Valoración del efecto de tipo de alimentación durante el primer año de vida y estado nutricional en niños de 6 años de Aragón.

24 agosto 2022

AUTORES

  1. Sandra Santander Jorge. IIS Aragón. Enfermera del Hospital Universitario Miguel Servet (Zaragoza, España). Diplomada en Terapia Ocupacional.
  2. María Magdalena Alvarenga Benítez. Enfermera del Hospital Royo Villanova (Zaragoza, España).
  3. Raquel Sánchez Villalba. Enfermera del Centro Asistencial Calatayud (Zaragoza, España).
  4. Myriam Pallas Caudevilla. Técnico Auxiliar de Farmacia.
  5. Amelia Aguaron Langarita. Técnico Auxiliar de Farmacia del Hospital Universitario Miguel Servet (Zaragoza, España).

 

RESUMEN

Introducción: Una adecuada alimentación durante la primera infancia es fundamental para un buen crecimiento y desarrollo de los niños. La leche materna es el principal alimento para los lactantes durante los 4-6 primeros meses de vida.

Objetivo: Evaluar la asociación existente entre la duración del tipo de alimentación durante el primer año de vida y sus cambios en el estado nutricional a los 6 años en niños de Aragón.

Material y métodos: El estudio CALINA (Crecimiento y Alimentación durante la Lactancia y la primera Infancia en Niños Aragoneses), es un estudio observacional longitudinal en una cohorte representativa de la población de niños que nacieron en el año 2009-2010 en Aragón y su seguimiento hasta los 6 años (N= 1.189). Se han evaluado variables antropométricas (peso, talla e IMC al nacer y a los 6 años), factores perinatales y postnatales (hábito tabáquico materno durante el embarazo, ganancia ponderal a los 6 meses), socioculturales (etnia, nivel educacional y medio de los padres) y pautas de alimentación (lactancia materna, artificial o mixta) durante los 4 primeros meses y al año de vida.

Resultados: De manera individual, aquellos niños alimentados durante los primeros 4 meses con lactancia materna exclusiva tuvieron una talla mayor a los 6 años (p= 0,011), que aquellos que tomaron lactancia artificial. En el análisis multivariado, tras el ajuste, se observa que engordar rápidamente durante los 6 primeros meses se relaciona de manera independiente y positiva con un mayor peso y talla a los 6 años (p= 0,044; p= 0,015), respectivamente.

Conclusión: Entre todas las variables estudiadas, ser engordador rápido en los 6 primeros meses de vida está más relacionado con el estado nutricional a los 6 años que con el tipo de alimentación durante los 4 primeros meses.

 

PALABRAS CLAVE

Lactancia materna, estado nutricional, desarrollo infantil, nutrición infantil.

 

ABSTRACT

Introduction: Adequate feeding during early childhood is essential for good growth and development of children. Breast milk is the main food for infants during the first 4-6 months of life.

Objective: To evaluate the association between the duration of the type of feeding during the first year of life and its changes in the nutritional status at 6 years in the children of Aragon.

Material and methods: The CALINA study (Growth and Feeding during Breastfeeding and Early Childhood in Aragonese Children) is a longitudinal observational study in a representative cohort of the population of children born in the year 2009-2010 in Aragon and its follow up to 6 years Of age (N= 1.189). Were evaluated the anthropometric variables (weight, height and BMI at birth and at 6 years), perinatal and postnatal factors (maternal smoking during pregnancy, weight gain at 6 months), sociocultural variables (parental ethnicity, parental educational level and parental environment) and feeding patterns (breastfeeding, artificial or mixed) during the first four months and the year of life.

Results: Individually, who were breastfed during the first 4 months of exclusive breastfeeding were significantly older than 6 years (p= 0,011), compared to those who took artificial breastfeeding. In the multivariate analysis, after adjustment, it was observed that gaining weight rapidly during the first 6 months was independently and positively related to a greater weight and height at 6 years (p= 0,044, p= 0,015), respectively.

Conclusion: Among all the variables studied, being a fast fattener in the first 6 months of life is more related to the nutritional status at 6 years than to the type of feeding during the first 4 months.

 

KEY WORDS

Breastfeeding, nutritional status, child development, child nutrition.

 

INTRODUCCIÓN

La obesidad es una enfermedad crónica, compleja y multifactorial caracterizada por una acumulación anormal o excesiva de la masa grasa corporal que supone un riesgo para la salud1-4. En España, 3 de cada 10 niños menores de 5 años padecen ya sobrepeso u obesidad (8,3% y 21,7%; respectivamente), con cifras que se han triplicado en los últimos 30 años5.

Este problema es especialmente alarmante desde las edades más tempranas de la vida como resultado de una compleja interacción entre factores genéticos, psicológicos, metabólicos, ambientales, culturales y socioeconómicos, que actúan como potenciales determinantes de esta alteración de la composición corporal3,6,7.

Hay ciertos períodos críticos durante la niñez para el desarrollo posterior de la obesidad: período prenatal, período de rebote de la adiposidad alrededor de 5-7 años, y pubertad8. Ha quedado suficientemente demostrado que los niños que tienen obesidad después de 6 años son 1,5 veces más propensos a desarrollar obesidad adulta, independientemente de la obesidad de sus padres9. No obstante, se ha comprobado que los hijos de padres delgados tienen un 9% de riesgo de obesidad, mientras que, si ambos padres tienen sobrepeso, éste aumenta a 60-80%6,10.

En este sentido, se ha demostrado que las condiciones medioambientales y nutricionales que se desarrollan en el embarazo y durante los primeros meses de vida, puede determinar el desarrollo de enfermedades degenerativas como la diabetes tipo 2, la cardiopatía isquémica, la hipertensión arterial y, recientemente, el riesgo de la obesidad en etapas posteriores11-14.

Las etapas más tempranas del desarrollo (sobre todo la intrauterina) son muy plásticas y el efecto que la exposición a ciertos factores ambientales tiene sobre el desarrollo metabólico es, probablemente, más pronunciado que en etapas posteriores de la vida15.

Algunos de los factores de riesgo independientes que han mostrado evidencia científica al relacionarse con la aparición posterior de obesidad son entre otros: el peso elevado al nacer12,47, la raza45, la ganancia rápida de peso tras el nacimiento11,16, el peso materno14, los niños y niñas primogénitos, el bajo nivel socioeconómico6,17, el menor nivel de educación de los padres y el hábito tabáquico en la madre durante la gestación6,18 o la influencia del estado nutricional durante la infancia como la ausencia o poco tiempo de lactancia materna (LM)7,13,19.

De hecho, el aumento de peso infantil depende directamente del tipo de nutrición que más tarde pueda afectar tanto la composición corporal como el índice de masa corporal (IMC) en niños y adolescentes debido a los posibles cambios en el estado hormonal7,20. El IMC (peso/talla2) es la medida estándar aceptada más utilizada para determinar la obesidad infantil y proporciona información sobre el peso corporal, pero es sólo una medida sustitutiva de la adiposidad21-24.

Se ha demostrado que la ganancia rápida de peso desde el nacimiento hasta los dos años de vida es un factor de riesgo claro de aparición posterior de obesidad, alteraciones cardiometabólicas y diabetes mellitus tipo 219,25-27. Esto ocurre especialmente en los nacidos tras un período de escasez nutricional intrauterina y en los que han padecido desnutrición durante la época postnatal precoz, experimentando durante las siguientes semanas o meses, un fenómeno de crecimiento rápido llamado “crecimiento recuperador” o “catch up”28,29.

Debido a que el tratamiento del sobrepeso y la obesidad infantil no han logrado revertir el problema, se considera de suma importancia enfocar los esfuerzos en su prevención y sus consecuencias, centrándonos en los primeros años de vida, y la LM es una excelente alternativa costo-efectiva para esta meta30.

 

El fomento y apoyo de la LM podría convertirse en un medio útil y barato para la prevención de enfermedades crónicas de adultos como alergias, enfermedades autoinmunes, obesidad, síndrome metabólico (dislipemias, hipertensión arterial, hiperinsulinismo, alteración del metabolismo hidrocarbonado), que pueden originarse ya en las primeras etapas de la vida. Y fomenta el vínculo físico emocional entre la madre y el recién nacido (RN)7,30.

Según las recomendaciones de la OMS, la leche materna se considera el alimento fundamental e ideal para el RN y el lactante. Deben ser exclusivamente alimentados con LM durante los 6 primeros meses de vida, y mantenerla hasta el segundo año de vida, junto con una adecuada instauración de la alimentación complementaria. En esta misma línea, la Academia Americana de Pediatría aconseja continuar con la LM al menos durante todo el primer año de la vida1,11,26,31.

La LM promueve el crecimiento, el desarrollo y la maduración óptimos del RN y el lactante, permite adecuar de forma nutricional y biológica en cada momento evolutivo, con modificaciones en su composición según los requerimientos, así como previene de enfermedades o alteraciones que pueden aparecer en el neonato o lactante (alergia, estreñimiento, y ciertas afecciones del tracto gastrointestinal como los cólicos del lactante)7,10,17.

Los lactantes y niños amamantados son más capaces de autorregular su alimentación o mejor habilidad para regular la sensación de hambre y saciedad, en comparación con los bebés alimentados con biberón. Además, los niños alimentados con LM presentan menores niveles de insulina en el plasma, lo que impide el desarrollo excesivo de los adipocitos tempranos y disminuye el almacenamiento de grasa7,10,17.

En condiciones adecuadas, los niños amamantados presentan una menor ganancia media de peso durante el primer año de vida que los niños alimentados con fórmulas infantiles. Al contrario, los niños alimentados con fórmula crecen más rápidamente que los amamantados7,10,17,32.

Además, se ha demostrado que una mayor duración de LM se asocia a una disminución del riesgo de obesidad, con una reducción de un 4% por cada mes de LM33. La alimentación con LM podría reducir la obesidad en un 20% en la edad escolar, en comparación con las fórmulas infantiles o leche entera de vaca7,10. Por ello, cuanto más prolongada ha sido la LM, mayor es el efecto protector frente a la obesidad a largo plazo, así como de otras enfermedades metabólicas ligadas a ella, principalmente hipertensión arterial y diabetes mellitus tipo 25,10,26,27,30,31.

A pesar de conocer los beneficios de la LM, Europa tiene una de las tasas más bajas de LM del mundo, con solo un 14% de mujeres que mantienen la lactancia durante los seis primeros meses14,31. En nuestro medio, pese al buen conocimiento de sus beneficios para la salud, las recomendaciones institucionales, la información administrada durante la preparación al parto, y los consejos y medidas de promoción de la LM instauradas y divulgadas en los hospitales o desde los grupos de apoyo a la lactancia para fomentarla, su inicio y mantenimiento han sido bajos durante las últimas décadas33,34.

Aragón tiene una prevalencia inicial del 90% y un tiempo medio de mantenimiento de la LM menor a 6 meses. Esta prevalencia disminuye progresivamente, pero en el tercer o cuarto mes es cuando la disminución es más brusca. El cuarto mes ya sólo un 22,2% siguen amamantando35,36.

El abandono precoz de la LM (hasta 1/3 de los casos en el primer mes) es un problema que afecta tanto a las madres como a los niños. El 26,9% de las madres tienen problemas asociados con un cese temprano de la LM, coincidiendo con la reincorporación de la madre al trabajo y la inadecuada interpretación de ciertos cambios en los hábitos de alimentación que experimenta el propio bebé34,37. Refleja las dificultades sociales, culturales y educacionales que impiden su instauración y mantenimiento prolongado34,37.

Existen una serie de factores de riesgo que suponen retraso en el inicio de la LM o cese de la misma de forma precoz, entre los que destacan la primiparidad, la edad avanzada, hábito tabáquico18, parto mediante cesárea, RN de >3.600 g y la obesidad o sobrepeso materno38.

En cambio, los principales factores que afectan la prevalencia y la duración de la lactancia materna son la raza/etnia materna, la educación, el empleo, la duración de la licencia de maternidad, el desconocimiento de la técnica, la falta de apoyo familiar y social, el uso del chupete y la administración de leche de fórmula36.

También el hábito tabáquico materno, el dolor en los pezones, y la producción inadecuada de leche materna, la falta de orientación o estímulo de los profesionales de la salud, suelen ser problemas frecuentes26,31. Es especialmente importante en estos casos dar apoyo e información suficiente sobre los beneficios de la LM27,30.

En este contexto, se necesita más investigación para aportar más pruebas al examinar el efecto a largo plazo de la LM sobre el sobrepeso y la obesidad infantil, en particular los que controlan los factores de confusión.

 

OBJETIVOS

El objetivo general que nos planteamos es evaluar la asociación existente entre la duración del tipo de alimentación durante el primer año de vida y sus cambios en el estado nutricional a los 6 años en niños de Aragón.

En relación al objetivo general, planteamos los siguientes objetivos específicos:

  • Estudio de la asociación entre la duración de LM en el primer año de vida y el estado nutricional a los 6 años en niños de Aragón, teniendo en cuenta ciertos factores perinatales.
  • Estudio de la asociación entre el tipo de alimentación a los 4 meses y el estado nutricional a los 6 años en niños de Aragón, teniendo en cuenta ciertos factores perinatales.
  • Estudio de la asociación entre la duración de LM inferior o superior a los 4 meses y el estado nutricional a los 6 años en niños de Aragón, teniendo en cuenta ciertos factores perinatales.

 

MATERIAL Y MÉTODO

Diseño del estudio:

Se trata de un estudio observacional longitudinal en una cohorte representativa de niños nacidos entre marzo de 2009 y febrero de 2010 (ambos meses inclusive) en Aragón y su seguimiento hasta los 6 años de edad.

El estudio siguió los estándares éticos de las recomendaciones de la Declaración de Helsinki, las Normas de Buena Práctica Clínica y la normativa legal vigente española que regula la investigación clínica en humanos (Real Decreto 223/2004 sobre ensayos clínicos y Ley 14/2007 de Investigación Biomédica). El estudio fue aprobado por el Comité Ético de Investigación Clínica de Aragón (CEICA).

Los participantes fueron debidamente informados sobre los objetivos del estudio y se obtuvo la hoja de consentimiento informado firmada por el padre/madre o tutor/a legal.

Población de estudio:

Para el estudio, la muestra fue obtenida de la cohorte de niños de 6 años de edad del estudio CALINA, que se reclutó en la Comunidad Autónoma de Aragón. La muestra inicial incluyó a 1.629 sujetos, representativa de la población de niños aragoneses (85). En el presente estudio, se seleccionaron los niños que tuvieran registrado el tipo de alimentación a los 4 meses (N= 1.018) y peso a los 6 años (N= 1.030), cuya muestra total incluye a 1.189 niños (véase anexos, Figura 1).

Criterios de inclusión y exclusión:

El estudio se desarrolló en una muestra aleatoria de Centros de Salud representativos de la Comunidad Autónoma de Aragón que cumplían los siguientes criterios de inclusión: estar dotados de personal de pediatría y enfermería que realizaban el Programa de Salud Infantil (programa de seguimiento del niño sano) con, al menos, dos años de antigüedad, con un cumplimiento y una cobertura de dicho programa superior al 80% de la población asignada.

Los criterios de exclusión fueron presentar malformaciones, enfermedades o condicionamientos y minusvalías físicas que pudieran provocar alteraciones del crecimiento y/o del estado nutricional.

Variables de estudio:

En el estudio previo, las variables se recogieron a los 15 días de vida, y en los meses (1-4, 6, 9, 12, 15, 18 y 24) de vida. En el presente estudio se recogieron a los 6 años de vida.

  • Variables de exposición:

Como variable de exposición se eligió el tipo de alimentación: Duración LM en el primer año de edad y lactancia recibida en los primeros 4 meses (lactancia materna exclusiva/lactancia artificial o lactancia mixta), recogida dicha información mediante cuestionarios.

  • Variables de respuesta:

Para las variables de respuesta, tuvimos en cuenta los datos antropométricos recogidos: antropometría de los padres previos (peso, talla e IMC), antropometría de los niños (peso mediante báscula, talla mediante tallímetro e IMC al recién nacido y a los 6 años) y se calcularon los valores del Z-Score según las tablas de crecimiento de la OMS.

  • Variables de ajuste:

Las variables de ajuste seleccionadas para el estudio se dividen en: 1) historia clínica obstétrica y perinatal (fecha de nacimiento, sexo, peso y longitud al nacimiento); 2) datos sociodemográficos: Hábito tabáquico materno durante el embarazo, etnia de los padres, nivel educacional de los padres (ninguno o básicos/medios o superiores) y el medio donde habitaban (urbano/rural) y 3) patrón de crecimiento, ganancia ponderal durante los 6 primeros meses.

Recogida de datos:

El registro de las variables se cumplimentó en los cuestionarios confeccionados específicamente para el estudio y en la base de datos del programa de gestión OMI. Se contó con permiso institucional para la recogida de datos de las historias médicas y del programa OMI en los centros de salud. Se diseñó ad hoc una base de datos en Access (Microsoft) en la que se archivaron todos los datos recogidos y los datos identificativos de los participantes se protegieron y encriptaron.

Análisis estadístico:

El análisis estadístico se realizó con el paquete estadístico SSPS (Statistical Package for Social Sciences) versión 24.0. Para el estudio, se elaboró un análisis descriptivo univariado, un análisis bivariado y un análisis de la covarianza (ANCOVA) para ejecutar dos modelos multivariantes.

El nivel de significación estadística para este estudio fue p < 0,05. Para crear algunas de las variables del estudio se hizo uso del programa Microsoft Excel y del Software Anthro de la OMS.

 

RESULTADOS

Características de la muestra:

La cohorte seleccionada para el estudio incluyó a 1.189 niños escolares de 6 años de edad del estudio CALINA pertenecientes a la Comunidad Autónoma de Aragón, con una distribución similar por sexos (un 51,8% varones y un 48,2% mujeres).

Teniendo en cuenta la duración de LM exclusiva menor o mayor de 4 meses, observamos que hay un gran porcentaje de niños amamantados (44,9% los 4 primeros meses y 38,7% después de los 4 meses). A los 4 meses la alimentación más frecuente fue la LM exclusiva con el 37,8% frente al 33,9% de lactancia artificial (LA) y al 28,3% de lactancia mixta (L mixta).

Del total de la muestra, en cuanto a las medidas antropométricas valoradas mediante IMC no observamos diferencias significativas en el grupo de RN, así como entre padres y madres en el estudio.

En relación con las características socioculturales familiares, observamos que la etnia más frecuente es el español con un 78,4% frente al africano con un 7,7%, europeo 5,6% y americano 8,3%. Los padres sin estudios representaron un menor porcentaje en relación con aquellos que sí que los tenían: el 28,1% de las madres y el 31,9% de los padres tenían estudios básicos o ninguno, frente al 71,9% y el 68,1% que tenían estudios medios y superiores, respectivamente.

En cuanto al hábito tabáquico de las madres durante el embarazo, encontramos que el 80,9% de las madres eran no fumadoras frente al 19,1% que eran fumadoras. Además, los niños vivían con mayor frecuencia en un medio urbano (80,8%) frente al medio rural (19,2%). Finalmente, tras los 6 primeros meses de vida, el 29,4% de los niños ganaron más peso rápidamente frente al 70,6% que no se consideraron engordadores rápidos.

En la revisión a los 6 años de las características antropométricas (valores Z del peso para la edad (ZPE), Z de la talla para la edad (ZTE) y Z del IMC para la edad (ZIMC), no observamos diferencias significativas entre niños y niñas. No obstante, al comparar los percentiles según la distribución de la OMS y nuestra muestra, observamos que nuestra muestra de niños tuvo un crecimiento y desarrollo más rápido, reflejando percentiles altos en el peso, la altura y el IMC, por encima para su edad y sexo, que los valores de referencia de la OMS.

Análisis multivariado ANCOVA:

Una vez tras realizar los diferentes análisis (bivariados, múltiples) anteriormente para conocer las asociaciones estadísticas significativas entre las variables. Se planteó dos tipos de análisis multivariado.

Uno de ellos contenía la asociación entre las características antropométricas a los 6 años, evaluado por ZPE, ZTE y ZIMC, como variable dependiente y la duración de LM exclusiva ≤ o > 4 meses, ajustado por engordador rápido a los 6 primeros meses e IMC del RN (modelo ajustado).

De dicho análisis, no se halló diferencias significativas en su estado nutricional entre los niños y las niñas que no tomaron LM exclusiva y aquellos que tomaron LM exclusiva inferior o superior a 4 meses, después del ajuste por engordador rápido a los 6 primeros meses e IMC del RN (modelo ajustado).

Y el otro análisis multivariado que presentaba la asociación entre las características antropométricas a los 6 años, evaluado por ZPE, ZTE y ZIMC, como variable dependiente y el tipo de alimentación a los 4 meses, ajustado por engordador rápido a los 6 primeros meses e IMC del RN (modelo ajustado).

En él, se arrojó que la anterior asociación entre la ZTE y aquellos niños que se alimentaron durante los 4 primeros meses con LM o LA, no persistió después del ajuste por engordador rápido a los 6 primeros meses e IMC del RN (modelo ajustado).

No obstante, se encontró que existe una asociación significativa en niños y en niñas entre el ZPE y ZTE y el engordador rápido en los 6 primeros meses de vida. Más específicamente, por cada unidad que aumenta el engordador rápido en los 6 primeros meses aumenta en 0,25% el peso para la edad (p= 0,044).

Del mismo modo, la asociación entre talla para la edad y el engordador rápido en los 6 primeros meses de vida: por cada unidad que aumenta el engordador rápido en los 6 primeros meses aumenta en 0,253% la talla para la edad (p= 0,015).

 

DISCUSIÓN

Hasta dónde conocemos, CALINA es el primer estudio que describe y analiza las características antropométricas y el tipo de alimentación recibida durante los primeros 4 meses de vida, en especial se eligió hasta esta fecha para tener sólo en cuenta la LM exclusiva, sin que interfiriera la introducción de la alimentación complementaria.

Respecto a la alimentación, es bien conocido que la LM es el alimento óptimo para los primeros 6 meses de vida del lactante, paradójicamente el tiempo medio de mantenimiento de la LM no es muy alto en la población española (< 3-5 meses). El abandono precoz de la LM refleja las dificultades sociales, culturales y educacionales que impiden su instauración y mantenimiento prolongado34,37.

En nuestro estudio, el 16,4% a los 4 meses y el 16% de los lactantes eran alimentados en el seno materno a los 6 meses, manteniéndose con un 14,1% a los 9 meses y disminuyendo hasta ser un 10,7% a los 12 meses. En España también se muestran estas cifras, ya que sólo alrededor de un 10-20% mantienen la lactancia a los 6 meses34,37.

Los motivos por los que se suele abandonar la práctica, no analizados en nuestro estudio, suelen ser la hipogalactia, cuestiones laborales, sensación de hambre por parte del niño o introducción de alimentación complementaria39.

Uno de los beneficios de la LM de gran interés en la actualidad es la disminución de la prevalencia de obesidad en etapas posteriores de la vida, ejerciendo un efecto protector contra la obesidad19,27,30. Mientras otros estudios no han podido establecer esta asociación, encontrando resultados controvertidos40,41.

Respecto a ello, se ha observado que los lactantes alimentados con LM muestran diferentes patrones de crecimiento durante el primer año de vida con respecto a los alimentados con fórmula. Los niños alimentados en el seno materno son capaces de “programar” mejor su metabolismo por la posible modulación de algunas hormonas o componentes similares a hormonas, como la leptina y la ghrelina contenidas en la leche humana, disminuyendo el riesgo posterior de obesidad. En cambio, la LA tiende a ser más alta en proteínas que la LM y puede hacer que el niño tenga un mayor riesgo de aumento de peso durante la infancia42.

En nuestro estudio, se comprueba que los lactantes alimentados con LM exclusiva o LA durante los 4 primeros meses, aumentan únicamente en la talla en proporción a su crecimiento lineal. Respecto a este hallazgo, un estudio llevado a cabo por la OMS entre 1992-1994 en 6 países industrializados: EE.UU., Dinamarca, Suecia, Finlandia, Reino Unido y Canadá, encontraron que los niños amamantados durante los primeros 4 meses tuvieron un mayor aumento de peso y talla que entre los alimentados con biberón de las curvas de NCSH-OMS43.

Diversos estudios han encontrado una asociación entre la alta velocidad de crecimiento durante los primeros meses de vida y el riesgo aumentado de enfermedades en la edad adulta9, que confirma que el patrón de crecimiento de los lactantes amamantados es el ideal.

De acuerdo con la mayoría de los estudios que asocian el tipo de alimentación con la ganancia de peso. Chivers et al encontraron que los niños con LM (incluyendo la lactancia mixta) durante cuatro meses o más experimentaron rebote de la adiposidad a una edad similar que los niños con LM o la alimentación mixta durante menos de cuatro meses; incluso encontraron diferencias cuando se consideraron otros factores, como la edad gestacional al nacer, el sexo y el peso44.

En cambio, Bell et al encontró que los recién nacidos alimentados con fórmula ganaron peso más rápidamente que los lactantes amamantados. En general, parece que existe muy poca asociación, si es que existe alguna, de la modalidad de alimentación infantil con aumentos en la adiposidad durante la primera infancia45.

Paralelamente, en nuestro estudio observamos que aquellos niños que ganaron peso más rápidamente en los 6 primeros meses de vida, aumentaron en su peso y talla para la edad. En varios estudios recientes, proponen que una ganancia ponderal rápida durante la época de lactante contribuye a un incremento del riesgo cardiovascular y obesidad en la edad adulta46. Estos hallazgos son relevantes en el contexto del vínculo entre el tipo de alimentación y el riesgo posterior de obesidad9,27,45.

En cambio, nuestros hallazgos demuestran que el aumento de peso excesivo temprano desproporcionado al crecimiento lineal no está asociado con ningún tipo de alimentación. La consideración de la tasa de aumento de peso durante la primera infancia puede ser particularmente importante para predecir el futuro IMC, la masa grasa y la distribución central de grasa21,38.

De hecho, un destete precoz también está relacionado con el crecimiento recuperador acelerado y este, a su vez, puede conferir un mayor riesgo de alteraciones metabólicas más tarde, en especial del metabolismo de la glucosa. La LM durante 3-6 meses se asocia con la reducción de este riesgo47.

Además, encontramos que el IMC al nacer parece estar relacionado con el peso y el IMC a los 6 años, en el que se mantiene un aumento progresivo de las puntuaciones z del peso e IMC para la edad con el tiempo. Pero no se observaron diferencias en su antropometría entre los lactantes alimentados con LM con una duración inferior o superior a 4 meses respecto a los que no. Este mismo resultado se presenta en diversos estudios33,48, aunque se necesitan estudios longitudinales adicionales con un poder de estudio adecuado para examinar la asociación temporal entre la LM y el IMC durante la infancia.

Por el contrario, Agras et al informaron que la lactancia durante más de cinco meses estuvo asociada con una mayor adiposidad, determinada por el IMC, a la edad de seis años49. Asimismo, Grummer-Strawn demostró que los niños que recibieron LM exclusiva por 3 a 5 meses se mostraron un 33% menos propensos a ser obesos50.

Existen autores que sugieren que la asociación entre la ganancia ponderal y el aumento de IMC en los lactantes podría estar determinada por distintos factores de confusión. En nuestra muestra, al contrario de numerosos estudios que corroboran que la obesidad de los padres es un fuerte predictor de la obesidad infantil9,51, hallamos que el IMC de la madre y del padre no se asocia con los aspectos antropométricos de sus respectivos niños.

En el estudio de Hinkle et al, no se encontró asociación estadísticamente significativa entre el aumento de peso durante la gestación, en madres con bajo peso o con obesidad, y el IMC del niño52. La baja ganancia de peso durante la gestación no está asociada con el IMC previo a la concepción. Sin embargo, en madres con un IMC normal y sobrepeso, el gran aumento de peso durante la gestación sí se asocia con aumento del IMC del niño.

En particular, los niños de familias de bajo nivel socioeconómico (SES), son más propensos a tener madres con sobrepeso, lo que está asociado con un mayor riesgo de obesidad infantil. Además, la obesidad materna y la SSE baja se asocian con la reducción de la LM y otros estilos de alimentación infantil poco saludables. Por lo tanto, los niños socioeconómicamente desfavorecidos están particularmente en riesgo de obesidad en la primera infancia17.

Por otro lado, un factor a considerar y determinante del crecimiento intrauterino es el tabaquismo materno, sobre todo durante el embarazo. Constituye uno de los factores ambientales más importantes para prevenir el bajo peso al nacer o una disminución proporcional del crecimiento fetal. Se sabe que por cada 10 cigarrillos que fume diariamente una embarazada, el niño pesará al nacimiento aproximadamente 100 g menos que lo que le hubiera correspondido. Asimismo, se ha demostrado la influencia negativa del tabaquismo en la correcta instauración y en la duración de la lactancia materna, así como con el sobrepeso infantil18.

Las limitaciones de este estudio se fundamentan en los posibles sesgos en relación con la selección de la muestra, a los propios centros de salud, al registro y medición de las variables antropométricas, que se intentaron minimizar en la mayor medida. Así como por las influencias externas sociales, personales y factores ambientales que pudieron sucederse a lo largo del seguimiento.

En cambio, las principales fortalezas de este estudio incluyen su diseño longitudinal y una gran cohorte racialmente diversa. Es el estudio más grande y diverso de alimentación infantil y composición corporal publicado hasta la fecha en Aragón.

La LM fue de alta intensidad y larga duración en nuestra cohorte, lo que nos permitió hacer inferencias acerca de las diferencias entre lactantes amamantados (exclusivamente para 4 meses) y lactantes alimentados exclusivamente con fórmula. Sin embargo, no pudimos determinar hasta qué punto las diferencias en el grado de LM (por ejemplo, duración más corta o fórmula y lactancia mixta) contribuyen a las diferencias en el estado nutricional infantil, lo que puede limitar la generalización de nuestros hallazgos, especialmente porque relativamente pocos lactantes amamantan de acuerdo con las recomendaciones.

La evaluación de la composición corporal puede realizarse por diversos métodos, cada uno de ellos con sus ventajas y limitaciones. Normalmente, se utiliza el IMC como indicador a cualquier edad de la masa grasa corporal. Este índice es muy útil en estudios epidemiológicos en grandes poblaciones pero tiene importantes limitaciones, especialmente en niños y adolescentes, porque se relaciona mejor con los cambios de la masa magra que ocurren asociados al crecimiento y el desarrollo que con el aumento de la adiposidad corporal.

 

CONCLUSIONES

  1. La prevalencia de lactancia materna es similar en nuestro medio con respecto al resto de la población española.
  2. La alimentación en el seno materno durante los primeros 4 meses de vida se ha relacionado con una talla más alta de estos niños a los 6 años.
  3. Aquellos lactantes que fueron alimentados con lactancia materna exclusiva inferior o superior a 4 meses no presentaron cambios en el estado nutricional a los 6 años.
  4. La asociación entre lactancia materna y estado nutricional desaparece cuando se tiene en cuenta el ser o no engordador rápido en los 6 primeros meses de vida.
  5. El engorde rápido en los 6 primeros meses de vida es la variable postnatal durante la infancia que se relaciona directamente con peso y talla a los 6 años de edad y no así con el tipo de lactancia.
  6. El tipo de alimentación seguida por los lactantes hasta el cuarto mes de vida parece ser más determinante en el estado nutricional a los 6 años que la duración de la lactancia materna una vez pasado el umbral del cuarto mes.

 

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