Revisión bibliográfica: prevención de la violencia familiar en niños y adolescentes y tratamiento de sus efectos en la salud, desarrollo cognitivo y psicológico

2 abril 2023

AUTORES

  1. Raquel Alonso Arqued. Enfermera de Quirófano Traumatología HUMS.
  2. Beyatriz Martin Garcia. Enfermera Planta Tocología HUMS.
  3. Guillermo Burguete Nuño. Enfermero de Quirófano Traumatología HUMS.
  4. Leyre Aznar Sánchez. Enfermera UCI Neonatos HUMS.
  5. Carmen Villagrasa Rodrigo. Enfermera Quirófano Traumatología HUMS.
  6. Miguel Gaudioso Julián. Enfermero Planta Medicina Interna HUMS.

 

RESUMEN

El término “malos tratos” hace referencia a un conjunto de diferentes formas de abuso o agresión, entre las que destacan la violencia física, la violencia emocional, el abuso sexual, el maltrato institucional, la negligencia (física y/o emocional). Los niños y adolescentes víctimas o testigos de malos tratos en el ámbito familiar presentan problemas en su desarrollo físico, social y emocional.

Según UNICEF, la escasez de datos fiables sobre la violencia familiar ejercida contra niños y adolescentes agrava aún más el problema. La recopilación de este tipo de datos plantea problemas éticos y metodológicos. Según datos de UNICEF, cerca 300 millones de niños de 2 a 4 años en todo el mundo (3 de cada 4) son habitualmente víctimas de violencia familiar, ejercida por sus padres u otros cuidadores; 250 millones de niños de 2 a 4 años (alrededor de 6 de cada 10) son castigados por medios físicos. En todo el mundo, 1 de cada 4 niños menores de 5 años viven con una madre que es víctima de violencia de género. Solo 60 países han adoptado una legislación que prohíba totalmente el castigo corporal contra los niños en el hogar.

PALABRAS CLAVE

Malos tratos, prevención, infancia, desarrollo cognitivo, desarrollo psicológico.

ABSTRACT

The term «abuse» refers to a set of different forms of abuse or aggression, among which physical violence, emotional violence, sexual abuse, institutional abuse, neglect (physical and/or emotional) stand out. Children and adolescents who are victims or witnesses of abuse in the family environment present problems in their physical, social and emotional development.

According to UNICEF, the scarcity of reliable data on family violence against children and adolescents further aggravates the problem. The collection of this type of data raises ethical and methodological problems. According to UNICEF data, nearly 300 million children between the ages of 2 and 4 around the world (3 out of 4) are habitually victims of family violence, carried out by their parents or other caregivers; 250 million children between the ages of 2 and 4 (around 6 out of 10) are punished by physical means. Worldwide, 1 in 4 children under the age of 5 live with a mother who is a victim of gender-based violence. Only 60 countries have adopted legislation totally prohibiting corporal punishment of children in the home.

KEY WORDS

Bad treatments, childhood, cognitive development, psychological development.

DESARROLLO DEL TEMA

Estudiar y analizar la evolución de la producción científica internacional sobre la prevención de la violencia familiar en niños y adolescentes, bien a través de programas de salud pública y/o asistencia social o de tratamientos específicos, durante los años 2013 a 2018.

La Agenda para el Desarrollo Sostenible de 2030 reconoce la erradicación de la violencia contra los niños como un componente esencial del desarrollo sostenible. Entre las acciones y estrategias específicas que UNICEF ha adoptado para prevenir y responder a la violencia contra los niños cabe destacar las siguientes: apoyo a planes y acciones nacionales coordinados para abordar la violencia contra los niños, fortalecer el marco jurídico y normativo, cambiar las normas que perpetúan la violencia y poner en marcha políticas para limitar la violencia y mejorar los servicios1,2,3.

Un ejemplo lo tenemos en el Plan Estratégico para la Prevención y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres en Aragón 2014-2017, que se articula en cuatro líneas estratégicas: sensibilización y prevención, atención integral, coordinación y gestión pública. En él se incluyen medidas dirigidas a la sensibilización y prevención; a la atención integral, incluyendo la atención a los Hijos/as de las Mujeres Víctimas; a la formación de los profesionales y agentes implicados; a la visibilización de las distintas formas de violencia y a la difusión del conocimiento sobre la Violencia contra las Mujeres4.

En el Protocolo básico de intervención contra el maltrato infantil en el ámbito familiar en las Pautas de Intervención antes los casos de maltrato infantil se establecen: la detección y notificación y la valoración, intervención y seguimiento. Respecto a la detección y notificación, detectar significa “reconocer o identificar la existencia de una posible situación de maltrato infantil”. Las fuentes de detección son dos: cualquier ciudadano que fuera testigo o tuviera conocimiento del presunto maltrato en el entorno del menor, incluyendo los propios niños; y, profesionales que están en contacto con el menor: personal de servicios sociales, educadores, personal sanitario, trabajadores sociales, Agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, monitores de ocio y tiempo libre, etc.4. En el ámbito sanitario, el médico pediatra o profesional de enfermería de Atención Primaria o de salud mental de un centro hospitalario que tenga sospecha o evidencia de un posible maltrato infantil debería cumplimentar una hoja de notificación y, conjuntamente con el trabajador social del centro hospitalario o de salud, enviarla a los servicios sociales correspondientes. Si existe peligro para la integridad del menor se deberá mantener su ingreso en el centro sanitario a la espera de que se tramite su protección5. La valoración de casos de maltrato infantil debe cumplir como requisitos mínimos: enfoque integral que incluya las circunstancias precedentes y desencadenantes, así como la intensidad y frecuencia del maltrato para garantizar que no se actúa sólo sobre un hecho puntual. Por tanto, la valoración no deberá limitarse al menor, sino que debe hacerse conjuntamente con la familia y el medio. La valoración deberá ser realizada por un equipo de profesionales, con formación especializada en problemática familiar y protección de la infancia6,7,8.

En el Programa de Prevención en Salud Mental en Atención Primaria Grupo de Salud Mental del PAPPS (Sociedad Española de Medicina Familiar Y Comunitaria) se establecen unas recomendaciones para la prevención de los malos tratos en la infancia. Entre ellas, destaca la de que los profesionales sanitarios de Atención Primaria deben estar alerta e investigar la presencia de factores de riesgo y situaciones de mayor vulnerabilidad, e intervenir preventivamente en los mismos (prevención primaria). Para ello se recomienda: Incluir en el programa de seguimiento del embarazo la detección de signos de alerta o factores de riesgo en la familia de los futuros padres; promover en los programa de psicoprofilaxis en el embarazo actividades de refuerzo y protección para los futuros padres (pautas de crianza, habilidades y pautas de resolución de problemas); promover las redes de apoyo; promover la visita en el domicilio del recién nacido (RN) en riesgo psicosocial, por parte del médico, matrona y/o enfermera pediátrica, para un valoración “en el terreno” de la situación; y, promover los programas de atención al puerperio9,10.

En el mismo Programa se establece que los profesionales, también los sanitarios, deben ser capaces de detectar precozmente el abuso identificando signos de alerta y señales o síntomas para los distintos tipos de violencia, lo que se conoce como prevención secundaria. Estas señales de alerta se pueden categorizar por edades. Por ejemplo, para los menores de 5 años destacan: retraso psicomotor, apatía, aislamiento, miedo, inseguridad, hospitalizaciones frecuentes, enuresis, encopresis, conductas de dependencia, trastornos del sueño, terrores nocturnos, cambios de apetito, ansiedad ante las revisiones médicas, hematomas, quemaduras y explicaciones contradictorias respecto a lesiones11.

En el caso de los preadolescentes, las señales de alerta son: fracaso escolar, problemas de conducta, agresividad, sumisión, hiperactividad o inhibición, pobre autoestima, trastornos del lenguaje y aprendizaje, ansiedad o depresión, insomnio, absentismo escolar, fugas del domicilio, pérdida o ganancia de peso repentinas, conocimientos sexuales inapropiados para su edad.

Las señales de alerta advertidas en adolescentes son: trastornos psicosomáticos, cambios de apetito, depresión, ideación suicida, aislamiento social, fugas del domicilio, promiscuidad sexual, ansiedad, consumo de alcohol o drogas.

El protocolo a seguir antes la sospecha de una situación de maltrato es: Entrevista clínica al niño y a los padres, Exploración física al niño víctima de maltrato, Si se confirma el maltrato es preciso realizar un abordaje integral y multidisciplinar (prevención terciaria), realizando una valoración física, psicológica y social, y actuar en función de la situación de riesgo del menor, si hay riesgo vital inmediato (físico o psíquico) hay que derivar al menor al hospital, si hay riesgo social (amenaza para la vida de los hijos, ausencia de apoyo social) hay que comunicarlo al Juzgado y al Servicio de Atención al Menor. En caso de agresión sexual, debe remitirse siempre al hospital para valoración ginecológica y forense, en el resto de los casos se procederá según la evaluación realizada. El protocolo continúa con la valoración y tratamiento de las lesiones físicas e inmunizaciones y prevención de las enfermedades de transmisión sexual y embarazo si procede, realizar parte de lesiones para los servicios judiciales ,contactar con el trabajador social y elaborar el informe social, informar al Servicio de Protección a la Infancia, establecer un plan especial de seguimiento del niño y de la familia, registrar los casos de víctimas de maltrato en la historia clínica, además de la actuación con el menor hay que contemplar siempre la actuación con los padres cuando éstos son los agresores, y la intervención ante sospecha de maltrato o riesgo del mismo requiere la coordinación de profesionales de distintos ámbitos (escuela, servicios sociales y servicios de salud)11,12,13,14,15.

Entre los factores de riesgo y vulnerabilidad, podemos distinguir los personales, los familiares y los sociales. Respecto a los personales, están las deficiencias físicas o psíquicas, la dependencia biológica o social, la separación de la madre en el periodo neonatal, el niño hiperactivo, los prematuros y los discapacitados. Entre los factores de riesgo familiares están el embarazo no deseado, los padres adolescentes, el padre o madre no biológicos, el abuso de drogas o alcohol, la prostitución, la historia de violencia o abuso sexual en la familia, los trastornos psiquiátricos de los padres, la separación en el período neonatal precoz, el abandono o fallecimiento de uno de los padres, los antecedentes de maltrato familiar, las relaciones conyugales conflictivas, las expectativas irracionales respecto al desarrollo del niño, los limites generacionales difusos, y el padre dominante y madre pasiva. Entre los sociales están el soporte social bajo, el aislamiento social, el nivel socioeconómico bajo, el hacinamiento, la inmigración y el desempleo16.

España ratificó el «Convenio del Consejo de Europa sobre prevención y lucha contra la violencia contra la mujer y la violencia doméstica”. El primer objetivo de este Convenio es «Proteger a las mujeres contra todas las formas de violencia y prevenir, perseguir y eliminar la violencia contra la mujer y la violencia doméstica». El tercer objetivo pretende «Concebir un marco global, políticas y medidas de protección y asistencia a todas las víctimas de violencia contra la mujer y la violencia doméstica». Asimismo, el gobierno de España se comprometió a tomar medidas que abarquen la violencia familiar de manera integrada para tomar en cuenta la relación entre las víctimas, los autores de los delitos, los niños y su entorno social más amplio. Este compromiso involucra a diferentes disciplinas y ámbitos profesionales entre ellos la atención de salud y los profesionales sanitarios17.

Diversos estudios demuestran que hay una conexión entre la violencia contra las mujeres en la relación de pareja y la violencia contra otros miembros de la familia en especial contra los niños y las niñas. De hecho, la mayoría de los estudios sobre la coocurrencia de la violencia contra los niños, y la estima que suceden en tasas de entre 30 y 60 por ciento.

Las primeras publicaciones sobre los problemas de la infancia expuesta a violencia familiar surgieron en el ámbito internacional, especialmente en los países de habla inglesa, en la década de los años setenta. Por ejemplo, en una encuesta realizada con familias estadounidenses se descubrió que la violencia hacia los niños aumentaba a la par que la violencia entre los cónyuges, y el 77% de los niños de familias donde había violencia habían sufrido abusos durante su vida18,19.

En cambio, en el ámbito español, son escasas las publicaciones que tengan esta orientación, sobre todo en la penúltima década. En España la preocupación de las políticas públicas en prestar atención a los hijos e hijas de mujeres víctimas de violencia de género y, por tanto, son recientes los programas de intervención en este ámbito. Así, se publican estudios sobre la violencia de género y estudios sobre la violencia en otras esferas de la familia, especialmente hacia los niños y las niñas, pero son pocas las publicaciones donde se aborde de manera conjunta la violencia simultánea tanto en unos como en otros, lo que serviría para prevenir de manera más integral la violencia familiar cuando está se ejerce también sobre niños y adolescentes. También, es cierto que los estudios sobre la violencia familiar y de género tienen un planteamiento interdisciplinar.

En las dos décadas anteriores a los años noventa,en España los casos de violencia doméstica aumentaron de forma espectacular. A la par, creció la conciencia social sobre este tema. En definitiva, aumentó la percepción social sobre este hecho20,21.

BIBLIOGRAFÍA

  1. Ann, E. M., Katz, R. C., Chie, K., Stelmach, N. P., & Chaudhuri, J. H. (2018). Intimate partner violence in the first 2 years of life: Implications for toddlers’ behavior regulation. Journal of Interpersonal Violence, 33(7), 1192-1214. doi:http://dx.doi.org/10.1177/0886260515614562
  2. Arruda da Silva, P., Lunardi, V., Lerch Lunardi, G., Machado Fernandes, G. (2015). La violencia familiar contra los niños y adolescentes, una relación de dominación y las políticas públicas de afrontamiento. Evidentia, 12(50), 1697-638X
  3. Brehm, H. N., & Boyle, E. H. (2018). The global adoption of national policies protecting children from violent discipline in schools and homes, 1950–2011. Law & Society Review, 52(1), 206-233. Retrieved from https://search.proquest.com/docview/2007414788?accountid=14795
  4. Plan estratégico para la prevención y erradicación de la violencia contra las mujeres en Aragón. 2014-2017. Disponible en: https://aplicaciones.aragon.es/agoab/documentos/fases/uSsGf2g5w9/Presentaci%C3%B3n%20sesi%C3%B3n%20retorno%20-%20IAM.pdf
  5. Protocolo básico de intervención contra el maltrato infantile en el ambito familiar. Ministerio de sanidad, servicios sociales e igualdad. 2014. Disponible en: https://observatoriodelainfancia.mdsocialesa2030.gob.es/productos/pdf/MaltratoInfantil_accesible.pdf
  6. Bright, M. A., PhD., & Thompson, Lindsay A,M.D., M.S. (2018). Association of adverse childhood experiences with co-occurring health conditions in early childhood. Journal of Developmental and Behavioral Pediatrics, 39(1), 37. Retrieved from https://search.proquest.com/docview/1992639843?accountid=14795
  7. Santana-Hernández, J. D., Chinea-Montesdeoca, C., & Martínez-González, J. (2015). Panorama de la investigación del trabajo social en el ámbito de la violencia familiar y de género (2000-2013)/A review of social work research about family violence and gender violence (2000-2013). Azarbe, (4), 39-49. Retrieved from https://search.proquest.com/docview/1735636900?accountid=14795
  8. Chapter 6: Child health promotion (2014). (2nd edition. ed.). Oxford: Oxford University Press, UK. Retrieved from https://search.proquest.com/docview/2030136510?accountid=14795
  9. Fernández Alonso MC, Buitrago Ramírez R, Ciurana Misol, L. Programa de prevención en salud mental en atención primaria. Grupo de salud mental del PAPPS. Disponible en: wwww.elsevier.es/es-revista-atencion-primaria-27-articulo- programa-prevencion-salud-mental-atencion-13126850
  10. Pérez Árbol, Ana (2016). Exposición infantil a violencia doméstia en una muestra comunitaria en España y consecuencias psicopatológicas asociadas. Disponible en http://eprints.ucm.es/38863/
  11. Abraham, S. O. (2018). Domestic violence and demographic variables as predictors of resilience among young adults (Order No. 10743687). Available from ProQuest Dissertations & Theses A&I: Health & Medicine. (2002578762). Retrieved from https://search.proquest.com/docview/2002578762?accountid=14795
  12. Deidda, M., Boyd, K. A., Minnis, H., Donaldson, J., Brown, K., Boyer, N. R. S., & McIntosh, E. (2018). Protocol for the economic evaluation of a complex intervention to improve the mental health of maltreated infants and children in foster care in the UK (the BeST? services trial). BMJ Open, 8(3) doi:http://dx.doi.org/10.1136/bmjopen-2017-020066
  13. De Vries, D., Brennan, Z., Lankin, M., Morse, R., Rix, B., & Beck, T. (2017). Healing with books: A literature review of bibliotherapy used with children and youth who have experienced trauma. Therapeutic Recreation Journal, 51(1), 48-74. doi:http://dx.doi.org/10.18666/TRJ-2017-V51-I1-7652
  14. Fusco, R. A. (2017). Socioemotional problems in children exposed to intimate partner violence: Mediating effects of attachment and family supports. Journal of Interpersonal Violence, 32(16), 2515-2532. doi:http://dx.doi.org/10.1177/0886260515593545
  15. García Rueda, A. et al. (2013). Yo pongo, tú pones, todos ponen para ayudar a las familias de nuestra comunidad. Revista Ciencia y Cuidado, 10(2), 11-21.
  16. Ramsay, S. E., Bartley, A., & Rodger, A. J. (2014). Determinants of assault-related violence in the community: Potential for public health interventions in hospitals.Emergency Medicine Journal : EMJ, 31(12), 986-989. doi:http://dx.doi.org/10.1136/emermed-2013-202935
  17. Andrews, & Cindi. (2015, Nov 27). Kids must be protected from domestic violence. Cincinnati Enquirer Retrieved from https://search.proquest.com/docview/1736675028?accountid=14795
  18. Convenio del consejo de Europa sobre prevencion y lucha contra la violencia contra las mujeres y la violencia domestica. Council of Europe treaty series. 210 Disponible en: https://rm.coe.int/1680462543
  19. Hanafin, S., PhD. (2013). Child protection reports: Key issues arising for public health nurses. Community Practitioner, 86(10), 24-7. Retrieved from https://search.proquest.com/docview/1444596130?accountid=14795
  20. Ibabe Erostarbe, I. (2014). Efectos directos e indirectos de la violencia familiar sobre la violencia filio-parental. Estudios de psicología, 35(1), 1579-3699.
  21. Giménez, A. (1998). Manual de violencia familiar. Revista De Psicopatología y Psicología Clinica, 3(3), 225-227. Retrieved from https://search.proquest.com/docview/1114834965?accountid=14795

 

Publique con nosotros

Indexación de la revista

ID:3540

Últimos artículos