Prevención del maltrato a ancianos a través de programas educativos dirigidos a ellos y sus cuidadores principales familiares. Una revisión de revisiones

7 julio 2023

AUTORES

  1. Lucía de Lucas Castel. Enfermera. Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa. Zaragoza.
  2. María Perandones Cabello. Enfermera. Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa. Zaragoza.
  3. Sara Sanz Casaus. Enfermera. CS Perpetuo Socorro. Huesca.
  4. Álvaro Maza Rufas. Enfermero. Hospital Arnau de Vilanova. Lérida.
  5. Lucía Alamán Gallego. Enfermera. CS Fidel Pagés Miravé. Huesca.
  6. Cristina Olacia Pelegrin. Hospital Miguel Servet. Zaragoza.

 

RESUMEN

Introducción: El maltrato a ancianos es un problema de salud mundial cada vez más conocido, pero todavía poco estudiado. En 2017, el 15,7% de la población igual o superior a 60 años, sufrió algún tipo de maltrato. Una de las líneas más utilizadas en la prevención es la educación. Por eso contar con una batería de intervenciones educativas dirigidas a la prevención de este problema de salud es de gran importancia. Así, el objetivo de este trabajo es hacer una revisión de revisiones para identificar las intervenciones educativas ya llevadas a cabo en las personas mayores y en el cuidador principal familiar.

Material y métodos: Se hizo revisión de revisiones, consultando las bases de datos: PubMed, Cinahl Plus, Scopus y Scielo. Se incluyeron como criterios las revisiones, la población igual o mayor de 65 años que tuvieran un cuidador principal y las publicaciones en inglés o castellano. No se tuvieron en cuenta criterios de exclusión.

Resultados: Se incluyeron tres revisiones sobre la prevención del maltrato en las que se utilizaban intervenciones educativas. En éstas, se identificaron cinco artículos con intervenciones educativas dirigidas a la persona mayor y seis artículos dirigidos al cuidador principal familiar. Se obtuvieron en general efectos significativos sobre los factores de riesgo, pero no se consiguieron modificaciones en los episodios de abuso.

Conclusiones: Este trabajo ofrece el análisis de tres revisiones y posterior recopilación de las intervenciones utilizadas y los resultados obtenidos. Estos resultados, declaran que la educación facilita la identificación, denuncia y disminución, pero se tiene que seguir investigando en el seguimiento y control de estos ancianos en sus hogares.

PALABRAS CLAVE

Maltrato a personas mayores, intervención, cuidador principal, programas educativos, prevención. maltrato anciano.

ABSTRACT

Introduction: Elder abuse is a global health problem that is increasingly known but still little has been studied. In 2017, 15.7% of the population aged 60 years or over, suffered some type of abuse. One of the most used lines of prevention is education. So having a battery of educational interventions aimed at preventing this health problem is of great importance. Thus, the objective of this work is to carry out an umbrella review to identify the educational interventions already carried out in the elderly and in the main family caregiver.

Material and methods: An umbrella review was made, consulting the following databases: PubMed, Cinahl Plus, Scopus and Scielo. The reviews, the population equal to or older than 65 years with a main caregiver, and publications in English or Spanish were included as criteria. Exclusion criteria was not taken into account.

Results: They included three reviews on the prevention of abuse in which educational interventions were used. In these, five articles were identified with educational interventions aimed at the elderly and six articles aimed at the main family caregiver. In general, significant effects on risk factors were obtained, but no modifications were achieved in episodes of abuse.

Conclusions: This work offers the analysis of three reviews and subsequent compilation of the interventions used and the results obtained. These results declare that education facilitates the identification, reporting and reduction, but further research must be carried out in the monitoring and control of these elderly in their homes.

KEY WORDS

Elder abuse, intervention, main carer, education program, prevention, mistreatment elderly.

INTRODUCCIÓN

El maltrato a personas mayores fue una de las últimas líneas de investigación sobre el maltrato doméstico. Se hablaba de maltrato doméstico ya que se centraba en el ámbito familiar, dirigido a mujeres mayores y nombrando únicamente el maltrato físico. Es a partir de la segunda mitad de los años setenta y principios de los ochenta cuando surgieron los primeros artículos de la mano de Burston (1975)1 sobre el maltrato a ancianos. Tras continuar con la investigación de este tema se terminó aceptando la presencia de otras formas de maltrato, además de la falta de relación con el género de la víctima2. Por lo que, en noviembre de 2002 a través de la Declaración de Toronto, la Organización Mundial de la Salud (OMS)3, definió el maltrato a ancianos como un acto único o repetido que causa daño o sufrimiento a una persona de edad, o la falta de medidas apropiadas para evitarlo, que se produce en una relación basada en la confianza4. Esto incluye además de la violencia y el abuso, la omisión de la ayuda necesaria y vulneración de sus derechos5. Esta definición es una de las más aceptadas pero no la única. La presencia de distintas definiciones puede llevar a no reconocer, identificar o informar de los casos de maltrato. Otra de las complicaciones para los profesionales es la presencia de maltrato de forma sutil o sin llegar a producir inmediatamente un descenso de la calidad de vida del anciano. Además, de la negación por parte de la víctima, una vez identificado el maltrato, por miedo a consecuencias perjudiciales. Todo esto sumado a la falta de conciencia a nivel social y cultural hace que suponga de gran complejidad la estimación de la prevalencia de maltrato a personas mayores2.

Según datos de la OMS en 2012, se estimó que a nivel mundial la población mayor de 60 años era de 600 millones en el 2000, y llegaría a 2000 millones en 20504. A nivel nacional según datos del Padrón (INE), en 2011 la población mayor de 65 años representa un 18,1% de la población total. De estos datos hay un mayor porcentaje de mujeres (34%) que de hombres, y a su vez de mujeres (28,3%) que viven solas. Lo cual supone dos factores de riesgo para sufrir maltrato5. Esto aumenta el problema de salud haciendo que en 2017 el 15,7% de la población igual o superior a 60 años sufrieron algún tipo de maltrato, de los cuales sólo uno de cada 24 casos fue denunciado6. Aunque la tasa global aumenta anualmente en 141 millones de víctimas de maltrato a personas mayores7, hay que seguir trabajando para concienciar a la población como se ha hecho con otros tipos de maltrato2.

En cuanto al ámbito en el que se produce, la Red Internacional para la Prevención del Maltrato a las Personas Mayores (INPEA), indican que la tasa de maltrato en instituciones (hospitales, residencias geriátricas, centros de día, etc.) es del 10% y en la comunidad (ámbito doméstico) es del 5%8. Referente a los tipos de maltrato han sido clasificados por los expertos según criterios propios. Por lo que surge la necesidad de unificarlas. Describir las tipologías del maltrato a ancianos es importante para que los profesionales sepan identificarlas y clasificarlas. Esto hace que se agilice la detección y la intervención, ya que para cada tipo de maltrato se actúa distinto. En ocasiones pueden presentarse varios tipos de maltrato en una misma víctima. La clasificación más aceptada del maltrato a ancianos se divide en físico; psicológico o emocional; sexual; económico, financiero o material; abandono; negligencia; y violación de los derechos básicos. Los tipos de maltrato más frecuentes son el psicológico, siendo el acto de causar malestar o estrés psicológico mediante hechos o palabras como amenazas, insultos, intimidaciones, obligar a presenciar otro maltrato, aislamiento, tratamiento de silencio (no hablarle); el físico, como la acción intencionada a través del uso de fuerza física para producir daños o lesiones corporales; el financiero, realizar una acción ilegal o indebida del uso de propiedades o recursos provocando el beneficio del maltratador y el perjuicio de la persona mayor; y la negligencia, considerada como la omisión o fallo intencionado o no en la satisfacción de las necesidades básicas de la persona mayor2,5. El tipo de maltrato también depende del ámbito, por lo que en las instituciones las formas más comunes son el psicológico (33,4%), físico (14,1%) y financiero (13,8%), mientras que en el ámbito comunitario el maltrato más frecuente es el psicológico (11,6%), financiero (6,8%) y la negligencia (4,2%)6.

Todos estos tipos de maltrato se ven condicionados por factores institucionales, factores relacionales entre la persona mayor y el presunto perpetrador del abuso, y factores comunitarios. Dentro de los institucionales se encuentra la precariedad laboral, falta de medios o materiales, y carencia de formación. En cuanto a los relacionales influye el incremento de la esperanza de vida, pertenecer al sexo femenino, tener un nivel educativo bajo, deterioro físico y/o cognitivo, presencia de patología psicológica, presencia de estrés o síndrome de burnout2,9. Por último, en los comunitarios interviene la disminución del tamaño de las familias, la reducción de posibles cuidadores principales, el aislamiento o falta de apoyo social, el edadismo o imagen negativa de la vejez, la normalización en la sociedad de la violencia para resolver conflictos.

El mayor porcentaje de maltrato en la comunidad se produce por parte de los cuidadores principales. En la mayoría de los casos el cuidador principal es un familiar (mujer o hija) de mediana edad que acepta su cuidado, además de ocuparse de las tareas de la casa, lo que interpretan como un deber familiar10. El cuidador puede sufrir un gran peso o estrés en su estado físico o mental lo que puede acarrear efectos negativos sobre el cuidado del anciano. La elevada sobrecarga del cuidador principal aumenta las posibilidades de perpetrar algún tipo de maltrato sobre la persona a su cuidado. Un estudio con 236 familiares, cuidadores principales de personas con demencia, concluyó que una quinta parte tuvo sentimientos violentos hacia ellos y de la parte restante un tercio era partícipe de conductas violentas11.

Después de exponer la magnitud del problema y sus factores, surge la necesidad de conocer qué intervenciones dirigidas a los cuidadores principales y a las personas mayores se están realizando a nivel mundial, para trabajar en un abordaje preventivo y disminuir el impacto de este fenómeno a nivel económico y social10. Esta área de prevención es la menos trabajada en la problemática del maltrato a ancianos. Por lo que es preciso educar a los cuidadores para mitigar la carga12. De aquí que el objetivo sea la realización de una revisión paraguas o revisión de revisiones para identificar los programas educativos dirigidos a las personas mayores y sus cuidadores principales familiares y focalizados en la prevención del maltrato a ancianos que viven en la comunidad.

 

MATERIAL Y MÉTODO

La metodología llevada a cabo para realizar esta revisión de revisiones o revisión paraguas es de Arskey y O’Malley13. Consta de 5 etapas que se desarrollaran a continuación.

Etapa 1. Identificar pregunta de investigación

A través de esta revisión se quiere responder la pregunta de investigación, la cual es fundamental para determinar las palabras clave y construir las estrategias de búsqueda. La pregunta de investigación fue: ¿Qué programas educativos se llevan a cabo sobre el maltrato a ancianos, en personas mayores y su cuidador principal familiar, para prevenir este problema en la comunidad?

Etapa 2. Identificar los estudios

El periodo de búsqueda comenzó el 16 de diciembre de 2019 y concluyó el 19 de marzo de 2020. Se utilizaron descriptores MeSH y términos libres en las bases de datos PubMed, Cinahl Plus, Scopus y Scielo. Las palabras clave fueron: elder abuse, interventions, intervention, main care, health education, abuse, older people, education program, prevention, mistreatment elderly (anexo 1). Se incluyeron aquellos estudios con una población igual o mayor de 65 años que contasen con un cuidador principal, publicados en inglés o castellano y cuya metodología fuera una revisión. No se determinó ningún criterio de exclusión.

Etapa 3. Selección de los estudios

Para la selección de artículos se siguió el diagrama de flujo de PRISMA14. En primer lugar, se hizo una primera lectura del título y resumen de los artículos, y la consiguiente inclusión de los que concordaban con los criterios del trabajo.

Posteriormente, se leyó el texto completo de los artículos seleccionados en la fase anterior y se excluyeron los que no se adecuaban a los criterios de inclusión y exclusión. Los artículos incluidos se introdujeron en el gestor bibliográfico Mendeley. En esta se verificó su duplicidad y los artículos duplicados se eliminaron. Todas las fases citadas anteriormente de la selección de estudios quedaron registradas en el gestor de información Excel (anexos 1, 2, 3).

Etapa 4. Análisis de los datos

Una vez obtenidos los artículos idóneos, se analizó de cada uno de ellos el autor/es, año de publicación, ubicación del estudio, población estudiada, intervención u observación y resultados que respondiesen a la pregunta de investigación.

Etapa 5. Cotejar, resumir y clasificar los resultados

Los resultados se clasificaron en intervenciones dirigidas a las personas mayores y dirigidas al cuidador principal familiar.

 

RESULTADOS

1. Análisis de la calidad de los artículos:

La calidad metodológica fue analizada con la herramienta CASPE15. Los artículos identificados se analizaron a través del modelo adaptado para las revisiones sistemáticas. Se obtuvo una puntuación máxima de 7,5 en el artículo de Ayalon et al.16 y mínima de 1 en el de Pillemer et al.12, obteniendo una media de 4,25. Este hecho se traduce en una calidad baja-media ya que algunos de los artículos se tratan de revisiones bibliográficas y, por lo tanto, no cumplen con los criterios de sistematización evaluados por CASPE. Por ejemplo, uno de los fallos principales de la revisión de Baker et al.17 fue la baja calidad de los estudios. A estos les faltaba claridad en el diseño, el tamaño muestral era pequeño o los hallazgos no se asemejaban entre ellos. Por otra parte, la revisión de Pillemer et al.12 fue la única que no se evaluó por completo ya que no pasó las preguntas de eliminación debido a la falta de claridad y datos en la descripción de la población elegida ya que se trata de una revisión de la literatura.

2. Características de los estudios incluidos:

La estrategia de búsqueda para esta revisión dio como resultado un total de 1756 documentos, de los cuales se eliminaron 678 duplicados. Tras la lectura del título y resumen con detenimiento obtuvimos 32 artículos. Finalmente, tras seguir el último proceso de selección mostrado en el diagrama de PRISMA14se obtuvieron 3 artículos idóneos. Los artículos elegidos contaban con la misma metodología, revisión sistemática, y misma fecha de publicación, 2016. La revisión de Baker et al.17 analizó en la fase final 7 artículos; Pillemer et al.12, 20 artículos; y Ayalon et al.16, 24 artículos. En este último artículo se hizo un metaanálisis para la agrupación de las intervenciones y ver su efecto.

Los tres artículos elegidos dividen las intervenciones en función de la acción realizada y/o a quién va dirigida esta acción. Por ello Ayalon et al.16 agrupa las intervenciones en: intervenciones dirigidas a profesionales, intervenciones dirigidas a adultos mayores que sufren maltrato, e intervenciones dirigidas a cuidadores que maltratan. Por otro lado, Baker et al.17 lo agrupa en intervenciones educativas dirigidas a profesionales de la salud y/o cuidadores, programas para reducir los factores que influyen en el abuso a ancianos, programas para aumentar la tasa de detección para la prevención de abuso a ancianos, programas dirigidos a las víctimas de maltrato a personas mayores, y programas para rehabilitación para perpetradores de abuso a ancianos. Y por último, Pillemer et al.12 lo divide en intervenciones al cuidador, programas de administración de dinero, líneas de ayuda, refugio de emergencia, y equipos multidisciplinares.

Los resultados de las revisiones se presentarán según la clasificación (tabla 1): programas de educación dirigidos a las personas mayores y programas de educación dirigidos al cuidador principal familiar, para dar una respuesta clara al objetivo planteado

3. Programas de educación dirigidos a las personas mayores:

La revisión de Baker et al.17 recoge un programa de educación pública dirigido a víctimas de abuso a ancianos. En uno de los artículos18, Davis realizó un programa de 18 meses de duración, de educación pública a la comunidad por parte de múltiples componentes mediante presentaciones de la policía sobre el abuso y los derechos legales de las víctimas, folletos, y carteles en zonas públicas. Posteriormente, de manera individual, se eligieron participantes que habían informado de un incidente de abuso a la policía de manera al azar para recibir visitas domiciliarias de la policía, apoyo de trabajadores sociales, seguimiento de las denuncias de maltrato, y vigilancia domiciliaria. Para medir la efectividad se revisaron registros policiales y se hicieron entrevistas a las víctimas a los 6 y 12 meses de la intervención. Este artículo concluyó con una mayor probabilidad de que los participantes que habían recibido la intervención educativa avisasen a la policía en futuros incidentes de maltrato. Aumentaron los avisos por un aumento de la confianza de las victimas hacia la policía. A pesar de ello, no disminuyeron los episodios de maltrato. Así pues, Brownell y Heiser19 hizo un programa educativo de 2 horas a la semana para dar conocimiento sobre la violencia doméstica, abuso y negligencia. Este programa tenía una duración de 8 semanas. Se hicieron entrevistas previas y posteriores al estudio, se analizaron los audios de las sesiones semanales y se midieron mediante escalas la depresión (CESB-10), culpa (subescala de culpa del estudio de Hartford) y la autoestima (escala de autoestima de Rosenberg). Para evaluar la efectividad se compararon las puntuaciones de estos datos y no se obtuvieron conclusiones firmes por su pequeño tamaño y alto riesgo de sesgo.

Por otro lado, Ayalon et al.16 recoge el artículo ya mencionado anteriormente de Brownell y Heiser19, además de un artículo de Rabiei et al.20 que centró su intervención en adultos mayores capaces de realizar independientemente tareas diarias y en los miembros de su familia. Se llevó a cabo en 10 sesiones de 45 minutos. Se entregaron cuestionarios previos y posteriores a la intervención, sobre la amenaza percibida y de medición de la autoeficacia, autoestima y calidad de vida de Cooper Smith. Durante la intervención se aplicó un modelo de empoderamiento a los mayores, basado en aumentar sus conocimientos. El modelo de empoderamiento aumentó la calidad de vida del grupo de intervención respecto al grupo control. También hubo una diferencia significativa respecto a la autoestima, lo que no ocurrió con la autoeficacia.

Mientras, en la revisión de Pillemer et al.12 no se nombran intervenciones educativas para los receptores de maltrato.

4. Programas de educación dirigidos al cuidador principal familiar:

En relación al emisor de cuidados, Baker et al.17 recogió en su revisión un artículo de Hsieh et al.21 dirigido a cuidadores que acuden a residencias geriátricas, sin especificar la relación del cuidador con el anciano. Se hacía una intervención basada en sesiones grupales de 1 a 1,5 horas, durante 8 semanas. La efectividad de la intervención se midió con la escala Caregiver Psychological Elder Abuse Behavior (CPEAB). Tras ello hubo una diferencia significativa en el alivio del comportamiento psicológico abusivo del cuidador. En cambio, no hubo una mejora en el conocimiento del cuidado de los ancianos. Otro de los artículos, de Cooper et al.22 se dirigió a cuidadores primarios de familiares con demencia. Se impartían 8 sesiones psicoeducativas sobre estrategias de afrontamiento que incluían temas como la demencia, el estrés de los cuidadores y dónde encontrar apoyo, entender el comportamiento del familiar con demencia y técnicas para manejar el comportamiento, y relajación, entre otros. Las sesiones se realizaron durante un periodo de 8 a 14 semanas. La efectividad de la intervención se midió mediante la Escala de ansiedad y depresión hospitalaria. Los cuidadores que recibieron la intervención fueron menos propensos a tener depresión que el grupo de control, lo cual no sucedió con la ansiedad. La calidad de vida también se vio mejorada para el cuidador pero no para el anciano, aunque el grupo de la intervención informó de comportamientos menos abusivos hacia el receptor de los cuidados, que el grupo de control. Esto no pudo objetivar un efecto general significativo.

Por otra parte, Ayalon et al.16 recoge el artículo de Cooper et al.22, citado anteriormente, dirigido a cuidadores familiares de ancianos con demencia.

Por último, Pillemer et al.12 incluye dos artículos de Nahmiash y Reis23, y de Reay y Browne24 intervenciones para disminuir la carga del cuidador, entre las que se encuentra la educación. No llega a detallar el tipo de educación. Concluye que estas intervenciones si son dirigidas a cuidadores abusivos, previenen la revictimización, mientras si se dirigen al cuidador, se reduce el potencial de aparición. Véase tabla 3 de anexos.

 

DISCUSIÓN

Este documento presenta un conjunto de intervenciones educativas para prevenir el maltrato a personas mayores. En España existe poca evidencia sobre el tema, la mayoría de bibliografía encontrada fueron guías y muy pocos estudios. A nivel internacional, se encontraron varias revisiones que daban respuesta al objetivo planeado. Por este motivo, se decidió analizarlas y realizar esta revisión de revisiones o umbrella review. Por ello, la característica de esta metodología es presentar como criterio de inclusión las revisiones sistemáticas. Esto permite recoger en un sólo documento una gran cantidad de información sobre el tema.

Dada la pregunta de investigación planteada y los resultados obtenidos se decidió dividir los resultados entre intervenciones educativas dirigidas a personas mayores e intervenciones educativas dirigidas al cuidador principal familiar.

En cuanto a las intervenciones educativas dirigidas a los adultos mayores, en dos artículos18,20 se obtuvieron resultados significativos, en otro19 no pudo concluirse un resultado firme debido al pequeño tamaño muestral y en una de las revisiones12 no se nombraron intervenciones educativas para los ancianos. Davis et al.18 en su artículo, obtuvieron mayor probabilidad de que los adultos mayores que habían recibido la intervención avisaran antes frente un episodio de maltrato. Esto no significó que dichos episodios de maltrato disminuyesen. Por otra parte, Rabiei et al.20, produjeron una mejora en algunos factores relacionados al maltrato como la calidad de vida y la autoestima. La relación de las intervenciones educativas a los adultos mayores con la disminución del maltrato no presenta en ninguno de los estudios resultados significativos. La intervención educativa en ambos se basa en el aumento de conocimientos sobre el maltrato y los factores de riesgo. Se producen cambios en los factores psicológicos relacionados y en la identificación del episodio de maltrato y posterior denuncia. En otro estudio no incluido en esta revisión, se obtuvieron resultados parecidos. Walsh et al.25 en su artículo sobre programas educativos a escolares para la prevención del abuso sexual infantil, halla resultados favorecedores, aumentando las aptitudes en los comportamientos protectores y los conocimientos de los niños que participaron en la intervención educativa. Además, estos niños tuvieron más probabilidad de identificar y revelar el abuso. Lo que demuestra que las intervenciones educativas son efectivas en diferentes poblaciones para identificar y revelar el abuso

Por otro lado, las intervenciones educativas que se hicieron a los cuidadores principales familiares consiguieron también modificar algunos factores relacionados pero no se logró objetivar una disminución de los episodios de maltrato hacia los ancianos. Cooper et al. en su artículo21 alcanzan, a través de estrategias de afrontamiento e intervenciones psicoeducativas, resultados que concluyeron con una disminución o menos propensión a tener depresión, aumentó la calidad de vida de los cuidadores, no se vio modificada la ansiedad y disminuyó el comportamiento abusivo, aunque no pudo ser concluyente. Otro de los artículos21 también finaliza con un alivio en el comportamiento abusivo, aunque en este no se mejoraron los conocimientos del cuidado a ancianos a través de sesiones grupales. Por último, Nahmiash y Reis23 incluyeron intervenciones educativas sin especificar, que previnieron la revictimización y disminuyeron la aparición de casos de maltrato.

En el presente, las intervenciones educativas son necesarias pero no suficientes para la prevención del maltrato. Además, las políticas sociales no han creado servicios y equipos especializados, dirigidos a asistir el maltrato y abuso a personas mayores. Por ello, ante una situación así, es necesario que la persona mayor y/o su familia conozcan los recursos que disponen. Estos recursos los prestarán los centros de atención primaria, más concretamente los servicios sociales27.

Como se ha ido viendo a lo largo de los artículos, una limitación de esta revisión es la falta de evidencia sobre las intervenciones educativas para la prevención del maltrato a ancianos. Esto ha llevado a que el alto nivel de sesgo en los estudios no haya sido un motivo de exclusión. No obstante, todos los datos han sido tratados con cautela.

CONCLUSIONES

Actualmente cada vez son más las campañas contra el maltrato a ancianos y el compromiso nacional e internacional, además de la conciencia social. A pesar de ello, todavía falta investigación y formas de evaluar la eficacia de las intervenciones contra el maltrato.

La intervención educativa en la prevención del maltrato a ancianos disminuye algún factor relacionado como es la depresión, y aumentan otros como la autoestima y calidad de vida de los ancianos y de los cuidadores principales familiares. A pesar de ello, no se ha podido objetivar que se experimente una disminución de los comportamientos abusivos y episodios de maltrato.

Acorde a los resultados, los programas educativos facilitan la identificación, denuncia del maltrato, y disminuyen los casos nuevos, por lo que una de las líneas futuras de investigación debería ser el seguimiento o control del cuidado de los ancianos en el hogar. Además de poder personalizar la educación y las estrategias de afrontamiento en cada núcleo familiar.

La mayoría de ellos viven en casa atendidos por su cuidador principal familiar, lo que hace difícil detectar estos episodios de abusos. Si el seguimiento domiciliario lo sumamos a los conocimientos de los ancianos y cuidadores principales familiares sobre el tema, facilitaremos la prevención.

El hecho del envejecimiento progresivo de la población hace plantearnos la necesidad de una atención primaria más desarrollada y adaptada a las personas mayores.

Conflicto de intereses

Ninguno.

Financiación

La presente investigación no ha recibido ninguna beca específica de agencias de los sectores público, comercial, o sin ánimo de lucro.

 

BIBLIOGRAFÍA

  1. Burston GR. Letter: Granny-battering.1. Burston GR. Letter: Granny-battering. Br Med J. 1975;3(5983):592. Br Med J. 1975;3(5983):592.
  2. Boakye-Boaten A. Malos tratos a personas mayores. Glob Shad África Neoliberal World Order. 2006;44(2):8–10.
  3. Gin S. Declaración de Toronto para la prevención global del maltrato a las personas mayores. Rev Esp Geriatr Gerontol. 2002;37(6):332–3.
  4. OMS | El maltrato de los ancianos. WHO. 2016;
  5. Tabueña M, Muñoz J, Fabà J. La sensibilización y la prevención de los malos tratos a las personas mayores.
  6. OMS. Maltrato de las personas mayores [Internet]. [cited 2020 Apr 7]. Available from: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/elder-abuse
  7. Yon Y, Mikton CR, Gassoumis ZD, Wilber KH. Elder abuse prevalence in community settings: a systematic review and meta-analysis. Lancet Glob Heal. 2017 Feb 1;5(2):e147–56.
  8. Fallis A. Prevenir y actuar contra los malos tratos a las personas mayores. J Chem Inf Mo. 2007;7–75.
  9. Consejeria de servicios y derechos sociales. Protocolo contra el maltrato a personas mayores. 2018;
  10. Mena Aragón E, Sánchez Sarduy M, Reyes Quintana Y, García Martín D. Eficacia de intervención educativa en conocimientos de cuidadores para prevenir el maltrato del adulto mayor. Rev Cubana Enferm. 2016 Apr 1;32(2):237–45.
  11. Pillemer K, Suitor JJ. Violence and violent feelings: what causes them among family caregivers? J Gerontol [Internet]. 1992 Jul [cited 2020 Apr 16];47(4):S165-72. Available from: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/1624711
  12. Pillemer K, Burnes D, Riffin C, Lachs MS. Elder Abuse: Global Situation, Risk Factors, and Prevention Strategies. Vol. 56, Gerontologist. Gerontological Society of America; 2016. p. S194–205.
  13. Scoping studies: towards a methodological framework: International Journal of Social Research Methodology: Vol 8, No 1 [Internet]. [cited 2020 Apr 16]. Available from: https://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/1364557032000119616
  14. Moher D, Liberati A, Tetzlaff J, Altman DG TPG. Preferred Reporting Items for Systematic Reviews and Meta-Analyses: The PRISMA Statement [Internet]. 2009 [cited 2020 May 10]. Available from: http://prisma-statement.org/PRISMAStatement/FlowDiagram
  15. Instrumentos para la lectura crítica | CASPe [Internet]. [cited 2020 May 10]. Available from: http://www.redcaspe.org/herramientas/instrumentos
  16. Ayalon L, Lev S, Green O, Nevo U. A systematic review and meta-analysis of interventions designed to prevent or stop elder maltreatment. Age Ageing. 2016 Mar 1;45(2):216–27.
  17. Baker PRA, Francis DP, Hairi NN, Othman S, Choo WY. Interventions for preventing abuse in the elderly. Cochrane database Syst Rev [Internet]. 2016 Aug 16 [cited 2020 Jan 31];(8):CD010321. Available from: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/27528431
  18. Hart S V. National Institute of Justice Results from an Elder Abuse. 2001;
  19. Grupos de apoyo psicoeducativos para Mujeres mayores víctimas de maltrato familiar: un estudio piloto. No Title. Rev Trab Soc Gerontológico. 2006;46(3–4):145–60.
  20. Mostafavi F, Masoudi R, Hassanzadeh A, Rabiei L. The effect of family-based intervention on empowerment of the elders. J Educ Health Promot [Internet]. 2013 [cited 2020 Sep 10];2(1):24. Available from: http://www.jehp.net/text.asp?2013/2/1/24/112700
  21. Hsieh HF, Wang JJ, Yen M, Liu TT. Educational support group in changing caregivers’ psychological elder abuse behavior toward caring for institutionalized elders. Adv Health Sci Educ. 2009 Aug;14(3):377–86.
  22. Cooper C, Barber J, Griffin M, Rapaport P, Livingston G. Effectiveness of START psychological intervention in reducing abuse by dementia family carers: Randomized controlled trial. Int Psychogeriatrics. 2016 Jun 1;28(6):881–7.
  23. Nahmiash D, Reis M. Most Successful Intervention Strategies for Abused Older Adults. J Elder Abus Negl [Internet]. 2001 Mar 19 [cited 2020 Sep 9];12(3–4):53–70. Available from: http://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1300/J084v12n03_03
  24. Campbell Reay AM, Browne KD. The Effectiveness of Psychological Interventions With Individuals Who Physically Abuse or Neglect Their Elderly Dependents. J Interpers Violence [Internet]. 2002 Apr 2 [cited 2020 Sep 9];17(4):416–31. Available from: http://journals.sagepub.com/doi/10.1177/0886260502017004005
  25. Walsh K, Zwi K, Woolfenden S SA. Programas educativos escolares para la prevención del abuso sexual infantil | Cochrane [Internet]. [cited 2020 Sep 24]. Available from: https://www.cochrane.org/es/CD004380/BEHAV_programas-educativos-escolares-para-la-prevencion-del-abuso-sexual-infantil
  26. Livingston G, Barber J, Rapaport P, Knapp M, Griffin M, King D, et al. Clinical effectiveness of a manual based coping strategy programme (START, STrAtegies for RelaTives) in promoting the mental health of carers of family members with dementia: pragmatic randomized controlled trial. BMJ. 2013;347:f6276.
  27. Scharfstein M, Gaurf. Prevenir y actuar contra los malos tratos a las personas mayores. J Chem Inf Model. 2013;53(9):1689–99.

 

ANEXOS

Tabla 1. Identificación de estudios:

En documento en PDF

 

Tabla 2 Verificación de la duplicidad de los artículos:

En documento en PDF

 

Tabla 3 Exclusión de artículos.

 

Tabla 3 de anexos.

Tabla 3. Características de las revisiones analizadas.

Autores, año. Síntesis de evidencia y método de consenso. Ámbito de estudio. Información relativa a la implementación/factibilidad. Resultados de esta intervención.
Ayalon et al.16 (2016). Búsqueda de las palabras clave en bases de datos. Además, se hizo búsqueda con el método bola de nieve.

Al menos 2 investigadores extrajeron los datos de forma independiente. Los desacuerdos entre ellos fueron consensuados mediante pautas predefinidas.

Intervenciones para capacitar a los profesionales para detectar o detener el maltrato. 1. Dirigido a los responsables de realizar el informe de maltrato con intervenciones de política legal (sin especificar).

2. Evaluaba el impacto de una intervención educativa en los cuidadores de adultos mayores con enfermedad mental.

 

1. Efecto no significativo.

2. Efecto no significativo.

Intervenciones a personas mayores que sufren maltrato. 1. Intervención psicoeducativa con un grupo de apoyo a mujeres mayores.

2. Entrevistas motivacionales y conexiones con servicios a presuntas víctimas de abuso a ancianos para ver la disposición a hacer un cambio.

3. Analizaba la amenaza percibida mediante 10 sesiones de 45 minutos.

1. Efecto no significativo.

2. Efecto significativo a favor de la intervención.

3. Efecto significativo, desfavoreciendo la intervención.

Intervenciones a cuidadores que maltratan. 1. 5 estudios llevaron a cabo intervenciones dirigidas al abuso psicológico por parte de cuidadores remunerados, mediante apoyo y formación educativa grupal.

2. Estrategias de afrontamiento para cuidadores familiares que cometen abuso físico al anciano.

3.13 estudios que realizaron intervenciones educativas / de consulta / estructurales para reducir la restricción física en instituciones mediante seminarios y sesiones al personal del centro residencial, de 1 o 2 días al mes, durante 2 a 7 meses de duración.

1. Se obtuvieron efectos significativos.

2. No obtuvo efecto significativo.

3. Obtuvieron un efecto general significativo.

Baker et al.17 2016. Búsqueda bibliográfica sobre intervenciones para mejorar los cuidados, para reducir el abuso, y cuidados a largo plazo. La selección se hizo de forma minuciosa entre varios autores y un asistente de investigación. No hubo cegamiento con los nombres, revista o fecha. Para garantizar la inclusión de datos importantes se utilizó la herramienta PROGRESS-Pluss. Para el riesgo de sesgo se utilizó la herramienta Cochrane: Riesgo de sesgo. El consenso se conseguía mediante la discusión y revisión de cuestionarios. Intervenciones educativas a profesionales de la salud y/o cuidadores. 1. Intervención para ver la efectividad de asistir a un curso educativo comparado con poseer información educativa impresa.

2. Curso para obtener capacidades y aprender un protocolo para aumentar el conocimiento, reconocimiento e informe de maltrato entre residentes en un hogar de ancianos.

3. Dirigido a cuidadores que acuden a residencias geriátricas, con una intervención de sesiones grupales de 1, 1,5 horas, durante 8 semanas.

1. Los que recibieron el curso obtuvieron un efecto significativo respecto a los que recibieron información escrita.

2. Aumentaron las habilidades en el grupo de intervención.

3. Hubo una diferencia significativa en el alivio del comportamiento psicológico abusivo del cuidador, pero no en la mejora en el conocimiento del cuidado de los ancianos.

Programas para reducir los factores que influyen en el abuso a ancianos. 1. Dirigido a cuidadores primarios de familiares con demencia, mediante una intervención de 8 sesiones de estrategias de afrontamiento. Durante las 8 semanas se midió en 3 ocasiones la ansiedad, depresión y calidad de vida. 1. No hubo diferencias significativas de afrontamiento en el grupo de intervención. Los cuidadores en el grupo de intervención tenían menos probabilidades de tener depresión, pero no hubo una reducción significativa en la ansiedad. La calidad de vida de los cuidadores fue mayor en el grupo de intervención, pero no en el receptor de la atención.
Programas para aumentar la tasa de detección para la prevención de abuso a ancianos. 1. Integrar un sistema de evaluación clínica, apoyo en la toma de decisiones y medición de resultados para personal no médico de salud mental que cuide a personas mayores 1. No se obtuvo diferencia en la evaluación inicial pero sí un aumento significativo en el seguimiento de cuadros que documentaron negligencia y abuso en el grupo de intervención.
Programas a las víctimas mayores de maltrato. 1. Dirigido a la comunidad con casos de violencia, con un programa de educación pública de los policías, visitas de policía y trabajadores sociales, seguimiento de denuncias y vigilancia domiciliaria de la policía, durante 18 meses.

2. Programa educativo de 2 horas para el aprendizaje sobre violencia doméstica, abuso y negligencia, con una duración de 8 semanas.

1. Aumentó la información de nuevos casos de violencia a la policía y al personal de la investigación.

2. No se obtuvieron conclusiones firmes debido a su pequeño tamaño y alto riesgo de sesgo.

Programas para rehabilitación a perpetradores de abuso a ancianos. No se poseen estudios.
Pillemer et al.12 (2016). Revisión de la literatura sobre la prevalencia del abuso a ancianos y factores de riesgo. Intervenciones al cuidador. 1. Intervenciones para disminuir la carga del cuidador, como limpieza y preparación de comidas, relevo en el cuidado, educación, apoyo de grupo y guarderías (no se especifica). 1. Éstas intervenciones, dirigidas a cuidadores abusivos, previenen la revictimización. Mientras que dirigido al cuidador, el potencial de aparición de abuso se reduce.
Programas de administración de dinero. 1. Intervenciones de administración de dinero diario, ayuda en el pago de facturas, pago de atención domiciliaria, y hacer un depósito en el banco, para personas mayores con cierto grado de deterioro cognitivo y socialmente aislados. 1. Estas intervenciones tienen un alto potencial preventivo.
Líneas de ayuda. 1. Intervención dirigida a la comunidad para prestar asesoramiento y asistencia sobre el abuso a ancianos. 1. Resultado prometedor, sin resultados adversos
Refugio de emergencia. 1. Intervención a ancianos víctimas de maltrato, para proporcionarles un refugio seguro. 1. Resultados positivos.
Equipos multidisciplinares. 1. Intervenciones mediante equipos multidisciplinares a ancianos víctimas de abusos. Desde el ámbito de la justicia, servicios legales, financieros, atención médica, de salud mental, y servicios para víctimas. 1. Estos equipos son más apropiados para países con altos ingresos ya que primero se necesitan los recursos para llevar a cabo la coordinación de todos ellos.

 

Publique con nosotros

Indexación de la revista

ID:3540

Últimos artículos