Intervenciones fisioterápicas en pacientes con trastorno del espectro de autismo.

24 enero 2023

AUTORES

  1. Serrano Lavilla, María. Fisioterapeuta en Centros Educativos de la DGA.
  2. Arbex Solanas, Ramiro. Fisioterapeuta en Residencia Pública.
  3. Ederra Mampel, Jorge. Fisioterapeuta.
  4. Yus Val, Alba. Fisioterapeuta Hospital de Alcañiz
  5. Zarraluqui Anciso, Izaskun. Fisioterapeuta en Centros Educativos de la DGA.

 

RESUMEN

El autismo es un trastorno que implica la pérdida del contacto afectivo con las personas, así como otros patrones de comportamiento repetitivos, que puede ir o no, acompañado de retraso del desarrollo psicomotor. Desde la fisioterapia son diversos los enfoques de tratamiento posibles, tanto la actividad física, como la terapia manual y la equinoterapia. Es importante que la fisioterapia forme parte de los equipos multidisciplinares de salud mental, para un tratamiento precoz de estas patologías.

 

PALABRAS CLAVE

Salud mental, terapia manual, actividad física.

 

ABSTRACT

Autism is a disorder which involves a loss of affective contact with humans, repetitive behavior patterns and also delayed psychomotor development. Physiotherapists can help these patients with physical activity, manual therapy and equine therapy. It is important that physiotherapy will be included in multidisciplinary mental health teams, to bring these patients an early treatment.

 

KEY WORDS

Mental health, manual therapy, physical activity.

 

DESARROLLO DEL TEMA

Si se busca la definición de autismo, en psiquiatría, significa retraído, absorto en sí mismo. Definir al autismo es complicado, y ha ido pasando por diferentes definiciones desde que Leo Kanner en 1943, tras analizar a once niños con características similares diferentes al resto, y lo definiera como “niños con una incapacidad innata para formar el contacto afectivo normal con las personas, al igual que otros nacen con otras deficiencias intelectuales o físicas innatas”1.

Desde estas primeras definiciones hasta 2013, cuando el manual de diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales de la asociación americana de psiquiatría, DSM-5, establece el nombre de “trastorno del espectro de autismo” (TEA). Para dar un diagnóstico el niño tiene que cumplir una serie de criterios tales como2 (cito textualmente del DSM-5):

  1. Deficiencias persistentes en la comunicación social y en la interacción social en diversos contextos, manifestado por lo siguiente, actualmente o por los antecedentes:
    • Deficiencias en la reciprocidad socioemocional.
    • Deficiencias en las conductas comunicativas no verbales en la interacción social.
    • Deficiencias en el desarrollo, mantenimiento y comprensión de las relaciones.
  2. Patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento, intereses o actividades, que se manifiestan en dos o más de los siguientes puntos, actualmente o por los antecedentes:
    • Movimientos, utilización de objetos o habla estereotipados o repetitivos.
    • Insistencia en la monotonía, excesiva inflexibilidad de rutinas o patrones ritualizados de comportamiento verbal o no verbal.
    • Intereses muy restringidos y fijos que son anormales en cuanto a su intensidad o foco de interés.
    • Hiper o hipo- reactividad a los estímulos sensoriales o interés inhabitual por aspectos sensoriales del entorno.
  3. Los síntomas han de estar presentes en las primeras fases del período de desarrollo.
  4. Los síntomas causan deterioro clínicamente significativo en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento habitual.
  5. Estas alteraciones no se explican mejor por la discapacidad intelectual o por el retraso global del desarrollo. La discapacidad intelectual y el TEA con frecuencia coinciden.

 

El TEA ha pasado de ser considerado una enfermedad rara, a estar entre las patologías más diagnosticadas, con una prevalencia del 1% de la población. Todos los estudios sobre TEA coinciden en que el desarrollo social y cognitivo son atípicos, y son los que sirven como objetivo para los tratamientos tanto conductuales como farmacológicos3.

Los tratamientos que hasta ahora más apoyo reciben son aquellos que se inician de manera precoz y cuentan con la colaboración de los padres. Al ser un trastorno que perdura durante toda la vida, es complicado el tratamiento cuando aumenta de edad, ya que los comportamientos sociales pueden ir variando, además de que las condiciones que le rodean dejan de ser tan favorables4, porque la sociedad no acepta igual a un niño con discapacidad que a un adolescente o a un adulto mayor, y esto aumenta el aislamiento social y la escasa participación en la vida diaria. Como la etiología del TEA es desconocida, el tratamiento exacto sigue siendo difícil de encontrar, además, la amplia clínica que estos pacientes presentan, da diversos enfoques de tratamiento, siempre individualizados5.

Dentro de los tratamiento que se proponen, la actividad física es utilizada como estrategia de intervención para la mejora de la marcha, la coordinación, la aptitud física, el equilibrio y el uso de juegos psicomotores para mejorar los déficits motores así como los niveles de atención, concentración y la reducción de las conductas estereotipadas6.

Por otro lado, autores como Bouzo-González y Pino-Juste7, analizan los efectos de la equinoterapia en pacientes TEA, con el objetivo de comprobar si aumenta la capacidad de relajación, obtenidos resultados satisfactorios, consiguiendo tras el tratamiento reducir las estereotipias, aumentar la integración sensorial y la relajación muscular. Además, estas autoras afirman que los “paseos por el campo” han sido beneficiosos para reducir la ansiedad o angustia de los pacientes, que se tranquilizan con el ritmo del caballo. La postura y el equilibrio, tanto en el caballo, como con los pies en el suelo, han mejorado, así como se ha conseguido el fortalecimiento y la mejora en la motricidad gruesa y fina. Otros autores como Jiménez-García et al.8, exponen que la equinoterapia es también beneficiosa en la creación de lazos afectivos, tanto con el resto de compañeros como con los terapeutas, creando un entorno cómodo y enriquecedor para estimular las capacidades de los niños.

En cuanto a la terapia manual impartida por fisioterapeutas, hay estudios que demuestran que tanto el masaje, como la terapia manual craneal son beneficiosos para el tratamiento de pacientes con TEA para mejorar el comportamiento social, así como la atención y minimizar las manifestaciones clínicas6.

Con todo esto se expone que la fisioterapia es importante para el tratamiento del TEA, pero, actualmente el fisioterapeuta está poco integrado en los equipos de salud mental, por lo que es complicado que su participación sea dentro de un equipo multidisciplinar, tanto para este trastorno como para otros muchos trastornos de la salud mental.

 

CONCLUSIONES

La fisioterapia es una rama de las ciencias de la salud especializada en el movimiento humano y en su desarrollo, lo que capacita a los fisioterapeutas para participar en procesos educativos y en tratamiento multidisciplinario de pacientes con TEA. Tanto la actividad física, como la equinoterapia, y las terapias manuales, son prácticas para las que los fisioterapeutas están cualificados, por lo que son capaces de llevarlas a cabo con este tipo de pacientes, y con pacientes con otros trastornos de la salud mental. Se necesita que la fisioterapia forme parte de los equipos de salud mental, y se contribuya a una mayor participación de estos profesionales cualificados para el tratamiento de estas patologías, para conseguir un tratamiento precoz en los primeros años de vida, y obtener mejoras a largo plazo de estos pacientes, así como la colaboración de los padres en todo el proceso de tratamiento.

 

BIBLIOGRAFÍA

1. Kanner L. Trastornos autistas del Contacto Afectivo 1943:1-37.

2. Asociación Americana de Psiquiatría. Guía de consulta de los criterios diagnósticos del DSM-5. 2014.

3. Tuchman R. Neurodesarrollo y autismo. Medicina (B Aires). 2019;79:2-3.

4. Ruggieri V, Cuesta Gómez JL. Envejecimiento en personas con trastorno del espectro autista. Med (Buenos Aires). 2018;78.

5. Desarkar P, Rajji TK, Ameis SH, Daskalakis ZJ. Assessing and stabilizing aberrant neuroplasticity in autism spectrum disorder: The potential role of transcranial magnetic stimulation. Front Psychiatry. 2015;6:1-6.

6. Sánchez DP, Ordoñez Mora LT. Intervenciones fisioterapéuticas en autismo: TEA. Arch Venez Farmacol y Ter. 2019.

7. Bouzo-González S, Pino-Juste MR. Impacto de un programa de equitación terapéutica en la mejora de la psicomotricidad de niños autistas. Rev Es Inv Psico y Educ. 2015;0(11):080-4.

8. Jiménez García RY, Gómez Cardoso ÁL, Ruíz Sánchez JI. Beneficios De La Terapia Con Caballos Para Mejorar La Socialización En Niños Autistas Del Centro De Equinoterapia De Sancti Spíritus. Podium. 2014;9:293-304.

 

Publique con nosotros

Indexación de la revista

ID:3540

Últimos artículos