Los recursos sanitarios durante el estado de alarma por la covid-19: la visión del personal enfermero.

7 junio 2021

AUTORES

  1. Patricia Tosaus Catalán. Graduado Universitario en Enfermería. Hospital San Juan de Dios, Zaragoza.
  2. Verónica Ruiz Cuenca. Diplomada Universitaria en Enfermería. Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza.
  3. Belén García Villarroya. Graduado Universitario en Enfermería. Centro de Salud Valdespartera, Zaragoza.
  4. Paula Sacristán López. Graduado Universitario en Enfermería. Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza.
  5. Anda Voicu. Graduado Universitario en Enfermería. Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza.

 

RESUMEN

Los EPIs están formados por mascarillas, guantes, batas, gafas o pantallas de protección. Su finalidad es el uso médico para prevenir alguna patología y deben estar certificados como “producto sanitario” según el Real Decreto 1591/2009. Durante el confinamiento, hubo numerosos hospitales en los que el personal sanitario acusaba la falta de material para protegerse frente al virus.

Objetivo: Conocer la prevalencia de los recursos materiales en el Servicio Aragonés de Salud durante el Estado de Alarma por la COVID-19.

Metodología: Estudio observacional descriptivo transversal retrospectivo llevado a cabo en 428 enfermeras del Servicio Aragonés de Salud a través de un cuestionario elaboración propia, estructurado y heteroadministrado.

Resultados: Con respecto a si durante el Estado de Alarma tuvieron suficientes recursos materiales para desempeñar su trabajo de manera segura, 315 enfermeras (73,6%) respondieron negativamente.

Conclusión: El presente estudio pone en relevancia la escasez de recursos materiales y humanos, la ineficaz labor llevada a cabo para suplir dicha problemática, así como demuestra la importancia y necesidad de llevar a cabo una adecuada gestión sanitaria de los recursos sanitarios.

 

PALABRAS CLAVE

Enfermería, equipo de protección individual, COVID-19.

 

ABSTRACT

PPE is made up of masks, gloves, gowns, goggles or protective screens. It is used to prevent any pathology and must be certified as a «medical product» according to Royal Decree 1591/2009.

Objective: Know the prevalence of material resources in the Aragonese Health Service during the State of Alarm for COVID-19.

Methods: Retrospective cross-sectional descriptive observational study carried out in 428 nurses from the Aragones Health Service through a self-prepared, structured and hetero-administered questionnaire.

Results: Regarding whether during the State of Alarm they had sufficient material resources to carry out their work safely, 315 nurses (73.6%) responded negatively.

Conclusions: The present study highlights the scarcity of material and human resources, the inefficient management of the institutions, as well as demonstrates the relevance and the need to carry out a proper health management of the resources base of the health system.

 

KEY WORDS

Nurses, personal protective equipment, COVID-19.

 

INTRODUCCIÓN

A finales de 2019, China alertó de diversos casos de neumonía causada por un virus de la familia Coronaviridae, desconocido hasta entonces en el ser humano. Pese a que todavía no se sabe el origen de este virus, los estudios realizados consideran que la fuente de infección es de origen animal y fue designado como SARS-CoV-2. 1

La sintomatología más común de este virus, tal y como describe la Organización Mundial de la Salud (OMS) incluye tos seca, disnea, cefalea, diarrea, escalofríos, dolor de garganta, dolores musculares o en las articulaciones o cansancio. 2

Tiene un periodo de incubación medio de 5-6 días y su transmisión se realiza mediante el contacto con secreciones de un paciente infectado. 2

La OMS declaró la pandemia global causada por el SARS-CoV-2 el 11 de marzo de 2020. Para hacer frente a dicha situación fue necesario un incremento de los recursos sanitarios, tanto humanos como materiales y en especial de los Equipos de Protección Individual (EPI). 1

Según el Ministerio de Sanidad, los EPIs deben estar certificados en base al Reglamento de la Unión Europea 2016/425 relativo a los equipos de protección individual, según el Real Decreto 773/1997 (3), y los materiales, tales como mascarillas, guantes, batas, gafas o pantallas de protección, cuya finalidad sea el uso médico para prevenir alguna patología, deben estar certificados como “producto sanitario” según el Real Decreto 1591/2009. 3

Asimismo, se recomienda la utilización de EPIS desechables o que exista la posibilidad de la desinfección de estos, tras su uso y éstos incluirán ropa de protección, guantes y protección facial, ocular y respiratoria.3

Durante el confinamiento, hubo numerosos hospitales en los que el personal sanitario acusaba la falta de material para protegerse frente al virus. La insuficiente cantidad de EPIs, así como la poca calidad de estos, llevó al personal sanitario a improvisar la creación de sus propios equipos de protección para tratar a los pacientes de COVID-19, a sabiendas de que éstos no cumplimentaban las normas y controles exigidos como alternativa a esa falta de material. 3

 

OBJETIVO

Conocer la prevalencia de los recursos materiales en el Servicio Aragonés de Salud durante el Estado de Alarma por la COVID-19.

 

MATERIAL Y MÉTODOS

 

Diseño:

Estudio observacional descriptivo transversal retrospectivo; que reporta datos recogidos entre el 15 de Octubre y el 15 de Diciembre de 2020.

 

Población y ámbito de Estudio:

La población de estudio estuvo formada por profesionales de enfermería de la Comunidad Autónoma de Aragón, que trabajaron durante el Estado de Alarma (Marzo-Junio) en algún centro perteneciente al Servicio Aragonés de Salud que atendió a pacientes COVID-19.

Para el cálculo de la muestra se realizó un muestreo aleatorio simple estratificado sin reemplazamiento. Para obtener una media de la población necesaria, se tuvieron en cuenta los siguientes aspectos: la población de estudio estuvo formada por 7.056 enfermeras (número que se obtuvo a través del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social), se empleó un intervalo de confianza del 95%, con un margen de error del 5%. Con todo esto, la muestra necesaria fue de 365 enfermeras.

 

Variables:

Sociodemográficas: sexo, edad y lugar de residencia. Laborales: servicio en el que se trabajó durante el Estado de Alarma y unidad COVID. Gestión: ratio enfermero-paciente y respaldo. Recursos materiales: Suficientes recursos materiales, obtención de recursos materiales, pantallas de protección, gel hidroalcohólico, batas, mascarillas, guantes de látex, reutilización de batas y de mascarillas.

 

Recogida de datos:

A través de un cuestionario de elaboración propia, estructurado y heteroadministrado para recoger todas las variables antes descritas. El cuestionario fue revisado por expertos y se realizó un pilotaje para valorar la viabilidad, la comprensión y la adecuación. Como criterios de calidad se establecieron mecanismos de control para evitar las respuestas automáticas y para asegurar que cada persona respondía solo una vez. La administración del cuestionario se realizará a través de la aplicación gratuita de Google Forms.

La recogida de datos se llevó a cabo desde el 15 de Octubre hasta el 15 de Diciembre.

Para la elaboración de este trabajo, también se realizó una búsqueda bibliográfica en las principales bases de datos: Dialnet, PubMed, ScienceDirect y Scielo. Para ello, se siguieron los siguientes pasos: 1) Se establecieron los criterios de selección (criterios de inclusión y de exclusión); 2) Se llevó a cabo la búsqueda de los artículos; 3) Se seleccionaron aquellos artículos cuyos títulos y resúmenes cumplían los criterios de selección; 4) Se revisaron los artículos (texto completo) potencialmente seleccionados; y 5) Se analizó y sintetizó los datos obtenidos.

Las palabras claves empleadas fueron: “Enfermería / Nurse” [MeSH], “Equipo Protección Individual / Personal Protective Equipment” [MeSH] y “COVID-19” [MeSH]. El único operador booleano utilizado fue AND para combinar las palabras claves.

 

Análisis de datos:

Se realizó un análisis descriptivo de todas las variables del estudio, medias aritméticas, desviaciones estándar (DE), mínimo y máximo, para las variables continuas, y frecuencias absolutas y porcentajes para las cualitativas. El análisis bivariado se realizó con la prueba ji-cuadrado para las variables cualitativas. En todos los casos se utilizaron contrastes bilaterales con nivel de significación para p < 0,05. El análisis se realizó mediante el programa SPSS v25.

Consideraciones éticas:

El estudio planteado no recogió ningún tipo de datos personales. Sin embargo, antes de participar en el estudio, a las encuestadas se les informó sobre la información que se quería analizar, el destino de sus datos y la confidencialidad de los mismos. Los datos personales obtenidos han sido tratados de acuerdo con el Reglamento UE/2016/679, de 27 de abril de 2016, General de Protección de Datos, y la Ley Orgánica 3/2018, de 5 de diciembre, de Protección de Datos Personales y garantía de los derechos digitales. Además, en todo momento se han seguido las directrices y recomendaciones del Comité Ético de Investigación Clínica de Aragón (CEICA).

 

RESULTADOS

Se obtuvo una tasa de respuesta inicial del 100%. obteniéndose más encuestas de las necesarias para el tamaño muestral. En concreto, fueron 444 encuestas; de las cuales se tuvieron que excluir 16 encuestas, por estar incompletas. Por lo que la muestra final fue de 428 enfermeras.

Se observó que la mayoría de las encuestadas, el 90,19%, fueron mujeres; mientras que los hombres constituyeron el 9,81% de la población.

La edad media de las enfermeras fue de 34,70 años (DT=10,86), con unos valores mínimos y máximos de 22 y 64 años, respectivamente. El test de normalidad de Shapiro-Wilk demostró que la edad de las enfermeras presentaba una distribución no normal (W=0,884 y p=<0,0001).

La mayoría de las encuestadas trabajaban en Zaragoza; en concreto, 410 enfermeras (95,79%). En Huesca, solo trabajaban 13 enfermeras (3,04%) y en Teruel, 5 enfermeras (1,17%).

Con respecto al puesto actual de trabajo al que pertenecían, en Hospitalización se les realizó la encuesta a 159 enfermeras (37,15%); en UCI, a 102 enfermeras (23,83%); en Atención Primaria, a 42 enfermeras (9,81%); en Quirófano, a 41 (9,58%); en Urgencias, a 36 (8,41%); en Hemodiálisis, a 20 (4,67%); en Consultas, a 18 enfermeras (4,21%); en Radiología, a 6 (1,40%) y en Residencias, a 4 enfermeras (0,93%).

De entre todas las encuestadas, 261 enfermeras (60,98%) trabajaron en alguna unidad COVID-19 durante más de 15 días.

Con respecto a la pregunta de si el ratio enfermera-paciente fue el adecuado durante la pandemia COVID-19, 369 enfermeras (86,21%) respondieron negativamente.

De entre las encuestadas, 275 enfermeras (64,25%), negaron haberse sentido respaldadas por sus superiores.

Con respecto a si durante el Estado de Alarma tuvieron suficientes recursos materiales para desempeñar su trabajo de manera segura, 315 enfermeras (73,6%) respondieron negativamente.

En relación a quién les proporcionó los materiales necesarios, 85 enfermeras (19,86%) contestaron que fue la propia Administración la que lo llevó a cabo; mientras que 69 enfermeras (16,12%) contestaron que fue la Administración junto con donaciones anónimas. 58 enfermeras (13,55%) afirmaron que los materiales los recibieron por parte de donaciones anónimas; 37 de ellas (8.64%) afirmaron haberlos obtenido a través del personal del servicio junto con donaciones anónimas, mientras que 43 enfermeras (10,05%) afirmaron ser el propio personal del servicio quién compró los materiales necesarios. Por parte de la Administración y el propio personal del servicio, solo 15 enfermeras (3,50%) afirmaron que fue así como obtuvieron materiales. Finalmente, 121 enfermeras (28,27%) contestaron que obtuvieron los materiales a través de la Administración, de donaciones anónimas y de compras realizadas por el propio personal del servicio.

En cuanto a gafas o pantallas de protección, 247 enfermeras (57,71%) contestaron que sí tuvieron suficientes. Con respecto al gel hidroalcohólico, 317 enfermeras (74,07%) afirmaron haber tenido suficiente. En cuanto a las batas, 309 enfermeras (72,2%) negaron haber tenido suficientes batas. Además, 307 enfermeras (71,73%) tuvieron que reutilizarlas. 254 enfermeras (59,35%) afirmaron haber tenido suficiente cantidad de guantes de látex durante el Estado de Alarma. Con respecto a las mascarillas de protección, 339 enfermeras (79,21%) afirmaron no haber tenido suficientes mascarillas de protección. Además, 336 enfermeras (78,5%), tuvieron que reutilizarlas.

Con respecto a si tuvieron suficientes recursos materiales durante el Estado de Alarma, se encontraron diferencias significativas en relación al servicio (X2=21,988 y p=0,004) y el sentirse o no respaldadas por sus superiores (X2=42,833 y p=<0,001). La distribución de recursos materiales fue distinta dependiendo del tipo de servicio, siendo las plantas de hospitalización (38,2%) y las UCIs (24,8%) las que menos recursos tuvieron. En cuanto a las enfermeras que no se sintieron respaldadas por sus superiores, valoraron que no obtuvieron los suficientes recursos materiales (73,3%).

Para la dimensión de Suficiente Gel Hidroalcohólico y Batas, se encontraron diferencias significativas en el servicio (X2=30,288 y p=<0,001) (X2=43,711 y p=<0,001) y en si se sentían respaldadas o no por sus superiores (X2=4,966 y p=0,025) (X2=23,333 y p=<0,001); respectivamente. La distribución de gel hidroalcohólico y batas fue desigual en los diferentes servicios, siendo las plantas de hospitalización las más afectadas en ambos casos (44,1% y 38,5%, respectivamente). Aquellas enfermeras que no se sintieron respaldadas por sus superiores, tuvieron la percepción de tener menos cantidad de gel (73%) y batas (71,2%), respectivamente.

En cuanto a la percepción de tener o no suficientes gafas o pantallas de protección, se encontraron diferencias significativas con el servicio (X2=17,233 y p=0,027), el ratio enfermero (X2=5,099 y p=0,024) y el respaldo por parte de sus superiores (X2=17,866 y p=<0,001). Las plantas de hospitalización (33,7%), fueron las que menos gafas o pantallas de protección tuvieron. Además, las enfermeras que opinaban que el ratio enfermero no era el adecuado (90,6%) y que no se sintieron respaldadas por sus superiores (75,7%), afirmaron haber tenido menos gafas o pantallas de protección.

En cuanto a la percepción de tener o no suficientes guantes de látex, sólo se obtuvieron diferencias significativas con respecto al servicio (X2=21,233 y p=0,005), sentirse respaldadas o no por sus superiores (X2=8,50 y p=0,003), y el haber trabajado o no en una Unidad COVID (X2=7,855 y p=0,005). Las plantas de hospitalización (43,1%), fueron las que menos guantes de látex tuvieron. Además, las enfermeras que no se sintieron respaldadas por sus superiores (72,4%) y trabajaron en una Unidad COVID (69%), afirmaron haber tenido menos guantes de látex.

Respecto a la percepción de tener o no suficientes mascarillas de protección, sólo se obtuvieron diferencias significativas en cuanto haberse sentirse respaldadas o no por sus superiores (X2=36,722 y p=<0,001). Aquellas enfermeras que no se sintieron respaldadas (71,4%), tuvieron la percepción de no tener suficientes mascarillas de protección.

A la hora de reutilizar o no batas, se obtuvieron diferencias significativas en función del servicio en el que trabajaron (X2=63,766 y p=<0,001), si se sentían respaldadas o no por sus superiores (X2=21,588 y p=<0,001), y si habían trabajado o no en una Unidad COVID (X2=17,099 y p=<0,001). Las plantas de hospitalización (39,7%), fueron las que más tuvieron que reutilizar batas. Las enfermeras que no se sintieron respaldadas por sus superiores (71%) y trabajaron en una Unidad COVID (67,1%), reutilizaron más veces las batas que aquellas enfermeras que afirmaron sentirse respaldadas por sus superiores y que no trabajaron en una Unidad COVID.

Por otro lado, en cuanto a la reutilización de mascarillas, solo se obtuvieron diferencias significativas con respecto a sentirse respaldadas o no por sus superiores (X2=35,044 y p=<0,001). Aquellas enfermeras que no se sintieron respaldadas (71,4%), tuvieron que reutilizar la mascarilla en más ocasiones que aquellas enfermeras que se sintieron respaldadas por sus superiores.

 

DISCUSIÓN

La muestra final de nuestro estudio fue de 428 enfermeras, siendo el 90,19% mujeres con una edad media de las enfermeras fue de 34,70 años, trabajando la mayoría en Zaragoza. De entre las encuestadas, el 64,25%, negaron haberse sentido respaldadas por sus superiores y afirmaron que la ratio enfermera-paciente era elevada. Además, el 73,6% no tuvieron suficientes recursos materiales.

La OMS recomienda la utilización de una mascarilla, gafas y batas por paciente y día. Hay que destacar los artículos, que al igual que nuestro trabajo, apoyan la percepción de escasez de recursos materiales y humanos durante la pandemia. 5

Un estudio cualitativo fue realizado a 10 enfermeras de las unidades de diálisis de los hospitales públicos de España. Las entrevistadas fueron mayoritariamente mujeres. La edad media era de 40,22 y la media de años ejerciendo como enfermera era de 18,44±10,7 años. Las enfermeras sufrieron una primera fase en la que el material de protección estaba muy restringido y su calidad era pésima. A pesar de que sí que afirman que en momentos de necesidad inmediata, aunque con dificultades, se les llegó a proporcionar. Además, reconocieron sentirse cansadas y agotadas por las largas jornadas con los EPIS. Ante las bajas de personal tuvieron que aumentar la ratio paciente/enfermera, lo que provocó una mayor sensación de cansancio y estrés. Destacar que en este estudio las enfermeras resaltaron el buen trabajo y la coordinación de los equipos y se sintieron razonablemente apoyados por la institución. Sin embargo, en nuestro estudio, se encontraron diferencias significativas con respecto al servicio y el sentirse o no respaldadas por sus superiores. Las plantas de hospitalización y las UCIs fueron los servicios que menos recursos tuvieron. Además, las enfermeras que no se sintieron respaldadas por sus superiores afirmaron no haber tenido los suficientes recursos materiales. Por otro lado, destacar que en ambos estudios se observó que las encuestadas afirmaron que el ratio enfermera-paciente fue inadecuado. 4

A pesar de que se ha evidenciado que el uso de las mascarillas es la estrategia más efectiva en la transmisión de la COVID-19, en el estudio llevado a cabo, el 79,21% afirmaron no haber tenido suficientes mascarillas de protección y el 78,5%, tuvo que reutilizarlas. Asimismo, en las plantas de hospitalización y UCIs se observó que hubo falta de gel hidroalcoholico. Sin embargo, en el artículo de Brito-Brito et al, las primeras medidas de control de la enfermedad fueron el aumento de gel hidroalcoholico, mascarillas y restricción de visitas. 6 En el estudio de Moreno-Casbas, también se evidencia esa carencia de mascarillas FFp2, gafas de protección y EPIs; 5 y el estudio de Martinez-Estalella et al, destacó que uno de los grandes retos de esta pandemia fue hacer frente a la escasez de mascarillas, batas, gafas y guantes. 7 De igual forma, los resultados obtenidos en el presente estudio también son corroborados por el estudio ENCOVUR, el primer estudio que valoró el impacto de la pandemia COVID-19 en España. En él se identificó, por un lado, un déficit tanto de test diagnósticos, así como de recursos materiales; y escasez de personal sanitario, lo que tuvo como consecuencia la imposibilidad del personal sanitario de desarrollar unos cuidados de calidad adecuados. 8

Por otro lado, en España, a fecha del 30 de abril de 2020, se ha determinado que el 69% del personal sanitario que se contagió de COVID-19 fue por contacto con casos probables o confirmados. En ese sentido, esta falta de material y personal sanitario podría justificar, junto con el elevado nivel de estrés; estas cifras.5,9

 

CONCLUSIONES

La crisis del coronavirus ha supuesto un difícil reto a sobrellevar, y ha sometido a prueba, así como resaltado, la importancia de una adecuada gestión sanitaria, tanto para el control y contención de la propagación del virus, como también en relación con la proporción de una atención sanitaria adecuada y de calidad. En este sentido, la falta de recursos materiales y humanos durante la pandemia por el Covid-19 ha sido uno de los aspectos más criticados y destacados. Los resultados obtenidos en este estudio secundan esas denuncias, reflejando la falta de material y de personal desde la perspectiva de las enfermeras. Además, resalta otros aspectos más desconocidos, pero igualmente relevantes como la dualidad de opiniones de las enfermeras en función del lugar de trabajo que ocuparon. Aquellas que desempeñaron su labor en plantas de hospitalización o UCI, en los que la carga laboral fue sobresaliente, hubo una mayor escasez de recursos disponibles, se tuvieron que reutilizar o incluso ser aportados por el propio personal de los servicios. Esto destaca la ineficiencia por parte de la Administración sanitaria a la hora de gestionar de manera eficaz los recursos disponibles en ese momento. Por otro lado, las enfermeras también afirmaron que la ratio de enfermera-paciente fue inadecuada y más de la mitad de las enfermeras negaron haberse sentido respaldadas, aspecto que también se ha relacionado en el presente estudio con aquellas enfermeras que desempeñaron su labor en unidades con pacientes COVID. En este sentido, este estudio pone en evidencia la necesidad de la mejora de la gestión sanitaria, no sólo respecto a los recursos materiales, sino también en relación con sus trabajadores. Es esencial que los organismos sanitarios no sólo provean a sus trabajadores del material suficiente para desempeñar su labor de manera adecuada y segura, sino que también los consideren como personas humanas, haciendo uso de sus fortalezas, pero también valorando sus limitaciones con el fin de reforzarlas y suplirlas.

 

BIBLIOGRAFÍA

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  2. Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias. Ministerio de Sanidad.  Información Científica-Técnica. Enfermedad por coronavirus, COVID-19. [Internet]. 2020. [acceso: 19/01/2021]. Disponible en: https://www.mscbs.gob.es/profesionales/saludPublica/ccayes/alertasActual/nCov/documentos/ITCoronavirus.pdf
  3. Raurell M, Martínez G, Frade M, Carrasco L, Romero E. Reflexiones derivadas de la pandemia COVID-19. Enferm intensiva. 2020;(31 (2):90-93.
  4. Andreu-Periz D, Ochando-García A y Limón-Cáceres E. Experiencias de vida y soporte percibido por las enfermeras de las unidades de hemodiálisis hospitalaria durante la pandemia de COVID- 19 en España. Enferm Nefrol [Internet]. 2020 [acceso: 19/01/2021]; 23 (2): 148-159. Disponible en: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2254-28842020000200004&lng=es
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  6. Brito-Brito PR, Martínez -Alberto CE y Cuéllar-Pompa L. Cuidados enfermeros orientados a mitigar la transmisión del coronavirus en casos positivos: una revisión narrativa. Enferm Clin [Internet]. 2020 [acceso: 19/01/2021]. Disponible en: https://doi.org/10.1016/j.enfcli.2020.05.008
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  8. Alquézar-Arbé A, Piñera P, Jacob J, Martín A, Jiménez S, LLorens P et al. Impacto organizativo de la pandemia COVID-19 de 2020 en los servicios de urgenicas hospitalarios españoles: resultados del estudio ENCOVUR. Emergencias [Internet]. 2020 [acceso: 19/01/2021]; 32: 320-331. Disponible en: http://emergencias.portalsemes.org/descargar/impacto-organizativo-de-la-pandemia-covid19-de-2020-en-los-servicios-de-urgencias-hospitalarios-espaoles-resultados-del-estudio-encovur/
  9. Voicu Anda; Tosaus Patricia; Ruiz Verónica; Sacristán Paula; García Belén. Afectación psicológica en el profesional de enfermería durante el Estado de Alarma por la COVID-19. Presencia [Internet]. 2021 [acceso: 17/02/2021]; 17: e13222. Disponible en: http://ciberindex.com/c/p/e13222

 

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