pocas semanas, aunque puede afectar a población de cualquier tipo de edad. Debido a su alto poder de infección, ha sido causa de brotes epidémicos en el mundo.
En algunos de los casos, esta infección coincide con otras causadas en el tracto respiratorio superior, pudiendo además o no estar acompañadas de secreciones purulentas.
La conjuntivitis causada por adenovirus es muy contagiosa y puede transmitirse hasta en un 50% de las veces, de manera que el virus causante puede llegar a propagarse a través de dedos contaminados, dispositivos médicos, agua contaminada en las piscinas o al compartir artículos personales. Un estudio realizado demostró que hasta el 46% de las personas que padecían esta enfermedad habían tenido un cultivo positivo en sus manos 3. El adenovirus es un organismo muy resistente al alcohol isopropílico al 70 % y al peróxido de hidrógeno al 3 %.
Como medidas de prevención de contagio de este virus se recomienda un lavado frecuente de manos, una desinfección de manera minuciosa de instrumentos médicos, así como el aislamiento de pacientes que padecen conjuntivitis. El periodo de incubación de este virus se estima que es de entre 5-12 días aproximadamente, sin embargo, las personas infectadas pueden transmitir hasta 14 días después del día de la infección.
En cuanto al tratamiento, cabe destacar que no existe un único modo, por un lado, el uso de lágrimas artificiales o compresas frías alivian algunos de los síntomas. En casos más severos, el uso de gotas oftálmicas que contienen corticoides alivia la inflamación producida.
Los medicamentos antivirales tópicos u orales no son efectivos, así como las gotas oftálmicas que contienen antibióticos que incluso pueden llegar a inducir la toxicidad en la superficie ocular.
Sin embargo, un uso adecuado de antibióticos tópicos puede suponer evitar una sobreinfección bacteriana, así como una prevención de complicaciones inflamatorias.
Se realizaron estudios que demostraron que el uso combinado de 2 colirios que contienen tobramicina al 0,3% y dexametasona al 0,1% respectivamente son una medida eficaz para resolver la clínica provocada por la conjuntivitis vírica 4.
No obstante, un estudio que se realizó afirmó que el uso de forma tópica de povidona yodada al 2% cuatro veces al día durante una semana, consiguió reducir la enfermedad en las tres cuartas partes de los participantes.
Además, se demostró que el uso de povidona yodada al 2,5% en lactantes redujo la gravedad de los síntomas de esta enfermedad, así como también disminuyó el tiempo de recuperación de sus efectos 2.
Las complicaciones que pueden surgir pueden ser: queratitis punteada, sobreinfección bacteriana, cicatrización conjuntival, ulceración corneal o infección crónica.
OBJETIVO
Determinar las intervenciones llevadas a cabo desde el colectivo de enfermería con el fin de llevar un control y un seguimiento de pacientes afectados de conjuntivitis vírica.
METODOLOGÍA
Se ha realizado una revisión bibliográfica para la que se han utilizado bases de datos, en este caso, Pubmed, Cinahl y Scopus.
Para ello, se utilizaron palabras clave como; conjuntivitis viral, treatment, children, adults, prevention, symptoms, complication, infections o effectiveness.
Para realizar la búsqueda de la manera más adecuada posible, se utilizaron los siguientes criterios de inclusión: artículos en inglés publicados en los últimos 12 años acerca de la conjuntivitis vírica, el control, prevención y cuidado de sus complicaciones. Se excluyeron aquellos artículos que estuvieran centrados exclusivamente en el tratamiento farmacológico.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Dada la elevada tasa de transmisión de la conjuntivitis viral causada por el adenovirus, se realizaron varios estudios para establecer las causas tan elevadas de la transmisión y sus medidas para evitarla.
Por un lado, se determinó que la infección suele durar de 2 a 3 semanas y que durante las 2 primeras semanas tras el inicio de los síntomas, los pacientes infectados son altamente contagiosos 5. Este tipo de virus, al no tener envoltura es capaz de mantenerse vivo durante semanas en objetos inanimados.
Algunos de los brotes de infección ocular provocada por el adenovirus, se han relacionado con la transmisión del mismo a través de equipos oftalmológicos previamente contaminados, superficies ambientales, colirios multipropósito y manos contaminadas de trabajadores del sector sanitario. Por ello, una de las medidas principales que se debieron aplicar fue instruir y educar a los trabajadores de la salud, para que el uso de estos instrumentos y equipos contaminados no fuesen la principal fuente de transmisión del virus de unos pacientes a otros. Esto, se consigue mediante una desinfección correcta del equipo compartido o reutilizable, que entra en contacto con la superficie ocular del paciente o fluidos corporales, y que se sumergen en 3% peróxido de hidrógeno durante un mínimo de 10 minutos 5. Además, se debe asignar una sala para poder llevar a cabo el triaje de pacientes con sospecha de infección, se deben usar puntas de tonómetro desechables y colirios monodosis en la clínica oftalmológica.
Por otro lado, es imprescindible llevar a cabo una higiene personal de cada uno de los trabajadores, que incluye un lavado de manos antes y después del contacto con el paciente, además de un mantenimiento de las superficies de la sala totalmente desinfectadas. Además, se debe realizar educación para la salud mediante la instrucción de los pacientes acerca de los riesgos que conlleva tocarse los ojos y compartir artículos como toallas o fundas de almohada, para que dejen de hacerlo, o que permanezcan aislados durante la fase infecciosa de la enfermedad, así como explicarles el transcurso normal de la enfermedad, para así evitar desplazamientos innecesarios a los centros sanitarios, de manera que con ello se evite una mayor transmisión.
Cuando un paciente acude con síntomas al hospital tales como prurito, lagrimeo, antecedentes de infección reciente del tracto respiratorio superior, secreción acuosa, folículos conjuntivales palpebrales inferiores, linfadenopatía preauricular dolorosa, el personal de enfermería debe estar alerta e intentar prever lo antes posible que se trata de una conjuntivitis de tipo viral. La gestión del personal de enfermería en estos casos consiste en: comprobar la agudeza visual, aplicar compresas frías, educar al paciente sobre la enfermedad explicándole que; debe administrarse medicación según esté prescrita, fomentar el lavado de manos, que si el ojo está irritado se usen lágrimas artificiales, no compartir artículos de cuidado personal, uso de gafas de sol cuando se sale a la calle y mantenerse en casa aislado hasta que desaparezcan los síntomas. Si el paciente tiene dolor de ojo, secreción purulenta, si la agudeza visual se ve afectada o si pasados 5-7 días no se ha recuperado, debe saber que debe acudir en busca de ayuda médica 6.
Dado que se trata de una enfermedad que afecta a la población de cualquier edad, en neonatos también tiene prevalencia. Esta enfermedad ocurre durante las 4 primeras semanas de vida de los bebés, afectando del 1,6% al 12% de todos los recién nacidos, y siendo causada comúnmente por adenovirus o el virus del herpes simple. Los bebés afectados por conjuntivitis causada por el virus del herpes simple, pueden recibir un diagnóstico tardío y el tratamiento asignado suele ser la administración de Aciclovir, junto con una solución oftálmica tópica. Como medida de prevención, se recomienda que se administre a todos los recién nacidos profilaxis ocular con nitrato de plata al 1%, ungüento de eritromicina al 0,5% o clorhidrato de tetraciclina al 1%, durante la hora siguiente al nacimiento.
Se ha demostrado que en pacientes que sufren conjuntivitis las medidas de higiene que se les recomienda son efectivas, y éstas son las siguientes; suspender el uso de lentillas, un uso de toallas o pañuelos limpios para lavarse la cara, de manera que los pañuelos se desechen, un lavado de manos muy frecuente sobre todo después de estornudar o toser, evitar tocarse los ojos, no usar ni compartir maquillaje durante la infección ya que las bacterias habitan en él y por último, dar un uso adecuado de las gafas según las recomendaciones médicas 7 la transmisión de la conjuntivitis viral es similar al virus Covid-19, por lo que las medidas implementadas para disminuir su incidencia también son favorables en el caso de la conjuntivitis. Para evitar su propagación, los profesionales sanitarios deben usar guantes al examinar a los pacientes, así como lavarse las manos antes y después de atenderlos, como se ha mencionado previamente. Se debe educar a los pacientes, aclarándoles que deben mantener la precaución dentro del hogar, para evitar la propagación familiar mediante una correcta higiene.
Se realizó un estudio, en el cual se determinó que durante el confinamiento decretado por la pandemia causada por el virus SARS-COV-2, se redujo el número de contagios de esta enfermedad hasta en un 91%, 7 debido a las medidas higiénicas implantadas como son; el uso de mascarilla facial, un lavado frecuente de manos, ventilación de espacios con una elevada concentración de personas o la desinfección de superficies con lejía o derivados del alcohol 70%.
Por otro lado, como datos relevantes cabe destacar que durante la pandemia provocada por el virus SARS-COV-2, los pacientes infectados por este virus también han padecido conjuntivitis. Se realizó un estudio en el hospital clínico San Carlos de Madrid en el año 2020 en que participaron 301 pacientes positivos en Covid-19 confirmados por el laboratorio, a los que se les preguntó acerca de la presencia de síntomas de conjuntivitis que tenían en ese momento o habían tenido anteriormente y, posteriormente se les realizó un examen oftalmológico, en el cual se observaron más trastornos oculares aparte de la conjuntivitis. De los 35 casos que presentaron conjuntivitis, 13 de ellos la sufrieron antes del ingreso, 12 en el periodo entre el ingreso y la evaluación y 10 en el momento de la evaluación 10
Los síntomas comunes de los que informaron estos pacientes fueron; secreción mucopurulenta, lagrimeo o sensación de cuerpo extraño, sin embargo, ninguno de ellos refirió tener visión borrosa. El intervalo de tiempo que hubo entre la infección por Covid-19 y la aparición de conjuntivitis fue de 6 días.
No obstante, con este estudio no se puede demostrar que exista una relación directa entre la infección por el virus SARS-COV-2 y la aparición de conjuntivitis.
CONCLUSIÓN
Como conclusión, cabe destacar que tal y como se ha mencionado previamente, la conjuntivitis vírica se trata de una afección ocular altamente contagiosa, y que por ello se deben tomar unas medidas preventivas óptimas, de manera que se evite esa propagación. Como medida principal, es muy importante una higiene de manos adecuada antes y después del contacto con el paciente y una buena desinfección de objetos.
Además, una buena educación a los pacientes acerca del transcurso de la enfermedad, así como de las complicaciones y síntomas, ayudan a evitar la propagación de la misma, así como a mejorar el curso normal de la propia enfermedad.
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