Alopecia inducida por el uso de psicofármacos: revisión bibliográfica.

18 julio 2022

AUTORES

  1. Ana Goñi Navarro. Médico Adjunto de Psiquiatría en Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa (Zaragoza).
  2. Óscar Bueno Sáinz. Residente de Psiquiatría en Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa (Zaragoza).
  3. Nora Yárnoz Goñi. Residente de Psiquiatría en Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa (Zaragoza).
  4. Paula Mollà Roig. Residente de Psiquiatría en Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa (Zaragoza).

 

RESUMEN

El pelo en el cuerpo humano surge a partir de un folículo piloso, regenerándose de manera periódica mediante lo que se conoce como ciclo capilar. La alopecia inducida por medicamentos es consecuencia del efecto tóxico de éstos sobre la matriz del folículo piloso. La pérdida de pelo producida por la administración de fármacos se clasifica como una alopecia difusa que según la fase en la que afecta al folículo piloso puede ser de tipo anágeno o telógeno. Existen múltiples fármacos que pueden producir alopecia como efecto indeseable, encontrándose entre ellos los antihipertensivos, anticoagulantes, antitiroideos, retinoides, citostáticos y diversos psicofármacos. En el caso de los psicofármacos, los que más se relacionan con la pérdida difusa de pelo son los estabilizadores del ánimo (litio, ácido valproico, carbamazepina), siendo menos frecuentes los inhibidores de la recaptación de serotonina (ISRS) y muy infrecuente los tricíclicos, las benzodiacepinas y los antipsicóticos (típicos y atípicos). El efecto del psicofármaco sobre el folículo piloso se mantendrá mientras el fármaco sea administrado y desaparecerá tras su retirada. Existe una alta prevalencia de enfermedades mentales, siendo los psicofármacos una de las principales herramientas terapéuticas en su tratamiento. Por este motivo, es indispensable conocer los efectos secundarios relacionados con el tratamiento psicofarmacológico para intentar prevenirlos o minimizarlos.

 

PALABRAS CLAVE

Alopecia difusa, pérdida de pelo, efluvio telógeno, efluvio anágeno, psicofármacos, psicodermatología.

 

ABSTRACT

Hair in the human body arises from a hair follicle, which regenerates periodically through what is known as the hair cycle. Drug-induced alopecia is a consequence of the toxic effect of drugs on the hair follicle matrix. Hair loss caused by the administration of drugs is classified as diffuse alopecia which, depending on the phase in which it affects the hair follicle, can be anagenic or telogenic. There are many drugs that can produce alopecia as an undesirable effect, including antihypertensives, anticoagulants, antithyroid drugs, retinoids, cytostatics and various psychotropic drugs. In the case of psychotropic drugs, those most frequently associated with diffuse hair loss are mood stabilisers (lithium, valproic acid, carbamazepine), with serotonin reuptake inhibitors (SSRIs) being less frequent and tricyclics, benzodiazepines and antipsychotics (typical and atypical) being very rare. The effect of the psychotropic drug on the hair follicle is maintained as long as the drug is administered and disappears after withdrawal. There is a high prevalence of mental illnesses, and psychotropic drugs are one of the main therapeutic tools in their treatment. For this reason, it is essential to be aware of the side effects related to psychopharmacological treatment in order to try to prevent or minimise them.

 

KEY WORDS

Diffuse alopecia, hair loss, telogen effluvium, anagen effluvium, psychotropic drugs, psychodermatology.

 

INTRODUCCIÓN

El pelo es una fibra de queratina que está constituido por una raíz y un tallo. La raíz se forma en un folículo piloso de la dermis y sale de ésta, en forma de tallo, proyectándose por encima de la epidermis1.

El pelo se regenera de forma cíclica y a este proceso se le denomina ciclo capilar o ciclo piloso. Cada folículo posee su propio ciclo y este está constituido por tres fases principales. La primera y más larga es la fase anágena o de crecimiento, que dura entre 2 y 6 años, durante la cual el pelo crece; le sigue la fase catágena o de reposo, que dura unos 20 días; por último, la fase telógena o de caída, período que dura alrededor de unos 3 meses2.

El ciclo del pelo puede verse alterado por múltiples factores, produciendo entre otros, la caída anormal del cabello. Esta caída anormal del cabello se denomina alopecia y puede afectar a cualquier zona del cuerpo donde haya pelo. Las alopecias se pueden dividir en dos grandes grupos, alopecias cicatriciales (destrucción del folículo piloso por algún mecanismo de tipo inflamatorio, infeccioso o traumático y que conlleva la pérdida del pelo de forma irreversible) y alopecias no cicatriciales (las más frecuentes, el pelo se pierde, pero el folículo piloso que lo produce está intacto, por lo que son potencialmente reversibles y es posible la recuperación)3.

Dentro de las alopecias no cicatriciales se encuentra un tipo de alopecia llamada difusa en la que se pierde el cabello de forma más o menos intensa, reversible y no localizada del cuero cabelludo. Existen muchos fármacos que inducen este tipo de alopecia, ya que interfieren con el ciclo normal del pelo. Según la fase del ciclo capilar que afecten podemos distinguir entre efluvio anágeno o efluvio telogéno3, 4.

En el efluvio anágeno se produce una pérdida difusa y brusca de cabello que tiene lugar unos días después de la exposición al factor generador y que puede afectar hasta el 90% del cabello (entre sus causas se pueden encontrar: hipotiroidismo, escorbuto, uso de citostáticos para el tratamiento del cáncer) pudiéndose recuperar a posteriori. El mecanismo por el cual se produce este tipo de alopecia es por cese súbito de la actividad mitótica en las células matriciales del folículo pilosebáceo4.

En el efluvio telogénico agudo (variedad más frecuente de alopecia difusa), la caída del cabello se produce debido a que muchos cabellos entran en la fase telógena o de reposo simultáneamente. La pérdida de cabello tiene lugar entre 2 y 4 meses después del factor desencadenante (puede estar producido por: embarazo o parto, estrés, fiebre, disminución brusca de peso, uso de fármacos…) y puede llegar a afectar hasta a un 25% del pelo. No suele ser perceptible para un observador externo, aunque la persona sí es consciente y percibe la caída de una gran cantidad de cabello. Aquí se encontraría la mayoría de las alopecias inducidas por fármacos, entre ellos los psicoactivos3.

Múltiples fármacos pueden inducir alopecia como efecto indeseable. Los grupos terapéuticos y principios activos que la provocan con mayor frecuencia son los antihipertensivos, anticoagulantes, antitiroideos, contraceptivos orales, cimetidina, retinoides, l-dopa, bromocriptina, citostáticos, interferón, hipolipemiantes y diversos psicofármacos. Salvo los agentes citostáticos, que inducen alopecias graves con mucha frecuencia, el resto de los fármacos suelen producir alopecias de forma más ocasional, siendo ésta no cicatricial, patrón difuso y reversible, consiguiendo recuperar el pelo perdido en pocas semanas tras suspender y/o reducir el tratamiento5.

Dada la alta prevalencia de enfermedades mentales (trastorno de ansiedad generalizada, depresión mayor, trastorno bipolar, esquizofrenia…) cada vez es más frecuente el uso de psicofármacos como ansiolíticos, estabilizadores del ánimo, antipsicóticos y antidepresivos. Es por ello, de gran importancia conocer los efectos secundarios que estos fármacos presentan y la repercusión clínica que estos pueden tener o generar en las personas. Esta revisión bibliográfica estará centrada en el uso de psicofármacos y su relación con la pérdida de pelo.

 

OBJETIVOS

El objetivo del siguiente artículo de revisión bibliográfica es proporcionar información sobre la aparición de alopecia inducida por la administración de tratamiento psicofarmacológico a personas con patología mental, que a pesar de que en la mayoría de casos dicha pérdida de pelo pueda pasar inadvertida, es de relevancia para los pacientes pudiendo agravar la clínica psiquiátrica de forma indirecta. Asimismo, se pretende revisar cuales son los psicofármacos más relacionados con la alopecia, para de esta manera, poder establecer un criterio de riesgo/beneficio, pudiendo cambiar a otro fármaco psicotrópico menos iatrogénico, o bien, reducir dosis o cesar la administración del mismo.

 

METODOLOGÍA

Se realizó una revisión bibliográfica en los diferentes buscadores científicos y bases de datos como Elsevier, Science Direct, Google Scholar y PubMed utilizando las siguientes palabras claves como “alopecia difusa/ diffuse alopecia”, “pérdida de pelo/ hair loss”, “efluvio telógeno/ telogen effluvium”, “efluvio anágeno/anagen effluvium” “psicofármacos/ psychotropic drugs” y “psicodermatología/ psychodermatology”. La selección se llevó a cabo según la fecha y publicación del artículo, escogiendo los más relevantes y con mayor índice de impacto.

 

RESULTADOS

El diagnóstico de una alopecia inducida por psicofármacos requiere relacionar cronológicamente el inicio del tratamiento con la caída del cabello entre 2 y 4 meses después. Muchas veces el diagnóstico es complejo y se hace por ensayo-error, reduciendo o retirando el psicofármaco y observando la respuesta en el paciente. En algunas ocasiones, el proceso de pérdida de pelo se detiene espontáneamente al cabo de unas pocas semanas, y vuelve a crecer a pesar de continuar con el fármaco implicado. La pérdida de pelo puede producir un compromiso estético que en la mayoría de ocasiones afecta de forma leve a la persona, pudiendo informar al paciente de la reversibilidad del proceso. Si dicho compromiso estético es más relevante, se puede barajar la posibilidad de utilizar fármacos como el minoxidil que prolongaría la fase anágena y facilitaría el paso de la fase telógena a la fase anágena6.

Los psicofármacos pueden inducir alopecia tal y como se registra en la literatura científica. Clásicamente los psicofármacos que más se han relacionado con esta pérdida de pelo han sido los estabilizadores del ánimo, como el litio, el ácido valproico o la carbamazepina. En menor medida estarían implicados antidepresivos como ISRS y sería infrecuente con antidepresivos tricíclicos, duales, benzodiacepinas o antipsicóticos (típicos y atípicos)7. A continuación, se detalla la información recopilada tras la revisión bibliográfica teniendo en cuenta el fármaco prescrito:

Las sales de litio presentan entre otros efectos indeseables a nivel dermatológico, la dermatitis seborreica, aparición de psoriasis y alopecia. El tipo de alopecia es de tipo no cicatrizal, difusa y de tipo telógena siendo reversible si se reduce o cesa el tratamiento con sales de litio. Según la literatura científica puede aparecer en un 6-10% de los pacientes tratados7,8.

El ácido valproico tiene diversos efectos secundarios, entre los que se encuentra la alopecia, siendo esta de tipo no cicatrizal, difusa y de tipo telógena. Se considera que este fármaco es el que más frecuentemente produce alopecia inducida por psicofármacos. Afecta en torno a un 12%- 28% de los pacientes. Tras la reducción o suspensión del tratamiento se revierte el efecto indeseado, aunque en muchos casos se ha observado que la actitud expectante es suficiente, ya que la alopecia es un efecto inicial del fármaco que luego desaparece por sí sola7, 8, 9.

La carbamazepina puede producir alopecia igual que los otros dos estabilizadores del ánimo comentados anteriormente, de tipo no cicatrizal, difusa y telógena, siendo en este caso descrito en la literatura como un efecto más anecdótico. Puede provocar alopecia en un 6% de las personas tratadas con este fármaco7, 8.

Los antidepresivos raramente producen alopecia. El fármaco para el que existen más publicaciones de caída del cabello es la fluoxetina10, 11. Se han reportado casos de alopecia para otros antidepresivos como paroxetina, fluvoxamina, sertralina sin clara evidencia científica para poder realizar una correlación causal entre el uso del antidepresivo y la aparición de alopecia. Apenas hay reporte de casos de antidepresivos tricíclicos ni antidepresivos inhibidores de la recaptación de serotonina y noradrenalina (ISRNA)

Los antipsicóticos, al igual que los antidepresivos raramente producen pérdida de pelo y no se ha visto una clara correlación entre el uso de estos (tanto típicos como atípicos) con la alopecia como efecto indeseable. En la literatura se recoge un caso de alopecia areata inducida por haloperidol12.

Las benzodiacepinas muy raramente inducen alopecia, y no existe apenas literatura que correlacione la pérdida de pelo con el uso de estos fármacos.

En los últimos años se han realizado varios estudios teniendo como eje principal la correlación entre el uso de psicofármacos y la inducción de alopecia. Uno de los estudios más pioneros en este campo y de mayor relevancia fue el realizado en EEUU desde 2006 hasta 2014 con un gran número de participantes (1 025 140 usuarios). En este estudio se realizó un diseño de cohorte retrospectiva para cuantificar el riesgo de pérdida de cabello con diferentes antidepresivos (fluoxetina, fluvoxamina, sertralina, citalopram, escitalopram, paroxetina, duloxetina, venlafaxina, desvenlafaxina y bupropión). Las conclusiones que arroja este estudio son entre otras, que el fármaco antidepresivo que más riesgo de pérdida de cabello presenta es el bupropión en comparación con los ISRS y los ISRNA, siendo la paroxetina el antidepresivo que menos riesgo de pérdida de pelo producía13.

En otro estudio realizado entre 1993 y 2003, y con un elevado número de participantes se intentó buscar la relación entre la pérdida de cabello y el uso de psicofármacos. Los principales diagnósticos de los pacientes tratados fueron depresión, trastorno esquizofrénico, neurosis, manía y psicosis orgánica. Sólo se detectó pérdida de cabello en el 0,01% de los pacientes. La tasa de pérdida de cabello con antipsicóticos fue inferior a la tasa media de todos los psicofármacos y de los antidepresivos, siendo el ácido valproico el que mayor riesgo de pérdida de pelo producía. Además, cabe destacar que las tasas de pérdida de cabello severa producidas por el ácido valproico y las sales de litio fueron muy inferiores en comparación con las tasas reportadas en la literatura científica más antigua14.

 

CONCLUSIONES

Debido a la naturaleza autolimitada de la pérdida de cabello de leve a moderada con los medicamentos psicotrópicos, los clínicos deben considerar la continuación de la terapia si hay una buena respuesta clínica y el paciente está de acuerdo con esta decisión. Si se produce una alopecia grave, se recomienda interrumpir la medicación y seguir la terapia con otro agente. Esto es para asegurar resultados terapéuticos positivos y mejorar el cumplimiento del paciente.

La bibliografía publicada sobre la alopecia inducida por psicotrópicos es reducida y en algunas ocasiones contradictoria. Es necesario continuar realizando estudios y reportando casos para ampliar los conocimientos científicos en esta área.

 

BIBLIOGRAFÍA

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  11. Ananth J, Elmishaugh A. Hair loss associated with fluoxetine treatment. Can J Psychiatry. 1991; 36(8):621.
  12. Kubota T, Ishikura T, Jibiki I. Alopecia areata associated with haloperidol. Jpn J Psychiatry Neurol. 1994; 48(3):579-81.
  13. Etminan M, Sodhi M, Procyshyn RM, Guo M, Carleton BC. Risk of hair loss with different antidepressants: a comparative retrospective cohort study. Int Clin Psychopharmacol. 2018; 33(1):44-48.
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